¡Hola! ¿Qué tal están?

Uff, hoy está haciendo un día precioso. Está extrañamente soleado y cálido para la fecha, así que estoy empezando a temer por las temperaturas que pintan para el verano! ¿Se vendrá el clima primaveral antes?. A una por allí, parece que la primavera le va a llegar de golpe :)

Nuevamente, ¡Gracias por tomarse algunos minutos de su día para leer esto!.

Disclaimer: MSLN Ni sus personajes me pertenecen. Todo el crédito a sus respectivos autores.

Capítulo 15: Riesgos que valen la pena.

Las largas noches de invierno dieron paso lentamente a los tímidos días de primavera, con temperaturas más dóciles y el renacer de la vegetación. De manera sutil, pequeñas hojas verdes crecían en los árboles que, algunos meses atrás, se habían quedado sin follaje, mientras que primaverales flores empezaban a asomarse por las jardineras. A pesar de que esa nueva estación era una de sus favoritas, difícilmente podría olvidar el invierno que recién se despedía.

Justo en ese frío letargo del invierno, cuando todo parecía apagarse y el ambiente tendía a volverse más sombrío, se había dado cuenta de que en su pecho nació una pequeña llama, que con el pasar de los días solo crecía más y más.

Ese sentimiento que se le había hecho ajeno durante sus anteriores citas, pero que ahora no paraba de golpetear en sus adentros cada vez que su mirada se cruzaba con esos ojos burdeos.

Se había enamorado.

Se había enamorado perdidamente de un fantasma.

Se había enamorado perdida y absolutamente de Fate.

Cuando, luego de incontables días intentando darle nombre a eso que estaba haciendo que su corazón se acelerara cada vez que veía a la rubia, entendió que lo que le pasaba, cayó en una crisis existencial.

¿Cómo podía haberse enamorado de un fantasma? Es decir, hubiese sido más lógico para ella enamorarse de alguien de la universidad, algún cliente frecuente del bar o incluso, de alguna muchacha bonita en la parada de autobuses. Nunca, ni en sus más locas fantasías, hubiese creído que terminaría suspirando por el espectro que vivía en su mismo departamento.

Pero ella no lo había buscado. Simplemente pasó. Y ahora que ya la emoción se había instaurado en su ser no encontraba manera humana posible de sacarse a esa fantasma de la cabeza. Mientras trabajaba, mientras estudiaba, mientras realizaba las compras necesarias para reponer la despensa. Esa sonrisa amable y esa mirada gentil aparecían en todos sus ratos libres.

Había empezado incluso a soñar con ella. En sus sueños no estaba la barrera de la incorporeidad de Fate, y por eso podía rodear a la mujer con sus brazos y besarla largamente. En sus sueños, Fate, vivía.

Y cuando despertaba, agitada y con el cuerpo afiebrado, recordaba de inmediato que Fate había muerto hace mucho tiempo, y sus suspiros volvían a aparecer apenas la veía sentada en la esquina del balcón, ajena a su revolución interior.

Si seguía por ese camino iba a perder la cabeza.

Era su desesperación la que había hecho que, en su día de descanso laboral, estuviese sentada con Hayate en la barra de un pub cercano a la casa de su fiel amiga en vez de sumergida en su cómoda cama. Necesitaba hablar de lo que sentía con alguien, aunque, conociendo la actitud de Hayate, todavía tenía dudas respecto a la decisión de hablarlo con ella.

Mientras hablaban de cosas triviales y se quejaban de sus respectivas clases, el contenido de sus tragos fue decreciendo rápidamente. El pub estaba abarrotado gracias a sus buenos precios y el happy hour, así que el ambiente estaba bastante animado. Pero, aunque todavía no había reunido el valor para hablar de lo que le sucedía con Hayate, al tercer trago ya se le estaba haciendo muy difícil no empezar a pensar en la cálida mirada de una rubia que seguramente se encontraba muy aburrida en casa.

¿Estaría preocupada por ella? Le había dicho que saldría con Hayate cuando estaba por irse del departamento. Seguro estaría con el televisor encendido viendo uno de esos programas de citas que parecían distraerla.

- ¡Oye Nanoha! - exclamó una levemente alcoholizada Hayate, dándole un golpe a la barra.

- ¿Uh? - pronunció Nanoha, prestándole atención.

- ¿Al fin me vas a decir que te tiene tan pensativa?

Los ojos celestes de su amiga la miraban interrogantes, mientras se apoyaba mejor en la barra para tener un mejor ángulo visual.

Había llegado el momento de decir la verdad. Con esos tragos encima tampoco era como si tuviese algún chance de controlar su lengua para no hablar de más.

- Estoy metida en un problemón - comenzó a decir.

- Ay no, aquí vamos otra vez - resopló su amiga - ¿No me digas que te encontraste con otro fantasma?

- No, no es eso - se apresuró a negar - Verás, lo que sucede es que…

Las palabras se negaban a salir. Marcaban una frontera invisible que cruzaría una vez que admitiera su situación en voz alta, pero ya no podía dar marcha atrás al asunto. Tomó una bocanada de aire, reuniendo el valor necesario, y habló.

- Estoy enamorada de Fate - admitió, sintiendo como se quitaba un peso de encima.

Hayate la miró con los ojos bien abiertos, notablemente sorprendida ante la confesión de su mejor amiga. Eso era completamente nuevo para ella. Usualmente ella era la que usaba a Nanoha como pañito de lágrimas o confesionario de sus intentos amorosos, pero era la primera vez que la cobriza le decía que estaba enamorada de alguien. No que le parecía atractiva una persona, o interesante, o que simplemente le gustaba. Había usado la palabra mágica. Enamorarse.

¡Y de Fate! Para más colmo.

- Nanoha, querida. Sabes que Fate es un fantasma ¿Verdad?

- Por supuesto que lo sé Hayate.

- Entonces… ¿Me estás diciendo qué, entre toda la gente de la universidad, de todas las personas con las que has salido, incluso entre todos los que estamos en el bar justo ahora, tú te enamoraste de un fantasma?

- Ni que lo hubiese hecho a propósito ¡Simplemente pasó! - intentó defenderse - No es como si pudiera controlar de quién me enamoro. ¿Acaso tú lo haces?

La desesperación en el rostro de la cobriza no tardó en aparecer, mientras se llevaba las manos en la cabeza. ¿Acaso no era simple? Ella, persona A, se había enamorado de persona B. Solo que persona A estaba viva, y persona B era un espectro en pena al que estaban intentando ayudar a cruzar al más allá.

Cuando agregaba esos puntos a la ecuación todo empezaba a complicarse.

El sonido del vaso de Hayate contra su trago, produciendo un sonoro "clinc", le hizo levantar la cabeza para encontrarse con la amplia sonrisa de su compañera de tragos.

- Habiendo aclarado el punto de que Fate es un fantasma, no le veo nada de malo la verdad Nanoha - declaró Hayate, triunfalmente - Es más, ella me cae bien. O sea, no la he visto con mis propios ojos pero según lo que hemos podido interactuar gracias a ti parece un buen ¿Espanto?. Y también le cae bien a Rein. Ella le tiene mucho aprecio así que sí, tienes mi aprobación.

- Espera, ¿Dijiste Rein? - preguntó Nanoha, mirándola con curiosidad.

- Ah, sí, Rein - admitió la castaña, desviando la mirada

- No sabía que hablabas con Rein, aparte de cuando visitamos el templo.

- ¿Ah, no te había contado? Una muy buena chica sí, Rein, bastante espiritual. Pero no estamos hablando de Rein ahora - dijo Hayate, cambiando hábilmente el tema - sino de Fate. Cuéntame, ¿Lo has hablado con ella?

No, no lo había hablado. Pasaba todo el tiempo suspirando por la rubia, pero no había tenido el coraje de decirle algo respecto a sus sentimientos. Muy en el fondo, le daba pánico arruinar todo lo que había nacido entre ellas.

- No, aún no le digo nada. Es… Complicado. No sé cómo se lo va a tomar.

- No es nada complicado Nanoha. ¡Se lo dices y ya! No tienes que buscarle las cinco patas al gato. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

- ¿Que me odie? - se aventuró a adivinar Nanoha, llevándose una mano a la cara.

- Bueno sí, esa es una posibilidad - concedió Hayate - Pero, ¿Y si no te odia? Es decir, te defendió de Griffith. Pfff, ahora recuerdo que hasta te hace el desayuno en las mañanas. Ya quisiera que me hicieran el desayuno a mi también. No creo que le seas taaan indiferente.

No lo había visto de esa forma.

- Eso sería fantástico - murmuró Nanoha.

Pero, ahora que estaba empezando a considerar la posibilidad de que sus sentimientos lograran ser correspondidos, se topó de frente con un problema mayor.

Se supone que estaban intentando ayudar a Fate a trascender. Sí, era verdad que se habían estancado un poco en el proceso, pero eso no quitaba que el objetivo final era que la joven fantasma lograra cruzar el umbral para descansar de una vez por todas.

Es decir, si sus sentimientos eran correspondidos, su historia de amor podía ser muy larga.

O podría ser cortísima.

- No, no puedo hacerlo - negó Nanoha - No puedo confesarle mis sentimientos.

- ¿Y eso cómo por qué o qué? - preguntó Hayate, rodeando los ojos

- Hayate, ¿Acaso olvidaste que estamos ayudando a Fate para que pueda irse al más allá?

- No, desde luego que no. ¡Ah! - exclamó Hayate - Ya entiendo lo que te pasa.

Hayate suspiró y le dio un gran sorbo a su bebida. A pesar de tener algunos noviazgos en su repertorio, y también de tener cierta debilidad por las chicas bonitas que le hacía enamorarse fácilmente, no necesariamente todas sus citas habían sido color de rosa. Sin embargo, la poca probabilidad de éxito no le había hecho desistir de confesarle sus sentimientos a alguien, o de hacer lo que deseaba hacer. Habían amores que no estaban destinados a durar para siempre. Habían amores que duraban el tiempo que tenían que durar, aunque ese tiempo fuese corto.

Nunca lo hubiese sabido si no se hubiera arriesgado.

Y, aunque muchas veces salió mal, las experiencias que quedaron en ella, bien grabadas en su memoria, habían sido lo suficientemente intensas como para saber que había valido la pena. No se arrepentía de ser arriesgada. Tampoco quería que su querida amiga se arrepintiera.

- ¿Te acuerdas cuando te hablé de Carim?

- Mmm - murmuró Nanoha, intentando recordar - ¡Ya recuerdo! Fue la chica con la que saliste recién empezamos la universidad, ¿Verdad?

- Esa misma.

El recuerdo de Carim no pudo evitar hacerla sonreír.

- Verás - inició Hayate - Desde el primer momento supe que lo de Carim no iba a funcionar. Pero era una chica hermosa, y yo estaba loca por ella. No se si te lo llegué a contar, pero su familia era muy religiosa. Pero religiosa así al extremo, tanto que tiene primos sacerdotes y todo. No se como ella había estado estudiando en la universidad, en vez de meterse a monja.

- Vaya, eso sí que no lo sabía - comentó Nanoha, asombrada.

- Te habrás podido imaginar su cara cuando le dije que me gustaba - agregó la castaña, dándole otro sorbo a su trago - Por un momento pensé que me iba a decir blasfema pero no, resulta que estaba aterrada porque yo también le gustaba, y según sus creencias eso era pecado. Así que lo hablamos y decidimos darnos una oportunidad. Duramos poco tiempo pero, uff, tengo que confesar que tuvimos tardes inolvidables. Y luego uno de sus primos se enteró, y empezó el tema otra vez de que eso era pecado, así que todo se fue a la mierda. Pero no me arrepiento.

La castaña hizo una pausa, para ordenar mejor sus ideas, y luego de respirar profundo continuó con su explicación.

- Nuestro romance fue corto, pero intenso, así que no me quejo. Si no me hubiese atrevido a tomar la iniciativa a lo mejor me hubiera evitado el dolor de nuestra ruptura, pero también me hubiese perdido todo lo que viví con ella - explicó Hayate - A lo que voy es que, a veces, vale la pena arriesgarse. Si Fate se va después, al menos no vas a pasar toda tu vida pensando en qué hubiese pasado si te le confesabas. Y nadie se muere de un mal de amor. Eso te lo puedo asegurar. Al menos no me he muerto todavía.

- Wow - murmuró Nanoha, mirándola con interés - Eso fue bastante profundo.

- Además ¿Cuántas de las personas que conoces han tenido la oportunidad de salir con un fantasma? Eso te va a convertir en una leyenda - agregó la castaña, con su habitual sentido del humor.

- Y yo que pensaba que estabas madurando.

- Ahora vamos ¡Quita esa cara tan larga! - le pidió, alzando su trago - ¡Por los amores prohibidos!

Al chocar sus vasos Nanoha no pudo evitar sonreír. Hayate tenía razón en lo que decía.

Es verdad, todo podía salir muy mal.

Pero había un minúsculo chance de que todo pudiese salir muy bien y, después de esos tragos, prefería aferrarse a esa pequeña esperanza.

Por eso, tomó la decisión de hablarlo con Fate en cuanto tuviera la oportunidad y estuviese en sus cinco sentidos. Después de tres rondas más y con una Hayate alcoholizada colgada de su hombro cantando canciones de amor, decidió que la oportunidad era justo esa madrugada, antes de que el coraje líquido que se había bebido en esos tragos se diluyera en su torrente sanguíneo.

Luego de dejar a su compañera de tragos segura en la puerta de su residencia, intentó serenarse un poco antes de pedir un taxi. Durante el trayecto, los nervios fueron apoderándose rápidamente de su ser y, sin querer, se estaba empezando a sentir tenebrosamente sobria cuando llegó al departamento.

Se palmeó las mejillas ligeramente, acumulando todo el valor posible, y entró.

Los ojos borgoña de Fate se cruzaron con los suyos desde la sala y, al verla en estado de ebriedad, la rubia se apresuró a acercarse, visiblemente preocupada.

- ¿Te sientes bien? - le preguntó Fate.

- Tengo que hablar contigo - dijo Nanoha, intentando que el rápido latir de su corazón no la delatara

Avanzó por la estancia, encendiendo la habitual luz de la cocina para tener algo de iluminación, y se sentó en el sofá, haciéndole señas al fantasma para que se sentara a su lado.

Y justo cuando la tenía a su lado, con la piel erizada al percatarse de su cercanía, se había quedado momentáneamente sin palabras.

- ¿Y? - inquirió Fate luego de un tiempo prudencial.

Quizá actuar era una mejor alternativa.

Una acción valía más que mil palabras ¿No?

- Fate ¿Puedes concentrar energía en tu cara?

- Sí ¿Por q…?

Las palabras de la rubia fueron apagadas súbitamente por la impetuosa acción de la cobriza quién, en su nada agraciado intento de besarla, prácticamente colisionó con sus labios de manera torpe.

Aún no había tenido tiempo de reaccionar cuando Nanoha se separó de ella, con las mejillas coloradas y respirando de manera entrecortada. Luchando contra los nervios que atormentaban su interior, dejó salir las únicas palabras que pensó coherentemente.

- Me gustas - confesó, poniendo de un solo golpe todas las cartas sobre la mesa.

Si el corazón de Fate aún estuviese latiendo, la mujer en esos momentos seguramente hubiese tenido un infarto.

La confesión de Nanoha la había tomado por sorpresa, pero no podía negar que llevaba mucho tiempo anhelando escuchar esas mismas palabras. En sus largas horas de silencio, cuando toda la ciudad dormía y ella se mantenía en vela eternamente, fantaseaba con la posibilidad de poder confesarle sus sentimientos a la cobriza y ser amada de vuelta con la misma intensidad. A Fate también le gustaba Nanoha. Le gustaba muchísimo.

Pero eso no cambiaba el hecho de que ella ya no pertenecía a ese mundo. En algún momento tendría que partir. Era indiscutible, e inevitable. Pertenecían a dos planos distintos, que no podían mezclarse.

Y sin embargo, allí estaban, en ese mismo espacio y en ese mismo tiempo. Como si, a pesar de los imposibles, el destino así lo hubiese decidido.

- Yo, la verdad - empezó a decir Nanoha, bajando la mirada - Disculpa, no debí…

- Espera - la interrumpió Fate.

Concentrando la suficiente energía en su mano, Fate colocó su mano ligeramente bajo la barbilla de la cobriza, haciendo que la mujer volviera a mirarla. Se permitió el capricho de detallarla largamente, llenándose del tenue rubor que coloreaba su rostro, y de esos hermosos ojos abrillantados por la emoción.

Cuando habló, no pudo evitar que la emoción quebrara su voz ligeramente.

- Nanoha, entiendes que soy un fantasma ¿Verdad? - preguntó con voz ronca.

- Eso ya lo sé - respondió Nanoha, sosteniéndole la mirada

- Yo no pertenezco a este plano. Podrías tenerlo todo con alguien más. Con alguien… Vivo. Tu también me gustas. Me gustas mucho más de lo que debería admitir - reconoció Fate - Pero yo no estoy viva, no podría ofrecerte nada más.

- Y yo solo te quiero a ti - dijo Nanoha, con la valentía del alcohol afectando sus sentidos - No necesito nada más.

¿Quién era ella para luchar contra el destino?

Lentamente, casi como si disfrutara de la espera, Fate cortó la poca distancia que la separaba de los labios de Nanoha, fundiéndose en un cálido beso que se sintió como una explosión en sus adentros. El beso, inicialmente suave y hasta decoroso, fue subiendo de intensidad casi de manera inconsciente, a medida de que ambas se desprendían cada vez más de los miedos que las habían mantenido separadas. Deseando sentirla más cerca, Nanoha estiró su mano para poder acercar más a Fate.

Pero al intentar sostener el hombro de la rubia, su mano atravesó al espectro limpiamente, produciéndole un potente escalofrío.

- ¡Uyuyuy! - dejó escapar Nanoha, estremeciéndose - ¡Perdón!

- No te preocupes, no pasa nada - se apresuró a decir Fate, sacudiéndose ligeramente - Fue mi culpa, creo que me había concentrado mucho en otras cosas. ¿Podemos intentarlo de nuevo? - se atrevió a consultar.

Nanoha solo sonrió ante la propuesta de la chica, asintiendo suavemente. Lentamente, extendió una de sus manos para tocar a Fate, deslizándola detrás de la nuca de la rubia para aferrarse mejor a ella, mientras se acercaba para besarla nuevamente.

Esa noche descubrió que Fate, aparte de experta en citas, también era experta en besos.

Y le agradeció mentalmente a Hayate por haberla convencido de arriesgarse.

Por Fate, el riesgo definitivamente valía la pena.


N/A: Les dije que cuando se diera cuenta, lo iba a hacer de golpe! x'D

Nadaoriginal: Esta es otra de las situaciones en esta historia que me hace preguntarme ¿Qué sería de la vida de Nanoha sin Hayate?. Ya quisiera yo tener una amiga así, tan oportuna para decir las cosas aunque esté medio chiflada x'D Tendremos que esperar al próximo capítulo para ver que nos depara todo el rollo de Alicia, con suerte. ¡Qué tengas un excelente domingo!

Guest: Hello! I guess making an altar isn't very common in that world. Maybe it's because Alicia was very young when it happened? Oh! Doesn't it really look like that? I was trying to express her feelings by developing it in a more subtle and slow way, maybe because I think Nanoha also has a lot to deal with with her studies and work, so it's not like she's actively focused on having a relationship with someone ( Also, she's a bit dense lol). Also, the fact that Fate is a ghost is like a barrier to that development (maybe not anymore after this chapter hahaha). If Fate was a normal girl, I'm pretty sure Nanoha would have fallen for her at first sight. Have a nice week! :)

Miko86: El momento de dejar de sufrir ha llegado para Fate! Jajajaja. Sí, me imagino que ese pensamiento debe de atravesar la mente de Fate de manera frecuente. A estas alturas, sin nada de información a la que aferrarse, quizá solo necesiten un golpe de suerte. Aunque... Creo que un golpe de suerte precipitaría otra cosa inevitable. Qué tengas un muy buen domingo! (o lo que resta de el :p)

Zaisoh: Noooooooo, pero como voy a emparejar a Alicia con Nanoha, tu quieres que Fate se nos muera de nuevo? jajajajaja. No, tranqui, no soy tan terrible. Ya la pobre fantasma tiene mucho drama en su vida (bueno, muerte) como para agregarle más :p Pero bueno, parece que al fin Nanoha decidió ordenar sus ideas. Es que bueno, pensándolo bien no lo debe de tener fácil. Asumir que te enamoraste de un fantasma es algo que no debe pasar de la noche a la mañana, no?

Chat'de'Lune: Esa abuelita lo que hizo fue puro meter susto! No, no, vamos a sacar de esa ecuación a Alicia mejor jajaja. Afortunadamente nuestra fantasma favorita tiene sus "métodos" . Ahora... Define decente! Jajajaja. Espero que esta dosis dominguera haya sido de tu agrado :) Un abrazo!

Nos leemos pronto!