Nuevooo capitulo
Aclaraciones: Todo lo reconocido pertenece a The legend of Zelda BOTW
Advertencia de lemon +18
Aquella tarde link estuvo alistando sus cosas, era extraño para él regresar a la rutina de prepararse para un viaje largo, cargado de armas, flechas, arcos y comida. Su alforja expandida por medio de magia le permitía cargar consigo varios artilugios necesarios para sobrevivir solo fallaba algo: tener un plan, como tal solo se veía guiado por una corazonada. Siquiera sabía lo que estaba buscando pero algo, algo en lo profundo de su subconsciente lo llamaba hacia el castillo.
Había dejado a Zelda descansando después de entregarle un té que aliviaría sus síntomas y cuando se dispuso a regresar a la habitación que compartían entro con cuidado de no hacer ruido pues la pensaba dormida.
- ¿Ya tienes todo listo? – Preguntó la rubia sentada sobre la cama, Link sonrió a penas asintiendo, sentándose a su lado.
- Sí, saldré al amanecer – Ella asintió, podía ver que Link se mostraba decaído, poco tiempo le había costado el aprender a leerlo.
- ¿Después de esto.. regresaremos a Hatelia? – Se aventuró a preguntar.
- Claro - Sus ojos se encontraron, Zelda estiró su mano hacia el acariciando su mejilla y él le atrajo entonces, permitiéndole acomodarse en ese espacio de su pecho - ¿Te sientes mejor? Si es así ¿te gustaría salir conmigo? – Propuso, antes de dejar un beso en sus cabellos, percibiendo el aroma y la calidez que ella desprendía, tan hermosa.
Ella desvió su mirada hacía él asintiendo, sonrió. Quería pasar el tiempo con él, disfrutar de su compañía porque mañana ya no estaría y no sabía cuando volvería a verlo.
…
El atardecer trajo consigo una brisa fresca preparado para salir en aquella cita improvisada con sabor a despedida, Zelda sentía el sentimiento amargo asentado en su pecho, caprichosa no podía evitar sentir que no quería que se fuera pero ya no se permitía decirlo en voz alta.
Se había puesto un vestido azul y había dejado sus cabellos sueltos, Link había ido a preparar el caballo y cuando llegó hasta la encontrarla lista junto a la ventana, la vio hermosa como siempre la recordó y admiró por un momento se quedo perplejo, delineando su rostro, como sus ojos verdes destacaban expresivos y amables, los largos cabellos dorados coronando esas bellas facciones, de pronto y sin previo aviso un recuerdo se desbloqueo en su memoria uno muy antiguo. Parpadeó un par de veces quedándose perplejo ante la escena que se asentó en sus pensamientos, Zelda lo observaba, curiosa
-¿Link? – Quiso atraer su atención acercándose a él hasta quedar enfrente, notando lo mucho que había crecido a ese punto -¿Qué piensas? – Preguntó ella cuando sus ojos se encontraron, podía ver un brillo especial y nostálgico en el iris azulado del Hyliano.
- ¿Cuándo nos conocimos? – Soltó y ella se encontró sorprendida, abrió los labios frunciendo el ceño recordando de repente ese día.
- La primera vez que te vi.. fue cuando mi padre te nombro mi guardia. . - Meditó ella - ¿Por qué? ¿Recordaste algo? - Él se inclinó lo suficiente para rozar la nariz de Zelda con cariño, provocándose cosquillas a Zelda.
- No es nada... - Había algo en su sonrisa que Zelda no supo leer, Link la besó entonces, sin previo aviso enredando sus manos detrás en su cintura para atraerla, el rose de sus labios fue suave pero ella se sintió mareada ante el estremecimiento de su propio cuerpo por el ritmo de sus besos. Él la sintió temblar cuando profundizó en sus labios ladeando el rostro de pronto se encontraba acorralándola contra su cuerpo y la puerta, sintiendo sus tentaduras curvas contra su túnica. Debía detenerse pero ella, en un gemido suave no se la estaba poniendo muy fácil.
-Link… - Quiso traerlo de vuelta, levantó el rostro separándose lo suficiente para poder verla, sonrojada, acalorada y notablemente afectada -¿No íbamos a salir? – Preguntó, él soltó una risa asintiendo.
-Si tienes razón… - Se dio un momento suspirando.
….
No tardaron mucho tiempo en emprender el camino que les esperaba, el atardecer cubría los senderos en un color dorado cuando el espadachín le ofreció compartir caballo, Zelda se subió frente a él en su regazo sintiéndolo muy cerca de su cuerpo, disfruto el recorrido sintiéndose protegida por el caballero.
Reconoció el camino que seguían en poco tiempo, se alejaban del poblado atravesando un denso bosque que reconoció, su corazón vibro pese al ligero vacío que se había asentado en su pecho ante la anticipación de su partida, no entendía el porque de su ansiedad, no lo vería por un tiempo pero era finito, no es como si.. se separarían para siempre.
Pronto el cabalgar fue disminuyendo su velocidad hasta que se detuvieron donde antes lo hicieron, Link se bajo con cuidado del caballo. El silencio se había prolongado entre ellos aunque este no era incómodo, la ayudó con delicadeza a bajarse, siguieron el camino con cuidado entre las ramas de los árboles y flora silvestre se vislumbró aquel claro, estaba oscuro, los ruidos de la naturaleza fueron protagonistas cuando poco a poco se acercaron a aquel lugar donde había decidió abrir su corazón a él.
Pronto estuvieron rodeados de aquella bella flor que tanto le gustaba, la luz se había extinto para aquel momento, quedaba un cielo plagado de estrellas y las flores brillaban plateadas dando un aspecto mágico al lugar. de noche todo era tan.. diferente..
Zelda se encontró alucinada ante la belleza que se abría pasó en claro, había ligeras gotas de brisa nocturna colgando de cada planta y con la luz nocturna que llegaba desde las estrellas y la luna hacía que parecieran bellos diamantes coronando cada flor, una sonrisa se presentó en sus labios acercándose al centro del claro cuidando que sus pies no dañaron ningún ejemplar. Lo que no sabía en aquel momento es como la observaba él..
Jamás en la vida.. se había sentido como se sentía con ella. Era como si su sola existencia háyase sentido únicamente por aquella pequeña mujer que lucia como una diosa a la luz del cielo nocturno y es que no había algo que no le gustase en ella. Sus cabellos dorados. Su piel, su ligera sonrisa o la forma tan elegante que tenía de andar. El corazón vibraba sin parar observándola a lo lejos, su semblante no mostraba la admiración que estaba sintiendo en ese momento. Pero sentía que flotaba, ella lo miro desde donde estaba y la tierna sonrisa que me ofreció le derritió el corazón, se acercó como si fuese atraído cual imán hasta alcanzarla.
Zelda le observo curiosa y se dejó atraer por la cintura cuando el posó sus manos ahí, sintió el calor de sus labios en su frente antes de abrazarse a él. Dejando que aquel aroma tan familiar le trajera la calma que tanto necesitaba. Él la abrazo firmemente entonces, la extrañaría. Joder... lo haría...
- ¿Ya me dirás? - Escuchó su voz y no pudo evitar sonreír ante la curiosidad de su ahora prometida, era evidente que se había guardado esa pregunta todo el camino. Acaricio su mejilla y ella levantó el rostro, había curiosidad en el verde de sus ojos.
- ¿El qué? - Jugueteo el, ella frunció el ceño y torció los labios
- Que pensabas en la habitación - Insistió
- No se de que hablas -
- Link..
- ¿Tanta curiosidad tienes? - Ella asintió entonces, la brisa fresca le había enrojecido la nariz. Se veia adorable.
- Te lo diré cuando regrese - Zelda entrecerró los ojos. No podía enfadarse con el, solo le ganaba la curiosidad, además aquellas palabras parecían más esperanzadoras por lo que termino suspirando resignada. Una gota paró sobre su hombro solitaria antes de que otras la acompañasen Zelda levantó el rostro hacia el cielo entonces. De pronto la llovizna los estaba bañando ligera y tranquila, se soltó de él levantando sus palmas. Y su risa se hizo notar cuando la lluvia empezó a arreciar.
- Deberíamos ocultarnos de la lluvia. No quiero que enfermes – Link tomó su mano pero ella lo jalo hacia él riendo. No recordaba haber jugado alguna vez bajo la lluvia pero de pronto se encontraron envueltos y empapados, recibiéndola como si fuese bienvenida, la sentía resbalar por su cuerpo humedeciendo su vestido y sus cabellos, el verla reír y disfrutar algo tan simple como una lluvia le enterneció el corazón por lo que no insistió más. Su mirada azul era dulce, bajo los rebeldes cabellos rubios, Zelda lo amaba no tardaron mucho en encontrarse abrazados bajo la lluvia.
El bajó su rostro y la besó y de pronto dejo de importar todo lo que los rodeaba, no importaba que estuviesen en la oscuridad en el bosque, los brazos de Zelda se encontraron rodeando su cuello mientras se entregaba a aquellos labios con el corazón vibrando y el clima hacía de todo algo más intimo, intenso, su corazón latía fuertemente, su respiración perdió el ritmo regular y el vapor de su aliento la estremeció
El beso no tardó en cobrar intensidad, sentía sus manos como fuego recurriendo su cintura, cuando un pequeño gemido se escapó de sus labios. Haciéndole temblar bajo el tacto de los labios de Link en su cuello.
- Link.. - Murmuró ella, en algún punto se habían dejado guiar dejándose caer sobre la yerba mojada, sintió las plantas cuando se recostó sobre el suelo. Estaba loca en ese momento, solo reconocía sus labios y poco le importaba la incomodidad del lugar que los acogía. Recordó de pronto su situación actual y se mordió el labio, no quería detenerse.. lo necesitaba. El se inclinó para besarla de nuevo y ella lo recibió.
- Deberíamos regresar.. - Murmuró con aquella voz ronca Link la había acorralado, su cuerpo apoyado por sus palmas a sus costados, Zelda abrió los ojos, la lluvia antes densa se había calmado un poco, negó con el rostro, link sonrió sobre sus labios – Te vas a resfriar – Insistió sin moverse ni un poco, Zelda podía leer el deseo en esos ojos azules.
- No me importa -
- Princesa - Ella lo miró, había un brillo especial en sus ojos cuando se levantó lo suficiente para besarle – Si sigues no me voy a detener.. – Advirtió, Zelda le estaba dando continuos besos en el cuello, sabía perfectamente lo que hacía.
- No te detengas.. - Pidió en un susurro para sorpresa del rubio, estaban solos. En el bosque en un lugar que seguramente nadie visitaba mucho menos con aquel clima y de noche. Lo pensó unos instantes, la observó, bajo la luz de la luna brillaba de una forma mágica.
- ¿Segura? – Quiso confirmar sabiendo que ella se encontraba en días complicados, no quería incomodar.. ella se mordió el labio, y lo abrazo por el cuello acariciando sus cabellos al inicio de su nuca como a él tanto te gustaba.
- Si..- Murmuró y solo eso basto para encontrarse besándola con fuerza. Adentrándose en su boca, acariciando su lengua con la propia. La sentía temblar, gemía suavemente cuando estrujo la curvatura de sus senos sobre el vestido, con impaciencia aflojó el agarre de este dejándolo resbalarse por su cuerpo, exponiendo su piel tersa, descendió entonces con sus dedos delineó sus curvas antes de prestar atención con sus labios pasando su lengua por la cúspide de sus senos, ella gimió en aprobación, arqueándose hacia él.
Fue ese el momento en el que Link levanto el vestido de Zelda lo suficiente para revelar sus piernas, no alcanzó a quitárselo pues no quería dejarla tan expuesta. Con sus dedos deslizó su ropa interior hasta apartarla de ella y procedió a estimularla con sus dedos, mientras se liberaba del pantalón lo suficiente para exponerse y tomarla, ella gimió sobre sus labios cuando la penetró con fuerza, era una sensación completamente nueva su vientre se quejó ante la intromisión pero fue más la satisfacción de sentirlo que el dolor que aquello pudiese provocar, la dejo acostumbrarse a él quedándose quieto unos instantes antes proseguir en movimientos constantes sin darle pausa besándola, ella enredo sus dedos en el cabello de Link atrayéndolo, sus caderas se movieron recibiéndolo hasta no fue consciente de nada, ni la humedad bajo su cuerpo, las plantas, los sonidos de la naturaleza, de nada más que él, link supo que la mujer se había consumido cuando la sintió relajarse debajo de su propio peso.
Un momento frenético y fugaz en la oscuridad, respiro entrecortado intentando calmar el ritmo descontrolado de su corazón antes de liberarla de su agarre, ella tenía los ojos cerrados intentando preservar la sensación cerró las piernas cuando el hyliano le acomodó la ropa interior con la intención de proteger que no se manchase, Zelda se había llevado las manos al rostro cubriéndose para relajarse mientras Link se sentaba sobre la yerba.
Se dio cuenta entonces, lágrimas se estaban resbalando por los ojos de la rubia por ello cubría su rostro.
- ¿Zelda? ¿Te hice daño? - Preguntó asustado ella negó rápidamente, intentando secar sus lágrimas, él le ayudó a sentarse y empezó a acomodar sus cabellos con delicadeza mientras ella lloraba, se sentía tonta, no quería que el la viese así pero no podía controlarse - ¿Qué pasa bonita? - Preguntó, ella se abrazo a él entonces escondida en su cuello.
- No te has ido y ya te extraño.. - Murmuró con dificultad.. Link suspiro aliviado le dejo un beso en sus cabellos mientras la consolaba acariciando su espalda.
- Cuando esto pase no me separaré de ti nunca más - Le animo el, con el corazón hecho una pasa. A él también le dolía pero debía ser fuerte sobre todo si ella sufría de esa forma.
Estuvieron ahí un rato más antes de emprender el camino de regreso, Zelda se aferraba a Llink como si sintiese que se fuese a desvanecer entre sus brazos en cualquier momento, cuando llegaron a la casa de Impa, ella se metió en la ducha para calentarse, Link pese al aspecto desaliñado fue a ver a la anciana exponiéndole sus inquietudes y preocupaciones sobre el cuidado que debían tener con Zelda, era esencial que no la dejaran sola.
Subió las escaleras y la encontró recostada en la cama envuelta en su pijama, abrazando una almohada, el también se dio una ducha caliente y rápida. Regresando a donde ella se encontraba. Ya tenían todo listo solo bastaba dejar que la noche trajera consigo el día de su partida. Se acomodó en la cama y ella busco el calor de su cuerpo acomodándose plácidamente en el espacio de su pecho que le gustaba ocupar.
- ¿Ya está todo listo? - Peguntó
- Si
Se miraron en silencio.
- ¿Recuerdas cuando te escapabas sola?. – Preguntó, ella se sonrojo avergonzada, cierto.. cuando no se llevaban bien ella huía de el para que no la vigilara, a veces lograba alejarse de él por horas pero el siempre terminaba encontrándola.
- Era muy difícil- Se quejo juguetona. Una sonrisa nostálgica cruzo sus labios en ese momento.
- Era muy desesperante no verte cerca - Ella le observo curiosa
- Por tu deber supongo – Link lo pensó unos momentos brindándole caricias suaves.
- Si y no, de verdad me preocupaba por ti – Soltó finalmente.
-Pero si yo te trataba muy mal….
- Probablemente pero no te odiaba por ello – En ese momento Zelda lo observaba curiosa – Quería protegerte - Se acurrucó contra él.
- Siempre has sido así, quieres proteger al débil - Suspiro – Me gusta eso de ti - Link se sorprendió de sus palabras y aunque fuesen ciertas...
- No creo que fuese solo eso - Ella lo miro confundida - De verdad quería protegerte a ti.. – Ella sonrió enternecida levantándose lo suficiente para alcanzar sus labios en un beso suave.
- Te amo – Murmuró Zelda.
- Lo sé - Poco a poco la conversación se fue apagando hasta que la noche los llevó por un sueño intranquilo. Entrelazados sobre las sábanas.
…..
En algún momento un sentimiento sofocante la hizo despertar. La habitación estaba oscura, extendió su mano y encontró la cama vacía, el pecho le dolió. Miró a la ventana y aún estaba oscuro, no había señales de Link por ningún lado, su espada no estaba colgada donde siempre y el pequeño morral que se llevaría no estaba sobre la mesita, salió a tropezones de la cama dándose un golpe contra el suelo pero eso no importó, se levantó con dificultad y corrió hacia las escaleras. Abriendo la puerta rápidamente de la casa corrió hacia el sendero y lo vio, estaba sobre su caballo.
- ¡Link!- Gritó ella y él se detuvo volteando, serían las 3 de la madrugada, ella respiraba entrecortadamente, se dejo caer sobre sus rodillas incapaz de avanzar. Él se bajó del caballo de un brinco y corrió hacia ella.
- Zelda regresa a la cama – Pidió él, inclinándose sobre su tembloroso cuerpo, la noche era helada y ella traía una bata ligera como única prenda.
-¿Te vas a ir así? ¿Sin despedirte? - Ella estaba llorando mientras lo golpeaba en el pecho. Molesta, asustada.
- Perdón.. - La voz se le entrecortado intentando parar sus golpeteos débiles, la abrazo entonces. Ella sollozo en su pecho.
- No me hagas esto... - Murmuró ella llorando en su pecho.
- No quería hacerlo más difícil- La voz de Link fue tranquila aunque había un tinte amargo en sus palabras, cuando sus miradas se encontraron el peino sus cabellos con sus dedos apartándolos de su rostro. Ayudándole a levantarse.
-Si yo te hiciera lo mismo.. - El negó aferrando su pequeño cuerpo, besó su cuello.
- Lo siento – Ella lo miraba, su nariz estaba enrojecida al igual que sus ojos, estaba descalza también – Tengo que irme ahora – Ella lloró con más fuerza asintiendo, miraba el piso incapaz de enfrentarlo – Zelda – Atrajo su atención – Te amo – La honestidad de esas dos palabras no pudieron detener las lagrimas. Ella se quedó muda cuando el se incorporo antes de besarla con dulzura por unos momentos – De verdad debo irme - Sentenció ella se mordió el labio, y asintió.
Tomo un mechón de sus largos cabellos y se llevo el aroma a la nariz dejando que se impregnada en su memoria. Sus miradas se encontraron - Nos vemos pronto.. – Dijo él
-Si – Dijo ella suave, Él asintió antes de dar un paso hacia atrás, elda se quedó inmóvil en su lugar Link se giro y empezó a caminar, la princesa tuvo la intención de seguirlo pero se contuvo con todo su ser. El corazón le dolió, cuando empezó a perderse en el camino sin voltear.
Empezó a llorar y después de unos comenzó a moverse rumbo a la casa, la oscuridad era más densa se sentía vacía.. subió las escaleras y se encontró en la cama vacía donde aún se podía percibir su aroma. Ahí hecha un ovillo dejó que las horas poco a poco fueran levantando el amanecer.
Y se marchó y a su barco le llamó libertad e.e
Como quiero conectar este fic con TOTK es obvio que no se va a morir mi Link
Pero eso no significa que les ponga las cosas fáciles
jiji
