Raguel se sonroja otra vez con eso y carraspea echando a andar hacia Gabriel que frunce un poco el ceño con ese comentario de Aziraphale, sin entenderlo.
Raguel mira a Gabriel con tal intensidad que podría partirle en dos. Gabriel parpadea.
—¿Todo... bien?
—Tráeme a cuatro querubines, por favor —Le toma del brazo tirando un poco de él.
—¿Ahora? Vamos a cantar...
—Necesito que no le quiten los ojos de encima a Aziraphale.
—¿Por?
—Por favor.
—Está bien.
—Gracias —le toma del brazo un segundo y se lo aprieta un poco.
—Suerte en tu canción —le sonríe un poco maligno porque creo que Raguel ya pasó por eso de que la voz le... traicionó un año y desde entonces se burlan de él con eso—. Y recuerda mantener el tono.
—Ya sabes que hace tiempo mi voz no es la misma —se defiende como cada año, aunque esta vez... le mira de reojo—. Suerte con la tuya también.
—¿Por? —sonríe.
—A veces la vida nos trae sorpresas... graves sorpresas. Ven acá —le da un abrazo rápido y un besito antes de dejarle ir.
Gabriel parpadea y le devuelve el beso y el abrazo.
—Espero que a ti no se te escape ni una nota —le sonríe también un poquillo maligno.
—¿Porqué se me iba a escapar nada?
—Uno nunca sabe... anda, ve.
Se humedece un poco los labios mirándole y ahí va al escenario principal porque el "Ave María" es siempre el primero.
Se enciende el foco sobre su cabeza. Bajan un poquito las luces en el resto.
Mira un poco hacia arriba y luego sonríe hacia los demás. Todos le aplauden, todos muy organizadamente, sin gritos ni silbidos.
Así que ahí empieza de fondo la música del Ave María.
Ahí empiezan los músicos en vivo. Tal vez Raguel decidió tocar un instrumento después de su incidente.
Eso debía haberlo hecho, tratando de evitar la burla pública, quizás esté ahí, junto a él, tocando el violonchelo.
Aunque entonces no creo que le hubiera dicho eso antes...
Yo creo que igualmente debe cantar, pero solo su canción. Su solo. Y todo lo de coro, en vez de coro, toca instrumento.
Igualmente ahí están algunos ángeles de fondo haciendo un poquito de coro... la Virgen mira a Gabriel con ojitos de amor desde el cielo. Desde el... techo del cielo.
Belcebú ha ido por su cuerpo, dejado a Miguel KO en su oficina y espera pacientemente a que Gabriel empiece... ya vestida y disfrazada, escondida al fondo de todo.
Gabriel, que siempre estira la primera nota de un modo un poco... para fanfarronear, diría alguno, aunque él siempre niega categóricamente. En esta ocasión. Ojos cerrados, la corta estrepitosamente pronto al notar que la voz no le obedece.
Raguel se gira a mirarle... con cierta sonrisa maliciosa.
Gabriel carraspea un poco pidiendo un segundo, sin entender muy bien. Siempre les dicen que hagan ejercicios antes del canto pero con todo lo de Miguel, hoy no los ha hecho, debe tener la voz desentrenada. Bebe un poco de agua para aclarar la garganta sin ver a Raguel.
Raguel sigue tocando, mirándole con media sonrisa. Así que... Gabriel había perdido su inocencia, en efecto
Y ahí va a intentar recuperar el tempo y volver a entonar, pero sigue siendo... imposible. Vuelve a carraspear entrando un poco en pánico porque todos recuerdan cuando a Raguel le pasó exactamente lo mismo, le busca con la mirada.
—¿Quieres que le baje una octava? ¿O dos? —le sonríe... malignamente
Gabriel se humedece los labios un poco en pánico porque no entiende lo que le está pasando. ¿Le está castigando Dios por burlarse de Raguel todos estos años?
Hay unos murmullitos del resto de ángeles. Porque nada funciona en la vida sin murmullos.
—Empecemos otra vez... desde el principio y le bajamos un poco —sugiere Raguel... con ESA sonrisa de venganza.
—¿Q-Qué? —vacila.
—No vas a alcanzar la nota... nunca más.
La cara de susto.
—Venga, no es tan grave... inténtalo solo una octava más abajo.
—¿N-Nunca... más? —Traga saliva, porque no es lo mismo.
—Hace cuantos miles de años te burlas de mí.
—¿P-Pero... porque...?
—No creo que sea el mejor momento para hablar de ello —le susurra—. Pero creo que tiene que ver con... Belcebú.
—Ehh, ¿¡qué haces que no cantaaaas?! —protesta un poco Azrael.
Gabriel frunce el ceño y vuelve a intentarlo neciamente. Va a hacer un DESASTRE.
Ay, ay, ay... Y es que tú vida no está necesariamente por mejorar.
Es que NO quiere admitir lo que ha pasado. Especialmente cuando Raguel la ha mencionado ha sido como "No, estáis todos locos, estáis OYENDOME MAL. Yo lo estoy haciendo bien, y todos ustedes se han vuelto SORDOS."
En cuanto ve que no para y sigue cantando, Belcebú sale, desnuda como Dios la concibió... a excepción de un saco blanco de Gabriel... y una corbata CLÁSICA morada que le ha parecido que venía muy bien a juego y que se ha puesto en el cuello con un nudo flojo... caminando con toda su aura de príncipe del infierno... entre los ángeles, sin mirar a nadie más que a él.
Desde luego, el resto de ángeles que ya están flipando con el desastre que está haciendo Gabriel con la canción, encima la ven salir a ella y es que puto dos más dos cuatro. Se apartan para dejarla pasar, por supuesto, Acojonados a la par que impresionados y... muy muy escandalizados.
Bocas abiertas, grititos al notarla, cortes de respiración y hasta un que otro desmayo.
Aziraphale inclina un poco la cabeza pensando que qué pena de zapatos, pelo y maquillaje, pero la verdad es que está bastante más... sexy de lo que suele estar, especialmente para ser ella.
"Santa Madre de Dios..." piensa Aziraphale al verla sin poder evitarlo.
"Yo lo haría mejor."
"Tú... habrías ya detenido el tiempo"
"¿Yo? ¿O tú?"
"Me refiero a que estarían todos tan impresionados... que el tiempo se habría ralentizado hasta casi detenerse."
"Vaya, mira a quien se le ha pasado el mal humor."
"Esto me parece lo menos escandalizarte que ha pasado en la última hora. No. No te hagas ilusiones!"
Se ríe.
"Le has dicho a Raguel que vaya a... la librería. Y Raguel te ha dicho prácticamente que ha tenido sexo con Aamón... y tú le has dicho que están embarazados y... lo peor que ha ocurrido... ha sido que has dicho que algo no valía la pena discutirlo conmigo!"
"Eh?"
"No te hagas el que no te enteraste... porque lo dijiste" sí, eso hizo toooodo esto.
"Ni siquiera recuerdo qué dije"
"¡Eso! Que no valía la pena discutir conmigo... pues no discutimos más nunca y ya...!"
"No valía la pena discutir contigo... ¿qué?"
"Que Los besos que les das a los otros ángeles son más profundos que los que me das a mi!"
"Ah, porque es mentira."
"No lo es!" Tan obstinado y necio "Además le has... hecho un... orgasmo a RAGUEL! Y de lo que has hablado con él!" Es que no sabe ni por dónde empezar.
"A demon trick. Ni te preocupes tanto que no está interesado en mí. Y además, si juegas bien tus cartas, puede ser un poderoso aliado. Y EN EL CIELO."
"De todos... Raguel. Y ha... ha dado entender bien clarito que si tenía... sexo, ¿verdad? Son todos unos hipócritas!"
"Pues a saber los otros"
En fin... Gabriel sigue cantando con los ojos cerrados hasta que, la verdad, el coro deja de seguirle y la música acaba parándose también. Él es el último en detenerse y abrir los ojos a ver porque todo el mundo... PALIDECE al notar a Belcebú.
La verdad, va a tener pesadillas con esto. De hecho cree que debe estar teniendo una ahora mismo.
Belcebú que sonríe peligrosamente, la verdad, tratando de no caminar muy rápido y de concentrarse en Gabriel... el corazón le va a mil, y de ser por ella, le saltaría encima y se lo tiraría ahí mismo.
Probablemente eso va a pasar en su pesadilla. Seguro pasa en alguna parte de su inconsciente porque entre los besos de antes y esto... como que los pantalones...
Belcebú se humedece los labios y sube los escalones, uno a uno... sonriendo aún.
Gabriel se agarra de algo, un... micrófono de pie o whatever, sin atreverse a moverse.
La conmoción que ha dejado a su paso ayuda a que ella... no se detenga. Caos. Ama el caos. Se le acerca del todo, y quizás hasta en el micrófono se escuche amplificado cuando le habla.
—Hello, darling. Veo que estás contento de verme... —le mete un buen repaso
Es que se le ponen blancos los nudillos también, la mira como si fuera... bueno, un demonio en una iglesia. ¿Qué os pasa a todos con los símiles imbéciles?
Hay más gente que nota con eso que Gabriel definitivamente se alegra de verla. Aunque luego él dirá que era una sombra y... una arruga desafortunada del pantalón. Creo que está tratando de decir algo y fallando miserablemente. O a lo mejor es algo con muchas uves dobles, también podría ser.
Es que va a abrazarle del cuello.
¿Es en serio?
No le va a saltar encima como hace habitualmente, la verdad, porque no le estoy dejando hacerlo.
Cuando levanta los brazos, levanta la chaqueta y le muestra el culo a todo el mundo. Así que unos cuantas exclamaciones más.
—Yo también te echo de menos —le susurra con voz grave, un poco al oído.
Gabriel saca las alas. Aprieta los ojos y la alza en brazos por el culo yendo a saltar con ella por la ventana.
¡La ha tomado del culo desnudoooo! Eso grita alguien por ahí
Belcebú le abraza del todo y le hunde la cara en el cuello, cerrando los ojos y dejando que se la lleve a donde quiera.
Gabriel tiene... demasiados sentimientos y emociones conflictivas ahora mismo. No sabe a qué atender primero.
No me extraña. Belcebú le aprieta contra si como si alguien físicamente fuera a removerla si no lo hace.
Baja hasta el suelo intentando... pensar.
Belcebú gira un poco la cara, buscándole un beso. De hecho besándole el cuello un poco y luego la mejilla, tratando de que no piense.
La deja en el suelo, apretando los ojos y haciendo un esfuerzo TITANICO para apartarla un poco, lo justo para mirarla.
—Sorpressssa... —zumba y sonríe un poco.
—Estoy TAN sumamente... enfadado ahora mismo —la mira con el ceño fruncido.
—Estoy TAN sumamente excitada ahora mismo... —le toca los labios con un dedo.
Se los humedece... porque él también, maldita sea. Se acerca a besarla contra un árbol del parque en el que están. Con fuerza y ganas... y un poco de rabia.
Belcebú lleva una ETERNIDAD esperando que le bese de esta manera. (Crowley y hasta el mismo Aziraphale se ríen de su "eternidad" Cuatro meses... ja-ja)
Ala, pues concedido. Aquí. Contra un árbol. Es posible que no sea solo un beso.
Belcebú cierra los ojos y le deja hacer. Lo que quiera hacerle, que se lo haga, está empapada y lista para que sea mucho más que un beso, la verdad, le aprieta contra si sin pensar en lo absoluto si esto es un árbol, una pared, o un bloque de nube. Es igual. Suelta un gemido brutal que ahuyenta animales, personas e insectos del parque.
Es que solo tiene que abrirse los pantalones y... es que se lo van a comer. Ya se lo han comido antes y encima con lo de la voz y la... abstinencia. Ah, ahora esto sí es abstinencia.
¿Esto es abstinencia? ¿Esto qué? Porque parece todo menos abstinencia.
Pues lo era hasta hace un instante.
Si te consuela, a estas alturas, te van a comer igual lo hicieras o no, ya de menos disfrútalo.
Por eso. En fin, espero que ahora sí... termines.
Y es que justo así quería que le besara y se moviera y... Sí, sí que va a terminar. Y creo que más de una vez. Esto es considerablemente mejor de lo que ella esperaba
Cuando él acaba es que se separa, igualmente con un increíble sentimiento de culpa otra vez.
Belcebú... ¿le das cinco segundos a que recupere el aliento? Le mira, deteniéndole de la corbata para que no se vaya muy lejos.
—Gabriel...
Se cierra los pantalones y la mira con fiereza. Ella se relame, con el corazón desbocado aún.
—N-Nadie va a... intentar matarte...
—Ya tienes lo que querías, demonio. Ahora, aléjate de mí.
—¿Vas a decirme que tú no querías? Ni siquiera hice una sola cosa para excitarte.
Gabriel la sigue mirando con igual fiereza y luego mueve las alas para alzar el vuelo.
—¡Tú fuiste al infierno también! ¡No puedes ahora hacer como que no está justificado que venga aquí en Navidad! —aún no le suelta de la corbata, cabe aclarar, sacando ella las alas también.
Hace fuerza para que le suelte, levantándose del suelo un par de metros. No le suelta, neciamente, elevándose también.
—¡Deja de alejarme de ti!
—¡Suéltame, demonio! —hace desaparecer la corbata con un chasquido, alejándosele.
—¡Ven acá! ¡No puedes dejar de hablarme! —le persigue.
Alza más el vuelo hacia el cielo.
—Gabriel!
Ni siquiera se gira y ella le persigue un buen rato, pero Gabriel es más grande que ella y vuela mejor en el cielo. Termina... deteniéndose en una nube mirándole alejarse del todo. Ni siquiera la ha llamado por su nombre.
—¡QUIZÁS ESTÉ EMBARAZADA! —le grita como último recurso.
Gabriel se detiene un instante en mitad del vuelo.
Le mira, de pie sobre la nube, él se gira, moviendo las alas.
Se humedece los labios, mirando hacia arriba y detestando la enorme capacidad que tiene de... hacerle sentir. Mueve las alas levantando el vuelo otra vez.
Él la mira hacer, esperándola ahora.
Le alcanza unos segundos más tarde, manteniendo una distancia prudente y él le sostiene la mirada, con el ceño fruncido.
—Mientes.
—No sé si lo estoy... quería decírtelo antes.
—No es posible. Somos incompatibles.
—No lo sé si lo seamos... ¿qué tal que no? Qué tal que tengo a un... ángel creciendo y dentro de mí.
—No te creo.
—No sé cómo saber si lo estoy o no. Si te da lo mismo, o crees que es un truco, pues... joder, ¿qué quieres que te diga? —le mira con intensidad.
—Es que no sé qué más quieres de mí. Ya tienes mi virginidad, ahora mi reputación. ¿Quieres hacerme caer? No va a pasar. No vas a volver a verme.
—No quiero hacerte caer, Gabriel. Quiero hablar contigo porque me caes bien, quiero... que quieras hablarme otra vez. Quiero verte mañana y que te quejes del cielo y... ¿tú crees que tú no acabaste también con mi reputación? Cada vez que subo así es un riesgo... ¿y ahora no quieres verme nunca más? Ugh...
—Yo no me mostré... frente a todos.
—Todo el infierno sabe que eres tú... incluso creyeron que te tenían de rehén e hice todo lo posible para sacarte de ahí vivo y entero... Hagamos un... plan. Dime que hago para devolverte tu bloody reputación. ¿Quieres matarme? ¿Descorporizarme? ¿Llevar mi cabeza en una pica? Dime... dime que quieres que haga y lo hago.
—Es muy fácil. Aléjate de mí.
—Me echas de menos tú también cuando hago eso ... —se le acerca un poco
—No lo hago —Él se separa.
—You dooooo! —recreando momentos memorables—. ¡Me escribiste de otro número, hablaste conmigo!
—Enough!
—I love you... and you know it —Belcebú suspira.
Gabriel aprieta los ojos y alza el vuelo otra vez porque esto es súper dramas.
—Gabrieeeeel! Bloody hell! ¿Qué hago si estoy embarazada? ¿Lo mato?
No se gira y ella frunce el ceño otra vez... y esconde las alas, dejándose caer hacia la tierra otra vez.
Es que... ugh. La verdad, Gabriel no se atreve a regresar al cielo.
¡Además ni siquiera va a irse al cielo! Maldita sea.
Tal vez no lo haga.
Belcebú se va a hacer bolita otra vez en algún lado, pensando que cada vez que pasa esto la hace sentir igual de mierda. Maldito ángel tóxico.
Yo creo que él se va a ir a la iglesia para siempre jamás.
Ella... va a irse a hacer otra cosa que le he dicho yo que no haga pero insiste. Maldita sea.
¿En la iglesia dices que está? Va a poner a sus moscas a encontrarle, que lo sepa.
Ni idea, en una cualquiera. En Londres.
De hecho... puede que suba al cielo a buscarle después de ir a robar una cosa... y cuando vea que no está, va a irse a buscarle a la tierra. Mira. En Londres. Aún más fácil... En el convento de clarisas o donde sea que se haya encerrado... aterriza un par de horas más tarde.
Pero... ¿robar? Espera, vamos a ver qué va a pasar en el cielo primero... al instante en que han salido volando.
Sariel grita un grito agudo pensando que ella se lo ha llevado a él y Remiel corre a la ventana por la que han salido pensando lo mismo.
Raguel... es que no puede creer lo que acaba de pasar. Se levanta asustado, mirando alrededor a ver si hay más demonios, recordando la voz de Aziraphale diciendo "arruinar la sorpresa". Esta era la tonta sorpresa... y se había llevado a Gabriel.
De hecho Crowley esta así como "mmm... vamos por creppes?"
"Antes de que no nos dejen salir, sí... VAMOS"
"Venga" Sonrisita
"Crepes a France?"
"Sí, ¿porque no? Borgoña es muy bonito en esta época del año"
Aziraphale sonríe y se dirige a las escaleras en medio de la confusión y un poco en dirección contraria a todo el mundo. Disfruta de tu... recién recuperada invisibilidad.
Siiii! Hasta dando saltitos. Es que ni aunque le hayan puesto unos querubines alrededor a vigilarle.
Los van a perder también en la confusión.
Exactamente, nadie esta tan preocupado por ellos como por GABRIEL.
Gabriel que además... Es que no se atreve a volver.
Raguel entra en PÁNICO cuando Miguel no se reporta. Vamos, cuando ve a todo mundo menos a ella.
Uriel dice que ella se encarga de buscarla, que si lleva el teléfono encima pueden localizarlo con el buscador de dispositivos.
Azrael saca las alas y salta por la ventana unos segundos más tarde para ir a buscar a Gabriel. Uriel se lleva a Sariel a buscar a Miguel.
Creo que sin saberlo es el gemido de Belcebú el que evita que Azrael les vea.
Miguel está completamente KO en la oficina de Gabriel, en el cuarto secreto donde guarda la ropa, vamos a decirlo. Entera y sin ningún moretón.
Llevan a Miguel a sanación igual para que la descontamine, seguro al menos SIDA tiene.
Ugh, exacto.
Azrael vuelve un rato más tarde diciendo que no ha encontrado a Gabriel por ningún lado... que qué deben hacer.
Remiel mira a Raguel nervioso porque a Gabriel le ha pasado en la voz lo mismo que le pasó a él y... bueno, no tiene por qué tener relación pero...
—G-Gabriel va a estar bien... creo —vacila Raguel.
—¿Seguro? —pregunta Remiel preocupado.
—Ella nunca le ha hecho daño. Hay que... s-seguir cantando... Ehm...
—Podría hacerlo ahora. Nadie va a estar pendiente de los villancicos. ¡Estaba desnuda!
—¿L-Lo estaba? —pregunta Raguel, apretando los ojos.
—Pues solo llevaba esa... chaqueta. Y yo diría que era de él.
—Estaba aquí para tentarle... Gabriel va a estar bien, él es fuerte.
—¿Y si lo ha hecho? Ha dicho eso de que él... ¡y lo estaba!
—¿Estaba qué? —pregunta Raguel.
—Excitado. Eso parecía.
—Remiel... no. Era la luz, seguramente. Estaba enfadado y sorprendido.
—La... luz. Tal vez sí.
—Todos estábamos sorprendidos. Negativamente sorprendidos —se masajea las sienes.
—No entiendo qué quieren...
—Atención. Siempre quieren atención.
—Pero si no podrían tener más atención. Con todo lo de la revuelta, hasta nos descorporizaron! —Remiel le mira.
—Creo que en este caso particular Belcebú quería la atención de Gabriel.
—Pero... ¿por qué?
—Eso es algo que habrá que preguntarle a él. Aún así... a todos mis podría pasar algo semejante algún día, así que no seamos demasiado duros con el... —le mira.
—¿P-Podría? ¿Por?
—Porque estas cosas pasan a veces cuando uno menos las espera.
—No entiendo qué es lo que pasa.
—Algún día entenderás lo qué pasa...
Remiel le mira con cara de circunstancias porque eso suena a lo sabrás cuando seas mayor. Raguel le hace un cariñito en la cara, precisamente es un lo sabrás cuando seas mayor.
—Es todo demasiado... enigmático, antes no teníamos secretos. Y le ha pasado en la voz como a ti.
—Ojalá sean menos duros con él de lo que son conmigo —Raguel sonríe de lado porque siempre han tenido algunos secretos...
—¿Contigo?
—Con lo de la voz.
—Pero es una broma, ¿no?
—Divertida hasta que te pasa a ti... —se aclara la garganta.
—Pero es inofensiva, ¿no?
—Sí, sí que lo es... y aún así...
Remiel le mira, porque no sabía que le hería.
—¿Te puedo pedir un favor, Remiel? —Raguel le sonríe un poco.
—¿Qué?
—Azrael va a estar especialmente... difícil. Podrías intentar tranquilizarle un poco
—¿A Azrael?
—Sí.
—¿Qué crees que le diga?
—¿A Gabriel? P-Pues...
—Es que espero que esté bien... ¿y si ella le descorporiza?
—No creo que le descorporice... pero si lo hace tendrá que volver a empezar el trámite.
—Tal vez debería ir con Azrael a ayudarle.
—No creo que necesité su ayuda.
—¿No? Belcebú parece exageradamente bestia.
—Pero, aunque cueste creerlo, parece apreciar a Gabriel.
—¿A-Aprecio?
—In her own demonic way...
—No es la primera vez que oigo esa idea —se humedece los labios.
—Hay dos puntos importantes que sacar sobre ello. Uno es que creo que Gabriel estará bien y que puede manejarla solo...
—¿Y el otro?
—La enorme utilidad que tiene que el príncipe del Infierno te tenga... aprecio.
—¿Utilidad?
—¿No te lo parece?
—No, ni siquiera estoy seguro que realmente pueda tenerle aprecio.
—Entre más supongamos que no tiene habilidades más peligrosas son estas...
—Pero... ¿cómo puedes estar seguro?
—Gabriel debe poder sentirlo. Como tú puedes sentir mi amor.
—Desde que ese principado... ¿y si Gabriel cae? —Suspira sin estar muy seguro.
—Gabriel no va a caer. Al menos no... no por esto.
—¿No? Mira lo que pasó con... Rafael.
A Raguel le cambia la cara. Remiel baja la cabeza, nervioso.
—Lo de Rafael... solo lo entiende Nuestra Señora...
—Pues... esto lo entenderíamos algunos más.
—¿Lo entenderías? Estás juzgando lo que ocurre? —Raguel aprieta los ojos con eso.
—Pues... no, pero... es lo mismo que con el principado, ¿no?
—El principado no ha caído.
—Aun. Y no sabemos por qué.
—Quizás un ángel no cae por amar a un demonio, sin importar si... se arrepiente o no o si se detiene a si mismo o no.
—¿Crees que Gabriel no se arrepiente? —parpadea con eso.
—Hablaba del Principado, Remiel. Estoy seguro de que Gabriel se arrepiente.
—¿Te parece que el principado no se arrepiente?
—Entiendo que el principado está en una relación estable con el demonio... una relación de pareja.
—Pero... ¿Cómo?
—Eso es algo que yo mismo me pregunto. Pero si de verdad tiene una relación... y no ha caído —se pasa una mano por la mejilla pensando... Gabriel podría tener una sin caer... y él podría haber seguido teniendo una y no haber caído.
—Tal vez alguien debería preguntarle al principado.
—De hecho, Remiel, ahora que hablas de él... quizás deberías ayudarme a buscarle. Podemos preguntarle.
—¿Ahora? Ahora va a estar un poco en shock... ¿no?
—Todos estamos en shock
—Vale... le busco.
—Voy a averiguar cómo está Miguel y qué ha pasado mientras tanto.
Asiente.
Ahí va Raguel, todo preocupado a la enfermería donde todos asumimos Miguel va a hacer un DRAMA.
Pues claro. Siempre le toca a ella! Está hasta los cojones de la idiota de su cuñada! WTF?
A Uriel también le tocó una vez... Pero estoy de acuerdo, es una cuñada difícil
¡A ella ya la han descorporizado una vez y ahora esto!
Ha de decir que es culpa de Gabriel en una gran proporción...
(¡No es vuestra cuñada!)
Sí que lo es... Entre más lo niegues peor es. Si Gabriel no fuera judas y la negara cada vez
¡Ahora resulta!
