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Salva la familia

I

Novatada fastuosa

Royal Woods, Michigan

4 de Marzo de 2033

1:42 pm

Entrada de la primaria Royal Woods

Una de las cosas que a Lincoln le disgustaba de los Días de Carrera en la escuela son los ridículos que se ha visto obligado por la relativamente poca conexión que tuvo con su padre. Así le pasó en el segundo grado, así le pasó cuando repitió y tuvo que llevar a su madre. El universo, no conforme con eso, se la regresó con Rita llamándolo "bebé" frente a toda la clase.

Qué distintas eran las cosas, pues ahora hacen ya veintiún años de eso, y ahora Rochelle, su "Princesa de chocolate", estaba a nada de pasar por lo mismo. ¿Lo raro? No sería él quien tendrá el dudoso honor de ser presentado, sino su mujer. Y lo peor, está aterrado por los dos.

-Señor Loud, si no tiene nada que hacer aquí le sugiero que se vaya -dijo tras él una persona que había visto en su vida, alta pero de aspecto flacuchento para ser latino y vestido en azul un tanto descuidado.

-¿No puedo ver por la ventana? -preguntó Lincoln, incómodo con la poco imponente presencia del conserje.

-Único aviso, señor, no quiero tener que sacarlo con la escoba.

-La única persona que me puede sacar con la escoba es mi esposa -sonrió jactancioso Lincoln.

Craso error.

Dentro del salón, una niña de siete años estaba esperando mientras sacaban a su papá a punta de escoba. Morena de piel y cabello, no obstante compartía la nariz redonda y las pecas con el, aunque hay dos cosas un tanto peculiares de ella. Usa una sudadera morada algo gastada por gusto, y a raíz de que una de sus vacunas, tuvo reacciones adversas hace dos años y se ve obligada a usar muletas especiales a las que igual se está adaptando.

La maestra de la clase, una mujercita algo regordeta y de cabello castaño vestida en lila y morado con un permanente olor a galletas de canela, no se mostraba muy paciente con el último estudiante en exponer, un chico pelirrojo que prometía la misma disposición de ser un patán como su padre.

-… pero es como solía decir el abuelo Rodney. Jamás salgas sin una pruba para la gente -terminó de exponer un chico que, sumado a lo larguirucho y feo de su padre sumó una mala dicción.

-Es prueba, Ronnie, pero si -corrigió Rusty, que luce una perilla nada favorable a su poco agraciado rostro-. Como decía mi papá, maestra Petersburg, jamás salgas sin pruebas para el cliente.

-Gracias por la… edificante charla sobre telas, Ronnie -dijo la maestra, un tanto frustrada por escuchar todas las bagatelas de su antiguo compañero en clase-. ¿Quién sigue? Ah, si… Rochelle Loud, al frente, por favor… ojalá sea rápido para que podamos irnos -añadió, deseando a poder irse.

Rochelle avanzó a paso lento. A su lado, su madre no parecía muy complacida de estar en uno de los sitios de peor reputación en su historia, pero al menos no dudó en reírse de lo bobalicona que resultó la explicación del chico.

-Bien, terminemos con esto -dijo Rochelle para sí, tomando aire antes de empezar a exponer-. Como saben, ella es mi mamá, y con mi papá lleva el restaurante de mi abuelo… ¿si? -preguntó al ver una mano alzada.

-Mi mamá dice que tu papá es una máquina sexual -dijo inocente una chiquilla pelirroja, arrancando sonoras carcajadas.

-¡Laura! -reprochó la madre de esta, Penelope.

-¿En serio? -cuestionó Ronnie Anne, arqueando una ceja.

-Niños, eso es una grosería -reprende la maestra-, por favor continúe…

-¿No quieren hacerme preguntas sobre lo que hago? -pidió Ronnie Anne, cruzada de brazos mientras veía una mano alzada.

-¿Por qué Rochelle se apellida Loud? -preguntó un chico de tez oscura, más inocente que nada.

-¿Alguna pregunta que no tenga que ver con mi apellido?

Nadie más alza la mano, pero si hubo quienes secundaron la moción. Algunos por morbo, otros, sobre todo las niñas, esperando un relato como si fuera un cuento.

-Bien, pónganse cómodos, porque esto va a durar un buen rato.

-Oh, no… -maldijo para sí la maestra, previendo un escenario previo a una historia que se le va a antojar aburrida a más no poder.

-Todo comenzó cuando cumplí los dieciocho -empezó a relatar la latina con algo de mohín-. Cuando muchas personas no sabían qué eran si chicos o chicas, empezó la verdadera guerra de las redes sociales y salimos de una pandemia para entrar en una… digamos, falta de dinero. Y todo empezó con la boda de mi hermano.

~x~

El verano de 2023 trajo consigo muchos cambios a su rutina. Si bien salió con mención honorífica en el cuadro de honor, eso a su abuela no podía importarle menos. Peor todavía, las ausencias en casa ya estaban pesando. Bobby con su mudanza al departamento 1-B no fue gran problema. Lalo, el bullmastiff de la familia y su abuelo a finales de 2019, por el otro, hicieron mella en su ánimo. Y con la partida de sus amigos por todo el país -o en el caso de Laird, a Cambridge-, las cosas no podían ponerse peor en el papel.

-Ronalda -interrumpe Rosa sus pensamientos mientras estaba acostada en su cama-, el guajolote del mole no se va a pelar solo y necesito toda la ayuda para el mole.

-¿Y por qué tiene que ser mole? -protestó Ronnie Anne, dejando el teléfono a un lado.

-Porque una boda Casagrande no es boda sin mole, m'ija -respondió Rosa, algo molesta-. No puedo tener a mis niños en la cocina porque no dejan de pelear, Carl se comió el chocolate aunque le dije que no lo hiciera y no puedo contar con Carlota o sus hermanos.

-¿Y por qué no la tía Frida?

Rosa no necesitó de una advertencia previa. En el acto, se sacó la tan temida como predecible sandalia y bastó para que la recién graduada se levantara sin chistar. Levantarla fue una cosa más que sencilla. Pelar un pavo desde cero, por el otro lado, no iba a ser lo más fácil del mundo.

-¡Ahhhhhh! ¡Avicidio premeditado! -chilló Sergio, el guacamayo, revoloteando en el aire sobre la cocina.

-¡¿Es en serio, abuela?! -continuó protestando Ronnie Anne, pues el pavo estaba tan vivo como si nada pasara.

-Tienes que enseñarte a hacer un buen mole antes de poder casarte, Ronnie Anne -respondió Rosa, ignorando el gorgoteo del ave-. Vamos, solo es uno. Ya te ayudé a pelar otros dos que Roberto llevó a su departamento para hacerlos caldo.

Resignada, Ronnie Anne tuvo que perseguir al pavo por toda la sala, causando tal destrozo que, en un arranque de frustración, decidió dejarlo por la paz. Mirando a los ojos del pobre animalejo, notó que no se lo veía en las mejores condiciones, estaba delgado y parecía querer burlarse de ella y del destino de sus congéneres.

No pasó mucho tiempo para que entrara Lincoln en el departamento. El peliblanco, que al parecer tuvo una noche entretenida en la despedida de soltero, luce igual o peor que el pavo.

-Tienes un pavo al lado -señaló Lincoln, acomodándose un poco la chaqueta gris que usola noche anterior.

-Te presento a… ¿cómo llamarías a un pavo que va a ser tu cena? -cuestionó Ronnie Anne, sujetando una botella de vodka que encontró en la despensa.

-No le pondría nombre a un pavo si me lo fuera a comer -objetó Lincoln-. ¿Crees que soy como Liam?

-Si, sé que no eres así, Linc.

-¿Y no podían comprar uno congelado del supermercado?

-Eso no cuenta para mi abuela -respondió la latina, dando un largo trago a la botella antes de seguir- A huevo tiene que ser un ave… un puto pavo bien fresco del día.

Pensativo, Lincoln no tenía la mente muy clara. Desde luego, una noche de borrachera con el prácticamente esposo de Lori fue una experiencia de las que quiere uno olvidar, y más cuando eso le ganó que Stella se fuera muy temprano porque amaneció desnudo justo debajo de una de las prostitutas que un amigo de Bobby pagó.

-¿Se dará cuenta si es un pavo congelado? -repitió Lincoln para sí.

-Ella siempre se da cuenta -señaló Ronnie Anne-. La última vez que usé congelados me quitó los viernes de torta por un año.

-No si uso un truco de papá para que el pavo no le quede tan seco.

-Si tú lo dices

-Servirá si tenemos aunque sea seis horas.

-No tenemos seis horas. La misa es a las cinco y la recepción a las siete.

-Entonces no tenemos mucho tiempo -dijo resuelto Lincoln, pese a resentir un poco la resaca.

Tardaron más en conseguir el pavo, sacarse la borrachera y preparar una salmuera con la que lo inyectaron que en preparar el caldo a ocupar para el mole. Dado que Rosa no le dejó instrucciones para manejarse con el resto de los ingredientes, todo lo que hicieron fue buscar en internet cómo prepararlo desde cero. Lo mismo tostar los chiles con todas las ventanas abiertas en una plancha que freír en abundante manteca de cerdo pan rebanado, tortillas, maní, nueces variadas y rebanadas de plátano, todo ello fue una experiencia no muy grata para ambos. Peor todavía cuando se enteraron que el viejo procesador que tenían en la casa se lo habían llevado al salón donde sería la fiesta. Por ello, de mala gana, tuvieron que pedirle prestado el suyo a una de las vecinas que accedió con una sola condición.

Sudorosos, aunque con caras que evidenciaron lo triunfantes que aparentemente salieron, el producto casi acabado resultó ser una especie de arena de aspecto oleoso.

-Se dará cuenta de que no es el pavo que trajo -insistió Ronnie Anne, aún temerosa de que su ardid fracase.

-No es el primer pavo con el que trato -jadeó exhausto Lincoln-. Mira.

Señalando hacia el sillón de la sala, Lincoln dio fe de que el pavo estaría tranquilo y vivirá para pavonearse otro día, atiborrándose con tiras de algo que se veía sospechoso.

-¿Qué está comiendo? -preguntó Ronnie Anne, algo intrigada.

-Le di unos taquitos con la cara de CJ en el contenedor -contestó Lincoln.

-Mientras no sea carne de ave -sonrió Ronnie Anne.

-¡Ave la que te vas a comer! -graznó Sergio, todavía molesto por la carnicería de las primeras horas.

-Hablaba de lo que come el pavo -rezongó Lincoln.

-¡Es el Silencio de las Aves!

-Nadie va a decirle a la señora Casagrande.

-¿Decirme qué? -preguntó con aire tenebroso Rosa desde la puerta- ¿Qué hay un pavo echado en mi sala?

-Puedo explicarte… -atajó Ronnie Anne.

-Te dije que tenía que ser con el pavo más fresco posible, Ronalda -reprochó Rosa.

-Fue todo idea mía, señora Casagrande -dijo Lincoln a la defensiva.

-Y por lo visto intentaron hacer el mole ustedes solos.

-Culpables -sonrió nervioso Lincoln.

Con aire crítico, Rosa probó el polvo resultante según los parámetros que acostumbra una "mayora", como en su momento lo fue su madre o lo es ella misma. Aroma, consistencia, olor, textura… como si poseyera un instinto superior que le dijera si falta o sobra tal o cual especia, si el chocolate usado no fue de tablilla o si el pan pasó demasiado tiempo en la fritura.

Demasiado cansados para temer cualquier represalia, tanto Lincoln como Ronnie Anne sintieron que no tenían ya nada que perder. De todos modos, sus hermanos, no ellos, serían los primeros agasajados con la salsa. No importa mucho, a estas alturas, que se hayan pasado de la raya en sus intenciones.

-Se olvidaron del comino -sentenció Rosa, un tanto decepcionada, mientras tomaba de una gaveta un frasco con la potente especia-. Arturo me habría matado si se daba cuenta de que el mole está incompleto.

Inexpresivos y aliviados, ambos chicos suspiraron, aunque eso no los salvó de la sandalia.

-¿Y eso por qué? -preguntó incrédulo Lincoln, frotándose la nuca.

-Por meter mano donde no debían, m'ijo.

La respuesta de Rosa se vio complementada con un nuevo golpe de la sandalia.

-Ahora será mejor que lleven todo al salón -indicó Rosa, más calmada-. Sergio les dirá el camino.

-No pueden obligarme -replicó el ave-. No quiero formar parte del avicidio.

-¿Y quién se comía las piernas de pollo que le echaba CJ a Lalo? -preguntó retadora Ronnie Anne.

-No pueden probarme nada -graznó Sergio.

-Caníbal -insultó Lincoln por lo bajo.

Como castigo por su "travesura", ambos tuvieron que ir al salón a cambiarse para formar parte del servicio, bajo pretexto de que podría faltar personal. Así tuvieron que dejar la ropa que iban a usar por sendos uniformes que les resultaron incómodos. Lincoln no dejaba de sudar copiosamente a causa de la tela, mientras que la falda que usó Ronnie Anne le sentaba muy ajustada en la cadera y resaltaba esta de forma para muchos apetecible.

Afuera de la cocina de El Palacio, las cosas no pintaban demasiado bien gracias a ciertas ausencias.

-¿Dónde se habrá metido? -dijo preocupada Lori, molesta por no haber visto a su hermano en el servicio- Se suponía que él llevaría los anillos.

-Tal vez se quedó dormido -dijo Carl con descaro, vestido de ropa más bien callejera porque ofreció los "servicios de DJ Carl con descuento a primos… del menos cincuenta por ciento-. Ya sabes como son los cuñados cuando beben de más.

-Agradece que te haya dado oportunidad de reemplazarlo -dijo molesto Bobby.

-Solo digo la verdad. Lincoln debió encontrarse a alguien en el fondo de su botella -añadió Carl mientras tomaba una chalina para limpiarse los mocos.

-¡Eso me costó tres meses de mesada! -chilló Lola, furiosa por haber pasado junto con Lana por su primer periodo.

-Y vaya que los valieron -dijo burlón Carl.

-¡¿Cómo te atreves?! -dijo Lola, saltando sobre el chico y alzando una nube de polvo.

-Donde el Apestoso se haya ido, juro que voy a romperle todos los huesos -amenazó Lynn jr, sentada al interior con una lata de agua mineral, molesta por tener que ser una de las Damas de Honor tratando de llenar un vestido que jamás le quedó bien al pecho y reventó en el abdomen con sus tonificados cuadros.

-De hecho había ido a cambiarse la ropa después de semejante noche de excesos que tuvo por cierta persona -recriminó Lisa-. Entró a un edificio de la calle Rivera y a una zona silenciada.

-¿Y cómo sabes eso, cerebrito? -preguntó Lynn.

-Meh, una corazonada -mintió Lisa, guardando mal un aparato de radar.

-Pues más le vale llegar -acotó Clyde, vestido de rigurosa etiqueta y con cara de hastío-. Me tomó seis horas ir y venir porque Stella se sintió mal.

-Le dije a ese chico que no podía llegar tarde -acusó Rita-, ¡Se lo dije!

-Debe de tener un muy buen motivo para atrasarse -reconvino María con algo de mohín-. La que me preocupa es Ronalda.

-¿Y si Lincoln se fue a hacer bebés con ella? -preguntó inocente Lily, ganándose miradas incómodas por parte de las flamantes consuegras.

-Eso no se dice -reprochó Rita.

De la nada, las luces se apagaron, dando paso a la voz de una chica que fue pagada como animadora.

-Su atención, por favor -llamó dicha voz-, sean todos bienvenidos a la recepción por la boda Santiago, fuerte aplauso para la pareja mientras el servicio de su salón, El Palacio, tiene una presentación especial para la feliz pareja.

Como si de un acto se magia se tratara, numerosos surtidores descargaron a partes iguales agua en la fuente y llamaradas desde los barandales de la escalera. El espectáculo de luces y una generosa cortina de humo ayudaron a dar un ambiente casi místico al show, pues en el momento en que los haces celestes y verdes se fundían salió media docena de meseros de diversas complexiones.

Entre estos, destacaban una figura delgada cuya frente reluce brillante a causa del sudor y su cabellera blanca y otra bastante más curvilínea, misma que arrancó un par de suspiros por parte de algunos amigos de las hermanas Loud y un sonoro silbido de parte de Luna.

Entre ambos chicos, que por momentos se tenían de frente el uno al otro, era como si la magia del momento fuera para ellos y no para los convidantes. Tanto así que Lori, en un arranque de despecho, salió hecha una furia por los celos que sentía de su cuñada, como si Ronnie Anne le robara su día especial.

Como pudieron, se sincronizaron con el resto del personal, mismo que ejecutó su coreografía y malabares con las bandejas del servicio. En un momento, una pelota encendida fue lanzada hacia Ronnie Anne. Esta, pensando que era una agresión directa, bloqueó como pudo solo para que el ardiente proyectil diera de lleno en los pies de Lincoln, quien atajó sin querer dando por encima del pastel.

-Nunca… -jadeó Lincoln, cayendo en brazos de Ronnie Anne al acabar el acto-… volvamos a hacer esto.

-Eso planeo -replicó esta, no menos agitada.

Mientras se levantaban para incorporarse de lleno a su forzada labor, un desliz de Ronnie Anne le hizo ir de frente, y el lugar de aterrizaje no pudo ser peor en el presente contexto, pues una mano fue a dar a la pelvis del peliblanco. Este, por reflejo, se arqueó por el dolor inicial y…

-¡Si estaban haciendo bebés! -celebró Lily, ansiosa por no ser ya la menor de la familia.

… el tremendo beso que le plantó sin querer.

Media hora entre explicaciones, regaños y una acalorada discusión entre ambas madres y Rosa terminaron con los chicos un tanto apartados entre sí durante la celebración. Tan mal quedó Lincoln que estuvo a nada de irse a los golpes con Luan por el mero hecho de acercarse con una cámara para tomar los momentos de su "desgracia". Ronnie Anne, por su lado, abandonó intempestiva la fiesta sin mediar explicaciones de ningún tipo.

Horas más tarde, ya con el salón a medio recoger y con la mayoría de las familias en retirada por consideraciones a los niños, Lincoln estaba en la cocina, improvisando con unas rebanadas de pechuga de pavo y una suerte de bollos de aspecto quebradizo y textura suave y un tanto oleosa al tacto.

-Me dijeron que estabas aquí -dijo Ronnie Anne, vestida ya con su habitual pantalón azul marino a medio muslo y su sudadera morada.

-Felicidades por la deducción, agente Steele -celebró sarcástico Lincoln.

-Oye, perdón por meterte en líos -dijo disculpándose la latina.

-No hay problema -minimizó Lincoln, rellenando uno de los bollos-. No es nada que no hiciera por un amigo.

-Nada de esto va a ser igual -reflexionó Ronnie Anne en voz alta.

-Obvio que no va a ser igual -continuó Lincoln-. Luan no me va a hablar en semanas.

-¿Sigue resentida por el pastelazo de hace años?

-Más bien le dije donde podría meter su cámara si me seguía molestando.

-Y yo que pensaba que no tenías agallas para decirle algo así a nadie -rió Ronnie Anne.

Por primera vez, a Lincoln le gustó que le reconocieran eso. Tenía muy buenos motivos, pero el hecho de estar prácticamente solo y aguantar las impertinencias de Carl o los comentarios de sus hermanas por el incidente con Luan resultó menos doloroso. Donde incluso Clyde lo abandonó, Ronnie Anne le demostró apoyo.

-¿Vas a comerte eso? -preguntó Ronnie Anne, señalando las hojaldras- Se ve que no tuviste suficiente.

-De hecho es para ti -respondió Lincoln-. Ni siquiera me dejaron comer en paz y salí el resto de la fiesta.

Un ligero gruñido del estómago del peliblanco delató su mentira, pues en toda la velada no probó bocado, y con la fuerte discusión que tuvo con Lori mucho menos lo hizo.

-Eres un mal mentiroso, Patético -dijo burlona Ronnie Anne-. ¿Te ayudo en algo?

-Solo si me ayudas con la cena.

Preparando más bocadillos hasta tener una fuente decente, ambos no querían decirlo. La compañía les sentó bien, y hasta podrían decir que había cosas del otro que harían muy placentero el momento.

Sin quererlo, ambos se sentían a gusto. Daba igual si en un momento alcanzaron un mismo cuchillo o si la charla sobre lo que pensaban hacer en los próximos meses sonaba pretenciosa. Podían decir, sin temor a equivocarse, que algo podría estar creciendo entre ellos.

~x~

"¿Dónde se metió ese tarado?", se preguntó Ronnie Anne. Veía a Rochelle y cada vez las ganas de darle a Lincoln un espacio en la cama del perro.

~o~

29 de julio de 2023

Ronniecoln Week

Día 1

Cocinando

Por fin salgo de mi inactividad desde la pasada Stellacoln Week, y la verdad no podía ser mejor. Años y años de ver fan arts por estas fechas donde el Ronniecoln perfumaba el aire y yo estaba atorado con otros pendientes o se cruzaban shipweeks en las que ya estaba metido o salía de una muy cansado.

Al cierre de la edición, milagro. Ya ando por el quinto día, y lo regular es que esté por los días 3 o 4. No me malentiendan, pero en favor de Kylo Loud 95 y SunnyEclipse (uno impulsor por lo visto ya tradicional y una fan ultra del Ronniecoln) debo decir que dieron un mes entero entre la convocatoria y la puesta en escena. Si, me eché de cabeza en muchas cosas, me atoro con mi vida doméstica, pero ¿por qué no? Espero hacerlo bien con el por muchos considerado ship más tóxico de la serie que nos ha hermanado a muchos.

Espero que esta vez les guste el formato en que la presento. Es algo diferente a lo que he trabajado hasta ahora, así que están en libertad de relajarse, beber una copa o algo. Y se les agradece mucho si dejan review. Las respondo tan amable como me halle en el momento en que me halle. Para los nuevos, la retroalimentación es importante para saber qué hace bien o mal cualquiera, y si tengo errores, por favor. Para los veteranos, siempre hay una lección al día que entra de una forma u otra.

Por ahora me despido, gente. Mientras suena Vespertine (My Crimson Bride) de los estadounidenses Kamelot (Tommy Karevik no me convence todavía después de la salida de Roy Khan), les digo que esto apenas comienza, ya medio adaptado yo a la actualización de cochinada del teclado de GBoard. Por ahora...

It's showtime!

Sam the Stormbringer