Para cuando Crowley vuelve del parking ya no va en leggins y botas, si no con un vestido negro largo de generoso escote de hombros al aire y una raja en el lateral de la falda hasta la cintura. Es fácil deducir que no lleva nada debajo. Sigue con el pelo corto, pero hoy tocan los labios rojos.

Vale, MEDIO RITZ se gira a mirarla. De hecho no, el 90% del Ritz se gira a mirarla. Él único que no se gira es un hombre ciego que está comiendo con su esposa

Se sonroja un poco porque aunque sí que se viste extremada y provocativa normalmente, ahora está intentando parecer SEXY porque eso va a decir Asmodeo que debería hacer y eso igual la pone nerviosita. No es que normalmente no quiera parecer sexy, pero es más en la línea de "me veo sexy sin esforzarme demasiado, ups, qué terrible inconveniente para ti, angel". Pero ahora es obvio que se está esforzando. Se le mueven de un lado a otro los pendientes plateados que cuelgan de las orejas cuando anda de ese modo con las caderas.

Aziraphale levanta las cejas... y es que el movimiento de cadera que ahora conoce TAN bien y que le sirve perfectamente bien para... otras cosas. Ejem. Ehm, Se levanta cuando se acerca lo bastante a la mesa.

Ella comprueba rápidamente algo en el teléfono siguiendo al camarero aun con su aire de esto no va conmigo. Ejem.

E-Ehm... hello.

—Hey —responde guardando el teléfono en el bolso de mano.

Vale, que la mira de arriba a abajo de manera un poco más evidente de lo que debería mirarla de arriba a abajo un ángel.

Ella le sonríe un poco sin mirarle del todo como... "Sí, vale... búrlate si quieres, pero de esto va mi trabajo."

—¿A-A cuántas personas se supone que tienes que seducir hoy? —pregunta en un susurrito, en cuanto el mesero se va, no necesariamente tan en broma.

—A ninguna, no es "gente".

—Pues me parece a mí que estás haciéndolo muy bien con todos, incluyendo a la "gente".

Crowley le mira de reojo y Aziraphale le sonríe, porque no es malevolo el comentario.

—Te ves muy bonita... creo que hasta a Asmodeo se le van a caer los pantalones.

Ella se pone una mano en la nuca, apoyándose en la mesa con el codo y mirándole por encima de las gafas.

—Y cómo te ponga una mano encima... —agrega con su carita de inocente, mirándola y sonrojándose un poco. Levantando la mano para llamar al mesero.

—Le interesa más ponértela a ti... esto es solo trabajo, por si acaso. No quiero que me riña otra vez —vuelve a incorporarse, tomando la servilleta.

—Esto es solo trabajo —repite.

—El... vestido y todo eso.

—Oh, por el amor de Dios. Como si no te gustara vestirte... —se gira al chico que está de pie junto a él—. La botella de siempre, por favor.

—No tan... así —explica aun nerviosa.

—He de decir, además que... he tenido que explicar cómo es que eres... tú. Mi marido. A quien a veces le gusta vestirse de... chica. Creo que más de alguno cuestionará su masculinidad hoy en la noche, en soledad.

—¿Y qué les has dicho? —Crowley mira a los camareros de reojo con ese comentario…

—Eso, que... eres tú. Mi marido. El Crowley de siempre. Pero hoy... bueno, te iba algo un poco más femenino. No esperaba... esto.

—Esto no es "algo un poco más femenino" —Se sonroja un poco.

—Sinceramente no esperaba que vinieras así. Creo que no va a colar.

—No sé si va a colar que tengas un affaire con una mujer.

—Ya, ya... —hace los ojos en blanco—. Todo el mundo con el asunto del Southern Pansy... bueno, seguro pensarán que eres una de esas mujeres y ya. Últimamente empieza como un poco a darme lo mismo lo que piensen todos, nadie nunca piensa lo que es.

Crowley se ríe porque solo le estaba molestando y lo logra cada vez.

—De hecho me sorprende como nadie le atina realmente... nunca.

—No pareces del todo... pansexual. Aun así no puedo creer que la primera vez que te bese aquí todos vayan a pensar que soy un affaire... o una prostituta.

Aziraphale hace los ojos en blanco con esa última palabra... prefiere llamarlas "esas" mujeres, le da un poco menos de reconcomio.

—¿Pretendes besarme? Ah, es verdad... por trabajo.

La verdad, es que la simple idea de besarse aquí, le hace sentir bastantes mariposas en el estómago. A pesar de que... supuestamente NO deberían verles ni en público. También le parece un poco increíble que la primera vez que algo de todo esto vaya a pasar no sea con... Crowley pareciendo Crowley.

—¿Te molesta?

—No he dicho eso... solo preferiría que no lo hicieras por trabajo —sisea el señor pasivo agresivo.

—Oh, por lo visto... De todos modos eres tú quien lo ha dicho.

—¿Decir qué? —frunce el ceño.

—Que lo haría por trabajo... pero seguramente prefieras eso que... tenga que intentar matarte. ¿Cómo va a ir eso? ¿Jugamos a las copas envenenadas? —comenta mientras les sirven el champagne.

—Besos benditos.

—¿Besos benditos? ¿Cómo se hace eso?

—Si me dieras uno, lo verías. Pero no... porque no está Asmodeo. Y tú solo haces esto por trabajo.

—Exacto, solo odio para ti hasta entonces.

—Hoy, por lo visto —toma su copa.

Crowley mira la copa de él tomando la suya y es que... Azirphale se humedece los labios y la acerca a ella. Tenía ganas de venir aquí, con Crowley. Sonríe sin poder evitarlo.

Ella chasquea los dedos y le quita el bloody alcohol al bloody champagne.

Mierda de cosa.

—¿Qué hiciste?

—Una abominación, no sé cómo no me reconocen más en el infierno por esto.

—No te veo besarme, no es por nada —susurra acercándole la copa.

—¿No era que solo odio hasta que llegara Asmodeo? —igual toma su copa para brindar con él.

To the world?

—Mmmm... nah. Voy a brindar por mi trabajo, hoy —se sonroja un poco.

—Entonces hazlo bien —pide acercándosele un poco y sonríe de lado.

—Bien, ¿cómo? —se acerca también.

I...

—"I..." —repite, Aziraphale le sonríe sinceramente.

I lo —empieza y... un sonriente Asmodeo les interrumpe.

—Ohh! ¡Si han llegado antes!

Oh, fuck it —protesta Crowley. Aziraphale aprieta los ojos y se separa, la demonio suspira y se gira hacia él.

—Tórtolos... ¿los interrumpí? Lo siento, lo siento.

—¿No habíamos quedado a una hora a la que ya nos habríamos ido y tú te quedabas con un palmo de narices?

Aziraphale querría matarle, no es por nada, dándole un trago al champagne y... casi escupiéndolo. ¡Por DIOS! ¿¡Qué es esta agua horrible!?

—Justo por eso estoy aquí... —se sienta al lado de Aziraphale que aún está flipando con la horrible champagne.

So nice...

—Estas arriesgándote mucho, Asmodeo... —murmura Aziraphale, echándole una mirada de ESAS.

—Oh, venga... no me odien. ¿No estamos todos haciendo nuestro trabajo?

—No — sentencia Crowley, seca.

Aziraphale sonríe con eso mientras Asmodeo pide una copa más para el recién llegado.

—Te ves sumamente guapa... ¿no crees, Aziraphale?

—Llegas tarde a esa parte de la conversación —Ojos en blanco pero se sonroja un poco porque se siente bastante incómoda.

—Y como sigas así... —Aziraphale, por una vez, sonríe de forma un poco peligrosa, mirando a Asmodeo de reojo.

—¿A qué parte? ¿A la de lo guapa que te ves?

—Sí.

El mesero le sirve a Asmodeo y Aziraphale hace un chasquidito suave. Justo antes de que el demonio le dé un trago a la champagne.

—De verdad siento que les he interrumpido en un momento... íntimo. Les propongo una cosa.

Crowley mira a Asmodeo habiendo notado el chasquidito de Aziraohale, pero sin querer hacerlo evidente

—¿Qué cosa? —pregunta Aziraphale con suavidad mientras Asmodeo da un trago a la Champagne sin notar la falta de alcohol.

—Por que no... Me busco una mesa interesante para sentarme y les dejo en paz —Asmodeo sonríe y pone su mano sobre la de Aziraphale, a quien no había prácticamente tocado hasta ahora, se gira a mirarle, levantando un poco las cejas casi sorprendido con el tacto del demonio. De hecho un poco azorado.

Crowley vuelve a tensarse con eso y si lo pensara detenidamente le pondría nerviosa la idea de que Asmodeo les esté VIENDO desde lejos porque eso supone que ella va a tener que ser mucho más de acercarse y tocar a Aziraphale todo el rato, pero poder tener una conversación privada y... SOBRE TODO que no sea él quien esté tomándole de la mano al angel y haciendo quien sabe qué... hasta de pie se pone. Dando un golpe a la mesa con ambas manos.

Aziraphale pega un SALTO como si le hubiera atrapado desnudo sobre la mesa con Asmodeo. Quita la mano de golpe. Y Asmodeo sonríe hacia Crowley su mejor sonrisa de demonio.

Crowley le fulmina casi sacando fuego por los ojos y unas cuantas mess del restaurante están bastante azorados con todo lo que pasa en esta mesa, no es por nada.

—¿Entiendo con esto que... no te gusta la idea de que me vaya a otra mesa?

—A lo mejor soy yo quien debería irse.

—A lo mejor... —Asmodeo sonríe de lado.

La cosa es que se lo está diciendo a Aziraphale y no a Asmodeo

W-What? No! —Aziraphale le mira agobiado, porque ni siquiera sabe qué ha hecho Asmodeo al tocarle, pero ¡ha hecho algo!

—¿Entonces él? —Lo que ha hecho ha sido activar Crowley / celos . Exe

Yes! ¡Él! —asegura Aziraphale un poco asustado en general.

Crowley se vuelve a Asmodeo con cara de "el ángel ha hablado". Asmodeo sigue sonriendo un poquito, ligeramente satisfecho consigo mismo. Se encoge de hombros y se levanta él, con todo y copa. Crowley vuelve a sentarse

—Bien... ha sido un gusto —asegura, despidiéndose de ambos. Estira la mano un poquito y se la pone a Aziraphale en el hombro dándole una palmadita inocente de despedida.

Aziraphale casi se sale de su cuerpo durante la palmadita y Crowley chasquea los dedos. Por lo visto sí vamos a jugar a las copas envenenadas. Y esa es la de Asmodeo.

Le has ganado a Aziraphale. Lo juro. El ángel decide inmediatamente que no quiere otra vez la mano de Asmodeo ni siquiera levemente cerca de él, algo sonrojado la verdad porque... ni siquiera sabe que hace con ella, pero ¡no es nada bueno!

Debe tentarle solo con el tacto... yo qué sé, es Asmodeo. Tampoco creo que ese haciendo nada demasiado intensamente, me parece que Aziraphale no se lo esperaba y está sobrereaccionando.

Ah, bueno... Crowley mira a Aziraphale un instante antes de mirar que mesa elige Asmodeo, el ángel tiene carita de alivio de que Asmodeo se haya ido de aquí.

—Ugh... le detesto —susurra ella.

—Gracias por echarle... —responde tocándose la mano donde le ha tocado.

Fuck you —protesta agresiva, Aziraphale le mira, levantando las cejas.

—I beg your pardon?

—No hace falta ser sarcástico.

—De qué... ¿sarcástico?

Asmodeo se sienta un par de mesas más allá, lo bastante lejos para no oírles pero lo bastante cerca para mirarles bien.

—Pues tú le has echado.

—Le has echado tú poniéndote de pie así.

—Yo me he levantado porque me iba —se mueve tirándose más en su silla

—Eso he visto —le mira de reojo—. Y menos mal que no lo has hecho

—Ya te he dicho antes que quería contigo.

—No estoy seguro de que esa sea la real intención —aprieta los ojos.

—¿Eso te dices a ti mismo?

—No. Creo que quiere causar problemas.

—Me pregunto cuántas veces sentías que yo... y te decías a ti mismo que solo quería causar problemas —comenta jugando con un cubierto distraídamente.

Aziraphale hasta abre la boca de absoluto asombro de lo que está oyendo, combinando esto con un rojo pasión en las orejas que incluso se le va a las mejillas porque racionalizar a Crowley... se le daba bastante bien. Ella le mira de reojo.

—Ugh. P-Puede que a-alguna vez.

—Ya... ya.

—Pero en este caso es obvio que sí es así.

—En todos, por lo visto.

—¡No hay respuesta buena a esto!

Crowley le mira... y sonríe un poco porque no, no la hay, pero de algún modo el ángel la ha encontrado igualmente.

—Me pregunto si alguna vez, lo que querías era realmente causar problemas... —le mira de reojo, a sabiendas que esto implica meterse un poco más en el lío.

—Alguna vez... sí —sonríe más.

—¿Qué problemas querías causar? —pregunta dando otro trago a su copa y volviendo a arrugar la nariz.

—Los que fuera. Cualesquiera.

—Alguna vez... ¿no querías causar problemas y solo querías afecto?

Se sonroja, porque... como en un... noventa y ocho por ciento de las veces. Él estira la mano hacia ella.

—Nnnn —se encoge un poco de hombros arrugando la nariz.

—¿Has notado... —deja la mano sobre la mesa y se sonroja un poco—. Las veces que... te he tocado últimamente?

Ella le mira otra vez y él se humedece los labios.

—¿Te refieres a como no hemos parado de... en todos lados?

—No —aprieta los ojos.

—¿Entonces?

Quita la mano de la mesa porque... Quizás no lo ha notado y decírselo implica que activamente se fije en ello. Crowley parpadea con ese movimiento.

—¿Qué te apetece comer? —pregunta.

—Lo que tú quieras.

—Quiero ver la carta —sonríe un poco.

—Y yo que me respondas.

—Umm... Es solo un detalle que quizás a ti no te llame la atención —Se revuelve un poco.

—Pero ¿A qué te refieres?

—A tocarte —explica y extiende una mano hacia ella y le toca un poco el brazo—. Tocarte.

—¿Qué con eso? —mira la mano en su brazo... suelta la copa y le tiende la mano hacia él.

—Quizás no has notado cuántas veces...

—Bueno... más que antes, desde luego.

—Antes no te tocaba.

—Ya lo sé.

—Lo que quiero decir es... —se revuelve un poquito y suspira profundamente, sonriendo—. Que no creas que... e-esta necesidad de tocar es... algo de hace cinco días.

—Ya lo sé —no le mira

Él si le mira un poco sorprendido con eso. Pues es que ella... siente lo mismo.

—Todo está en... sentarse muy derecho y no... permitirse intentarlo. Porque el día que... ocurriera.

Echa la cabeza atrás mirándole y él le acaricia un poco los dedos.

—Ahora quiero tocarte todo el tiempo —sonríe.

Crowley sonríe y tiŕa de su mano para besarle los nudillos otra vez, porque le gusta la cara que pone cuando le hace eso. Especialmente cuando no se lo espera.

Sonríe un poco más, entrecerrando los ojos y Asmodeo vuelve a pensar que Crowley NO está actuando esto. Nadie es tan buen actor. ¡Ni él!

Claro que sí, no ha hecho nada del otro mundo. Mirarle como le mira, eso es lo que ha hecho. Hasta con gafas se le nota.

Aziraphale gira la mano y le toca la mejilla, ahora completamente lisita y suave. Ella le besa la palma, sonriendo, haciéndole sonreír un poco más y mover los labios a decirle el casi silencioso "I love you" que le robó Asmodeo un rato atrás.

Ella sonríe y le acaricia la mano que tiene puesta en su mejilla porque estaba preocupada pensando que necesitaba tocarle porque Asmodeo está ahí y que le iba a costar más hacerlo.

¡Que te va a costar hacerlo! Entiendo que lo pensarás, pero... tienes bastante buena comunicación con él.

Y se apagan todas las luces del Ritz

En fin... BOOM. Fuera TODAS las luces, hasta las velitas y las de emergencia. Y hemos de confesar... Que por una fracción de segundo, Aziraphale piensa en su inocente cabeza... que esto es una clase de sorpresa de Crowley o algo así. Hasta se le acelera el corazón y sonríe un poquito.

"Cumpleaaaaaaños feeeeeliiiiiiz"

Ehm... algo un poco más en la línea romántica...Un anillo o violines o... bailemos.

"Semanaversario feeeeeliiiiiiz"

¿Podrían por el amor de Dios dejar de burlarse de sus ilusiones? Gracias.

Crowley le aprieta la mano cuando se apagan las luces y es cuando el ángel siente el pútrido aroma del saco de Hastur en la cabeza y un agudo dolor en la espalda que le hace pegar un BUEN grito, que nota que esto... no es una de ESAS sorpresas.

No, bueno. Y los gritos del resto. En serio, ¿también os vais a llevar a la gente que está ahí comiendo? Y más vale que alguien se lo haga también a Crowley...

Creo que a Crowley solo le dan un buen golpe en la nuca que lo deja bastante groggy. Casi se lo hacen a Asmodeo también.

¡Eh! ¡Eh! Asmodeo saca fuego infernal por los ojos y verás como no se lo hacen.

Vale, vale... pues no. Gracias.

Gritos variados y golpes por todos lados, forcejeos a oscuras y...

Aziraphale... despierta junto a Sandalphon. Sinceramente, Belcebú asumió que Crowley bajaría por su propio pie pero se queda medio tirada bajo la mesa de Ritz...

Los dos ángeles están en el sub-sótano veinte del infierno en una celda bastante nueva, vamos a decir que la celda menos horrible que tiene el infierno, si eso es posible de algún modo porque ya es bastante que les haya dejado hacer esto...

Unas pesadas cadenas de plomo y cobre forjado con fuego infernal, rodean el cuello de ambos. Aziraphale además tiene una fea quemada en la espalda que le hizo Hastur que tiene una insana obsesión con él.

Sandalphon se acerca a intentar despertarle y... curarle. Sinceramente, después del golpe en la cabeza (y la quemada de Aziraphale, que ha sido bastante gratuita), no les han hecho demasiado a ninguno de los dos.

Aziraphale se queja un poco porque le duele la espalda. Sandalphon hace su mejor esfuerzo para curarle porque lleva aquí todo el día y está ASUSTADO DE LA HOSTIA

Hastur hace muajaja y asegura que la C de caído (porque es imbécil) que le ha marcado con un plomo caliente en la espalda, no se le va a borrar a menos que se descorporice. (Hastur está de sádico... ya le he reñido)

Aun así, Sandalphon sí que consigue quitarle el dolor... Sinceramente, Sandalphon cree que es una C de Crowley y que esto es ridículo.

O si es una F de Fallen tal vez es de Fell, que se supone que es su apellido o lo que sea. O tal vez es una C de creppes. O una F de Fondant. En cualquier caso esto es idiota.

Pues le ha puesto una C y él dice que es de caído y que el idioma un asco.

Vale, C de Crowley, eso piensa Sandalphon mientras se la cicatriza lo mejor posible.

Aziraphale opina que es una C de "Cvas a ver cómo te descorporizo yo a ti, demonio de mierda, que te he tenido ya demasiada más paciencia de la que debería."

—¿Aziraphale? ¡Aziraphale!

—Mmmm...

—¡Aziraphale! ¡Tienes que despertarte!

—¿C-Crowley? —susurra.

—No soy Crowley, soy Sandalphon. ¡Debe estar ahí fuera riéndose de nosotros!

—¿S-Sandalphon? —le cuesta. Le cuesta entender unos segundos más.

—Sí, soy yo... estamos en el infierno. Me he despertado aquí, no sé cuánto hace.

—¿O-Otra vez? —se incorpora un poco y siente el cuello pesaaaaado.

—Sí, acaban de traerte, no sé lo que están haciendo... ¡quieren algo!

—¿E-Estás bien?

—¡Claro que no!

—¿Qué te han hecho? La espalda... me no... aún me duele un poco. Es lo único que recuerdo —se toca la cara y la cabeza.

—Llevan horas, podría ser días... se burlan cuando rezo y dicen que Belcebú nos ha hecho traer, que tiene un plan para nosotros que implica las peores torturas.

—¿B-Belcebú? Cielos... Crowley. Le han atacado a ella también. Estábamos... —parpadea, sin recordarlo.

—¡Tú estúpido novio debe estar ahí fuera muerto de la risa!

—No va a estar afuera riéndose, Sandalphon.

—Por el amor de Dios, Aziraphale... ¡Nos han secuestrado! ¡Está claro que él ha urdido todo esto! Me envenenó con sus malas mañas para que nos separáramos a pesar de lo que dijo Gabriel y seguro él mandó a sus secuaces a por mí ¡y ahora lo ha hecho igual contigo! Les he dicho mil veces que no soy el ángel al que tienen que matar, pero no me escuchan.

—No. no... Sandalphon. Lo estás entendiendo todo mal —se lleva las manos a la cabeza porque aún le da vuelta todo—. No ha sido él. ¿Belcebú ha venido a verte?

—No, pero dicen que vendrá pronto... que quiere hacer pruebas... Que quieren aprender las peores formas de torturar a un ángel sin que se muera —la verdad, eso se los ha dicho Sandalphon y todos han quedado gratamente impresionados tras esa puerta.

—Eso ya lo averiguaron conmigo... no sé qué es lo que quieran. Pero somos dos —se intenta quitar la cosa del cuello con un milagro, un poco estúpidamente porque seguramente Sandalphon ya lo intento antes y no pudo—. ¿Quién ha venido?¿ Reconoces a alguno?

—Sí, no, que sé yo, llevan días golpeando esa puerta cada dos por tres para reírse y amenazarme.

—¿Te han lastimado? ¿Te han arrancado algo? ¿Necesitas que te cure algo? —pregunta intentando calmarle un poco.

—¡Claro que me han lastimado! ¡Son unos bestias! —protesta y es más miedo y drama que lo que le hayan hecho realmente.

—Lo sé, lo sé. A ver gírate que te reviso. ¿Ha venido Hastur?

—¡Sí! ¡Han venido todos!

Aziraphale suspira mirando su anillo de serpiente, que aún tiene en la mano y humedeciéndose un poco los labios.

—Asumo que no puedes hacer muchos más milagros que curarte... ¿qué has intentado? ¿Has atacado a alguno? ¿Algo más que exorcismos? Eso ni sirve... ¿te han quitado tu cruz?

—No sirve nada aquí, ¡ni bendiciones! Todo el lugar está completamente maldito.

—Es el infierno, Sandalphon. Desde luego que está maldito. ¡Ya es bastante que podamos curarnos!

—¡Tú pudiste escapar la otra vez! ¿Cómo?

Aziraphale le mira a los ojos y se le acerca para susurrárselo al oído. Sandalphon le mira, nervioso y asustado, poniendo la oreja.

—Con ayuda. Llegará. Ten fe y confía en mí...

—¿A-Ayuda?

—Shhh! Confía en mí...

El arcángel se cubre la cara con las manos súper preocupado y decide irse a un rincón a rezar. Si tiene que pedir ayuda, más vale que sea cuanto antes. Aziraphale suspira, tocándose completo a ver si lo tiene todo entero.