Notas: La historia está situada entre BOTW y TOTK de la saga de videojuegos The Legend of Zelda, es una historia de romance. Tiene mucho tiempo que no escribo así que una disculpa sino esta bien redactado.

PD. La historia ya está completa pero la iré publicando poco a poco.


Las noches eran eternas, su mente jugaba con ella transportándole a épocas pasadas donde la oscuridad gobernó llevándose consigo la vida y el futuro del reino. Los cadáveres, la guerra, los ataques que vislumbraba en sueños le dolían como si estuviese viviendo aquello una y otra vez y pese a sus intentos por ocultarlo Link podía ver a través de ella, como si fuese de cristal. Quería mantener la paz en el día, pero estaba apagándose de a pocos, aquella voz que murmuraba en su oído cada noche se presentaba más claramente pero no podía decirlo en voz alta, no quería preocupar a Link pero sobre todo… No quería hacerlo un problema real.

Ella sabía que Link no era tonto, había preocupación en su mirada cuando se encontraban, como si tuviese miedo de que se quebrase, no podía decirle que solo hallaba paz cuando la tocaba, cuando la abrazaba o el simple hecho de tenerle cerca, no podía mostrarse tan débil de nuevo.

Si tan solo tuviera el valor para decirle que se quedase con ella en las noches cuando todo se volvía sombrío. No podía hacerlo. Link pese a no querer dejarla sola se había visto en la necesidad de viajar a Hatelia para arreglar todo para la llegada de ambos, prometió regresar en un par de días. Zelda le esperaba paciente. Había cogido sus pocas pertenencias en una pequeña valija. Lista para marcharse en cuanto el caballero llegará, no podía esperar a estar con él de nuevo, sentía que enloquecería estaba poniendo toda su fe en él.

Aquella tarde estaba sentada frente a la ventana de su habitación, mirando hacia afuera sin ver en realidad, su mente estaba en otro lugar, recordaba a Urbosa, aquella tardes dormida en su regazo, la extrañaba. Deseaba tanto su consejo y sus suaves palabras.

- ¿Zelda, puedo pasar? - pregunto Impa desde la puerta trayéndola de nuevo al presente.

- Si, adelante.. - respondió la rubia al escucharle.

- Quiero hablar contigo- Zelda le miró con curiosidad - No hemos tenido oportunidad de hablar de lo que pasó - mencionó la anciana.

Zelda apretó los labios, sabía que tarde o temprano tendría que contárselo todo, aplazarlo era inútil y cobarde.

- Tienes razón... ¿que quieres saber? - Pregunto ella

- ¿Cómo fue todo aquel día? No te volvía a ver… Temí lo peor – Dijo la anciana, muchos la creían muerta pero la tenía enfrente y aquello era increíble.

- Pues..- Dudó, le dolía revivir aquello- Cuando me separe de ti.. link me defendió con todas sus fuerzas, él quedó mal herido y a merced de los guardianes - Empezó Zelda recordando todo aquello como si hubiese sido ayer - Eran demasiados.. - Intento mantenerse calmada y en un principio lo logró - Cuando estuvieron a punto de asesinarlo a él y a mí, mi poder despertó- Miro la mano donde yacía la marca de la trifuerza en aquel momento invisible- Pude detenerlos porque no quería que le hicieran daño.. – Confesó - Quiero decir.. no quería que nadie sufriera no sé porque... despertó en ese momento y no antes - Intento excusarse.

- Nadie nunca entenderá los caprichos del destino -

- No lo se.. Solo sucedió así.. El espíritu dentro de la espada me dijo que hacer, todo fue muy rápido - Contó ella apresuradamente intentando evadir el tema, no quería sentir más culpa - Link fue llevado al santuario de la vida y yo.. lleve la espada con el gran árbol Deku, sino me daba prisa habría más muertes, por lo que fui al castillo a sellar a Ganon- Añadió.

- ¿Cómo lo hiciste? - Pregunto Impa notando que Zelda empezaba a dudar, era una mujer perspicaz y los años le habían dado la sabiduría para entender lo que Zelda sentía.

- Utilicé mi poder, era como una polilla atraída por la luz, entre en un trance, estaba consciente y a la vez no.. El tiempo se detuvo para mi pero avanzaba afuera... - Intento explicar - Lo sentía, sentía a la bestia golpeando sin cesar el sello.. por 100 años sentí como intentaba derribarme..- Aún podía recordar el dolor, en su alma, no era físico, se sentía de una forma diferente era imposible ponerlo en palabras.

Impa se acercó lo suficiente para sentarse en la cama - No debes sentir culpa, sin ti todo esto no existiría y el que tu poder allá despertado en ese momento fue crucial para que sobreviviéramos - Intento explicarle Impa - Nos diste esperanza Zalda, yo y mi tribu te estaremos eternamente agradecidos- Finalizó Impa con una sonrisa intentando animar a la hyliana, quien no pudo mirarle, aún no podía aceptar esas palabras. No estaba lista para dejar de castigarse.

- ¿Encontraron... El.. cuerpo de mi padre? - Pregunto aquello que tanto temía saber.

- Si - Zelda la miro- Cuando quieras podrás ir a visitar su tumba, los ojos de Zelda se humedecieron, pese a que su padre siempre fue muy estricto con ella, Zelda lo amaba y lo extrañaba demasiado, sobre todo ahora que se sentía tan perdida. Quería tanto que él la guiará como lo hizo en vida.

- Quizá cuando ya esté instalada en Hatelia.. - sugirió ella, volviendo su mirada a la ventana, vislumbro entonces a Link acercándose sobre su caballo, corría veloz en dirección a la casa. Zelda se levantó enseguida - ¡Ya llegó! - Avisó y corrió hacías las escaleras, rumbo al recibidor, dejando a Impa en la habitación perpleja.

Antes siquiera de que el espadachín abriera la puerta. Ella ya estaba tirándose hacia el para abrazarlo, la tarde cubría de un color dorado los senderos de afuera, Link se sorprendió ante la efusividad de Zelda sin embargo no tardó mucho en envolverla con sus brazos, sintiéndola temblar como un cachorro asustado - Yo también te extrañé - Le susurro al oído, acariciando sus cabellos, ella levantó el rostro apenas para mirarlo, Link notó que tenía los ojos rojos, había llorado de nuevo. - ¿Qué pasa? - preguntó, ella negó y ocultó su rostro en su pecho, aspirando el aroma que desprendía link, olía a bosque.. olía a él.

- Te extrañé – Aunque era verdad no era lo que el joven quería escuchar, Link camino un par de pasos sin soltarle. Solo lo necesario para cerrar la puerta a sus espaldas. Pese a la preocupación que aquella situación le provocaba había decidido dejar que fuese ella la que decidiese hablar por lo que no insistió más en el tema.

- Podremos irnos en la mañana - le anunció, Zelda asintió soltándose de él, notó entonces que el joven lucia bastante cansado, tenía ojeras y los ojos irritados. Seguro no se había tomado el tiempo siquiera para dormir intentando llegar lo más pronto posible.

- Si, deberías descansar luces agotado - la pequeña mano de Zelda paró en la mejilla del espadachín acariciándole suavemente, él suspiró asintiendo.

- Si, nos espera un largo camino mañana - Se estiro para relajar los músculos de su espalda. Necesitaba un buen baño y descansar. Cabalgar tantas horas le estaba cobrando factura. Deposito un beso en la frente de Zelda antes de tomar camino hacia la cocina - ¿Ya comiste? - Preguntó, Zelda asintió- ¿Me acompañas a comer?


Pasaron aquella tarde platicando de lo que Link había hecho en su viaje, no había podido quitar sus armas de las paredes de su casa. Pero sí conseguido quien le hiciese el favor de limpiar la casa. Había pensado también que sería buena idea construir un cuarto subterráneo, supuso que Zelda querría privacidad, sabía que disfrutaba de leer por lo que consiguió bastantes libros, pergaminos, plumas, todo lo que pudiese necesitar para estar en ese espacio que sería solo de ella su caballo merecía todo un banquete por haber cabalgando como nunca en ese viaje.

Así poco a poco fue cayendo la noche, Link se separó de Zelda, se dio un baño caliente, y cuando estuvo en cama dejó que sus músculos se relajasen por fin, había sido un día pesado y lo que más quería era descansar, en algún punto se giró sobre la cama vislumbrando la espada maestra antes de quedarse dormido.

Zelda, no paraba de dar vueltas en la cama como todas las noches desde la última batalla, agobiada de nuevo podía jurar que aquella voz siseante era eral y no una jugada de su mente, se estaba volviendo loca. En soledad era más fuerte que ella, no pudo soportarlo más, se levantó exaltada en la cama, temblando, cubrió su cuerpo con una bata y guiada por el temor salió de su habitación buscando la luz. Intentó no hacer ruido, no era tan hábil como Link pero si era más ligera. Se sintió agradable aquel pequeño brote de adrenalina al intentar pasar desapercibida, quizá no estaba pensando en sus acciones, pero era eso lo que necesitaba. Dejar de pensar.

De a pocos alcanzó la habitación de Link. No tocó la puerta solo la abrió despacio esperando que las bisagras no rechinaran, la cerró tras sus espaldas y fue entonces cuando lo vio. No llevaba camisa algunas cicatrices brillaban a la luz de la luna, llevaba el cabello rebelde suelto, y un pantalón de pijama, las sábanas estaban desparramadas por todos lados menos sobre él, el joven parecía dormir plácidamente.

Se acercó despacio sin saber muy bien lo que hacía, nerviosa. Solo sabía que quería dejar de sentirse miserable y cuando lo tenía cerca la bruma desaparecía. Estaba depositado en él todo ese peso que albergaba. Quizás era egoísta pero quería aliviar aunque sea un poco aquello que sentía.

Entonces ocurrió, Link la tomó con fuerza aprisionándola contra la cama de ambas manos, ella ahogo un grito asustada por la efusividad de su ataque, había sido brusco.

Fue entonces cuando él la miro horrorizado, su cuerpo actuaba de esa forma, había notado una presencia en su subconsciente y siempre alerta lo primero que hizo fue atacar, lo que no sabía es que se trataba de ella.

Se percato de su presencia, realmente lo hizo. Zelda yacía bajo su cuerpo, con una ligera bata blanca cubriéndola a penas, sonrojada. Mala, muy mala idea. La sintió temblar, había una necesidad brotando en el brillo de sus ojos podía sentir el calor que desprendía a través de la ligera ropa, paso saliva intentando calmar el rumbo de sus pensamientos y se regañó a si mismo aflojando la fuerza de su agarre, ella notó enseguida que el espadachín estaba intentado contenerse, cuando sus manos fueron lentamente liberadas del agarre.

¿Lo estaba utilizando? Si, lo estaba haciendo... Se levantó lo suficiente para besarlo, lo besó con verdadero ímpetu, acercándolo desde la nuca. Link se vio sorprendido ante tal acto y joder que estaba intentando contenerse, lo juraba, pero el pequeño quejido que salió de la garganta de Zelda ante la aparente negativa de Link bastó para mandar todo al carajo.

Fue ese momento cuando fue él avanzó, dejando las dudas detrás, sus manos explotaron la cintura de Zelda, bajando por su pierna, buscando el borde de su pijama para subirlo exponiendo la piel de sus piernas, sintiendo el fuego que recorría cada célula de su cuerpo al tenerla de esa manera. El beso no se detuvo, ella le abrió camino para que se acomodase cómodamente sobre ella, y lo sintió sobre la ropa, jamás había sentido algo como aquello, quería más. Se embriaga, la llevaba a un lugar lejos de todo aquello que le hacía sentir miserable y definitivamente quería más.

El roce de sus cuerpos fue vibrante, soltó un sonido por los labios uno que no sabía que podía emitir aunque se controló de hacerlo lo suficientemente bajo para que no los escuchasen tras la puerta, Link podría volverse loco en ese mismo instante, quiso arrancarle la ropa pero la lucidez hizo acto de presencia de repente ¿qué estaban haciendo? se separó de sus labios y aquella imagen juro llevársela hasta la muerte.

Zelda estaba notablemente afectada por aquel acto, sus mejillas ardían, había una ligera capa de sudor en su frente, sus labios estaban ligeramente hinchados, sus ojos brillaban - Eres hermosa.. - Murmuró sin poder creerse que una belleza como tal pudiese existir de verdad, Zelda sonrió y se levantó de nuevo besándolo, aunque esta vez tiernamente - Te amo... – Murmuró él con sinceridad cuando ella se detuvo, dejando a la hyliana descolocada y muda, Link apoyó su frente en la de ella... - Si sigues así... no podré parar... – Declaró sintiéndola deslizar los dedos por su torso desnudo.

- No pares entonces…- Susurró. Él se sorprendió así mismo, no es que no quisiese ¿De verdad dejaría escapar esa oportunidad? Si, no quería dejarse llevar simplemente y ella. No quería que ella se arrepintiese después ¿realmente quería eso?...

- Si te haré mía, no será en casa de Impa - Zelda se avergonzó de inmediato ¿hacerla suya? El significado de esas palabras la golpearon como las rocas dividiendo las olas del mar. Sintió el cosquilleo ante lo anticipado fluir en sus adentros limpiando a su paso con cualquier rastro de oscuridad.

-Pero ya soy tuya... – Pensó en voz alta. Lo era desde hace más de cien años.

- ¿A si? - Preguntó él sobre sus labios, ella asintió haciendo que sus narices se rozasen, riendo antes de que lo inevitable se presentara – ¿Por qué viniste? – Él pudo notar como su rostro se ensombrecía ante la pregunta, Zelda se negó a contestar, no quería mentirle pero tampoco quería decirle. Link se apoyó en ambas manos teniéndola aún debajo la observó a detalle - ¿Por qué no quieres decirme? –

- No quiero preocuparte...-

- ¿No crees que me preocupa más el que no me digas que te pasa? – Esta vez su voz fue un poco más severa, Zelda se sintió atacada y no pudo más que apartar la mirada.

- Es que tengo miedo...- Sus ojos se humedecieron en cuanto esas palabras salieron de sus labios.

- ¿Miedo a qué? – Él buscó no quería ser brusco solo no soportaba verla así…

- Es como si siguiera aquí... – La voz de Zelda fue débil, pero él pudo escucharla con claridad, entendiéndolo de pronto, ella había pasado cien largos años encerrada con Ganon, no es como si se pudiese olvidarse de pronto de todo lo que había pasado.

-Ya no está Zelda él ya no puede hacerte daño... – Le dijo con cariño sus ojos se encontraron en silencio, ella lo miró pero no parecía estar convencida.

- ¿Quieres que vaya a dormir contigo? - Preguntó, no queriendo dejarla sola, sería más fácil para él pasar desapercibido en la madrugada que.

Zelda negó con el rostro después de pensarlo unos momento, quería dejarlo descansar ya había sido lo suficientemente egoísta.

-En Hatelia… podrías.. ¿dormir conmigo? – Preguntó tímidamente.

Link sonrió soltando un suspiro – Sabes que si... – Para su alivio ella lucía un poco más tranquila en ese momento – ¿Ya te sientes mejor? – Zelda lo pensó un segundo antes de responder asintiendo con el rostro.

-Te llevaré de vuelta entonces - Le ofreció su mano para ayudarle a levantarse. Acompañándole hasta su habitación para después regresar llevándose con él los recuerdos de lo que acababa de pasar.

El revoltijo de la cama era evidencia, se acostó en un brincó cerrando los ojos, la imagen de Zelda bajo su cuerpo acudió a sus memoria como recordatorio, definitivamente no podría sacársela de la cabeza, se giró en la cama y entonces lo vio.

La espada que doblega la oscuridad brilló iluminando con una tenue luz azulada los muebles que le rodeaban, Link levantó la vista sorprendido, hacia semanas que la espada no respondía a él y aquello no podía suponer nada bueno.

"El poder de la luz se ha corrompido con la oscuridad " Escuchó aquella voz particular proveniente de la espada, nunca había escuchado algo como aquello. Por un momento pensó en buscar a Zelda para contarle lo que acababa de pasar pero se detuvo, no quería darle una carga más.

- ¿A qué te refieres? - El espíritu pocas veces le respondía, además no solía dar explicaciones largas y casi siempre resultaba ser un acertijo que el mismo debía resolver la tomó levantándola, había dejado de brillar, pero sintió de nuevo aquella conexión con la hoja que había dejado de sentir al terminar la batalla contra Ganon - Siempre tan elocuente – Murmuró.

El poder de la luz pensó, recordando a Zelda. ¿Tendría eso algo que ver con como se sentía ella? No quería siquiera pensar en esa posibilidad.

¿Cómo podría ella estar corrompida? No era posible el mismo había visto desaparecer a Ganon, no había quedado un solo rastro de la bestia, no podía ser ella.

No podía…