Igualmente, esta escena con quien empieza es con... unas moscas porque Belcebú me da un poco de miedo cuando las cosas no van como ella quiere. No teman.
¿Cómo vamos a no temer?
Pero por ahora... hay una interesante cantidad de moscas deliberadamente acosando a Gabriel hoy.
Gabriel empieza a estar un poco harto de ellas porque la gente le mira raro.
Después de un bueeeen rato es que suena su teléfono.
Nah, pasa de su teléfono, de eso va esto, si no era muy fácil.
Mierda. Las moscas se intensifican y hay un punto en que incluso parece que tuviera un propósito.
Está de retiro espiritual, Bú, déjale respirar o las va a empezar a matar a chasquidos de dedos.
"Buuuuuuu" Deja de ser encantador y ven a hablar con ella cinco minutos.
No.
Ugh. ¡Solo cinco minutos!
No. Las está apartando amablemente...
Ugh, es tan frustrante.
Eso no se lo quita nadie.
Que ni crea que lo hace más encantador. Una monja le pide ayuda en el huerto con voz algo vacía y hueca y un poquito zumbante...
No sé si está... bueno, vale, va a negarse igual.
Ugh ¿Y si no sale nunca más? ¿Y si se pasa los próximos dos mil años haciendo esto? Belcebú empieza a ponerse... ehm... nerviosa. Vamos, por no decir, genuinamente histérica.
—Gracias de todos modos, Dios la bendiga, hermana.
Ugh, ugh, ugh. ¿Por qué no podría al menos ayudar a la monjita?
Está... yendo a... otro sitio.
¿A qué otro sitio?
Otro sitio, ¿vas a perseguirlo?
No está yendo con otra, ¿verdad?
Mmmm...
¡Sí! ¡Ahí están las moscas otra vez!
Vas a perseguirlo. Sigh.
¡Pues claro que va a perseguirlo! Si solo ha venido aquí a verle, a hablar con él y a tratar de averiguar si va o no a... un día largarse para siempre. ¡Y si ese día es hoy o fue hace diez días!
Aparta las moscas con suavidad aun mientras anda por las calles.
Ahhhh, espera, ¿por las calles? Vale, no... por las calles no solo le siguen las sigue ella
Está en la tierra. No. La va a echar.
Le sigue ella sigilosamente.
¿Crees que no siente las presencias malignas?
¡No es maligna! Ugh ¿Por qué no quiere verla? Vale, las moscas le siguen y ella le observa desde lo alto de un edificio.
Atrapa una de las moscas con un gesto rápido.
¡Joder! Vale, vale, ¡síganle menos de cerca!
Gabriel gira un callejón con la mosca en la mano y hace como un jaulita con las manos. Se la acerca a los labios. Belcebú traga saliva.
—No quiero que me sigas ahora, Bú. Voy a matarlas a todas como no me las quites de encima —le susurra a la mosca.
Buuuú, no puede cuando la llama Bú. Es su kriptonita.
Abre las manos.
Las otras moscas se dispersan, casi de golpe. Pero esta sigue parada ahí. Camina un poquito sobre su mano.
—Todas —sonríe mirándola.
La mosca levanta el vuelo con lentitud, hasta ponerse a la altura de sus ojos. Él la sigue con la mirada.
—Dos horas.
La mosca se eleva un poco más, lentamente, intentando que le siga con los ojos, él lo hace y de golpe se aleja desapareciendo y justo ahí, a la altura de donde miran tus ojos, sobre esa cornisa... está Belcebú.
Sonríe y le levanta los dedos. Y luego le manda un beso.
Justo ahí, sobre esa cornisa, hay un ser rojo incandescente del sonrojo. Sonríe un poco sin poder evitarlo y levanta tímidamente la mano para saludarle.
Se da la vuelta y sigue andando.
Le mira hacer, haciendo un sobre esfuerzo por no seguirle.
Se va a meter al metro.
Pero está intentando... aprender a respetarle. Ugh. ¿A dónde vaaaaaa? ¡Queremos saber!
Si no le seguís no lo sabréis. Se va con la otra
Ughhhhh. Hasta aquí llegó el intento de respetarle.
Qué triste.
Belcebú baja volando y se mete corriendo al metro tras él.
Aaay. Es menos interesante de lo que parece.
¡Solo quiere hacerse una idea de que es!
El problema... es que es difícil que no le veas porque como que... brilla de ese modo y además es súper alto
Y ella es pequeñita. Es fácil esconderse entre la multitud del metro por más maligno que huelas.
De hecho, cambia un poco su ropa, ahora lleva un sombrero y una maleta negra de cuero que no pega con él.
¿Un... sombrero de que tipo?
Humphrey Bogart.
Oh... se disfraza de Don Draper entonces. Eso no ayuda.
Un poco, pero sigue yendo de gris claro/blanco.
Ya, ya, solo nos faltaría.
Vale, no, la bolsa es de cuero marrón, como sus zapatos.
Belcebú le observa atentamente, humedeciéndose los labios y apretando el tubo del metro con la mano, escondida detrás de un chico.
Gabriel mira algo en su teléfono.
Su llamada perdida incluida
¿De quién? ¿De ella? Ya la ha borrado.
Debe tener otros bastantes mensajes del cielo. Un MONTÓN de Miguel que le echa muchísimo de menos.
Ya, ya... Sigue ignorándolos y hay un poco de quejas y confusión entre la gente dentro del metro porque esta línea no iba a esta parada. De hecho, ¿desde cuándo hay aquí una parada?
Tramposo.
Vale... sorprendentemente un grupo de personas van a bajarse en esta parada fantasma. Específicamente las que rodean a Belcebú.
Él incluido, sin casi ser consciente de que no había aquí una parada.
Aziraphale pregunta si puede usar ese argumento él también con frecuencia, el de "casi sin ser consciente de..."
Pues... ¿qué puedo decirte yo?
Belcebú se va detrás rodeada de gente, lo cual es un poco raro pero... Tampoco tanto, tampoco tanto, tú a lo tuyo.
Bueno, Gabriel no se está fijando, sube las escaleras aguantando su sombrero y de repente deja de llover tanto fuera. Milagroso. Providencial.
Belcebú va detrás a buena distancia, sin tener idea de a dónde van a salir. Vamos, que si salieran en mitad de Hong Kong tampoco le parecería una cosa TAN descabellada.
No, solo es un barrio pobre de los suburbios de Londres. Belcebú parpadea algo descolocada. Vamos, que no es que ella no haya visitado lugares así. O que le parezcan especialmente desagradables. Pero decididamente no asocia a Gabriel con un sitio así en lo absoluto.
Gabriel mira su teléfono y se apoya mejor la bolsa a su hombro mirando las direcciones y empezando a andar. Finalmente entra a un local oscuro y maloliente en el que brilla aún más en contraste con la suciedad y poca iluminación general.
WTF. Es lo que no deja de susurrar Belcebú empezando a despreocuparse de su olor demoníaco, porque la zona huele tan demoniaca como ella. Frunce el ceño pensando que... esto es quizás parte de los gustos culpables de Gabriel, quizás si que viene a ver a OTRA.
Sí, eso ya lo hemos notado, maldita sea con este suelo y sus zapatos
Pero es que... si le gustan estas cosas, que le gustan... ¿¡por qué no ella!? O quizás viene a otra cosa. Pero es que... esto es RARO, a que otra cosa podría venir Gabriel AQUÍ, de todos los lugares.
El sitio parece todo menos angelical, Belcebú le busca el letrero a ver si puede darse una idea de que es antes de entrar tras él.
Es un club nocturno. Prometen cocteles de nombres raros y hora feliz en las pizarras de fuera. La verdad, está casi vacío.
A ella que NI LA MIREN con que sea quien le ha tentado a este sitio. Vamos, que definitivamente no es el lugar que ella hubiera elegido para echarse unos tragos.
La van a culpar a ella desde luego.
Ya, ya... vamos, que la culpen si quieren, pero el lugar es cutre. Ella le hubiera tentado a uno un poco mejor. Mira que ni siquiera hay la bastante comida como para tentar a los presentes.
Pero sí bebida, muchacha
¡Ni siquiera hay tanta gente! Aun así... pide un Old fashioned en la barra y con eso el local va a vender hoy el triple de lo que vendería habitualmente, mirando a Gabriel.
Gabriel está esperando, como le han dicho, mirando alrededor con su sonrisa congelada, intentando no tocar nada.
Belcebú considera que se parece bastante a casa.
Al cabo de un rato le dicen a Gabriel que tiene que esperar un rato, que si quiere que se siente y se tome algo, pero la verdad... prefiere no hacerlo.
Tan simple que sería beber algo los dos... Belcebú mueve un poquito la mano para tentarle a beber algo. No suele funcionar, pero...
Mueve un poco la cabeza y traga saliva un instante... pero no, finalmente niega, no puede tomar nada y luego mira sus zapatos pensando que están arruinados y necesita unos nuevos como YA.
Belcebú sonríe de lado y es que el que cuesten estas cosas es lo que le hace... bastante atractivo.
La verdad, luego mira alrededor con un poco de sospecha porque... algo huele a podrido en Dinamarca.
Obligándola a dar un salto y esconderse detrás de la barra.
Gabriel frunce un poco el ceño
Fuck fuck fuck. Ella se pone de espaldas a la barra y a él le distraen enseguida.
A Satanás gracias.
Le hacen pasar... por una puerta que dice privado.
Belcebú se asoma unos segundos más tarde y levanta las cejas un poco histérica cuando no le ve, saliendo de detrás de la barra con cuidado.
O sea, joder, ¿¡se ha ido solo sentirla?! Fuck... se acerca a donde estaba y, de hecho, pregunta a cualquiera que esté por ahí, si ha visto al hombre del sombrero que estaba aquí hace un segundo.
Le dicen que ahora saldrán.
¡Oh! Oh... o sea está ahí dentro. ¿¡Con quién?! ¡Ugh!
—Pues con los otros.
—¿Qué otros?
—El resto, ahora saldrán, son una panda de muertos de hambre igual.
—¿Muertos de hambre has dicho? —Belcebú frunce el ceño.
—Sí, ya sabes.
—No, no sé.
De repente entra una chica así tipo Jessica Rabbit y se para al lado de ella apoyándose en la barra y llamando la atención del camarero con el que habla.
Ojos en blanco. Belcebú bufa y le deja ir, mirando hacia la puerta un poco ansiosa.
—Darling?
—Están dentro, guapa —el camarero le señala la puerta, ella le guiña un ojo y se va hacia ahí.
—What the fuck!? —protesta Belcebú yendo atrás de ella pero el camarero le impide—. Who the FUCK Es esa zorra?! —protesta Belcebú frunciéndole el ceño al camarero.
—Es... Becca
—Como le ponga siquiera UN pelo a Gabriel encima... no solo "Becca" se va a ir al infierno, sino tú con ella. ¿Qué hace aquí?
—¿Quién es Gabriel?
—O como le llames tú al hombre que estaba aquí con el sombrero.
—Relájate, ella tiene bastante más caché que ese tipejo del tres al cuarto.
Belcebú le toma de la corbata y le estrella un poquito contra la barra, no de manera que todos lo noten, pero de manera que ÉL lo note.
—Vuélvele a llamar tipejo.
El camarero abre los ojos como platos con eso.
—Ten cuidado, muchacho, no tienes IDEA de con quién te estás metiendo. ¿Cómo le vas a llamar de ahora en adelante al hombre del sombrero?
—¿H-Hombre del... sombrero?
—Señor. Le vas a llamar señor. ¿Y a la zorra de "Becca"?
—¿B-Becca?
—Zorra.
Se encienden unas luces al otro lado de la sala... Oh, mira, es un escenario.
Belcebú se gira hacia el escenario y ahí está Gabriel también, con Becca y tres músicos más.
Belcebú levanta las cejas mientras el Arcángel saca una... trompeta de su bolsa de cuero
Belcebú levanta más las cejas aún... Es LA trompeta.
No exactamente pero... bueno, es... lo es. Es LA trompeta camuflada.
Cielos. Cielos. Belcebú... hace lo único que puede hacer en estos momentos, que es sacar su teléfono y tomarle una foto.
¡No! Te ha dicho que no quería que le espiaraaaas.
Ya, ya, ¡son para uso personal! ¡No se las va a mandar a nadie!
Ugh. Bueno. Van a... tocar Jazz, blues y soul, Becca es la cantante. La verdad, para no ser música sacra se le da milagrosamente bien a Gabriel.
Belcebú está... Un poco así boca abierta ojos como platos. Moviéndose un poco al ritmo de... lo que tocan, ignorando del todo a Becca.
Es la única que la ignora.
Ya, ya... Es que le da igual la mujer. Está sonriendo como idiota porque Gabriel además toca bastante bien y por una vez puede disfrutar oírlo sin estar teniendo arcadas con la música sacra.
De hecho, Gabriel está concentrado en no equivocarse en esta melodía porque no se la sabe. Aun así, toda la música tiene algo... celestial en este momento.
Todo lo que toca lo echa a perder, diría Belcebú, pero la verdad para la cara que trae ella, no parece que lo esté echando a perder.
Va a pasar ahí un bueeeen rato y el problema es que... mira que le gusta ser el bloody protagonista. Va a empezar a hacer a algunos solos que no debería, más largos de lo que... Le gustan al resto.
Ya, ya... el señor protagónico.
Sí... Creo que lo van a aceptar en el grupo porque joder, como cuesta encontrar a un buen trompetista e igual todos los músicos son un poco divos.
Gusta, igualmente el señor gusta y a Belcebú va a hacer que TODOS le aplaudan histéricos cuando acabe él.
Así que... tras un par de vises, lo dejan ahí solo para irse a deliberar, en lo que los pipas del local recogen.
Belcebú le pide a uno de los chicos que le lleve un Whiskey sour ahora a Gabriel, a ver si ahora si puede tentarle.
Lo que hace el camarero es decirle a Gabriel que ella se lo manda y desde luego él se gira a mirarla.
Joder con el camarero... tiene que esconderse de golpe debajo de la mesa y la verdad ahora no está segura de que le haya visto o no. Chasquea un par de veces los dedos.
Se cambia el pelo de color y la ropa se la pone clara pensando que evidentemente así no va a reconocerle.
Gabriel parpadea un poco y decide acercarse, con su copa. Belcebú se lleva su Old Fashioned a los labios, histérica.
—¿Hola?
—Hello —responde con voz grave haciendo un gesto con la cabeza.
—Debo... intuir que te ha gustado mi actuación.
—Yes. Ha sido... aceptable.
—No es mi estilo predilecto, pero supongo que... estoy probando cosas nuevas.
—De todo tipo, imagino. ¿Te ha gustado la bebida?
—No bebo habitualmente.
—Tampoco tocas esta música —o te acuestas con demonios.
—Supongo que podría hacer una excepción por complacer a una fan —se sienta junto a ella.
Belcebú se humedece los labios, incrédula de que... SÍ vaya a beber con una "fan" y con ella nunca lo haga.
—Supongo que podrías complacerme...
—¿Qué es lo que más te ha gustado? —sonríe.
Le mira de reojo, y es que... todo le ha gustado. Maldita sea con él estupido amor.
—El solo.
Gabriel lo nota, la verdad, parpadeando un poco.
—¿Sueles tocar qué tipo de música, entonces? —pregunta intentando cambiar un poco el tema porque le ha visto la cara descolocado.
—Soy un hombre comprometido.
—Ah ¿sí? —La SONRISA que pone. Se gira a mirarle y el amor... mierda con el amor—. ¿Con quién? ¿Cómo se llama?
Gabriel traga saliva y frunce el ceño porque está aumentando la sensación y... es sospechosamente.
—Con una mentirosa en la que no se puede confiar, por lo visto.
—O-Oh... Ehm... ¿S-Sí? Bueno, todos tenemos nuestras fallas... quizás solo...
Gabriel se levanta.
—No, no... Espera. Bloody hell.
—Te he dicho que no me siguieras.
Ella le detiene del brazo y él la fulmina.
—Y no iba a hacerlo y luego he pensado que... no te enfades, ¿vale?
—Te he dicho expresamente que NO me siguieras.
—No te seguí... vine aquí por casualidad.
Le mira con cara de "esa no te la crees ni tu". Belcebú aprieta los ojos.
—Solo tenía curiosidad... y lo has hecho muy bien. ¡No voy a decirle a nadie!
—¡Ese no es el asunto!
—Yo quería no seguirte, pero...
—No perece que lo quisieras muy intensamente.
—Solo me das curiosidad... —Se humedece los labios.
—No... No quería que vieras esto. No quería que nadie supiera esto.
—¡Pero te estoy diciendo que lo haces muy bien y que me ha gustado!
—¡Ese no es el punto!
—Voy a guardarte el secreto, de verdad, no te enfades otra vez.
—Ese sigue sin ser el punto.
—Ya, ya sé que... me dijiste que no, ¡Y de verdad lo intenté!
—Voy a volver a la iglesia, esta ha sido una pésima idea —suspira.
—No lo ha sido... es una gran idea —le aprieta el brazo y le mira a los ojos—. Mira vale, soy una novia de mierda si quieres, pero ¿qué tiene de malo que lo sepa? No voy a decirle a nadie, ni tendría por qué usarlo en tu contra. Ni siquiera tengo porque volver a venir si no quieres...
—¡Es que todo eso da lo mismo!
—Un día de verdad vas a dejar de hablarme para siempre y lo bloody peor es que voy a merecerlo —Aprieta los ojos.
—Sí.
Ella traga saliva y le mira, él la mira fijamente.
—Con lo que te gusta... llamar la atención. Llamas TODA la mía. No sé por qué repentinamente te hacía más gracia que fuera una bloody fan a que sea yo.
—Porque me hacía más gracia que hicieras lo que te he pedido.
Belcebú suspira profundamente.
—Eres la única que sabe dónde estoy y lo que está pasando. No me obligues a enclaustrarme para hacer lo que necesito.
Belcebú mira su vasito medio vacío.
—Vuelve al infierno.
—¿Cuánto tiempo esta vez?
—¿Qué importa? Ni siquiera puedes darme dos horas.
—Creo que nunca voy a ser la novia que quieres... —No le mira, levantándose.
—Eso estaba claro hace tiempo.
—Pues... pues vale... —replica guardándose las manos en los bolsillos y apretando los ojos—. No es como que no esté habituada a ser una constante decepción para todo mundo.
—Entonces deja de hacer cosas decepcionantes.
Se muerde el labio y se va a la puerta para irse. Gabriel la mira.
Ella aprieta los ojos mientras camina, arrepintiéndose de haber subido, porque esto no ha servido en lo absoluto para sentirse mejor y más tranquila y sí, vale, vale... era su culpa. No debía haberle seguido. Ni debía haberle hablado. Ni debía haberse ilusionado tontamente cuando había dicho que estaba comprometido. Ugh
—Bú.
Se detiene sin estar segura de que sea él el que la ha llamado Bú, que además hace cosas raras con su estómago el que la llame así. Se gira un poquitín.
Hace un gesto para que se acerque, ella vacila un poco y se acerca con evidente cautela, manos en los bolsillos aún, sin mirarle del todo.
Le toma de la barbilla, levantándole la cara, la demonio le mira unos segundos, pero cuando los ojos le brillan un poco más de lo que deberían y tiene que tragar saliva es que desvía la mirada.
Se acerca a besarla y cuando está a punto de hacerlo, le llaman los músicos, así que se gira y la suelta.
Belcebú aprieta los ojos con eso, aún casi sintiéndole en los labios. Va a largarse un poco desconsolada, la verdad. De hecho, ¿saben? No... tira de él, de la camisa y le gira de vuelta, plantándole ella un beso. Porque, joder, si va a enfadarse o a lo que sea y no va a hacer esto en seis meses otra vez al menos va a irse ella con un puto buen beso.
Seis meses.
Pues o dos mil años, ¡puta madre!
Le devuelve el beso sin poder evitarlo porque ya se lo iba a dar él.
Pues menos mal. Es imposible este hombre. Solo por eso le mete la lengua hasta las amígdalas.
Deja de enfadarte por todo.
¿Ella? ¡Él! ¡Él es el que se enfada mucho por todo!
Ahora resulta.
¡Él es el enfadadísimo!
Pero si él es quien iba a besarla.
Que si le sigue, que si le vio, que si es decepcionante del todo.
Pues todo eso es cierto.
¡No lo es! Ugh. Bueno, como sea va a darle un buen baño de amor con ese beso.
No tanto como cuando le ha dicho que está comprometido
No, no... Eso maldita sea es lo que la delató, pero es que... ¡¿Cómo no?!
Casi se corre solo con decirle eso.
¡No tanto así!
Oh, sí. La hemos visto.
De hecho... eso es... una... Cosa a aclarar.
—E-Eso es... que sí —susurra Belcebú al separarse un poquitín del beso.
Gabriel se gira con los otros.
—Eso también es un sí —protesta ella.
No sabe sí qué, pero igual se va a hablar con ellos.
¡Frustrante que eres!
Porque prefiere a Becca.
Belcebú... frunce el ceño, pero le deja ir, pasándose una mano por el pelo y recordando que lo trae distinto a como siempre. Ugh, ¡no la prefiere! Ha dicho que está comprometido
—No té tardes.
—No me esperes.
Belcebú frunce el ceño porque aún quiere hablar con él.
—Pero, Gabriel...
El susodicho desaparece detrás de la puerta de privado. Belcebú frunce el ceño más, porque podrían pasar un rato juntos... al menos dejarle volver con él. Bloody hell y acepto su bloody propuesta... o eso parece y que... Ugh, ¿¡por qué no quiere pasar tiempo con ella?!
Porque está enfadado.
Toda la vida está enfadado con ella últimamente.
Pues es que cada cosa que le pide él no cumple NINGUNA.
Sí que las cumple, ¡solo no toma en cuenta cuando lo hace!
Mmmmm...
Ya le dejo como diez días en paz y... vale, también devolvió el bloody brillante que robo para él. Creo. ¡Y antes le dejo en paz como tres meses! Pues... Ugh, vale, va a ser muy obediente y a no esperarle.
No nos des excusas de mierda, demonio.
¡No es una excusa de mierda! ¡Solo... es que solo quiere pasar un rato con él sin que este chilloneando todo el tiempo! ¡Ugh!
Ya lo has hecho.
De hecho aún sigue pensando en abrazos y amaneceres en la cama y cariñitos... ¡Un rato con el fueron como quince segundos!
No, estuviste las dos horas que estuvieron tocando.
¡Eso no es pasar un tiempo CON él! Es compartir espacio con él, ¡No va a estar agradecida por ello!
Y además te dijo que NO lo hicieras.
O sea tampoco él quería pasar ese tiempo con ella.
Pues es que viniste en el peor momento
Uuuugh. Vale. Vale... vale. Ahora a esperar a ver si la busca o... si no. O a ver qué. Quería darle otros besos... ni siquiera le ha hecho sentir amor así como... suele hacer. Estúpido ángel de mierda. Ahora va venir a decir que si que le ha dado UN beso.
No, hoy no, porque... uhm. Esto es complicado.
Belcebú tiene toda esta disertación mental frente a la puerta del privado, volviendo a pensar que ella... es que quiere pasar TODO el rato con él. Todo. Y cuando no está con él solo piensa en él... y quiere contarle lo que ha pasado. Y él parece muy conforme con... un beso y diez minutos, nueve de los cuales está enfadado. Aprieta los ojos riñéndose un poco a sí misma y volviendo a sentirse tremendamente vulnerable. Desde su perspectiva, él... podría largarse al cielo hoy y... Ugh. No debía haberle seguido.
Mmmm... No, no lo estás leyendo bien.
De hecho antes ÉL la buscaba y le llamaba también y todo esto parecía estar más balanceado. O quizás esto era solo... que estaba enfadado aún por lo de navidad. Le había dicho eso de enclaustrarse ¿no?
Si el otro ángel se había enfadado dos mil años por hablar con Miguel y hasta el de Crowley le había dejado de hablar cien años... esto parecía menos horrible.
Al final, después de un buen rato de vacilación decide irse como Gabriel le ha dicho que haga, tratando de darse unos pocos de ánimos con lo del... compromiso. Venga, ¡eso debía ser una buena señal!
Tienta a todo el bar a beber otra ronda o dos y... se larga. Como buena niña obediente que es. Sin dejarle nada a él como quisiera. Nada de regalitos.
Se hubiera enfadado menos si te hubieras quedado ahora que por que le hayas seguido antes.
Ya, ya... de todo se enfada bastante igual. Hasta pareciera que es ella la de la ira.
Nah. Uy... no sabes lo que es la ira si esto te parece que es ira.
Pues para venir de un angelito, ¡lo es! ¡Si no venía nunca hubiéramos sabido de esto!
Nah. Bueno... Tampoco está del todo enfadado, la ha besado.
Por lo pronto, se ha ido como querías ¡Estuvo a punto de no! Pero si le ha devuelto el beso.
Porque le llamaron y distrajeron.
Aunque Belcebú a estas alturas no está muy segura de que pueda no besarla de vuelta... aunque no quiera. Prefiere que no probemos si puede resistirse, gracias.
Pero ha dicho que está comprometido y vale, admite que eso ha sido muy dulce y mono y casi se corre al oírlo.
Se a hasta delatado.
Pues es que... ¡esas cosas no se sueltan así!
De hecho ha dicho más de lo que crees en esa frase. Estaba sintiendo amor y no del casto, no iba a dejar que cualquiera intentara... algo.
Mmm ¿Si ella no se hubiera delatado no se habría dejado seducir? ¿Es lo que nos están diciendo?
Mmmmm. Pero... No, no, ¿Cómo que amor no del casto?
Amor con lujuria de ella hacia él.
Ugh. No estaba... Ugh, bueno SÍ estaba.
Sí estaba.
Vale, sÍ que estaba y Él... estaba sintiéndolo, porque además Belcebú derrama amor todo el tiempo a su alrededor, pero Él... hmmm parecía encantado! Bliblibli una fan blabla. Aunque luego ha dicho lo de estar comprometido, vale
¿No sabe si sentirse celosa o no?
Pues justo iba a hacerlo cuando ha dicho lo de estar comprometido. Aunque tiene que admitir que temía que dijera que estaba comprometido con Dios, cuando ha dicho lo del demonio mentiroso fue como... YAAAAAAY!
No dijo demonio.
Dijo una mentirosa en la que no se puede confiar ¡No va a ser Dios! ¡Es casi decirlo!
¿No?
Ugh... bueno Dios es una mentirosa en la que no se puede confiar ¡Pero Gabriel no lo pondría así! ¡Dejen de agobiar a Belcebú! Ha dicho que están comprometidos, lo cual implica que le ha dicho que si se casa con ella.
Mira que cosas entiende.
Pues las cosas obvias... ¿Qué cosa seria si no?
No lo sé, una excusa genérica.
¡No fue una excusa genérica!
¿Seguro?
Ugh. No. Porque también ha dicho que nunca va a ser la novia que quiere y que es decepcionante.
Pues lo es.
¡Pero no SOLO es decepcionante! ¡Es súper mona y dulce con él!
Mmmm
Va a dejar de ser buena con él... Ugh.
