Belcebú los desapareció.
No, solo se iban.
Yo no sé, Gabriel, porque le dejas a ella hacer esto. Ah.
Andando.
¡Andando!
Creo.
Que iluso. Belcebú no anda más de cinco metros. Va a chasquear los dedos a la primera oportunidad y a aparecerles en... un cementerio así como en... Transilvania.
¡No! Ugh, le va a meter una broooonca.
Wtf ¿¡por qué?!
¿Dónde están entonces?
En el cementerio Úzvölgye.
Gabriel parpadea una... dos... y tres veces.
—¿Qué ha pasado?
—¿De qué?
—Estábamos... ¿Dónde estamos?
—En dónde dijiste que querías estar.
—Dije que... ¿Has pagado la comida?
—¿Hacer qué?
—Pagar. La comida.
—Oh... No.
—Vamos a volver ahora mismo a hacerlo.
—What? No.
—Oh, sí.
—¡Ya estamos aquí! Venga... olvídate de ellos —le abraza del cuello.
—No, le he prometido a ese chico que lo pagaría —igualmente la rodea de la cintura.
—Ya irás a pagarle luego —se va DIRECTO a sus labios.
Pues vas a besarle mientras vuelve a Londres.
Mierda. No era esa la idea. Debe separarles alguien que les golpea al andar por Picadilly Cirus.
—Ugh, Gabriel!
O a lo mejor han aparecido en otro lado porque el beso lo desconcentró.
¿Dónde?
No lo sé... a... ¿Paris?
Ohh My Satan...
Gabriel parpadea otra vez porque esto sigue sin ser Londres. Belcebú se sonroja porque... ¿Eso del fondo es la Tour Eiffel?
—Ugh. No me desconcentres, demonio.
Vale, eso la hace sonreír y volverle a buscar un beso. Se lo devuelve esta vez sin intentar ir a ningún sitio.
—Así no vamos a llegar nunca a ningún sitio —susurra separándose tras un poquito.
—No es algo que me preocupé demasiado.
—Pero a mí sí —vuelve a chasquear los dedos para ir a Londres.
—¿En serio puedes chasquear los dedos para VENIR y no chasquearlos para pagarles?
—El problema es que he dado mi palabra, así que tienen que ser... CONSCIENTES.
—Lo serán cuando lo cuenten todo.
—No, tienen que saber que he sido yo, no vale con que solo les cuadre la caja. Podrían pensar que has sido tu... o que han contado mal.
—¿Y por qué han de tener tan claro que has sido tú?
—Porque lo he prometido y mi palabra tiene un valor.
—Ugh... vale, vale... Deja de hacer drama —Belcebú suspira con esa declaración.
Pues es que es la promesa de un ángel, querida.
Ojos en blanco. Ñañaña.
—¿Vamos?
Sonríe y ahí va. Ella va detrás refunfuñando un poco.
—Venga, deberías estar más alegre, vamos a hacer una buena obra.
—Yay...
Gabriel se ríe porque el entusiasmo sarcástico.
—Tú definición de buenas obras es un poco... bleh.
—¿No te parece una buena obra?
—Es una mierda de buena obra pagarle a alguien por la comida yendo personalmente a pagarle. Me parece que es algo más para que tú te sientas bien.
—Está bien, me refería a volver cuando podríamos habernos ido, pero si quieres podemos hacer otras buenas acciones altruistas.
—No, no. No.
—Claro que sí, me alegra que estés tan predispuesta y quiero cumplir tus expectativas, aunque lo digas solo porque quieres que haga más y más cosas buenas... en el fondo tienes un gran corazón.
Parpadeo, parpadeo. No lo mates, por favor. Plis plis plis.
—¿¡Que yo... qué?!
El supersonsejito de Crowley de hoy es que "Como volváis a llamar a algo de lo que él dice 《Superconsejito》 verás quien se queda con toda la mierda de estudios y proyectos de aquí a que el infierno se congele. Ah, sí. Y que eso es normal en los bloody ángeles, no debería darle mucho bombo o se irá haciendo peor."
—Puedo hacer tantas buenas acciones como tú quieras. Sé que vas a decir que no son válidas porque las hago para sentirme mejor o para impresionarte o para lo que se te ocurra, pero sé que solo es porque quieres que haga más pero te da vergüenza admitirlo, así que no tienes que escudarte en eso.
—¿Pero qué... tonelada de mierda es la que estás diciendo?
Pat pat en la cabeza.
—¿¡Que yo quiero que tú hagas qué cosa?!
—Ninguna, ninguna.
—No, no. No. ¡Si no quiero que hagas nada ni me da vergüenza admitir nada!
—Por supuesto que no —palmada, sonrisita.
—¡No me hagas así como si fuera idiota! —Creo que tus chillidos no ayudan, darling. Se sonroja igual porque... vamos, que si tiene su encanto cuando hace esas cosas.
—No, no, claro que no. No eres idiota para nada, eres muy dulce.
—¡No soy muy dulce!
Gabriel se ríe.
—¡No te rías! ¡No soy dulce en lo absoluto! ¡Al contrario! Soy... ruda y... seria y mala.
—Lo que tú quieras, bombón.
Ok... fallo en Belcebú.exe "Wh-Whaaaat?!" Eso quisiera decir, solo le sale un...
—W-W-W... W...
—¿Todo bien? —la mira de reojo.
—B-B-Bu... bu
—¿Bububú? ¿Eso es algo bueno en idioma demoníaco?
—... Ugh... —gira la cara, sonrojada y le toma del brazo—. Yes.
—Ya imaginaba que viniendo de ti muy malo no debía ser —esto ya es a propósito, no lo niegues. Le pone la mano sobre la suya en su brazo.
—What the hell!
Gabriel se ríe otra vez.
—No creo que quieras averiguar qué tan malo puede ser... Es más, ¡dudo que puedas siquiera imaginarlo!
—A lo mejor podrías explicarme...
—¿Qué quieres que te explique? —pregunta mirándole de reojo aun sin quitarle la mano de la suya—. ¿Lo malo que puede ser todo?
—Lo malo que puedes ser tú.
—Mmm... Es encontrar qué es lo que a cada quien le afecta más y... usarlo —Belcebú se humedece los labios.
—¿Por ejemplo?
—Quizás alguien soporta muy bien el dolor, pero tiene una debilidad por... su familia. O sus secretos. Ser malo es ocupar esas cosas en contra suya, buscar otras y... disfrutarlo —Le mira porque podría él mismo ser un ejemplo, aunque eso no ha sido intencional.
—¿Y qué cosas ocuparías en mi contra? —Because... why not?
—Eso no voy a decírtelo —le mira a los ojos.
—¡Anda ya! —entra al restaurante y Belcebú se ríe un poco.
—No creo que necesites saber cómo es que sé usar las cosas contra ti.
Se sonroja un poco mirándola y yendo hacia la caja, carraspea.
—Y no las uso tanto —agrega en un susurrito para ella.
—Ni las vas a usar —responde sin mirarla a ver si viene alguien.
—Oh... hello. ¿Mesa para dos?
—Si las... ¡Ugh! —protesta Belcebú.
—No, no, estábamos aquí antes y hemos tenido que irnos por una urgencia. No he podido pagar.
—Ohh... ¡Oh! ¿Son ustedes? Lucille estaba gritando hace rato como loca, ¡menos mal que han vuelto! Deme un segundo...
Belcebú hace los ojos en blanco. Gabriel asiente sonriendo y mira a Belcebú de reojo.
—Bliblibli... shut up
—¿Blibliblí? —sonríe
—Ya sé qué es lo que vas a decir. Así que ahórratelo.
—¿Qué voy a decir?
—Si no lo quiero escuchar de tu boca, mucho menos lo quiero escuchar de la mía.
—¿Por qué no?, a lo mejor te gusta oír el sonido de tu melodiosa voz.
—No, me gusta más t-t-T... tener la... boca cerrada.
—Seguro que ibas a decir eso.
—Shutupshutup —El sonrojo.
Pero sí que debe tener una melodiosa voz cuando cantan.
¿Quién? ¿Gabriel? La tiene. Gabriel tiene una puta voz fantástica. El 70% de su atractivo es su voz. Ejem Bueno, Belcebú dice que lo sabe de porcentajes, pero un porcentaje muy alto.
Ya... De hecho todos los ángeles deben cantar bastante bien.
Sí. Y eso incluye a Aziraphale... pueden pedirle algún día que lo haga.
El chico que les atendía aparece por el pasillo, y RESPIRA al ver a Gabriel
—Oh, ¡sir! Menos mal que... ¡Menos mal que está aquí!
—¡Hola! —le sonríe.
—Estaba... cuando vi que ya no estaban pensé que se habían ido y...
—No, no, solo es que... ella es una histérica y salió corriendo.
—¡No soy una histérica!
—Tal cómo acabas de demostrar.
—Bueno, menos mal que vuelven, ¡era mi salario de la semana entera! ¿Pagan con tarjeta o en efectivo?
Gabriel mira a Belcebú.
—No acabó de demostrar nada.
—¿Cómo vas a pagar lo de los tuyos?
—Yo no voy a pagar —Belcebú levanta una ceja.
—Tienes que hacerlo, este chico necesita que lo hagas.
—Bloody hell, ¿Cómo coño vas a pagar tú?
—Tengo justo para mí.
—¡Qué casualidad!
—Pues esto era una cita a la que me invitaron, bastante es que traiga dinero para mí —sonríe.
—Pues... Con... lo mismo que vas a pagar tú. Ugh, Gabriel... really. ¿Quieres? Te invito.
—¿Me invitas?
—¿Insinúas que no puedo obtener dinero y pagar una comida en la tierra?
—No, no.
—¿Quieres que te invite? —chasquea los dedos y aparecen... monedas... billetes...
—En realidad estaba jugando, pero es divertido que me invites tú, así tú haces la buena acción.
—What?! No!
—Insisto.
—Si te invito es con fines demostrativos.
—¿De qué?
—De que puedo pagarlo.
—Ah, claro.
Sonríe de lado y le da todas las monedas y billetes al chico. Y son bastantes. Probablemente son dólares, de hecho.
Gabriel chasquea los dedos y aparecen unas cuantas más... de algún país asiático. Y todo en cuartos de medios de centavos. Solo por si acaso. Que vaya a ser un ángel no le quita lo hijoeputa por lo visto.
Eso ya lo sabíamos. El mesero no sabe si esto es una broma o qué.
—Quédate con el cambio, muchacho —le sonríe.
—B-But... sir.
Él toma a Belcebú de los hombros para sacarla de ahí, si no escucha a sus ángeles, crees que te va a escuchar a ti.
Por lo visto no. El chico se mira las manos, mira a Belcebú. Se mira las manos... traga saliva. Fuck.
Y prepárate, porque me temo que con el cambio te va a dar como para... chicles. O igual te faltan dos céntimos, por la frustración.
Mierda.
Un amor de hombre, sí, todos lo pensamos. Belcebú le pregunta a Gabriel si ahoooora si pueden irse.
Sí, ahora sí. Gracias.
Chasqueó de dedos y otra vez en el puto cementerio.
—Que no se diga que no te tengo buena voluntad, bloody ángel.
—¿Por? O sea, ¿por qué lo dices?
—Pues porque aquí estamos otra vez, para lo que TÚ has pedido
—¿Yo?
—Yes! Tú eres el que insiste con... este tema.
—¿Qué tema?
—El de la tonta confesión.
—Ah, pero tú tienes que querer también.
—No he dicho que no quiera.
—Bien, entonces... vamos a empezar —mira alrededor.
—A... empezar. Vale. Primero es... ¿La... confesión? ¿Me preguntas o qué?
—Primero encontrar un lugar para sentarnos y claro que no te pregunto, tú eres quien me cuenta las cosas por las que te arrepientes.
—Oh... vale, esto es como... the deeds of the day.
—The what?
—Ehh... algo que... hacemos en el infierno. Decirnos que cosas hemos hecho en el día.
—Oh... ¿eso vas a hacer entonces?
—Pues hoy no tengo mucho que decirte. ¿De cuánto tiempo atrás quieres que confiese?
—Que esto no es lo que yo quiera, es lo que quieras tú.
—Pues es que... ¿Cuánto tiempo tienes? Vamos a... o sea espero que entiendas que soy la encargada para bien o para mal de TODAS las almas que terminan en el infierno.
—¿Y? Esto puede hacerse por más de una sesión sin problemas.
—Es que este es mi trabajo... —parpadea—. Tendría que arrepentirme diario de lo que hago cada día.
—Solo si son cosas malas.
—Es que... no son cosas buenas.
—Veamos...
—Vamos a... sentarnos.
Asiente haciendo un gesto de que pase delante y ella busca... alguna de esas tumbas que son, más bien, un mausoleo que tienen un candado.
La mira hacer, abriendo el candado sin siquiera chasquear los dedos, entrando y... haciendo un gesto para que entre tras ella para volver a cerrar.
Pasa mirando alrededor y la bloody habitación se ilumina un poco con su simple presencia. Bloody idiota.
Extraño lugar para un encuentro sexual, pero... vale.
¡Que no es un encuentro sexual!
Ehm. Ya... CLARO. Belcebú lo hace un poco más grande con un chasquido y Gabriel saca el polvo y pone cojines en un banquito de ahí.
En una lápida de mármol... un par de cojines.
Un banquito.
Belcebú le mira y se le acerca otra vez BASTANTE. Hasta ponerle los brazos alrededor del cuello.
Él le sonríe y es que... eres alto, tiene que ponerse casi de puntas.
—Así que ahora...
—Kiss me.
Se ríe un poco y se acerca a hacerlo. Es que... Ella salta y se le abraza de la cintura con las piernas.
La levanta del culo y ella sonríe tan feliz, hundiéndole las manos en el pelito de la nuca.
Gabriel la lleva hasta apoyarla sentada sobre la tumba para no tener que estarla sosteniendo.
Está bien, nadie te calificará por ello. Se separa un poco del beso en los labios para besarle la mejilla y la oreja.
Y para poder usar las manos, venga hombre.
Manos... usar las manos. Lo tienes permitido. De hecho, se agradece que lo hagas.
Seguramente no, no lo tiene.
Por no decir que se aplaude que use las manos y tenga alguna iniciativa. La verdad creo que Belcebú hace un esfuerzo para no de irle guarradas al oído ni propuestas indecorosas.
¡Anda ya! No se supone que debiera estar haciendo esto, siempre os quejáis de la poca iniciativa.
Belcebú se queja de Gabriel porque Gabriel está siendo medio violado. As always. De hecho... la verdad es que tampoco creo que Belcebú sepa detenerse muchos.
Y aun así no parece de medio violado ponerle las manos bajo la ropa como está haciendo.
Así que... más de un "fuck me... ravish me... fuck yeah... fuck... I fucking want you so much" Debe escuchar en su oído
Al segundo fuck se detiene y se echa para atrás... a lo mejor es al cuarto, pero shhh...
Vale, le besa otra vez. Necesita aprender a callarse, pero joder, ¡es que no es tan fácil!
Bueno, vale, un poco más.
—W-What?
¿¡Un poco?! lNo! ¡No un poco!
Sí, un poco y se separa.
Belcebú... es que jadea.
—W-What!?
—No estamos aquí... para esto.
—G-Gabriel... c-come on —es que el tono SUPLICANTE.
—Belcebú... —tono parecido.
—Pero es que... no tienes ganas de... estas excitado, te siento entre mis piernas.
—O-Olvida eso —se sonroja porque sí que lo está.
—¿Por? —es que baja la mano a buscarle.
—Por que no... no está bien —Pega un salto y se aparta un poquito.
—¿Qué no está bien?
—Hacer esto.
—¿Por qué? Son besos
—No son besos cuando me tocas.
—¿No puedo tocarte?
—No... Así.
—¿Por qué?
—Porque eso ya es pecado.
—¿A partir de cuándo?
—Pues... no lo sé. Pero se siente como pecado.
—¡Pero no puede ser aleatorio!
—No lo es... es cuando se siente.
—¿Qué se siente?
—Pues se siente pecaminoso.
—Vale. Vale... —Belcebú hace los ojos en blanco. Gabriel se humedece los labios mirándola—. E-Es que...
—¿Qué?
—Fuck... me muero de ganas.
—Es... no se... Puedo aliviarte —como el otro día, vamos quitarte el ansia no, aliviarte ALIVIARTE, ni te creas.
—No. No, no... no. Bloody hell. No sirve.
—¿Por?
—Porque no sirve, porque lo que sirve... es... e-eres tú.
—¿Qué?
—Que no quiero que me "alivies", quiero que... estés conmigo.
—Estoy, pero esto... no puedo hacer esto.
—¿Qué sí puedes hacerme?
—¿A qué te refieres?
—A que me toques.
—P-Puedo... es que no estoy seguro que yo pueda hacerte... no veníamos a esto.
—V-Vamos a... decir que es un incentivo.
—Incentivo.
—Confesaré más y mejor —miente.
—¿Crees que soy idiota?
—W-What? —otro intento de beso
Se lo devuelve pero no tan concentrado y ella lloriquea un poquito porque lo siente. Aprieta los ojos. Es queeeeeee
—E-Está bien. Vale. Vale. Tú ganas otra bloody vez.
Gabriel abre la boca para decir algo... y vuelve a cerrarla.
—Vamos a hablar.
Él se pasa una mano por el pelo y la mira.
—¿Quieres? O-O... —le acaricia un poco el pecho. Anda, queremos ver que te separes.
Asiente y respira tomando aire profundamente. Ella se humedece los labios, acariciándole un poco más.
—¿Puedo ver tus... marcas? —vamos, nada de besos pero ahora quiero que te desnudes
—Sí, vale. A ver si eso te inspira —sí, claro, a lo que tu esperas la vas a inspirar. Va a inspirarte otra cosa.
—S-Seguramente.
Estira el cuello y ahí va a quitarse la chaqueta. Belcebú se humedece los labios y le mira de arriba a abajo.
—D-Dame.
—No la arrugues —le sonríe y se la tiende.
—No. No... —le mira... la zona que le tocó hace un segundo.
Sigue notándose bastante abultada mientras se quita la corbata. Belcebú se sonroja más, humedeciéndose los labios y mirándole como si se l fuera a comer.
—Hum... —se detiene de repente.
—W-What?
—Vas a quejarte que hay poca luz.
—E-Es... posible. ¿Puedes poner más?
Chasquea los dedos y se encienden unas cuantas velas. Vale, Gabriel. Vale con el rollo romántico, que es así como... no voy a acostarme contigo, pero velas y cojines y me desnudo... Y luego te dejo a medias.
Belcebú se humedece los labios.
—V-Vamos... s-sigue.
Gabriel le tiende la corbata y ella extiende la mano, pero él se lo piensa mejor, se acerca y se la cuelga del cuello.
Ay, Dios mío. No ayudas. Sonríe tontamente.
Le sonríe de ladito y empieza a desabrocharse los botones mientras le sostiene la mirada.
Es que... eres la tentación en la tierra. Especialmente para ella, sí. Pero shhhh. Gabriel diseñado para ser tentador.
—S-Sigue
Se baja la camisa por los hombros en cuanto termina. Y claro que no, Gabriel es un ángel, los ángeles no están diseñados para ser tentadores, es ella que ve pecado donde no lo hay...
Que puto va.
Claro que sí.
Ella estira las manos hacia él. Ehm... Por la camisa.
No es precisamente la camisa lo que estas tocando. O sea, es obvio que antes había camisa ahí, pero ahora ya no, querida.
Digo, para tomarla. Ejem. Le palpa.
Nadie te cree.
Bleh. Igualmente le pasa la mano por el pecho completo hasta el cuello.
—T-Te ves... muy guapo...
Gabriel se sonroja porque eso también se siente pecado. Todo lo que le gusta se lo siente, por lo visto.
—Y tienes un cuerpo muy... —le acaricia el pelito del pecho—, bien formado.
—Gracias... —traga saliva, nervioso.
—Es decir... o-objetivamente... como de una obra de a-arte.
—Alguna vez he posado... sí.
—¡Tampoco te lo creas tanto! —Belcebú hace los ojos en blanco.
—Pues eres tú quien no para de venir por mi.
—E-Es solo por tu cuerpo —o sea... Belcebú... un poco de organización mental.
—¿No que... no? —levanta una mano y le hace un cariño en la cara.
—B-Bueno tú tienes un poco que ver...
Él se le acerca más para besarla y ella sigue el cariño cerrando los ojos y entreabriendo los labios.
La besa otra vez entonces ¡Pues está que va a hacer! Le abraza y... vacila un poco sintiendo su espalda.
Es que se siente tan pequeñita entre sus brazos
Y es que ella misma se lo siente, pequeñita y vulnerable. Suavecita. Esta vez, el hecho de que sea él el que se le acerca a besarla hace que el corazón se le acelere. Y vas de vuelta, Gabriel, a SENTIR el... afecto, bastante intenso.
Le descongela un poco el corazón a él con ese afecto
Es que eres un peligro, Gabriel. Cada vez que le besas ganas terreno. Cada vez le haces más gracia y aunque Belcebú está bastante convencida de que... meh, es un asunto completamente sexual... que coño va a ser un asunto solo sexual.
Con lo que le estás aguantando que no sea un asunto sexual, es obvio que no quieres solo sexo ni por asomo. Si esto fuera un asunto sexual ya te lo habrias tirado y a otra cosa, pero no, ahí sigues, aguantándole sus hostias, que mira que tiene unas cuantas y probando una y otra y otra vez.
Shhhh.
Lo que está claro es que para él no es un asunto sexual, porque ni siquiera quiere sexo. Aaaaaaaunque, se sube a la tumba de rodillas haciéndola tumbarse de espaldas, gateando sobre ella, sin dejar de besarla.
Es que ahí le gime un poquito, apretándote contra ella porque es que... en serio que te trae ganas.
No, si el problema no es la falta de ganas. Vuelta a echarse atrás y a incorporarse.
F. U. C. K. O sea, Belcebú... por lo visto cualquier sonido le espanta, como si fuera un animalito salvaje.
Es que otra veeeeez. Esto es sexual.
¡Coño pues claro que es sexual!
—Belcebú...—es que intenta sonar reprendedor, pero es más bien un poco lloriqueante
—Y-Yes...? —es que ella, créannos, ella suena igual de lloriqueante que él. Le mira con ojitos de absolutas ganas contenidas y respira, una vez... otra vez...—T-T... t-tengo... u-una confesión.
—What?
—T-Tengo pensamientos... i-impuros con un a-arcángel.
Se sonroja. Maldito Azrael.
¿¡Azrael?!
—S-Sé que no debería... Y e-él no quiere que los tenga... p-pero no puedo...
—Si hago esto... una vez, ¿pararás?
—Sí —le mira solo un instante.
Gabriel se humedece los labios porque no se fía, pero es que...
La verdad, haces bastante bien en no fiarte. Pero es que...
A lo mejor puede hacer esto sin él...
What? No, no quiere hacer esto sin él. O sea hacer esto sin él ya lo hace.
Sin él terminar
Ohh... Puedes intentarlo. Buena suerte, chico.
A lo mejor si se lo hace él con las manos... Aunque no tiene ni idea de qué es lo que tiene que hacer ni qué tiene que tocar ni cómo.
—Gabriel. Una vez... no va a pasarte nada.
—Sí que va a pasarme, no puedo fiarme de ti.
—Ugh... pero lo pasarías bien.
—¡Claro que no!
—Tengo otra confesión —le acaricia la cara y sonríe de lado.
—¿Cuál? —suspira un poco, mirándola.
—Le he mentido a un arcángel —sonríe.
La mirada. Ella le acaricia un poco la cara.
—¿Crees que no lo sé?
—¿Si lo sabes no es confesión?
—No, sí que lo es —vuelve a besarla.
Belcebú cierra los ojos y le deja hacer, abrazándole de nuevo. No ayudas.
Ya, pero... Es que no es de piedra y está ella ahí tan... tan... sonriendo y tomándole el pelo y acariciándole la cara...
Belcebú ya está en plan de... lo que tú quieras, dear. Sonríe un poquito en el beso porque... dice que no pero le besa él y eso le gusta.
¡Los besos sí se pueden!
Loado sea Satán.
Venga, vale ¿por qué no?
Belcebú le acaricia la espalda más y la verdad es que se distrae un poco del beso con.. la piel No lisita de ahí. Se separa un poquito del beso.
—¿Mmm? —la mira.
—T-Tú espalda ¿Te duele? —pregunta pasándole los dedos por encima, muy suavecito.
—Ahora ya no... O sea, no tanto.
—Te va a quedar cicatriz...
Gabriel se incorpora otra vez y se gira para que las vea. Ella se incorpora un poco también estirando las manos hacia él.
—No te... n-no te muevas.
La mira de reojo un poco por encima del hombro y ella le da un beso sobre una de las tiras rojas ya encarnadas que tiene en la espalda dándole un escalofrío y debe sentir además como un latigazo CALIENTE sobre él. Un poquito doloroso, pero no demasiado.
Grita, más por el susto que nada.
—Shh... No te pasa nada... seguro hacértelo te dolió más —manos a la cintura otra vez y le da otro beso porque está... le está haciendo las marcas, pero de oro.
—Es que no me lo esperaba, ¿qué haces?
—Algo... ahora lo verás —otro beso, otro latigazo. Quizás esta vez un poco más intensito, no demasiado. Salta un poco y se aparta—. Ehh... ven aquí. No te pasa nada.
—¡Estás haciendo algo!
—Sí.
—No va a así, no es dolor gratuito por dolor.
—No, no... estoy haciéndote algo. No puedo evitar que te duela.
—Entonces no lo hagas.
—¿Duele mucho?
—No, pero duele.
—¿Solo dos, entonces?
—¿Cuántos pensabas?
—Tienes varias marcas. Uno por marca.
—¿Por qué? —lloriquea un poco
—Mira... —chasquea los dedos y pone un espejo, sonrojándose.
Levanta las cejas y ahí las tienes, dos de las marcas... doradas.
—Las estas... ¿Por qué?
—Te v-van a quedar marcas igual, a-al menos... e-estás van contigo y-y...
Él la mira, levantando las cejas.
—P-Pensé que te gustaría —Se sonroja más.
—Así serán... más obvias. Supongo que me lo merezco —suspira bajando la cabeza. Se muerde el labio sin esperar esa reacción.
—O-Oh... P-Pensé que te gustaría... porque es dorado y...
—Son marcas de pecado, Belcebú, claro que no me gustan.
Es que... aquí tienes la diferencia entre como ves tú esto y como lo ve ella. Traga saliva y se sonroja un montón...
La mira un poco desconsolado. Ella se le acerca porque... no era la intención.
—L-Lo qué pasa, Gabriel... —empieza a explicarle, abrazándole un poco del cuello y él vuelve a bajar la cabeza, escuchándola—. E-Es que... para mí... —da una vuelta a su alrededor volviendo a ponerse a su espalda pasándole una mano por encima de las que no ha hecho doradas—. E-Esto es... probablemente... una de las cosas más memorables que me han ocurrido.
—Me gustas, Belcebú, me caes bien... seguramente más de lo que deberías. Pero esto no... esto no es bueno. Bastante malo es que me lleve bien contigo.
—Lo sé, Gabriel, lo sé... —cierra los ojos e intenta, de verdad, curarle.
A lo mejor le vuelves doradas un par más.
Creo que va a hacerle una cruz
¿Invertida?
¡No! ¿Una... Estrella de David? Un motivo religioso.
Lo digo porque a lo mejor a ella se le dificulta.
Puede que a ella le queme hacerle una puta cruz de mierda. Cuando alguien además le vea y le diga que qué HERMOSO tatuaje dorado se ha hecho en la espalda.
Suspira y sonríe un poquito.
—El problema, Gabriel... es que nada de lo que hago yo nunca es especialmente bueno.
—Pero es que yo no puedo hacer cosas malas
—I know... I know. Aunque esto... podrías pensar que es algo que me hace a mi mejor. ¿N-No?
—Sí, pero...
—E-Estoy confesando.
—Es que es a cambio de que yo me mancille.
—¿Me intentas hacer sentir culpable?
—No, ¡es la verdad!
—¿Sigues o no siendo el Arcángel Gabriel?
—¡Pues claro que lo sigo siendo!
—No estarás tan mancillado entonces, no dramatices.
—Claro que sí, ¡Me estas quitando lo pío!
—Que te voy a quitar lo pío, ¡Ojalá fuera tan simple!
—Pues mira mi espalda.
—¡No me hagas sentir más culpable! —O sea admites que te lo sientes.
—Por lo menos vas a confesar.
—Sí, sí voy a bloody confesar si eso te hace sentir bloody mejor... Ugh.
Gabriel sonríe.
—Y vas a castigarme haciéndome unas cosas cómo estás... no temas.
—¿Doradas?
—¿¡D-Doradas?! ¡No! No, no, no... con un látigo y... con sangre normal.
—Y las haremos doradas.
—No puedo tener NADA dorado, Gabriel. Las cosas doradas son EXCLUSIVAS de ustedes. ¿Sabes lo que me harían si vieran algo dorado sobre mí?
—¿Qué?
—¡Ugh! Pues... suponer que soy tuya o algo así.
—¿Por tener cosas doradas?
—¡Ningún demonio tiene nada dorado!
—Bueno, ningún demonio está haciendo esto.
—Define lo que hacemos.
—Conmigo.
—Pero ¿hacer qué? ¿Confesar? ¿Penitencia? Sabes... vale. Lo que quieras.
—En serio, ¿eso te parece esto?
—No quieres oír lo que me parece esto.
—¿Por?
—Porque no me va a parecer como a ti... y... no... tú y yo...
—¿Aja?
—Te preguntaba yo ¿qué te parece a ti que hacemos?
—No confesarte, eso seguro.
—Si me confiesas, si me confiesas.
Gabriel niega con la cabeza, suspirando.
—Quiero confesar y que me castigues.
—No es así como funciona, ya con eso me lo dices todo.
Belcebú suspira porque... es que todo esto está yendo repentinamente mal, hacia el que no pase y hacia convencer a Gabriel de que no vuelva a pasar.
—No ibas a hacerme unas marcas doradas que representaban mi... arrepentimiento.
—En principio, no.
—Sigh, Gabrieeeeel! —protesta acercándosele otra vez y abrazándole, él se echa un poco sobre ella. Belcebú le aprieta un poquito contra sí y le da un beso en el cuello.
—Esto no tendría que estar pasando.
—¿Esto por que? ¡Esto está permitido!
—Pero tú quieres más y no puedo.
—M-Me puedo acostumbrar a que solo sea e-esto —susurra y suspira profundamente.
—¿Puedes?
—Puedo intentarlo.
—No creo que puedas, solo... mírate.
—¿Qué? ¿Que estoy haciendo?
—Insistir e insistir...
Ella se sonroja.
—Shut up... nada te está pasando—asegura, empujándole y haciéndole que se ría un poco. Ella aprieta los ojos, sonrojándose más porque tampoco es tan fácil decirle un montón de cosas monas.
—No, pero solo porque yo lo estoy deteniendo.
—Pues quizás, pero eres el fucking Arcángel Gabriel, estoy segura de que no te está costando el más mínimo trabajo, no importa lo mucho que te insista... al menos no como para que estés chilloneando tanto.
—Eso es lo que tú te crees.
—¿El almighty Arcángel Gabriel está diciéndole que le es difícil resistírseme?
—No lo pongas así —aprieta los ojos protestando un poco. Belcebú se le acerca y le da un beso rápido. Él abre los ojos otra vez—. Pero claro que me cuesta resistirme, no eres un demonio cualquiera.
—Claro que no soy un demonio cualquiera—sonríe de lado y le hace una caricia en la cara.
—Pues ya está.
—Eso quiere decir que... te gusto.
—Ya te he dicho antes que lo haces.
Sonríe sinceramente.
—Sí te gusto... —Es que perdón... aún no se la cree del todo. Otro besito.
La deja igual, ya no es tan... BesITO. Belcebú le abraza con las piernas, de verdad sin intentar nada especial pero... es que estás semidesnudo sobre ella, no es posible que esperes algo muy distinto.
Esta vez se estira él dejándola a ella encima. Ese es un poco un error de cálculo porque a ver cómo te la quitas de encima.
Pues... sí, pero...
Es que le PRENSA contra la lápida y por ahí que quizás le haga uno de sus pases mágicos sexosos.
Ugh!
Es que además le has dicho que no es un demonio cualquiera.
Pues no lo es. No estás ayudando, la verdad.
¡Ugh! Vale... repentinamente se detiene... porque le ha dicho que va a intentar ser buena niña. Se detiene y se separa, probablemente pegándose al techo como mosca.
Así como la tienes un momento encima, momento siguiente, pegada al techo, respiración agitada. Fuck, FUCK.
—¿Estás bien? —la mira.
—N-No.
—¿Qué haces? Baja de ahí.
—I-I'm... i-intento no... ¡No es tan fucking fácil!
—¿Qué intentas?
—¡Hacer lo que pides!
—¿Te he pedido que te cuelgues del techo? —parpadea varias veces.
—Sí. Shut up.
—Vale...
—Thank you. Ahora... tengo que irme, si realmente no quieres que hoy te viole.
Gabriel parpadea un par de veces más. Belcebú le mira con una cara que... es que como des ALGUNA señal de flaqueza te va a violar en serio.
—Oh... ¿Cuándo voy a verte de nuevo?
—El... martes. ¿Por qué no... bajas al infierno?
Él se pasa una mano por el pelo, ojos cerrados.
—¿Quieres?
—Vale.
—Si necesitas algo antes... —Belcebú sonríe.
—Procuraré citarte en un lugar concurrido —sonrisa del millón de dólares.
—Llámame. Acércate, ¿quieres?
Se pone de pie sobre la tumba. Ella se estira hacia él. Beso de... Spiderman (Flywoman)
El ángel saca las alas y aletea un poco para subirse y llegar. Ella cierra los ojos y profundiza el beso pero sin brazos porque ha de sostenerse.
Él es quien la toma un poco de la cabeza y Belcebú sonríe porque aun así esto es bastante sexy.
—I-I...
Aletea un poco más porque no es fácil mantenerse a esa altura en tan poco espacio.
—I see you on Tuesday.
—Pórtate bien.
—Tú también, ya te has portado lo bastante mal —sonríe de lado antes de hacerse un montón de moscas de golpe.
Gabriel aprieta los ojos otra vez dejándose caer sobre la tumba de nuevo.
Belcebú le vuela alrededor zumbándole en los oídos algo que suena sospechosamente a "love."
