Disclaimer: MSLN y sus personajes no me pertenecen
PRÓLOGO
POV NANOHA
Caminé por diferentes zonas en donde pensé que podría encontrarla, pero me estaba siendo realmente complicado. Ya había oscurecido, hacía muchísimo frío y era peligroso andar por este tipo de lugares. Esperaba que aquí tuviera más suerte y la encontrara al fin. De no hacerlo, tendría que dejarlo para mañana. Me dirigí a un grupo de personas que estaban alrededor de una pequeña hoguera donde estaban quemando cartones. Saqué mi teléfono y les mostré la única fotografía que tenía de ella.
- Hola, estoy buscando a esta chica. ¿La han visto por aquí? –me miraron con desconfianza y negaron– ¿Están seguros? –insistí.
- No la hemos visto nunca. –respondió con rudeza uno de ellos. Suspiré.
- Gracias. –guardé el teléfono y me adentré un poco más en aquella zona.
Seguí preguntando a cada persona que iba encontrando, pero nadie quería ayudarme. Estaba segura de que estaban mintiendo. Cada vez que preguntaba, se miraban unos a otros y decían que no sabían de ella. Eso no había pasado en los demás lugares que ya había visitado. Tenía la corazonada de que este era el sitio correcto. Tenía miedo, estaba muy oscuro y hacía mucho frío, pero no quería rendirme. Tenía que encontrarla.
- Es peligroso que te adentres sola. –me sobresalté al escuchar una voz a mi lado– Lo siento, no quería asustarte. –negué con una leve sonrisa– Todos están hablando de una chica que está haciendo preguntas. ¿Puedo ayudarte? –la miré y sus ojos azules se veían bondadosos.
- Gracias. Lo cierto es que estoy buscando a alguien. –busqué mi teléfono.
- ¿Y por qué la estás buscando aquí? –ladeó la cabeza– Tú no eres como nosotros. –su mirada se endureció– ¿Quieres hacerle daño?
- ¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! –negué repetidamente– Yo sólo quiero… –suspiré rendida– …quiero pedirle perdón. Quiero ser su amiga.
- … –no dijo nada, pero se me quedó mirando, poniéndome nerviosa. De repente, sonrió– Muéstrame la foto. –sonreí ampliamente y le enseñé la foto– Oh. Es Fate-chan.
- ¡La conoces! Por favor, ¿dónde puedo encontrarla? –pregunté emocionada.
- Uhm, debe estar en nuestra zona. Sígueme. –caminamos, adentrándonos más en aquella lúgubre zona– Hoy estuvo bastante deprimida y no quiso acompañarme a buscar comida.
- ¿Eres la chica que ella llama familia? –sonrió ante mis palabras.
- Esa soy yo. Hayate Yagami. Fate-chan es mi protegida aquí. Es una chica maravillosa y merece lo mejor. Yo no puedo dárselo, pero el tiempo que esté aquí, la cuidaré y protegeré todo lo que pueda. Aunque realmente espero que pueda ser capaz de salir de aquí muy pronto y que tenga una vida plena y feliz. No merece otra cosa.
- Gracias por cuidar de ella, Yagami-san.
- Con Hayate es suficiente. –me guiñó un ojo y yo sonreí ampliamente– Ya hemos llegado. Nosotras dormimos en esa zona de ahí. –señaló una especie de casa de cartón en muy mal estado.
Comencé a ponerme nerviosa en cuanto divisé su dorado cabello. Esperaba que no me gritara ni echara de aquel lugar después de haber estado todo el día buscándola. Hayate se detuvo de golpe, pero rápidamente se echó a correr velozmente mientras gritaba el nombre de la oji borgoña. Yo no entendí nada hasta que me acerqué y encontré el rastro de sangre junto a Fate. Recorrí su cuerpo y entonces vi la sangre salir de sus muñecas y el bisturí que había en una de sus manos.
- ¡Fate-chaaaaaaaaaan!
