La pareja se retiró, dejando a los seres terminando de degustar la comida que la mujer les había preparado

Aún te pones nervioso al recordarla... No te preocupes, tal vez la veas en la boda

Aquellas palabras no abandonaban la mente del joven, quién, sin darse cuenta, había clavado sus ojos en el suelo, sin parpadear

- Me estas preocupando Inuyasha - la voz del niño lo trajo de nuevo a la realidad

- ¿He? ¿Por qué?

- Has estado demasiado pensativo... y te alejaste a hablar a solas con Kikyou, no me digas que te gusta y recién has decidido confesarlo

- ¡¿Qué demonios estas diciendo?! - gritó - ¡No es en ella en quién estoy pensando!

- ¡Ajá! - se elevó, poniéndose de pie - ¡Entonces si estas pensando en alguien! Dime... ¿Quién es?

- Engendro... - entrecerró sus ojos al notar que había caído en la broma del pequeño - Eso no es algo que te incumba a ti - también se puso de pie - Ven, vámonos antes de que algún demonio nocturno perciba tu olor y venga a comerte

El zorrito se encrespó y, atemorizado, saltó al hombro del hanyo, aferrándose con todas sus garras a su haori, mientras él comenzaba a caminar, adentrándose más al bosque

Mientras tanto, en la aldea de los humanos...

- ¿Estas bien mi amor? - preguntó Naraku, mientras ingresaban a la cabaña

- Si, querido - lo miró, sonriendo levemente - Es sólo... que me agradaría que Inuyasha aceptara venir aquí, al menos un tiempo

- A mi también - suspiró - No sé que habrá ocurrido, para que no quiera regresar

- Es algo que le corresponde decir a él, lamento no poder platicarte más sobre el tema

- No te preocupes - ambos se sentaron, uno al lado del otro. Él la miró - Todavía no puedo creer que serás mi esposa en unos días

- Naraku... - desvió la mirada, avergonzada

Se tomaron de las manos, al mismo tiempo en que ella apoyaba la cabeza en el hombro del moreno. Dirigió sus ojos castaños a ellas, observándolas con detenimiento

- ¿Ocurre algo? - preguntó, al percatarse de que el cuerpo de la muchacha se había tensado

- No - respondió en un suspiró - Sólo... recordaba aquel momento en el que...

- Oye - tomó su rostro, provocando que girara - No puedes vivir pensando en el pasado, ésta es tu apariencia ahora

- Gracias - sonrió, cerrando sus ojos mientras él le daba un tierno beso en la frente

Criaturas extrañan habitan en los bosques nocturnos, seres, de los que deben cuidarse...

- ¿Estas seguro de que es una bruja? - preguntó el niño

- Si, todo el lugar apesta a desagradables conjuros

Ambos se encontraban escondidos detrás de un árbol, observando a la joven mujer, quién se encontraba de espaldas, arrodillada, mientras algo brillaba al frente de ella

- Será mejor que nos larguemos o podemos meternos en problemas - susurró el híbrido girando, sin embargo, en ese momento, algo atravesó el árbol y, por unos centímetros, no impacto en una de sus manos

- ¡¿Qué fue eso?! - gritó el niño, aferrándose con mayor fuerza al hombro del hanyo

- ¡Maldita! - gruñó, volteando

- Un pequeño zorrito... justo lo que estaba necesitando - sonrió Tsubaki

- ¡¿Qué... qué dijo?!

- Shippo - murmuró Inuyasha - A mi señal, corre hacia la aldea y busca a Sango o Kikyou

- Pe... pero...

- ¡Solo hazlo! - lo tomó por la cola, lanzándolo lo más lejos que pudo

- ¡Eres un idiota! - rio la bruja, extendiendo la palma de su mano, de la cuál, una serpiente brotó, siguiendo a toda velocidad al niño

- ¡Demonios! ¡Corre Shippo!

El niño oyó a lo lejos el grito de su compañero y, a pesar de sus esfuerzos, aquel animal logró alcanzarlo, enroscándolo y mordiendo su cuello

- I...Inuyasha - murmuró antes de desmayarse

- ¡Shippo! - llegó tarde, sin embargo, en un acto inconsciente, tomó a la serpiente con sus propias manos, alejándola del niño - ¡Garras de acero! - la cortó a la mitad - ¡Shippo, responde! - lo tomó en sus brazos - ¡Shippo!

- No te preocupes por él - giró - El poderoso veneno de mi serpiente pronto acabará con su vida, te aconsejo que, si tu no quieres morir también, lo dejes aquí y te largues

- ¡Desgraciada! - dejo al niño en el suelo y se lanzó sobre la mujer - ¡Garras de fuego!

La bruja evadió el ataque sin dificultad

- ¡Te dí la oportunidad! - sacó unas pequeñas semillas, lanzándolas contra el suelo y provocando que una gran capa de humo venenoso se elevara de él

Mal...maldita sea

Entrecerró sus ojos, tapando su cara con una de las mangas de su haori

- Te tengo

Sonrió, acercándose a toda velocidad al hanyo. En ese momento, un diamante, de tamaño mediano, aterrizó en el medio de ambos seres, purificando el humo venenoso que rodeaba al mitad demonio

- ¿Qué? - la mujer volteó, dirigiendo su vista al cielo

- ¡Tsubaki! - gritó la joven, con su espada en la mano - ¡Ni se te ocurra tocarlo!

- Argh... maldita seas niña - gruñó, uniendo las palmas de su mano y desapareciendo sin dejar huellas ni rastro

El peliplata cayó de cuclillas, aspirando una gran bocanada de aire. La morena descendió guardando a Sakura y corrió en su dirección, arrodillándose a su lado

- ¡Inuyasha! ¿Te encuentras bien?

- Ka...Kagome - murmuró, encontrándose con aquellos ojos castaños que habían ocupado gran parte de su mente durante casi todo el día


Naraku siendo cariñoso... hasta a mi me sorprende jajaja

Inuyasha y Kagome se reencontraron al fin... vamos a ver que pasa con esto