Aziraphale me ruega volver... Debe estar caminando de vuelta.

Pues se va a llevar otro saco pestilente a la cabeza. Parece que fue un saldo. O tal vez formaba parte del equipo que te entregan el primer día de trabajo. Aquí está la tarjeta de la puerta, aquí las normas de la empresa y aquí este saco negro pestilente. Ah, y un bolígrafo de merchandaising que dice recursos humanos que propicia el buen ambiente de trabajo y todo lo demás. ¡Bienvenido al infierno!

What?! El maldito infierno en la tierra.

Pues... sí pero... saco negro. Le toma de la cintura y lo levanta sobre el hombro.

Oh, come on!

—Shhhh!

—¡Dos veces en una semana es inaudito! —protesta vigorosamente sin pelear.

Lo deja caer dentro del coche. Espera, espera, espera... Porque estos huesos...y ese "shhhh"

—No te quites el saco, angel... Colabora —susurra una voz masculina otra vez, intentando empujarle dentro.

—Ohh... Ugh. Me llevan! Aaaaaah! Qué horror! —grita un poco, pero sigue sin patalear ni nada.

Crowley le mira de reojo parando un instante porque... uno pensaría que se le daría mejor lo del espectáculo pero... ugh. Vale, da igual. No hay tiempo para estar protestando. Cierra la puerta y pone en marcha el coche.

—Ay de mi!

Pone los ojos en blanco pero conduce sin saber del todo a donde ir.

—E-Esto es inesperado...

—Hay dos ángeles en tu librería. Los que estaban ahí cuando iban a quemarte, los he reconocido y casi me exorcizan. ¿Alguna idea de a dónde ir?

—E-En... oh, ¡venga ya! ¿¡Qué hacen ahí?! —protesta—. Vamos a...

—No entres en pánico, pero por lo que llegué a ver, desordenar tus libros.

—¿¡Pero qué buscan!? ¿¡Qué quieren?! ¡No puede uno pasar últimamente veinticuatro horas en tranquilidad!

—Ah, no, sí, claro. Eso fue lo primero que pasó, nada más entré me saludaron con una taza de té y me ofrecieron amablemente contarme sus planes pero yo no tuve más remedio que declinar con un, "venga, chicos, no vamos a fingir ahora que somos civilizados."... Ya sabes... por el drama y la líbrica.

—Mis libros... —lloriquea—. ¿Que querrán? En verdad que un ángel no puede sobrevivir si todo mundo está intentando matarle de un susto todos los días.

—A lo mejor los podemos sacar de ahí milagrosamente pero va a ser un poco raro.

Aziraphale se cubre el saco con las manos y Crowley le mira de reojo sin dejar de conducir.

—Tal vez no todos pero... algunos

—Pero... en serio, ¿buscaban algo?

—No tengo ni idea... ah. Y la han consagrado. Ahora tu bloody librería es terreno sacro.

—¿¡Queeeeé?! —se levanta un poco el saco de la cabeza para mirarle—. ¡No! Eso no se quita.

—Bueno, si la destruimos...

Aziraphale lloriquea.

—A lo mejor la podemos maldecir también y entonces no poder entrar ninguno de los dos —bromea.

—Genial —protesta sarcásticamente.

—¡No es que estés tú proponiendo ideas tampoco!

—¡No estoy diciendo que esto sea tu culpa!

Se pasa una mano por el pelo porque necesitan relajarse y pensar cinco putos minutos

—¡Uno diría que el cielo no tiene otra cosa mejor que hacer! Y el infierno tampoco.

—Yo creía que se aburrirían en un par de días y en vez de eso esto parece la novela de las cinco.

—Necesito... ¿puedes detenerte un poco en algún lado?

Crowley le mira de reojo y la verdad... decide que van a su casa. No es del todo mala idea.

—Aziraphale ni se entera de a dónde van, con la bolsa aún en la cabeza.

—Sí, espera... —le mira de reojo y sonríe un poco porque le hace gracia que no se haya quitado la bolsa y aun así vaya asido a la asita de encima de la puerta como si su vida dependiera de ello

¡Pues es que no podrías conducir más horriblemente!

—No podemos vivir así para siempre.

¡Ni siquiera está viendo como conduce!

¡Pero te conoce!

—Uy, no temas, no tardaremos en ir a estar aun peor.

—¿Peor?

—Lord Belcebú ha decidido que como Gabriel te pone un compañero, pues vamos a quien la tiene más grande.

—¿¡Gabriel me qué?! ¿¡Quién dice que me lo van a poner?!

—Pues como... todo el mundo.

—¡No! ¡Dijo que era una opción!

—Pues ahora se lo ha dicho hasta al infierno —aparca.

—¡No puedo ahora además tener un compañero!

—A lo mejor estaban ahí por eso —apaga el motor y se baja del coche dándole la vuelta para ir a sacarlo del otro lado como costal de patatas otra vez.

—No quiero tener un compañero. Tú eres mi compañero.

—Yo no trabajo contigo —se lo echa al hombro.

—Tu trabajas conmigo, llevas años con... Agh! —se acomoda.

—Sí, bueno, pero lo del pacto no lo sabe nadie —Crowley lo sostiene lo mejor que puede, entrando al vestíbulo del edificio y se encuentra ahí a un señor mayor, vecino suyo—. Ehm... Buenas tardes.

—Quizás no lo sabe nadie, dear, pero no necesito otro compañero si te tengo a ti —Crowley le da una palmada al culo a Aziraphale para que se calle—. Au...!

—Buenas tardes, joven... —saluda el hombre obviamente viendo a Aziraphale ahí, el saco negro y pestilente no ayuda. Los quejidos tampoco, pero Crowley insiste en actuar como si no estuviera.

—Ha quedado una buena tarde...

—Ehm... sí, ya casi no llueve —se nota como el hombre está CONTENIÉNDOSE de preguntar "¿por qué lleva usted a un hombre claramente secuestrado colgado del hombro? No parece usted de esos, si siempre nos saluda y una vez vino a sintonizarnos la tele. Mi esposa le hizo pastel de cerezas, lo recuerdo."

—Sí... ¿cómo está su esposa? —pregunta Crowley entrando al ascensor, mientras suena música de fondo para hacer esta escena un poco más absurda aun. Aziraphale mueve un poquito los pies abriendo y cerrando las puntas al compás de la música.

—Bien, bien, claro... uhm... ¿necesita usted... ayuda con eso? —pregunta el vecino.

—¿Eh? No, no... es hum... una... eh... un juego sexual. No se preocupe.

What?! —chilla Aziraphale

—Lo siento, le corta el rollo que lo diga en voz alta, por favor, ignórele —se disculpa Crowley.

—Ah... Ah. C-Claro —responde el hombre mirando cuantos pisos de incomodidad quedan por subir.

—No es propiamente... —alega Aziraphale. Crowley deja al hombre en estado inconsciente chasqueando los dedos.

—No, claro, "No se preocupe, es un bloody secuestro y voy a pedir un rescate. Sí, porque no me ayuda y nos lo repartimos, por favor, cárguele un pie" —protesta sarcásticamente hacia Aziraphale

—Crowley! —Aziraphale protesta un poco

—¡Pues es que no sé qué querías que dijera!

—Que era... ugh. Vale, ¡no había muchas opciones! Estamos en...

Shut up. Ya casi llegamos, solo espera un poco —chasquea los dedos y el ascensor se para en su piso. El hombre también vuelve en si mientras Crowley sale, aun cargando a Aziraphale.

—Vale. Vale.

Crowley le deja en mitad de la sala, que sigue toda igual de desastrosa como la dejó cuando se fue. Lo recoge todo a chasquidos de dedo y baja también todas las persianas.

—Vale. Ya puedes quitarte el saco. Contén tu Síndrome de Estocolmo.

—Tienes que lavar este saco, huele peor que el de Hastur

—Eso es porque Hastur lo ventila más a menudo.

—Igualmente tienes que lavarlo. Si quieres me lo llevo y te lo lavo yo.

Crowley pone los ojos en blanco, chasquea los dedos y ya está limpio. Hasta huele a madera quemada y hierba recién cortada. Aziraphale sonríe.

—Ya podrías haber hecho eso mientras lo tenía en la cabeza —como tú no podías...

—Lo hubieras dicho...

—Estaba quejándome de otras cosas más serias... —le sonríe un poco.

Crowley le mira... y se humedece un poco los labios porque... justo ahí estaban cuando se pelearon

—G-Gracias... por salvarme.

—Ugh. Para futuras referencias... te escapaste.

—¿Cómo me encontraste? Había... pensé que... bueno.

—Meh... —arruga un poco la nariz y los labios, encogiéndose de hombros.

—¿Meh...? —se le acerca un poco.

—Fue casualidad, alguien estaba hablando de eso y fui a ver y... —no le mira.

—Por un momento pensé que realmente no vendrías —se le acerca más y le toca el brazo.

—¿Te imaginas lo que te hubiera pasado si llegas a ser cualquier otro ángel? —Se humedece los labios.

—Me... estaba pasando ya. Hastur hizo muchas cosas.

—¿Qué te hizo? No sé si quiero saberlo —se va a la cocina a por alcohol. Aziraphale suspira y le sigue—. No —protesta para sí mismo, dejando la botella—. Hay que hacer algo con tus libros primero.

—No. Hay algo primero importante.

Crowley le mira y Aziraphale se sonroja porque... es que dijo que no era no nada

—¿Qué?

—Crowley... y-yo... —le susurra, cambiando el peso de pie—. Yo no... Tu...

—No vas a decirme que sigues enfadado.

—No sigo enfadado...

—¿Entonces?

Tan complicado que es esto. El ángel se sonroja... y es que Hastur. Y el cielo. Y... se ha ido al infierno. Y le ha salvado. Y...

—Eres un chico otra vez... —mano en el pecho. Ventajas de que sea chico.

—Ehm... tengo más fuerza así.

—¿Tú estás enfadado? —levanta la mano y le toca la mejilla.

—Sí —decide responderle y aprovechar un poco. Aziraphale traga saliva sin esperarse esa respuesta.

—Ohh... —susurra, pensando en la discusión. Quizás él... realmente no hubiera querido ir a rescatarle y ha TENIDO que hacerlo—. L-Lo siento —le quiiiita la mano de la mejilla

—Vale, vale, no estoy enfadado —se rinde apretando los ojos. Aguante menos quince a la presión psicológica.

—No, no... Entiendo que lo estés.

—No, no lo estoy.

—Mientras estaba con Hastur... —le mira a los ojos.

—Voy a necesitar alcohol para oír eso.

—No quiero contártelo... porque sé lo que va a pasar.

—¿Qué va a pasar?

—Mientras estaba ahí... —redirecciona la conversación—. Notaba lo muy...

Crowley le mira porque es que... ¿por qué no acaba las frases? ¡Está pensando! ¡Porque es complejo!

—Lo mucho que me... —vacila —. Eres completamente distinto.

—¿A Hastur? Joder, eso espero.

—A todos. No pensé nunca que nadie del cielo pensara rescatarme... estaba esperándote a ti.

—Ya te he dicho muchas veces que no aguantarías en el infierno ni... —se detiene de acabar esa frase.

—Bueno, no me he muerto tampoco y no ha sido por falta de intentos de Hastur.

—¿Qué te ha hecho? ¿Has podido curarte? —aprieta los ojos.

—Aún me duelen las piernas —explica aunque asiente.

—De verdad necesito dormir por cómo una semana.

—Vamos a la cama.

—¿Y la librería y los ángeles de ahí? Deben estarte esperando.

—No... —suspira—. No puedo hoy con ello —confiesa sintiéndose repentinamente exhausto.

—Vale... ve a la cama. Voy a hacer chocolate y ahora vengo.

Aziraphale le sonríe un poquito, poniéndose de puntas y dándole un beso en la mejilla, el demonio se sonroja un poco. Y es que esto es en lo único en lo que pensaba estando con Hastur. En... Crowley, y no volver a verle y estar con el así...

—No te tardes... ¿usas pijama?

—Sí.

—Vale... me pondré un pijama entonces. No sé si consiga dormir, pero prometo estar en silencio —sonríe un poco más con la imagen mental.

—Puedo no usarlo si lo prefieres —sonríe un poco.

—Si tú no usas, yo tampoco.

—Tú decides —se encoge de hombros

—Tú eres el que sabe dormir —le sonríe y la verdad no se si sepa que estamos hablando de desnudez—. Yo quiero que estemos cómodos y descansar.

—Entonces mejor ponte un pijama. Sí.

Va a ponerse un pijama anticuadísimo con gorrito que te va a parecer terriblemente ridículo. Al menos así Crowley se reirá de algo para variar, porque vaya día.

Crowley se queda en la cocina preparando chocolate caliente que ya veremos que tan bueno está porque él pues... no tiene... no tiene esas cosas en la cocina, así que seguramente lo ha invocado de algún lado.

Aziraphale... piensa en si librería con cierta tristeza o bueno... Piensa en su librería en el drama total.

Vale vale... confesaremos. Crowley manda todos los libros que puede recordar que hay en la librería (que no son muchos, pero tampoco son pocos) a casa de Anathema a base de chasquidos de dedos, porque ahí quería mandarlos Aziraphale... mientras espera que se haga el chocolate. La verdad, está seguro que le va a gritar en plan "tendrías que haberla avisadooooo como se te ocurreeeee"

Pero no hay tiempo de avisar a nadie y la verdad, eso le va a hacer dormir más tranquilo. Aunque no envía las biblias porque se le resisten... aunque no cree que los ángeles sean capaces de hacer nada a las BIBLIAS pero al menos los libros de profecías sí van ahí antes que los queme la bloody inquisición celeste.

Aziraphale solo suspira, con la desagradable y horrenda certeza de haber perdido todo contra el infierno, vale... Hastur le quito la dignidad, la santidad y un poco más... pero ¡el cielo era peor! ¡Sus libros!

Luego Crowley saca el teléfono y busca "books" en google y manda una copia de todo lo que encuentra a casa de Anathema también, por si acaso. Anathema que por cierto estaba a su rollo y se está puto cagando en todo esto sin entender qué pasa

No nos extraña. Lo siento, querida, te compensaremos. O eso asegura Aziraphale, lo que quiera que eso quiera decir.

Da un poco de miedo, la verdad.

Bueno, ehm... sí, no nos extraña Aziraphale está intentando resistirse a mover sus botellas de vino especiales.

Eso sí que Crowley no lo va a mover y puede que se arrepienta aún más que Aziraphale de no haberlo pensado.

Odia al cielo. Lo ODIA

Bueno, al final Crowley va al cuarto con un chocolate en cada mano a encontrarse con Aziraphale sentado en la cama con un camisón y un gorrito. Le mira y es que... pffff

Debe traer hasta pantuflas a juego, eso sí, todo en su línea de color blanco con rayitas azul cielo.

—¿De dónde has sacado eso que llevas? ¿De unos dibujos de Tom y Jerry?

—Ehhh... no.

—Nadie lo diría —se acerca a tenderle su taza. Le sonríe y extiende las manos hacia él.

—¿No es así tu pijama?

—No —le da su taza.

—Debe ser negro, de satín —le acaricia las manos al tomarla—. Mmmm!

—Es de seda —replica y chasquea los dedos poniéndoselo. También se pone el pelo corto porque para dormir es más cómodo.

—Justamente... satín de seda —le mira de arriba a abajo y le da un traguito a su chocolate.

Se sube a la cama cruzándose de piernas y se acaba su chocolate, que tiene más ron que chocolate de un trago. Deja la taza en la mesita y se estira abriendo brazos y piernas.

¿El de Aziraphale tiene ron?

Sí, claro. ¿A caso se puede hacer chocolate sin ron?

Aziraphale sonríe al notarlo dándole un par de tragos más largos. Crowley era un desastre con la comida... pero las bebidas se le daban bien. Le mira otra vez estirarse, relamiéndose los bigotes.

—Estaba pensando en Alpha Centauri.

—Llegas tarde para eso —protesta después de un graaaan suspiro. Ojos cerrados.

Aziraphale suspira también, pensando que aun cuando le haya dicho que no... Aún parece molesto.

—Es que todo está yendo a peor... —susurra levantándose y poniendo su taza en la mesita de noche de lo que ahora parece ser su lado—. En fin. Ya... ya. Me callo.

—Es que eso tenía sentido si se acababa el mundo. O sea, guerra por aquí y por allá por meses, bombas explotando, humanos huyendo, todo el mundo muerto, gritos, fuego, destrucción, papeleo y hasta al cabo de unos años no habría alguien lo bastante eficiente para notar en los registros "oye, que pasó con ese tipo... ¿lo recordáis? La serpiente del Eden. No tengo confirmada su muerte" y probablemente alguien respondería "ese cobarde idiota, trae aquí, nunca le vi morir pero era tan inútil que ya te firmo yo como que lo hizo. Estoy seguro"

—Bien dices que igual si nos hubiéramos ido no habría acabado el mundo... así que pareciera que el plan inefable es de una u otra forma estar como estamos —se acuesta a su lado, todo modosito y recto.

—O sea, es que ahora mismo estamos un poco como... bajo el foco. Esto no es contra la tierra, esto es personal —Crowley se gira un poco hacia él, apoyando un codo en el colchón y la cabeza en la mano. Aziraphale suspira

—Vamos a perder...

—Nunca pensé que había posibilidad de ganar, pero sí creía que si aguantábamos un poco, algo más... podría captar la atención.

Aziraphale le busca la mano con la suya y se la toma. Cuando lo hace Crowley tira de él para que se acerque y abrazarle un poco. A lo que el ángel se le acurruca rápidamente.

—Es muy cansado tener miedo todo el tiempo.

—Sí...

—¿Quiénes dices que estaban en la librería? Vamos a necesitar un plan para hacer esto otra vez —le acaricia el pecho.

—Esos dos... el tipo bajo y calvo y la negra de las marcas doradas

—Sandalphon y Uriel... no se cual es peor. Ugh... mi librería —lloriquea—. Quizás sea momento de cambiar de negocio.

—A lo mejor podría pasar un mensaje ahí abajo con el chivatazo de que están en tu librería y que les den un susto como Hastur contigo.

—¡Que se entretengan entre ellos! —medio se incorpora levantando las cejas—. Crowley, ¡esa es una buena idea!

—¿Crees que funcione? —parpadea un poco.

—¿Conoces a algún demonio que se niegue a ahuyentar a un grupo de ángeles cuando están aquí?

—Pues... no, pero... no sé cómo quede la librería después, la verdad.

—Prefiero esto... a la librería —aprieta los ojos—. ¿Cuánto tiempo viví sin librería además? —la racionalización de las tragedias cortesía de Aziraphale.

—Pero es que entonces todos sabrán que... o sea, lo marcaran como un cuartel angelical.

—¿Y si les matamos a todos? —lloriquea otra vez.

—A lo mejor podríamos ir con el niño anticristo otra vez y pedirle que al final sí ponga en marcha el apocalipsis.

—Seguramente sería lo más... benditamente conveniente. ¿Y sabes? El Apocalipsis tendría un ritmo más pausado del que está teniendo nuestra vida.

Vuelve a echarse para atrás y a cerrar los ojos. Aziraphale le mira unos segundos... y chasquea los dedos.

Crowley abre un ojo para mirarle, el ángel se le acuesta con la cabeza en el pecho como si nada hubiera pasado.

—¿Qué has hecho?

—Nada muy malo. Solo... no te enfades mañana.

—¿Por?

—Nada muy grave —levanta la cara. Le da un besito en los labios.

El demonio parpadea olvidándose un poco. Aziraphale sonríe y le da un besito en la mejilla. Y otro en el pómulo, debajo del ojo.

—¿Estás intentando distraerme? —sonríe un poco.

—Desde luego que no —besito en el temple, besito en la nariz.

—Pues está funcionado —le abraza de la cintura

—Ah ¿sí? Debí saber esto antes —se sonroja un poco, pero le da otro besito en la mejilla, acariciándole un poco la cara.

—Mmmm... —sonríe.

—Sonríes —sonríe también—. Llevas horas siendo tan serio.

—Estoy cansado... —se sonroja un poco.

—Lo sé... —beso, beso, beso—. Voy a parar.

—No te enfades si me duermo —le aprieta más y se gira un poco hacia él.

—Tú no te enfades si no paro... —besito. Besito. Besito.

—¿Vas a aprovecharte de mi mientras duermo?

—Hacerte toda clase de cosas... que te harían sonrojarte estando despierto —se sonroja el solo con la idea.

—Mmmm... —vuelve a sonreír.

—Como... hacer trucos de magia contigo —bromea, dándole un besito en el cuello.

—Voy a darme prisa en dormirme entonces.

—¿Consientes que haga contigo lo que quiera mientras duermes?

—Sí, sí. Claro que consiento siempre que sea en silencio —se mueve otra vez

—Sí, sí... ehm... claro que será en silencio —es lo único que sí que creo que no va a pasar. Crowley asiente acurrucándose un poco ahora él.

—No estoy seguro de saber dormir... —dijo silencio, igual le da un beso en el pelo, cerrando los ojos.

—Mmm... —susurra.

—Cerrar los ojos y relajarme... —beso, beso... otro en los labios.

Ugh! En los labios se lo devuelve.

Sonríe, porque esto le gusta mucho.

No le va a dejar dormir.

Si le va a dejar dormiiiiir. Solo un besitoooo.

No debió secuestrarle.

Jooo... Solo un poquitooooo. Es más, susto que te puedes dar si se acaba por dormir el antes

¡Que se va a dormir si le está besando!

Ejem. ¡Lo dice como si a él no le gustaran los besos!

Sí que le gustan, maldita sea.

Pues tanto se quejan... ¡Casi parece tortura!

Porque no le deja dormir.

¡La noche es larga!

Y el día ha sido infinito...

Pero son besos... los besos no son cansados, menos aún con mimitos y cariñitos. Son suaves y relajantes.

Vaaaale vale...

Si le va a dejar dormir como... en una hora.

¿Una hora así?

¿Es mucho? Vale... vale. Media hora. No puedo creer que luego digan que Aziraphale es el quejiche.

No, es que en una hora lo que va a pasar el otra cosa, a ver si te crees que es de piedra.

Ohhh... Oh. Ehm... Bueno, es un efecto secundario no molesto. ¿O si?

No... o sea, nadie ha dicho que sea... molesto. o no. Solo que va pasar.

Aziraphale nunca sabe bien que hacer con ello desde luego que este problema no será solo de Crowley. Aziraphale también va a tener un problema entre... manos, aunque claro, Crowley y sus manos mágicas pueden resolverlo en un segundo.

Aziraphale debería mejorar sus habilidades. Si tuviera un MINIMO de tiempo libre podría leer un libro al respecto.

Podría leer un libro mientras Crowley duerme. ¿Veis? Si es que nos quejamos de vicio.

Claro, claro... aunque tendría que ir a comprarlo. ¿O Crowley tiene un libro de cómo seducir a otro hombre y lograr que llegue al clímax de manera placentera y eficiente?

Sí se lo pides, te lo pondrá en la Tablet, seguro alguien ha escrito algo en algún sitio.

En realidad no sé si quieras que lea un libro en esa línea ya le veo... en plan "Se supone que tengo que moverte el... prepucio, un poco hacia atrás y colocar dos dedos en la base del pene..."

¿Qué bloody libro está leyendo?

¡Pues el que Crowley le puso en la Tablet!

De todos modos, con la cantidad de libros que tiene NADIE LE CREE que no haya leído nunca, aunque fuera por error, un par bastante gráficos.

Es un buen punto. De hecho quizás... podría repentinamente, sin leer ningún libro aparentemente, ponerse muy en ese mismo plan de... recuéstate qué hay algo que quiero probar.

Exacto. Venga, es que... todos sabemos que luego los libros parecen muy inocentes y a medio libro pasan cosas... No siempre los autores usan metáforas.

Pero me hace gracia que Crowley piense que es todo siempre muy inocente y de repente... Aziraphale haciendo toda una manipulación súper específica y funcional, además CERO avergonzado.

En algún punto indeterminado del beso... es que Aziraphale se separa, mirando a Crowley a los ojos, que le sonríe con los labios medio dormidos, estirando los músculos.

—¿Estás... excitado? —pregunta poniéndole una mano directamente en la zona que puede indicarle si lo está o no.

—No sé para qué preguntas si vas a hacer eso —le corta el estiramiento a la mitad, la verdad. La respuesta igual es sí.

—Quiero probar una cosa...

—Oh —se pasa una mano por el pelo—. ¿El qué?

—Ahora verás... —le baja el pijama

—O-Oh... —se sonroja un poco pero le deja hacer

—En teoría... tienes que decirme qué te gusta más... —toma el asunto con las manos

—Ehm... ¿Q-Qué?

El ángel le mira a la cara de reojo y la verdad es que él está un poquito en pánico.

—En los cincuentas... los humanos tuvieron mucha curiosidad sobre este tema —movimiento laaaaaaaaego. No has leído el estudio de Masters & Jonhson, bad excuse for an angel!

—¿Eeeeeeeeeeh...n los cincuenta? S-Súper rápidos ellos también... p-peero es como tú é-e-época favorita del mundo mundiaaaal —tu sigue fingiendo que no te pasa nada mientras mueve un poco más la mano.

—Pues si que me gustó... y alguien me regaló un libro entonces. ¿Te gusta? Se supone que tengo que retraer esta parte...

—¿Quieeeen te...? —se incorpora con instinto de protegerse un poco

—Eh, eh!

—¡Pues es que!

—¿Qué? No te pasa nada... no te gusta? —le sigue mirando, tan tranquilo

—No es que no... es que...

—Relájate.

—Oh, oh, thank you. Si llego a saber antes que así de fácil se cura la ansiedad...

—¿Qué te preocupa? —pregunta y no crean que le ha soltado, de hecho, le acaricia un poco el pecho con la otra mano.

—Esto así es un poco... clínico —traga saliva.

—¿No te gusta? ¿Prefieres más romántico?

—No es eso —se tapa la cara con las manos. Sí es eso. Aziraphale sonríe un poquito con eso y se le echa encima.

—Eres... sumamente dulce.

—¿Qué? ¿A qué viene eso? —protesta.

—A que lo eres, my love —besito en la mano que le tapa la cara—. Pero quiero que te guste y tú lo hiciste el otro día varías veces.

Y por eso no debes darle ideas cuando está medio en pánico. Ahí va su mano.

¡No! ¡Que va a desconcentrarse en hacerlo contigo!

—No, no... No —le detiene de la muñeca—. Quizás...

What? No es tan fácil, ¿verdad?

—La vez pasada tú fuiste del todo... clínico —protesta sonriendo igual.

—No es verdad, ni siquiera te dejé pensar.

—Quizás requieras pensar menos entonces... —mueve la mano otra vez a la zona en cuestión.

—¡Esa no es la conclusión a la que tenías que llegar!

Estira el cuello para besarle.

Gracias.

Besos, ¡necesitaba besos! Pues besos serán... con todo y mano haciendo más torpemente lo que iba a hacer igual.

Mucho, mucho mejor, apúntate eso.

Pues tanto se queja de los besos... Y de una relación física que no le gusta...

¡Nunca dijo que no le gustara!

Claro que sí, dijo que era terrible que hubieran pasado de ser conocidos a tener una relación solo de dos y además física.

No, preguntó que desde cuando ese cambio así de brusco.

¡Que va! ¡Pues parece quejarse! Como sea, a la hora de la realidad no parece no disfrutar los besos.

Nunca dijo que no los disfrutara.

Y nos alegan ¡Pero dijo cosas horribles mientras peleaban!

Y luego lo saco del infierno en volandas.

Desde luego y está aquí besándole. En resumen, no parece nadie estar poco contento con esto. Solo un poco nerviosito/histérico a momentos.

Exacto, él es el que se fue gritando y luego no... NADA.

Aziraphale le besa con ganas... y en algún punto, indefinido... TODA la ropa de Crowley y la suya desaparece, sin que se dé cuenta Aziraphale de que lo ha hecho él. Crowley está bastante distraído con los besos y su mano a la vez

Aziraphale no tiene idea de que está haciendo pero está haciendo cosas medio erráticas con la mano. Y frotándose a sí mismo contra Crowley como si no hubiera mañana. Esto es un poco absurdo. De hecho Aziraphale se separa sin aire y súper excitado

Pues imagina el otro que ni sé sí no ha acabado ya porque esa mano

My GOD, Crowley... —Se gira, porque le quiere ahora encima de él.

Esto claramente no es una competición, pero te llevas bastantes puntos por ser capaz de pronunciar palabra. Se deja, desde luego, siguiéndole el movimiento y sonriéndole

—Mmmmm —le abraza con las piernas o sea, no quieren ponerse de manera más precisa para ESO.

Crowley le besa otra vez sin saber del todo que hacer. Ahí tienes al experto en Sodoma y Gomorra.

Aziraphale le aprieta contra él y le busca las manos, queriendo entrelazar los dedos con él.

Vale, además no le dejas usar las manos... estás ayudando... Espero que esto no te duela.

¿¡Doler?! ¡No está pensando en eso! ¿Doler por qué? No va a dolerle nada, solo estamos en los besos. ¿No?

No en esa postura, querido.

No... Está pensando en NADA y e vas a meter EL susto en cuatro... tres... dos...

Pega un grito que bueno... O sea al menos prepárale la zona si vas a hacer eso. Más aún si es la primera vez que... A menos que Hastur... No, no... no creo.

Vale vale, Crowley utiliza TODO el poder del universo para echar se atras con ese grito y Aziraphale para más frustración generalizada, protesta.

—Perdón perdón perdón perdón —aprieta los ojos y se aparta más.

Pues ahí está Aziraphale algo planchado contra la cama, levantando las cejas, medio asustado porque NADA de esto implicaba dolor. Puede que hasta las alas haya sacado sin querer. Crowley ha terminado, la verdad, casi por todos lados. Del susto y la tensión.

—¿E-Estas bien? Lo siento...

—H-Has... m-me ha... me ha dolido!

—Lo siento... lo siento —le abraza. El ángel le abraza el también porque mira que mono es y que preocupado está.

—N-No pasa nada... no lo... me has... ¿me has puesto eso ahí?

—¡He parado enseguida! —se defiende y no veas lo que le está costando todo esto de admitirse torpe. Aziraphale le acaricia la cabeza un poco porque si le ha dolido y sí que... ha sido inesperado. Pero es él y nada que haga él está realmente TAN mal.

—H-Ha sido solo un momento... —asiente aún con la respiración entrecortada—. ¿Q-Quieres... intentar otra vez?

Niega.

—Ohh... ¿por? —perdonen, pero con trabajo se ha enterado de que tiene aún cabeza. La neurona además tiene poca sangre alrededor.

—Ya... ya —susurra.

—Ohh... Really? —pregunta y sonríe un poco—. ¿Por mí?

Asiente medio escondido. El ángel sonríe un poco más porque le gusta gustarle y... hacer que tenga placer.

Temptation accomplished —susurra

Shut up —protesta aun súper avergonzado, Un más escondido. Aziraphale se ríe, apretándole contra sí y dejando que se esconda, desde luego.

I love you... —le susurra porque... no hay razón para no ser más dulce aún de lo que ya es.

Se te va a convertir en serpiente otra vez y va a ser tu culpa.

¡No!

—Quizás podría yo... Hacerlo.

Crowley se humedece los labios deteniendo su transformación porque le iba a decir antes de hacerse chica para esto.

—No... no. Perdona. Olvídalo. N-No sé... es una tontería.

—Espera... —pide y se vuelve chica. Aziraphale parpadea un poco—. Así es más fácil.

—¿Lo... es? Bueno... S-Supongo que... e-entiendo.

—¿Qué?

—Eres tu igualmente —le sonríe mirándole a los ojos—. Igualmente... N-No sé hacer esto.

—No puede ser tan difícil —se mueve para acomodarse.

—¿Por qué no? ¿Porque... todos lo hacen? N-No es algo propio de un ángel —igualmente, se humedece los labios, mirándola de arriba a abajo.

—Porque Dios hizo esto compatible. Tendría que ser instintivo...—y ahí va a... sentarse sobre... lo que tiene que sentarse. Y hasta ella nota que está yendo demasiado rápido ¡Por una vez!

—A-Ah... —vale, una mitad de neurona sedienta de sangre es... incapaz de decir NADA. Le pone las manos en los muslos. Espero que estén conscientes de que esto va a durar tres segundos.

Bueno, ella sí se aguanta un poco lo que le duele.

Aziraphale Va a morirse en cuanto vea que hay sangre ahí. Morirse. Pero por ahora solo le mira todo lo intensamente que alguien puede mirarle moviéndose como Dios le da a entender, de verdad.

—C-C-Crowley... —Mira! Si pudo decir una palabra.

Crowley que sigue peleando para conseguir una postura cómoda y que así se le olvide a todo el mundo el ridículo que ha hecho hace un rato.

No ha hecho ningún ridículo o al menos ninguno que le preocupe a Aziraphale

Eso dices tú. A él/lla/elle/yo qué sé ya/whatever sí le preocupa.

Aziraphale aún no sabe qué hay algo que ha ido ligeramente mal. No tiene idea.

Bien, que siga así.

Todo esto está siendo sumamente hermoso, y cercano y suave...

Y acaba de corrérsele dentro, ¿verdad?

Absolutamente. Así además le ha venido del todo de golpe.

Pues ala, ya puedes decir que has consumado tu matrimonio. Venga, ve y cuéntale al cielo porque no puedes matarla. Si le das quince segundos puede pensar en ello.

Sí, sí, si lo que digo es que como ella está concentrada en esto, puede que no se entere que ya y esté aun peleando para... meterlo dentro o... yo qué sé. ¿De veras tenemos que ser tan explícitos, Crowley?

Pero si más metido ya no lo puedes tener. O sea... no le vas a poner la mano ahí otra vez y hacerle un pase mágico ¿Verdad? A ver si otra vez...

Pues... ahora mismo no se le había ocurrido, pero si se lo pide... De hecho igual y hasta no necesita la mano.

En serio Aziraphale no es capaz de pedir nada

Entonces no, no lo hará.

Más que... puede que pida que siga, o que pare, y que le diga que le quiere y que le gusta pero claro que si la ve interesada en... poner a en b aún...

—¿E-Estas... e-estás bien?

—S-Sí, sí... solo... perdona, no acabo de... encontrar la postura —si no la encuentras ni cuando solo te sientas...

—T-Te... duele o...

—N-No, no. Nada que no pueda soportar...

—¿S-Soportar? Debería gustarte... —le pone ojitos de cachorro preocupado.

—Espera... ¿ya estás?

—Creo que... sí. Tú... —le pone la mano por ahí y es que sigue resoplando como si hubiera corrido el maratón—. No quiero que no te guste.

—Oh... —parpadea porque no lo había notado. Pone la mano para dar el impulso eléctrico necesario otra vez... Porque hemos dicho que no lo haría pero... resulta que era mentira.

—Ahhhh! C-Crow... ahhh! —ahí le tienes, arqueando la espalda. Es que le tienes 100% para ti cuando haces eso.

Y espera que es tan idiota que no nota que... ella está ahí también así que... fiesta para todos. Grita también echándosele adelante y que no se golpeen la cabeza por tontos.

Maravilloso, casi no son idiotas los dos, no se crean que no lo notamos. Por lo menos esta vez ya para... y cuando está recuperándose un poco decide que mejor se separa.

¿Ves? Es que todo esto... ¡a eso se refiere cuando dice que todo va muy rápido!

¡Pues! ¡JODER!

Igualmente Aziraphale le besa. No creas que va a dejar que te separes tan fácil.

Vale... vale. Sí. Mejor déjate de experimentos y vuelve al terreno conocido

Puedes hacer experimentos otro día, hoy van MUCHOS experimentos ya. Igualmente esto... es que Aziraphale piensa que no pueden estar MÁS CERCA.

Por eso, por eso. De todos modos... le besa de vuelta.

Aziraphale le abraza del todo, cerrando los ojos y acariciándole un poco la espalda. Sinceramente entiende que los humanos hagan esto.

Y ahora sí, cae dormida como piedra.

Aziraphale sonríe un poquito cuando nota que se mueve en el beso cada vez menos, separándose un poco y mirándole, acariciándole la espalda. Aún tiene el corazón más acelerado que de costumbre y poco a poco regulariza su respiración. Y es que además... está acostada sobre él y eso le hace sonreír más. Se mueve un poquito con mucho cuidado y... tiene que chasquear los dedos lo más silencioso posible para cubrirles con las mantas.

Cuando él se mueve, ella también, sin despegársele porque está calentito y porque sieeeempre tan necesitado todo el mundo de afecto y contacto físico.

El ángel sonríe, irradiando amor puro hacia Crowley a varios metros a la redonda como si una bomba atómica hubiera explotado. Cierra los ojos, incapaz de pensar en nada más que en el demonio

Solo y únicamente por culpa de esto es que Crowley susurra "Aziraphale" en sueños, porque no puede no influenciarle.

No, bueno. Es que siente como le salta un poquito el corazón, sonriendo más y acariciándole muy suavecito la espalda. Podría quedarse aquí así seis mil años más. Suspira profundamente dejándose relajar del todo, sonriendo y tocando un poquito aún la espalda de Crowley, sin pensar en nada más que en ellos dos. Sin sentir una sola gota de algo distinto a amor.

¿Quieres sacarle un poco los miedo al demonio? (Como si no supiéramos todos cuales son)

—No es solo por la misión —susurra en sueños.

—¿Mmm? ¿No lo es?

Niega y suspira. Ojos cerrados. Sinceramente, Aziraphale no piensa ni por un instante que nada de esto tenga que ver con alguna misión. Sonríe.

—¿Me quieres?

—Ysssssss —el seseo que no puede evitar y es que el ángel sonríe del todo.

—Yo también te quiero a ti —besito suave en la frente—. Y nunca voy a dejar de quererte.

Vale, ala, ya está. Gracias, eso es todo.

¿Qué teme? ¿Que Aziraphale crea que esto solo es por la misión?

Ni siquiera está pensando en qué hay una misión, está solo siendo estúpidamente feliz y por una vez, está permitiéndoselo sin ninguna restricción.

Ya pero... ella lo ha dicho tantas veces así como Gabriel y los demonios, que es asqueroso y todo eso que le remueve la consciencia y no quiere que tenga ninguna duda.

Ya... Ya. De hecho es verdad que en otros momentos le da cierta inseguridad pero no parece Crowley considerar esto asqueroso. Ya... tendrá sus momentos de cierta culpabilidad más tarde porque por ahora solo está huyendo de la realidad. O sea... considerando que ha venido aquí a esconderse en vez de ir con el cielo en general.

Ah... bueno, le ha secuestrado.

Claaaaro. Vamos, ese es un bonito pretexto, pero la realidad es que está huyendo y él lo sabe.