Adheridos
NOTA:Espero que les guste esta historia donde utilizaré mis conocimientos médicos para desarrollar algo que sinceramente me parece muy emocionante.
Capítulo 1: Un viaje no tan placentero
Después de llegar a América, Senku sorprendió a todos los científicos con su increíble capacidad para haber terraformado en el agua. Era algo que nadie habría imaginado y que notoriamente hizo que la mayoría de los científicos con los que trabajaran se sorprendieran por la increíble capacidad del joven para transformar un evento adverso en un logro que humanamente habría sido poco creíble. Xeno había sonreído al verlo. Además, había tenido que lidiar con los intentos de abrazarlo de Luna, a la cual él mismo había hecho ir a ese lugar, pues no sólo iba a entregarle a Xeno los materiales y hablar de la base lunar, sino que además necesitaba urgentemente encontrar algunos médicos para apoyar con otra investigación.
Fue así como Senku se vio en la necesidad de separarse momentáneamente de su grupo, quedándose sólo con Ukyo y Gen, con el primero por ser el representante del gobierno japonés y el segundo por ser el principal diplomático del mundo en proceso de reconstrucción. Sí, Senku consideraba que lo que tenía que hablar con los americanos sería un dolor de cabeza, pero era un dolor de cabeza que no habían considerado por no tener tantos conocimientos de medicina y que parecía poder llegar a afectarlos muchísimo si no trabajaban sobre ello. Se sentaron en una sala de reuniones junto con Xeno, Luna, Stanley y una doctora estadounidense de cabello negro alborotado y ojos marrones oscuros, que era profesora de Luna y coordinadora de la Escuela de Medicina donde estudiaba Luna en ese momento, y Senku procedió a hablar.
—Me iré sin rodeos, porque no hay mucho tiempo. Soy Ishigami Senku, al cual casi todos conocen, salvo usted, profesora, un placer —dijo, aunque no parecía que realmente fuese un placer, porque más bien sonaba aburrido porque no le gustaban esos eventos—. Las federaciones médicas han tenido problemas en instituirse nuevamente, en parte porque para cada despetrificación de nuevas ciudades hemos tenido que limitar el número de personas que se están despetrificando, de forma que se pueda organizar todo para dar de comer y brindarles vivienda a las personas, y por lo general buscamos primero mano de obra. Todo bien hasta aquí, porque regularmente se despetrifican personas fuertes primero y luego es que empezamos, de a poco, a integrar a otras personas necesarias en la sociedad. Este plan de despetrificación parecía bien hasta que…
—Sí, sí, ya nos hemos dado cuenta —lo interrumpió la doctora—. Rápidamente me presentaré, porque tampoco me gustan los rodeos, pero sí me gustaría salir rápido de este lugar y ponerme manos a la obra —expresó con una mueca de disgusto—: Soy Gabrielle Burns, pero pueden llamarme Gaby, porque no me gustan los formalismos demasiado, soy hematóloga y me despetrificaron porque antes de la petrificación yo era una de las coordinadoras académicas de la Facultad de Medicina de la UCLA —concluyó su presentación rápidamente—. Ahora, entrando a lo que nos interesa: me pareció curioso desde que vi el primer caso, pero hasta ahora no tenemos muchas teorías sobre lo que podría estar pasando y, lamentablemente, necesitamos a un neurocientífico.
En ese momento Senku percibió que Gen entrecerraba los ojos a su lado, pero no le prestó mucha atención, probablemente estaba intentando leer a la doctora.
—Sí, eso me había comentado Luna que habían hablado los médicos de aquí con él. En Japón está pasando lo mismo, y me llamaron para participar en las investigaciones, pero tampoco puedo hacer mucho y prefiero no distraerme de la máquina del tiempo —expuso con fastidio Senku—. Opinan que necesitamos un grupo de personas que integren varias especialidades para trabajar sobre ello, por eso le pedí a Luna que buscara a una persona con amplias capacidades de investigación. —La doctora sonrió con arrogancia ante ese comentario—. Y me dijo que esa persona serías tú, así que supongo que ya tienes una idea de a quiénes necesitas despetrificar exactamente.
Gabrielle sonrió con mucha más arrogancia que anteriormente y le entregó a Senku una hoja de papel con una lista de las personas que necesitaba.
—Pero principalmente necesito a la primera persona de la lista, Dr. Nph, que no sólo tiene una amplia trayectoria en la investigación científica, sino que además es el mejor neurocientífico que teníamos en la era moderna, y sería perfecto para ayudarme a pensar en las posibles claves detrás de nuestro problema —aseguró Gabrielle, y Senku revisó la lista con detenimiento.
—Sí, he leído algunas publicaciones de Dr. Nph, parece ser un tipo asombroso….
—Es mujer —corrigió Gabrielle.
—… y una muy problemática —agregó Gen, hablando por primera vez.
La mirada de la doctora se dirigió hacia él mirándolo con odio repentinamente, actitud completamente diferente a la arrogante doctora que había hablado hacía poco tiempo. El mentalista también la miró con una mirada que parecía de desagrado puro y que jamás había visto en él, pero no dio tiempo de preguntar absolutamente nada, porque en ese momento la puerta se abrió, dejando pasar a una mujer tan joven que parecía más bien una adolescente, de tez morena y cabello recogido en una coleta alta.
—¿Me llamó, profesor Xeno? —interrogó con tranquilidad la recién llegada, pero luego su mirada evaluó la situación de la habitación y sus ojos se posaron sobre Gen, abriéndose como platos—. ¡Tú! ¡Asquerosa sabandija! ¿Qué haces aquí? —gritó cuando lo vio.
¿Qué mierda estaba pasando que justamente las dos mujeres desconocidas presentes parecían no sólo conocer al mentalista sino también odiarlo? Senku miró a Xeno, quien sólo se encogió de hombros.
—También es un placer verte, Adhara-chan —saludó Gen, con fastidio y luego se volteó hacia Senku—. Senku-chan~, creo que esta vez no podré ayudarte. Sinceramente, y por temas personales, prefiero alejarme de estas dos mujeres~ —dijo con su voz cantarina de siempre.
—¡Pues por supuesto! ¡Sólo sabes huir y abandonar a las personas a quienes le importas! ¡Ya sé para qué me llamó, profesor Xeno, y quiero que sepa que sólo sobre mi cadáver entregaré la estatua de Elise! ¡Y mucho menos a este! —exclamó con enojo la mujer llamada Adhara señalando a Gen y salió rápidamente de la habitación, antes de que cualquiera pudiera decir algo más.
Gen hizo un ademán para salir también, pero Senku lo detuvo, recordándole que era su trabajo y que permaneciera ahí.
—Si me disculpan, me retiraré, ahí les dejé la lista de las personas que necesito —concluyó la doctora, hablando nuevamente. Acto seguido, se retiró de la habitación con aires de arrogancia, sin prestar atención a lo confundidos que estaban todos los que quedaron en el lugar.
—Necesito una explicación de lo que acaba de pasar —mencionó Senku, hablando casi al aire.
Miró al mentalista, que parecía bastante consternado tras el encuentro con esas dos mujeres, luego miró a Ukyo, que simplemente se encogió de hombros sin saber exactamente qué había pasado. Desvió su mirada hacia Xeno, quien tampoco parecía tener noción de nada, y, finalmente, vio a Luna, quien sólo tenía una cara de terror y parecía estar más nerviosa que de costumbre.
—¿Qué quieres que te diga, Senku? Mi pasado es algo de lo que no me gusta hablar demasiado —señaló Gen, mirando hacia el suelo y apretando los puños.
—No es muy elegante que tengas secretos con nosotros en este momento, Gen, sabes que la situación es bastante difícil porque podría frenar los planes de despetrificación de la humanidad. Y si la dra. Gabrielle dice que necesita a la dra. Elise, pues necesitamos encontrarla cuanto antes, y más siendo que acabamos de confirmar nuestros temores respecto a que la dra. Adhara escondió la estatua —intervino esta vez Xeno.
El mentalista alzó su mirada, con ojos llorosos y se resignó a sentarse junto a ellos, cruzando sus brazos sobre la mesa. Todos estuvieron a la expectativa, sorprendidos por la actitud que acababa de tomar el mentalista. Esta vez estaban hablando en japonés, por lo que Luna parecía más confundida de lo que había estado inicialmente, aunque parecía empezar a entenderlos.
—Elise Coutta es la única mujer de la que me he enamorado en mi vida, Xeno-chan, Senku-chan~ —explicó con un aire de tristeza, pero intentando usar su voz cantarina—. Realmente no entiendo de qué hablan Gaby-chan y Adhara-chan~, porque la que rompió conmigo fue Elise-chan~. —Esto último parecía afectarlo mucho—. Normalmente, Gaby-chan y Adhara-chan eran muy agradables conmigo. Especialmente Gaby-chan, que decía que, gracias a mí, Elise-chan parecía nuevamente tener ganas de vivir~ —contó con pesadez, intentando mantener su voz cantarina—. Ahora me odian repentinamente, la mirada de Gaby-chan cuando me vio fue de total desprecio, y Adhara-chan incluso me insultó y me dijo que sólo sé abandonar a las personas quienes les importo, pero fue ella quien me abandonó a mí. —Gen parecía tan consternado ante esas últimas palabras, que Senku notó que no estaba pensando con claridad.
—¿Quién es esta Adhara? —cuestionó Senku a Xeno.
—Oh, es una científica muy elegante, Senku. Es el prodigio que teníamos antes de la petrificación en el campo de la investigación espacial, incluso ella también tenía varias propuestas en curso para crear una base lunar y explotar los recursos de nuestra luna —describió Xeno bastante motivado—. Ella conoce desde la infancia a Dr. Nph, porque estudiaron juntas en una escuela para niños superdotados de California, luego se separaron en la universidad: la dra. Elise se dedicó a las neurociencias y la dra. Adhara se dedicó a la ingeniería aeroespacial.
Parecía que esa Adhara sería bastante accesible si hablaban sobre la terraformación de La Luna, que era el más reciente plan de Senku para explotar los recursos naturales de su satélite y conseguir materiales que en La Tierra era imposible hallar, siendo especialmente importante el Helio-3 para terminar la máquina del tiempo. Hubo un silencio un poco incómodo mientras Senku llevaba su dedo índice al frente, para hacer su gesto típico para pensar. Durante este tiempo Luna miró de un lado a otro para detallar a todos y Xeno se quedó mirando sus dedos en los que llevaba el guante con uñas extendidas de siempre.
—¿Puedo intentar hablar con ella? —preguntó Ukyo, rompiendo el silencio.
Todos lo miraron, esperando a ver qué decía, Luna probablemente sin saber exactamente de qué hablaba.
—Es que… creo que podría ser de ayuda dejar que se desahogue respecto al porqué de su odio hacia Gen y así podríamos intentar hacer un plan para solucionar las cosas, porque a mí también me afectó mucho ver a la última chica que despetrificamos embarazada en Japón, llorando por su bebé —afirmó Ukyo—, y bien saben que no me gusta que nadie muera. Además, aun oigo su voz despotricando sobre Gen en las cercanías, creo que puedo alcanzarla.
Senku asintió.
—Lo dejo en tus manos, entonces, Ukyo.
…
Durante el tiempo que no estuvo Ukyo en la habitación, Luna aprovechó para acercársele a Senku, quien estaba completamente fastidiado por ese asunto, más bien lo que más querían en ese momento todos era darse un baño y dormir, pero habían ido a hablar con Xeno porque el asunto de la petrificación de embarazadas era un problema difícil de manejar. Luna le empezó a hablar de su universidad y de todo lo que estaba aprendiendo y de que sería una gran doctora para que Senku la tomara en cuenta, pero la verdad era que a Senku nada de eso le importaba, porque él no estaba interesado en Luna, sino en la leona con la que ya había tenido una aventura en una laguna de hackmanita y otra aventura en el medio del océano.
Ukyo se tardó más de lo que esperaban en volver, lo que hizo que supusieran que había conseguido sacarle información a la aparentemente reacia Adhara, quien había demostrado ser una persona un poco inaccesible. Lo cual también Xeno había confirmado mientras hablaban, contándole que la habían despetrificado hacía ya seis meses, pero apenas hacía un mes habían empezado a preguntarle por Dr. Nph, pues sabían que eran cercanas.
Pasada casi una hora, Ukyo volvió con una cara de preocupación, que hizo que todos lo miraran expectantes.
—Gen… ¿cómo fue que tu exnovia terminó contigo? —cuestionó Ukyo apenas llegó.
—Ella me dijo que no le interesaba más, que se había fastidiado de mí porque yo era un niño y ella era muy mayor para mí, que realmente yo me había confundido con ella y que había interpretado mal el tipo de interés que tenía en mí —explicó Gen mirando fijamente a la mesa, sin reflejar la seguridad en sí mismo que regularmente mostraba.
Ukyo asintió y volvió a salir, sin decir nada más y nuevamente dejando confundidos a todos. Luna continuó hablando con Senku, Gen colocó sus brazos sobre la mesa y hundió la cabeza entre ellos y Xeno empezó a hacer unos cálculos en una pizarra, lo que llamó la atención de Senku y se acercó a su mentor para dejar de escuchar a Luna.
Aproximadamente veinte minutos más tarde, apareció Ukyo acompañado de Adhara quien se sentó a regañadientes en la mesa, un poco alejada del mentalista, y este levantó la mirada al notar su presencia, observándola con algo de desconfianza.
—Gen, por favor, repítele a ella lo que me dijiste de por qué tu exnovia terminó contigo —pidió Ukyo y el mentalista repitió las mismas palabras que había dicho inicialmente, esta vez en inglés, mirando fijamente a la morena.
—No puedo creerte, eres un mentiroso —declaró, sin ceder, Adhara—. Pero él me convenció de que contara cómo Elise intentó suicidarse los primeros meses después de su ruptura y cómo tuve que consolarla hasta que decidió seguir adelante nuevamente, algo que ella nunca había hecho porque siempre decía que hasta que no sintiera lo que era enamorarse, intentaría vivir. —Gen parecía consternado ante esas palabras—. Nunca me quiso decir qué le hiciste, por más que le insistí, costó muchísimo que quisiera comer, incluso más de lo habitual —explicó, aun mirando con odio al mentalista, quien parecía al borde de la desesperación—. No pienso perdonarte, no importa lo que hagas, Gen Asagiri, porque la vi sufrir demasiado por ti, pero accedí a hablar contigo para que supieras esto.
—Adhara-chan~, yo no le hice nada, te lo juro —dijo con bastante seriedad un muy preocupado Gen, que se acercó a la morena y tomó sus manos entre las de él, haciendo que ella se removiera incómodamente—. Jamás le haría daño a Elise-chan~, incluso me prometí a mí mismo no interesarme en nadie más románticamente después de lo que pasó, Adhara-chan~.
Ella retiró rápidamente sus manos, aun con nerviosismo, pero parecía empezar a bajar la guardia ante él. Senku seguía mirando atentamente la escena, sin querer interrumpir, porque sabía perfectamente lo importante que era esto para solucionar el problema que se les estaba presentando. Luna también pareció darse cuenta de eso y se acercó a Senku, colgándosele del brazo y causándole más incomodidad, a lo que él puso una mueca de disgusto, que pasó desapercibida por ella.
—No puedo creerte, eres un muy buen mentiroso, ¿cómo puedo saber si toda esta reunión no es sólo otro intento de Xeno de convencerme de darle a Elise? Soy la única persona que puede protegerla en este momento —aseguró Adhara, mirando sus manos, mientras las removía con intranquilidad.
—Yo nunca me he planteado la posibilidad de estar nuevamente con Elise-chan, Adhara-chan~. Ni siquiera sabía que me harían venir a esta reunión con Gaby-chan y tú~ —confesó con toda sinceridad, alzando sus manos al frente.
Eso último era cierto, ni siquiera el mismo Senku sabía que las cosas iban a ponerse a sí, ni mucho menos tenía noción del pasado pre-petrificación que había entre Dr. Nph y Gen. Volteó a ver a Xeno, quien repentinamente empezó a mirar sus uñas y revisarlas como si fuesen más interesantes que todo en la sala.
—¿Tú sabías esto? —preguntó a Xeno en un susurro.
—No exactamente —respondió él también en un susurro—. Pero había oído que Dr. Nph hacía contribuciones con un famoso mentalista de Japón, así que me aventuré a pensar en que podría ser Gen y por eso te pedí que lo trajeras a la reunión. —El científico mayor se encogió de hombros.
Mientras ellos hablaban en susurros, Gen seguía mirando fijamente a Adhara, que no le sostenía siquiera la mirada, sólo veía a la mesa fijamente y seguía pareciendo muy asustada e incómoda.
—Adhara-chan~, conozco a Elise-chan y ella debe estar consciente. No hagas esto por mí, piensa en ella~ —expresó Gen, viéndose genuinamente más preocupado. La morena alzó su mirada como si de repente entrase en pánico y se golpeó la cabeza.
—Tienes razón, debe estar pensando en cosas terribles, hiriéndose a sí misma en sus pensamientos —se preocupó la chica llevándose las manos a las mejillas horrorizada.
Nadie entendía en lo más mínimo la conversación, pero parecía ser que Gen había dado en el clavo, y estaba convenciendo a Adhara. Luego de eso, ella parecía tener un debate interno que no la dejaba concentrarse y se llevó las manos a la frente. Ukyo parecía estar también preocupado y no saber qué decir y Gen empezó a mirar de Ukyo a Adhara y luego de Adhara a Ukyo.
—¿Hay algún otro motivo por el cual no quieres despetrificar a Elise-chan? ~ —preguntó Gen cantarinamente, sin dejar de mirar fijamente a Adhara.
—No puedo decirlo. Tú no deberías saberlo. Lo prometí.
—Adhara-chan, me estás preocupando, ¿qué pasa con la estatua de Elise-chan? No me importa si no me quiere hablar, Adhara-chan, no me importa si no me ama, sólo quiero saber qué ocurre con Elise-chan. —Gen empezó a sacudir a la chica con intensidad—. ¿Qué ocurre, Adhara-chan? ¿Qué ocurre?
Ukyo separó a Gen de Adhara. Senku y Xeno miraban con atención la situación, y Luna parecía haber entrado en tensión ante lo que había ocurrido. Senku jamás había visto al mentalista actuar de esa forma, lo que lo hizo pensar en que realmente estaba preocupado por esa Elise.
La tensión en el ambiente parecía poder cortarse con un cuchillo. Adhara se abrazó a sí misma, alejándose de Gen.
—Antes de la petrificación, Elise y yo estábamos en una casa que alquilé para ocultarnos. —Ella no dejaba de mirar el suelo y Gen la miraba con terror en sus ojos—. Yo… yo pedí un año sabático para cuidarla y que así ella no tuviera que ser vista por nadie, porque desapareció de la vida pública desde finales de marzo de 2019 para esconder lo que le estaba pasando. —La historia parecía estar creándole mayor terror a Gen.
—Ella les tiene miedo a los lugares al aire libre. ¿Por qué la llevaste a un lugar así? ¿Qué estaban ocultando? ¡Responde, Adhara-chan!
La frustración de Gen empezó a preocupar más a Senku y empezó a temer lo peor. Ukyo no soltaba al mentalista porque estaba bastante alterado. Incluso la mirada de Xeno parecía empezar a atar cabos sobre lo que estaba ocurriendo.
—El profesor Xeno me llamó, porque decía que estaba reuniendo a algunas personas por algo que estaba ocurriendo con las golondrinas y preguntó si podríamos ir Elise y yo a ese lugar, pero yo le dije que no nos encontrábamos en condiciones en ese momento de reunirnos donde él pedía. —En ese momento hubo un silencio expectante—. El mismo día de la reunión ocurrió la petrificación, era de noche, pero yo no había estado durmiendo. Luego, mi preocupación fue tan grande que nunca dejé de pensar, mi cerebro estuvo activo durante todo este tiempo pensando en qué había pasado con Elise, porque estábamos en cuartos diferentes en ese momento.
Adhara empezó a llorar repentinamente, realmente parecía preocupada por lo que había ocurrido.
—Sin embargo, de nada servía, el lugar en el que estábamos no tenía forma de aportarnos ácido nítrico para despertar. Habría sido casi imposible que nos despetrificáramos antes, porque, tal como dices, Gen, ella le tenía miedo a ese tipo de lugares, así que me aseguré de que estuviéramos en un lugar alejado de cualquier criatura. —Esta vez miró a Gen con temor y él sólo seguía esperando a que terminara la historia—. Una parte de mí creo que quiso pensar que ella todos estos años petrificada estuvo dormida, porque justo acababa de darle su pastilla para dormir y me disponía a dormir yo también. Cuando me despetrificaron, lo primero que hice fue buscarla y esconderla de cualquiera que pudiera dañarla, o que pudiera hacerla llegar hasta ti. Y cuando me enteré de esto, decidí que no la entregaría hasta que se arreglara este problema. Ni siquiera la dra. Gabrielle sabe…
—¿De qué problema hablas, Adhara-chan? —preguntó Gen con una mirada de terror.
—Cuando ocurrió la petrificación… Elise estaba embarazada. —Todos se sorprendieron en ese momento, excepto Ukyo. Gen, en cambio puso una cara de horror—. Y con este problema de los bebés que han muerto cada vez que despetrifican a las embarazadas, te aseguro que no voy a permitir que le pase nada al bebé que ella tanto intentó proteger.
Definitivamente las cosas se habían complicado tremendamente para todos. Si eso era así, la búsqueda de la clave para salvar a los bebés en la despetrificación estaba altamente comprometida y eso sólo significaba problemas.
Pero nada era más complicado que ver a Gen desfallecer en el piso de la habitación al escuchar lo último que Adhara había contado.
…
Holis. Este es el Capítulo 1 de Adheridos. Por fin para explicar el nacimiento de Elioth y Shinku :O se vienen cositas…
No voy a hablar demasiado de lo que espera en esta historia, porque ajá… no quiero darles spoilers, pero empezar a publicar esta historia es importante antes de continuar con Circunstancias Problemáticas, así que perdón por actualizar esta antes que todas las demás, pero bueno, poco a poco.
Como saben, los personajes de Dr. Stone no me pertenecen, son de Inagaki y Boichi, sólo me pertenecen mis OCs (que hasta ahora ha parecido sólo Adhara, la cual espero que les agrade en la medida en que aparezca, es más dulce de lo que actuó aquí, se los prometo, no la odien aún).
Los quiero mucho y espero que puedan dejarme comentarios que me motivan a seguir escribiendo.
