—Vamos a probar —sí, claro, seguro que eso es lo que vas a valorar ahora, la intensidad. Igual se acerca a besarle otra vez.

Cierra los ojos azules esta vez incluso antes de que le bese, entreabriéndolas los labios y sintiendo con esa intensidad que decía, como es que le siente y se siente a sí mismo.

Vale, vale, disfrutadlo ahora que no hay nadie para estar molestando

Es que va a ser casi ETERNO beso.

Ya, ya... Crowley tiene permiso además ahora, pero ya veremos cómo te defiendes, angel.

¡Defenderse! ¿De un beso de Crowley?

Del cielo.

Ahh... El mismo no sabe qué va a hacer. Morir del terror cuando aparezcan de nuevo.

Buen plan.

Pero es que mira que suavecitos son los labios de Crowley ¡Y como mueve la lengua!

Lo de la lengua sí que es notable. Aunque tú no lo sepas. O sea, no creo que tenga mucho con qué comparar o a lo mejor sí se lio alguna vez con Oscar Wilde como dicen por ahí.

Aziraphale? Hmm...

Sí. La verdad, no lo creo. Creo que podría haberse hecho buen amigo de Oscar Wilde, si acaso y haberle frustrado hasta decir basta.

Crowley narrando.

Pues eso fue el siglo XIX así que...

Ya... ojos en blanco.

Justo cuando a Crowley le dio por dormir... y cuando a Aziraphale le dio por las actividades de los clubs de caballeros.

Igualmente no veo a Aziraphale realmente liándose con nadie por más dormido que estuviera Crowley. Lo veo súper involucrado en el club de caballeros literalmente flirteando con todo mundo, bastante inocentemente y probablemente frustrando a más de alguno. De hecho todo el mundo terminando por concluir que debe tener una pareja en otro sitio. Ejem, durmiendo en algún sitio.

Además, por lo visto uno de los pases de baile de la Gavota consiste en besar a todo el mundo. No sé dónde lo leí.

Ohhh, Dios. Pues tan feliz besándoles a todos pero de ahí a acostarse con alguien hay un paso enorme

No hablábamos de acostarse, hablábamos de besar. Así como ahora, no con besos en la mejilla. O sea, lo bastante para que pueda comparar con propiedad los movimientos de lengua.

Tampoco creo que nunca nadie le haya sorprendido con un beso robado así en algún rinconcito del cual reírse un poco y sonrojarse un poquito y pasar un poco con cualquier excusa pero esto que está haciendo con Crowley dista mucho de un besito robado.

Hombre, puestos a robar... Pues Crowley no va a conformarse con eso.

No, es que esto que está pasando con él no tiene nada que ver con cualquier cosa que pasara con sus gentlemen.

Y menos después que le han dado PERMISO EXPRESO. O aún mejor. ORDENES EXACTAS de hacer esto. Para una vez que está siendo perfectamente obediente.

Pero es que este asunto con Crowley es mucho, MUCHO más que un beso para Aziraphale al menos. Tiene varias descripciones de lo que están haciendo.

Ah, no, para Crowley es una asquerosidad que no le queda más remedio que sacrificarse y hacer, pero es que ser un demonio es muy duro. No aguantarías ni cinco minutos en el infierno, Angel.

Seguramente no aguantará ni cinco minutos en el cielo tampoco.

¿Quién? ¿Crowley? Claro que sí, los que no le aguantarán son ellos a él con sus chistes idiotas, sus sarcasmos y sus palabrotas... como en el infierno, vamos

No, Aziraphale ¿Pero a qué viene esto de no aguantar cinco minutos en el infierno?

Ah, bueno, porque... ¿cuál era el ranking de postres? Aziraphale es una pequeña crêppe de chocolate con nata y virutas arcoíris.

¿Qué descripción es esa?

Una verídica.

Y menos mal que no te ha descrito aun lo que siente que están haciendo ahora o les parecería que es considerablemente más ridículo aún.

Puede separarse y dejarle hablar...

No. Pero en general, de lo que está ocurriendo, no le parece que pueda separarse

(¿Virutas arcoíris, Crowley? ¿En serio?

Es... el toque)

Lo dicen como si Crowley fuera un dulce salado, ácido y picoso mexicano y no el perfecto pastelito esponjoso y dulce. O las crepes Suzette mejor preparadas en la historia.

Really? ¿Crepes Suzette?

¿No le gustan? Están flameadas y todo.

Sigh...

Sinceramente a Aziraphale le parece que es un tiramisú.

Vamos a peor cada vez.

Es la mejor analogía de Crowley. Se ve mucho más firme y es completamente esponjoso y es dulce, pero tiene este saborcito más neutro del mascarpone. Y tiene todo, café, licor, galleta, chocolate, queso. Y viene en un vasito SOLO PARA EL.

Y por eso es que no le dejamos hablar de estas cosas...

Jo. ¡Pues el empezó! ¿Qué postre quisiera ser?

Un whiskey.

Eso NO es un postre y no sería un whiskey en lo absoluto.

Lo es...

No.

Claro que sí, se toma después de la comida. Es postre.

No, el whiskey es ubicuo, para empezar, se toma en cualquier momento.

Eso dice un par de las cosas sobre tomar crepes a las dos de la mañana. Cavas tu propia tumba con esos comentarios y esa lógica, angel.

El whiskey no es dulce.

¿Y?

Para ser postre necesita ser dulce.

No es cierto.

Sí, sí es cierto.

El sorbete de limón es esencialmente ácido. Y las fresas con nata.

No.

¿Cómo que no?

¡¿Son dulces también!

¡No puedes negarlo solo porque destruye tu teoría!

No, para ser postre tiene que ser dulce y el sorbete de limón no es esencialmente ácido al igual que las fresas con nata, a menos que hayas comido unas fresas con nata que aún no están buenas ni sorbete de limón apropiadamente preparado!

Si no se les pone azúcar son ácidos.

Bueno, pues eso pasa con todos los postres. Igualmente, aun cuando el whiskey fuera un postre Crowley no sería whiskey en lo absoluto Crowley es super dulce y complejo.

Ugh, es injusto esto.

¿Injusto cómo?

¡Pues porque si por él fuera ya te habría empujado contra algo para que pararas! Oh, pero espera... Puede meterte una mano a los pantalones a ver si sigues hablando de postres.

HALA.

¿Podemos oír un wahoo?

Absolutamente...

Gracias.

O sea es que lo siento, no se espera que le meta la mano en ningún sitio.

Y aun así...

De hecho es que... va a pegar un buen salto y un... gritito agudo que podrías confundir con un Wahoo. Sí.

Vale, vale... quita la mano.

El problema es que... tiene la zona mucho más sensible de lo que hubiera pensado. Así que con el corazón súper acelerado, le mira a los ojos con un conjunto de distintas sensaciones

Crowley le mira también, con el corazón acelerado.

Aziraphale abre la boca... y la cierra... y... es que no sabe qué decir, el demonio le sonríe. Él traga saliva y sonríe un poco de vuelta.

—¿M-Me... me... tocaste?

—Eh... ¿no?

—Oh... l-lo siento —Es que... baja la mano a tocarse a si mismo... y levanta un poco las cejas al notarse TAN...

Crowley se humedece un poco los labios... ya, claro, porque los tienes SECOS. Admite que te estas relamiendo. Y se echa un poco atrás.

¿Atrás para quitársele de encima? ¿¡Quitársele de encima del todo del todo?!

Sí. Bueno, sentarse a su lado.

Aziraphale parpadea un poco sin esperárselo, relamiéndose de manera absolutamente obvia, pasándose una mano por el pelo y resoplando.

—¿Estás... bien?

El ángel aún está medio acostado en el sillón. Toma aire profundamente otra vez... y es que, lo que está, es bastante más excitado de lo que había estado hasta ahora de un modo consciente (ehm, ignorando el momento en que Crowley le poseyó... ehm, demoníacamente. Por más mal que eso suene).

Crowley se pasa las manos por el pelo acomodándose la colita otra vez y mirándole, con una pierna sobre el sofá y la otra en el suelo, porque es que ha pensado, con ese grito, que necesitaba parar un momento. Sonríe un poco de todos modos, sin poder evitarlo, esperando que conteste.

Aziraphale sigue resoplando, sinceramente y después de unos segundos más, vuelve a bajar la mano hacia sus... partes íntimas, porque todo en la zona está caliente e hipersensible.

—E-Estoy... y-yes... P-Perdona.

—¿Más champagne? —propone yendo a servir un poco más y decide mejor volver a sentarse y que sean las copas las que vengan en vista de su propio estado general.

—S-Sí. Sí... —asiente y se echa un poco atrás, sentándose. Vamos, es que... en alguna medida entiende por qué razón la humanidad le da tanto peso a este asunto del sexo.

Así que chasquea los dedos para que las copas y la botella vengan, pasándole a Aziraphale la suya.

Vamos, era verdad que... lo sabía. Era una área que nunca le había intersado explorar, pero entendía... como entendía bien cómo es que ser padre debía ser un sentimiento especial y único, o seguramente ser un pez, como los delfines, tenía su enorme gracia. Pero... experimentarlo en carne propia estaba siendo bastante... ehm... educativo. Toma la copa y se la bebe entera de un trago.

La verdad es que el líquido frío le sienta a Crowley muy bien en contraste. Sí, sí... de hecho, entre el líquido y el poco alcohol. Aziraphale respira un poco y se vuelve a pasar la mano por el pelo, sonriendo un poco si notarlo.

—¿Entonces...? —creo que por primera vez en la historia, Crowley no sabe qué decirle.

—E-Entonces... —se sienta un poco mejor, moviendo el culo porque el pantalón es incómodo. Vamos, es que hace tiempo que su cuerpo no hace cosas raras que no sepa controlar del todo.

El demonio mira la película y nota que se ha acabado debe hacer mil años y otra vez... no la han visto. Se ríe un poco. Por lo visto está un poco más acostumbrado a esto. No mucho, pero al menos no está flipando.

W-What? —vamos y es que no es la primera vez que se besan por un largo rato. Pero esta vez han estado más tiempo y... le ha hecho notar que está así—. ¿Te ríes de mí?

—Aunque debería, pones una cara... —niega porque la situación es lo que es cómico.

—¿Qué cara? —es que en general sí que tiene una cara de... complacido pero no del todo, pero a punto de explotar, pero... esto es maravilloso y te adoro por sobre todas las cosas del universo.

—No lo sé —sonríe de lado mirándole—. Como si... acabaran de abrir otra pastelería en la calle Marshall.

—P-Pues... es... n-no tanto —ya, claro. Se ríe con eso sin poder evitarlo, cerrando los ojos.

—Una pastelería con biblioteca especializada en crepes —añade.

—Con un demonio dándome el pastel en la boca —no sé qué intentaba decir con eso pero sonaba un poco mejor en su cabeza. Crowley parpadea con eso y le mira sonriendo porque se estaba burlando de él.

—Y en la que organizan torneos de juegos de mesa... sin apostar. Y jornadas de bailes que nadie recuerda.

—Hmm... sinceramente... creo que ni con todo eso...

Se ríe y Aziraohale se ríe un poquito, aunque se pone ligeramente nervioso, mirándole de reojo.

—E-Esto... ehm... —le mira de arriba a abajo.

—No sé cómo debería tomarme eso.

—Pues... ¿por qué ibas a tomártelo mal?

—No lo sé, pero... la lógica y el sentido común hacen pensar que... ibas a protestar amargamente.

—Sí, claro que iba a protestar, porque... tú no pareces...

—¿Eh? —lo que pasa es que esta súper nervioso y no sabe qué hacer contigo.

—Pareces tan tranquilo con todo esto... —asegura.

—Bueno... sí, ya sabes —gesto vago.

Aprieta los ojos... Es increíble que vayas a creerle eso. No, en realidad es que no cree que no esté excitado lo que cree es que está sumamente tranquilo con todo esto.

Igual, ¡qué tranquilo va a estar! Si está al borde del ataque de pánico. Pero como está al borde del ataque de pánico cada cinco minutos, ya ha aprendido a sobrellevarlo con bastante elegancia. Gracias ansiedad crónica.

—Y-Yo no estaba e-en Sodoma y Gomorra participando activamente... y-y hace tiempo que...

—¿Aja?

—Aprendí a usar todo lo demás —le mira de reojito otra vez, volviendo a moverse en el sillón

—Oh... ya.

—¿E-Estás bien... tu? —pregunta de repente.

—¿Q-Qué? Pfff... sí, claro. Perfectamente. ¿Por qué iba a estar yo mal? —responde como si fuera obvio. Aziraphale parpadea... y se le acerca él está vez—. N-No hay nada aquí que... pudiera i-incomodarme. Lo que quiero decir es que... esto es... perfectamente natural y... yo... E-Ehm... —sigue vacilando y el ángel levanta una mano y le acaricia un poquito la cara—. O-O sea... t-todo es... yo... perfectamente... control y...

—¿E-Está siendo esto... too much, dear?

Crowley niega aprentando los ojos

Too... fast? —sonríe de lado.

Shut up —la FULMINACIÓN

Aziraohale se ríe un poquito sin poder evitarlo.

—Me sorprende que no te estés quejando de eso.

—Supongo que... —Se humedece los labios y traga saliva—. Esto es como un buen libro —explica después de pelear consigo mismo porque la única otra analogía... Iba a decirle que suponía que esto era como... caer por un agujero. Una vez ocurre, no se puede detener, solo sigues cayendo pero no le pareció la más apropiada. Así que después de debatir un poco, decidió irse por la otra.

Suddenly! Aunque entonces estamos fritos.

—No puedo creer que tú te estés quejando de esto... —protesta un poco y la verdad es que... físicamente se le separa un poquito. Quizás estaba siendo demasiado... intenso. El mismo le había preguntado hacia un rato si para él era igual de intenso y Crowley no había respondido.

—Pues es que la comparativa, my love —suelta sin darse cuenta y luego se lleva las manos a la boca porque él sigue convencido que le llama Angel como... bueno, apelativo, como si ni se fuera a esforzar por acordarse de su nombre pero esto... esto le ha salido del alma y no... no...

Vale. Jaque mate. Gracias por jugar. Aziraphale se sonroja... y sonríe. Y es que, aún cuando llevan así media vida, Crowley nunca le ha dicho un solo nombre de cariño. Además de ángel, que siempre le ha parecido muy hermoso, nadie más le llama así, pero... es que sonríe. Y le mira, con unos ojos que...

—Eh... Q-Quiero... quiero decir que... o sea, pues es que a mí no me gusta leer y los libros no... o sea, que no puedo saber la comparativa porque como no me gusta pues no me puedo hacer a la idea. Pero supongo que se podría comparar a una buena película. El otro día vi una de un pato, estaba muy bien —cuando hay un pato en la ecuación, es que estamos ya en pleno ataque de pánico. Sí, otra vez.

—Vas a llamarme así para siempre —no hay oído UNA sola cosa que has dicho después, fuera de que no le has dicho my love de nuevo.

—Creo que era por ordenador, porque no hay manera en que enseñen a un pato a hacer esas cosas.

—Dilo.

—Y había un cerdito también.

Pleaaaaase... —ahí tienes los ojitos de cachorro.

—C-Creo que era antigua, pero no la había visto.

Aziraphale le sonríe un poco más, acercándose otra vez del todo él. Vamos, echándosele un poco encima.

—¿No es raro? Con lo que me gusta a mí el cine y la de películas que he visto y siempre hay alguna que se me pasa, me pregunto qué otras no habré visto sin siquiera saberlo —sigue pero le rodea con las manos, echándose hacia atrás. Aziraphale acomoda un poco mejor sobre él.

—Eso fue... no que no lo supiera, dear —susurra

—A lo mejor alguna otra con un pato.

El ángel le da un besito en la mejilla.

I love you too... —susurra casi tan suave como el sonido del aire al moverse por el mundo.

ha dejado de funcionar.

Le dije que no lo hiciera, pero... PERO... no me escuchó.

Es posible que se convierta en serpiente y eso que no le gusta porque le da miedo luego no poder volver a convertirse de nuevo. Aziraphale levanta las cejas sin esperarlo.

Hiss hiss madafacka.

—Esto... no... se supone que era lo que debías hacer —medio protesta porque además se ha semi caído sobre el sillón... y sobre él como serpiente, claro está.

Crowley se le enrolla un poco alrededor. Le mira de reojo obviamente dejándole hacerlo.

—Esto le da a todo mundo un enorme grado de seguridad, dear.

Vale, me informan que de un poquito nada que se le enrolla... ENROLLA, como si fuera a matarlo y comérselo.

Aziraphale levanta las cejas con esto. Cielos. Casi no das miedo, enorme serpiente. Aun así, la verdad, es que miedo como tal... no.

—Esto ayuda terriblemente a la conversación, my dear. Especialmente cuando estamos como humanos. Pero... puedo hacer yo un monólogo.

Luego la serpiente mete la cabeza dentro de su chaqueta, o chaleco, o camisa, o cielos lleva un millón de capas, seguro alguna servirá para eso. ¿Le permites morirse de la vergüenza tranquilo por cinco minutos? Gracias.

Aziraphale sonríe un poco, cierra los ojos y se sonorja un poco, la verdad. El problema es que... no se calla.

Vale... vale. Crowley. Calma. Relájate. No ha pasado nada, no te está pasando nada, solo te ha dicho que te quiere y de todos modos ya lo sabíamos.

—De hecho estaba pensando que... esto... es mucho más que... esto que estamos haciendo.

Saca la cabeza y le mira, haciendo eso con la lengua. Aziraphale aprieta los ojos.

—Sí, hablo de eso precisamente. Pero no me refiero a eso... me refiero a algo más... lindo. No que no sea lindo.

Crowley se vuelve humano, tumbado sobre él y con las piernas enrolladas en las suyas.

—Ohh! Ehm... hello.

Se humedece los labios y se sonroja un poco.

—He... Tenido un problema. Pero ya no —bien, de momento el cuerpo parece humano, a ver cuánto tarda el cerebro...

—¿Cuál problema, my dear?

—Con... una... palabra. Pero estoy bien.

—No habías tenido antes problemas con esa palabra...

—Estaba en un contexto diferente.

—Han pasado... muchas cosas —se ríe un poco—. Pero nunca me había pasado que una palabra te convirtiera en serpiente. ¿Puedo tomarlo como un intento de... asesinato?

—La verdad, pagaría por leer ese reporte tuyo explicándolo.

—Ugh, shut up. Ehm... ¿Estás bien?

Yes —sonríe—. Estaba imaginándote escribiéndolo...

—¿Qué imaginas que escribiría? Seguro algo excesivamente ridículo.

—No sé si sé lo que escribirías, pero sé lo que no. "My dearest reader: This is Principality Aziraphale y en esta egnomioso relato voy a... ¿relatar? No, espera, espera, me se otro... narrar —sonríe—. Narrar las fatídicas y penosas desventuras persiguiendo y dando caza al infame demonio Crowley..."

—Desventuras, muy bien... —sonríe de lado.

"De las que salí esplendorosamente triunfador con mi macarrónico esperpento contra su idiosincrasia fatal"

—¡Macarrónico esperpento! —se ríe—. ¡Yo no hablo así!

—Claro que sí, ni siquiera sé qué significa.

—¿Y cómo es que lo recuerdas?

—¿Cómo voy a saberlo? ¡Me lo estoy inventando!

—Cuando me has odio decir "macarrónico esperpento". No tiene el más mínimo sentido lo que estás diciendo.

—¡Pues ya está! ¡Igualito que lo que dices tú!

—¡No! Cuando yo lo digo sí tiene sentido.

—En lo absoluto, estás todo el tiempo diciendo palabras restribanantes y estratosféricas.

—Restribanantes no existe. Es rimbombantes.

—Será que no eres tan listo si no conoces la palabra restribanantes. Es del inglés antiguo. Viene de la raíz sajona.

—Será que te inventaste la palabra. De la raíz sajona del inventor.

—Todas las palabras son inventadas, en eso consiste —es que se le escapa la sonrisa.

—Llegas tarde a la repartición de inventos de palabras. Yo sí que ayude a crear algunas —le pica un poco el pecho.

—¡Que voy a llegar tarde!

—No tarde, tardísimo. Aunque, vale, mira, se compensa con todo ese amor que tienes por la tecnología.

—Mira, justamente.

—Si es que pega... porque luego pasa como con la Gavotte

—¡No me jodas! Mira la bloody popularidad de esto... además, justamente debido a la tecnología CADA DÍA hay palabras nuevas. La Gavotte solo la conoces tú y el tipo que se la inventó, que aún no me creo que no lo hiciera expresamente esperando acostarse contigo... Pues era obvio que muerto el tipo fin de la fiesta.

—¿¡Qué iba a querer acostarse conmigo?!

Ojos en blanco del demonio porque ese no era PARA NADA el punto importante del discurso.

—Era muy divertido...

Whatever.

—Ya podrías tu inventarte un baile para que yo te bese... —suelta el muy cínico

—¿Te parece que no cuesta ya lo bastante?

—Quizás costaría menos con un bailecito... —le mira a los ojos y sonríe. Ojos en blanco—. Tan enfadado... igualmente era muy divertido bailar La Gavotte... Que tú estuvieras dormido y ni siquiera intentaras aprender conmigo es otro asunto.

—Gracias a Dios por el plan inefable que incluía que yo me perdiera eso.

—Casi puedo irte regañarme. "No. NO! NO puedes hacer eso... es... es terrible! Es... humillante!" —le imita la voz.

—Ojalá me hubiera perdido también otras cosas humillantes que haces.

Abre la boca indignado.

—¡Eso es muy grosero de tu parte! ¿Qué cosas humillantes te parece que hago? De hecho si de por si todo lo que hago te lo parece... hasta decirte cosas bonitas es humillante. Justo cuando te iba a empezar a hablar de nuestras almas fusionándose en una misma has vuelto a ser humano en vez de serpiente.

Crowley parpadea tres veces porque hablaba de la prestidigitación.

What? —se sonroja un poco.

—N-Nuestras...

—Sonaba un poco mejor cuando te lo iba a decir —le sonríe, algo nerviosito.

—¿Cómo...? —se humedece los labios haciendo una pausa—. Es decir... es completamente... cursi. Parece hasta que lo haces expresamente.

Aziraphale sonríe más sinceramente con eso, porque sí lo hacía un poco a propósito... expresamente se lo había dicho, en parte, para molestarle un poco. Sin embargo, con esta cercanía física y con la a serie de eventos catastróficos recientes, sí se había dado cuenta de que estaba tan... cerca de Crowley y el afecto que le tenía era tan... intenso, tan real, tan extremo. Que más allá de estos cuerpos humanos que tanto le gustaban, sí que sentía a momentos que no sabía dónde terminaba el mismo y donde empezaba el demonio.

—No sonrías encima como si supieras que me gusta que las digas o algo así, ¡claro que no me gusta! —protesta cruzándose de brazos y sonrojándose un poco.

—Si no las dijera las echarías de menos. ¿Crees que te iría mejor a ti con otro ángel en la tierra que no fuera yo?

—Pues claro que sí —ojos en blanco.

—Un ángel que GENUINAMENTE detuviera tus maldades, que no fuera en lo absoluto comprensivo ni flexible... y que te detestara y le parecieras asqueroso.

—Estaría peleando con él de verdad y no rogándole todo el tiempo para lo que los dos sabemos es un mejor acuerdo.

—Claro, porque pelear mucho mejor...

—Probablemente ya habría matado a un par de la frustración.

—Y sobra aclarar que no me ruegas para el acuerdo. Vienes a exponerme ideas completamente absurdas y extremadas y yo solo accedo a la parte lógica y sensata.

—Que suele ser todo, pero como a la quinta vez —ojos en blanco

—Será que no lo presentas bien las primeras cuatro.

—O que a ti te gusta que te ruegue un y otra y otra vez. Con lo desesperantes que sois todos los ángeles —lo dices como si los demonios te cayeran mucho mejor. Ellos que sí son un portento del ingenio y la eficacia...

—Todos, ahora me ha metido en el mismo cajón que al resto...

—Pues tú también lo eres, de un modo distinto y mil veces peor en tu modo... pero lo eres.

—Peor.

—Desde luego que peor.

—¿Peor que los demás ángeles?

—En lo tuyo, sí.

—¿En que mío?

—Pues es que... no creo que alguien como Gabriel fuera siquiera a considerar algo como el pacto. Por idiota y todo eso, lo cual es desesperante hasta decir basta, pero piensas... pues el idiota no da para más, no es su culpa, pero tú sí lo consideras y no solo eso, sabes que es lo mejor y aun así hay que perseguiiiiiiiirte.

—¿No te gusta?

—¿Perseguirte?

—Convencerme.

—Sí, pero estaría mejor si jugaras menos a hacerte el difícil... —que mentira, sonrie de ladito. Aziraphale frunce un poco el ceño.

—No juego a hacerme el difícil, tus planes son extremados. Sería mejor que no lo fueran así no tendría que verte tanto —se le quiiiiita de enciiiiiiima dramáticamente.

—¡Anda ya! ¡Si diga lo que diga siempre es no por definición!

—¡Por algo será! —ahora está diez centímetros más lejos de ti de lo que estaba hace un minuto.

—Porque te gusta jugar a hacerte el difícil... supongo que debe tener algún sentido moral.

—No es solo porque me guste jugar a nada. Es porque... me gusta estar convencido de las cosas que hago.

Ooootra diez centímetros más allá en el sillón.

—Claro, claro...

—No me digas "claro, claro" así, como si todo fuera siempre tan simple y obvio.

—Lo que digo es que entonces debes de ser tonto que hay que repetirte los argumentos cinco veces...

—¡Pues es que no es tan simple! —aprieta los ojos.

—¿Por qué no?

—Porque nunca es nada simple. Ni decirte que sí, ni decirte que no.

—¿Por qué no? —Ojos en blanco.

—Porque todo siempre implica una sarta de... problemas y culpas. Es mucho más fácil cuando... Vienes y me lo pides, y... ya lo has pensado tú y me explicas una vez más por que nos beneficia. Y así no es solamente complacerme a mí, eres tú... y tú estás aquí y sonríes cuando consigues el argumento infalible y me miras con esa satisfacción de saber que estoy convencido. Y repentinamente eso... tiene mucho más peso que lo otro e incluso parece la respuesta más obvia.

Parpadea sin acaba de entender eso.

W-What? —se sonroja un poco.

—¿Lo que tiene peso es... que yo me ponga contento por... haberte convencido?

—Bueno y... hacerlo de la forma que nos beneficia a... ambos —carraspea.

—¡Siempre lo propongo de modo que nos beneficie a ambos!

—Ya... sí. No estoy diciendo que no. Igualmente hacerlo ya tiene cierto... beneficio. ¿No?

Suspira.

—¡No me suspires!

—¿Ahora por qué no?

—Porque lo haces sin decirme que piensas.

—Sigo pensando que solo es que te gusta jugar a hacerte el difícil.

—Y yo que a ti te gusta... perseguirme.

Crowley se sonroja un poco y echa la cabeza atrás haciendo drama.

—Si no te gustará habrías parado hace cientos de años. Admito que lo del siglo XIX me preocupó y... he hecho algunos cambios desde entonces.

Suspira otra vez pero esta vez sonríe.

—¿Lo... ehm... notaste?

—No.

—Ohh... Ehm... bueno —carraspea un poco y se humedece los labios.

—¿Qué cambiaste?

—Bueno... ser un poco más abierto es... un cambio.

—Oh... abertura...

Come on, Crowley! ¿A dónde quieres llegar? A qué soy el maaaaaás cerrado de los cerrados. ¡No parece dadas las circunstancias! —protesta un poco El demonio se ríe porque las protestas—. Ahora vamos muuuuy rápido y estoy... adecuándome a ello y... ¡no te rías! —es que si el señor minimalista tiene un cojín por ahí, se lo lanza en la cabeza. Sí que lo tiene y se ríe—. ¿¡Pero cuál es la gracia?! —sigue chilloneando histeriquito.

Es que no puede ni responder. Le pega la risa al ángel, sin duda, ¡pero igualmente está indignado aunque se ría!

Se le nota, se le nota la indignación.

Que síiiii!