¿Crowley está bien?
Eeeeh... Seeeh, seh, claro. No.
¿Quieren ir con él a... hablar con Aziraphale?
Nnnn... ehm... uhm... w-well...
O sea... Crowley se convierte en serpiente para salir de ahí en cuanto Belcebú sale por la puerta con el otro ángel que es… ¿Gabriel? Bueno, no está muy seguro de quién coño es, pero whatever, a nadie le importa. El caso es que se escabulle entre los pies de la turba de demonios porque por lo visto no concebimos el concepto "vamos a pasar cinco minutos seguidos en la misma forma".
Todo el infierno le parece raro y maloliente de un modo diferente al habitual. Por lo visto ahora sí hacía mucho que no venía, hasta obras parece que han hecho. Menos mal que se las perdió.
Nadie le pisa, de pura casualidad.
Sale al cielo de Londres y joder, es que algo debe haber pasado porque... y no se refiere al beso que se ha dado con Aziraphale que... le hace convertirse de nuevo en humano y dar una vuelta sobre si mismo.
¿Hombre o mujer? Solo por curiosidad.
Todos sabemos que debería ser... mujer, pero no lo creo la verdad.
Está bien, no pasa nada.
Sí que pasa, pero no lo sabe
Aziraphale... debe estar en una de las salidas del infierno, sentadito, para variar, esperando a ver si sale.
Seguramente Crowley sale por otra puerta porque maldita sea con la suerte que tienen.
Mierda. Lo bueno es que siempre le encuentra
Y el problema es que... no reconoce absolutamente nada ni sabe a dónde ir.
Saca tú radar encuentra ángeles llamados Aziraphale, anda. SIEMPRE le encuentras. Hasta en Francia.
Sandalphon, desde luego, se ha ido al cielo a esconderse para siempre jamás porque Gabriel es el ángel salvador del que hablaba Aziraphale, ya lo sabía, menos mal que existe pero no va a volver a ni acercarse a la tierra nunca jamás.
Ojos en blanco. Mejor. Aziraphale sonríe un poco cuando se larga.
Ni siquiera le habla cuando se larga ni le intenta convencer de que le siga ni mira atrás
Oh... bufff, cielos. Tan espeso como siempre.
Pues no va a perder ni un instante más aquí abajo.
Ojos en blanco. Mejor. ¡Mejor!
Y que se olviden de que vuelva a quedarse, eso lo tiene muy claro, por mucho que Gabriel haya ido por ellos.
¡Vale, mejor!
Lo hablará luego con él, que mande a otro. Se acabó. Fin de esta misión. Si le hace bajar de nuevo, renuncia.
No se puede renunciar o Aziraphale ya hubiera renunciado.
Pedirá el traslado. A Italia. Siempre le ha gustado el clima de Italia. Y está el vaticano. Es el lugar perfecto para él.
Ugh. Pobres italianos. Si... no tan lejos como debería. Pero sí. Asmodeo ira a visitarle y a pervertirle.
¡No le van a decir a Asmodeo a donde lo han trasladado!
Asmodeo lo encontrará, solo hay que seguir los chillidos.
Aziraphale está considerablemente más interesado en que Crowley le encuentre a él.
Crowley no sabe ni que tiene un apartamento en el centro, ni una librería en ruinas, ni que le gusta ese banco del parque, ni que probablemente hoy que es lunes, toque hacer mercado.
Quizás si se mete en problemas se le atine la brújula.
Bueno... Crowley no sabe ni por dónde empezar y la verdad es que está un poco nervioso. No se puede presentar... donde sea que tenga que ir así sin más después de que le ha besado... ¡LE HA BESADO!
No nos extraña. Ohh ¿Por ESO lo está? ¿Y qué quiere? ¿Ir con flores?
O sea, o sea... que seguramente no es nada, a ver... que estaban en el infierno y claro que le han obligado y todo eso y solo ha sido por salvar su vida y todo lo demás.
Ya, ya... Por eso te metió la lengua hasta el esófago. Belcebú estaba midiendo la proporción de legua que te metía.
El caso es que analizando la situación, ni sabe bien que estaba pasando. O sea, estaban en el infierno, eso está claro, pero no tiene ni idea de cómo llegaron ahí. Reflexiona mientras anda vagamente hacia ningún lugar concreto.
A pesar de que ya ha visto los coches y le han asustado bastante. Creo que vamos a buscar un lugar donde no los haya.
Con lo que te gustan después... (¡Y como si las cuadrigas no fueran aterrorizantes también!)
El caso es que estaban en el infierno y no creáis que no ha oído a Aziraphale decirle que tenían que tener sexo y luego que hacer el amor. Así. Cita textual. Con esas mismas palabras. Y dos veces.
O sea, podría haber malinterpretado la primera vez, pero no puede haber malentendido dos veces y menos cuando claramente le ha pedido que le besara. ¡Y QUE BESO!
Sí, hacer el amor lo dijo, yo lo oí.
Tiene que agarrarse de un árbol de la plaza a la que ha llegado... y se pasa una mano por el pelo sonriendo idiotamente. Luego se toca los labios y se abraza a si mismo porque no puede con todo esto... iiiiiihhh!
Es queeeee, es monisimo. También te ha dicho que te quiere.
Vale, vale, calma... otra vez, estaban en el infierno y seguramente le estaban obligando a hacer esto.
Claaaaaro, claaaaro, a besarte bien obligadamente. No a besarte sino a hacerlo bien.
Quizás... quizás Lord Belcebú se había enterado que él... estaba enamorado del ángel y era una especie de prueba. O de juicio. Y habían capturado y amenazado a Aziraphale para que lo demostrara a cambio de su propia vida
Quizás Aziraphale está enamorado de ti...
Quizás iban a... condenarle a algo peor por ello, pensar que no era ya digno de confianza. Encerrarlo en el infierno a hacer papeleo o decidían simplemente... prescindir de sus servicios para siempre jamás.
La conclusión fatalista. Comprensible, pero fatalista.
Es decir... luego el infierno tenía poca manga ancha con esto y seguro que pensaban que les traicionaría a la mínima de cambio. Que… bueno, para ser honestos, lo haría, igual que todos los demás. Pero tal vez esto ya era arriesgarse demasiado.
¡Ahora no quieres ser el amante de Aziraphale! ¡Que fuerte!
¡Lo que no quiere es que lo sepa todo el mundo!
Uy... hmmm... háblalo con él. No parece saberlo todo mundo, solo los que no tienen ojos no lo saben.
¡Estaban en bloody mitad del infierno! ¡En un escenario! Había gente sin ojos ahí. Los vio. Y para la capacidad de visión que tenían estaban en localidades nada despreciables.
Ya, ya... Aziraphale también estaba un poco escandalizado con el escenario. Querían oír los gemidos de Aziraphale mientras decía tu nombre.
Tal vez... tal vez debería ir... debería ir a buscarle porque desapareció en mitad de su primer beso y eso es una señal de mierda.
¡Su primer beso! Otra vez tiene que dar una vueltecita y algunos saltitos.
Pero... ¿Dónde? Un detalle sin importancia. Y lo PRIMORDIAL. ¿Con qué actitud?
Aunque a lo mejor ahora que lo había secuestrado el infierno y obligado a besar a un demonio era el ángel el que decidía que ya no quería volver a la tierra. Le caía muy bien pero a veces tenía unas ideas de mierda que eran como para pegarle con la mano abierta.
Pero en el cielo no había comida. Seguro bajaría a comer tarde o temprano. Había visto a ese idiota chupar bivalvos como si fuera un Dios del sexo oral de un modo completamente obsceno sin ni cuenta darse en demasiadas ocasiones como para saber que iba a ser capaz de prescindir de todo ello.
Y no, no tenía envidia de las ostras, antes de que venga alguien a insinuarlo. Jum.
Además, todo eso eran CITAS. O sea, nadie había dicho que lo fueran formalmente y Crowley tampoco se atrevería a mencionarlo en voz alta imaginando como se pondría Aziraphale si acaso alguien se lo ligeramente insinuara, chillando cosas sobre haberse encontrado por casualidad y blablablá. Ojos en blanco. Whatever.
Vas a caer fulminado cuando notes lo bastante asumido que tiene todo esto últimamente.
Pero, PERO, de hecho, si todo el mundo tenía la delicadeza y educación suficiente como para dejarles a sus asuntos y no comentar al respecto la actitud del ángel era perfectamente compatible con una cita.
Era encantador y risueño, hablaba con él animadamente todo el tiempo de cualquier cosa. TODO EL TIEMPO. Se reía de sus chistes, se molestaba un poco con él y le devolvía las puyas, normalmente de formas súper ingeniosas, maldito bastardo, y casi lo más importante, era capaz de pensar por sí mismo en vez de dejarse arrastrar por el rebaño.
Es cierto que Crowley había tenido que esforzarse un poco para que lo hiciera, pero era capaz. Eso ya era un mundo de diferencia.
Aziraphale se sonroja un poco. Crowley había tenido que darle en la cabeza con una roca durante seis mil años seguidos para que Aziraphale a veces pensara por sí mismo.
Cuando estaba con él en esas citas... (y había pasado el cuarto de hora de rigor en el que el ángel repetía una y otra vez hasta la saciedad su discurso sobre la naturaleza contraria de cada uno y otras tonterías habituales, no fuera que alguien se olvidara ni por un segundo...) Crowley siempre llegaba un punto en que sentía que dejaban de ser un ángel y un demonio.
Especialmente, él dejaba de ser un demonio repudiado y caído y demás adjetivos dramáticos y penosos de los que le gustaba añadir a su discurso para ponerse en una postura decadente y cool. Y solo eran dos personas... dos amigos. Tal vez un poco más (o eso le hubiera gustado) con capacidades distintas pero similares, con trabajos diferentes pero parecidos y con problemas y vidas dispares pero semejantes.
Pero si hasta había amor... se veía en el ambiente, lo veía en el ángel. Como se le aceleraba el pulso, le brillaban los ojos y se le iluminaba la cara. Le veía ruborizarse ligeramente, temblar un poco y hasta contener el aire cada vez que... aparecía un estúpido camarero con un estúpido plato nuevo de lo que fuera que había pedido para comer.
Vale. Tal vez Crowley era a veces la estúpida tercera rueda en la relación entre el ángel y su estúpida comida.
De todos modos, dejando de lado eso, estaba clarísimo que eran citas. O sea, no, porque siempre acaban con Crowley acompañando al ángel a su casa y quedándose con dos palmos de narices y un estúpido "Buenas noches, my dear boy." en la puerta.
Sin siquiera un pequeño beso ni nada, ¡ya no digamos invitarle a entrar para actividades ilícitas! Como mucho MUCHO alguna de protesta a veces sobre que ojalá y no tuviera que dormir. ¡Pues cómo iba a no irse a dormir! ¿Qué demonios esperaba que hiciera? ¿Pasarse las próximas horas encerrado en un cuarto oscuro rememorando la noche, pensando frustradamente en la velada y en la conversación y en lo que había pasado y sobre todo en lo que NO? Pues no. Eso solo pasaba cinco de cada cuatro veces. Y sí, sí sabe bastantes matemáticas para saber lo que ha dicho. Jum.
Seguro pasarse toda la noche hablando.
Ya, ya... también había pasado eso alguna vez para la desesperación general.
Al menos no rezaba casi.
Gracias a Dios.
Bueno, hay quien reza toda la noche.
El caso es que aunque estaba seguro que estaban en una relación desde hace tiempo, pues aún no... se había formalizado ni con un beso ni con nada. Hasta ahora. En que lo habían obligado a besarle en el bloody infierno. Ugh.
Obligado siendo la palabra clave aquí.
Aprieta los ojos porque él lo había disfrutado mucho y estaba súper contento y emocionado e ilusionado y... tal vez debería ir ahí y pedirle disculpas, no sabía porque se lo habían llevado al infierno, pero estaba claro que era culpa suya.
Ehh... well...
Seguro que Aziraphale estaba ahora súper preocupado por si caía y por si el infierno venía otra vez por él y... él solo estaba por ahí sonrojándose y saltando como un idiota enamorado.
Está más preocupado porque no sales de ahí y no sabe dónde estás. ¿Y si le han matado? Ella le dijo que le matarían si no tenían sexo.
Claro, todo el mundo estaba súper predispuesto a matarle.
Y la verdad el NO se ha enterado de cómo coño ha llegado ahí. Vale, de cómo ostras ha llegado ahí si Sandalphon no le explicó que fue Gabriel que llegó. Aziraphale el autocorrector. Coño... ostras. La diferencia es mínima.
Sobre todo cuando se los come.
Pues eso solo lo sabes tú, querida, los demás no quisimos entrar en detalles.
Eeeeeen fin... que no estaba taaaaan enamorado en realidad o sea, venga, que había muchas cosas que detestaba de Aziraphale y que le sacaban de quicio. Y que si al final no quería besarle ni nada, pues peor para él, no le iba a quitar el sueño ni iba a irse a llorar o algo así.
Ya, ya... claro.
Pues no.
Desde luego.
¡Que no!
¿Y si sí quiere besarte? Va a quitarte el sueño.
Eeeeeeeeeh...
¿Y a irte a llorar de la alegría?
Eh... No. Se va a morir y ya.
¡Que va!
Ejem, por lo menos no le ha dicho que va muy rápido, que tenía un poco de miedo de que se lo pareciera, la verdad...
Ay, querido. Aunque ahora mismo el que va a pensar que va muy rápido eres tú.
¡Que va! No lo va a pensar.
Tú... dale tiempo a que te medio viole y me dices.
Eso... podría estar bien.
¡O podría parecerte que va muy rápido!
Bueno... volviendo al asunto... Crowley da un par de vueltas todo agobiado yendo de un lado a otro y es que empieza a notar que algo ha pasado, porque todo el mundo va vestido muy diferente a él y le miran y le señalan con el dedo.
Y es que estaba tan enfrascado en este asunto que... las casas, los coches... ALGO GORDO tiene que haber pasado.
Tan gordo como miles de años.
Traga saliva y ve pasar a la gente de la calle, mira más o menos como se visten todos y se copia el atuendo de un chico X. Pantalones tejanos negros, zapatillas negras y sudadera negra de, por desgracia, una especie de caballos de dibujos. WTF debe ser "My Little Ponny"? Bueno, nada que no se arregle haciendo al caballo en blanco y negro. Y con cuernos. Y cola de demonio. Y un tridente. Y algo de fuego alrededor. My little ponny of the hell. Atemporal.
Odia hacer esto porque a saber si esto es lo que se lleva realmente o lo que va con su estilo y ¿quién puede fiarse de los ingleses aleatorios en conocimiento de moda? pero al menos la gente no le va a señalar por la calle...
Pero es que debería ir al menos elegante a ver a Aziraphale. O sea, por todos los infiernos, acababa de darle un beso y vale que habíamos establecido que no... no nos importaba si lo quería o no y si no lo quería, pues era su problema, pero... venga, vamos a ayudarnos un poco con esto a nosotros mismos.
Vale, el chico moda tiene ya muy claro que... las sudaderas de My little pony of the hell no son elegantes.
En realidad no lo sabe.
Parece tenerlo claro, igual le va a dar un infarto verte.
Tal vez debería llevarle algo. Una botella de vino o unos dulces. Pero ¿cómo iba a encontrar el ágora para comprar algo en este sitio? además que estaba todo oscuro... O sea, no. Las calles, que estaban muy bien iluminadas como por arte de magia, pero estaba claro que era de noche.
Y él esperándote ahí. Que llevarás comida le gustaría, sinceramente.
Mira un poco alrededor y es que está en una plaza donde todos son casas residenciales sin locales comerciales, pero parece que hay como más movimiento hacia ahí. Se dirige calle abajo mirando los coches un poco más interesado ahora, porque son tan bonitos y brillantes. Se humedece los labios viendo Subaru negro cualquiera, pero es el que es negro que está más cerca aparcado.
Se acerca estirando una mano hacia él y cuando lo toca y lo siente frío metálico, da un saltito atrás y sonríe sin saber por qué. Vuelve a acercarse a tocarlo un poco, sonriendo más.
Luego se acerca al siguiente, que es de otro color, pero se siente igual y mira a los que van por la calle, con gente dentro. Gente dentro. Él debería ser una de esas personas. Va a conseguirse uno de estos pronto. Cueste lo que cueste... se promete a sí mismo.
Deja que veas el tuyo descubrirás que Aziraphale a ratos también es la tercera rueda
Pero primero necesita encontrar a Aziraphale. Vuelve a concentrarse a sí mismo y... aquí si hay tiendas con escaparates. Todos iluminados.
No entiende muy bien porque hay muñecos detrás de cristales en la calle, ni qué son todas esas cosas envueltas de ese material suave y brillante por todos lados, pero al final encuentra una en la que la puerta está abierta y dentro hay una persona, así que entra a pedir que le vendan dulces.
Tras una conversación con el muchacho de la caja le explican que está en una farmacia y aquí no venden exactamente... o sea, hay alcohol de curar y tienen dulces dietéticos, si quiere.
No tiene mucha idea de lo que significa todo eso, así que... vale, ¿Por qué no? mejor eso que llegar con las manos vacías.
Uy. "Aziraphale... tus muslos me gustan pero baja de peso"
En su defensa, no sabe lo que está comprando. Le dan una botella del material misterioso con un líquido transparente y una caja de galletas con unas letras muy bien dibujadas sobre ser el secreto para la pérdida de peso. En una bolsa de una tela rara de cojones y él invoca como tres sestercios.
El chico de la caja alucina con las monedas que le está dando y le muestra un billete de veinte libras diciéndole que tiene que pagar con uno de esos, que esa moneda no sabe de qué país es, pero que vaya a pedir cambio, que hay un cajero dos calles más abajo.
Él parpadea un par de veces y asegura que tiene uno de esos papeles por ahí en algún lado, así que no se preocupe. Le entrega un billete de veinte libras en el que Isabel II parece estar un poco más joven y de más buen año de lo normal, pero es inconfundiblemente ella.
El farmacéutico tampoco se esfuerza mucho por fijarse, devolviéndole el cambio.
Crowley sale de la farmacia y por fin, POR FIN nota que no sabe dónde ir. Apelando a su sentido viperino.
¡Al fin!
Nota que es bastante lejos y hace drama aclamando al cielo porque ¡Ugh! Angel, ¿qué haces con tu vida? Lo vas a hacer a ANDAR hasta ahiiiiií. No way!
¡Está ESPERÁNDOTE!
Ñañañaña.
Y de hecho ¡más vale que te apures porque tiene hambre!
Ojos en blanco.
Y porque aunque no lo creas está TERRIBLEMENTE agobiado por ti como cada vez que le sacan del infierno y te quedas tú ahí dentro. Cosa que últimamente es común...
La verdad, esto sería más rápido si no hubiera un millón de cosas raras y brillantes por todos lados.
Crowley encantado con todo. ¿Qué tal que vas por él y lo descubren juntos?
¡Pues está en ello! ¡Pero es que mira todo esto! Londres es la ciudad más bonita del mundo. (Nos han obligado a decir eso.)
Es más bonita de la mano de Aziraphale.
Vale, vale... tras un rato de paseo es que empieza a sentirle más cerca y de repente... se plantea que... no ha pensado como va a afrontar esto. ¿Qué le va a decir? ¿Realmente le va a pedir... disculpas? ¿O... sería mejor fingir que no ha pasado para volver a lo que ya tenían hasta ahora? ¿O... hablarlo y que Aziraphale decidiera que no quería hacerle daño y era mejor alejársele?
Ugh... da la media vuelta necesitando un rato más para pensar esto. Es que como le dijera que... es que lo iba a matar.
¡Crowley!
¡Pues es que!
¡Es Aziraphale!
¡Sí! ¡Por eso!
Ugh. Venga, ¡tenle un poquito de fe! Te ha dado un GRAN beso.
¡Porque lo estaban obligando!
Nadie besa a otra persona así obligadamente.
¡Eso no lo sabes!
¡Es obvio que no! Le besas un besito así... kiss.
Él parecía tener muy claro lo que tenía que hacer... Q-Quizás él... Quizás también... No, no, no, no, Crowley, no empieces de nuevo.
Aprieta los ojos dando una vuelta alrededor de la planta con la que está hablando.
Aziraphale parecía EXCESIVAMENTE CÓMODO con la idea, pequeño ¿No hasta pidió una cama?
Pero porque seguro ya lo habían amenazado de todo y estaba en pánico.
Quizás, pero sinceramente no parece probable, dear.
Se tapa la cara con las manos porque esto es súper difícil y desesperante
Aziraphale le mira a lo lejos cuando decide ir a comprar algo de comer antes de esperarle... sin entender bien qué hace.
—¿CROWLEY? —grita desde bastante lejos... y empieza a caminar hacia él sin pisar el pasto.
El nombrado da un salto entrando en pánico porque... ¡No está preparado para esto!
Menos preparado vas a estar para lo siguiente.
