Karasu POV

encaramessi, encaramessi, encaramessi

Reírse de la tontería que le decía Otoya nada más cruzar la entrada del campo fue inevitable.

El albino le tendió la mano en un apretón que no pudo negar compartiendo risas cómplices —te he enseñado bien —seguía hablando el ninja.

Elevé una ceja negando sus palabras —¿Qué dices? si eres de lo peor, te faltaran 100 años para tener mi suerte —

—pues que bien que lo tengas presente, porque ha sido pura suerte... esa preciosidad está más buena de lo que recordaba —

Karasu le miró de soslayo en silencio, un gesto que comprendió el ninja de inmediato como un "cierra la boca".

El albino elevó las manos, riéndose de paso —amigo, si es tu novia es la novia de todos —

—...no es mi novia —farfulló el cuervo deteniéndose al caminar.

—pues no lo sé eh, la estaba pasando bien raro, ustedes dos hnn ¿Cómo decirlo? —

—solo dilo —

Otoya detuvo su andar haciendo que su amigo le imitase —te ves bastante idiotizado por ella —

Karasu hizo una mueca con los labios, entendiendo que, si el idiota de su amigo lo había notado, entonces todos lo habían visto. —¿a donde quieres llegar con esta conversación? —le preguntó, deteniéndose en un momento.

—no es que me interese —comenzó a decir con aires de calma —pero ¿te doy un consejo? No. Te. Enamores. —

—Otoya —

—¿qué? —

—Tu nunca te haz enamorado, no eres nadie para decirme eso —

—oye, ya te lo comenté —

—no cuenta estar enamorado de tu profesora de inglés, yo me refiero a alguien alcanzable... alguien con la que te sientas bien hablando, con la que no haya silencios incómodos y haya química —

Eita le señaló con el índice de manera acusadora —ahí está, esa cara de imbecil pusiste cuando hablabas con ella, todos te vimos —

Suspiré largamente sin saber por qué discutía de algo tan serio con su inmaduro amigo, porque su filosofía de "todas mías" no le ayudaría a encontrar una respuesta a sus dudas internas.

—es una chica lista, no nos dijo nada comprometedor y supongo que tú tampoco lo harás —abordó Reo la conversación sin esperar a que llegasen a las tribunas norte donde previamente estaban sentados.

—si no les ha dicho es porque evidentemente no les debe de interesar. —

—así que no contento con abandonarnos el día de bolos por ella, la traes aquí con nosotros, asesino, no puedes esperar que no preguntemos —comentó, pues apenas divisó a la fémina la reconoció de haberla visto conversar con el ojiazul en el boliche.

—ella quiso venir —

—¿ella quiso venir? —preguntó el Mikage, sorprendido mirándome como si me hubiera aparecido un tercer ojo en medio de la frente.

Fruncí el ceño, recordando que aquel mismo gesto de sorpresa hizo Aiku antes.

Pensando en lo evidente. Si, que ella viniese por voluntad significaba interés pero era algo que intentaba obviar, porque al fin y al cabo eran sólo amantes, nada importante, nada serio... tal vez solo fuese un gesto cortes o que comprobaba, nuevamente, que la atracción de Kanae por el fútbol era genuina, nada más.

Los chicos en cancha vociferaban que iban a retomar el juego pero ahora con menos jugadores.

Otoya corrió a tomar posición en el campo para reanudar el juego, dejándome a solas con el heredero de los Mikage.

—y nos conoce —comentaba Reo, pensando en la situación porque la modelo había demostrado que había visto el juego que tuvieron contra al sub 20 —entonces, si ella quiso venir, te lo preguntaré ¿quien de aquí le gusta que quiso venir a verlo en persona? —

Abrí los ojos de la sorpresa, no lo había pensado de ese modo, una ligera punzada de celos invadió mi mente.

Vi a Reo elevar una ceja de manera divertida —¿por qué te lo piensas demasiado? Es evidente que eres tú, maldición ¿no que eres un genio, No. 3? —

Definitivamente su cerebro no carburaba como de costumbre, y la culpa era de ella. Porque en esta ciudad de blancos y negros era Kanae, con sus grandes ojos verdes y su sonrisa cálida, la única que pintaba su paisaje dándole vida.

Farfullé molesto, sonriendo de lado —¿por qué será que la gente que da consejos no le gusta seguir sus malditos propios consejos? —le pregunté con altanería.

Porque se creía doctor corazón pero el muy tonto estaba en una no-relación tóxica con el príncipe perezoso.

Reo paró en seco de manera rígida, porque hablarle de Nagi era su punto débil no importase el día o la hora.

—¿ya lo perdonaste? —

El Mikage se cruzó de brazos —estamos en tregua —

Asentí comprendiendo que no me diría más.

Para cuando nos sentamos de vuelta en la tribuna fue Aryu el que volteó a verme. —te tocará estar a su altura —

—¿de que mierda hablas? —espeté, mirandole con una ceja alzada, ni siquiera le dejaban hidratarse en paz.

—no se como le haz hecho para que una chica de 20 años se fije en ti —siguió hablando el chico glam.

Bufé con altanería —Soy condenadamente bueno en todo lo que hago, ¿que esperabas? —

—lo que digas, cuervo, pero no juegues con ella, no dañes su hermosa carrera que apenas despega —

—espera ¿la conoces? —pregunté al susodicho

—fue la portada de la tendencia Primavera-verano de este año, estaba en todas lados—

Por alguna razón le gustaba saber esa información. Pero, un momento, yo no salía con ella, no tengo nada que arruinarle...

Bachira, a un lado, elevaba los hombros —yo te la apruebo, es muy linda —dijo, finiquitando la conversación.

Reí levemente, no necesitaba su aprobación pero el pequeño le caía bien —gracias Bachis —agradecí con diversión —de hecho, par de bobos, todos se comportaron bastante bien así que les invitaré una bebida, yo pagaré la primera ronda —afirmé.

Más tarde, en la cena, comimos como la banda ruidosa que solíamos ser. Una mesa grande era testigo de nuestro desastre, propiciando el caos.

Ya para la noche, al ser miércoles cada uno se fue a su hogar.

Dormir no fue difícil, estaba cansado, había jugado demasiado pero no quitaba el hecho de que se sentía feliz.

No solía jugar con amigos de esta manera y de nuevo, debía admitir que esos bastardos le caían bien, tanto como para querer cuidar de cada uno a muy pesar que sean sus rivales en Blue Lock.

Mañana sería otro día.

Un día menos, o un día más.


Kanae POV

Flashback

lo hubiéramos hecho aquí —

es incomodo —respondió él con simpleza como si fuera un letrado del tema.

Pero tampoco le quitaría razón. —¿y a cuanto te lo alquilan? —pregunté, sin dejar de recorrer con mi mirada el interior del coche.

Karasu rió levemente sin quitar la mirada de al frente —que es mío ¿por qué dudas de mis palabras? —

a menos que tengas una suggar mommy, lo dudo —le respondí.

nah, ni que fuera Yukkey —

¿qué? ¿escucho un chisme de Yukimiya-san? —

Le vi alzar los hombros restándole importancia, parecía que ya no tendría más información respecto a ese tema —¿segura no tendrás problemas en llegar a esta hora? —

es lo mejor, Inou-san cree que estoy en el hostal y conociéndole revisará en la mañana si estoy ahí o no —respondí, comenzando a tomar mis cosas para salir del auto luego de verle estacionarse.

Confession time: ver a un chico manejar me parecía tan hooot y la vida me sorprendía agradablemente con que el futbolista contaba con auto propio... él, simplemente me está haciendo las cosas más difíciles.

Eran las 3 am de la madrugada del domingo y ya íbamos rumbo a mi hostal porque por mucho que amase amanecer con él en la misma cama me era algo complicado. Así que ahí íbamos, caminando a la par por las desoladas calles de Osaka luego de dejar el auto en un estacionamiento cercano, señalándole, intencionalmente, la ruta más larga a caminar, porque por más que debía de llegar a su hotel y dormir la verdad es que no le apetecía.

¿vas a ser mi suggar mommy? —

¿para qué? Si tienes a alguien que te preste su auto —dije, fingiendo indignación, sin embargo él no nego ni afirmó nada.

Caminando despacio, con las manos en su chaqueta daba la impresión de ser un chico inteligente y seductor, no podía negar que sería posible que tuviese más relaciones fugases como la que llevaba conmigo...

¿estás segura que lo tendrás problemas llegando a esta hora de la madrugada? —me preguntó, deteniéndose en la esquina para apoyarse en el edificio contiguo. —pude haber acercado el auto un poco más—

Yo miré el hostal a lo lejos con pereza —si nadie me ver llegar, estará bien. Caminaré desde aquí sola —aseguré, con una mueca de fastidio.

¿aun puedes? Hice mi trabajo mal entonces —bromeó, haciendo que lo golpeara en el hombro.

tonto —le dije, sonriendo a la par, porque me era imposible pensar en que él se estaba convirtiendo en mi persona favorita del mundo sin siquiera yo preverlo.

No te vayas aun —

¿por qué? —pregunté, viendo como me detenía del brazo. Y yo que quería irme rápido porque definitivamente uno de los dos tenía que dar el paso para despedirnos.

tenemos que hablar de algo —me dijo y yo le vi con curiosidad. Me rodeo con sus brazos por mis caderas y, aprovechando que no había transeúntes me besó castamente —me encantó eso que hiciste con tu boca—susurró en mi oído.

Karasu-kun, no me hables al oído —pedí, sintiendo el cosquilleo en mi interior, su aliento junto al tono de su voz hacía estragos en mi ser.

oh, volvió el "kun" —mencionó, sonriendo ladinamente.

Mi cara se tornó roja sin preveerlo, era un escuincle atrevido —enserio, eres un-

¿otro insulto gratuito? No se cual de todos es mi favorito —

detestable, pedante, presumido, narcisista—

si sigues puedo hacértelo aquí mismo —

¿que dices? Karasu-kun tú- —era un desvergonzado que le hacía apenarse y ponerse caliente a la par —espera ¿te pone que te insulte? —

habrá que averiguarlo —me dijo, volviendo a besarme, no importaba que llevaban juntos hace unas horas, sentía que cada beso era único con él.

Fin del Flashback

—¡Kanae-chan! —

Pestañee repetidas veces visualizando al hombre frente a mi.

—¿está todo bien? —me preguntó.

Volví a pestañear, tratando de recordar que hacía ahí o que hablaban antes de perderme en sus recuerdos del domingo en la madrugada.

—si si, estoy bien —aseguré, fingiendo tranquilidad. Quería bostezar pero le era imposible hacerlo en medio de la cena y menos frente a mi jefe. —lo siento, Inou-san, estoy algo distraída hoy —

—¿segura estas bien? Podemos dejar la cena para otro día —

Negué inmediatamente, repetir esa tortura otro día sería lo peor —le aseguro que estoy bien. Lamento preocuparle —

—bien, entonces toma esta copa, estábamos a punto de brindar —

Algo incomoda agarré la copa y elevé a la par la misma.

—Por el éxito del viernes para la compañía—

—Kanpai—

Chocamos copas compartiendo sonrisas, dándole luego un trago al mismo.

El sabor dulce bajó por mi garganta, un ataque dulce llegó después unos segundos. —exquisito, ¿Château San Louis? —

—como siempre, muy buena para identificar vinos —alabó Inou, moviendo la cabeza con energía. —¿a que hora es la pasarela el viernes? —

—por la noche —

—¿todo está listo? ¿Que dijo el diseñador? ¿No hay que retocarle nada? —

—mañana en la mañana es la última prueba para retoque, pero hace una semana todo estaba bien con mis medidas —

El viejo Inou aplaudió efusivamente, que contratasen a una de sus modelos de su agencia para un evento tan grande en la meca de Japón era beneficioso para él tanto como para ella. La marca XuS japonesa del diseñador Ingles A.B Sinclear pidió expresamente mi participación en la misma.

Era un gran paso para mi y definitivamente estaba contenta con la oportunidad. Solo tenía que concentrarse y hacer lo que mejor se le daba porque Sinclear era un diseñador de renombre en Europa y ese podría ser su pinino a que más diseñadores le conociesen.

Pero hiciese lo que hiciese no dejaba de pensar en Karasu. La manera en que había jugado hoy, confiado y atlético, el como le miraba estando en la cancha, su voz... Dios... me estaba volviendo loca.

—¡Hagamos otro brindis! —exigió Inou, rellenando de nuevo las copas —este éxito es tuyo, Kanae-chan, y mío también, claro. —

Tenía que concentrarse, tenía un plan establecido de antemano para su vida y ningún chico le cambiaría. Además, debía de procurar que aquel viejo pervertido no le emborrachase, porque era lo que buscaba.

—por más éxitos —repetí, con una sonrisa recta.

Inou asintió elevando más la copa —y para que Yatagarasu no nos suelte de su bendita ala, que nunca nos aleje del resplandeciente sol ¡Kanpai! —

Oh por favor, ¿como olvidarlo si en cada cosa alguien le recordaba de alguna manera a él?


Karasu POV

Sin notar quien llamaba contesté la llamada, medio dormido, medio despierto —¿bueno? —

—dos palabras, Karasu: estás acabado—

Miré el reloj de la pared, marcaba las 9:30 am, demasiado temprano —Bastardo, ¿de que mierda hablas tan temprano? —

—de hecho, no soy el único hablándolo, felicidades por tu noviazgo. —

—¿qué? —ahora si lo mataba —Yukkey, vete a la mierda, no estoy para tus juegos, te salvas que estas muy lejos de mi para darte una paliza —

—ahora que lo mencionas, estaré por allá en la noche —

—Yukimiya, no estoy comprendiendo nada de lo que me dices —

—armaste una grande, asesino, en internet ya te shippean con Kanae-san —escuché que dijo.

El sueño desapareció —¿que mierda dices? ¿Como sabes eso? —

—fuiste descuidado, te grabaron con ella ayer en la cancha de futsal —

Carajo, no estaba comprendiendo nada.

Un mal presagio ahogó mi alma.

—pásame el link, ¿que vieron? ¿Que es? Explícame—pregunté, sentándome en la cama con apremio, recordaba claramente que Kanae tenía problemas con su jefe y lo menos que quería era armarle un problema que afectase su carrera.

—cálmate, no te alteres. No es nada comprometedor. —tranquilizó Yukkey, sorprendiéndose de escuchar a su amigo alterado —parece que ayer había gente viendo su juego en el parque, grabaron una que otra jugada y alguien en Twitter notó en uno de los muchos videos cómo hablabas con Kanae, su tweet se está extendiendo lentamente —

Elevé una de mis cejas recordando aquello, había hablado con ella en todo el tiempo, salía a jugar y cuando intercambiaba posición con uno de sus amigos se sentaba a su lado, conversaban con normalidad y... coqueteaban... carajo, ¿eran tan obvios?

Normalmente no usaba mucho sus redes sociales más que para seguir a sus jugadores a favoritos y actualizarse en los partidos europeos, por ello no entendí mucho sobre cómo funcionaba Twitter y como es que al parecer la voz de una persona formaba un alboroto.

Yukkey volvió a hablar —Si me lo preguntas, no deberías de alterarte —

—debiste de pensar eso antes de llamarme, ¡imbecil!—

—lo siento, pensé que Kanae-san ya te había dicho algo al respecto, son las 10 am ¿aún duermes? —

Suspiré frustrado. Debía de hablar con ella prontamente. —¿donde estás tú? —

—estoy a una hora de subirme al avión, estaré en la capital por la noche —anuncio

—¿qué? Aun es jueves —

—lo sé, recuerda que te dije que solo iría a la capital por dos cosas —

Si, lo recordaba —...Blue Lock o trabajo —recité.

—exactamente... oye, una última cosa —

—¿ahora qué pasa? —

—veras... ¿será que me dejas ser tu padrino de bodas? Jajajajaja —dijo, explotando en sonoras risas.

—Bastardo modelo de mi-... ¿me cortaste? —

Tiré el móvil a la cama, pasando mis manos por la cara con frustración,

Ese mal nacido, se las pagaría luego.

Lo menos que quería era problemas en su vida y parecía que llegaban a su vida sin buscarlos verdaderamente.

Lo peor, era que parecía le acarreaba un problema a ella... a Kanae...

Tenía que llamarla y ponerse de acuerdo. No quería hacer eso que Aryu le advirtió que no hiciese...

Arruinarle su carrera...

Tal vez estaba exagerando, luego de tomarse una Kombucha pensaría con más claridad y volvería a ser el Karasu de siempre, el que pensaba con frialdad, el que no se distraía con chicas, el que pensaba solo en su objetivo: ser el mejor del mundo.

...carajo, sería difícil no distraerse cuando la distracción olía a perfume francés y contorneaba sus caderas sinuosamente cada vez que le veía.