Liam despertó, tan a tiempo como lo hacía casi siempre. Se puso su uniforme tan rápido cómo pudo, Jack todavía no despertaba, pero cuando lo hizo, vio a Liam ordenando sus libros alegremente.

-Liam, tranquilo amigo – dijo Jack metiendo El monstruoso libro de los monstruos a su mochila

-estoy tranquilo – sonrió Liam y se colgó su mochila estilo portafolio al hombro – te veo abajo

-oye! ¡Espérame! – Jack salto a su mesita de noche y tomo su varita, se puso la mochila y alcanzo a Liam

La sala común de gryffindor brillaba con el sol, alumnos de diferentes grados se encontraban ahí, dispersos y saliendo.

-hmmm, veamos, un poco de esto y… esto! – decía Liam tomando sus alimentos en el gran comedor

-estas muy feliz, por qué será? – dijo Emma viendo a Liam

-estoy muy emocionado, es todo – contesto Liam mientras pasaba su alimento

Liam, Emma y Jack habían escogido Cuidado de Criaturas mágicas como materia optativa, así que cuando terminaron su desayuno, fueron los 3 a clase. La clase, según el horario, se encontraba cerca de la cabaña de Hagrid, un hombre alto que los chicos ya habían conocido en su primer año, el los guío hasta el colegio el día en que llegaron, también les respondió algunas preguntas sobre acromantulas. Liam también lo solía ver de vez en cuando en otoño, por qué hacía llegar buenas calabazas a la cocina.

-vamos, acérquense! – cantaba Hagrid al lado de su cabaña – oh, hola ustedes tres – dijo cuando los chicos se acercaron

-hola – saludo Liam

-qué tal? ¿Todavía siguen interesados por acromantulas? – pregunto Hagrid sonriente

-eh… jeje, algo – río Liam

-sí, son muy interesantes – río Jack

-oh, genial, me alegra! Ojalá McGonagall por fin las aprueba en mi temario – río Hagrid

Liam definitivamente no quería que eso pasara, las acromantulas no le agradaban en nada, lo único que compartía con ellas era su miedo a las serpientes. A la cabaña llegaron alumnos de demás casas, Ravenclaw y Hufflepuf, pero para desgracia de el pobre Liam, Amanda no se apuntó a cuidado de criaturas mágicas.

-ya están todos? – dijo Hagrid viendo una lista y contando cabezas – sí, entonces, vengan, acompáñenme

Hagrid hizo un gesto y guío a los alumnos a el bosque prohibido, pero a diferencia de lo que Liam pensaba, no fue a la oscura y aterradora zona del bosque, si no a una muy agradable, con grandes árboles que dejaban entrar a los rayos del sol. Ahí, se encontraba una cerca, tanto de piedra como de madera, Hagrid entro un momento a ella e indico que lo esperarán, un rato después, se apareció de nuevo, con grandes hipogrifos detrás de él.

-Hipogrifos, es su primera lección – dijo Hagrid emocionado

-entonces por eso vimos un hipogrifo? – le susurro Jack a Liam

-sí, ese se parece – dijo Liam apuntando a un hipogrifo gris

-los hipogrifos son muy orgullosos, tienen que tener cuidado por qué se molestan muy fácil, si tuvieran la desafortunada oportunidad de hacer enojar a uno, bueno, entonces pueden dar por terminada su vida – explico Hagrid

-ja, a quien se parecerá – río Jack y vio a Emma

-pues sí, sigue diciéndolo y todo se cumplirá – dijo Emma molesta

-…Pero no teman, estos están ya domesticados, pero aun así siguen siendo peligrosos, así que tengan mucho cuidado, ahora, ¿quién querer ser el primero en presentarse? – sonrió Hagrid

La clase entera empezó a cuchichear, obviamente nadie quería hacer enfurecer a un hipogrifo. Pero Liam se sentía demasiado feliz esa mañana como para pensar en su vida, así que se ofreció.

-Y-yo! – dijo Liam avanzando y alzando la mano

La clase vio a Liam, hicieron una expresión de sorpresa y empezaron a hablar entre ellos.

-Oh, genial, ven aquí, Liam, ¿verdad? – dijo Hagrid tomando un hipogrifo

-sí, Liam – confirmo

-ok, abre la cerca y acércate a mi despacio – Hagrid le indico a un hipogrifo que se quedará quieto y fue hacia Liam

Liam abrió la puerta de la cerca, Hagrid lo tomo del hombro.

-bien, miren ustedes también – dijo Hagrid viendo a los alumnos – acércate un poco

Liam dio unos pasos, el hipogrifo centro su mirada en él.

-se llama Butterwing, espera a que el haga el primer movimiento – explico Hagrid

Así lo hizo, Liam vio al hipogrifo, quién lo analizó e hizo un movimiento con su pata

-bien! ¡Los hipogrifos son educados, algo a favor de ustedes! – explico Hagrid – ahora, acércate a él muy despacio, inclínate y espera

Liam, muy despacio, camino hacia Butterwing y cuando estuvo a una proximidad considerable, se inclinó y espero.

-Quédate quieto, si él se inclina también, podrás tocarlo, si no lo hace, retrocede rápidamente – dijo Hagrid tranquilamente

En cuanto Liam escucho eso, se empezó a replantear en donde estaba. Sus piernas empezaron a temblar un poco, y Liam notaba como sus palmas empezaban a sudar.

- (inclínate por favor, por favor) – pensaba Liam viendo las piernas del hipogrifo, eran piernas de caballo, al menos, las traseras, pues las delanteras eran de águila.

Esperó… finalmente, Liam vio la cabeza del hipogrifo inclinada ante él, agradeció para sus adentros.

-bien, ya puedes tocarlo, pero hazlo despacio – dijo Hagrid

Liam levantó la mirada, vio al hipogrifo, que le devolvía la mirada, extendió su mano muy despacio, hasta que tocó su pico, el hipogrifo hizo un pequeño sonido. Ya de cerca, Liam podía ver a Butterwing, su cabeza era obviamente de un águila, era de color dorado, el cual se extendía hasta sus alas, el resto del cuerpo era blanco.

-bien, muy bien! – aplaudió Hagrid contento, sus compañeros también aplaudieron sorprendidos – ahora…

Hagrid se acercó a Liam, lo tomo con sus grandes manos y lo subió a la espalda del hipogrifo, quién se sacudió un poco, pero lo permitió.

-te apetece un pequeño paseo, Butterwing? – sonrió Hagrid, Butterwing hizo un sonido como de afirmación – bien, agárrate bien Liam, pero no de las alas, sostén su cuello

-que? – dijo Liam, pero antes de que pudiera procesarlo, Hagrid dio una palmada y Butterwing alzó sus grandes alas, Liam tomo al hipogrifo del cuello

Butterwing entonces empezó a correr hacia delante, antes de llegar a la cerca dio un gran salto y batió sus alas, inmediatamente despegó y en medio segundo Liam se encontraba cada vez más alto. Finalmente, Liam pudo ver el amplio cielo azul, los terrenos del colegio y el gran lago, Butterwing volaba a gran velocidad, pero batía sus alas doradas con delicadeza.

-INCREÍBLE! – río Liam en el aire

La verdad, tenía que reconocer que volar era una experiencia altamente emocionante, sentía el fresco aire pasar por su cara. Era una sensación de libertad enorme, Liam entendía en ese momento como se sentía Emma al volar con su nimbus 2000. ¡También estaba muy feliz, estaba volando! Por primera vez, no sentía el miedo de caerse de la escoba, también era la primera vez que volaba solo, entre comillas, por qué Butterwing era su compañía. Eran estos momentos los que hacían que Liam se alegrará por ser un mago. Finalmente, Butterwing regreso a el punto de partida, los alumnos recibieron a Liam con aplausos, Liam vio que los demás ya estaban enfrente de los demás hipogrifos, algunos incluso ya podían acariciarlos.

-fue genial! ¡Adoro esta clase! – dijo Liam muy contento, cuando regresaban al castillo

-igualmente! – río Jack – WOW, es que enserio, son geniales!

-sí, sí, se vio genial – dijo Emma – cómo se siente volar Liam? ¿Divertido no?

-definitivamente! – respondió Liam acomodando su pelo, desordenado por el viento

-jaja, y… ah, ahora toca Adivinación – suspiro Jack

-les toca Adivinación – río Emma – yo me iré a divertir a Estudios Muggles

-suerte con eso – suspiro Jack

Pero el trayecto hacia la clase de Adivinación no fue exactamente mejor que su primera clase. Liam y Jack se perdieron unas cuantas veces, llegando a partes del colegio que ni siquiera sabían que existían. Pero al final, llegaron, muy cansados, tenían que subir una larga escalera de caracol.

-Rápido Bellacos! ¡No pierdan tiempo! – decía un caballero, acompañando a los alumnos por entre los numerosos cuadros

-eso intentamos! – contesto Jack – demonios, ¿cuánto falta?

Su pregunta fue respondida inmediatamente, cuando Liam y Jack se toparon con unos alumnos que subían por una trampilla, como si de un ático se tratase. Jack y Liam subieron, muy confundidos, al llegar arriba, un fuerte olor los embriagó, empezaron a toser. Un aula oscura se hallaba ante ellos, con las cortinas cerradas y un extraño humo morado llenando la habitación. Liam y Jack tomaron asiento juntos, como lo suelen hacer.

-Buenos días – dijo una bruja con cabello rizado y esponjado, con unas gafas enormes que ampliaban sus ojos. Hablando de gafas, Liam tuvo que ponerse las suyas de lo oscuro que estaba el aula – yo, soy la profesora Sybill Trelawney, y les enseñaré el hermoso arte de la Adivinación, pero, tienen que tener en cuenta que está clase no es para los de mente cerradas, Abran sus mentes, ¡localicen su tercer ojo! Entonces les podré enseñar

Liam vio extrañado a Jack, quién le regreso la mirada, definitivamente la materia se escuchaba mejor de lo que estaba siendo.

-Las hojas de té nos dicen mucho sobre el futuro – explico Trelawney – hoy, para comenzar sus estudios en la Adivinación, comprenderemos el arte de la tesomancia

-teso qué? – le susurro Liam a Jack

-Tesomancia, cariño – le respondió Trelawney – tu nombre?

-ah, eh… Liam, Liam Baker – contesto asustado, habría jurado que susurro eso y no lo grito

-bien, Liam, puedes ayudarme con las tazas? – dijo Trelawney abriendo un armario con tazas de té adentro

-ah, s-si – Liam se levantó apresuradamente y tomo un par de tazas

-repártelas – dijo Trelawney tranquilamente

Liam así lo hizo, con cuidado de no romper ninguna, empezó a darle tazas a sus compañeros, Liam noto que había muchas más chicas en la clase que chicos, muy pocos alumnos de Ravenclaw se encontraban ahí.

-a ver, entonces… la bellota quiere decir que… serás millonario… pero… pero está el… halcón? Entonces vas a ser millonario, pero… te vas a encontrar a tu peor enemigo – dijo Jack leyendo la taza de Liam y el libro de Adivinación, la profesora Trelawney los había puesto a tratar de adivinar el futuro de sus compañeros con las hojas del té

-Y tú… tú tienes al… al sol, o sea que vas a ser feliz… y también tienes… una porra… entonces… vas a ser feliz, ¿pero te van a dar un golpe? ¿Vas a ser feliz por eso? – leyó Liam

-hmmm, déjame ver – dijo Trelawney tomando la taza que Jack leía, o sea, la de Liam – sí, sí, oh! Uy, será mejor que ahorres el dinero

La profesora Trelawney dejo la taza y fue a ver a la pareja de al lado, unas chicas de gryffindor.

-cómo que lo ahorre? – dijo Liam y tomo su taza rápidamente

-hmmm, oh, AH! Lo siento mucho, chiquilla, lo siento mucho, no pasarás de octubre – sollozo Trelawney y dejo la taza

-QUE?! – chillo una chica de cabello negro

Definitivamente, una clase que Liam no quería repetir, no quería profetizar la muerte de Jack, pero, algo extraño que noto es que según la profesora Trelawney, muchos de sus compañeros no pasarían de octubre.

-no sé qué le voy a decir a mamá, se pondrá muy mal! – lloraba la chica.

Ahora, la clase se había movido a Transformaciones, con los Ravenclaw. Las amigas de la chica la consolaban.

-tranquila Jennifer – trataba de calmarla Jack dándole palmaditas en la cabeza – a mí me van a dar un buen golpe

-pero vas a pasar de octubre! – lloraba Jennifer

Más pronto que tarde, la profesora de transformaciones entro al aula, pero no venía sola, estaba acompañada de la directora McGonagall. La profesora de transformaciones era Amelia Scott, una bruja joven, de cabello castaño y largo, era una buena amiga de Liam, esa amistad le traía a Liam, contrario de lo que podrían pensar, un esfuerzo mayor en transformaciones, pero él estaba de acuerdo en eso, la materia le gustaba mucho, y siempre que lograba un complicado hechizo se llenaba de felicidad, y le sumaba unos cuantos puntos a gryffindor.

-vienen de Adivinación, ¿no? – dijo la profesora Amelia viendo a los alumnos muy tristes

-sí, ya sabes Amelia, ejem, a ver, chicos, en orden! – dijo McGonagall, la clase tomo asiento – debo decirles que no tienen de que preocuparse aquellos que acaban de salir de Adivinación, la profesora Trelawney siempre profetiza la muerte de alguien

-enserio? ¿Entonces no me voy a morir? – dijo Jennifer, con un tono de esperanza en su voz

-eh… claro que no señorita Bell, ejem, puede empezar la clase – dijo McGonagall a la profesora Amelia

- ¡Ah, ah sí! Ejem, B-buenos días chicos – dijo la profesora Amelia algo nerviosa – bienvenidos a su tercer año, e-empezaremos este ciclo con una lección muy emocionante, están listos?

-Sí? – contestaron algunos alumnos

-bien, genial! – dijo la profesora Amelia con una risita nerviosa – el primer tema de nuestro ciclo es… animagos!

La clase dio un suspiro de sorpresa, en especial Liam, quién volvió a emocionarse. La Profesora Amelia saco un libro, empezó a leer una explicación muy emocionante sobre que era un animago, magos que usaban sus habilidades para transformarse en animales.

-son muy raros, como es un proceso muy largo, no muchos magos lo hacen – explico la profesora Amelia – el día de hoy, la profesora McGonagall nos hará una demostración en vivo sobre los animagos!

-enserio?! – dijo la clase sorprendida

-la directora es una animaga?! – dijeron unos chicos

-presten atención – dijo McGonagall, entonces, de un momento a otro McGonagall se transformó en un gato atigrado

La clase entera dio un suspiro de asombro, empezaron a aplaudir emocionados. Liam vio como McGonagall regresaba a su forma humana sin dificultad, entonces algo dentro de él le empezó a susurrar algo. Finalmente, la clase acabo, los alumnos recogían sus cosas, pero Liam se acercó a la profesora Amelia y a McGonagall

-hola profesora – dijo Liam nervioso

-oh, hola Liam, que te pareció la lección de hoy? – dijo la profesora Amelia contenta

-muy divertida! De hecho… – Liam tomo aire – profesora

-sí? Dime – dijo la profesora Amelia confundida

-quiero ser un animago! – dijo Liam con total seguridad