Holaaaa, nuevo capitulo.
Quise hacer honor a uno de mis juegos
favoritos de la vida
Jajaja Ya lo verán.
Gracias por leer uwu
Todo lo reconocido pertenece a The legend of Zelda.
Link se alejó con velocidad del pueblo, siquiera pensó en mirar atrás. Un largo camino lo esperaba por delante, la determinación de salvarla era, como siempre, su motor.
Sabía que atravesaría una largo recorrido por lo que no aminoraría su paso, faltaban horas para el amanecer y eso hacía de los caminos un peligro latente, pese a haber acabado con Ganon aún había hordas de monstruos distribuidas por el reino, y él, temerario y valiente se aprovecharía de peligrosos atajos con tal de llegar a su destino lo antes posible.
Zelda siempre había sido clara con el, cuando se trataba del peligro siempre lo enfrentaba con gran valor pero eso a veces era contraproducente, pues podía ser un poco descuidado de su propia seguridad, y sí en ese momento su seguridad no podría importarle menos, lo único que pensaba con claridad era en esa escena en la cocina en Hatelia, no podía volver a repetirse.
Pasaron unas cuantas horas, la noche pronto revelaría el amanecer cuando se encontró enfrentándose a una bestia que bloqueaba el único camino, un puente. Observó con el sigilo de un felino a la bestia. Era enorme pero Link nunca se dejo intimidar por el tamaño de su oponente, no podría pasar con su caballo y esto le quitaría tiempo en su recorrido por lo que su única opción era, por supuesto, pelear.
Se bajó de su caballo con habilidad. Y se acercó lo suficiente, sacó su arco y con una flecha certera atrajo su atención, la masa de carne roja se giró hacia el con las diminutas piernas que a penas y podían contener el peso de su cuerpo. Caminando amenazante en su dirección, Link aprovechó en ángulo insertando una flecha directa a su ojo brillante color amarillo, cuando la vio caer corrió y ayudado de su eterna compañera, la espada maestra, destruyó a la bestia en un santiamén.
Aquel seria solo el primer enfrentamiento de muchos que se encontraría en el camino.
Aunque en ese momento estaba especialmente temerario y hasta cierto punto, descuidado.
Atravesó el puente de madera con su caballo, y siguió su camino, llegar al castillo le costaría al menos dos días por lo que no quería desperdiciar el tiempo.
En Kakariko.
¿Qué era eso? La figura de una persona, rodeada de sangre tirada sobre el suelo, una daga clavada en el pecho, su perfil, lo conocía…
¿Por qué le sonaba tanto aquel rostro? Se acercó a paso suave, ligero hasta quedar frente a él, estaban en un bosque, una fuente sagrada brillaba por la luz luna detrás de ellos cuando lo reconoció.
El terror y el miedo, se anidó en su pecho agachándose, su vestido blanco se manchó de su sangre cuando sus temblorosas manos lo tomaron.
Link.
Lo atrajo a su pecho y lloró amargamente, sentía que le hubiesen arrancado el corazón del pecho.
Fuiste tu… Dijo una voz siniestra, irreconocible.
-No, no, no…. – Link estaba frío en sus brazos – Por favor no… - Gimió, lagrimas gruesas caían por sus mejillas mientras aferraba su cuerpo inerte con todas sus fuerzas.
Y entonces despertó, sudada y agitada, vio el techo iluminado por la luz de la mañana, su pecho subía y bajaba al ritmo de su respirar. Comenzó a llorar presa de aquella imagen, tan real, tan… horrible.
"Ven a mi" Escuchó a su oído y se estremeció. Se estaba volviendo loca, sin él era tan débil a la oscuridad. Como si pudiese dominarla, se levantó abrazándose a si misma, Paya dormía a su lado, tenía el sueño muy pesado, no la había escuchado aún pese a su llanto. No quería preocuparla a ella ni a nadie, se había guardado esos sueños para si misma.
Eran eso… Solo sueños
Ganon queriendo cobrar el control de ella y de su poder.
Ese día comió poco, sentía el estomago cerrado y algo pesado en su pecho. No podía ignorarlo mucho más tiempo, quizá quería matarle desde adentro, un escalofrío la recorrió, debía pensar en Link él estaba luchando por ella, no podía caer tan débil por su sola ausencia.
Y de pronto, en la noche cuando se dispuso a dormir de nuevo, sucedió, ajeno a ella, empezó a temblar gritando al ver a la bestia al pie de su cama, deformada, con sus extremidades grotescas y el aura maligna brotando de su cuerpo, una alusinación, Zelda empezó a temblar antes de gritar sonoramente, atrayendo a los habitantes en la casa.
Empezó a toser sobre la cama, temblando cerró sus ojos debía concentrarse, eso no era real, era una jugarreta de su mente. No podía ser real -¡ZELDA! -Escuchó la voz de Paya muy lejana, como si estuviese gritándose desde la sima de una montaña y todo se puso en negro. Al abrir los ojos estaba dentro del castillo, frente a la bestia, con su vestido de sacerdotisa conteniéndola. Extendió su mano hacía ella y sintió como succionaban su poder, como lo arrebataban desde su mano
-¡Zelda reacciona! – Gritaba Paya, sujetándola. Estaba convulsionando sobre el colchón.
Zelda en su mente lo vio de nuevo, como la muerte y destrucción era su culpa, su entera culpa por su debilidad. Ahí estaban todos sus seres queridos, caídos en batalla, el agujero en su pecho creció Haciéndole sentir miserable, empezó a llorar.
Paya pudo ver como se levantaba sobre la piel de Zelda una aura maligna, dolía tocarla, como si quemara pero no la soltó. No podían dejarla perderse, no solo por ella, sino por todo el reino.
- Zelda debes aguantar - Estaba asustada pero no la soltó, Impa empezó a rezar a las diosas sujetando a su pupila con todas sus fuerzas. Y como si fuese arrastrada por el mar poco a poco fue recobrando la consciencia, en el borde entre la realidad y la locura se encontró una voz suave que la atraía con calma hacia la orilla.
Una voz que no reconocía pero que le generaba paz a su corazón
Hasta que despertó abruptamente, sudada, sentía sus extremidades adoloridas por el forcejeo.
- ¿Estas bien? - pregunto la joven asustada, Zelda asintió débilmente, Impa entonces se acercó.
- Debes ir a las fuentes, fortalecer tu poder quizá ayude -
- Link dijo que podría ser peligroso - Repuso Zelda con dificultad, aún reponiendo el aire, se sentó débilmente sobre la cama, sentía el cuerpo sucio, se acomodo la bata blanca intentando recuperar el aliento. - Lamento mucho ser una carga para ustedes.. - Se sentía avergonzada, no quería ser solo un estorbo.. sabía lo ocupadas que estaban intentando mantener la tranquilidad en el reino.. se sentía inútil avergonzada…
- No es tu culpa.. – Fue Paya quien habló, Zelda sintió su cálida mano acariciando su hombro. Reconfortándola.
- No pienses así. Tu nos cuidaste a todos tanto tiempo... esto no es nada - Zelda no pudo verlas a los ojos, se sentía tan mal de sí misma.. no cabía en su cabeza la idea de que ella hubiese sido de ayuda para nadie, lo único que había hecho en esos 100 años, era remendar su error..
- Te prepararé el baño, te sentirás mejor después de una dicha caliente - Intento animarle Impa, ella sonrió a penas agradeciendo aunque la sonrisa fue vacía, como ella.
En el Castillo
Entrar al castillo había sido toda una osadía. Pese a haber exterminado a aquella bestia aún había monstruos poderosos distribuidos por los pasillos, como se veía venir Link había sido herido en combate y pese a llevar pócimas sanadoras tenía una gran herida que cuidar en esos momentos, pese al dolor se había abierto paso a los pisos subterráneos de la estructura, su andar era firme, llevaba consigo víveres para pasar varios días encerrado pero de terminarlos tendría que salir a la superficie lo cual le llevaría más tiempo.. Por lo que por primera vez en su vida como guardian estaba desesperado por terminar aquello lo más pronto posible al punto de ser descuidado, se abría pasó en los oscuros pasillos con una antorcha como única iluminación sin temor a encontrarse con enemigos..
Sabía que debía cuidar se integridad sin embargo.. pensar en Zelda y en su bienestar lo hacía caer en la desesperación, los pasillos húmedos y estrechos parecían un laberinto sin fin, se había encontrado a su paso largos lienzos tallados en piedra que describían la historia de Ganon, de los Sheikas pero aquella historia se la sabía ya de pies a cabeza, solo le quedaba ir allí, donde nadie había llegado en cientos de años.. ¿cómo encontrar cosas que nadie más había visto?
Llegó entonces a una amplia habitación oculta, supo que ese lugar era importante al encontrarse frente a una puerta de madera enorme, coronada con dos figuras de piedra altas a cada lado, le llamó la atención especialmente la espada que portaba una de las figuras, muy parecida a la espada maestra, la cual brillo tenuemente iluminando las paredes de piedra de un color azul. Link se puso alerta, antes de acercarse a dicha puerta, como se esperaba, esta estaba cerrada. Supuso que podría vencer la madera vieja a punta de golpes, en otra situación su primera idea hubiera sido encontrar el acertijo. Pero no tenía tiempo de estar buscando la forma de abrirla.
La espada brillo de nuevo, si. Ahí había algo... estaba en las profundidades del castillo, debía haber algo... contaba los días pese a no recibir señales del exterior y ya se había tardado más de lo esperado, dos semanas habían pasado.. no quería hacerle esperar más tiempo, pateo la puerta con frustración y la golpeó con los puños, era madera sólida por lo que se lastimo los nudillos, consciente de que no lograría nada inspeccionó la zona, siempre había pistas, si se fijaba con atención.
Suspiro entonces intentando calmarse. El fuego de su antorchas tintineaba en las paredes, cualquiera en ese lugar se le hubiera helado la sangre. Era tenebroso y abrumadoramente solitario, cualquier ruido ajeno a él, significaba peligro y entonces lo escuchó de repente.
Un sonido provenía de dentro de aquella habitación ¿eso era música? Frunció el ceño acercando su oreja a la puerta. Una melodía casi imperceptible se escuchaba desde el fondo de aquella habitación sellada, se extrañó de inmediato. Era imposible que alguien estuviese dentro. Por lo menos alguien vivo.
Fue entonces cuando se alejó un par de pasos, vislumbrando claramente cada rincón de aquella pared, era de piedra oscura, lo único que destacaba eran los figuras de piedra a cada lado, eran finos tallados, dos hylianos.. y encima el símbolo de la familia real, recordaba haber visto aquella marca en la mano de Zelda antes de caer en la inconsciencia cuando ella utilizó sus poderes salvándolo, pensó entonces que solo la familia real podría abrirla.. pero una puerta.. es una puerta. Si esta cerrada había forma de abrirla.
La espada volvió a brillar.
- ¿Puedes ser más clara? - Soltó el hyliano con brusquedad pero no tuvo respuesta. Se acercó de nuevo. Esta vez solo poso su mano sobre la manija de metal oxidada cerrando sus ojos intento de nuevo abrirla
- Por favor.. - Suplicó si es que alguna diosa pudiese escuchar su desesperación e intentó empujar la puerta de nuevo, como si los cielos lo oyese esta rechinó, vencida ante la fuerza del muchacho, abriéndose lentamente, con un sonido que hizo eco en los pasillos de aquel laberinto, suspiro aliviado cuando pudo entrar.. no tenia idea de como había logrado abrirla pero ahi estaba, el piso y las paredes eran de mármol con decoraciones doradas, antorchas distribuidas en los alrededores iluminaban la habitación, al centro se encontraba una piedra finamente tallada, pese a lo hermoso que resultaba el lugar se encontró un poco decepcionado.. no parecía que hubiese a encontrado pistas ahí aunque era por más extraño que todo luciese tan limpio pulcro como si el tiempo se hubiese detenido allí hace centenares de años.
Se adentró lentamente en la estancia y entonces siguió la música, esta provenía de un pasillo al fondo, era un instrumento de viento. No sabía definir cuál.. sonaba como una flauta.. camino con cautela, no tenía caso ocultar su presencia.
Y entonces la vio, la figura espectral de una mujer, se había cruzado con fantasmas a lo largo de su vida, conocía su esencia y su apariencia también sabía que eran inofensivos.. por lo que no tuvo temor de acercarse, la música se detuvo cuando la mujer se volteo hacia él, su cabello era largo. Llevaba ropajes reales, era hermosa de una forma elegante, sus ojos, tenía un aspecto sumamente sofisticado, link se quedó anotado, se parecía tanto a Zelda.. pero no era ella.
La mujer le ofreció una sonrisa suave y floto hacia el, parándose frente al muchacho, brillaba color azulado pero podía ver perfectamente cada facción de su rostro.
- Link. Portador de la espada maestra… Te había estado esperando... - Link frunció el ceño, no había visto a esa mujer nunca, no que recordase.
- ¿Quién eres? - Preguntó el
- ¿Quien soy? Ahora solo soy un recuerdo lejano. Antes fui la reina de Hyrule - Link abrió mucho los ojos y dio un paso hacia atrás, era la madre de Zelda.. por eso el parecido, tardó un poco en darse cuenta antes de dejarse caer sobre su rodilla bajando el rostro con aquel saludo cordial ante una figura real, escucho la suave risa espectral de la mujer - Tranquilo, puedes levantar el rostro.. tenemos que hablar- Le animó entonces.
Él obedeció entonces, se levantó y siguió con la mirada a la mujer, lo recordó entonces. El era muy pequeño cuando la vio en ceremonias que reunían a los pueblos. La veía de lejos, sentado en los hombros de su padre.. definitivamente era ella pero ¿porque seguía en el castillo? ¿Por qué ahora?
- Supongo que mi adorada hija está pasando por tiempos difíciles.. - Empezó
Link asintió - He venido por respuestas. Quiero ayudarla..-
- Lo sé.. tuve en vida el poder de más visiones.. . - Explicó ella - Supe que mi hija tendría dificultades desde el momento que la concebí.. la traje a ese mundo con responsabilidades que nadie más podría tener.. – Había cierta nostalgia en su voz. Tristeza y hasta arrepentimiento - Joven link, ella es la reencarnación de la diosa Hylia - La mirada de la reina notó entonces que él ya lo sospechaba. Las leyendas lo decían pero solo le faltaba confirmarlo..
- Su destino siempre será cuidar al reino del mal, eso es inevitable - Link apretó los puños. No quería interrumpir pero de pronto estaba maldiciendo a sus ancestros.. ¿por que ella? - Su destino siempre estará ligado al tuyo.. no creas que el amor que guardan el uno por el otro.. Es reciente, es un amor que ha traspasado los tiempos desde hace miles de años.. - La observó atentamente sin entender muy bien a que se refería, la reina comprobó la confusión en el rostro del muchacho por lo que sonrió ligeramente.
- Tu alma.. es el alma del elegido, ustedes han estado unidos desde la creación de nuestro mundo.. - Link no estaba entendiendo. Más bien no quería entender...
- Pero.. - Quiso interrumpir por primera vez pero la presencia atrapante de la reina lo hizo callar en el acto
- Se lo que piensas, su alma y la tuya pese a existir desde tiempos lejanos.. No construye lo que son hoy en día.. - Me dio tranquilidad saber que ella te tendría a su lado para vencer todos los males que debía enfrentar link.. no puedo más que estar agradecida de que mi hija te tenga a su lado.. perdóname por dejarte esta carga a ti.. - El miro el suelo, estaba confundido... no entendía del todo a lo que se refería la reina pero una cierta parte en su interior se alegro de saber.. que ella no hubiese estado en desacuerdo de la relación que tenía con Zelda..
- No se como ayudarle ahora.. ella está.. - Quiso explicarle había cierta desesperación en el timbre de su voz
- La culpa es un sentimiento muy fuerte y maligno Link, este permitió que Ganon entrase en su ser.. Ella aun se siente culpable de lo que sucedió hace 100 años.. sino logras quitarle esos sentimientos.. ella podría perderse.. si lo hace.. seria el fin para ella y para todos.. Fanon esta débil pero si consume su esencia divina.. su poder será devastador.. - A link se le heló la sangre y el aire abandono sus pulmones. Un dolor se acento en su estómago... le tembló la mano en torno a la espada, eso no era algo que pudiese resolver con una batalla.. ¿Como podría hacerle entender que nada de lo que paso fue su culpa como podría?
- ¿Que hago? - Preguntó desesperado, la reina notaba su desesperación. Ella sabía que eso pasaría, era esa la visión que la tenía presa en el castillo oculta hasta que el momento llegase , era aquello lo que hacía que mantener las fuerzas para ayudar a su hija en el momento oportuno.
- Por eso estoy aquí, para ayudarte a ayudarle.. - Una sonrisa triste apareció en sus labios - Sabía que no podría hacer nada contra Ganon. Sabía que no podía hacer nada hasta ese momento.. - Parecía triste, extendió sus manos con aquel instrumento con el que antes estuvo tocando música hacia Link.
-Este es un instrumento ancestral en la familia real proviene de otra dimención, se ha utilizado para invocar, para modificar el tiempo e incluso el clima. Posee un poder sumamente peligroso por lo que ha estado confiscado en esta habitación desde hace cientos de años..- Link lo tomo entre sus manos era una ocarina, conocía de su existencia pero no podía imaginarse que un objeto tan inofensivo tuviese el poder que la reina le decía.
- Pon atencion, te enseñaré la canción de invocación - Esta vez se mostró más seria, Link la observó, guardo la espalda en su funda, recibió una pequeña lección sobre aquella melodía que le resultó familiar, tardó poco tiempo en memorizar los movimientos que la reina le proponía, cuando ella estuvo conforme asintió.
- Debes convocar a los espíritus de los heroes frente a ella.. son ellos los que tendrán que podrían convencerla de que no fue su culpa.. si ellos no lo logran.. nadie más lo hará.. -
- ¿Pero cómo hago eso?
- Primero debes buscar sus espíritus y avisarles sino no escucharán tu llamado..- link suspiro.. lo supuso.. asintió..
- Será mejor que me de prisa.. - Expresó.
- Si..
Link guardo la ocarina.
- Una vez que termines devuelve la ocarina a esta habitación y no le digas a nadie de su existencia.. Se ha utilizado para cosas terribles antes.. será una desgracia que estuviese de nuevo fuera.. - Expresó la reina, Link asintió - Y link... - El la miro
- Gracias por cuidar a mi hija.. - Había nostalgia en su rostro, Link emitió entonces una sonrisa apagada pero había sinceridad en el.
- La cuidaré siempre-
Dicho aquello salió con velocidad, emprendiendo un viaje más largo de lo esperado.
La reina lo observó partir antes de desaparecer en un aura luminosa dejando caer una lagrima al suelo.
Espero les haya gustado, nos vemos en el siguiente :3
