Notas: La historia está situada entre BOTW y TOTK de la saga de videojuegos The Legend of Zelda, es una historia de romance. Tiene mucho tiempo que no escribo así que una disculpa sino esta bien redactado.

PD. La historia ya está completa pero la iré publicando poco a poco.


Una calma innegable hizo presencia en el lugar, los rastros de la batalla se opacaron con la luz esperanzadora del cielo, una paz que no había sentido desde su despertar lo inundó mientras intentaba acompasar su respiración, estaba exhausto y apenas podía creer lo que acaba de pasar.

Habían ganado, realmente lo habían hecho, por fin aquella bestia había perecido extinguiéndose ante la luz, tardó unos instantes en darse cuenta de la magnitud de aquello antes de que ella atrajese su atención.

- Te acuerdas de mi - había dicho, su voz era suave y por primera vez en meses la escuchaba de frente, la observó y en su mirada encontró esperanza, añoranza y cierto temor.

Link abrumado por el momento y agotado por la batalla dejó escapar un suspiro dando un paso enfrente inconsciente de lo que su cuerpo hacía. No había una respuesta clara a aquella pregunta.

No en ese instante.

Recordarla habían pasado unos segundos y aún no sabía qué responder. La recordaba. Sí. Estaba seguro desde que en el momento que escuchó su voz al despertar sabía quién era. Pero en ese momento de confusión solo encontró recuerdos vagos que trataron de formar un rompecabezas en su memoria, eran tantos, tan dispersos que se quedó mudo.

La mirada de Zelda contemplaba el rostro aparentemente inexpresivo de Link sabía que tras esa fachada había un joven confundido, se sintió nerviosa e incluso una cierta decepción se acomodó en su pecho antes de que un agotamiento abrumador se apoderara de ella dejando su mente en blanco, cayendo inevitablemente en la inconsciencia.

Fue entonces cuando el joven espadachín reaccionó, sin pensarlo dos veces se acercó a gran velocidad evitando que ella cayese al piso, la sostuvo con gentileza entre sus brazos sobre el suelo, preocupado.

Princesa.. Masculló intentando hacerla reaccionar. Fue entonces cuando lo notó, un dolor punzante entre sus costillas. La adrenalina se disipada dejando a su paso los daños que había sufrido durante la batalla contra Ganon.

Un quejido salió desde su garganta, le costó respirar de pronto, pero incluso atrapado en el doloroso malestar fue incapaz de soltarla.

No tardó mucho más en caer preso de su propio malestar, todo se puso en negro antes de escuchar a lo lejos pasos y los gritos de una voz familiar.


La noticia de la batalla se había extendido por el reino en poco tiempo, Impa era consciente de que Link se abriría camino hacia el castillo desde su ultimo encuentro por lo que sabía que debía actuar, no dejaría que el futuro del reino cayese únicamente sobre los hombros de aquel joven de nuevo.

Llegó al lugar rodeada de sus seguidores, todos listos y dispuestos a ayudar cuando la situación así lo pidiese no tardó mucho tiempo en vislumbrarlos a lo lejos.

Link sujetaba con fuerza a la princesa pese a estar inconsciente, los rastros de la batalla eran evidentes en cada uno, se acercó temiendo lo peor para comprobar sus signos vitales, todos a su alrededor murmuraban nerviosos de una respuesta, después de todo Link se había convertido en un héroe querido por el reino.

Con alivio levantó la mano para calmar a los presentes, atrayendo la atención de los sheikas.

Están vivos Atino a decir la anciana. El suspiro de alivio fue unisonó, Paya a su lado se acercó tímidamente.

¿Estarán bien? Preguntó, Impa sonrió a penas, no sabría decirlo con certeza, Link se veía especialmente dañado.

Debemos darnos prisa – Le indico a la muchacha.

Sin demora distribuyó indicaciones a los simpatizantes los cuales se organizaron eficientemente, por un lado, la princesa no mostraba indicios de alguna herida de gravedad sin embargo Link, era un caso completamente opuesto.

El joven estaba notablemente herido, había sangre por toda su túnica, rasguños aquí y allá, se notaba que se había esforzado de más por terminar aquella batalla - Pobre muchacho - Pensó la anciana mientras lo observaba dejando ir por los labios del rubio una poción sanadora, no sería suficiente pero por lo menos le daría la fuerza necesaria para llegar Kakariko donde serían atendidos.

Regresemos – Ordenó entonces, el grupo de Sheikas empezó entonces el largo camino que los esperaba, dejando detrás las ruinas del castillo de Hyrule.


Habían pasado siete largos días antes de que el espadachín abriese los ojos, no tuvo mayor dificultad para adaptarse a la estancia pues la noche dejaba a oscuras el dormitorio que lo rodeaba, tuvo la intención de levantarse sin embargo un dolor punzante en su costado le impidió hacerlo, un quejido brotó por sus labios antes de ser interrumpido, fue entonces cuando fue consciente de su presencia en la estancia.

Yo que tú me quedaría en cama – La voz de Impa atrajo su atención, con dificultad se giró para verla.

Impa entonces se dispuso a mirarlo, no hacia micho tiempo le había suministrado medicamentos razón por la que estaba merodeando por la habitación, en ese momento estaba aliviada de que despertase, aún existía cierto temor de que no lograse abrir los ojos y todos sus miedos se esfumaron en cuanto él reaccionó.

La princesa. – Mascullo Link, Impa no pudo evitar sonreír ante la evidente preocupación del que para ella era aún un simple muchacho.

Ella está bien – Intentó calmarle, aunque no podía mentirle Sin embargo aún no despierta -

Link se dio cuenta entonces.

¿Cuánto tiempo he dormido?

Siete días Atino a decir Impa, Link suspiró aliviado, no quería perder otros 100 años en la inconsciencia pero Zelda, de pronto la preocupación se asentó en su estómago Tus heridas eran graves ¿Cómo pudiste pelear así? – Impa lo sacó de sus pensamientos de nuevo.

Tenía que hacerlo - "Ella me esperaba" pensó y sin darse cuenta la imagen de Zelda sonriendo en tiempos pasados cruzó su memoria, quería verla Mucha gente dependía de esa batalla – Quiso excusarse, sabía que en realidad se estaba mintiendo a si mismo, habría dado la vida por ella si era necesario pero era muy pronto para aceptarlo.

Impa le observó con detalle, sabía que Link había cargado con una responsabilidad gigantesca sobre sus hombros y aun así había salido victorioso, con cierto pesar en la mirada se dispuso a salir de la habitación deteniéndose en el marco de la puerta.

Descansa ahora, ya tendremos tiempo para hablar. La poción que te administré no tardara en hacer efecto

Link entonces se quedó en la penumbra con un pensamiento que se asentó en lo más profundo de su memoria, más bien. Una imagen, los héroes, aquellos que había perecido antes de que pudiesen siquiera dar batalla, se empezó a adormecer víctima de la medicación divagando en memorias lejanas que ya no podría volver a vivir.

Un sentimiento amargo se alojó en su pecho entonces, no había tenido tiempo de pensar en ellos, ni tampoco de vivir el duelo de haberlo perdido todo durante el cataclismo, de haber visto tanta muerte y destrucción, no había tenido el tiempo de siquiera pensar en ello y en aquel momento de paz todos esos pensamientos se concentraron abrumadoramente en su mente.

El rostro de Mipha llegó a su memoria "vendrás a visitarme" había dicho la sora. Una sonrisa amarga se presentó en sus labios cuando el peso de aquellas palabras lo chocó. Es verdad, tuvo la oportunidad de despedirse, pero aun así no pudo contarle tantas cosas, se guardó tanto y todo ¿por qué? preso del silencio que se había autoimpuesto, abrumado ante el rumbo de sus pensamientos cayó en la inconsciente de nuevo.


Los rayos de la mañana atravesaban la ventana pintando los muebles en color dorado cuando Link se despertó, el medicamento hacía efecto, el dolor que sentía la noche anterior había disminuido significativamente, por lo menos se podía mover con más libertad o eso confirmo cuando pudo sentarse sobre la cama. Aquella amarga sensación de perdida seguía instaurada en su pecho, era inevitable.

"Te acuerdas de mi" recordó entonces, un ligero brillo de esperanza atravesó sus pensamientos de la mano de una hyliaana que descansaba en la habitación continua. Se sintió ansioso. Quería verla.

Se levantó entonces de la cama, frotándose la cara para despejar el sueño, le dolía todo el cuerpo, cada fibra sin embargo eso no lo detendría por lo que empezó a vestirse con prisa, se puso la túnica blanca que observó en la pequeña cómoda de madera que estaba junto a la cama, también se colocó los pantalones y sus botas que al parecer habían lavado para él, se movía con cierta dificultad, sentía que cualquier tirón le abriría la herida, no era tan inconsciente para herirse solo de nuevo.

No encontró por ningún lado con que atar sus cabellos por lo que los dejó sueltos y rebeldes cayendo sobre sus hombros, no sabía muy bien que estaba haciendo, se estaba dejando llevar ya que quería aferrarse a aquel pequeño brote de calma que se asentó en su pecho al recordar a Zelda, aún la tenía a ella.

Fue así como salió de la habitación, moviéndose sigiloso por el pasillo, no quería atraer la atención de nadie, no quería que lo detuviesen, solo quería verla y sentir que algo estaba bien en su vida. Para su suerte ella estaba en la habitación continua, abrió la puerta con cuidado, atravesando el marco para cerrarla lentamente a sus espaldas, al levantar el rostro la vislumbró.

Ella estaba sobre la cama, dormida, con los cabellos dorados desparramados sobre las almohadas, su piel tenía un color pálido, sino fuese por el compás armónico de su respiración podría asemejarse más a una estatua que a una persona. No sabía describir lo que sintió al verla.

Caminó hacia ella, hipnotizado se sentó al borde de la cama sin saber muy bien lo que hacía tomo una de sus manos entre las suyas. Quizá estaba siendo muy atrevido, a decir verdad, no recordaba si alguna vez habían tenido tal cercanía, pero en ese momento necesitaba sentir que había algo real para él, aunque eso fuese solamente saber que ella estaba viva.

Si te recuerdo. – Las palabras se habían escapado por sus labios al fin sintiendo como el peso en su pecho se disipada un poco, ella le traía calma.

Me alegra saberlo – Por un momento pensó que se había imaginado su voz, sonaba áspera y débil, ella había despertado en ese momento.

Sus miradas se encontraron en un instante, lucía pálida, enferma, pero encontró en el verde de sus ojos un sentimiento al que no supo ponerle nombre.

Zelda – Soltó él- ¿Estas bien? - Hizo un ademán de levantarse, pero algo lo detuvo, sintió como la mano de ella lo sujetaba débilmente, la miró entonces con una mezcla de curiosidad y preocupación.

Yo.. Lo siento.. Por todo .. – Parecía fuera de sí, se notaba que no estaba consciente del todo.

Link no pudo evitar recordar de pronto las palabras de Urbosa, Zelda seguramente se sentiría culpable de todo lo que había ocurrido y a él le habían encomendado la misión de hacerle ver que aquello no era su culpa, no había nada que ella hubiese podido hacer para cambiar todo lo que pasó.

Apretó la mano de Zelda con cariño, buscando su mirada, sus ojos se habían humedecido no dejando vislumbrar claramente el color verde profundo que estos tenían.

No tienes que disculparte por nada, no ha sido culpa tuya – Le expresó él con suavidad Ya tendremos tiempo de hablarlo, iré por Impa, te tiene que revisar- Añadió esta vez poniéndose de pie para buscar a la anciana.

Ella recobraba la consciencia poco a poco cuando escuchó como la puerta se cerraba, un pesar se acomodó en su pecho al recordar de repente, había estado atrapada en un sueño profundo, lleno de desesperación y un vacío penetrante. Cien largos años había pasado consumida en la oscuridad intentando contener a Ganon.

Estaba exhausta, le pesó levantar siquiera el brazo para limpiarse las lágrimas que se habían escurrido por sus mejillas, de pronto la realidad la chocó como un cometa que desciende desde los cielos. La imagen de la batalla se alojó en su mente pintando todo el caos y la muerte en lo más remoto de su memoria, las luces rojas de los guardianes, los gritos, la desesperanza.

Por primera vez en cien años pudo pensar en ello, ya no tenía que mantener sus fuerzas reteniendo a la enorme bestia que amenazaba con destruir todo el mundo que conocían, ya no tenía esa terrible carga, ahora podía realmente recordarlo todo.

Vio sus rostros, vio a su gente, a sus amigos, a su familia.

Y la culpa, si tan solo hubiese despertado su poder antes todo aquello no habría pasado. Sintió de pronto que le faltaba el aire, le ardió el pecho y el cuerpo le empezó a temblar.

No fue consciente del momento en el que Link e Impa atravesaron la puerta, estaba atrapada en una oscuridad que la carcomía desde sus adentros.

¡Princesa! - Escuchó una voz extrañamente familiar.


Link se había apresurado pese al dolor que sentía, corriendo por el largo pasillo hasta las escaleras, le dolía la herida y sentía los tirones de las puntadas cuando a largas zancadas termino frente al recibidor de la casa, volteando a todos lados buscando a Impa.

− ¡Muchacho! ¡No deberías correr, se te puede abrir la herida! – Escuchó la voz de la sheikah a sus espaldas, estaba desesperado y poco pensaba en su bienestar, ella había despertado.

Debes ir a verla, despertó – Dijo ignorando sus reclamos, Impa abrió mucho los ojos dejando car los papeles que llevaba en las manos.

¡Paya! – Gritó entonces, la peliblanca se asomó desde la cocina cuando escuchó su nombre.

¿Qué pasa? ¿Por qué el escándalo? – Su cara se deformó al ver a Link de pie sonrojándose en el acto.

Ha..ha.. despertado.. Link… - Murmuró la chica, acercándose tímidamente, Link agitó las manos.

No hay tiempo para esto, la princesa despertó Recordó él

Paya prepara el baño, y toallas calientes iré a revisarla. Tú ven conmigo Impa señaló a Link y empezó su andar hacía la habitación donde se encontraba la monarca del reino.

Link no se esperaba lo que observo en ese momento, Zelda temblaba hecha un ovillo sobre la cama, llorando amargamente. Ver cómo sus pequeñas y delicadas manos temblaban sin control, provocó que él inconscientemente se acercará hacia ella, para tomarla entre sus brazos y calmar sus temblores, ella luchó pero estaba débil. No podía liberarse, parecía fuera de sí.

Zelda.. – Dijo el espadachín, volteó a ver a Impa, se notaba una inmensa preocupación en el azul de los ojos del muchacho.

Impa se acercó entonces con precaución cuando Paya atravesó el marco de la puerta.

Trae un calmante – Ordenó entonces. Paya no lo pensó dos veces, salió corriendo al ver la situación.

Zelda en la bruma oscura que tenía frente a ella, sintió de pronto unos brazos fuertes sosteniéndola con gentileza y un aroma familiar que le hizo recordar a los bosques de Hyrule. Una calma fue disipando la niebla poco a poco cuando su cuerpo respondió aferrándose a la túnica de quien la sostenía y con la poca fuerza de su ser, se abrazó a él ocultando el rostro en su pecho, un calor abrazante la inundó de una forma agradable, quería más de aquella presencia que le calmaba, la necesitaba.

Link se quedó helado, sin saber que hacer, fue la necesidad de la chica la que lo guio. Con calma acarició sus cabellos como quien arrulla a un niño pequeño para calmar su llanto. Parecía estar funcionando sin embargo Impa interrumpió aquel abrazo para suministrarle a Zelda una poción que terminaría de calmarla.

La rubia no parecía dispuesta a dejar ir al joven pues su mano se hizo un puño aferrándose a la túnica de Link, él miró a Impa avergonzado y una sonrisa confidente apareció en los labios de la Sheikah.

Zelda, debes mantener la calma por ahora, aún estás muy débil – Le dijo con aquella voz suave a su pupila, cuando Link se encontró de nuevo con la mirada de Impa él no pudo leer lo que su expresión decía, había tranquilidad pero esa media sonrisa lo avergonzaba en cierta forma.

Se apartó pese a las quejas de la monarca, dándole paso a Impa para que revisase sus signos vitales. Link observaba con atención y curiosidad.

Ella está bien – Miró al joven el cual suspiro con alivio al recibir la noticia.

Quédate con ella, iré a ver si esta listo el baño Dicho esto los dejo en soledad.

Zelda entonces abrió sus ojos dirigiendo su mirada hacia él, era él quien le había abrazado, sus mejillas se enrojecieron y un vibrar en su corazón la hizo girarse en cuanto sus miradas se cruzaron, de pronto los nervios opacaron cualquier sentimiento que haya sentido al despertar.

El silencio se hizo protagonista, Link aclaró su garganta dando un par de pasos hacia la ventana, el silencio no era extraño en él y justo en ese momento no sabía qué decir, no después de aquel abrazo.

¿Cómo estás? – Preguntó entonces Zelda, débilmente rompiendo el silencio que existía entre ambos.

Bien, estoy bien – Contestó él, su mirada paró en ella de nuevo aunque Zelda no lo miraba ¿Y tu?

Ese día yo.. – Ignoró su pregunta, tenía la necesidad de explicarse, de pedirle perdón. De nuevo sintió aquel extraño sentimiento bullendo.

Me salvaste .. – Su voz suave detuvo el rumbo de los pensamientos que querían llevarla de nuevo a la oscuridad Nos salvaste a todos, lo hiciste por más de 100 años..-

Zelda lo miró entonces, nunca lo había escuchado hablar de esa forma, sus miradas se conectaron a través de la estancia y de nuevo hubo calma, una pequeña sonrisa atravesó los labios de la princesa y algo vibró dentro de Link, un brote de esperanza al que no quiso ponerle nombre.

Hay algo que quiero decirte.. - Dudo por un momento pues temía ser interrumpido por Impa en cualquier momento – Cuando te sientas mejor ¿te gustaría dar un paseo conmigo? -

Zelda se encontró curiosa, intentó sentarse pero se mareó en el acto, Link se acercó entonces temiendo que cayese al piso la sostuvo entre sus brazos provocando que ella se sonrojara aún más, el tacto de sus manos la hacía temblar.

Estoy bien – Quiso excusarse

No me lo parece – Ella levantó la mirada recostándose de nuevo con su ayuda.

¿Qué me quieres decir?- Link sonrió a penas.

No es nada malo, ya hablaremos después – Ella suspiró entonces, resignada.

¿Podemos salir mañana?- Preguntó

Tendré que consultarlo con Impa primero – Informó Link, ella asintió. Se notaba la decepción en ella – Intentaré convencerla – añadió y el rostro de Zelda se iluminó haciéndolo sonreír inconscientemente, recordando tiempos pasados donde se había convertido en su cómplice, ayudándole siempre que quería explorar zonas nuevas pese a las instrucciones del rey.

Ya está listo el baño - interrumpió la anciana abruptamente en la habitación- Link ya está listo el desayuno en la cocina, deberías bajar y comer algo- Lo Corrió la anciana. Él supo de inmediato que debía salir de ahí por lo que se despidió de la princesa con un gesto dejando la habitación detrás.

Parece que no han cambiado ni un poco – Impa se veía alegre, había esperanza en su semblante cuando se acercó a Zelda cerrando la puerta.

¿A que te refieres?

Siempre me pareció que había algo especial entre ustedes Se encogió de hombros mirando a la monarca, Zelda se sonrojo negando con el rostro.

El es mi escolta y mi amigo nada más.. – Quiso excusarse sabiendo que se mentía a si misma cada que intentaba negar sus sentimientos hacía él.

Niña, ¿De verdad crees eso? El tiempo me ha hecho más vieja pero también más sabia a mí no me engañas La miro entonces con las cejas levantadas. Se acercó a la cama ayudándole a sentarse.

Él no me ve de otra forma. Para él solo soy la princesa del reino – Confesó entonces, Link nunca había dado indicios de tener algún sentimiento por ella y eso en parte la detenía. Siempre llena de responsabilidades, era un tema tan poco importante que nunca se sintió en la necesidad de cambiar las cosas entre ellos.

¿Algún día le dirás? – La pregunta de Impa la chocó de repente, incluso el mareo se esfumó.

¿Qué?-

Lo que sientes por él obviamente, la calamidad ha terminado ¿no crees que el momento de ser feliz y vivir tu vida? – Hacía 100 años aquello habría sido imposible pero los tiempos habían cambiado, además resultaba ser un tema tan simple, tan cotidiano que le pareció la mejor opción en esos momentos para recobrarle la vida. Quería que su pupila viviese una vida normal, merecía un respiro, merecía recordar que pese a todo aún seguía siendo una chiquilla de 17 años. No solo era la princesa del reino, también era una persona que podía soñar y anhelar cosas como todos.

Zelda se mordió el labio con nerviosismo recordando de pronto las palabras del gran árbol Deku, las palabras que vienen del corazón deben decirse en persona sacudió el rostro dejando ir la idea, en aquel momento estuvo dispuesta a hacerlo por la gravedad de la situación. Pero ahora era diferente. Si quiera estaba segura de que él quisiese seguir a su lado como en años pasados, no podía ser egoísta con él.

No creo que sea momento de hablar de esto –

¿Y cuándo lo será? ¿Esperarás otros cien años? – Sus miradas se encontraron y Zelda se sintió pequeña, perdida.

Yo.. No lo se..

¿Por qué dudas? – Quiso saber la anciana mientras le ayudaba a levantarse para guiarla hacia el baño, habían preparado una silla con ruedas para trasladarla cosa que Zelda odio aunque estaba muy débil para negarse a aquella ayuda.

No has pensado que él quizá quiera empezar una vida lejos de todo esto..- Preguntó más para si misma que para Impa

¿A todo esto te refieres a..?

A mi.. A la corona, a su destino y al mío.. – Sus ojos amenazaron con humedecerse, pero se contuvo.

Mientras pronunciaba aquellas palabras pensó en Link y en todo lo que había tenido que vivir. Quizá quería decirle eso esa tarde. El temor se apoderó de ella y apretó tus labios para reprimir las lágrimas. No le impediría marcharse si así lo quería pero..

Niña, ¿crees que él hubiese hecho todo lo que hizo solo por deber a la corona? - Zelda dudo mientras atravesaban el pasillo, es que así era él, valiente, valeroso, gentil, protegía al débil sin importar estatus. Esa era su esencia.

Él es así..

Quizá sería más feliz de aquella forma, libre.

Es noble, leal.. - Mencionó Pero ya es tiempo de que viva con libertad. No quiero atarlo a mí.. Murmuró finalmente, confesarse en aquel momento era inútil y egoísta.

En épocas pasadas frente al árbol Deku estaba segura de querer hacerlo, pero después de la larga travesía que tuvo que atravesar Link, no quería darle motivos para que se quedara con ella, no por obligación.

Esa es una decisión que debe tomar él Finalizo Impa antes de adentrarse en el baño con Zelda.

La princesa de Hyrule disfruto aquel baño caliente como nunca, el agua tranquilizo su piel deshaciéndose de la suciedad, abrazo su ser mientras dejaba que Impa lavara sus cabellos como cuando era una niña. Pensando de forma inevitable en el caballero. Cada momento vivido con él llegaba a su memoria haciendo más difícil la espera de saber lo que le diría.

Cuando estuvo de nuevo en su habitación se vistió con un bello vestido suelto color verde que habían confeccionado para ella. Se peino los cabellos con dificultad pues estaban enredados y maltratados, por lo que opto por trenzarlos hasta que su situación mejorara.

Intento buscar distracción en un libro que Paya había conseguido para ella pero estaba demasiado absorta en el pasado como para vivir el presente. De pronto tocaron a la puerta.

¿Puedo pasar ? – Escucho decir al otro lado de la puerta, era Link. Su corazón dio un vuelco e inconscientemente se encontró acomodando su cabello y su vestido para lucir presentable.

Si, adelante.. – Dijo con torpeza acomodándose nerviosamente sobre la cama.

El joven entró a la habitación entonces sus miradas se encontraron, Zelda se halló nerviosa. Link se le escapó el aliento por un segundo, la joven habían recuperado un poco el color, llevaba el cabello recogido en una trenza, siempre le pareció hermosa, pero en ese momento, llena de vida sintió un cálido sentimiento aflorar desde su interior.

Su semblante aparentemente inexpresivo no mostraba el rumbo de sus pensamientos cuando se acercó titubeante hacia la cama, parándose frente a ella.

Ya hablé con Impa - Declaró entonces él, Zelda lo miró curiosa. – Dice que podemos salir, pero debemos regresar temprano y no podemos alejarnos mucho del pueblo – Se apartó el cabello de la frente pensando, no es como que fuese imprudente para emprender un gran viaje con ella débil, pero quería llevarla a un lugar que no estaba precisamente cerca. Una hora de camino no era muy lejos ¿o sí? ¿Quieres salir entonces? – Preguntó observándola.

Sí - Había contestado más rápido de lo necesario Digo.. si quiero. Añadió torpemente, sus mejillas se habían sonrojado, pero Link no parecía haberlo notado – ¿Será hoy? – Dudó

Si quieres – Link no pudo evitar sonreír al notar su emoción.

Prepararé el caballo entonces – Señaló la puerta, Zelda asintió quedándose sola en la habitación, de pronto se sintió nerviosa.

Se levantó, se sentía mareada aunque caminar ya no suponía un problema muy grande, se acercó entonces a la ventana, el cielo se veía despejado y pensó entonces en lo que suponía esa salida. ¿Qué le diría? Quiso alejar el temor pero ya se había asentado en sus pensamientos.

Link no tardó demasiado en llegar a buscarla, Zelda ya estaba lista en ese momento, había tomado la capa color café para cubrirse del sol, lo miró entonces cuando le ofreció salir de la habitación, sintió el palpitar de su corazón en los oídos cuando se encontró frente al caballo.

No creo que pueda andar a caballo. – Le dijo apenada.

Lo sé, iremos solo en uno – No es que no lo hubieran hecho antes pero el pensar en ese momento en la cercanía que eso suponía hizo que las piernas le fallaran tropezando contra él. El choque de sus cuerpos le agitó el corazón temerosa de que él pudiese escucharlo, se mordió el labio y se incorporó ligeramente nerviosa.

Disculpa aún me siento muy débil- Atinó a decir con la mirada lejos de la de él, esperando que no pudiese notar la mentira. Sin embargo Link estaba lejos de notarlo, intentaba calmar el rumbo de sus pensamientos como siempre lo había hecho cuando se trataba de ella.

No te preocupes, yo te ayudo Dijo al final carraspeando la garganta Es cerca de aquí, no tomará mucho tiempo llegar – Quiso aligerar el ambiente antes de ayudar a Zelda como tantas veces lo había hecho en el pasado aunque en ese momento se encontró especialmente nervioso, la joven era ligera por lo que no supuso problemas ayudarle a subir.

Su caballo era calmado, no hubo mayor inconveniente cuando el se subió a espaldas de la princesa. Sentir el calor de su cuerpo, su aroma y su presencia envolvente la estaba mareando, se sujeto como pudo al caballo intentando mantener una distancia prudencial pero fue imposible cuando el caballero tomó las riendas inclinándose hacia ella. Sería un camino lago..

El sol brillaba en el cielo, aunque no era incómodo, era suave, el ambiente fresco, no tardaron mucho en salir del pequeño poblado. Se notaba como la gente murmuraba en torno a ellos, Zelda se sentía tímida ante la mirada de la gente por lo que se ajustó la capucha de la capa con una mano cubriendo su rostro.

Tomaron un sendero que adentraba al bosque, los árboles empezaron a rodearlos poco a poco de manera cada vez más espesa y el sonido de lo silvestre opaco el silencio que reinaba entre ellos.

Zelda no podía dejar de pensar en lo que su cercanía le provocaba, no podía creer que el estuviese tan tranquilo, el temor de que se marchara se asomó de nuevo, debía ser paciente y escuchar sus palabras, se estaba adelantando.. pero si pasaba en realidad ¿qué haría ella?

Llegamos- Detuvo el hilo de pensamientos cuando Link se bajó del caballo, lo observó desde arriba y cuando le ofreció sus brazos para ayudarle a bajar realmente lo miró, era tan precioso que dolía, sus hermosos ojos azules, su afilado perfil y aquel rostro lleno de calma, apretó los labios y se dejó caer sobre él, el agarre firme de link la sostuvo hasta que sus pies tocaron la yerba del suelo entonces reparo de donde se encontraban era un claro en el bosque, la luz del atardecer se filtraba entre las hojas de altos árboles cayendo sobre las yerbas verdes pero aquello no era todo, estaban rodeados de su flor favorita aquella que amenazaba con dejar de existir, princesas de la calma.

¿Cómo es posible que haya tantas? - Dijo asombrada, llevándose las manos al rostro.

No lo sé, cuando encontré este lugar pensé en ti - Confesó el espadachín, se sintió alegre de verla tan sorprendida – Quería mostrártelo cuando todo terminara

Zelda lo miro pero de nuevo no pudo leer su rostro, ¿Por qué era así con ella? ¿Por qué siempre estaba cuando lo necesitaba? ¿por qué le guardaba esos pequeños detalles? Siempre era así... ¿era acaso su deber? ¿era por la corona?

¿Por qué siempre haces estás cosas por mí? - No se dio cuenta hasta que las palabras salieron por sus labios.

Link quien estaba junto a ella en ese momento, le miró en cuanto las palabras llegaron a sus oídos ¿por qué? No había pensado en ello actuaba consecuente a sus ganas de verla feliz.

Se encontró en una encrucijada, no sabía muy bien que contestar por lo que se mantuvo calmado, con la mirada enfrente.

No entiendo tu pregunta ¿Qué quieres que diga? Le dio vueltas al tema pues no sabía que responder.

Siempre haces este tipo de cosas por mí... yo solo quiero saber por qué.. – Contestó Zelda, sabía que estaba siendo infantil siquiera tenía planeado encararlo, sus palabras la habían traicionado antes de siquiera pensar en lo que estaba diciendo por lo que se rindió Lo siento digo.. gracias... - Se tapo el rostro con ambas manos avergonzada.

No lo sé, solo quiero verte feliz ¿te incomoda? La sinceridad del muchacho descuadro a la rubia.

Ella lo miro de nuevo, un brote de esperanza revoloteó en su pecho cuando sus miradas se encontraron, aunque de nuevo, impasible Link no mostraba nada.

¿Por qué? – Se aventuró de nuevo, esta vez tardó un poco en pensar su respuesta pues para él todo aquello era natural, lo hacía porque quería, aunque en realidad había algo más, algo que sabía, pero ponerlo en palabras lo haría real. Además, era torpe comunicándose, ella lo sabía mejor que nadie.

En realidad. Verte feliz me hace sentir mejor. Cuando estaba solo recorriendo el reino, solo pensaba que quería verte sonreír de nuevo, no me malinterpretes por favor. Solo es eso.

Ella se sorprendió, Link no tenía a nadie, ella lo sabía, su corazón se encendió enternecido ante esas palabras, jugueteó con los cordones de su capa asintiendo ¿Qué querías decirme? - preguntó sin saber que responder, se sorprendía de escucharle hablar de aquella manera, era un rumbo incierto en una conversación que la llevaría inevitablemente a expresarse.

Ah.. eso.. verás.. Cuando estuve en cada una de las bestias divinas tuve la oportunidad de hablar con ellos, con los campeones Zelda supo a que se refería, se sintió nerviosa de lo que pudiese decir, pero aun así siguió escuchándolo con atención Solo quieren que no te culpes por lo que pasó, Urbosa quería que te dijera que nada de eso fue tu culpa, bueno yo también quiero que lo sepas.. – Suspiró entonces, sus miradas se encontraron, había una calma especial rondando entre ellos – No había nada que hubiéramos podido hacer en ese momento – Finalizó él.

Zelda no pudo evitar que de nuevo las emociones la invadieran llenando sus ojos de lágrimas, se había estado conteniendo. Aquel vacío en su pecho se llenó un poco más con esas palabras que había pronunciado el caballero, recordando a la mujer que tomó rol de madre en su vida y que tristemente había perecido en batalla, Link sin saber muy bien que hacer o decir, entendió su mano hacia ella, acariciando su hombro con cariño y suavidad, consolándola aunque realmente quería abrazarle no se atrevió en ese momento.

No supo cuánto tiempo habría pasado, Zelda se mantuvo en silencio absorta con Link a su lado hasta que la noche empezó a cubrirlos en oscuridad levantando la luna en los cielos, sabía que era momento de regresar, no quería preocupar a Impa.

Deberíamos regresar Impa debe estar preocupada – Atrajo la atención de Zelda, en aquel momento se habían sentado sobre un tronco contemplando la naturaleza pero era momento de emprender el camino de regreso por lo que se levantó.

Link yo.. En ese instante Zelda hablo, el hyliano hizo el ademán de girarse pero la voz de Zelda lo detuvo en el acto No me mires ahora por favor, sino no podré decirte esto – Extrañado se detuvo, dándole la espalda esperó paciente a que ella hablase lleno de curiosidad.

Hay algo que quería decirte antes de que todo pasara... Pero no tuve la oportunidad antes, deja que te lo diga ahora.. – Las manos le temblaban y los nervios hicieron que el corazón le palpitara rápido. El joven se mantuvo mirando enfrente, solo supo contestar asintiendo con la cabeza. Zelda recordó entonces la conversación que había tenido con Impa ese mismo día, tan vacías eran sus palabras que no podía mantenerlas. Era fácil negar lo evidente cuando no tenía a Link cerca pero en ese momento no pudo negarse más, no cuando él había sido tan dulce con ella, no cuando aquel longevo sentimiento vibraba más que nunca en sus adentros, sino lo decía justo en ese segundo definitivamente no encontraría otra oportunidad después.

- Link yo.. te... - Dudó "las palabras que vienen del corazón se dicen en persona" recordó aquella conversación con el gran árbol Deku, la imagen de Link luchado valerosamente defendiéndola del peligro se presentó en su memoria, se detuvo entonces mirando las flores que los rodeaban , enternecida de que él hubiese recordado algo tan poco importante como aquello, le tembló la voz, podía escuchar su corazón latir muy rápido "hazlo" se animó como si aquello fuese la salvación que necesitaba en el oscuro pesar que aún cargaba en si interior Estoy enamorada de ti.. - Soltó torpemente haciendo una pausa, le tembló el labio inferior, de verdad lo estaba haciendo. Pero aquello no era suficiente Link estaba impasible e inmóvil, parecía una piedra – He estado enamorada de ti mucho tiempo Confesó entonces muy bajito, casi como un susurro, el peso de sus sentimientos se desplomó con aquellas palabras guardadas por más de un siglo, dejando a su paso una calma inexplicable, definitivamente era eso. Era eso lo que necesitaba para sanar.


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