Disclaimer: los personajes le pertenecen al mangaka Kazuki Takahashi. Sólo los uso para escribir mis ideas.
Advertencia: este fanfic contiene temas sociales que abarcan el matrimonio y la sexualidad desde el punto de vista de distintas mujeres. Las opiniones expuestas son subjetivas y no están sujetas a ninguna persona en especial.
Capítulo 1
Los colores de la tarde se podían contemplar en el cielo, tonos anaranjados y amarillos que resplandecían cuan hermosa es la naturaleza.
Con la vista puesta en ese intenso color de atardecer, una joven de cabellos rubios esperaba, pacientemente, la llegada de una persona especial para ella.
Respiraba hondo, sentada en una banca del parque en el que, frecuentemente, llevaba a cabo sus citas románticas con su novio.
Lanzó un suspiro de alivio analizando que habían pasado dos años desde el comienzo de su relación. Dos años que, para ella, eran los más hermosos de su corta vida.
-¡Rebeca!
La voz masculina la sacó de sus casillas, su corazón latió estrepitosamente al saber quién había llegado, por fin, a la cita acordada. Volteó al lado derecho y pudo distinguir en la distancia al joven de cabellos tricolores que apareció caminando a pasos apresurados.
-¡Yugi!
Esbozó una enorme sonrisa que adornó su rostro de tal forma que resaltó su belleza peculiar. Se puso de pie y corrió hacia su chico, tirándolo al suelo al momento en que lo abrazó. Cuando ambos estaban en el césped, Yugi sintió como los labios de Rebeca se juntaban con los suyos en un beso tierno y un tanto apasionado.
Para Yugi no fue extraño; Rebeca siempre se mostraba cariñosa con él. Tendía mucho a ser expresiva frente al público sin vergüenza de que los demás la vieran. Lógico, los americanos muestran su afecto a los demás, sin pena a que los vean besándose. Algo que para Yugi, un joven de nacionalidad japonesa, resultaba ligeramente incómodo, pero lindo al mismo tiempo.
Rebeca separó sus labios de los de Yugi y le dedicó una sonrisa de oreja a oreja.
-Estaba muy ansiosa por verte.
-Lo sé.
Se levantaron del césped y se miraron fijamente.
-Lamento un poco la tardanza. El trabajo fue más largo de lo que creí.-comentó Yugi un tanto agotado.
-Entiendo, no tienes que darme explicaciones.
Yugi se sintió aliviado. Algo que le gustaba de Rebeca era lo comprensiva que llegaba a ser con él; chicas así escaseaban.
-¿Vamos al cine como quedamos?
-¡Claro!
Rebeca pasó su brazo rodeando en el Yugi y ambos se fueron caminando en dirección al cine más cercano al lugar.
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Estaba muy nerviosa, tenía miedo. Miedo de lo que pudiera pasar ese día, de lo que su novio fuera a pensar o decir. Era su culpa por no ser prevenida. Jugaba con sus dedos tratando de controlar sus nervios que querían explotar en una lluvia de emociones. Cabizbaja, miraba la mesa donde sus manos descansaban, escuchando los murmullos de la gente en el restaurante donde se encontraba.
-Hola, Tea.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al oír la voz de su novio llegando por detrás de ella. Él colocó su mano en el hombro de ella, de una forma amorosa y después se sentó frente a ella en la mesa.
-Llegaste más temprano de lo que creí.-dijo el joven sonriendo.
Sus cabellos eran tricolores y puntiagudos, sus rasgos semejantes a los de Yugi y su voz era varonil como la de pocos hombres. Fue su voz la que conquistó, en un principio, a su ahora novia.
-S…sí.
El muchacho arqueó una ceja, confundido por el tono nervioso e intrigado de su novia.
-¿Qué te pasa? Estás rara.
Tea agachó más la cabeza, evitando ver a los ojos a Yami, su chico.
-¿Te hicieron algo en el trabajo?
Yami se escuchó preocupado; esa actitud no era normal en Tea. Finalmente, ella alzó la cabeza y lo miró directamente.
-Es que me sentía extraña y fui a ver al doctor.
El semblante de Yami se mostró alterado, pero se tranquilizó para no impacientarse.
-¿Qué te sucedió?
Tea bajó la mirada y tragó saliva, con temor visible en su cara. Volvió a levantar la vista a su pareja.
-Yami…estoy embarazada.
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Las estrellas brillaban en el firmamento, mientras una joven pareja recorría las calles de la ciudad a pie tomados de la mano, como si se tratara de un cuento de hadas su relación.
-Fue divertida la película.-comentó Rebeca sonriendo animadamente.
Yugi llevó su mano a la cabeza, riendo nervioso. Había algo que le interesaba hablar con Rebeca, un tema que hacía tiempo quería mencionar. Más el temor le causaba desconfianza, porque era algo delicado para una chica.
-Rebeca…
La aludida giró hacia él, deteniendo sus pasos.
-¿Sí?
-Necesito hablar contigo sobre algo.
La rubia notó los nervios de Yugi y eso le llamó la atención.
-¿Qué cosa?
El joven de cabellos tricolores se mordió los labios, retomó el rumbo arrastrando a Rebeca con él. La chica estaba extrañada, siguiendo a su chico con el ceño fruncido.
Llegaron a una calle cerrada, en la que Yugi miró a todos lados para asegurarse de que no hubiera nadie. Aquello inquietó más a Rebeca.
-Yugi, ¿pasa algo malo?
El nombrado se colocó frente a frente de su compañera.
-Es un tema un poco delicado, pero quiero hablarlo contigo. No sé qué palabras para decírtelo.
La duda creció en el alma de Rebeca, pero debía escuchar a Yugi.
-Dime, ¿qué te inquieta?
El cuerpo de Yugi tembló ligeramente. Hablar de algo así le resultaba incómodo, pero como pareja que eran, lo consideraba de suma importancia.
Tragó un poco de saliva y tomó la mano de Rebeca entre las suyas. La chica rubia sintió el sudor proveniente de Yugi.
-¿Cuándo…tendrás…?-las palabras se trababan en su boca, pensado en cómo decir su intriga-¿Cuándo dormirás conmigo?
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La puerta se abrió de par en par dando paso a Rebeca, lucía algo cansada y pensativa. Se quitó sus zapatos, como era la costumbre en Japón y los colocó cerca de la puerta.
-¡Vaya! ¡Por fin llegas, soñadora!
Otra mujer de cabellos rubios, pero más alta, con el cuerpo bien desarrollado y una belleza sensual, recibió la llegada de Rebeca. La menor fue sacada de su embelesamiento.
-¿¡Eh!?
Mai frunció el ceño, sabiendo que algo perturbaba a su amiga.
-Rebeca, ¿te sucedió algo?
-¿Eh? No, nada.-respondió Rebeca con un movimiento de mano negativo.
-A mí no puedes engañarme.
La firmeza y la fuerza con que Mai hablaba, hizo estremecer a la pobre Rebeca que agachó la cabeza.
-Sí, pasó algo.
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Con las mejillas coloradas por lo que acababa de suceder, Yugi caminaba hacia su casa con la vista fija en el suelo. Su marcha era pesada y las emociones estaban en pleno apogeo, por lo cual su corazón latía con más intensidad que antes.
Llegó finalmente a su hogar, sacó sus llaves y cruzó el umbral de la vivienda, más su sorpresa fue enorme cuando vio un festejo en su casa.
Su padre y su hermano mayor estaban bebiendo cerveza; su padre se veía contento y orgulloso, mientras que Yami se notaba apenado y desinteresado.
-¡Hurra! ¡Yami, te has convertido en un hombre real!
Yugi estaba incrédulo, sin entender qué provocaba la felicidad de su familia, especialmente de su padre.
-Mmmmm, ¿qué les pasa?
-¡Una noticia increíble! ¡Tu hermano se volvió un hombre de verdad! ¡Ahora es el orgullo de la familia!
Yugi parpadeó varias veces. Su padre no era emotivo, pero sí tenía pensamientos muy antiguos con ciertos temas.
-¿Qué quieren decir con eso?-cuestionó extrañado.
El hombre miró con notable jactancia al más pequeño de sus dos hijos.
-Yami embarazó a su novia y se casará con ella dentro de unos meses.
Continuará...
¿Cómo la ven, mis amores? Inicia mi nuevo long fic y espero les haya gustado. Como mencioné antes, será una historia multishipper como yo, así que verán muchas parejas hetero alrededor de este fic. Por lo pronto comienza con Replayshipping y Revolutionship, pero no todo será como parece; habrá muchos triángulos amorosos a lo largo del cuento. Las cosas no serán fáciles para nadie, pero no diré más para evitar sopiler XDDD.
Nos vemos, Dios mediante, en los siguientes episodios.
