Aziraphale que está acostándose con Crowley de manera desordenada todo el día. Hasta que Aamón llega a tocar la puerta de la librería.
Ugh. ¿Todos tienen que hacer esto siempre?
Pues...
Aziraphale protesta sin querer que Crowley, que estaba haciendo una cosa maravillosa, pare.
Pues es lunes por la mañana, parece un buen momento para... abrir un comercio.
Va tomar unos minutos, pero ahí va Aziraphale a reñir al cliente que toca... en bata.
Crowley se ha quedado haciendo... demonios en las sábanas. Aziraphale se envuelve en su bata de batik de los años 40s y abre la puerta de mala gana, protestando un poco porque además está todo despeinado
Aamón está en la puerta, vestido todo de negro con su bufanda rosa (por algún motivo) mirando su reloj.
—Oh... Uhm... días.
—Oh... Aamón! ¡No te esperaba aún para nada!
—No, no... ya sé que es lunes y todo eso. Vengo a... saber qué dijo ayer.
—Ehh... Ugh. Vale. A ver. Pasa, pasa. Crowley está arriba.
Aamón entra como le ofrece, quitándose el sombrero y la bufanda.
—¿Te? Crowleeeeey! ¡Aamón está aquí!
Claro, ahora seguro que baja. Mira como corre.
Aziraphale se cierra bien la bata pero no se viste, porque quiere bañarse, ofreciéndole sentarse en el sillón y esperando la respuesta respecto al te.
—No, no...
—Ehm... bueno, voy a poner agua igualmente a calentar. Ahora bajará Crowley.
—¿Por qué mejor no me cuentas?
—Contarte te cuento... sí que vino.
—Lo sabía... ¿Y qué dijo? —se va tras él.
—Pues... no estaba feliz en lo absoluto. Hubo un pequeño malentendido.
—¿Malentendido?
—Pensó que seguías aquí y como no atendí a la puerta del todo rápido... asumió que Crowley era tu novio.
Aamón se lleva las manos a la boca.
—B-Bueno... eso no es... malo del todo. O sea... cuadra un poco.
—Terminó llorando en sus brazos.
Aprieta los ojos con eso.
—Llorando, quebrado del todo. No sé si tu estrategia sea la mejor...
Traga saliva.
—¿Seguro que no quieres un té? —pregunta sirviéndose una taza—. Aclaramos el punto un poco más tarde, de que Crowley está conmigo y tú sales con otro... se calmó.
—Ya... ya sé qué... o sea, no sabía propiamente que... Lo que digo... ¡Oh! Me venía bien que pensara que era Crowley.
—Si querías que estuviera en pánico lo has conseguido... es decir, yo sé que quizás le conoces mejor que yo incluso, pero él es siempre el más ecuánime, tranquilo, centrado, sereno... nada le afecta. Yo nunca le había visto así —le extiende una taza con té—. Hmmm... el asunto de Crowley... ahora hay otro lío.
—¡Qué va a ser sereno! ¿Sabías que una vez me descorporizó SOLO porque le gané al backgamon?
Aziraphale parpadea.
—Raguel te... descorporizo?! Raguel?
—No hay mucha serenidad en eso, ¿verdad? —sonríe un poco de ladito porque siempre le hace gracia esa historia, especialmente porque a Raguel le pone los pelos de punta.
Absolutamente.
—¿¡Solo por un juego de backgammon?!
—Bueno... llevaba varios juegos perdiendo en racha, así que tal vez decir que fue por una sola partida es exagerar un poco.
—¿¡Y cómo te descorprizó?! Es que... no veo a ningún ángel descorporizando a... nadie así por las buenas, menos a su...
—La verdad, no estamos muy seguros. Tuvo un arranque de ira, eso te lo aseguro y entonces explotó en una especie de onda de luz blanca a su alrededor que cuando me alcanzó pues... cuando volví en sí era un ente flotante sin cuerpo.
—Un arranque de ira. Raguel, el Arcángel más paciente que... ohhhh. ¡Era tu efecto!
—Bueno... es posible, sí.
—Aún así es algo que hizo Raguel —Aziraphale sonríe un poco porque le parece brutal y le da un sorbito a su te—. Cielos, ahora entiendo por qué para ti no es sereno.
Aamón se ríe un poco nerviosito porque de hecho... a él lo descorporizó y lejos de cabrearse como un energúmeno como habría hecho de normal, estaba ahí tan tranquilo incluso riéndose en plan "pues bajamos al infierno y pedimos otro cuerpo."
—Supongo que... sí hay alguna especie de influencia, porque él que se mantuvo sereno fui yo...
—Con disculpas, pero me cuesta creer que el señor de la ira se haya mantenido sereno después de ser descorporizado —Aziraphale le sonríe.
—Pues él era el señor de la ira en ese momento, yo solo... le poseí.
—Oh... eso.
—¿Qué?
—Considerando lo que ocurre en cuanto le posees, debe... habérsele quitado un poco el enojo —Aziraphale sonríe. Aamón le mira de reojo y sonríe de ladito.
—Ya habíamos probado eso antes, pero... sí, se relajó un poco —se mira las manos, pensando en ello.
—Un mucho, diría yo...
Le vuelve a mirar.
—Me refiero a la relajación... —Aziraphale se ríe—. Y cómo lo explicaron al infierno.
—Eres un ángel terrible, no deberías estar haciéndome contarte esto —sonríe igualmente.
Aziraphale se sonroja un poco y abre la boca levemente "ofendido".
—¡Pues es una buena historia! —medio protesta, riéndose.
Aamón se ríe también. Deberíais dejar de coquetear vosotros dos.
—Bueno, ya imaginas entonces que es fácil calmar una discusión cuando se tienen... recursos. Y además la víctima no está enfadado —se señala a sí mismo.
Lo dejarían si bajaras, Crowley.
Ugh. Vale vaaaaaaale...
—Recursos, sí... sí. Y menos mal que ustedes no sienten los recursos que se la pasarían yendo y viniendo.
—Ah, eso es posible —el demonio se ríe—. Aunque en realidad tampoco lo necesitamos.
Aziraphale levanta una ceja.
—¿Hablas del... toque mágico? —cruza la pierna y creo que bien que enseña un poco de muslo.
—Desde luego —se le van un poco los ojos porque lo cortés no quita lo valiente.
—Entiendo, entiendo —Aziraphale cínicamente se cubre muy castamente un par de centímetros, sin hacer mucho caso—. ¿Al menos empezó a sentirse culpable inmediatamente?
—Sí, bastante. Especialmente cuando entendió lo que acababa de hacer.
—Yo me muero si descorporizo a Crowley.
—¿Por?
—¿¡Sabes el lío?! Y para que le den otro cuerpo.
—Ah... bueno, en ese momento era más fácil porque yo estaba a la cabeza del infierno.
—Ohh... ¿Y cómo te fuiste a dirigir el infierno sin cuerpo?
—Sí tenía un cuerpo...
—¿Me vas a decir que fuiste a dirigir el infierno en un cuerpo de ángel?
—Hasta que me dieron el mío.
—¿Y me estás diciendo que nadie se dio cuenta? ¿Cómo hacías?
* * Cortinita de estrellas * *
—No sé cómo vas a impedir que NOS descorporicen casi solo de pisar el infierno, Aamón —Raguel se lleva las manos a la cabeza, paseando de un lado a otro.
—No va a pasar nada, sigo siendo yo.
—En mi cuerpo, mi vida... nadie va a hacerte caso en mi cuerpo.
—Sí van a hacerme caso sí... te abstienes de bendecir a la gente y me dejas hablar a mi.
—Por Dios... Vale, voy a intentarlo
—¡No menciones a Dios!
—Ugh, creo que mejor o voy a hablar.
—Puedes hablar, pero conmigo.
—¿Y dejarte a ti blasfemar?
—Exacto.
—Supongo que merecido lo tengo.
—Lo que me preocupa es que... Bajar al infierno no es el problema. Si no que... una vez nos dan el cuerpo, solemos destruir... el temporal.
Raguel levanta las cejas.
—Bueno, supongo que pueden hacer una excepción.
—Espero, aunque vamos a necesitar una buena excusa.
—¿Una buena excusa para no destruir mi cuerpo? Pues... ¿que no se te da la gana?
—Ya... ya, pero no es tan fácil.
—No eres el príncipe del infierno.
—Exacto.
—¿Y eso no hace que puedas hacer cualquier cosa que quieras?
—No, eso hace la gente se cuestione porque hago las cosas que hago.
—¿Y qué cosas van a cuestionarte? Bastante me parece que vayas ahí en el cuerpo de un Arcángel.
—Primero, ellos no sabrán que eres un Arcángel. Y segundo voy a tener que explicar por que me importa que destruyan un cuerpo que NO es de un Arcángel. Más explicaciones tendré aun que dar si saben que eres un Arcángel.
—¿No crees que... alguien podría reconocerme? Sé que no soy Miguel, pero...
—Nah, ¿quién va a saber quién eres? O sea... últimamente bajas más pero...
—¿Pero no dejo de ser un completo desconocido? Vaya... veo que piensas bien de mí.
—No hombre, ellos son idiotas.
—Vale, vale ahora escúdate en ellos —sonríe y luego se acuerda—. Dios mío, ¿cómo pude hacer esto? —lloriquea, todo agobiado.
Aamón le hace suspirar pensando que así no puede besarle o abrazarle.
—Siento que esto no vas a perdonármelo jamás, no sé cómo no estás más enojado —insiste en lloriquear, sin saber cómo abrazarle o besarle tampoco él.
—Ni siquiera estoy enfadado, vamos. Bajamos, vemos que me dicen y decidimos... Tal vez debería ir a por un cuerpo de un humano.
—Aún creo que... alguien va a olerme o algo. ¿De verdad paso por humano?
—No tienes que pasar por humano, tienes que pasar por mí. Anda, imítame.
—Cómo voy a pasar por ti, ¡no me parezco!
—Pues como si yo te hubiera poseído.
Raguel se aclara la garganta y Aamón sonríe porque esto se lo hace hacer por curiosidad, no porque sea necesario.
—Vamos a ver. Tú suenas siempre muy... enfadado. Bueno, no conmigo —Raguel sonríe —. Pero siempre suenas crispado, con esa voz de cansada irritación
—¡Anda ya! —protesta irritado.
—Aunque protestes, acuérdate de la pobre chica que tiro el cántaro.
—¡Tiró el cántaro! ¡No la iba a felicitar!
—Casi la dejas sorda. ¡ANDA YA, A VER SI TE FIJAS! QUE NO TIENES OJOS EN LA CARA!?
—Aún suenas demasiado amable —le hace reírse un poco.
—Oh, ¡venga ya! ¡No sueno amable!
—Por eso, me estás imitando y suenas más amable que tú mismo
—¡Más amable que yo mismo! ¿Cuándo he pegado yo esos gritos?
—Ahora mismo, ¿no te has oído? —se ríe.
—¡Pues lo he hecho porque me lo has pedido y has dicho que suena mal!
—Tienes que gritar más, venga.
Raguel se aclara la garganta.
—Vale, a ver... —agita un poco los brazos para ponerse en el papel. Carraspea—. ¡LÁRGATE DE AQUÍ NIÑA IDIOTA!
Aamón se muere de risa.
—¿¡Qué?! ¿¡No es así como gritas tú?! ¡Me ha salido bien! —se sonroja.
—Sí, sí. Solo un pequeño detalle.
—¿Qué?
—Te ha faltado el "me cago en Dios". Es un clásico y lo sabes.
—¡No voy a decir eso! ¡Deja de decirlo tú, que además no lo hago! —le riñe
—No va a colar si no lo dices
—¡No voy a decir eso así!
—Tsk tsk tsk... me descorporiza y luego se niega a ayudarme.
—Ugh, Aamón! Vale, vale.
—Creo que si uno es descorporizado por su novio lo mínimo que puede pedir es que este cometa blasfemia contra su religió.
—Ugh... pero tú sabes el... vale, vale, igualmente voy a tener que anotar esto en el libro. Así que... d-diré lo que pides
—Aja...
—Eso de... ugh... decir que me... que maldigo a Dios.
—Aaaaaalaaaaaaaa!
Raguel se persigna después de hacerlo y Aamón le hace sacar las alas y aletear para asustarle.
—Aaaagh! ¡Aamón! ¡No me asustes!
—¡Pues la blasfemia!
—¡Pues como si no fuera bastante! —manos a la cara—. Lo siento, lo siento... pero es que sí que le he descorporizado —ahora empezamos con los rezos.
—Ugh! ¡No reces mientras estoy aquí!
—¿Te duele?
—Sí.
—¡No te creo!
—¡Venga! Igual no puedes hacer eso siendo el príncipe del infierno.
—¡Deja de hacerme reír que esto que pasa es muy serio! —Raguel se ríe.
—Pero es lo que vas a hacer, ¿nunca te preguntaste como era?
—¿Ser demonio?
—Mandar en el infierno.
—¿Pegar de gritos a todos para que todos me ignoren? —le pica.
—¡Anda ya!
—¿No es eso lo qué haces todo el tiempo?
—No. También asusto a ángeles.
—Y eres fácil de descorporizar... Ugh. Perdona.
—Solo cuando provoco arranques de ira.
—Ugh! Ugh. Vale... vale. ¿Qué tengo que hacer para gobernar el infierno si no es gritarles a todos?
—Eso, básicamente.
—¿Ves? Gritarles a todos y que me ignoren! Vale, vamos a... vamos abajo.
—¿Podrás soportarlo?
—S-Sí... creo que sí.
—Ya veremos...
—Adema tú vas a hacerlo casi todo, ¿no? Yo solo... te dejo tomar el control —ya, claro, vamos a ver cuánto—. Puedo... no puedo bajar así a través de la tierra ¿o sí? —literalmente señala el piso.
—Puedo hacerlo yo.
—¿En mi cuerpo? Adelante...
Traga saliva... y ahí van, más nervioso Raguel que él, pese a todo.
¿A dónde van a salir? ¿A la sala del trono?
Sí, ¿por qué no?
Raguel tose un poco, apretando los ojos.
"No... aguanta la tos!"
"No puedo aguantar la tos, ¡me ha entrado hasta los pulmones!"
"Pásate la mano por el pecho y quítate la tierra de dentro"
Raguel lo hace, curándose y respirando profundamente.
"¿A ti no te suele pasar esto? Con lo que van ustedes por la tierra como gusanos"
"No. Aquí o aprendes a respirar azufre o te mueres"
"Ugh, ya podrían arreglarlo un poco!" Mira a todos lados con la nariz arrugada aunque sintiéndose un poco mal con él... porque mira que acostumbrarse a esas cosas... "Imagino que tendré que acostumbrarme a ello si vamos a estar aquí hasta que te den tu cuerpo."
"A lo mejor se te ocurre alguna forma de arreglar el infierno"
"Te imaginas? Quizás sea mejor príncipe del infierno que tú." sonríe.
"Probablemente lo seas."
"¡No se supone que digas eso!"
"Pero es cierto, aun te importa lo que pase en este sitio así que..."
"¿A ti no te importa? Venga ya, ¡aquí vives y trabajas!"
"¿Y? Eso no hace que me importe."
"Podrías hacerlo un lugar más cómodo para vivir. Hasta tener un despacho bonito" con una foto tuya no quieres?
Aamón piensa que no tendría una foto de si mismo, si no de Raguel. Y luego se sonroja intentando no pensar eso con fuerza para que él no sepa que lo ha pensado, pero cuanto más se esfuerza más le cuesta no pensarlo ni imaginarse viéndola con cara de idiota mientras se ocupa del papeleo o dándole un beso antes de irse.
"Estás imaginando una escena doméstica"
"No! Shut up!"
—Jijiji —La risita, ni siquiera mental.
—STOP —se sonroja más—. Ni siquiera quiero una foto.
—Puedo darte una... aunque quien hace las fotos es Miguel.
—No quiero una —y es que ahora piensa que quizás podría tener una en la que estuvieran los dos, así... uno al lado del otro, riéndose, tal vez medio abrazados—. ¡BASTA DE ESTE TEMA!
—Me gustaría una así a mí también.
O a lo mejor una dándose un beso... o poniendo caras raras. Raguel se sonroja un poco porque casi puede ver la del beso.
—Crowley podría tomarnos unas fotos.
Aamón parpadea cuando Azirpahale le corta el tren de pensamiento, porque estaba un poco atrapado en la historia.
—¿Qué?
—Hoy mismo. Unas fotos, cuando llegue y vamos a revelarlas mientras ustedes juegan.
—Ehm... No... no sé si... va a... hum...
—Seguro que sí quiere y puedes aprovechar para besarle —Aziraphale y su interpretación.
—¿B-Besarle?
—Pues es un buen pretexto... ¿No quieres? Él querría que le besaras.
—¿Te dijo eso?
—Aamón... estaba llorando DES CON SO LA DO porque ya no le querías. Y Crowley... le recomendó algunas cosas. Necesitas tú darle a entender que pese a todos, le deseas.
—¿Eh? ¿Qué cosas? —parpadea.
—Pues... cosas buenas y útiles. Verás, creo que Raguel tiene la idea de que ha perdido la guerra.
—No... No puede tener esa idea.
—Pues de que puede... Crowley le ha dicho que no debería pensar que el que estés con alguien quiere decir que él no pueda seguir intentando estar contigo.
Aamón se sonroja un poco.
—Y parece haberle convencido... al menos un poco. Aunque el insiste que son y serán amigos —Aziraphale da un último traguito a su té, tomando una galleta y mirando a Aamón.
—Bueno, eso ya se verá...
—Pero entonces... Deberíamos tomar unas fotos.
—¿No te dijo que...? —empieza a preguntar y se humedece los labios. Aziraphale le mira con curiosidad—. N-No importa, sus motivos tendrá —no le mira, pensando que no mencionó que le besó a pesar de todo.
—¿Para hacer qué?
—Para no decírtelo.
—¿No decirme que?
—Da igual. Una foto, vale.
Aziraphale sonríe, pensando que deberían hacerse unas fotos ellos también.
—Mmm ¿entonces no me contó todo lo que debía contarme?
—T-Tal vez sí.
—Fue muy expresivo en todos los demás aspectos... si algo no me dijo debe haber sido que estaba un poco sobrepasado. Considera que... abrazó a Crowley y le lloró encima aún pensando que él era tu novio.
Ojos en blanco de Aamón.
—¿Qué?
—Nada... nada.
—No te parece algo relevante.
—Probablemente estaba... analizándole.
—Analizándole —repite levantando una ceja—. ¿Analizando qué? No entiendo.
—Pues a... Crowley. Su capacidad de dar amor. Espero que sea bastante rudo.
Aziraphale traga saliva.
—¿P-Por qué haría eso? ¿Qué pasa si no lo es? Lo es, ¡lo es! Solo pregunto...
—Pues porque no es idiota, claro que lo va a analizar si cree que es... bueno.
—Uy... Debe haberlo pasado un poco mal.
—¿Por?
—Bueno, no podemos sentir por quien es el amor... pero estoy seguro que Crowley... estaba lleno de él en esos momentos. Pero, sinceramente te digo, no parecía estar analizando nada.
—Pues no que te dijera a ti, pero...
—Me refiero a que apenas podía mantenerse en pie... —Aziraphale igual se muerde el labio porque inocentemente no pensó que Raguel estuviera analizando nada.
—Probablemente tiene que ver con eso.
—Ohh... yo pensé que era por el dolor. Yo creo que yo no podía mantenerme en pie ni pensar muy ordenadamente en una estrategia.
—A ver... no creo que fuera lo único, pero si además sentía amor venir de Crowley... pues imaginarás.
—Aamón... esto... ¿es venganza?
—¿Q-Qué?
—¿Es venganza contra Raguel?
—¿P-Por?
—¿Por qué lo pregunto o por qué te vengarías? Creo que es obvio por que sentir la necesidad de venganza...
—No... No es... No es eso.
—Lo pregunto, la verdad... un poco porque... si bien entiendo tu necesidad de venganza, no quisiera ser parte de ello.
—No es venganza.
Aziraphale se humedece los labios.
¿Qué hay del afecto/amor?
Hay un poquito y más ahora que baja Crowley. Aamón se mira las manos.
Aziraphale mira hacia las escaleras de reojito.
Crowley lleva un jersey de cuello alto y el pelo largo, medio recogido con una pinza. Baja mirando el teléfono con cara de "a mí que me importa todo esto"
Nos gusta ese peinadoooooo. Aziraphale sonríe un poquito más al sentirle y escucharle bajar, humedeciéndose los labios.
—Creo que... entiendo también que no lo sea... —asegura dulcemente a Aamón
—¿Te ha dicho que cree que lo sea?
Crowley hace un sonido siseante pasando al lado de ambos que se traduce en "buenos días" en el idioma de la gente que no cree en las mañanas y es forzada a estar en pie antes de las once.
—No. No. Pero sinceramente creo que... no ha tenido tiempo de pensar en nada de esto.
—¿Tú crees? Ha tenido bastante tiempo.
—Crowley... buenos días —Aziraphale le sonríe un poco y se sonroja otro poco... y la bata se le abre un poquito más, accidentalmente... a enseñar el muslo, ejem, a ver si le mira.
Otro sonido indescifrable mientras intenta hacerse café. De espaldas a ellos.
—¿Puedes servirme otro té... y traer la caja de galletas que compramos ayer? Gracias —sigue diciendo Aziraphale y luego se gira de nuevo a Aamón—. Creo que... si lo percibo correctamente, creo que... Solo había pensado hasta ayer una sola cosa y era únicamente... que tienes a otra persona.
Aamón suspira profundamente con eso y no hay respuesta desde la cocina. Aziraphale mira a uno y luego al otro.
—¿Les... presento?
Crowley y Aamón se miran el uno al otro por un instante.
—No —responden casi los dos a la vez.
—Hmm... Vale. Bueno... estábamos hablando de Raguel.
—Ya, ya... —Crowley se acerca a ellos dejando la caja de galletas y hace la butaca de Aziraphale más grande, sentándose junto a él y poniéndole la mano en el muslo posesivamente, fulminando un poco a Aamón
Nos gusta possessive!Crowley.
Ugh.
Aziraphale se estira para tomar una galleta, se la lleva a la boca y le pone una mano encima a Crowley.
—Raguel está en pánico, es lo que le decía a Aamón.
—Ah, sí. Esto está siendo bastante cruel, supongo que habría que felicitarte —suelta Crowley pasivo agresivo.
—Es... no es venganza.
—¿Y qué es, entonces?
—Estábamos en ello.
—O-Olvidadlo —Aamón se humedece los labios.
—Venga, de verdad... sé que son dos demonios y que no acostumbran trabajar juntos, pero Aamón, te aseguro que Crowley es... lo suficientemente empático para entenderlo todo. Creo que... ambos son bastante... ehm... ehhh...
—Sí, claro, qué vas a decir tú —protesta Crowley.
—Estoy buscando la palabra... para no decirles dulces y que me maten los dos —protesta Aziraphale en defensa propia.
—Dulce —repite Aamón.
—Tu afecto... por Raguel, lo es.
—Ah, sí... —suelta Crowley—, parece súper divertido y luego se pasa el tiempo diciendo esa clase de cosas. Ya lo verás ahora que vais a ser taaaan amigos.
Aamón parpadea con eso y Aziraphale le mira de reojo porque...
—Claro, ¿ahora vas a hablarle mal de mí? —pregunta en protesta, mirándole de reojo
—Tú mismo cavas tu propia tumba.
—Solo estoy intentando hablar con ambos pero si lo que quiere es tú ser amigo de Aamón y hacer equipo en contra mía, adelante.
—¿Qué?
—Dile, dile a Aamón cómo es que soy un horror en toooodos los aspectos.
—Pues lo eres en muchos, ¿ahora de molesta eso?
—No, no suele molestarme nunca, pero...
—Ah, sí, claro... tienes que parecer perfecto, ¿no es eso?
—Pues si le dices tú, que eres un demonio, que es imposible hablar conmigo y a la primera que pueda le diré cosas insufribles, ¿qué crees que va a hacer?
—Oh, ¿de eso tienes miedo? De que deje de ser tu amigo si sabe la verdad.
Aziraphale se sonroja un poco, porque no suele tener muchos amigos, ni aliados y aún cuando no es que necesite mucho más que a Crowley, sí le hace una poca de ilusión tener a alguna otra amistad de vez en cuando.
—Ehm... no es por nada, chicos, pero de verdad no me interesa nada de esto —suelta Aamón con bastante poca paciencia.
—Oh... te refieres a... ¿esta conversación? —Aziraphale se gira a mirarle.
—Sí.
—Oh... claro. Perdona. Ehm... querías hablar de Raguel —Aziraphale se sonroja otra vez un poquito más.
Crowley pone los ojos en blanco.
—Pues no estaría mal...
—D-Decíamos... de Raguel. Tú nos estabas diciendo porque lo hacías.
—Eso no es importante. Lo que quiero saber es qué os dijo.
—Le contaba yo que... parecía destrozado y que le habías convencido de no quitar el dedo del renglón.
Crowley le mira de reojo.
—Que debía... seguir tras de ti pese a que ya no estén juntos.
—Eso... está bien, supongo —Aamón no quiere darle las gracias a Crowley.
Aziraphale mira a Aamón y luego a Crowley.
—Le he pedido yo que te ayude —puntualiza el ángel solo para dejar claro también para Crowley que si lo hace no es por sí mismo, sino porque Aziraphale lo ha pedido.
—Bueno... —Aamón carraspea.
—También le hemos dicho que se entere de quien es tu pareja —suelta Crowley.
—¿Q-Qué?
—Él ha dicho que no lo podría creer a menos que lo viera.
—Pero no hay... no hemos... o sea... no tengo... —Aamón vacila.
—Quizás... deberías conseguir a un actor —propone Aziraphale.
—¿Un... a-actor?
—No te consigas otro amor de verdad.
—¿Qué te parece Patrick Stewart? —propone Crowley—. Se parece a este... tú... como se llame.
—¿Quién?
—Es un humano, mira, salía en Star trek y en X-men —va a buscarlo en google para mostrarle.
Aziraphale mira por el hombro de Crowley y abre la boca.
—¿¡La idea es que Raguel enloquezca?!
—¿U-Un... humano? ¡No puedo hacer esto con un humano! ¡Se va a dar cuenta enseguida!
—¿Por qué iba a enloquecer? —pregunta Crowley—. De hecho un humano es una buena idea porque cuando te canses le dices que se ha muerto y fin del problema
—Ya le he dicho que es un demonio.
—¡P-Porque es horrible! Es como si tú te consiguieras a un... ¡humano igual a mí!
—Ya te he dicho que te voy a acusar con Michael Sheen como me trates mal, de hecho le sigo en twitter y en instagram.
—¡No! ¡Deja de tener esas ideas! —le riñe.
Ojos en blanco.
—Pues aunque protestes, no voy a dejar de seguirle. Pone imagenes de perfil muy divertidas y a mi me quiere mucho —susurra Crowley.
—Pues puedes seguirle todo lo que quieras, pero...
Le mira de reojo.
—No me engañes un día diciéndome que es tu novio.
—Igualmente está casado. Y tiene hijos —y no lloré ni nada cuando lo puso en twitter.
Aziraphale levanta las cejas.
—Casado y con hijos... todo lo sabes.
—Estoy siendo muuuuuy paciente —protesta Aamón.
—Ugh, vale, vale... señor de la ira.
—Pues como entenderás, esto no es lo mío.
—Estamos hablando entre todos. Bueno... vas con este tal Patrick y le pides que sea tu amigo.
—Pero... es que es un humano.
—Vale, entonces baja al infierno y pídele a un demonio que se haga pasar por tu novio... ¿tienes amigos?
Arruga la nariz y mira a Crowley de reojo. Aziraphale suspira.
—Sí, bueno... claro.
—Amigos a los que pedirles eso o... "amigos"? Puedes decírmelo si no los tienes, yo no tengo un solo amigo en el cielo y... es un problema a veces.
—Encontraré a alguien —Aamón se humedece los labios. Aziraphale le sonríe.
—Bien. Antes está lo de mañana. Crowley, hay que... le he ofrecido que les tomes unas fotos
—¿Yo?
—Pues con tu cámara...
—¿Qué cámara?
—El teléfono tiene una ¿No?
—Sí, bueno...
—Quieren unas los dos juntos... pensé que podrías tomárselas tu e irlas a revelar mientras juegan.
—Revelar...
—Sí, hacer que las tengamos en papel —le sonríe—. Podríamos hacernos unas nosotros.
—¿Y para qué las queremos en papel?
—Para ponerlas en algún sitio.
—¿Cómo cuál?
—Pues Raguel podría poner una en... N-No sé. Yo podría una nuestra en mi escritorio.
—¿Eso ya no va a ser... sospechoso?
—O para verla en las noches antes de dormir...
Crowley levanta una ceja.
—Tú que duermes, ¿no quisieras una?
—¿Un Aziraphale que me va a dejar dormir en vez de estarme preguntándome cosas infinitamente? Donde firmo.
Aziraphale pone morritos.
—Un Aziraphale que no te de besos ni te abrace cuando tengas frío.
—Que no me espachurre y me lleve al cielo dormido.
Ojos en blanco del ángel.
—Eso fue una vez y porque no me soltabas.
—Ya, claro.
Levanta una mano y le hace un cariñito en la mejilla, el demonio se sonroja un poquito.
—¿Quieres un Aziraphale en papel o no?
—No.
Aziraphale sonríe sinceramente.
—Él si quiere un Raguel y yo quiero una foto para mi escritorio
Oooojos en blanco. Aamón se sonroja un poco igual.
—Thank you, darling.
—Más te valdría tener alguna foto con tu supuesto novio —comenta Crowley para Aamón.
—Ugh... eso sería útil —asiente Aziraphale. Aamón suspira.
—Bajaré a buscar a algún pobre diablo desesperado que necesite un favor...
—Ojalá sea feo.
—¿Qué?
—Feo.
—¿Por qué quieres que sea feo?
—Para no hacer sufrir de más a Raguel.
—Pues había pensado en sacar a Leviatán del lago de azufre
—Ohhh... ¿Vas a decirle que estás con... Leviatán?
—Pues... es una opción. O Mammón, creo que Belcebú lo tiene aún encerrado. O tal vez algún duque del infierno
—Hastur debe estar aún encerrado también... —comenta Crowley
—Por ejemplo —propone Aamón.
—Hastur... si le dices que estás con Hastur va a preocuparse.
—¿Por?
—¡Porque Hastur es terrible! Un día intento arrancarme las alas a mordiscos.
Aamón levanta una ceja.
—E intentó abusar sexualmente de mí.
—No sé porque piensas que eso es especialmente malo de un demonio.
—Voy a resumírtelo así... aunque todos ustedes son del mismo barro, no es lo mismo bacín que jarro —Aziraphale se humedece los labios.
Ojos en blanco.
—Yo esperaría que Crowley tuviera estándares.
Crowley le mira de reojo y carraspea.
—¿Qué estándares?
—Quisiera asumir que si fueras a salir con un demonio elegirías al menos a uno limpio —señala a Aamón.
—Uhm...
—Aunque asumo que entre demonios, no hay nada más bajo que salir con un ángel.
—Ehm... bueno. Abajo las cosas están cambiando —explica Aamón que les contó a todos como si nada y... tampoco lo habría escondido en su momento..Al menos no por esto.
Aziraphale mira a Crowley de reojo que se encoge de hombros.
—Con todo el asunto de Belcebú supongo que esto será mucho menos grave en el infierno.
—Exacto —suelta Aamón.
—No —replica Crowley a la vez.
—Ehm... ¿exacto o no? —parpadea Aziraphale. Aamón y Crowley se miran—. Opiniones encontradas.
—¿Cómo puedes decir que no?
—Pues porque no, sigue estando todo... sigue siendo todo velado y todo eso y las estrategias y...
Ojos en blanco de Aamón.
—Crowley no va a admitir nunca... —empieza Aziraphale y le mira de reojo.
—What?
Aziraphale traga saliva y se encoge de hombros. Crowley le mira más intensamente, como retándole.
—No soy... cool —Aziraphale se sonroja.
—Crees que no tenemos ojos, Angel?
Estira la espalda, y cambia el cruce de la pierna enseñando más muslo. Los dos demonios le miran las piernas. Los dos. A la vez.
—Pues es por eso... que nunca vas a admitirlo —cierra los ojos y hace para cerrarse un poco mejor la bata a la altura del pecho, lo que deriva únicamente en enseñar, sí, aún un poco más de muslo.
Los dos inclinan la cabeza hacia el mismo sitio, mira que coordinación. Crowley nota de repente a Aamón así de... parpadeo, parpadeo y viste a Aziraphale COMPLETO así con todos su miles de millones de capas de un chasquido.
Aziraphale pega un SALTO sin esperarse eso. Crowley fulmina a Aamón que solo pone los ojos en blanco.
—¿Q-Qué pasa? —pregunta Aziraphale pasándose las manos por... el pecho y las piernas.
—¿Qué? —se gira a mirarle como si no acabaran de hacer todo eso.
—¿Me has... vestido? Quería tomar un baño.
—Pues te desnudas de nuevo en el baño. Ibas a coger frío.
—Frío
—Sí. Frío.
—Ehm... gracias
—Hum... bueno, entonces... —Aamón cambia de tema de nuevo—. ¿Porque no bajas al infierno a ayudarme a elegir a un demonio? —le propone a Aziraphale, que se revuelve un poco porque Crowley le ha puesto los calzoncillos con una poca de fuerza y se le han metido en el culo
—Al... infierno —mira a Crowley de reojo, que abre la boca cómicamente.
—Pues es donde están los demonios, sí.
—Hemos tenido... ciertas experiencias malas en el infierno... aunque asumiré que no vas a llevarme con una bolsa en la cabeza.
—Nunca me habían pedido...
—No quiero ir con una bolsa.
—Vale, vale —levanta las manos.
—De hecho justamente NO quiero ir con una bolsa... —mira a Crowley—. ¿Qué dices?
—¡Que no!
Aziraphale se muerde el labio.
—¿A qué tienes que volver a bajar ahí? ¡Ya te dije que no te dan un premio a las diez veces!
—Ya, ya lo sé... ya lo sé —aprieta los ojos—. Pero si vamos con un príncipe del infierno, ¿no crees que tengamos cierta inmunidad diplomática? No es lo mismo que bajar... encubierto con Gabriel.
—¡NO!
Aziraphale aprieta los ojos y se muerde el labio girándose a Aamón, que pone los ojos en blanco.
—No te va a pasar nada.
—He estado por días en las celdas del infierno...
—Bueno, no es DENTRO de una celda donde pretendo que vayas, aunque sí se supone que esto va de soltar a los que hay ahí encerrados.
Aziraphale vueeeelve a mirar a Crowley de reojo
—Lo que no quiero es terminar detenido yo. O Crowley en algún tipo de riesgo.
—Entonces no bajemos —protesta Crowley.
Aziraphale extiende una mano hacia el para tomarle la suya. Le deja pero sigue pensando que no.
—¿Nos puedes dar garantías de que nada nos va a pasar?
—¡Pues claro que no puede! —protesta Crowley. Aziraphale le aprieta la mano
—Es un príncipe del infierno, quizás... —valora pensando que sí, subir al cielo con un Arcángel te da ciertas garantías
—¡Y es el infierno!
Aamón sigue poniendo los ojos en blanco tooodo el rato.
—Ya, ya... Ugh. Ya... pero necesita un buen novio
—Ni siquiera va a ser su novio de verdad, ¿¡qué más da?!
Y es que ese es un punto Justo hasta cierto punto, no se le puede negar
—Quizás podríamos pensar en las opciones... desde aquí.
—No sabemos las opciones desde aquí —protesta Aamón cruzándose de aprieta los ojos
—¿Porque no le posees y bajais los dos como Crowley?
—Yo soy un ángel, no puedo poseer a nadie
—Mmmmm...
—Bueno... técnicamente... podría. Creo. Una vez lo hice con alguien
—Si no, que te posea él a ti —propone Aamón señalando a Crowley.
—¿Que dices? —Aziraphale le mira. Crowley arruga la nariz sin saber muy bien que iba a cambiar eso, todos sabrán que es un ángel.
—Por qué no nos dejas pensar en ello y hablarlo, igualmente no es algo urgente.
—Sí, sí... claro.
—Mañana... ¿estás listo? —le sonríe.
—¿Qué más os dijo? —Traga saliva, un poco nervioso. Aziraphale suspira.
—No mucho más que llorar y aferrarse a la idea, creo yo, de pensar que es mejor poder verte aún si tenerte, que no hacerlo.
Aamón se muerde el labio con eso, incomodándose. Aziraphale le aprieta la mano a Crowley pensando que, gracias al cielo, Crowley en su momento también prefirió eso. Le acaricia con el pulgar. Crowley se revuelve un poco.
—Y puedo entenderle... no es fácil lo que hizo. Requiere mucha fuerza de voluntad... tomar una decisión con fe en que lo que estás haciendo es lo que Dios espera que hagas, aún cuando es exactamente lo opuesto a lo que tu quisieras hacer. Negarte a algo, solo porque no es lo que se espera de ti y luego terminar dándote cuenta de que es un error... y cuando intentas arreglarlo, descubrir que es demasiado tarde para hacerlo y que lo has perdido todo —aprieta los labios un poco.
Aamón traga saliva y se levanta. Aziraphale le mira hacer
—V-Voy a... tengo... voy. Ehm... sí. Eso.
—Te esperamos mañana.
—Sí... sí —recoge casi sin prestar atención.
—Si necesitas algo más sabes dónde encontrarnos... —agrega el ángel.
No le hace caso, yendo a la puerta.
Aziraphale mira a Crowley de reojo que aún está poniendo los ojos en blanco.
