Holaaaaa, mi pc se murió y pensé había perdido los archivos de este fic
Casi muero del susto jajaja porque a penas vamos por la mitad w.w
Suerte lo tenía en el correo
En fin, disfruten este capitulo, ya vamos por el 10, la mitad mas o menos uwu
Zelda abrió sus ojos encontrándose sola sobre la cama, se estiró cual felino adaptándose a la luz que se filtraba por la ventana y entonces se percató del anillo que ahora brillaba en su dedo. Sus mejillas se ruborizaron enseguida recordando lo que había pasado la noche anterior, se acercó al rostro la mano para verlo con detenimiento, sintiendo un cariño inmensurable, una felicidad que no recordaba haber experimentado antes, extrañamente feliz.. cálida... llena.. Abrazó su almohada pataleando desbordada por sus emociones y entonces se percató que estaba sola en la habitación, Link solía despertarse siempre antes que ella.
Se levantó de la cama y al asomarse por la ventana lo vio cepillando a su caballo. El espadachín se encontraba concentrado consintiendo al animal inconsciente de la mirada de Zelda, ella intentó grabarse cada rasgo de él, desde sus cabellos rebeldes atados despreocupadamente en una coleta o la manera en la que su túnica azul acentuaba más el color de sus ojos. Paró el ritmo de sus pensamientos cuando la mirada de él capturó la suya, sonriendo. Zelda se sonrojó sintiéndose atrapada, el espdachín ajeno a los pensamientos de ella señaló entonces hacia la casa haciendo un gesto de "¿quieres desayunar?" Ella asintió entonces.
Se apresuró a cambiarse de ropa. Acomodar sus cabellos y asearse el rostro, para posteriormente bajar las escaleras. Encontrándose en el camino con Paya, la joven llevaba un bonche de papeles en los brazos y parecía dirigirse al estudio de Impa.
- ¡Zelda buenos días! – Siempre le pareció una chica algo tímida, en ese momento le ofrecía una sonrisa avergonzada.
- Buenos días Paya – Sonrío la rubia - Pareces ocupada..- Añadió fijándose en los papeles, sabía que Impa, Kakariko en general se habían hecho cargo del reino en los tiempos difíciles que se atravesaron por el cataclismo por lo que no quería entorpecer su labor.
- Sí, todo es un desastre entre los pueblos. Nadie se organiza para reconstruir... Estamos haciendo planes pero nadie quiere cooperar - Se quejó la peliblanca, había apretado los papeles, mirando a Zelda intensamente, guardaba la esperanza de que con la figura real presente todo fuese más fácil de llevar a cabo. Zelda no supo que decir. Por un momento pensó que aquello era una obligación que le pertenecía e inevitablemente sintió la obligación de ayudar pero el rumbo de sus pensamientos se rompió cuando Link irrumpió en la estancia.
- Buen día- Dijo el hyliano provocando que la Sheikah frente a él diera un respingo. Era evidente que el espadachín la ponía nerviosa.
- h..hola ..- Zelda intentó no darle importancia al asunto, no era la primera vez que presenciaba que Link pusiese a alguien nerviosa, era algo que se repetía constantemente sobre todo el sus viajes del pasado aunque él no parecía notarlo, a veces pensaba que lo ignoraba por pura cortesía – El.. desayuno .. está servido… Yo me voy – Paya se apresuró a marcharse tropezando torpemente en su escape, los sentidos agudos del muchacho evitaron que terminase en el piso pero la pila de papeles voló por los aires decorando el suelo de madera en blanco. Zelda se quedó perpleja por un momento antes de que su mirada parase en las manos de Link, sujetando firmemente la cintura de Paya.
Un retorcijón se formó en su pecho, uno extraño, desconocido e incómodo. Apretó los labios y sin querer ver más a aquel par se apresuró a agacharse para ayudar a Paya a levantar los papeles.
-Lo.. siento… - Dijo Paya tardando unos segundos más de lo necesario en incorporarse, era evidente que la chica no lo hacía a propósito, no es como que quisiese mantenerse cerca del espadachín ¿o si? De nuevo ese sentimiento afloró molestándola.
-No te preocupes – Cuando la chica se apartó Link ayudó a levantar los papeles, Paya también. El rubio en un momento se percató de que Zelda le esquivaba la mirada, extrañado levantó las cejas ladeando el rostro para atraer su atención pero ella, solo lo evitaba más.
No tardaron mucho en terminar de recoger las cosas, la peliblanca salió entonces rumbo al estudio de Impa completamente acalorada.
Zelda se dispuso a ir hacia la cocina ignorando a Link, sin saber porque se sentía tan molesta ¿estaba acaso loca? Apretó sus puños ignorando al espadachín, pero no pudo dar un paso más ya que tenía al rubio por detrás abrazándola por la espalda evitando que siguiera avanzando. Sintió el beso que él dejo sobre la piel expuesta de su cuello y no pudo evitar el estremecimiento de su cuerpo ante el contacto de sus labios.
- ¿Qué pasa? – Quiso saber
- ¿Qué pasa de qué? – Zelda tuvo la intención de sonar casual pero sin razón ni motivo aparente, estaba enojada y eso si que se notó en el tono de su voz.
-¿Zelda? – Link ahora si se preocupó.
-¿Qué? – La princesa se mordió el labio, se sentía tonta. No tenía motivos de tratarlo así lo sabía pero de nuevo su imagen sosteniendo a la chica por la cintura se acentuó en su mente cual veneno.
-¿Estás molesta?
-No- Está vez la rodeó para verla a la cara, Zelda tenía el ceño fruncido y le evitaba la mirada - Supongo que le gustas a muchas mujeres...- Se aventuró a decir la rubia temeraria con los amargos sentimientos que en ese momento nublaban su razón.
Link entonces se atragantó, y empezó a toser y Zelda le dirigió una mirada de puro odio. Si definitivamente se estaba volviendo loca.
- Supongo que estoy en lo correcto.. - Cruzó los brazos apartando la mirada de él, Link se rasco la nuca sin saber muy bien que decir.
- No creo que sea así- Mencionó él, no veía la necesidad de entrar en detalles.
- ¿No crees? - la mirada de Zelda lo estaba analizando completamente en ese momento, nunca se había sentido así en toda su vida, no sabía ponerle nombre a lo que sentía.
- ¿No tienes hambre? - Insistió link sonriendo incómodo.
- ¿Con cuantas chicas has estado? - Esta vez sintió la mirada de su rubia como una daga. El pasado no debería ser un factor importante en la ecuación, de hecho no debería tener importancia entre ellos, pensó el espadachín. Podía fácilmente mentirle pero no tenía porque hacerlo aunque algo en esos ojos verdes le decía que a ella no le gustaría saber esa información.
- ¿A que viene esa pregunta? –
- ¿No me vas a decir? – Se estaba exasperando, un poco quizá.
- Con algunas... Pero no te recordaba en ese momento – No supo porque pero necesitaba excusarse, no es que estuviese haciendo algo malo.
- Olvídalo - sabía que no tenía derecho a enojarse pero aun así le ardía la sangre de pensar en ello.. intentó esquivarlo para dirigirse a la cocina pero Link la detuvo en el acto..
- ¿Estas molesta?
-¡No! – Quiso soltarse de su agarre pero Link no se lo permitió
- Zelda...
- No estoy molesta.. – No sabía porque de pronto los ojos le picaban, "celos" pasó esa palabra por su mente y comprendió todo. Estaba celosa irracionalmente.
- Ni significa nada amor - Zelda se mordió el labio sintiéndose tonta no podía siquiera verlo a los ojos – Oye, contigo me quiero casar - La jaló con delicadeza hasta tenerla en frente, ella se sonrojó por la ternura en sus palabras - Todo cambió cuando te recordé – Quiso ahogarse en su propia vergüenza, de verdad Link no debía justificarse no había necesidad, era ella la que se estaba dejando llevar por sus sentimientos infantiles por lo que asintió a penas, de pronto fue consciente de un dolor en la parte baja de su vientre.
- Lo siento.. me puse un poco.. celosa – Confesó finalmente abochornada por la situación, Link pese a la confusión no pudo más que sonreír, no estaba molesto de hecho se sintió… ¿enternecido? Entonces se percató de que ella no se veía muy bien.
- ¿Estas bien? - Ella asintió con el rostro de nuevo avergonzada, después de tomar la pocion que le había proporcionado el caballero y tras los 100 años de asedio, no recordaba cuando había sido la última vez que le había llegado el periodo, ese dolor solo podía significar que estaba por iniciar muy pronto, muy pronto - ¿Zelda? - preguntó él, ella levantó la mirada avergonzada.
- Solo me duele el estomago.. - Quiso restarle importancia
- ¿Necesitas algo? Deberías desayunar quizá es eso -
Sintió de pronto un liquido viscoso deslizarse por su pierna por lo que se separó abruptamente del espadachín para correr hacia su habitación, Link se quedó perplejo por unos segundos antes de subir tras ella, Zelda no alcanzó a cerrar la puerta cuando el joven ya estaba entrando en la habitación tras ella.
Un poco desesperada empezó a deshacer su maleta, evidentemente no tenía los protectores de algodón que solía usar en el castillo, la frustración fue evidente cuando las lágrimas arribaron a sus ojos. Definitivamente ese día, las emociones estaban a flor de piel.
- ¿Qué pasa? - Link la detuvo, estaba buscando frenética entre sus cosas sin decir palabra alguna - Zelda - Insistió él, ella levantó la mirada a penas se mordió el labio, sabía que no podría deshacerse de él.
- Nada.. - No podía decirlo, le daba vergüenza. - ¿Puedes llamar a paya? - Pidió, Link levantó la ceja ladeado el rostro hacia ella para atraer su atención pero al verla supo que no conseguiría nada por lo que suspiro asintiendo.
No tardó mucho tiempo en traer a la chica con Zelda, la muchacha no hizo preguntas solo lo siguió hasta la estancia. Ahí estaba la rubia sentada sobre la cama, en aparente tranquilidad. Cuando Paya estuvo dentro de la habitación literalmente corrió a Link para que les dejase privacidad, Link cerró la puerta a sus espaldas, la duda lo carcomía sin embargo no iba a espiar. Era un caballero
- Disculpa.. Paya.. ¿tendrás toallas sanitarias? - No quiso escucharlo. No era su culpa el tener los sentidos más desarrollados que la mayoría de personas. Se detuvo en seco a su andar, así que era eso.. Soltó un suspiro entonces pasando la mano por sus cabellos, descubriendo el porqué de la vergüenza de Zelda. El joven no se dejaba cohibir por temas como aquel, tuvo alguna vez una hermana menor y una madre. Sabía de esas cosas lo suficiente. Sin pensárselo demasiado salió de casa.
…..
Zelda yacía en su cama recostada. Paya le había conseguido retazo de tela para que pudiese estar cómoda aunque ciertamente no eran tan cómodo como lo que solía usar en sus días malos cando era la princesa del reino.
Link no daba señales de vida su malestar había incrementado con el paso del tiempo. Le dolía el vientre y la cabeza por lo que estaba hecha un ovillo sobre la cama, no era el día que se esperaba de hecho.. esperaba pasarse el día con Link disfrutar de su compañía lo máximo posible pues sabía que se separarían pronto.. pero la naturaleza era así. Impredecible.
Le dolía mucho supuso que seria debido a la poción que había bebido para evitar un embarazo, apretó los labios mientras se acomodaba sobre la cama cuando lo escucho entrar. Habían pasado un par de horas desde que lo había corrido de la habitación. El joven entró despacio y se sentó al borde de la cama, la rubia notó que llevaba una bolsa en sus manos por lo que su mirada pasó a ser curiosa.
- ¿Dónde estabas? - Preguntó finalmente
- Fui a comprar unas cosas. Toma - Le ofreció la bolsa, ella la tomo entre sus manos. La bolsa era de seda color crema y en su interior pudo ver unas toallas de algodón finamente hechas, parpadeo un par de veces, sus mejillas se enrojecieron aunque eso no significó nada, estaba enternecida completamente por el gesto.
- ¿Cómo supiste? – Quiso saber.
- No era mi intención, pero escuché lo que le pediste a Paya -
- Gracias..- Murmuró Zelda, mirándolo, el azul de sus ojos brillaba contra la luz que se filtraba por la ventana, tan hermoso no pudo evitar acercarse a él, para abrazarlo.
- ¿Cómo te sientes? Dijeron que probablemente experimentarías dolores fuertes.. – Recordaba que aquel era uno de los motivos principales por los que no quería que ella se viese en la necesidad de tomar la poción. Ella negó con el rostro, Link en ese momento acariciaba su mejilla con suavidad.
- Estoy bien, solo necesito descansar - Lo calmó ella, sin embargo el espadachín no se quedaría conforme.
- ¿Ya desayunaste? -
- No - Link no dijo más. Se encontró camino a la cocina, no tardo mucho rato en regresar con una bandeja llena de bocadillos, comida y jugo. Zelda se incorporó en la cama, de pronto sintió mucha hambre. Él puso la bandeja en la mesita de noche y jalo una silla junto a la cama ofreciéndole el tenedor.
- Come- Pese a sonar como una orden. Su voz fue suave. Ella asintió y tranquilamente empezó a comer. Ofreciéndole a su paso uno que otro bocado a Link, quien estaba picoteando la fruta en la bandeja.
- ¿Te iras mañana? - Preguntó pasado el tiempo bebiendo el jugo de manzana.
Link la miró, había duda en su expresión, una duda que quería borrar. Asintió sin muchas ganas antes de suspirar.
- Tengo que - Su expresión lo decía todo por él, se le hacía difícil separarse de ella, 100 años, recordarla y aún así no poder verla por meses intentado fortalecerse para vencer a Ganon, todo parecía una extraña jugarreta del destino, como si quisiese mantenerlos separados.
- Llévate la tableta sheikah contigo.. – Zelda sabía que no era el momento de insistir no quería hacerlo sentir peor acarició su mejilla cuando el se sentó en la cama junto a ella Link la observó asintiendo. Tomo su mano con cariño besándola el dorso.
- ¿No haz sentido nada raro? – Preguntó, no podía huir de aquel bonito iris azulado que tanto le gustaba.
- Sí.. pero no ha pasado nada- No quería mentirle.
- No hay que bajar la guardia -
- Lo sé - Está vez la rubia se acomodó entre sus brazos cerrando los ojos. Disfrutando del calor y seguridad que el cuerpo de Link le brindaba.
- Te dejaré dinero, por si necesitas algo en lo que no estoy aquí - Zelda entonces levantó el rostro hacía él.
- No es necesario Link ..-
- Claro que lo es -
- No tienes que.. -
- No pero quiero - Ella suspiró, mordiéndose el labio, no le gustaba ser una carga mucho menos para él.. - Eres mi prometida ahora.. déjame hacer esto por ti.. - Ella se sonrojo enseguida.. su prometida..
- Gracias.. - murmuró entonces – No se como.. pagarte todo lo que haces por mi.. -
- Solo quédate conmigo y se feliz a mi lado, no necesito más que eso.. - Ella no encontró más que sinceridad en sus palabras, una sonrisa inevitable se presentó en su rostro antes de girarse lo suficiente para alcanzar sus labios en un beso largo y suave. Cargado de cariño, anhelo y un amor insuperable.
- Siempre.. – Murmuró ella, sobre sus labios, viéndolo a los ojos. Diciendo tanto a través de la mirada. No había necesidad de las palabras, sabía que aquel amor podía trascender el tiempo.
- ¿Lo prometes? - Él sonreía pero había algo en su mirada, ¿temor? No sabía.
- Sí, lo prometo.. - Volvió a besarlo esta vez, sellando una promesa que en aquel momento supo fácil, inevitable, lo que no sabía era que la vida pondría a prueba todo lo que ese día se dijeron.
No pasó mucho en este capitulo, quería escribir un poco de su día a día sin problemas, jajaja conocer un poco como se llevan y así uwu espero igualmente lo disfruten
Gracias a Sakura por siempre comentar y a Santia 925: Tienes razón ojalá nos dieran algún día una escena, que se agarren de la mano por lo menos ajajaja
