Ugh. Aziraphale vuelve a mirar su teléfono, después de buscar a Crowley con la mirada por vez 2749, sentado en el bar.
No hay respuesta.
—¿Dónde veo los mensajes de la... mujer esa?
—En la... aplicación, la que parece una llama.
—¿Una llama como las que hay en Perú?
—No. Una llama como las del infierno.
—Oh... —diez minutos para encontrarla, como mínimo—. ¿Vas a beber algo? O... tampoco.
—No puedo creer que estemos en un bar tomando una copa, esto es tan pecaminoso...
—No es pecaminoso, es pasar desapercibidos. De verdad, no te va a pasar nada —le sonríe.
—Algunas de estas hasta tienen alcohol... —es que no para de persignarse.
Aziraphale sonríe un pelín más, pero puede que sea la sonrisa más decente que ha hecho en toda la tarde. Porque mira que gracioso es que esté preocupado por esto... el alcohol se había inventado hacía como dos mil años. Y él había tomado tanto que ni siquiera recordaba... cuanto sería. Vuelve a buscar a Crowley alrededor.
—¿Y has visto como las prepara este señor aquí detrás del mueble? Son como malabares. Mira, mira... esta es de dos colores... mira y ahora hace una de esas con hielo y plantas.
—Bueno, es divertido, ¿no crees? Pidamos dos... Puedes elegir la que quieras.
—¿Qué? No, no, no, no, no —se echa atrás y se persigna otra vez cuatro o cinco veces.
—Sandalphon... relájate. De verdad llamas más la atención haciendo eso que realmente bebiendo —se levanta—. Te traeré una.
—¡No! Nononono.
—En serio es muy extraño que no bebas NADA.
—¡Ni se te ocurra irte! ¿Y si se me acerca una ramera?
Aziraphale hace los ojos en blanco.
—Créeme, es más probable que venga más gente contigo si no bebes, a si bebes... es RARO que no bebas.
—¿Qué tendrá eso que ver?
—Pues pensarás que eres alguien extraño que requiere... algo más que una simple bebida. ¿Podrías confiar un poco en mí?
—Siento que solo me llevas al camino del pecado... ¡esta ropa y todo!
—Es que tienes la idea de que todo lo qué pasa en la tierra es pecado y no lo es.
—Eso es lo que diría un pecador. Desde luego esto no es rezar en una iglesia.
—Es imposible conocer a los humanos si no hace uno lo que hacen ellos. Limpia tu corazón, y verás que, aún haciendo cosas normales, no pasa nada.
—¡Mi corazón está limpio! ¡No sé lo que insinúas! —protesta y de repente el teléfono vibra.
—Si lo estuviera lo bastante, no estarías preocupado —pega un saltito
—¿Cómo voy a no estar preocupado de hacer cosas pecaminosas?
—No es nada pecaminoso beber una copa con un amigo.
—Eso es justo lo que diría un pecador —repite.
—Si así fuera, TODA la humanidad estaría perdida.
—Claro que no, hay muchas más actividades que no son... estas.
—¿Cómo cantar en el coro de una iglesia? Por favor, no puede toda la humanidad dedicarse a ello.
—¿Por qué no?
—Porque a Dios, aparentemente, le gusta la variedad. Tanto que, no se dedica todo mundo a lo mismo.
—Eso es por culpa de la tentación. Eso de la manzana. Nunca debió pasar y todos serían felices.
Aziraphale vuelve a pensar que no puede haber un ser más denso que Sandalphon mientras él sigue vigilando a la puerta por una mata de pelo rojo y unas gafas de sol.
—Mira... vamos a intentar dejar de cuestionarnos por qué pasan las cosas, y solo seguir en la vida, ¿te parece?
Vuelve a vibrar el teléfono y Aziraphale lo mira, al fin. Son mensajes de la filósofa.
Aziraphale se humedece los labios con eso, frunciendo un poco el ceño y olvidándose de Sandalphon.
"Hey, Tony, watcha doin' "
"Estoy aquí esperándote, no te habrás rajado, verdad?"
Tony. TONY!
Es como media hora más tarde de lo que han quedado.
—¡Además va a plantarnos a todos! —protesta un poco Aziraphale, mirando el teléfono.
A lo mejor hay un tipo ahí, al final de la barra que se le parece. Estira el cuello, mirando hacia allá al notar al tipo del final de la barra.
—Sandalphon... no te muevas.
—¿Qué? ¿Por?
—Porque voy a ir por las bebidas y necesito que cuides nuestra mesa —ahí se va hacia la barra sin esperarle, mirando de nuevo el teléfono.
—¡Pero Aziraphale! —protesta Sandalphon. La filosofa le manda un emoticono de aburrimiento
No le hace caso al arcángel, metiéndose un poco entre las mesas. El tipo de la barra juega a mover los hielos de un vaso de wishkey, dándole vueltas.
"En donde estas" se tarda sus buenos dos minutos en escribirle a la chica, en un rinconcito.
"No encuentro los signos de interrogación ni admiración ni los acentos" en otros cinco minutos.
Parpadeoooo parpadeo
"En la pista de baile" le manda una selfie desde arriba en la que se la ve con un BUEN escote.
Quiere matarla. En serio, está más cerca de caer por estas ganas de matar a esta chica que por ninguna otra cosa que haya hecho en otro momento.
"Ven a la barra" Escribe leeeeentamente recargado en la barra.
"Pídeme una copa (emoticono de una carita mandado un beso)"
Aziraphale toma aire profundamente... y mira de reojo al individuo parecido a Crowley, que ni siquiera tiene un teléfono en la mano.
Pues a saber si se ha aprendido bien su cara y lo que pasa es que no la encuentra, quizás no necesita el teléfono para encontrarla y lo tiene guardado por ahí, buscándola. ¡No tiene idea de cómo funciona esto!
Claro, porque si hay algo a lo que tu marido no es adicto, es al teléfono.
Ya... ya... de hecho seguramente es que no es. Pero se le parece, especialmente con los estrobos estos... ¿quién habrá inventado estas cosas? Está más pendiente de la chica, la verdad. Quizás al final sí la deje plantada o algo. Se muerde el labio pensando que, no sabe si Crowley va a ver estos mensajes y va a saber que está el ahí. ¿Se podrán borrar? Aprieta los ojos porque quería que no se enterara de que estaba ahí, y ¡todo esto está siendo un desastre!
Vale... un milagro. Chasquea los dedos. Desaparecen los mensajes en este y en todos los teléfonos del universo.
Joder, que bestia. Vale, se acabó esta historia. Nos ha borrado el historial.
O sea, estos tres mensajes que él mandó. No TODOS los mensajes de la historia de los mensajes. Aunque no sería mala idea, Crowley. Solo quiere que desaparezca aquí, en el de la chica y en el de Crowley.
Se gira a la barra y se pide una copa de vino, ESPECÍFICA.
No creo que tengan de ESE vino.
Ya, ya... se da cuenta rápidamente. Cuando le dan una copa de otro vino bastante deplorable.
La chica de repente se acerca al tipo pelirrojo de la barra.
Aziraphale abre los ojos como PLATOS. Se ha olvidado de que el vino es malo. Vale. Se acerca hacia donde están. Creo que abre un poco una brecha entre la gente a chasquidos... pero no se acerca tanto como para que le vean. Aunque teme, sinceramente, que si es Crowley le sienta. Y la chica no se ve tan... ¿será la misma de la foto? Supone que lo ha reconocido. Vamos...
Tienen una conversación rápida, ella se ríe, él sonríe
Aziraphale abre la boca IN CRÉ DU LO ¡Mira cómo le flirtea! Este sería un momento perfecto para soltar otro "fuck". No debió nunca desperdiciarlo en el policía. Intenta acercarse un poquito más para escuchar que dicen.
Ella se sigue riendo, mano al hombro. Él llama al camarero.
Aziraphale consigue ponerse en un mejor lugar para mirarlos.
Es pelirrojo y de cara se le ven unos brillantes ojos azules
Aziraphale parpadea. Vamos, es que Crowley podría... milagrosamente ponerse unos ojos azules.
Mientras el chico habla con el camarero la chica saca el teléfono y le llega otro mensaje a Aziraphale, que lo mira el teléfono, extrañado.
"Lo siento, Tony, plantar a la gente no está bien. Tú te lo pierdes."
El ángel levanta las cejas. Al menos no es Crowley. Sonríe un poco de lado pensando, ¡JA! IDIOT! ¿VES CÓMO TIENES QUE LLEGAR A TIEMPO? Te lo he dicho miles, miles de veces, que llegar tarde es un lío y todo el mundo te odia cuando lo haces. Hasta tu cita de la noche se ha hartado de ti por tonto, justamente, por no llegar a tiempo, a saber qué estás haciendo, mirarte al espejo, seguramente.
Igualmente... no quiere que no venga solo porque ella le ha plantado, así que otro milagrito, cambia el mensaje a "aun te espero"
De repente, se encienden todas las luces de la sala a como dos mil watts de potencia y se oye a Sandalphon rezar el padre nuestro como si tuviera un megáfono desde la mesa. El arcángel está levitando un palmo sobre ella de pie y con las alas abiertas.
What the... SANDALPHON! ¡Es el PEOR compañero en la historia de los compañeros!
Es que alguien ha empezado a intentar hablar con él con intención de erótico resultado.
Ahí se va Aziraphale corriendo hacia él y a chasquidos apaga las luces de nuevo.
Sandalphon sigue recitando, sinceramente todo el mundo cree que el ácido que vende ese niño de la puerta es bueno de cojones.
—¿Qué haces? ¿¡Puedes PARAR?! —grita Aziraphale, intentando callarle, ¡por todos los santos!
Sandalphon sigue hasta que acaba la oración porque se ha acojonado y luego baja al ver a Aziraphale.
—Guarda, ¡GUARDA las alas! ¿QUÉ HACES? ¡VOY A REPORTARTE!
—¡Me estaban asediando!
—¡NO PUEDES HACER ESTO! —protesta manoteando—. ¡Está prohibido!
—¡Tengo que protegerme!
—Guarda las alas ahora, o te juro que voy a ponerlo en el reporte —tira de él de la mano.
Lo hace y el segurata del bar se les acerca porque no sabe lo que han hecho, pero... está seguro que no se puede.
Aziraphale toma aire PROFUUUUNDAMENTE, tratando de recordar que él es un ángel. Y no debe vivir con rencor en su corazón.
—¿Sí?
—Voy a pedirles amablemente que... se marchen —pide el hombre de seguridad.
—Estamos esperando a alguien —explica Aziraphale.
—No pueden hacer... eso.
—¿Esperar a alguien? O lo que acaba de pasar. Porque si es eso, no... no ha pasado nada. De verdad no podemos irnos hasta que Crowley llegue.
—No sé lo que han hecho, pero ya no son bienvenidos aquí.
—Excuse me, good man. Si ni siquiera sabe que hemos hecho, ¿por qué habría de echarnos?
El hombre parpadea porque es que la idea de que han hecho algo que no deben está en su mente, pero cada vez parece más una intuición que un hecho. Como un sueño.
—Voy a estarles vigilando.
Aziraphale frunce el ceño... y sigue tirando de Sandalphon, hacia un rincón que se va con él mientras el guarda les mira cada vez más confundido.
—No puedes hacer nada de eso aquí, Sandalphon. NADA. Aunque te asustes. Sacar las alas y rezar a todo volumen no es una opción —se gira a mirarle con el ceño fruncido.
—¡Te dije que iba a venir una ramera!
—Si viene una ramera le dices que no y ya está. No puedes hacer lo que acabas de hacer
—¡Le dije que no y no se iba! ¡Me puso la mano en el hombro! —Y nada más con eso ya sacas las alas, el día que os enteréis todos de lo que le ha hecho Belcebú a Gabriel y solo ha gritado...
El teléfono de Aziraphale vuelve a vibrar.
—NO puedes sacar las alas. Ni aunque te bese, ni aunque te viole. Busca otra forma que sea más terrenal. ¡NO a las alas ni a los milagros que hagan que la gente sepa qué haces! —le riñe tan enfadado. Se pasa la vida enfadado últimamente. Menos mal que tiene el teléfono en la mano o no se enteraría. Lo mira.
Un mensaje nuevo de Anthony del Parque.
Se humedece los labios. Traga saliva. Lo... abre.
"Anda, si has aprendido a usar esto. ¿Dónde estás? Te estoy llamando a la librería y no respondes."
"Fuera. Donde estas tu" taaaarda
"Acabo de despertarme y tengo ganas de marcha."
"Es pregunta" taaaaaarda taaaarda "Ganas de marcha signo de interrogación"
"Vas a invocarme o no? Alguna mierda has hecho con el círculo que lo has cerrado."
—¿Qué haces? —pregunta Sandalphon. Aziraphale se sonroja con eso.
—Escribo.
—¿A quién?
—Shh... dame un minuto.
"Estoy con una amiga tuy "
"... puedes hablar? Me da igual, voy a llamarte." Suena su teléfono.
Aziraphale se humedece los labios. Y... le cuelga.
Vuelve a sonar a los pocos segundos.
Le cuelga otra vez, nervioso, sin saber qué hacer.
"Dale al botón verde" Suena otra vez porque asume que se equivoca al descolgar.
Intenta responderle al mensaje y al hacerlo, pica el botón verde por error.
—Angel? No entiendo nada de lo que escribes.
Aziraphale no sabe qué hacer porque, además, entre la música y demás. Aprieta los ojos y se lleva el teléfono al oído, caminando hacia la salida. Sandalphon le sigue, nervioso.
—Angel? Aziraphale? Where in the hell estás?!
—¡En el TONTO antro de mala muerte al que ibas a llevarla!
—¿A quién?
—¡A la filósofa! —grita más por el sonido que por otra cosa.
—Who? ¿Qué filosofa?
—¡Sabes de que hablo! ¡Seguro viste los mensajes!
—¿Qué mensajes?
—¡Los que te mandas con ella! ¡Los he visto! ¡Hoy mismo, me estabas pidiendo resetear la cuenta del pintagram para escribirte con ella y sus voluptuosos pechos!
—Woh, woh, woh, woh... ¿Qué? No sé ni de lo que hablas.
Aziraphale respira después de gritar todo el rato.
—Tenías hoy una cita, has quedado con ELLA. No te hagas —protesta saliendo a la calle.
—¿Qué cita iba a tener?
—¡A la once y media en este sitio del infierno! —protesta.
—¿Te refieres a Lord Belcebú?
—¡No! ¡A la chica del teléfono!
—No sé de lo que me hablas. Me da igual. ¿Vas a tardar mucho en volver?
—¡Te estoy esperando!
—Ah, pues haberlo dicho. Invócame, anda —se le nota que sonríe.
—Te estaba esperando en un bar y tú no debías saber... —la verdad ahora habla mucho más tranquilo, bajando el tono porque ahora no hay música, aquí afuera.
—¿Y cómo iba a ir si no debía saber?
—Ibas a tener una cita con la pelandusca esa de la aplicación de citas que te llama Tony.
—¿La... qué? —sinceramente, no sé a qué se refiere con esa pregunta.
—Le escribiste hoy. HOY. Y estoy aquí, esperando a que vengas.
—¿Qué aplicación de citas? —oh, sí, sorpresa, sorpresa. Tiene más de una. De entre las que Sandalphon no sabía lo que eran. Aziraphale se detiene con ese descubrimiento.
—Ah, tienes varias.
—Wait, ¿has estado espiando mi teléfono?
—He estado intentando responderte... y ¡oh, sorpresa!
—Wait! ¿Cómo demonios has sabido siquiera como espiar mi teléfono?
—Sandalphon me ha estado ayudando.
—De repente sois tan amigos... Bueno, ¿qué hacemos entonces?
—Ven.
—¿A dónde?
—A este sitio. El... equis, o, ye, o. Está por el Metro Old Street.
—Vale, dame como... un cuarto de hora.
—Y vas a tener que darme unas cuantas explicaciones igual —se humedece los labios.
—Mjm... —ahora si se está mirando al espejo.
—Sigo sin entender... cómo es que no has venido aquí a tener tu cita... pensé que no le ibas siquiera a hablar hoy —susurra y sonríe un poco igualmente porque...todo está bien con Crowley
—En serio, ni sé de qué... —para de hablar porque se está pintando los labios—. Cita me hablas, pero no hagas caso de esas aplicaciones, son de trabajo.
—Te llama Tony y tiene un escotazo. La he visto, te ha escrito para decirte que si te había arrepentido. Le escribiste HOY.
—No me suena —toma sus cosas saliendo del apartamento y cerrando la puerta—. ¿Está ahí contigo o algo?
—Ten cuidado al conducir... está adentro, te ha botado por alguien más.
—Oh, que pena —tan apenada que suena—. Yes, daddy.
—Eh?!
—¿Qué?
—No me llames daddy así —protesta un poco—. Esta... Sandalphon aquí.
—Pues no me hables como si fueras mi padre... deshazte de él.
—No es tan fácil como crees. Igualmente, te veo adentro, ¿vale? ¿Sabes dónde es? —es que Sandalphon, otra vez, debe sentir la oleada de amor.
—Lo estoy poniendo en el GPS. ¿Pero qué quieres que haga entonces? ¿Entro y... vengo con vosotros? ¿Me espero fuera y te llamo?
—No sé... voy a decir que subamos. Sube y nos encontramos arriba. ¿Detrás de... una bocina? No lo sé. Solo quiero verte —sonríe.
—Mmm... vale.
—Acaba de hacer un desastre, rezando y sacando las alas a medio lugar —Aziraphale se gira y mira a Sandalphon de reojo que le mira con el ceño fruncido porque está oyendo toda la conversación—. Ehm... bueno tengo que irme —susurra sonrojado si con cara de... atrapado.
—Vale, no creo que tarde mucho.
—Ehm... vamos adentro —le cuelga, deteniéndose de decirle que le quiere.
—¡Acabas de decirle que te vas a ver con él y que estoy aquí! —le acusa Sandalphon.
—A-Algo le tenía que decir.
—¿Y cuál es el plan?
—Subir otra vez, desde luego —ahí se va.
—¿Y luego? ¿Le tendemos una emboscada?
—Luego le observamos y dependiendo lo que veamos le tendemos o no una emboscada
—Mmmm... Estás planeando darme esquinazo y largarte con él. ¿No es así?
—Ehh... —le mira—. Sandalphon
—¡Aziraphale!
—Please, déjame... vale, no me voy a ningún lado, pero déjame... dame un poco de espacio.
—¡Es que este no es el plan! ¡No es lo que se supone tenemos que hacer!
—Ya lo sé, pero esto requiere investigación.
—¡Ir a besarle y a hacer cosas lujuriosas detrás de una bocina no es investigar!
Aziraphale abre la boca indignado/sorprendido de que haya escuchado. Pues estaba ahí a tu lado.
—¡Espiar a tus compañeros no es digno de un ángel!
—Por el amor de Dios, ¡pero si estaba junto a ti cuando lo has dicho! ¡Ni siquiera estás siendo un poco discreto!
—¿Has estado enamorado alguna vez? —aprieta los ojos.
—Estoy enamorado de nuestra señora.
—Enamorado de alguien que te corresponda —suspira.
—¡Ella me corresponde! ¡Tú eres el que no la ama!
—¡Por supuesto que lo hago! Justamente amar aquí en la tierra es el reflejo del amor que le tengo a ella.
—¡No necesitas reflejar ningún amor si la amas a ella directamente!
—Desde luego que sí. ¡Amor a sus criaturas! ¡Llevo seis mil años haciendo eso!
—A sus criaturas que se rebelaron y le plantaron cara por no amarla.
—¿No conoces sobre la compasión?
—No se puede ser compasivo con criaturas que solo buscan el mal.
—Crowley no busca solamente el mal.
—Es un demonio, Aziraphale, ¡hasta de eso te ha comido la cabeza!
—¿Y qué que sea un demonio? Le he visto muchas veces hacer cosas buenas.
—Solo porque crees que te quiere y te ha embobado con sus besos y su lujuria ¡No significa que sea bueno!
—No creo que me quiere, lo hace. ¿No podrías por un INSTANTE pensar que pasaría si yo tuviera razón?
Y ahí suena su teléfono de nuevo. Una llamada perdida. Signo inequívoco e internacional de estoy ahí fuera. Aziraphale se humedece los labios.
—¿Podrías... ir por tres bebidas?
—¿Es él? ¿Está ahí fuera?
—Ehh... no. Pero necesito ir al baño.
—¡No voy a separarme de ti ahora que sé que intentas deshacerte de mí! No soy tan tonto.
—Necesitamos hacer un trato tú y yo —igual camina hacia la puerta y el arcángel se va detrás—. Dame una hora con él. Una.
—¡No!
—Una noche entonces.
—¡Peor todavía!
—Sandalphon...
Es que Crowley se muere de la risa cuando los ve a los dos. ¡No te rías, inútil!
—¿Quién se ha muerto? —pregunta la demonio acercándoseles y Sandalphon se TEEEENSA.
—¿Muerto?
Ella hace un gesto con la cabeza para señalarle su ropa.
—No seas tonta. Intentábamos... bueno, pasar desapercibidos. Hasta que Sandalphon saco las alas.
—Vade retro, satanás —chilla Sandalphon, empezando a rezar.
—Bollocks... Really? ¿Esto otra vez? —protesta apartándose un poco de Sandalphon y dejando de sonreír.
—Venga, Sandalphon, ¡calla! —protesta Aziraphale... y sutilmente, MUY sutilmente chasquea los dedos metiéndole un malvavisco en la boca.
Sandalphon casi se ahoga, pensando que ha sido cosa de Crowley empieza a toser como histérico porque debe ser algo venenoso. Saca su crucifijo mientras tose.
Ojos en blanco de Crowley. Aziraphale... hace un gesto a Crowley así en plan... vámonos.
—Lovely —mira a Aziraphale y se le acerca, él levanta las cejas, sin moverse.
Sandalphon sigue azuzando loa cruz contra Crowley, pero no le llega porque la lleva colgada al cuello y cuando tira se ahoga más.
—Ehm... Hello.
—Angel —hace un gesto de saludo con la mano alejándose un poco más de Sandalphon, que por fin parece ya no estar ahogándose.
—Eh... quizás deberíamos irnos. A... otro sitio.
—¿Va a estar así mucho rato más? —pregunta a Aziraphale porque Sandalphon está recitando de nuevo quien sabe qué, tosiendo un poco entre tanto—. En serio, tío, tienes que parar de hacer eso.
—Quizás deberías tentarle —le susurra.
—Claro, porque no tengo suficiente con tus celos por absolutamente nada —se vuelve al arcángel—. Really, mira, eres un imbécil. Sé que te caigo mal, ni te creas que tú a mí me caes bien, pero no puedes ir bendiciéndome cada bloody vez que me ves o esto se va a poner violento.
—¡No son por absolutamente nada y no hablaba de tentarle a eso! —protesta un poco Aziraphale.
LA mirada de Crowley. Vale, vale. Discutimos ahora.
—Nada de eso sirve, Sandalphon... —sigue Aziraphale.
—De verdad que últimamente siento como que estamos otra vez en el estúpido siglo XIV. ¿Recuerdas cuando hacías eso tú cada cinco minutos? —se pellizca el puente de la nariz.
—No lo hacía cada cinco minutos... pero puede que si cada vez que te viera.
Sandalphon les mira sin saber por qué Crowley no se está retorciendo del dolor en el suelo en una masa medio humeante a punto de ser descorporizada.
—¿Ya has terminado? —pregunta Aziraphale mirándole. Crowley sí que tiene un escalofrío, vamos a admitirlo. Ya, ya. Más vale que Sandalphon no lo note.
—No, pero... Pero... —vacila el arcángel.
—En serio, tienes que parar. Te invito a una copa a ti también —propone el demonio.
—Ni siquiera quiere beber —le acusa Aziraphale
—¡NO VAS A TENTARME A COSAS PECAMINOSAS Y PLACERES CARNALES ALCOHOLICOS!
—¿Ves?
—Aaawwww —se burla Crowley tan sarcástico mirando a Aziraphale con cara de... "ves lo ridículo que suenas cuando lo haces tú."
Aziraphale le fulmina porque cuando él lo dice ¡lo dice por cosas infinitamente más serias que vino!
Claro, claro... Sandalphon vuelve a recitar. Ojos en blanco de Crowley.
—Vamos adentro —propone Aziraphale.
—Vamos —se encoge de hombros—. Si alguien me llega a decir que un día voy a tentar a dos ángeles a la vida nocturna de Londres... —suelta entrando, Sandalphon da un chillido y Crowley se ríe porque sí, ahora lo ha dicho expresamente. Aziraphale hace los ojos en blanco
—Sinceramente pareciera más que es al revés... —el principado le toma de la mano sin pensar.
—Suele serlo —guiño de ella. Aziraphale se sonroja y tira un poco de ella hacia la puerta otra vez.
—Que mentira.
Aziraphale mira de reojo a Sandalphon preguntándose si va a ir tras ellos, antes de apretarle un poco la mano. Que les sigue, aun murmurando.
—Aún tienes que darme muchas explicaciones, "Tony"...
—Ah, sí... eso —se pasa una mano por el pelo que ahora lleva así a lo Pulp Fiction, quitándole importancia.
Anda, ¿Así liso y cuadrado? Vale.
Ni se cómo, porque lo tiene rizado, pero... Por lo visto sí. Pues con un milagro.
—Se te ve... distinto el pelo así —sonríe de lado.
Sí, sí... el milagroso... asunto. Le mira y le sonríe un poco.
—Casi nos echan... pensé que habías sido tú por un momento.
—¿Y por qué iba a hacer yo que os echen de un bar con pecaminosas tentaciones carnales y alcohólicas? —se burla y Sandalphon le señala con un dedo.
—¡Acaba de admitirlo!
—Yo qué sé, ¿para qué no te viera tener una cita? —los CELOS.
—Sobre eso... —Crowley mira a Sandalphon de reojo.
—¿Ajá? —Aziraphale le mira también.
Crowley aprovecha que está distraído para tomarle de la cintura y plantarle un beso en los labios. El pintalabios es negro esta vez así que te vas a ver súper gótico con tu smoking de pingüino y los labios negros.
Sandalphon deja de rezar y mete un GRITO que parece que acaba de apuñalarle. Aziraphale es que por una centésima de segundo piensa que... está aquí Sandalphon, por Dios. Pero... es que cierra los ojos y se lo devuelve MUY activamente
La verdad es que no es solo Sandalphon quien les mira ahora. Aziraphale le abraza del cuello y es que se la come, tocándole la mejilla. Ha ignorado activamente el grito de Sandalphon, la verdad. Vale. Vale. Puede que te perdone un poquito el susto que le has dado.
Crowley le abraza más fuerte a esto se refería con "ganas de marcha". No que quisiera salir a bailar.
Vaya... vaya. Vaya. Vamos, es que... él acaba de descubrir que también las tiene. ¡Pues es que parecía un mensaje muy críptico! ¿A Sandalphone va a darle un infarto y va a descorporizarse?.
La próxima vez le dirá "quiero sexo" y no será Sandalphon el que se ponga a rezar.
Va a morirse como se lo diga así.
Pues ya se le ha parado el corazón, pero como eso no le impide seguir vivo...
¿Ves? Por eso lo críptico.
Igualmente nota, Aziraphale, que este asunto de "no vas a volver a tocarme" no era muy en serio
¡No! ¡Sí que lo era! ¡Se separa!
Menos mal que no. ¡No!
Sí, ¡porque el huevo!
Por eso no tienes cosas bonitas, Aziraphale, porque te casaste con una histérica.
¡No es una histérica! ¡hasta ha sentido una patadita!
¡En el HUEVO! Será el... ehm... de Aziraphale. Ningún huevo da ninguna patada.
Por qué si cree que va a tener una serpiente ha sentido una patadita es una pregunta demasiado elevada para este momento de pánico.
Es que Aziraphale no le va a dejar separarse de nada más que el beso, si eso.
Aziraphale sonríe como idiota, aun abrazándola a menos de que le empuje. Sandalphon sigue bendiciéndola como si no hubiera mañana y es que se siente como si le hubiera puesto bloody pica-pica en la ropa.
—Hello, gorgeous —le susurra el ángel al separarse—. Te echaba de menos —le acaricia el cuello, suavecito.
—Debiste invocarme en la librería —susurra con una sonrisita.
—Sí, sí debí —Es que quiere besarle el cuello, tocarla desnuda y quererla. Entera. Sandalphon, ahí tienes otra vez la inundación de amor.
Sí justamente por eso lo dice. Sandalphon carraspea porque esto no está funcionando. Y todo es culpa de Aziraphale, que medio se entera del carraspeo, girando los ojos a Sandalphon, que le fulmina. O sea, al menos ayer intentabas esconderte un poco, esto ya es el colmo de lo cínico.
—Ejem... —Aziraphale se separa un poquito—. Ehm... —Es que... no sabe qué decir. No le da el cerebro. Además, con los labios todos pintados. Embarrada la boca, hasta medio despeinado. Se limpia un poco alrededor de la boca, relamiéndose un poco los labios—. Me-me ha... atacado. Ajem.
—Era un beso en la mejilla. Se ha complicado —se burla Crowley. Sandalphon los mira a ambos con cara de "¿os creéis que soy tonto o qué?"
—Necesitas relajarte un poco, Sandalphon —comenta Aziraphale.
—Tú necesitas relajarte un poco menos —le riñe el arcángel.
—Necesitas un trago.
—¡No voy a tomar un trago!
—Va a ser una noche muy larga... —le responde, sonriendo de lado y volviendo a tomar a Crowley de la mano.
—Nah, esto puede ser divertido, nunca he salido de copas con dos ángeles. Ya es difícil sacar a uno... esto es como ver un unicornio —responde Crowley. Haciendo sonreír más a Aziraphale.
—¡No estamos saliendo de copas! —chilla Sandalphon.
—Esto es para que te sigas quejando de mi... —comenta Aziraphale con eso.
—No necesito saber que dos sois peor que uno —replica Crowley.
—No, no... que yo no soy tan peor como dices —sigue el principado.
—En realidad soy bastante benevolente en mis descripciones.
—Más bien yo soy bastante adaptable.
—Uy, sí... un portento de la adaptabilidad, Mr. Como-vamos-a-ir-por-sushi-si-hoy-no-es-miércoles.
—Al menos como y bebo y salgo de vez en cuando contigo —le mira de reojo y luego a Sandalphon, pensando que... se han besado frente a él. ¡Y de qué forma! Y va a escribirlo en su reporte. No había vuelta atrás de esto. Era una abierta declaración de que NO estaba matando a Crowley. Ni siquiera estaba haciendo el intento.
—Lo de comer y beber no me lo eches a mí en cara que eso fue tu idea desde el principio.
—Tú me presentaste al sushi...
—Pero tú ya comías cosas raras antes de eso.
—Había que mezclarse con los locales... que es lo que le insistí a Sandalphon.
—No le creas, yo casi no como —le asegura Crowley a Sandalphon—. De hecho, puedes no hacerlo en lo absoluto y te sentirás mejor, digerir siempre hace sentirle a uno pesado, si vas a seguir el consejo de un demonio.
Se ve como Sandalphon cortocircuita un poco con eso porque... le parece mucho más celestial no comer, pero ¡NO va a seguir el consejo de un DEMONIO!
—Ahora van a hacer equipo contra mí...? —protesta Aziraphale
—Solo en lo que te...
—¡VALE! —chilla Sandalphon cortándole—. Vale. Comeré. Pero no pienso tomar alcohol.
—Podrías probar la Coca-Cola... —propone Aziraphale pensando que algo tienen que encontrar que enganche al arcángel.
—Coca-Cola, de todo... —Crowley arruga la nariz y niega con la cabeza—. ¿No se te ocurre algo PEOR que ofrecerle al pobre? No tomes Coca-Cola, seguro eso te va a hacer sentir mal.
—Vale, ¡probaré la Coca-Cola! —chilla de nuevo Sandalphon porque por lo visto, estando en pánico es tonto del culo.
—Bien, una Coca-Cola. ¿A ti que te traigo?
—Sorpréndeme —sonríe y Aziraphale sonríe también y ya va a acercarse a darle un beso cuando se detiene a sí mismo.
Ooooh! Eso habría sido sorprendente.
Es que está Sandalphon.
Pues sí, pero una cosa no quita la otra.
El principado se queda ahí, vacilante, demasiado cerca, pero... no tanto. Y es que... necesitan perder a Sandalphon.
—Vamos a bailar —la toma de la mano y tira de ella.
—¿No ibas por copas? —igual se deja tirar
—Iba, hasta qué pasó algo —se adentra en la masa de gente.
Crowley la sigue, la verdad bastante curiosa de si se va a poner a dar saltito y pataditas bailando la gavota.
