Los personajes de Ranma ½ no me pertenecen, son de la gran mangaka Rumiko Takahashi.

Hago este fic sin fines de lucro, sólo para el entretenimiento del fandom.

Historia creada para la dinámica #RanKaneWeek2023 #1000Y1PalabrasDeAmor de la página de Facebook #MundoFanficsInyashaYRanma

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

MOMENTOS MÁGICOS

Nodoka terminaba de acomodar el moño en el cuello de su hijo, mientras traicioneras lágrimas comenzaban a resbalar sobre su rostro. Le dio una ojeada de abajo hasta arriba, caminó alrededor de él y asintió satisfecha por lo que veía.

–Te ves tan varonil, mi niño –dijo mientras secaba con un pañuelo sus lágrimas.

–Mamá ¿por qué lloras?

–No es nada hijo, es solo que te ves muy guapo con ese traje –le sonrió dulcemente –Ahora vamos que no debemos hacer esperar a los invitados.

La mujer tomó a su primogénito del brazo y juntos caminaron hacia el dojo, dentro de él se encontraban un gran número de personas entre familiares, amigos y ex rivales, profesores y artistas marciales, no faltaba nadie. Se adentraron hasta llegar al fondo del recinto, saludando y agradeciendo cortésmente a todos los que estaban reunidos en aquel lugar.

–Ranma, deja de acomodarte el cuello de la camisa –lo recriminó su mamá en voz baja.

–Es que estoy nervioso –declaró el joven –¿y qué pasa si se arrepiente? ¿y si no ha llegado porque algo le pasó?

–Deja de pensar esas cosas, ¿crees que no vendrá? Sabes lo mucho que les ha costado llegar hasta este punto, así que tranquilízate y confía en ella, ¿entendido? –su voz sonó amenazadora.

Ranma respiró profundo y cerró los ojos, claro que confiaba en ella, pero aquel gran nudo en el estómago no lo dejaba en paz, jamás en su vida había estado tan nervioso como en ese momento, los peores escenarios se apoderaron de su mente, sentía que el tiempo pasaba demasiado lento, provocando que se pusiera más ansioso. Suspiró tratando de tranquilizarse mientras limpiaba sus sudorosas manos de su pantalón.

–Ahí viene –lo codeo Nodoka, provocando que abriera rápidamente los ojos.

El corazón del azabache comenzó a latir desbocado, las manos empezaron a temblarle y pequeñas gotitas de sudor aparecieron en su frente.

La puerta de madera se abrió poco a poco, ante sus ojos apareció la visión más hermosa que hubiera podido apreciar en toda su vida.

Su futura esposa, Akane Tendo, entraba tomada del brazo de su padre, con un bello vestido de novia estilo occidental corte princesa, entre las manos llevaba un ramo de rosas blancas y flores de cerezo. Su hermoso rostro lucía un maquillaje sencillo, pero que la hacía resaltar sus facciones, se veía realmente hermosa.

Ranma la miraba completamente enamorado, recordó la vez que se conocieron, la primera sonrisa que le regaló Akane, aquella sonrisa tan dulce y encantadora que te desarma por completo y hace que bajes tus defensas, quedando inmune a los encantos de la joven de ojos avellana.

Su corazón seguía latiendo fuerte en su pecho, no podía creer que al fin, después de tanto tiempo, él y Akane se casarían. El camino no había sido fácil, pasaron muchos obstáculos para lograr estar juntos, pero se juró así mismo que borraría todos aquellos malos recuerdos de la mente de la joven, y los reemplazaría por momentos memorables, que la hicieran no arrepentirse de haberse casado con él.

La joven caminaba lentamente por el pasillo central con la vista baja, mientras que su padre lloraba por la emoción de al fin juntar las dos escuelas de combate, estaba más que nerviosa, pensó que jamás llegaría ese día, pero ahí estaba ella, caminando hacia el altar, hacia su prometido, hacia un nuevo futuro. Comenzó a alzar poco a poco su vista, hasta que su mirada y la de Ranma se cruzaron. Ambos se sonrojaron pero no dejaron de verse, se sonrieron, una sonrisa cómplice, llena de felicidad, de anhelo. Akane retuvo las lagrimas que amenazaban por salir. Siguió caminando junto con su padre hasta llegar frente a su prometido.

–Ranma, te entrego a mi pequeña, cuídala y sean muy felices –dijo entre sollozos Soun, le dio un gran abrazo a su hija menor.

El azabache tomó la mano de Akane, y se dirigieron al altar.

La ceremonia se llevó a cabo sin inconveniente alguno, en ningún momento soltaron sus manos, todos estallaron en gritos al oír la frase "Los declaro marido y mujer", coreando todos juntos "Beso, beso", los tímidos jóvenes se miraron a los ojos y se acercaron lentamente.

Se fundieron en un tierno beso que sellaba su matrimonio, un beso lleno de amor, de esperanza, de ilusión por un mejor futuro, un futuro juntos, cumpliendo todos sus planes, siempre en compañía del otro. En ese instante, todos desaparecieron a su alrededor, sólo existían ellos dos.

Al separarse, volvieron a su realidad, escucharon los gritos de felicidad de los ahí presentes y uno que otro sollozo de su familia.

–¿Sabes? –Le dijo mirándola a los ojos mientras la rodeaba por la cintura –He vivido muchos momentos mágicos a tu lado, pero sin duda, este es mi favorito. Te amo Akane Saotome.

Los ojos de la joven se llenaron de lágrimas ante la emoción por las palabras de su ahora esposo, pero coincidía con él, no podía haber algo tan mágico como unir tu vida a la persona que amas.