Notas: La historia está situada entre BOTW y TOTK de la saga de videojuegos The Legend of Zelda, es una historia de romance. Tiene mucho tiempo que no escribo así que una disculpa sino esta bien redactado.
PD. La historia ya está completa pero la iré publicando poco a poco.
No había visto las reviews ., mucha gracias Sakura me alegra mucho saber que estás disfrutando la historia 3
Ahora bien me gustaría aclarar que el fic vendría a ser entre BOTW y TOTK, se dice que transcurren aprox 5 años entre un juego. Una vez vi un fanart de Zelda poseída por Ganon y voló mi imaginación para esta historia.
Tengo pensado escribir también como Zelda se enamoró de Link y posibles peleas que hayan tenido en el pasado como un extra a este fic jaja y también escribir una historia basada TOTK, creo que describir toda la travesía de ellos dos separados estando tan enamorados sería interesante y haría del reencuentro algo hermoso
Igual Aclaro que he cambiado algunas cosas para favorecer a la trama uwu Saludos y que disfruten el capitulo
...
Pasaron los días que pronto se convirtieron en semanas, habían cobrado una dinámica cotidiana y pese a la intranquilidad que sentía Zelda intentaba ignorarla, compartiendo el tiempo juntos en aquella casa, realmente quería vivir tranquila. La hyliana se encargaba de cocinar, Link de limpiar. Cuando la tarde caía Link atendía a su caballo mientras Zelda leía y estudiaba en su estudio. Algunas mañanas Link salía de cacería a las cercanías de Hatelia para combatir el ocio pues era sabido que no se podía estarse quieto mucho tiempo.
También Zelda había hecho unas modificaciones a la casa, en la pared donde antes de exhibían armas ahora había fotografías colgadas y unos muebles que una vecina muy amable les había regalado. La mujer conocía a Link al parecer este le había hecho algún favor en el pasado por lo que se llevaban bien y por algún motivo pensó que la pareja era una pareja de recién casados, ninguno quiso aclarar las cosas, era demasiado complicado.
Por las noches, se entregaban el uno al otro como si no existiese limite a lo que sentían, ya varias habitaciones habían sido testigo de sus encuentros apasionados intentando rellenar el tiempo perdido. Link había tenido una conversación con Zelda en la que acordaron que ella tomaría una pasión para evitar un posible embarazo, no podían permitirse aquello, no cuando su futuro era tan incierto y pese a no gustarle del todo la idea de que ella tuviese que beber eso Zelda acepto sin chistar.
Así en una convivencia que les supo a ambos como completamente natural disfrutaron de su felicidad el tiempo que se les permitió, pronto Zelda estuvo al tanto de lo que había pasado en Hyrule gracias a los libros que Link le había regalado, descubrió que había muchas cosas por hacer y en las que tenía el poder de ayudar, pero aún no era el momento. Aún no se sentía lista de enfrentarse a la idea de abandonar esa vida que empezaban y a decir verdad no quería hacerlo.
Había escrito a Impa para mantenerla al tanto y tranquila. No había tenido algún otro episodio como en el rancho por lo que evitó mencionarlo en sus cartas pese a su intranquilidad respecto al tema.
Aquel día Link aún no había regresado de su cacería, la tarde empezaba a caer, Zelda se había amarrado en cabello en una coleta para preparar la cena, prendió la hoguera después empezó a cortar unas zetas hylianas en tajadas finas, y entonces sin previo aviso comenzó. Sabía que aquella pequeña felicidad que experimentaba era frágil, efímera, lo sabía... Solo no esperaba que finalizara por una intromisión tan abrupta.
Sintió un escalofrío recorrer su espalda a la par que su consciencia era nublada por una bruma oscura y siniestra, sin poder controlar su cuerpo cogió fuertemente el cuchillo con el que estaba cocinando. Notó el aura maligna fluir sobre su piel incapaz de controlarse, una imagen nunca antes vista se instaló en su cabeza como si de una película se tratase, era su padre siendo masacrado por una horda de monstruos y guardianes, jugando con el hasta que su último aliento se llevó su vida "Es tu culpa" dijo el rey en su dirección como si la mirase, como si ella realmente estuviese presenciando aquello, perdiendo todo sentido de la realidad, de donde estaba. Sujetaba el cuchillo con fuerza absorta en aquella ilusión que la bestia había arrojado en lo más profundo de su consciencia.
- No.. padre.. yo… no quería que esto pasara… - Gimió ella, no podía siquiera respirar sentía que le apretaban el pecho desalojando todo el aire de sus pulmones, temblaba violentamente mientras su mano giraba el cuchillo en torno su abdomen, empuñándolo con ambas manos, era evidente lo que los rezagos de la bestia pretendían, la quería muerta. Incapaz de atar un solo pensamiento coherente cogió impulso con sus manos.
- ¡Zelda! – Escuchó un grito a lo lejos de una voz que resultó familiar, estaba absorta en la ilusión rodeada de las ruinas del castillo, llovia, era tan real que podía sentir las gotas de lluvia cayendo sobre su piel. Ajena a todo lo que pasaba en su entorno.
Link había llegado a la casa, cuando en la cocina lo vio, como del cuerpo de la princesa brotaba un aura maligna que el perfectamente conocía, lo que pasó después fue demasiado rápido. Con la habilidad de un felino dio un brinco hacia ella arrancándole el cuchillo de las manos a penas a tiempo para que no se hiciese daño, la mirada de ella estaba perdida, él con gran desesperación la atrajo a su cuerpo, abrazándola con fuerza solo escuchó el sonido metálico del cuchillo chocar contra el suelo antes de caer protegiéndola con su cuerpo se golpeó la espalda contra la pared. Zelda parecía absorta, perdida, su cuerpo temblaba, por sus ojos brotaban lágrimas gruesas, Link sintió una punzada en el pecho con un sentimiento amargo que nunca había sentido, era pura desesperación.
- Zelda por favor... – Soltó en un susurró estrangulado, el aire se había escapado por sus pulmones cuando ella cabeceó violentamente golpeándolo en la mandíbula, intentando liberarse del fuerte agarre del espadachín, no sabía que hacer, ella temblaba descontroladamente, la cogió con fuerza para que no se hiciese daño por los brazos cuando ella intentó golpearlo - Amor, reacciona, por favor ven a mí.. - Suplicó, la veía llorar amargamente intentando apartarle como si su piel la quemase. Link, en su desesperación miro a los alrededores como si alguien pudiese ayudarle, pero ahí no había nadie.
Por primera vez se sintió inútil, le dolió el pecho y sintió como sus ojos ardían, las lágrimas se hicieron presentes, la sentía muy lejos no podía alcanzarla sentía que la estaba perdiendo. Y lo peor es que no podía hacer nada, no había un monstruo poderoso que vencer, no había una prueba, solo era ella siendo arrastrada por algo con lo que él no podía pelear. Nunca en su vida recordaba haber llorado, siquiera cuando el cataclismo arrasó con todo y él la consoló en sus brazos hace más de 100 años sintiéndose impotente sin poder ayudarle, el no conocía el "llanto" pero en ese momento se partió - No me dejes por favor…- No era una petición, era una súplica.
Zelda, en la bruma escuchaba una voz su voz lejana, amortiguada, como si estuviesen hablando desde mucha distancia en un susurro tras una espesa lluvia ¿Quien era?.. "Link.." Dijo algo en su interior, algo desconocido y suave, le sintió como una caricia en la oscuridad "Es link.." recordó y la imagen del rubio se hizo presente y después hubo calma, su cuerpo había dejado de temblar.
Abrió los ojos y se encontró en el suelo abrazada por el espadachín. Tardó en acostumbrarse. Le dolía cada fibra de su ser como si hubiesen picoteado con agujas su piel, encontrándose con la mirada de él viendo algo que nunca antes había visto en Link, el contorno de su mirada azulada estaba enrojecido y había residuos de lágrimas en ellos, recordó vagamente lo que había pasado, fue consciente de ello antes de que el espadachín la abrazase con más fuerza, como si temiera que se le desvanecerá entre los brazos, era tan fuerte el abrazo que a Zelda se le dificulto respirar, débilmente le respondió y lo dejó llorar, era evidente que él no quería que lo viese así, no sabía que hacer por lo que solo mantuvo el silencio mientras le acariciaba la espalda, calmándolo de a pocos con la brisa de su nariz rozando su cuello con un llanto silencioso que no cesó en un rato.
- No me dejes.. – Le escuchó decir con voz débil, el joven se incorporó lentamente lo suficiente para poder observarla, con una frágil señal de calma, repasó cada una de sus facciones con sus dedos, acariciando con tal suavidad que parecía temer quebrarla en el acto - Por favor... – Se veía tan perdido, casi desamparado, el corazón de Zelda se estrujo en su pecho al percatarse de lo que ella podía provocar en él.
- Perdón... – Como si no se hubiese quedado seca de llorar, sus ojos se humedecieron de nuevo - Perdón... - Volvió a decir ¿cómo podría controlar eso? No quería hacerle daño pero se perdía a sí misma, todo parecía tan real, siquiera se acordaba en ese momento que ya todo había acabado, era como si su consciencia se trasladará a otra realidad en la que estaba atrapada en el cataclismo, no quería dañarlo de esa forma, se sintió tan culpable.
Link la abrazó de nuevo, nunca la había sentido tan lejos y supo entonces que debía hacer algo pronto, no podía quedarse sentado viendo cómo se la arrebataban de esa forma - No es tu culpa.. – Su voz fue suave consciente de que la aparente paz que habían vivido esas semanas se había esfumado de repente. Acarició sus cabellos con suavidad, la mente de Link en ese momento era un remolino.
- ¿Te hice daño? - Preguntó ella en un susurro.
- No – Respondió secamente no quería decirle, no quería que supiera lo que ella estuvo a punto se hacer. Zelda se dio cuenta por el tono de su voz que estaba mintiendo, se removió nerviosa y pese a intentar hablar las palabras se atoraron en el camino hacía el exterior sabiendo que no lograría nada preguntando.
- Link.. - Pidió intentando aferrarse a esa vida que llevaban, él la soltó a penas, la miro a los ojos, encontró necesidad y ella en él no supo leerlo, pero temió, temía que todo se desmoronara como un castillo construido en la arena a la orilla del mar. No dejo que el hablará, se abalanzó sobre sus labios con angustia aferrándose a su túnica, tenían miedo... Link absorto la recibió, sintió como sus pequeñas manos se aferraban a él temblorosas y respondió, sus labios se movieron sobre los de Zelda con una mezcla de temor, angustia y un desesperado amor.
Se separó apenas notando que ella había terminado sobre él, en el piso. Él estaba con la espalda apoyado contra la pared, sentía el dolor del golpe pero aquello no podría importarle menos en aquel momento, la mirada de él no lucia como siempre.. Se encontraba apagado...Distante, algo había cambiado ella lo sabía, Zelda con desesperación en su pecho se inclinó sobre sus labios esperando a que él dijese algo. Tuvo la intención de besarlo fuerte y largamente hasta que él olvidara lo que acaba de pasar, pero se detuvo en seco al escucharlo.
- Tenemos que hablar...- Su voz era ronca, ella se sintió pequeña, confusa y su pecho se estrujo dolorosamente, asintió sin mirarle y el olor a quemado no tardó en llegar a sus fosas nasales ¡la hoguera! Dio un respingo y se levantó con velocidad apagándola, una nube de humo espeso se había esparcido por la estancia. Link se levantó acomodando su ropa, abrió la puerta trasera para que el humo se disipara e ignorando todo aquello cogió a Zelda de la mano y la guio hasta el comedor sentándola para sentarse frente a ella.
- Debemos hacer algo como esto que te pasa, ya no podemos simplemente ignorarlo - Ella se mordió el labio y asintió sin mirarle. No quería abandonar esa calma y tranquilidad que había en su hogar... no quería, sintió que las lagrimas caían por sus mejillas de repente, sin poderlas contener se maldijo por ser tan débil - ¿Qué pasa? – Preguntó él recobrando el tono suave con el que siempre le hablaba.
- Tengo miedo de que todo cambie... - Explicó ella apretando sus labios... Link soltó aire y se apoyó en el respaldar de la silla, aquel inocente gesto por parte de Zelda le derritió el corazón.
- Yo también, pero tenemos que hacer algo antes de que empeore. – Había cautela en su voz al recordar la situación en la que la encontró... Ella no lo sabía, no sabía lo que él había presenciado... Estaba aterrado – Cuéntame que pasa - Zelda dudó por unos momentos, pero sabía que era una batalla perdida al ver la intensidad de su mirada, prosiguió a contarle todo lo que había vivido y experimentado antes de que él llegara, Link escucho atentamente abrumado por lo que ella le relataba.
- Tengo que confesarte algo... - Ella lo miró con temor - La espada, bueno, el espíritu dentro de ella me advirtió... - Zelda se sorprendió - Dijo que tu poder podrían ser corrompido – La mujer se encogió en la silla, lo sabía pero no quería creerlo real, no había precedentes de algo como aquello, no que ella recordase.
- Tú sabes que no he sentido mi poder desde que.. -
- Lo sé pero eso no significa que no siga ahí- La detuvo Link, Zelda bajo la mirada ante la brusquedad qué mostró el espadachín - Lo siento… - Se disculpó soltando un suspiro, debía calmarse, alternándose no lograría nada. Pero como podía estar calmado. Si hubiese llegado más tarde ella en ese momento estaría gravemente herida o peor, muerta.
- Tal vez debería ir a las fuentes... - Propuso ella, Link la miró
- Si activas tu poder... podría ser peligroso - Pensó en voz alta, ella asintió, pese a que tenía toda la razón se sentía atacada.
- ¿Que propones? - murmuró sin saber cómo abordar el tema.
- Quizá haya información en los registros reales - Zelda lo entendió enseguida, no era una idea descabellada él planeaba recorrer el castillo de nuevo, ponerse en peligro otra vez.. Su mirada paró en link temerosa de lo que diría a continuación - Debo ir a investigar quizá encuentre una respuesta - Sus puños temblaron sobre la mesa con impotencia.
- Llévame contigo.. -
- No, no puedo ponerte en riesgo - Ella se encogió de nuevo ¿por qué estaba así?
- Link..
- Zelda por favor- Había angustia en su mirada
- Será muy peligroso – No quería alejarse de él, no de nuevo. El castillo aún seguía siendo un lugar muy peligroso para cualquiera que quisiese acceder a él ¿por que tenía que dejarlo ir? No quería - Yo puedo hacerlo. Llévame contigo - Intentó pese a que era una batalla perdida - Será más fácil si vamos los dos -
Link podía notar la suplica en esos ojos verdes por lo que aparto la mirada intentando mantenerse firme, no quería arriesgarse. Sabía que ese viaje no sería precisamente seguro, la superficie del castillo aún daba problemas, no se quería imaginar los subterráneos, además le llevaría tiempo. El castillo era un laberinto con cientos de secretos, pruebas y acertijos pero debía hacerlo... tenía que entender lo que pasaba... y no encontraría respuestas sino era ahí.
- Le escribiré a Impa para que te quedes con ella ese tiempo, no puedes quedarte sola - Debía ser firme y no dudar, sabía que Zelda lo estaba odiando pero era por su bien, ella no aguantó más, se levantó, el ruido que hizo la silla al arrastrarse por el suelo hizo eco en la estancia.
- Espera - Link hizo ademán de levantarse pero la mirada de Zelda lo detuvo en el camino, estaba enfadada y triste, lo sabía perfectamente - Zelda por favor, debes entender.. –
-¿Qué debo entender? ¿Qué tienes que ponerte en peligro otra vez por mi culpa? - Se limpió las lágrimas con brusquedad – Si quieres que este feliz de que tengas que volver al castillo, sabiendo que aún está lleno de monstruos y guardianes estás muy equivocado – Él apretó la mandíbula.
-¿Y qué quieres que haga? ¿Qué me quede aquí sentado viendo cómo te consumes poco a poco?-
-Sino estuviéramos juntos... No tendrías que...
-No digas eso - Zelda se mordió el labio con tanta fuerza que temió hacerlo sangrar.
-Es la verdad, quizá sería mejor que te olvides de mi – No sabía que estaba diciendo, las palabras salían sin tregua por su boca. Odiaba esa sensación de ser una carga, la damisela en apuros, lo odiaba.
-Si quieres pensar eso está bien, pero no decidas por mí. Si es por ti iría al mismísimo infierno las veces que sean necesarias con tal de que estés bien quieras o no quieras que este contigo – Soltó el con una brusquedad poco vista en el caballero. Sabía que estaba molesta, pero sus palabras le habían dolido en lo más profundo, si por salvarle la vida debía sacrificar su relación, lo haría sin dudarlo, pero eso no significaba que fuera de piedra, realmente le dolía el solo pensarlo.
Ella no pudo soportarlo más, el peso de su mirada y el rumbo que cobraba aquella conversación, rompió la conexión con sus ojos azules, no soportaba ver la angustia en ellos por lo que subió por las escaleras corriendo buscando la cama para hundirse en en ella hecha un ovillo tembloroso de rabia, miedo y tristeza.
Link se quedó solo, suspiró, mirando el techo intentando encontrar serenidad se ajustó la coleta pasando la mano por sus cabellos por su cabello con fuerza y furia intentando calmarse con muy poco éxito se dispuso a explicar brevemente en una carta todo lo acontecido a Impa, la enviaría temprano por la mañana. La decisión estaba tomada.
Se quedó en el comedor dándole tiempo a tranquilizarse mientras él hacía lo mismo, habrían pasado un par de horas cuando se decidió por fin a enfrentarla. Subió las escaleras con cautela, ella escuchó cada paso, hasta que lo tenía al pie de la cama, para aquel entonces ya estaba un poco más calmada sin embargo no lo miro incapaz de enfrentarlo, abrazó su almohada escuchando que link se deshacía de las botas, sintió que el colchón hundirse, hasta que estuvo encima de ella apoyado en sus manos.
- ¿Quieres dejarme? - Ella se tensó de inmediato, por supuesto que no quería, había soltado aquello como un berrinche infantil, una parte de ella sabía que él estría mejor sin ella pero otra, la dominante, se aferraba a él con fuerzas - Dime…- Ella negó entonces con el rostro, incapaz de hablar se aferró a su almohada como si fuese un escudo, algo en el pecho de Link se suavizó de pronto el aire volvió a la normalidad permitiéndole respirar, por un momento temió incluso más que al enfrentarse a Ganon - Yo tampoco quiero alejarme de ti... ¿lo entiendes? – La voz suave del espadachín le acaricio el oído, sentía todo su cuerpo temblar ante su reciente cercanía, abrumada por el beso que el depósito en el lóbulo de su oreja se retorció y pasados unos segundos aflojó el agarre de su almohada relajándose ante sus caricias.
- No quiero que te pase nada… No sé qué haría sin ti… Perdón por lo que dije –
- Lo sé – Link sonrió el apenas - Pero no podré concentrarme si sé que estás molesta conmigo y sino te sé en un lugar seguro será peor - Esta vez se inclinó, su voz sonó aterciopelada, sincera y suplicante, Zelda sintió los besos que el depositó con adoración en su cuello cuando apartó sus cabellos dorados, se estremeció ante el contacto tibio de sus labios, el ritmo de su corazón de había disparado y de pronto olvidaba a base de besos lo que habían conversado, quería mantener el hilo, se estaba dejando vencer.
Se supo perdida cuando él le arrebató la almohada, acorralándola con sus manos sobre las suyas no pudo apartar la mirada de aquellos preciosos ojos azules, pudo percibir las motitas que brillaban como cristales en el iris, derritiéndose ante la intensidad con la que la miró antes de besarla, acariciando sus labios con suavidad y adoración, sintiendo como cada fibra de su cuerpo reaccionaba inevitablemente a la cercanía de él, su aroma, su presencia. Link sintió el ligero temblor en ella y cuando un suave gemido brotó de los labios de Zelda él perdió los estribos o parte de ellos. La soltó entonces alejándose lo suficiente para percibir la timidez que ella mostró, estaba sonrojada, visiblemente afectada por el acalorado beso, no sabía si era momento, no sabía si era correcto pero la besó con más fuerza y profundidad. Ella respondió como si hubiese estado esperando aferrándose a su camisa como si quisiese fundirse en su ser, pero sentía la duda en él, había duda en cada uno de sus movimientos, como si temiese que se desvaneciera.
-Link… - Murmuro entonces sobre sus labios.
-Mmm…- Se apoyaba en sus codos, con el rostro lo suficientemente cerca para percibir su dulce aliento
-Hazme el amor..- Quería sentirlo, saber que pese a todo estarían juntos y aquello lo desarmó por completo, esfumando las dudas, los temores se dejo ser, perdiendo la noción del tiempo, de la situación, de todo lo que les rodeaba, se permitió entonces amarla y fundirse en ella como si fuesen un solo ser.
Quiero un Link tan bonito, comprensivo, entregado y amoroso en mi vida ;-;
