Otro capítulo preparado para ser entregado, ahora, sí sé preguntan por qué no tengo reparo en fastidiar a Sasuke es porque netamente me cae mal, y empezó a caerme mal después del arco del país de las olas, dónde se veía una posible relación de amistad sana con Naruto y durante todo el arco de los exámenes chunin no dejó de fastidiar y menospreciar a Naruto, cuando este se volvió más fuerte en lugar de sentir que Naruto estaba mejorando se puso celoso y se puso de diva, no fue un personaje que empezó cayéndome mal y termino bien, fue totalmente lo contrario. Aviso, por razones varias el capítulo es algo largo, o más que los anteriores.

Y ahora mi parte favorita de cualquier historia que haga, los reviews;

ghust95; Me alegro de que te gustara leer esa final tanto como a mí me gustó escribirlo, no sé qué tan inesperado fue ese final, una parte de mi casi lo sintió un poco evidente de mi parte, y si, había pensado originalmente a Samui para Naruto, pero la idea de cuckear a Sasuke fue demasiado tentadora, y por alguna razón no sentí a Karui para ese papel.

CCSakuraforever; Gracias por otro comentario, en realidad me alegra mucho cuando llegas a comentar. Y sí, el rinnegan permanecerá oculto por un tiempo más al menos, pero estoy esperando a que lleguen los exámenes chunin, pero sé que van a tardar un poco, ya que quiero desarrollar algunas cosas antes de eso.


Sasuke no podía creerlo, no solo no podía creer que el miembro del rubio fuera de ese tamaño, porque eso tenía que formar algún tipo de señal a simple vista ¿No? Sino que tampoco podía creer la situación en la que se había enredado. Ahora entendía que no es que Naruto estuviera negándose a dar el brazo a torcer igual que él por orgullo, el Uzumaki era plenamente consciente de que era casi imposible que perdiera la apuesta, y eso era algo que calaba en lo más profundo de su ser, sabía que esta era una derrota que no podía revocar, por la que jamás podría pedir revancha, hacerlo sería solo buscar humillarse a sí mismo, él, estando duro como piedra por las acciones de su prometida, estaba lejos de poder compararse al chico dormido, en longitud no le llegaba ni a la mitad, y en grosor era comparar un meñique con un brazo, y Sasuke era el meñique, risible, quizás un poco exagerada la comparación pero servía para remarcar el punto, solo había una comparación más risible y era al comparar los pechos de las dos chicas de Kumo.

Su mente tardó unos segundos en pensar en lo que podía hacer, en lo que debería hacer, contrario a lo que podía parecer por su expresión normalmente serena o impasible, no era de roca, simplemente prefería no expresar su propia lujuria fuera de su propia privacidad y aunque Samui como individuo no le importaba en lo más mínimo, la parte lujuriosa y en celo de él, una que se escondía en lo profundo de las sombras de su psique, no podía evitar pensar en lo grandioso que sería tener sexo con ella y sentía que ya era de él, aunque no lo admitiría ni muerto. Quería, necesitaba, cancelar la apuesta, pero no podía, ya había quedado demasiado mal con su entrepierna expuesta como para además parecer un cobarde así que pensó en lo que podía hacer; Podía esperar a que el trío se olvidara de que tendrían sexo en la noche de bodas, para eso podrían faltar años, dudaba que pudiera evitar que tuvieran su adelanto, mucho menos cuando él había sido quién lo había puesto en la mesa de la apuesta, incluso podía aceptar pagar lo de hoy, pero lo que no podía permitirse era cumplir con salir desnudo;

No podría soportar la humillación que sentiría de que otros supieran lo "inadecuado" que era ahí abajo, incluso sí él mismo se consideraba más bien promedio hasta ese día. Tampoco podía ignorar el que podría ser arrestado por escándalo. Diablos, incluso si pudiera garantizar que nadie lo viera no podría soportar la humillación que sentiría al cumplir esa apuesta, y sabía que esa era la única que podía evitar el día de hoy. Y, hablando de la humillación que sentía, quería cerrar las piernas para intentar esconder su vergüenza, o agacharse para levantar su toalla y esconderse, pero ahora que estaban en esta situación no podía sino intentar mantener el orgullo ya magullado.

— Recomiendo que entremos en las aguas termales, debemos sacarle provecho al día ¿No? —Samui ofreció con un tono suave, pero sugerente, que en la mente de Sasuke solo sellaba el vergonzoso destino que le aparaba al final del día.

Con esas palabras los cuatro entraron en las aguas termales, con el rubio soltando un gemido de satisfacción al sentir el agua caliente ayudando a aliviar el cansancio acumulado, aunque ese ruido el Uchiha lo sintió como una mofa por su superioridad en aquel ámbito. Pero todo lo ocurrido siendo algo planeado por el Uzumaki solo era en la mente del pelinegro, en la mente del usuario del rinnegan la historia era muy diferente;

Naruto estaba orgulloso, sí, pero también avergonzado, por un lado, el orgullo venía de que le había ganado a Sasuke y cualquier victoria ante él era más que bien recibida en sus libros, por otro lado, vergüenza por la mirada de las tres miradas fijadas en su entrepierna, no podía ver por qué lo hacían, su tamaño era promedio, o debía serlo, no es que hubiera visto a otros hombres desnudos antes, pero él no era dotado de nada, bueno, el rinnegan era la excepción a esa regla recientemente descubierta.

Y esa vergüenza es lo que lo llevaba a pensar en otra cosa, no lograba entender por qué Sasuke había estado tan confiado en que podía ganar la apuesta, solo podía ser qué el Uchiha estaba confiado en que sería el Uzumaki el que daría el brazo a torcer, o estaba tan acostumbrado a ganar que asumía que ganaría sin mayores razones. Pero no podía importarle menos, diablos, Naruto se sentía lo suficientemente orgulloso para no hacer preguntas, y le subía lo suficientemente el ego como para querer disfrutar de la situación tanto como pudiera, incluso para aceptar el premio de la apuesta a pesar de haber estado dispuesto a perdonar todo esto, y sí, perdonarlo, no porque siguiera considerando a Sasuke su mejor amigo, perdió el título en algún punto, sino porque avergonzar al Uchiha era suficiente premio.

— ¿Y qué tienen pensado para hoy? —El rubio sabía que era un cambio muy descarado de tema, pero las miradas fijas en su entrepierna le estaban poniendo nervioso— Ya que dijeron que no solo estaríamos aquí hoy —Añadió cuando sintió que la distracción no estaba funcionando.

— La verdad es que tras esta apuesta creo que tenemos que cambiar algunos planes —Samui, por fin, levantó su mirada del miembro del rubio, dirigiéndola hacía los ojos del Uzumaki— Pero queríamos terminar la noche con una cena, o al menos terminarla públicamente, ahora que tenemos planeado tomar una pequeña diversión —Explicó con una risilla suave.

Sasuke, que estaba al lado de su prometida, se crispó ante la palabra "pequeña" y esto no había pasado desapercibido para ninguno de los presentes, mucho menos para Naruto quién no pudo evitar sonreír al notarlo, diablos, podía acostumbrarse a esto, ahora que sabía algo con lo que podía fastidiar al pelinegro él podía darse por bien servido por mucho, mucho tiempo.

— ¿Hay sexshops aquí? —Karui cuestionó con una sonrisa descarada, en algún punto había cambiado su mirada de la polla del Uzumaki al Uchiha— Tal vez así Sasuke podría hacerte sentir algo cuando lo hagan —Se mofó viendo a su compañera quien sonrió divertida, mientras que el susodicho prometido soltaba un gruñido.

Incluso sí se divertía de los chistes de las chicas sobre el tamaño de Sasuke, Naruto decidió no sumarse a ellas, principalmente por la falta de reacción del pelinegro que le quitaba parte de la diversión, tampoco se estaba uniendo porque estaba más concentrado en intentar relajarse, por primera vez desde que había comenzado a entrenar sentía que realmente podía relajarse, buscando masajearse a sí mismo y relajar los músculos, otra cosa que tenía que aprender a ser, masajista, al menos el clon en casa ya estaba aprendiendo a cocinar.

— Necesito un masaje de espalda —Gruñó el rubio sin pensar demasiado en qué lo estaba diciendo en voz alta.

— Sí quieres puedo ayudarte, en Kumo... —La pelirroja se ofreció para ello, pero antes de que pudiera terminar la oración un clon del rubio apareció detrás del original para comenzar a masajearlo— No sabía que podías hacer clones solidos —Murmuró al ver al rubio dándose un masaje a sí mismo.

— Tengo mucho chakra —Fue la única respuesta del Uzumaki— Necesito un masaje tras todo el entrenamiento, ¿Quieren que les dé un masaje? —Añadió como un pensamiento tardío mientras veía a los otros tres.

— No lo necesito —Tal vez estaba siendo ridículo, pero Sasuke no podía sacarse de la cabeza que Naruto lo estaba haciendo para molestarlo, no era suficiente con exhibir su miembro para humillarlo, quería usar sus clones para remarcarlo.

Aunque el Uchiha no había aceptado el masaje de parte del rubio las dos chicas si lo aceptaron, el masaje no intentó ir a ningún lugar íntimo pese a la fácil oportunidad, incluso cuando ambas hacían ciertos comentarios sugerentes, casi media hora después todos estuvieron de acuerdo en que lo mejor sería ir a la siguiente parada, Sasuke en particular llevaba queriendo irse desde que las toallas se bajaron, por lo que volvieron a los vestidores, Naruto por delante.

— Mientras las chicas comprarán ropa yo iré a ver equipo shinobi ¿Quieres acompañarme? —Cuestionó el rubio sin siquiera girarse a ver a su compañero, sentándose en uno de los bancos para comenzar a secarse.

— Naruto —El usuario del sharingan llamó al otro, agachando la mirada, teniendo que tragarse su orgullo, mucho más de lo que lo había hecho hasta ahora— Necesito pedirte un favor —Se mordió el interior de la mejilla para intentar soportar lo siguiente, que incluso sin empezar ya podía ver que sería complicado

— ¿Hm? ¿Necesitas desodorante o algo? No traje —Admitió sin subir la mirada, más concentrado en terminar de secarse, al mismo tiempo que un clon abría el casillero para sacar su ropa— O si lo que necesitas es un masaje, muy tarde —Bufó cuando el silencio perduró por unos segundos más, cuando el minuto se cumplió levantó la mirada encontrándose con el Uchiha con la mirada gacha y tan tenso que resultaba preocupante, enarcando una ceja ante la peculiar vista.

— Por favor cancela la apuesta —Pidió temblando, sabía que tenía que abandonar su orgullo tanto como debiera, esta era su última oportunidad de poder cancelar todo.

— No —La respuesta del rubio vino tan rápido, tan clara y firme, que Sasuke no pudo evitar levantar la mirada desconcertado al escucharle— Tuviste tú oportunidad de echarte para atrás mucho antes de que la apuesta fuera puesta sobre la mesa, pero en su lugar decidiste seguir adelante y burlarte de mí cuando yo no había dicho nada, esto te lo buscaste tú, y dudo mucho de que sí yo hubiera perdido me harías este favor, así que atente a las consecuencias —Naruto podía entender que Sasuke quisiera recular, claro que lo entendía pues el haría lo mismo en su situación, pero sabía que el otro no le mostraría la misma piedad.

— Lo sé y.… y.… y lo siento —Nunca admitiría que decir esas dos palabras le habían provocado más dolor en el orgullo que daño físico que hubiera sentido antes jamás, casi sintiendo la bilis subirle por la garganta— Al menos, por favor, cancela que deba regresar a casa desnudo.

Sasuke no perdonaría jamás al rubio por esto, lo había decidido al momento en que no le quedaba de otra que suplicar para no salir tan mal de esto, o al menos él lo sentía como suplicar, otra parte de él sentía que era el karma queriéndolo joder, justo cuando estaba hartó, y decidido a golpear al Uzumaki por tener una actitud tan patética dejándose mangonear hasta por la inútil de Sakura, porque en las misiones Naruto al menos ayudaba realmente, o lo intentaba, justo ese día el rubio había decidido cambiar su actitud por una que en una situación normal aceptaría y respetaría, se lo había buscado.

— Bien —El de cabellos negros levantó la mirada para ver con desconcierto al rubio— Pero te costará, ¿Qué me ofreces a cambio? —Le dedicó una sonrisa descarada a su compañero, ¿Estaba siendo soberbio? Por supuesto, ¿Le importaba? En lo más mínimo, Sasuke había actuado así en el pasado, una buena cucharada de su propia medicina no le vendría mal.

— ¿Qué quieres? —Gruñó Sasuke mientras cruzaba los brazos sobre su pecho y una ceja enarcada, lo único que permitía al Uzumaki saber qué no había regresado la soberbia de antes era la mueca que intentaba pasar por una sonrisa confiada en sus labios. Al oír esas palabras una sonrisa zorruna apareció en los labios del rubio antes de abrir la boca para proclamar sus exigencias.

En el vestidor de las chicas la rubia y la pelirroja se miraban fijamente, o al menos Karui miraba muy fijamente a Samui mientras esta se encontraba secando sus piernas con lentitud.

— ¿Qué estás tramando? Se me hace raro que sugirieras esto, y ni se diga dejar avanzar tanto está apuesta —Inquirió la morena intentando no fijarse en los grandes pechos de la chica o terminaría enfadada y con la mente nublada.

— He notado que Naruto-san nunca tiene los ojos destapados —Su tono pasó del coqueto y divertido que había estado utilizando durante toda la reunión a uno sereno y tranquilo, quizás incluso frío— No he podido sacarme la idea de la cabeza que podría ser importante, quizás tenga algo que ver con el secreto que Raikage sama quería que descubriéramos, por eso también pienso llevar la apuesta lo más lejos que pueda —Admitió la rubia con un simple encogimiento de hombros.

— Puedo entender eso, pero eso no explica las burlas a tu prometido —La chica de ojos dorados aceptó con un simple encogimiento de hombros— Entiendo que en comparación con Naruto es risible, pero es que él resulta ser de talla extra grande, el Uchiha es pequeño, pero sigue en el promedio —Suspiró mientras agarraba su toalla para secarse el cabello— Doy fe que cuando íbamos a las aguas termales con nuestros compañeros de la academia vimos cosas más pequeñas —Añadió mientras daba una sonrisa ladeada.

— Y también me habría reído de ellos sí hubiera sabido lo que sé ahora —La rubia admitió con un encogimiento de hombros— He usado juguetes sexuales por un tiempo y créeme cuando digo que algo de su tamaño no me satisface demasiado, te envidió un poco en ese sentido, aunque tampoco creo estar preparada para soportar algo de la talla de Naruto —No parecía apenada en lo más mínimo, casi parecía que esa expresión de fría serenidad no podía ser cambiada sin importar el tema a tratar— No me malentiendas, Sasuke sirve para cumplir la misión, pero hubiera preferido algo más grande —Se rectifico con un gesto.

— A mi hasta me asusta un poco, creo que tendré que ir practicando para que no me duela —Confesó antes de comenzar a secarse las piernas con rápides, sabía que ya se habían retrasado bastante— ¿Al final si iremos a una sexshop o solo lo hiciste para molestar al Uchiha? —Enarcó una ceja con genuino interés.

— Por supuesto que pasaremos —Afirmó la rubia antes de erguirse con regio porte frente a la pelirroja— Puede que solo seamos compañeras de equipo y de destino, pero no te dejaré que te destroces cuando el día de tu boda debas de recibir a ese semental sin algo de práctica o experiencia —Si no fuera por el tono tan serio con el que la rubia decía aquellas palabras Karui se estaría riendo al escucharlas— Además, con la posibilidad de que el anticipo que debamos dar sea un anal lo mejor es conseguirnos unos tapones anales para acostumbrarnos un poco antes de la noche ¿O tú crees poder aguantarlo cómo estás ahora? —La pregunta era murmurada mientras se giraba para mostrar que ella, al menos, no podía.

— Lo dudo mucho —Admitió con un suspiro mientras se levantaba— ¿Seguirás con las burlas hacía tu prometido? —La pelirroja soltó su interrogante mientras se levantaba para comenzar a vestirse.

— Seguramente —Samui sonreía burlonamente mientras seguía el ejemplo de su compañera y comenzaba a vestirse— ¿Te importaría si soy la primera con tu prometido? Creo que con los juguetes que usado estoy más preparada y te dará algo de tiempo para prepararte —Seguía sin que la pequeña sonrisa burlona abandonara su rostro— Sí al final eres tú la que debe volver a Kumo podría ser que yo acompañe su cama, y de una vez Sasuke se está acostumbrando a los cuernos —Confesó sin pena alguna.

— Casi siento pena por él —La chica pelirroja murmuró por lo bajo antes de sonreírle a su compañera— Por supuesto, diablos, casi espero que pida mi boca porque no creo que eso entré por ningún agujero —Admitió con un simple encogimiento de hombros—, pero hay que darnos prisa, ya dejamos a los chicos solos mucho tiempo, quiero aprovechar que Kumo y Konoha nos pagan los gastos —Con una sonrisa, y ya terminada de vestirse al igual que Samui las dos salieron.

Cuando las chicas salieron de los vestuarios los chicos estaban haciendo lo mismo, Naruto ostentando una orgullosa y complacida sonrisa zorruna por todo lo alto, mientras que Sasuke tenía una mueca plasmada en el rostro y su ceño fruncido, Karui tenía una sonrisa ladeada llena de confianza, tal vez lo más curioso era que la expresión de Samui había vuelto a ser tranquila y serena.

— Bien, vayamos a comprar cosas, tenemos al menos un par de paradas más planeadas antes de empezar a pensar en la cena —La pelirroja proclamó con diversión mientras envolvía el cuello del Uzumaki en un abrazo.

— Sasuke las acompañará, voy a buscar algo para mis entrenamientos —Naruto se rascó la nuca mientras notaba las miradas de los otros tres, sabiendo que era algo un poco espontaneo— Por todo lo que me has dicho, Karui, y mi mentor, quiero comenzar a practicar esgrima, según mi mentor debería buscar el metal para pedirle a un herrero un arma, aunque podría pedir directamente una espada —Conforme más hablaba sus palabras se convertían en murmullos bajos.

— Si quieres podemos acompañarte —Samui ofreció con sus ojos brillando en comprensión— Ya que es tan normal en Kumo entrenar esgrima sabemos un par de cosas sobre elegir armas por su calidad —Añadió con genuino interés en el rostro acercándose para estar frente al chico rubio.

— No hace falta, diviértanse y despilfarren, aprovecharé para poner esto en mi cuenta de citas —Se separó de su prometida y giró para estar detrás de Samui, sonriéndole a sus acompañantes con cierto nerviosismo— Ya los busco cuando acabe —Con esas palabras salió directamente por la puerta comenzando a caminar por la calle— ¿Quién me manda a comprometerme con Zabuza de buscar esa tontería? —Bufó por lo bajo.

El espadachín de la niebla había comenzado desde hacía tiempo a hablar de la posibilidad de enseñarle esgrima, algo con lo que no había estado del todo en desacuerdo, y ahora que uno de los clones le contó que las dos aldeas estaban pagando los costos de lo que hacían en sus citas sin hacer mayores preguntas, decidió que podían permitirse comprar algo de calidad sin tocarse el bolsillo, así que era hoy o nunca.

— Esa chica no quiere ser kunoichi, quiere marido —Bufó Anko a sus amigas, era su día libre, el único que le quedaba después de que le encasquetaran una alumna que no quería y decidió compartirlo con una comida con sus amigas— La única manera en que logré medio motivarla a entrenar es con el chico ese —Con un gesto de mano que casi tumba los vasos en la mesa.

— Anko, no seas cruel con la chica —Yugao riñó a su amiga alcanzando a sostener los vasos evitando que cayeran al suelo, la chica de cabellos morados veía a su amiga con un gesto ligeramente enfadado.

— No, es que no me crees —La interrogadora apuntó a la nariz de Yugao con el dedo índice— La única razón por la que logré que entrenara algo de rastreo fue diciéndole que así podía seguir mejor al Uchiha ese, y que podría hacerlo sin llamar la atención ¡No vieras lo rápido que estuvo prestando atención a lo que le decía! —Gruñó la especialista en tortura dejándose caer en la silla.

— No, aquí yo debo apoyar a Anko —Hana decidió intervenir en la conversación por primera vez desde que las quejas de la mujer empezaron— Cuando iba a la academia a recoger a Kiba conocí un poco a la chica, no la he visto motivada por nada que no sea Sasuke —Recordó la castaña con una mueca fastidiada al recordarlo.

— El motivarse por un chico no es tan malo —Ahora intervino Kurenai tras terminar de dar un corto sorbo a su bebida— Hinata ha estado mucho más motivada a entrenar por un chico, dice que quiere ser más fuerte para estar a su lado como una igual —La mujer de ojos carmín suspiro dulcemente.

— No, no, es que es diferente —Al notar la sonrisa de Yugao que creía que tenía la discusión ganada con la intervención de la especialista en genjutsu Anko no pudo evitar inclinarse sobre la mesa viendo a la espadachina— Hinata lo usa de motivación para mejorar, queriendo ser su igual, Sakura no busca ser su igual, actúa como su perro faldero —Exclama casi encolerizada— Estoy casi segura de qué si Naruto le hubiera soltado a Hinata lo que Sasuke le soltó a Sakura lo habría tomado como una forma de inspirarse a mejorar.

— No, perdón, pero no me lo creo —Hana se río secamente— Nada en contra de Hinata, pero es que sí fuiste honesta con nosotras no hay forma de sacar inspiración en eso —La castaña casi se carcajea antes de hacer un gesto para llamar al mesero— Por cierto ¿Por qué insististe tanto en venir a este restaurante? No insistes tanto ni cuando abrió esa nueva tienda de dangos —Inquirió dedicándole una mirada sería a la interrogadora.

— Si miras a la tienda de enfrente verás a Sakura —Las tres mujeres voltearon para ver que en la librería de enfrente la chica de cabellos rosas estaba, supuestamente, leyendo un libro para ver lo que ocurría en un callejón entre tiendas— Esta espiando a Sasuke con lo que le enseñé, estoy aquí para ver cómo le va a mi alumna, y para evitar que intente violar al Uchiha —Explicó con una sonrisa ladina.

— Pues como espía es un trabajo más bien mediocre —Opinó la especialista en genjutsu con una mueca al ver el intento de la chica por vigilar a su compañero.

— Sigue mirando al callejón, está siendo vigilada por nosotras y no se ha dado cuenta —Yugao comenzó a enumerar levantando dedos con cada punto que daba— Y no hablemos de que no ha hecho esmero por esconderse, misma ropa de siempre y el cabello tan distintivo sin esconder —La Anbu hizo su aporte a las quejas referentes— Pero sí llevan unas semanas aprendiendo no esta tan mal —Intentó ofrecer un consuelo amable.

— ¿Qué dentro de ese callejón no hay una sexshop que abrió hace poco? —La castaña no aportó nada al lamentable intento de espionaje de la pelirrosa, para eso ya estaban sus amigas, más concentrada en la tienda que estaba dentro de la vigilancia— ¿No estaba siguiendo a Sasuke?

— Sasuke y las chicas de la comitiva de Kumo entraron ahí hace un rato —La interrogadora explicó con cierta simpleza— Supongo que por ser el último día quieren tener algo de diversión nocturna.

— ¿Y Naruto? Juraría que una era su prometida —La castaña señaló la falta del rubio en el grupo.

— Le estarán poniendo los cachos, o él está haciendo algo más —Opinó la mujer serpiente con un encogimiento de hombros, al mismo tiempo, en la dichosa tienda vigilada, Sasuke sintió un escalofrío recorrerle la columna repentinamente.

— Lo acabo de ver entrando en la tienda de armas, supongo que está haciendo otras diligencias —Mencionó Yugao mientras señalaba con la barbilla la tienda a la que había entrado el rubio.

Al mismo tiempo en la librería Sakura sentía que se volvía loca, ese día en que se encontraba libre de los infernales entrenamientos con su sádica mentora nueva había decidido seguir a Sasuke, intentar cruzarse de manera casual con el pelinegro, y quizás pudiera convencerlo, por fin, de salir a comer juntos a una cita. Llegó a su casa desde temprano y desayunó en el pequeño parque enfrente de la residencia Uchiha y esperó por horas hasta que vio llegar a esa chica rubia, confió en que Sasuke la mandaría a volar o que ella solo miraría la residencia y se iría, se le cayó al suelo la ensalada que estaba desayunando cuando vio al Uchiha salir de la residencia siguiendo a la chica rubia.

Los siguió hasta la casa de baños a la que fueron, esperó ahí hasta cuando vio llegar a Naruto acompañado de una pelirroja, supuso que se habrían reunido todos ellos allí porque era un lugar cercano entre los dos, cuando los cuatro entraron intentó seguirlos dentro, ni loca dejaba a Sasuke con esa chica rubia que parecía tener melones en el pecho, pero fue detenida en la puerta por un par de shinobis de rango superior que le dijeron que el lugar estaba cerrado por una reunión privada. Claro que intentó colarse por otras entradas, incluso por la ventana, pero no encontró manera.

Y ahora estaba aquí, agarró el primer libro que encontró para mirar de manera discreta al trío que entró en esa sospechosa tienda "Picante pasión" no tenía ni idea de que vendían, pero la pequeña tienda estaba metida en un callejón oscuro, el nombre estaba en un brillante letrero sobre la oscura puerta, no tenía cristaleras, eran paredes lisas de un color tan negro que no le permitían adivinar lo que allí se vendía.

— Ese par de... ¡Gatas! —Fue el pensamiento de la de cabellos rosas, que sí no estuviera limitado a la mente de la chica probablemente serían chillidos que dañarían los tímpanos de todos en la tienda— ¡Me descuido un segundo y una bruja con melones de silicona ya lo está intentando seducir! —Siguió con su diatriba mental mientras se mordía el labio inferior— Y ese idiota de Naruto está haciendo de celestino, ¡Claro! Cree que sí Sasuke consigue novia me fijaré en él y sus ojos raros —Gruñó sin siquiera fijarse que el Uzumaki había pasado a su lado hacía menos de un par de minutos.

¿Naruto había notado que su compañera de equipo estaba allí? La verdad era que sí, era difícil no notar esa cabellera rosada que la chica ni se preocupaba por esconder pese a que estaba espiando a alguien, pero decidido ignorarla igual que había hecho con Sasuke cuando las citas con sus prometidas no los obligaban a estar en el mismo lugar.

— Buen día, ¿Está el herrero? —Saludó cuando entró en la armería que se encontraba al lado de la librería dónde Sakura se encontraba, y desde dónde también podía ver la tienda en la que estaban Sasuke y las chicas de Kumo.

La tienda tenía varias katanas colgando de la pared, en estantes, en cristaleras, katanas de varios tamaños, no eran las únicas armas, pero era clara la preferencia que mostraban en que armas ofrecían, no había nadie en el mostrador, pero se oían ruidos de martilleo en la trastienda, suponiendo que quizás no lo oirían por el trabajo en la forja se acercó al mostrador para intentar llamar de nuevo, aunque al llegar al mostrador notó que en lugar de armas estaba lleno de menas de minerales, siendo la más llamativa una de un color blancuzco que según el ángulo en que lo mirase, o la luz le diera, parecía cambiar de color.

— ¡Perdón, perdón, perdón! —Una voz de mujer chilló desde la trastienda y a los segundos una chica entró, cabellos castaños atados en dos coletas de panda, con ojos del mismo color que su cabellera, usaba una blusa rosada sin mangas y pantalones azules, la blusa dejaba expuestos sus brazos que se notaban increíblemente firmes— ¡Bienvenido a la herrería Emiya! ¿Ya sabe qué tipo de arma busca? —La chica cuestionó con clara práctica.

— Este mineral blanco de aquí... ¿Se puede hacer una espada con él? —El rubio pareció ignorar el saludo de la chica sin despegar su mirada del curioso mineral.

— Vaya, por lo que veo tienes buen ojo —El tono cambió hasta que dejó de sonar como un discurso practicado para pasar a algo que se parecía a la admiración— Es chakrita pura traída directamente de Kumo, un mineral que reacciona con el chakra muy bien, tiene que trabajarse con cuidado, es bastante cara, pero es de muy buena calidad —Explicó con emoción, con cada palabra se inclinaba más y más sobre el mostrador— Si empezamos a forjarla ahora estaría, con suerte, en un mes ¿Está interesado? —La chica pareció darse cuenta de que ahora, por la emoción, estaba a escasos centímetros del rubio y retrocedió.

— Diablos sí, deja te anotó el número de la cuenta bancaría a la que pedir el dinero, intenten cobrarlo hoy o mañana temprano, por favor —Pidió mientras tomaba un bolígrafo para anotar el número que les habían dado para sus gastos en estas citas, cuentas que existían para cada pareja— Supongo que debo dejarles mi nombre, Naruto Uzumaki —Añadió haciendo una rápida anotación en el papel.

— Me parece perfecto, enviaré a mi hermano a que lo vaya a cobrar inmediatamente, pero necesitáremos algo más —La chica entró a medias en la trastienda e hizo unos gestos con el papel recién firmado— La chakrita necesita ser forjada con chakra para sacar su potencial, y, ya que es un trabajo personalizado necesitamos algo de sangre y chakra, a menos que quiera un trabajo menos personalizado —Aclaró la chica mientras se giraba a ver al rubio, casi al momento un chico alto de cabellos rojos salió arrancándole el papel firmado a la castaña.

— ¿Qué tanto cambiaría el trabajo sin eso? —Inquirió Naruto con una mueca, durante todo el proceso sus clones seguían entrenando con Zabuza, uno incluso le estaba diciendo palabra por palabra lo que estaba haciendo el original en la herrería, y con su profesor proclamando emocionado al escuchar del mineral prefería asegurarse de que estaba gastando el dinero que les ofrecieron por algo de calidad.

— Mucho —Fue la primera respuesta de la castaña— Si usamos su sangre y su chakra, será, en teoría, un arma que solo tú, y quizás tu descendencia, podría utilizar, sería un arma que se adapta perfectamente a ti, aunque aún tendrías que aprender a dominarla —Explicó un poco más al notar que el rubio tenía una expresión más bien desconcertada— Podría variar el arma, la forma, qué tan afín es a las naturalezas de chakra, e inclusive podría adaptarse a tú kekei genkai, sí tienes uno, por eso es tan caro —Intentó explicarse.

— Me atrapaste, ¿Cómo te lo entrego? —Naruto sonrió al escuchar que podría variar tanto, justo lo que Zabuza le estaba diciendo, la chica castaña entró a la trastienda sin mediar palabra por lo que el rubio aprovechó para mirar por la ventana al local en el que Sasuke y las chicas habían entrado.

No sabía de qué era la tienda, era una a la que nunca había ido, y aunque quería intentar adivinar que vendía solo por el nombre era una misión complicada cuando Zabuza estaba zarandeando uno de sus clones mientras soltaba una diatriba que había dejado de entender hace mucho sobre el mineral y las espadas por lo que realmente no podía concentrarse tanto como le gustaría en ninguna de las dos cosas, era tanto así que estaba considerando deshacer los clones que estaban entrenando para que dejara de escucharle y pudiera pensar con claridad por más de unos segundos, estaba por hacerlo cuando la chica castaña volvió dejando dos recipientes en la mesa, uno totalmente vacío y el otro lleno de agua.

— El primero es un recipiente para la sangre, el otro es papel sensible al chakra disuelto en agua, truco viejo, pero permite absorber el chakra en un líquido muy bien —Explicó la chica mientras le extendía los recipientes— ¿Seguro qué quieres seguir? —Inquirió la castaña enarcando una ceja y sacando una aguja con manguerilla.

— Quiero esta arma —El rubio se arremangó el brazo antes de extenderlo y sostener el recipiente con el líquido comenzando a transmitir su chakra, la chica lo preparó antes de clavarle la aguja, el dolor fue momentáneo, aunque ver la sangre fluir y llenar con relativa rápides el recipiente generaba una sensación extraña en las entrañas del Uzumaki, a la vez que el recipiente con agua se había teñido en un color plateado parecido al del mineral que había elegido.

— Listo, una vez el arma esté lista lo llamaremos —La castaña ofreció cuando obtuvo suficiente sangre, vendándolo para evitar que la sangre siguiera fluyendo— Te la entregaríamos mi hermano o yo, el pelirrojo que viste antes, Shiro, yo soy Tenten, por cierto —La chica cerró los dos recipientes y le extendió un papel para que escribiera su dirección.

Ambos miembros del equipo siete no desviaban la mirada del local dónde las chicas de Kumo habían entrado, haciéndose las mismas preguntas; ¿Qué estaba ocurriendo ahí dentro?, ¿Cómo era ahí dentro?, Y el último miembro del equipo siete era quién tenía las respuestas, y sí él pudiera cambiaría de lugar con cualquiera de sus compañeros en este momento.

Pese a que la tienda se encontraba dentro de un oscuro callejón el local estaba bastante iluminado, una variedad de objetos; juguetes sexuales, material BDSM, lencería, lubricantes entre otros se podían ver por todo el local, el Uchiha estaba sentando en una silla con la mirada en el suelo.

— Vamos, Sasuke-kun —Llamó Samui frente a él, el mencionado no levantó la mirada— Solo porque los juguetes sean más grandes que tú no debes sentirte acomplejado —La rubia adivinó lo que lo mantenía avergonzado, lo que hizo que su rostro se ruborizara al ser tan fácil de leer— Igual tú vas a disfrutar el espectáculo de hoy en la noche ¿No? —La risilla maliciosa de la chica no hacía nada más que agravar la vergüenza y humillación que sentía.

El pelinegro soltó un suspiro antes de levantar la mirada, no quería hacerlo realmente, pero sabía que, lo viese como lo viese, ese día era solo para humillarlo de un modo u otro, primero había sido Naruto con su miembro gigante y una apuesta que ahora deseaba no haber aceptado, y lo peor era que la rubia de Kumo tenía razón, si no lo veía ahora lo terminaría viendo en la noche, al posar su mirada en Samui pudo ver que su ropa interior era muy pequeña, o al menos así lo podía decir él.

Un diminuto triangulo que apenas debía de cubrir su coño siendo solo sostenido por delgados tirantes, también bastante delgados, y aunque no había visto a la chica de espaldas dudaba mucho que estuviera más cubierta, los grandes pechos de la chica, que resultaban bastante más impresionantes y llamativos sin la ropa en medio, los triángulos eran más grandes, no era sorprendente ya que tenían que sostener ese par de tetas, tampoco es que escondieran mucho, todo el conjunto de prendas de un color negro que no hacía más que resaltar la clara y tersa piel de la chica rubia, misma que le sonreía con cierto toque coqueto.

Karui estaba solo un poco más atrás mirándose en el espejo, a diferencia del hilo dental de la rubia llevaba unas bragas blancas semi transparentes, y más que brasier llevaba un top del mismo tipo que sus bragas, cubriendo sus escasas tetas, pero precisamente por la semi transparencia de la prenda es que podía ver que debajo de las bragas, metido en su culo, había un objeto, lo que sabía, gracias a lo que escuchó, que era; Un tapón anal.

— ¿Estás seguro qué esto me queda bien? —Karui se giró para verlos con una expresión aburrida, sin parecer muy interesada en la conversación entre la pareja de prometidos— No estoy segura de sí me queda el color, con lo transparente que es se me ve todo —Mencionó mientras se agachaba para recoger sus prendas del suelo, un conjunto casi igual solo que en un azul brillante.

— Estos parecen para una respetable prometida, los otros a una prostituta o una bailarina de tubo —La rubia comentó con tanta naturalidad que por un instante a Sasuke le costó notar que la estaba insultando, y quizás lo que le hizo más difícil notarlo al principio fue que la pelirroja no parecía ofendida— Ahora, volviendo a la charla tú y yo —Samui se inclinó sobre Sasuke dejando sus pechos a la misma altura que el rostro del pelinegro— Verte en esa silla me da tantas ideas —Ronroneó al oído del chico.

— ¿De mi atado mientras tienes relaciones sexuales con otro frente a mí? —El usuario del sharingan logró pronunciar tras unos segundos, sin poder despegar la mirada de ese par de pechos, teniendo que tragar saliva para poder decirlo lo más tranquilo que podía, incluso cuando toda su sangre estaba fluyendo al sur formando una carpa en sus pantalones.

— ¿Atado? Sí —Admitió la rubia con una sonrisa ladina, aunque el contrario tampoco es que pudiera verla— Te imagino atado a una silla igual a esta, desnudo o solo usando ropa interior —Con su dedo índice subiendo por el pecho del chico lentamente— Mientras yo, usando algo parecido a esto, divirtiéndome con lo que tienes entre las piernas, un pequeño... juego de roles entre la interrogadora y el prisionero castigado —Siguió susurrando, hablando cada vez más lento antes de colocar su fino dedo sobre los labios del Uchiha— Aunque sí te gusta tanto la idea de verme follar con otros, puede arreglarse —Añadió mientras se separaba de él, notando el leve rubor en las mejillas del chico.

— No me gusta —Sasuke gruñó tras unos segundos cuando pudo recomponerse de la vista— Lo de hoy es por esa apuesta, no creas que se repetirá —La mirada fastidiada del chico habría sido más efectiva si no fuera por el rubor que arruinaba la seriedad del chico.

— Entonces no saques conclusiones —Samui río suavemente antes de girarse para tomar sus prendas, rebelándole dos cosas a su prometido, la primera era que había acertado, salvo por el triángulo de tela que cubría al frente la prenda no era más que tirantes, lo segundo que descubrió es qué ella también tenía un tapón anal que parecía querer escapar del culo de la rubia.

Ciertamente todo el espectáculo no hacía nada para tranquilizar la erección que formaba una pequeña carpa en sus pantalones, que habría intentado cubrir si no fuera porque no es que realmente tuviera mucho que esconder y solo se delataría si intentaba cubrirse, pero tampoco lograba distraerse lo suficiente para calmarse (y con su sangre en su pene no es que pensara demasiado claro) porque las cosas no se limitaron a eso, Karui observando junto a Samui consoladores de la talla de Naruto, lo que le calentaba y humillaba en partes iguales. Además, ya que la rubia de Kumo no paraba de revisar los objetos del área sadomasoquista no pudo evitar que su mente divagara en escenarios en los que los usaran, sus hormonas y lujuria, normalmente atadas y escondidas, estaban despiertas y enloquecidas.

— Así que esto venden aquí —La voz de Naruto sonó a su izquierda, dónde la puerta se encontraba, mirando con sorpresa todo el lugar— No me lo esperaba, ¿Y-ya casi acaban? —Inquirió el usuario del rinnegan mientras ladeaba la mirada, y por el bulto que se estaba formando en su entrepierna parecía que era menos indiferente de lo que parecía.

Sin mediar mayores palabras salieron del lugar y en cuanto salieron del callejón Sakura se adentró corriendo en la tienda, y aunque Sasuke no la había notado anteriormente, y Naruto había decidido ignorarla, ambos no pudieron evitar reconocerla cuando la chica soltó un lamento tan alto que todos se giraron a ver de regreso al callejón.

— Ignórenlo —El Uzumaki ofreció tan rápidamente como pudo y se giró para seguir caminando— No sé qué pasa ahí dentro y mejor que no lo sepamos —Añadió, podía hacerse una idea de lo que podría estar cruzando en la mente de su compañera de cabellera rosada, y no dudaba de que nada más terminará de interrogar al dependiente les seguiría, prefería ahorrarse los problemas.

— Tiene razón, no quiero imaginarme lo que podría haber pasado —El de cabellos negros no tardó en reconocer el lamento de su compañera, y no estaba seguro de qué hacía la chica por ahí, o por qué entró tras ellos en ese lugar, pero con seguridad debía evitarla, así que, no queriendo una escena o terminar con pesadillas, ambos chicos agarraron las manos de sus prometidas y salieron de allí tan rápido como pudieron.

El resto del día siguió con normalidad, mientras más avanzaba una sensación casi ominosa de vergüenza y humillación no dejaba de crecer en el estómago del Uchiha, sintiendo como si fuese a sofocarse en cualquier momento, como un preso a punto de ser ejecutado, una sensación más bien tortuosa lo que hacía demasiado confusa la emoción que sentía y que se estaba desviando a su entrepierna. Casi lo mismo ocurría con el Uzumaki, pero el sentía una emoción salvaje, una anticipación llena de una mezcla de satisfacción y diversión.

Esas emociones no hacían más que crecer durante toda la cena, todos sabían lo que ocurriría al finalizarla y mientras que alguno quería evitarlo, otros esperaban ansiosamente el momento en que llegara, toda la cena ocurrió sin mayores problemas, lo que fue una buena señal de que la chica Haruno no los había encontrado de nuevo, no hablaron de nada, los chicos sabían que si lo intentaban sus bocas los traicionarían y terminarían hablando de lo que ocurriría, la cena acabó tan rápido como se pudo y mientras las chicas iban a pagar la cena, los chicos salieron del lugar hasta un callejón cercano.

— Aun puedes irte desnudo de aquí si prefieres —El rubio ofreció con una sonrisa burlona que solo le ganó dos cosas de parte del pelinegro; Un gesto vulgar con una mano y un gruñido fastidiado— Solo digo —Se río descaradamente al ver la reacción de su compañero.

— Te detesto —El Uchiha bufó fastidiado antes de girarse para seguir caminando por aquel callejón— Si te preguntan diles que ya me fui a esperarlos —Gruñó una vez más antes de escapar de su mira.

En cuanto el chico desapareció del callejón cinco clones del rubio aparecieron a su alrededor antes de que cada uno usara el jutsu de transformación para convertirse en un objeto diferente, una camiseta, unos pantaloncillos, sandalias y ropa interior, idénticos a los que el Uchiha había estado utilizando, sonriendo con cierta malicia antes de recargarse en la pared del callejón.

— Los viejos trucos pueden ser viejos, pero sirven —Una sonrisa zorruna apareció en los labios del rubio, se había quedado sin su diversión de ver al chico de cabellos negros caminando desnudo por ahí, pero estaba seguro de que lo que obtendría podría divertirlo lo suficiente para pagar por sacrificar esa apuesta— No sé si estoy siendo amable con estas concesiones o estoy siendo un maldito por disfrutar tanto de esto —Se cuestionó a sí mismo.

Incluso si no lo demostraba tanto como podría, Naruto estaba terriblemente emocionado, no solo por burlarse de Sasuke, que en realidad estaba en lo último de su lista en este momento, sino por la posibilidad de perder la virginidad, sí, había sido penoso para hablar con su maestro, y con cualquiera, sobre el sexo, pero estaba deseoso de que llegara el momento, la única prueba de la emoción que era visible estaba en su entrepierna qué comenzaba a formar un bulto que no sería fácil de esconder.

Las chicas se tardaron solo unos pocos minutos más en salir del restaurante, ambas con sonrisas maliciosas que se borraron al notar qué el Uchiha no estaba en aquel callejón, el rubio les dedicó una apenada sonrisa a modo de disculpa, aparentemente no era el único que quería obtener esa diversión, aunque, en lo profundo de sus entrañas y de su mente, no podía evitar cierta vergüenza propia, de sí no era él el motivo de la burla, en ocasiones como esas es que sus inseguridades podían salir y susurrarle al oído para ponerlo al borde.

— Se nos adelantó, dijo que quería tener las cosas listas para cuando llegáramos —Ofreció una excusa sencilla por su compañero mientras levantaba las prendas que el Uchiha había dejado, o al menos el rubio así esperaba que lo interpretaran las chicas— Sasuke puede ser orgulloso, pero ya que perdió la apuesta quiere cumplir —Intentó aportar.

— Supongo que podrás darnos un adelanto de lo que nos encontraremos ¿No? —Aparentemente Samui no se terminaba de creer que el Uchiha se hubiera adelantado por algo así.

— Si —Admitió sin vergüenza el Uzumaki, cómo no iba a saberlo sí fue el pago porque el chico no caminará desnudo por ahí— Pero prefiero que siga siendo sorpresa, supongo que otro día o más al rato vendrá por esto —Dejó caer las prendas y siguió caminando.

Si alguna de las dos tuvo dudas sobre las palabras del usuario del rinnegan no lo demostraron, dejó los clones medio escondidos antes de comenzar a caminar, solo podía imaginar lo que Sasuke estaría pensando en este momento, pero debía de reconocerle que tenía honor, o al menos esa es la única razón que se le ocurría del por qué Sasuke no había hecho nada por evitarlo, simplemente negarse a desvestirse y largarse sí iban a tener sexo, pero bueno, él no sería quién se quejase incluso sí eso había provocado que el camino a casa del Uchiha fuera tan silencioso entre los tres. Ninguno de ellos parecía querer hablar, observaban los alrededores mientras caminaban hacía el complejo del chico de cabellos negros, cuando al fin llegaron se encontraron con las puertas del lugar levemente abiertas, solo lo suficiente para que una persona pudiera pasar con dificultades, tal vez la única señal de que el Uchiha ya estaba dentro era la ropa, idéntica a la que había en el callejón y a la que el chico siempre usaba, tirada por el suelo sirviendo como un camino a la casa principal.

— Supongo que no nos recibiría desnudo en estás puertas —Karui murmuró al ver las prendas, entraron uno por uno, por lo estrecha de la entrada y comenzaron a seguir el camino de ropa tras que el rubio se quedara para cerrar las puertas.

Naruto no sabía por qué hizo lo siguiente, si fue un instinto, una costumbre, o qué, pero envió chakra a sus ojos, el mareó que le siguió solo pudo pasar desapercibido gracias a que se recargó en las puertas del complejo que estaba cerrando. Desde que Hiashi le había incitado a hacerlo por primera vez, en las noches, cuando ya no tenía clones con los que compartir visión, enviaba su chakra a sus ojos activando el rinnegan para tener esa visión, intentando ampliar el tiempo que podía usarlo, haciéndolo día sí, día también, seguía sin tener un cambio razonable. Gracias a su visión nueva podía confirmar dos cosas; Sakura no los había vuelto a encontrar, y Sasuke estaba cumpliendo su acuerdo.

Regresó su visión a la normalidad y se encaminó a la casa siguiendo el camino de ropa sin fijarse particularmente en nada, en parte gracias a que estaba totalmente a oscuras, no había luz hasta que llegó a un pasillo, la luz era tenue y venía de una habitación, evitando que cualquiera siguiera por el pasillo estaba Sasuke, totalmente desnudo, ahora su miembro estaba totalmente blando lo que no hacía más que empequeñecer aún más el pene del chico.

— Esta noche, y hasta mañana que se marchen, estaré a su servicio —En la voz del Uchiha no había rastro de la pena o la vergüenza que debía estar sintiendo, especialmente cuando esto no había sido idea suya— Para cumplir nuestra apuesta, haré lo que sea que me pidan —Anunció y la única señal de la frustración que sentía eran los puños firmemente apretados, nudillos totalmente blanqueados.

Naruto pasó de largo, con una sonrisa zorruna en los labios, girándose para guiñarle un ojo a los otros tres. La habitación estaba iluminada por velas lo suficientemente apartadas para que no pudieran golpearlas por accidente, el futón tenía almohadas suficientes para estar cómodamente recostado o sentado, además de que daba precisamente al pasillo donde Sasuke se encontraba, no pudo evitar sonreír con burla, todo según lo acordado.

— Sasuke, qué tal sí ayudas a las chicas a desvestirse —Ofreció con una sonrisilla zorruna mientras el comenzaba a desvestirse con rápides, muy pronto su ropa había formado un montón en el suelo, habiéndose quitado la ropa interior de golpe, sabiendo que sí se daba tiempo a pensar podría echarse para atrás, y sí lo hacía allí y en ese momento Sasuke tampoco le permitiría olvidarlo, así que sin pensar más se sentó en el futón, piernas abiertas que daban al pasillo, manos en la nuca y viendo al frente.

Ahora sin la ropa su miembro, que había estado endureciéndose desde hacía rato de la emoción, estaba expuesto y lo suficientemente duro como para que estuviera medio levantado, aunque ese estado duró más bien poco, pues la vista que lo recibió terminó de ponerlo duro haciendo que su miembro se levantara y apuntara a la puerta, su glande asomándose con el capullo ligeramente recorrido para atrás. No es que la vista fuera sorprendente, ya había visto a ambas desnudas en las aguas termales, pero eso no evitaba que la emoción le ganase ahora.

Las chicas habían sido desvestidas sorprendentemente rápido, aunque no descartaría que ellas mismas se quitaran las prendas, la chica rubia ya había sido totalmente desvestida y estaba costándole no quedarse viendo los pechos de la chica, Karui por otro lado solo le quedaban puestas sus blancas bragas, que ya estaban siendo removidas por Sasuke.

— Y yo que me preocupaba de que no pudiera ponerse dura —Samui comentó como un murmullo por lo bajo, que si no fuera por el silencio en la habitación el rubio no lo habría escuchado, la rubia sonrió antes de volver a abrir la boca— ¿Estás de acuerdo si empiezo? —Mientras hablaba se iba acercando hasta estar frente a él, arrodillándose a su lado para dejar que los otros dos pudieran observarlos

Naruto solo asintió, lo suficientemente nervioso como para no confiar en su boca. Samui le dedicó una sonrisilla confiada mientras agarraba la polla del Uzumaki, dándole un pequeño tirón hacía atrás para dejar expuesto el glande, acercando la verga a su boca a la vez que sacaba su lengua para lenta y sensualmente dar una lamida desde el frenillo hasta la uretra, un agradable escalofrío recorrió el cuerpo del rubio quién no pudo evitar soltar un corto pero satisfecho gemido. En cualquier otro caso Samui no podría evitar mirar con orgullo al chico al que le había sacado un gemido.

La bella chica rubia no tardó en dar más lamidas, cada una intentando abarcar más que la anterior hasta que estaba recorriendo el glande al completo con cada lametada que daba solo para abrir la boca para meter en ella la cabeza del pollón del rubio. Karui, aunque ya estaba totalmente desnuda estaba quieta en la entrada de la habitación con el Uchiha atrás de ella, la vista que la recibía era cuando menos curiosa, su compañera comiéndole el rabo a su prometido, no la invadía una sensación de irá ante la infidelidad, tampoco vergüenza o algo parecido, la vista la ponía caliente, había algo bastante cachondo en lo que veía, y al mismo tiempo no podía evitar sentir que estaba viendo algo que no debería, quizás era eso lo que la ponía cachonda.

Había algo en la forma en que Samui intentaba meter más y más en su boca que solo podría describirse como; Hambrienta, y era algo que los dos observadores podían notar, no por los obscenos gemidos del par de rubios, o los sonidos húmedos que lograban escapar de la boca de Samui, era más bien por el poco tiempo que se estaba dando para acostumbrarse, intentando empujar aquel pollón más y más adentro incluso cuando era notorio que antes de llegar a la mitad ya estaba cerca de su límite.

— Relájate —Para sorpresa de Karui la voz del Uzumaki había sonado a su lado, pronto unas manos, en las que comenzaban a formarse los callos muestra del entrenamiento, se posaron en los hombros de la chica para masajearlos— Tú también deberías disfrutar esto ¿No? —El clon la empujó suavemente para que, al igual que él, se sentaran en el suelo, prácticamente en las piernas del rubio, dejándola sentir el miembro del Uzumaki entre sus nalgas y en su espalda baja.

— Yo... —Karui intentaba formar una oración coherente, ni siquiera ella estaba totalmente segura de qué es lo que intentaría, si detenerlo o continuar, pero antes de que pudiera lograrlo el rubio siguió hablando.

— No digo que tengamos sexo —Susurró suavemente, como sí no quisiera romper la casi hipnótica escena frente a ella, el Naruto original que no podía contener las morbosas expresiones al recibir una mamada de Samui, que tampoco ganaría un concurso de discreción— pero si puedes divertirte con esto, por ejemplo, mira a Sasuke, parece estarlo disfrutando —Los susurros eran tan bajos que con seguridad solo Karui podía escucharlo.

La pelirroja no pudo evitar girar su mirada, tan discretamente como se podía, para ver al Uchiha, que, si bien tenía una mueca frustrada, denotando cuanto le molestaba realmente los cuernos que le estaban poniendo, era claro que al menos una parte de él, una pequeña, lo disfrutaba, su miembro antes flácido ahora estaba duro, el capullo retirado exhibiendo su glande que estaba brillando de precum, sus manos firmemente apretadas a sus costados. En otra situación quizás se habría reído, pero había algo en la forma en la que el rubio la tocaba, le hablaba, que la hacía centrarse en el espectáculo frente a ella.

— Tú solo dime lo que quieres —El Uzumaki susurró otra vez mientras sus manos bajaban lentamente por el torso de la chica antes de posarse a los costados de su vientre— y haré lo que pueda —Aquellas palabras fueron dichas al cuello de Karui sacándole un pequeño gemido.

Karui no sabría decir que fue lo que la motivo a actuar, quizás los susurros sensuales que chocaban contra su piel, las callosas pero amables caricias, no lo sabía, pero pronto sostuvo las manos del Uzumaki y las ayudó a moverse por su cuerpo, una bajando hacia su coño, un coño que ahora que pensaba en ello estaba bastante húmedo, mientras que la otra mano subía hacia sus pechos.

— Yo no soy como ella... —Susurró Karui, tal vez dejando a la luz sus propias inseguridades por primera vez en mucho tiempo, lo que recibió fue una mano afirmándose en su pecho, el pulgar y el índice del rubio se engancharon al pezón de la chica.

— ¿Y? Así también estoy duro —Admitió el Uzumaki sin pena alguna, casi podía apostar que tenía una sonrisilla en los labios— Además, esto me gusta un poco más que los pechos — Gruñó mientras empujaba su pelvis contra la espalda de la chica pelirroja, quien tragó en seco al notar aquel miembro de semental entre sus nalgas, y su dureza restregándose contra ella.

No se necesitaron más palabras, la juguetona mano del rubio comenzó a acariciar los húmedos labios de la chica, lentos, pero firmes, un par de dedos se adentraron en la concha de la chica para jugar con ella, al mismo tiempo retorcía aquel pezón con suavidad sin importarle que ya estaba duro. La boca de aquel clon siguió su recorrido por su cuello, solo que en lugar de palabras juguetonas eran besos húmedos. Las caricias, acompañadas con la morbosa visión frente lograron que de su boca comenzaran a salir gemidos suaves y cortos.

Samui seguía empujando aquel cipote cuasi equino en su boca, sus ojos cerrados concentrándose en su labor y en el sabor, en parte porque era lo que le permitía aminorar la sensación de que su mandíbula se iba a desencajar por el tamaño de semental que tenía el joven Uzumaki. El sabor era delicioso para ella, un sabor que no había esperado y que le fascinaba de una forma casi adictiva, el olor extrañamente embriagante que mantenía su coño húmedo, podría haberse pasado toda la noche allí sin objeción alguna —Especialmente porque tras un tiempo seguramente se le entumiría la mandíbula—, pero unas manos se posaron en su nuca empujándola llevando aquella verga hasta lo más profundo de su garganta, despertando un reflejo nauseabundo que habría jurado que había dominado, su nariz estaba enterrada en el pequeño nido de vello rubio aspirando la esencia almizclada aún más adictiva, su garganta sufriendo por mantener aquella polla en su húmeda cavidad, sintiendo pequeñas lagrimas salir por el esfuerzo.

La rubia abrió los ojos sin poder evitarlo, siendo recibida por una vista extrañamente erótica. El Uzumaki tenía una expresión de satisfacción que no hizo más que inflar su orgullo, sus ojos entrecerrados disfrutando de una bruma de placer, su boca ligeramente abierta soltando roncos y obscenos gemidos, sus dedos enredados en los rubios cabellos de la chica para mantenerla pegada a su pelvis, si no fuera porque necesitaba respirar quizás lo disfrutaría más, fueron unos tortuosos y satisfactorios segundos antes de que el rubio la apartara con lentitud casi cruel exhibiendo aquel pollón brillando por la saliva de la rubia, era casi hipnótica la forma en que esa polla no dejaba de salir de la húmeda cavidad, como centímetro a centímetro eran liberados de su mojada prisión, si no fuera porque Sasuke y Karui habían visto que aquella vara de carne creerían que no tendría fin, que nunca podría salir de la boca de la bella rubia y, cuando lo logró, por fin la verga Uzumaki fue libera con un sonoro "plop" la mirada de los rubios se conectó, la del jinchuriki era satisfecha y aunque no podían verle a los ojos transmitía cierta malicia, por otro lado, Samui estaba agotada y adolorida.

— Perdón, me impaciente —El usuario del rinnegan se disculpó, aunque no parecía arrepentido en lo más mínimo— Si quieres retirarte lo entenderé —Si bien su tono se volvió más suave la mano enredada en los cabellos de Samui seguía tan firme como antes, la rubia dudaba de que pudiera sacarla de allí sin que Naruto lo quisiera.

— Quiero que te corras en mi boca —La kunoichi de Kumo admitió mientras se relamía sensualmente los labios, pegando su boca al tronco de aquel miembro comenzando a repartir húmedos y sensuales besos, comenzando con un beso en el glande y fue bajando en un lento camino hacía las bolas— No soy una chica frágil —Ofreció con una sonrisilla que intentaba ser confiada y esconder que esos tortuosos momentos atragantada con su verga no habían sido fáciles de llevar.

— Muy bien, no te arrepientas luego —Jadeó el rubio mientras tiraba levemente, pero con fuerza suficiente para que no escapase, hacia arriba para volver a meter su polla en la boca de Samui.

Pese a que cualquiera que lo viera, o lo oyera, pensaría que Naruto estaba genuinamente confiado en lo que hacía, si alguien pudiera saber la verdad es que estaba tan o más nervioso que todos los otros en la habitación, ni siquiera estaba intentando no delatarse, simplemente estaba haciendo lo que se le ocurría sobre la marcha, y esperaba que no acabara mal, quizás los nervios le habrían bajado la calentura en cualquier otro momento, pero había una mezcla de cosas que lograban mantenerlo tan duro que le dolía, no solo era la más que perfecta, cálida y húmeda boca de Samui, la emoción que le provocaba todo, los tímidos gemidos de Karui mientras su clon la acariciaba, pellizcando sus pezones ya duros, sí esto sería sus matrimonios, podría llegar a disfrutarlos.

— Esto sabe mejor de lo que creía —Susurró el clon al oído de la pelirroja, una de sus manos había abandonado su trabajo de jugar con el cuerpo de la chica para bañar sus dedos con los jugos de la joven para llevarlos a la boca y saborearlos por mera curiosidad— Tienes un sabor delicioso —Siguió susurrando mientras llevaba sus empapados dedos al pecho al que no le había dado atención para comenzar a jugar con su pezón igual que lo hacía con el otro pecho.

— Yo también quiero hacerte sentir bien —Gimió Karui con una sonrisa. Sabía que le hablaba a un clon, uno que no transmitiría sensación alguna al original, pero quería hacer algo.

Lo que ocurrió la hizo soltar un jadeo de sorpresa, fue empujada hacia delante, si no hubiera puesto sus manos para sostenerse habría golpeado su rostro contra la pierna del rubio, estando a cuatro a escasos centímetros del vientre del Uzumaki, mismo que junto a su clon soltó una risilla al estar en esa posición.

— Esto se te ve extrañamente bien —Habló el clon antes de dar una palmada contra aquel tapón anal sacando un fuerte jadeo de Karui al sentir como aquello golpeaba su interior— Vaya, parece que eso se sintió bien —Río antes de agarrar la anilla al final del tapón para comenzar a tirar— ¿Se siente bien esto? —Cuestionó mientras su mano, pegajosa por los jugos de la pelirroja, le servía de apoyo apretando firmemente una de las carnosas nalgas de la morena mientras seguía tirando de aquel tapón.

— ¡Si! —Jadeó ella, no sabía que fuera tan sensible, pero mientras su prometido seguía tirando sentía como aquel tapón con forma especial que Samui había elegido para ella tocaba más de lo que había creído.

El clon seguía tirando de aquella anilla y se dio cuenta de que aquel tapón debía tener una forma redonda, con un sonoro "plop" tras unos segundos de jadeos y gemidos de parte de la morena por fin salió el tapón, o parte de este, ahora que Naruto lo veía se daba cuenta de que era como un collar de perlas, de forma rígida una tras otra, y aún debían quedar algunas perlas dentro, pues la primera estaba conectada a otra que seguía dentro de la chica, asomándose por el agujero que había sido abierto obscenamente.

Una risilla extrañamente siniestra fue la única advertencia para una agotada Karui de lo que vendría, aunque ella no recordaba que esas perlas fueran tan grandes cuando las metió allí, un tirón que hizo que las perlas en el interior de la pelirroja volvieran a intentar salir, tocando algo dentro de ella que la hizo volver a gemir tan sonoramente como la vez anterior, e igual que esa vez, tras un sonoro "plop" la perla salió, pero estaba vez no hubo tiempo de descanso pues siguió tirando, sin darle tiempo a detener los gemidos y jadeos, las lágrimas de placer que comenzaban a formarse en los ojos de la chica, las perlas fueron saliendo una por una, "plop" tras "plop" hasta que la última salió y el juguete fue lanzado sin cuidado, cayendo a escasa distancia de Sasuke quien había visto el espectáculo asombrado.

La vista que recibía a ambos era un agujero palpitante que intentaba volver a cerrarse, goteando un líquido brillante rosado que solo podría ser lubricante, lo suficientemente abierto para que sí Sasuke hubiera metido su polla las paredes de carne no lo habrían tocado, pero que apenas le daban la esperanza de recibir al Uzumaki sin demasiado dolor.

— ¿Tenían esto desde el principio? —Cuestionó el clon mientras veía aquel agujero que palpitaba invitándolo a meter su polla allí, sin poder contenerse acomodó su polla entre las carnosas nalgas de la chica, apuntando directamente a ese agujero, solo necesitaría empujar un poco y entraría— ¿Puedo?

— Lo... lo coloque allí por ti... —Jadeó la pelirroja, su cabeza recargada en la pierna de su prometido a escasos centímetros de los de la rubia que había vuelto a subir para meter el pollón del original dentro de su boca.

— Entonces pienso disfrutarlo, gracias —El clon junto las palmas casi como si rezara mientras agradecía, solo para después posar sus manos en el culo de la chica, separándolo para tener una perfecta vista de aquel agujero que lo invitaba— Ahí voy —Fue la única advertencia antes de comenzar a empujar.

Aunque estaba lubricado y abierto resultó que no había sido suficiente para que aquella verga de semental se deslizara suave y tranquilamente hasta el fondo. Pronto el pollón Uzumaki se veía envuelto por la caliente y apretada cavidad de la chica, Naruto no pudo evitar gemir y jadear ante la presión, pero no se detuvo, siguió empujando su pelvis hasta que, por fin, tras unos minutos de lento avance sus bolas chocaron contra el carnoso trasero de la chica. Ambos chicos jadeaban suavemente, intentando acostumbrarse el uno al otro.

Samui y el original no se quedaron quietos, Naruto marcaba un ritmo lo suficiente lento para que ambos rubios pudieran disfrutar y sentir cada segundo, al mismo tiempo este ritmo le había permitido a la rubia de acostumbrarse al tamaño, permitiéndole acostumbrarse a la sensación de su mandíbula, y sentir cada centímetro que entraba dentro de su boca. Las dos manos de la rubia estaban acariciando las gordas pelotas del Uzumaki ya que una sola no le bastaría para sostener los cojones del chico.

Sasuke odiaba lo que veía, ver a su prometida, suya, chupando la equina polla de su compañero con lo que solo podía decir que era... adoración, una adoración propia solo de una ramera, su boca abierta todo lo que podía para poder envolverla, como la polla de su compañero se asomaba cada vez con más saliva cada que la boca de Samui lo soltaba, aunque fuera un poco. Odiaba los descarados, obscenos y, en su opinión, patéticos gemidos del Uzumaki con cada movimiento del a boca de SU prometida. Diablos, también odiaba la forma en que el culo de Karui engullía aquella polla de una manera en que dudaba pudiera hacerlo con la de Sasuke. Y lo que más odiaba era que pese a lo que le hacía sentir, la humillación que sentía, la ira que burbujeaba en su cuerpo, lo que veía lo ponía cachondo.

El trío estaba demasiado concentrado en su placer como para notar a Sasuke, incluso si el espectáculo casi parecía estático, siendo la única que se movía Samui para seguir haciéndole una felación al rubio, en lo que Karui intentaba recuperarse de la intrusión en su interior, nada evitaba que Sasuke se fuera a otra habitación, no, lo único que lo retenía era su propia lujuria, y, eso mismo era lo que lo tenía así, masturbándose furiosamente, su mano empapada de presemen subía y bajaba por la extensión de su polla mientras la otra mano la usaba para cubrirse la boca y no humillarse más a sí mismo.

— N-no estoy seguro de aguantar mucho —Naruto jadeó. Habían pasado unos cuantos minutos de haber empezado, pero ya se encontraba apretando los dientes intentando aguantar más tiempo. Los dedos de sus pies apretados, su rostro deformándose en una mueca de placer, aumentando el ritmo con el que movía la cabeza de la chica, la fuerza con la que empujaba su pelvis contra el rostro de Samui, su espalda curvándose.

— Hmp —Fue el ahogado gemido que escapó de los labios de la chica de Kumo. En otra situación se quejaría de él por no aguantar toda la noche, pero con el dolor de mandíbula que tenía, en realidad agradecía que el chico no aguantara horas— ¡Aghw! —Samui intentó jadear al sentir la mano del Uzumaki empujando su cabeza contra la pelvis, y menos de un segundo después sintió un torrente recorrer su garganta, llenar su boca, disparando aquella espesa semilla directo a su estómago— ¡Kha!

— ¡W-who! J-joder —Un pesado gemido escapó del rubio mientras liberaba su carga directamente en el estómago de la joven de Kumo.

La semilla del último Uzumaki era disparada más rápido de lo que Samui podía tragar, abrió los ojos y las lágrimas brotaron, casi ahogándose con el semen del rubio, separándose casi desesperadamente, cuando logró sacar el pollón de su boca la rubia no pudo sino escupir el semen al suelo mientras tosía para recuperar el aliento, y un disparo de simiente golpeó en la mejilla a Samui y un último disparo cayó al suelo a los pies de Sasuke.

Samui tosió ante la atenta mirada de todos, tras unos segundos, cuando por fin pudo respirar tranquilamente, se quedó viendo al rubio, quién le estaba dedicando una sonrisa nerviosa, por unos segundos antes de recoger la semilla que manchaba su rostro para lamerlo de manera lenta y sugerente.

— Sabe... ah... sabe bastante bien —Gimió suavemente la chica con voz agotada por el abuso de su boca, viendo con ligero asombro como la verga del rubio seguía igual de rubia, recubierta por una mezcla de saliva y semen— Eres difícil de agotar ¿Cierto? —Cuestionó.

— Como no tienes idea —Río Naruto mientras empujaba levemente la cabeza de una Karui que parecía estar recuperándose por fin de la intrusión— ¿Quieres ver sí puedes tomarla mejor por detrás? —Cuestionó con una ceja enarcada, al igual que la pelirroja y el Uchiha, el último se crispo ante la descarada oferta de su compañero.

— No podré tomarla mejor por detrás —Admitió la chica con una sonrisa coqueta, poniéndose a la altura de aquel cipote para comenzar a recoger los rastros de semen con lentos y sensuales movimientos de lengua— Pero sí quiero probarla, pero no sé si debería...

— No creo que a Sasuke le importe —Aseguró el rubio con una extraña confianza en su voz, ninguno de los dos parecía recordar que el mencionado estaba en la misma habitación, o sin importarles. Aunque ya que el mencionado apretaba los dientes con furia, pero sin decir palabra alguna.

Samui se levantó, dándole una buena vista de su firme trasero, aunque estaba lejos de ser tan bueno como el de Karui, aunque, al igual que la morena tenía un tapón anal negro, que era más grande que el de la pelirroja, o resaltaba mucho más al contrastar con la clara piel de la kunoichi. La rubia se inclinó lo suficiente para que sirviera como una invitación a tirar de la anilla hasta sacar aquel tapón de bolas. Naruto sonrió con sorna, con un brazo tiró de la pelirroja un poco más para que sus rostros estuvieran a la altura, no sin algo de ayuda del clon que empujó su polla en lo profundo de la chica, y con la otra mano agarró el anillo para comenzar a tirar de este, con más confianza que antes, y con más lentitud, una sonrisa que no hizo más que ancharse al escuchar un fuerte "plop".

— D-date prisa, Naruto —Gimió ella entrecortadamente, mirando por sobre su hombro al rubio que había agarrado el rostro de Karui para unir sus bocas en un torpe beso. Lo único que recibió como respuesta fue otro tirón lo suficientemente fuerte para sacar otra bola con otro "plop"— Ahh vamos, Naruto —Suplicó la chica.

— Bien, vayamos al plato principal —Dijo Naruto tras separarse de Karui, con una sonrisa comenzó a tirar rápidamente de las perlas anales hasta que el culo de la chica quedo totalmente vacío. Un agujero igual de abierto y palpitante que el de Karui, invitando al Uzumaki a enterrarse hasta las entrañas de la chica, sonriendo maliciosamente mientras llevaba sus manos a ese trasero para apretar una de esas redondas nalgas, empujando dos de sus dedos en el interior de aquel caliente agujero— ¿Te importaría cabalgarme? No quiero dejar de besar a Karui —Pidió el rubio con una sonrisa antes de acariciar la mejilla de la chica pelirroja y volver a unir sus bocas en un torpe ósculo.

Samui no necesitó que se lo dijeran dos veces, moviéndose para estar entre las piernas del Uzumaki, y frente a Sasuke, quien, ante la conversación, había dejado de masturbarse, aunque ya el suelo frente a él estaba manchado de su semilla y su mano recubierta de la misma. La rubia se acuclillo, moviendo su culo contra el pollón de Naruto, quien agarró la base de su miembro y apuntó para, lentamente, la chica comenzara a empalarse con aquella lanza de carne.

La chica siguió bajando lentamente mientras gemía, aunque tenía los ojos entrecerrados Sasuke estaba casi seguro de que lo estaba viendo a él. Naruto se separó de la pelirroja, sonriendo descaradamente antes de extender sus manos hacía las caderas de Samui para tirar de ella para entrar de golpe dentro de ella.

— ¡A-ah! D-demasiado grande —Gimió ahogadamente la rubia, apretando los dientes para acostumbrarse a la intrusión, poniendo los ojos en blanco y sus manos en el suelo para apoyarse y no irse de bruces— N-no pensé que sería tan difícil de tomar —Admitió con una sonrisilla.

— Diablos... esto se siente grandioso —Gimió Naruto con una sonrisa bobalicona, su mirada de la blanca espalda de la chica sentada en su pelvis antes de pasar a ver el moreno rostro de su prometida, acercándose para besar su mejilla— Cuando ustedes digan... preciosas —Ofreció.

Naruto respiró profundamente intentando terminar de relajarse, porque, aunque no lo pareciera, estaba tan tenso y emocionado como el resto de los presentes, diablos, si no es que estaba más ansioso que ellos, guiándose por instinto más que otra cosa, si esto significaba ser líder de clan podría acostumbrarse a esto. Le dirigió una mirada a Karui antes de dedicarle una sonrisilla maliciosa, la chica lo miró con desconcierto antes de comprender lo que eso significaba, abriendo la boca para intentar convencerlo de lo contrario;

— No te atreverías... —La pelirroja intentó advertirle antes de que un gemido recorriera su garganta hasta escapar de su boca, el clon había retrocedido, sacando su polla del apretado anillo de la kunoichi, misma que apretaba los dientes intentando evitar que de su boca escaparan aquellos obscenos gemidos.

El clon había retrocedido antes de volver a empujar su pelvis contra la chica, sin piedad alguna estrello su pelvis contra el carnoso culo de la chica, sus pelotas golpeando aquel culo con sorprendente fuerza, sin darle tiempo a Karui de decir algo, o de intentarlo siquiera, retrocedió antes de volver a embestir. Las manos del clon firmemente apretadas en las caderas de la chica, el ritmo de esos embistes intentaba ser cada vez más rápidos y fuertes. Naruto gruñendo contra el oído de Karui, disfrutando de la repentina sensación de placer que llenaba tanto al original como al clon.

— Pues si me atrevo —Se río maliciosamente antes de agarrar las caderas de la rubia para comenzar a empujar su pelvis contra la chica, aunque dada la posición apenas debería de estar sintiendo algo, a diferencia de Karui que había dejado de poder contenerse y gemía desvergonzadamente con cada movimiento de parte del clon.

— Tu relájate, Naruto, y deja que yo me encargue de ello —Ofreció la rubia mirando al otro por encima del hombro con una sonrisa. Comenzó a levantarse, poco a poco, ya había logrado sacar la mitad de la polla Uzumaki de su culo antes de perder el equilibrio y caer sobre la pelvis del chico— ¡Uhuu! —Gimió ella mientras los ojos se le ponía en blanco.

— Wow, un poco rudo, pero me gusta —Aquel gemido de parte del rubio había salido bastante ronco, sonriendo orgulloso y confiado mientras llevaba sus manos a su nuca, recargándose en estos para relajarse.

Muy pronto lo que antes había sido apenas un ligero vaivén por parte del clon ahora era casi sacar su polla del culo de Karui antes de volver a entrar de un solo fuerte y potente embiste que empujaba a la pelirroja contra Naruto, los pequeños pechos de ella frotándose contra el torso de su prometido, si cualquiera de ellos pudiera ver su coño habría visto como estaba chorreando. Naruto no pudo evitar mirar a Samui, viéndola de frente, o más de frente que el original, la chica rubia lograba elevarse un poco, en cuclillas con la lanza de carne del Uzumaki en su culo, antes de volver a perder el equilibrio y dar un sentón un tanto agresivo, y, aunque Naruto lo disfrutaba estaba seguro de que si seguía así le terminaría doliendo la pelvis, los grandes pechos de la chica rebotaban en cada una de sus caídas de manera casi hipnótica.

— Esto es vida —Gimió desvergonzadamente Naruto mientras cerraba los ojos para concentrarse en la sensación, la forma en que el culo de ambas lo apretaba de manera tan parecida y diferente a la vez. Tras unos pocos minutos Samui por fin pareció tomar un ritmo y técnica para poder sacar casi la totalidad de aquella verga antes de, lentamente, volver a empalarse.

El contraste era notorio, con Karui era él quién estaba haciendo todo el esfuerzo, moviendo su pelvis casi furiosamente, tan pronto como se terminaba de enterrar en ella, sus pelotas chocando contra ese redondo culo, volvía a retirarse para volver a empezar, Karui se abrazaba a él con fuerza, sin parar de gemir, sus ojos en blanco, con el Naruto original acariciando su espalda con una sonrisa confiada, el clon ya estaba casi totalmente sobre la pelirroja, como un perro en celo y aunque estaba disfrutando esto demasiado podía sentir que estaba acercándose a su límite.

Por otro lado, Samui era la que hacía todo el trabajo, levantándose lentamente antes de bajar rápidamente, sin detenerse por más difícil que fuera para ella, no hasta que su culo, menos dotado que el de la morena, chocaba contra la pelvis del rubio, era lento, mucho más lento que lo que estaba haciendo con Karui, pero lo acercaba igual de rápido al clímax, quizás porque ya se había corrido una vez, o porque la lentitud casi tortuosa era un placer igual de grande, o podía concentrarse menos por la forma en que esos tremendos melones rebotaban con cada sentón y lo distraían.

Tampoco lo sabía, pero los coños de las chicas estaban chorreando, quizás el único que lo sabía era Sasuke que veía como los jugos de su prometida caían sobre las bolas del Uzumaki bañándolas, chorreando exponiendo el placer que estaba sintiendo gracias al rubio, uno bastante superior al que el Uchiha estaba sintiendo con su mano masturbando su polla furiosamente, sin detenerse incluso cuando había vaciado sus bolas y estaba teniendo orgasmos secos, lo que a su vez le remarcaba otro par de diferencias entre el Uzumaki y él, en el aguante de uno antes de correrse, y en la semilla, puesto que mientras que la de Naruto era blanca y bastante espesa, la de Sasuke se parecía más a agua, notoriamente menos espesa y pegajosa, casi transparente.

— Y-ya no aguanto, chicas —Gruñó Naruto, los ojos cerrados fuertemente, sus manos apretadas, los dedos de los pies apretados contra su planta y la espalda curvándose en advertencia de lo que estaba por pasar.

— Yo tampoco —Las chicas maullaron al mismo tiempo.

No se dijeron más palabras, menos de un segundo después de que los tres confesaran aquello ocurrió; el clon dio un último y fuerte empujón, enterrando su ariete de carne dentro de Karui, quedándose quieto mientras comenzaba a correrse, las manos del Uzumaki agarraron las caderas de Samui, jalándola contra él para que cuando comenzó a correrse su semen disparado en el interior de la rubia, y, al mismo tiempo que el rubio y su clon comenzaron a correrse en el interior de las chicas, estas se corrieron explosivamente. Ellas terminaron antes que él, cada una dejándose caer contra el rubio mientras este seguía corriéndose en su interior.

Disparo tras disparo de la espesa semilla Uzumaki entraba directamente en ellas, y con cada uno de esos disparos de caliente esperma del coño de ellas salía un poco más de sus jugos, hasta que cada uno no había disparado al menos cinco de esos disparos no se detuvieron, el clon se esfumó al instante, aunque por algún motivo su semilla no había desaparecido, y el rubio se dejó caer entre los cojines, una sonrisa boba en la cara mientras se relajaba, podía sentir como ambas chicas estaban totalmente dormidas, no necesito más señal para entender que se había acabado por esa noche, honestamente estaba bien con eso, por lo que se relajó, preparado para caer dormido.

Cuando Sasuke creyó que, por fin, todos los otros estaban dormidos profundamente, se acercó a gatas hasta ellos, tanto como lo odiara, tanto como se sentía como un miserable perro, gateó hasta estar frente a Samui, sacando su lengua comenzó a lamer el coño de su prometida, disfrutando del sabor de los jugos de su prometida, disfrutándolo lo suficiente como para considerar lamer los jugos que habían caído sobre el rubio, sin embargo prefirió seguir lamiendo el coño de la rubia hasta que el cansancio le gano y terminó durmiendo a los pies del Uzumaki.


La verdad, este capítulo fue más difícil de escribir de lo que quería, consideré reescribir el anterior para añadir la parte de la espada, que era algo que no podía dejar pasar de este pequeño mini arco, pero bueno. Gran parte del capítulo estuvo escrito a menos de un mes del anterior, en realidad fue el lemon lo que me bloqueo, no tanto por no saber escribir lemon, sino porque quería darle a este lemon en concreto esa sensación, o detalle, de que son tres vírgenes teniendo sexo, y no estoy seguro de haberlo logrado, también consideré quitar las partes de Sasuke para ponerlas en otro, en el que quiero ahondar un poco más en él siendo cuckeado, pero sentí que tenía que ponerlo en este, espero les haya gustado. Y, como un mensaje no relacionado a lo anterior, ya que es difícil sacar un nombre de capítulo que tenga la palabra "camino" creo que pronto dejare de hacerlo.