One-Shot

Lágrimas del Crepúsculo

—Minos & Oc/Ambrosine—

Las lágrimas que no se lloran, ¿esperan en pequeños lagos? ¿o serán ríos invisibles que corren hacia la tristeza?

Pablo Neruda(1904-1973) Poeta chileno.


Disclaimers:

Saint Seiya: ®Masami Kurumada

The Lost Canvas: ®Shiori Teshigori

Lagrimas del Crepusculo: ®LadySirin

Advertencia: Presencia de Oc, irrespeto por el trama original y sus parejas formadas, Crack-Ship.

Notas:

Sé que hay una minúscula cantidad de parejas Oc para Minos, generalmente él esta emparejado con hombres, ustedes ya saben el termino y no quiero decirlo porque me resulta muy incomodo hacer mención de esos shipeos bizarros, que a muchos les parece hermoso.

Y se que a muchos no les gusta mi Oc y lamento decepcionarlos, pero es mi fic y pienso hacerlo a mi manera. Caso contrario haigan disgustos, son cordialmente invitados a cerrar la pestaña y pasar al fic que si cumple con sus requisitos.

Gracias y disculpen las molestias.


Minos miraba muy interesado en el progreso de su nueva aprendiz, como ha desarrollado sus propias habilidades; pese a la decepción de la aludida por tener decadencias en ejecutar los hilos invisibles-que Anna; amante de Minos, ha logrado dominar, pero no luchar. En cambio la pequeña pelirroja ha aprendido a defenderse.

Bien hecho, pequeña princesa—parado a una buena distancia a no ser golpeado por una de las técnicas de su diminuta aprendiz—No olvides nunca que debes mantener control sobre tu cosmos o este se volverá inestable y te dará mucha desventaja en una pelea.

A ella le preocupaba la "inestabilidad" de su cosmos.

Medito por un breve instante e inmediatamente asintio—Si maestro Minos.

La pequeña pelirroja de ojos azules corrió a un árbol para jugar. El juez del grifo permanecía en la misma posición, sin cambiarla, no mas su rostro se curvo una pequeña sonrisa, carente de malicia y sadismo.

Mas una sombra y una presencia, le estropeo su breve momento de felicidad.

¿Por qué entrenas a una niña débil? ¿Acaso te has encariñado con ella?.

¡Maldita sea la hora que vino a fastidiar con sus comentarios estúpidos e incoherentes!.

El juez de mirada grisacea, lo ojeo con ira, ganas de golpearlo como si estuviera en un bar, hasta que sus nudillos ardan. Para su desgracia, el idiota que lo estaba impacientando, no es nada mas y nada menos que Aiacos de Garuda.

Ninguno de los tres jueces suelen tener buenos términos, debido a sus diferencias de convivencia y sus "compañías".

Minos resolpa furioso—¿Te importaría dejar de joderme?—frunciendo el ceño, estático y airado—Pídele a tu "ala derecha"—haciendo los dedos en comillas—Que te de tanto placer como alardeas.

El juez del garuda suele ser frenético cuando hablan de su amada Violate, a decir verdad muere por ella, lucha por ella y le valdría mucha mierda la autoridad de Pandora sobre no tener relaciones con sus inferiores o que el mismo Alone le reproche por desperdiciar el tiempo con una espectro que posiblemente muera a manos del enemigo.

Apretó sus puños y se puso frente al grifo que parece no inmutarse con su posición amenazante.

Lo que haga con Violate, no es de tu incumbencia...

Y lo que haga con Ambrosine, no te debe dar importancia y mucho menos entrometerte—callándole la boca—Mantente lejos de ella, como yo lo hago de tu amante.

Aiacos escupe con sorna—Pero le estas dando demasiada importancia a esa niña.

Las orbes grisáceas lo ojearon muy desafiantes, de la misma manera que él defiende a la espectro de quien sea. Minos no dudará en emplear ese mismo método; si es requerido o por voluntad propia.

Si piensas que no estoy al tanto de las consecuencias—alzando sus hombros, mostrando su poca importancia—Te diré que estas equivocado, así que si no tienes mas que criticar, te sugiero que muevas ese trasero...¡Y te largues de mi vista!.

Apuntando con su dedo en sentido contrario de donde estaba la pequeña que misteriosamente desapareció.

Aiacos chasquea la lengua con desgano—Bien, total que no me dan ganas de conversar con un mimador de niñas que son un estorbo—ganas no le hacen falta al grifo de romperle la traquea con sus manos—A ver si tu pequeñita deje de estorbar.

Minos no es un pendejo para darse cuenta que Aiacos se estaba vengando de que ofendió a su amada, pero tampoco va a dejar esa represalia pasar por alto, no mientras este con ella.

Sin embargo no iba a ceder a su estúpido jueguito mental de hacerlo perder la cordura o enloquecerlo. No nació ayer.

¡Desaparece!.

Aiacos no tuvo mas remedio que irse con toda su furia a su lugar de trabajo. El juez del grifo pudo sentir la presencia de la niña detrás suyo con ojos vidriosos y sus pequeñas manos sujetando una roca tamaño mediano.

Minos gruñe al enterarse que Ambrosine lo escucho todo, pero se mantuvo callada evitando que Aiacos la insultase mas.

N-No qui-ie-ero s-ser u-un es-storbo—a duras penas podía articular sus palabras por retener un llanto frenético—¡E-Entren-naré d-duro y estará o-orgullo-so d-de m-mi!.

Los ojos azulados estaban acumulados en lagrimas, que alcanzaron el limite del cúmulo, que empezaron a caer como una tormenta.

El hombre usa sus dedos, sintiendo el peso del llanto de su pequeña aprendiz, mientras esta hipeaba secándose con sus pequeñas manos, lo que quedaba de lagrimas. Minos se caracterizaba por ser alguien que no se convence con los lloriqueo o la compasión. Tras conocer a Ambrosine, se ha ido ablandando con ella, provocando ser el centro de burlas y criticas de sus colegas.

Odiaba las lagrimas, odiaba verla llorar.

Él sería muy capaz de matar a quien la haga sufrir o intentar dañarla.

¡Princesa, deja de llorar!—los lloriqueo continuaban pero cada vez menos ruidoso, hasta que voluntariamente freno de golpe, solo moqueando y temblando—¿Acaso te he dicho que me estorbas?.

Sorprendentemente ninguno de sus seguidores se ha hecho acreedor de un apodo, la mayoría son tratados como estúpidos o basuras, pero nunca un sobrenombre que sea carente de mofa.

Ambrosine baja la cabeza, para un renovado llanto.

Minos se agacha un poco y con sus manos le levanta la cabeza—Nadie me quiere aquí.

¡Mirame, Ambrosine!—ella obedece con los labios tremolando—No eres una carga para mi, si lo fueras, te estaría expulsando de mi región o permitiría que algún bastardo te mate. Has demostrado ser competente, me callaste cuando pensaba que eras muy tenue, has logrado lo inalcanzable y siempre estaré orgulloso de ti, pequeña princesa.

Sin pensalo, abraza al juez que estaba pasmado, apabullado y muy quieto.

Nadie lo ha abrazado desde que tiene memoria, solo palabras de amenaza u ordenes de los superiores, es lo que sus ojos han captado.

Muchas gracias maestro Minos—por primera vez su corazón sintió la calidez de un gesto enternecedor por su pequeña—Me gustaría tener un par de alas tan grandes como las suyas.

Minos suelta una risa sin sorna, ni mofa—Tendrás que esforzarte mejor—su abrazo estaba siendo demasiado afectivo que el juez empezaba a sentirse algo incomodo—¿No crees que estas siendo muy empalagosa, princesita?.

No quiero—olvido que Ambrosine es excesivamente cariñosa con él.

¡Q-Que d-dijiste!—él tartamuedo un poco, disimulando su vergüenza—Se una buena princesa y deja los afectos por hoy.

La niña se reía hasta que hizo caso y lo soltó.

La felicidad entre el juez y la aprendiz no perduro por siempre cuando Pandora hizo un anuncio con Hades en cuerpo de Alone, que se declaro ser su gran señor, ella dijo lo siguiente, tras que el recipiente de la divina entidad invoque su techo donde estaban las constelaciones reflejadas, y como una en particular estaba siendo extinguida por las sombras.

Orgullosa a su lado, anuncia:

Su objetivo es el santuario—mirando a Minos que estaba de pie, mirando como el puesto del pegaso ha sido destruido—Noble estrella del grifo—este se inclina mostrando respeto, tras haber desertado su obediencia hacia su señor; un secreto que nadie lo sabe, mas que Kagaho de Bennu—Escoja tu guardia y marchen al santuario.

Tomando su casco—A sus ordenes señora Pandora.

La mujer enigmática sonríe orgullosa—Quiero que les muestres a esos patéticos caballeros, el extraordinario poder del juez mas fuerte de nuestro reino.

Ambrosine hace varias semanas ha tenido premoniciones de muerte con el juez, que es el quien va a morir por una rosa clavada en el pecho. Asustada quiso levantarse para contradecir, pero Lune de Balrog; el segundo al mando en Ptolomea, la detiene.

Sea lo que sea que hagas, detente—impidiendo que ella haga una locura, sin embargo ella tiene buenos motivos para impedir que su maestro se valla.

Pero...

Guarda silencio, Ambrosine—cerro su boca, tragandose sus argumentos y furiosa de que no le permitiesen interrumpir una reunión.

Yo Minos de Grifo, presentare al gran maestro hades, el mejor color oscuro, que halla podido presenciar.

«¡No!» apretando sus labios —No se valla maestro Minos.

Posteriormente recluto a varios espectros y les dijo la hora de salida. Sin antes estaba escribiendo dos cartas; una para Lune y otra para Ambrosine que el presiente que ella no estaba de acuerdo con la misión.

¡Maestro Minos!—el aludido suspira—Por favor no se valla.

Inexpresivo la miro y prosiguio a caminar, pero ella se poso frente a el—Ambrosine...no me hagas enojar, apartate.

La niña pelirroja sacude su cabeza frenéticamente—¡No quiero que se valla!—las lagrimas no dudaron en manifestarse—¡No quiero!.

¡¿Por qué no quieres que cumpla con mi deber?!—la miro que su corazón estaba ceñido de tristeza y angustia—¡Dime el motivo para que me detengas!.

¡Porque si usted va, morirá!—soltando un buen llanto—Mis pesadillas no han cesado, y es sobre usted que moría con una flor clavada en su pecho, por ello no quiero que muera...lo necesito.

Minos abrazo a la pequeña y la miro con un poco de pena—Lamento haber tenido que arrastrarte a esto, pero no voy a perecer—la aludida se dejaba llevar por el gesto enternecedor de su maestro—Y lamento hacer esto, se que jamas me vas a perdonar, pero debes vivir.

Antes que pudiera reaccionar, el acumulo una buena cantidad de cosmos en su puño y golpea el abdomen de ella, dejándola sin aire—Maes-tro...Mi-nos—el quedo golpe la dejo sin fuerzas, antes que su cuerpo cayese al piso, él la sostuvo en sus brazos.

Como te dije, quiero que vivas, es lo mínimo que puedo hacer por ti, Ambrosine.

Al terminar su encuentro, la deja fuera del castillo, en donde ni Hypnos, ni Thanatos, tampoco el propio Alone la encuentre, con una carta en su brazo derecho. Incosciente con el rostro empapado de lagrimas.

En la pelea entre el caballero de piscis y el juez del grifo, Ambrosine habia despertado del tremendo golpe que recibió, sin tomar en cuenta al dolor agudo en su zona abdominal, saltando en los tejados de las casas en Rodorio, ella se encamina hasta su maestro que lo siente en peligro.

Antes de llegar donde el juez, vio al padre de Agasha; su única amiga, atrapado entre los escombros de su casa, con muchas personas que no pueden sacarlo.

No podía dejarlo ahí aplastado, bajando hasta el hombre, invoca un portal dimensional; técnica única de ella y lo deja a un lado.

E-Espera...por favor—deteniendo su andar—Agasha fue al santuario y esta sola, ayúdala por favor, hay espectros rondando y no quiero que la lastimen...te lo ruego—varios vecinos lo enderezaron para limpiarle las heridas—Cuida de mi hija, ella no es fuerte como tu.

Ella solo quería continuar, sin embargo ella no es egoísta para abandonar a su mejor amiga en medio de tanto peligro.

No se preocupe, iré por ella

Gracias.

Logrando llegar cuando su maestro estaba iracundo de que Albafica sobreviviese a la marioneta cósmica y este lo arremetía con las espinas carmesí, dando a entender que estaba usando su ultimo recurso para vencerlo.

Ambrosine miro ciudadosamente la rosa que Albafica lanzo en medio de la lluvia de agujas envenenadas—¡Eso es...! ¡La rosa roja de mis sueños!.

Muy tarde para intervenir.

No pudo evitar su premonición que evitaría el fatídico destino de su maestro, tras una ultima ráfaga de viento, lo miro caer y permanecer muy débil, vivo pero agonizando.

«¡No! ¡No! ¡Nooo!» corrió hacia el.

¿P-Por q-qué m-me d-desobedeciste, A-Ambro-sine?—le retiro la rosa de su pecho—Te dije...te dije que te quedaras—reuniendo fuerzas para estar con ella.

No pude soportar el no hacer nada—abrazando al juez con sus ojos llorosos—No dejare que muera, acabare con ese caballero y...

Es muy tarde, princesita...mira arriba—Atenea ha levantado un escudo donde el cosmos de Hades no los alcance en su auxilio—Cuando muera, vas a quedar sola...—sintiendo un dolor grave en el pecho—Abandona al castillo, no regreses, nosotros nos traicionamos uno de los otros y hubieron algunos que quieren matarte...vete de aqui y vive.

¡No me iré sin ti!—sujetando su cuerpo con ambas manos—Yo te quiero, maestro Minos.

Minos sonrio amablemente por primera vez—Lo se princesa, al final...eres...la única...que me valoro...hasta el...fin.

Penosamente la vida del juez se extinguio. Ambrosine grito a todo pulmon y lloro como nunca antes. Mirando con desprecio a Shion de aries. Agasha por su parte estaba pasmada de ver el nuevo comportamiento de su amiga, que era dulce y amable a una llena de odio e ira.

¡Cómo se atreven a burlarse de mi maestro!—agrietando los cristales de las casas que todavía no se han derribado por completo—¡Los destruiré! ¡Transformare sus risas en llantos y lamentos! Comenzando contigo...—sus ojos azules cambiaron a uno del color del ocaso, temporalmente—¡Shion de Aries!.

Hizo un portal y se llevo el casco de la armadura del grifo.

¡Espera!.

Shion detiene a Agasha—Déjala, esta actuando con odio ciego.

Tras el sepulcro de su héroe, Ambrosine jamas volvió a aparecer en la villa, dejando a Agasha muy triste.

Ella corría lejos del santuario.

«Los asesinare, los aniquilare y me vengare, nadie se burlara de usted maestro Minos, lo juro».

Actualmente...Reino Crepuscular (Hogar de Ambrosine que desperto como diosa del vacio).

—Minos...—sus ojos de pupilas rojas e iris color amarillos lloraron sangre—Ha llegado la hora de vengar tu muerte—dibujando una sonrisa muy malvada con que su templo este manchado de sangre y de cuerpos mutilados por ella misma—Estaremos juntos, por toda la eternidad.

—¿Cómo piensas hacer eso, Ambrosine?—Youma de Mefistofeles o mejor dicho Kairos, fue el que alimento su odio con su técnica del cuarto maravilloso con recordarle el propósito de su padre/creador Urano y su venganza al bastardo que asesino a su querido juez—Con el cosmos que le robaste a Cronos, puedes viajar en el tiempo y evitar esa tragedia al juez.

¿Cómo no se le habia ocurrido?.

Ella solo puede hacer cuerpos de Minos sin alma, intentos que solo la han puesto muy furiosa.

—Entonces vallamos al pasado.

Riendo oscuramente antes de transportarse en una agujero de tiempo, con el proposito de volver a ver su amado Minos y salvarlo

—Voy a protegerte Minos y a asesinar a los caballeros de Atenea.

Fin