Otro capítulo preparado para ser entregado, estoy escribiendo este capítulo después de la muerte de un amigo, por lo que necesito desesperadamente centrar mi mente en cualquier otra cosa o de lo contrario podría volverme loco, pero como sé que a nadie le importa mi salud mental, ni a mí mismo, vamos a lo que nos concierne.
Y ahora mi parte favorita de cualquier historia que haga, los reviews;
CCSakuraforever; Okey, yo mismo me he llegado a saltar lemons en historias por concentrarme en otras cosas en cuestión de la historia, agradezco como siempre tus comentarios.
Naruto fue de los primeros en despertar, estaba desarrollando el mal hábito de despertarse temprano incluso cuando podía permitirse dormir hasta tarde, culpaba a Haku de eso, pero no importaba en lo más mínimo ahora, Karui estaba firmemente abrazada de su torso, Samui en algún punto se había girado mientras dormía y lo abrazaba por el cuello. De Sasuke no había ni rastro por lo que supuso que se habría levantado antes o ni siquiera había dormido allí, no lo culparía de irse en algún punto de anoche.
— Chicas, hm, chicas —Comenzó a llamarlas con tono suave, moviéndose levemente intentando despertarlas, al instante Samui abrió los ojos, aunque no se movió de su posición— Perdón, pero incluso con esta llegada tengo una rutina y debo empezar, lo siento —Susurró él. En otra situación podría haberse quedado disfrutando de la posición y del calor, pero tenía que hacer los clones para entrenar.
— Karui, despierta —A diferencia de Naruto, Samui no dudo en hablar en un tono firme y claro, un tono que no parecía para nada el de una persona que llevaba rato durmiendo— Lamento si durmió incomodo, Naruto —Se disculpó mientras se sentaba para mover a la pelirroja— Karui, despierta —Repitió.
Karui soltó un pesado bostezo antes de estirarse cual gato antes de abrir los ojos, mirando de un lado al otro antes de darse cuenta de la situación y sentarse igual que su compañera kunoichi, misma que tenía una expresión fastidiada para con la pelirroja, para sus adentros Naruto se sorprendía de que le hablara tan formalmente cuando la noche anterior habían tenido sexo. Sexo, esa palabra sonaba muy extraña incluso dentro de la mente del Uzumaki, había dejado de ser virgen, era algo que había deseado desde hacía tiempo, por lo que una expresión de satisfacción apareció en su rostro, se estiró hasta que escuchó tronar su espalda y se levantó, caminando a paso relajado y tranquilo hasta dónde había dejado sus ropas.
— Partimos a penas la luz sea suficiente para ver con claridad, pero debemos vernos en la torre del Hokage al amanecer, tenemos que alistarnos para estar listas cuando llegue la hora —Sentenció Samui con una expresión tranquila mirando por una de las ventanas a medio cerrar dejando algo de luz entrar en la habitación— Y, a juzgar por la luz, está amaneciendo, en cuanto sea más clara debemos partir.
— ¡No estés tan tranquila, eso significa que partiremos en una hora o menos! ¡Y ya vamos tarde! —Rugió Karui interrumpiendo a la rubia, que parecía que quería decir algo más, se levantó de golpe y tan rápido como lo hizo una mueca de dolor cruzó su rostro. Naruto se giró y de un paso largo la agarró por las caderas para evitar que se cayera, pegando sus cuerpos, entrepierna contra entrepierna, pecho contra pecho— Hm.
— Eso es lo que te quería advertir —Samui bufó fastidiada mientras lentamente se ponía de pie— No será fácil caminar después de recibir en nuestros traseros un miembro como el de Naruto —Sus tranquilas palabras fueron acompañadas con pasos lentos y suaves para tomar el brazo de Karui y pasarlo por detrás de su cuello, al mismo tiempo agarraba la cintura morena de la chica— Tengo un poco más de experiencia en esto que tú, nos duchamos juntas para no perder tiempo, con el agua caliente te sentirás un poco mejor —Proclamó mientras caminaban juntas hasta la puerta, misma que seguía abierta— Naruto, ¿Podría llevar nuestra ropa a la cocina?
Naruto solo asintió mientras giraba su mirada a otro lado, la confianza ganada por lo ocurrido en la noche anterior esfumándose ante el tono tan formal de la chica rubia, volvió a dónde su ropa se encontraba para comenzar a vestirse rápidamente, agarró las prendas de las chicas antes de salir tras ellas, encontrándose en la sala, misma que servía de entrada, con Sasuke, totalmente vestido.
Ninguno de los dos cruzo palabra durante la espera, Naruto tenía la fuerte sospecha que sí intentaba hacer conversación, con la noche anterior tan vívidamente grabada en la mente de ambos, solo conseguiría que se pelearan más de lo que ya podrían estar, por lo que en silencio hizo sus clones que se fueron a entrenar, quizás el único momento en que se ganó una reacción de Sasuke, quien enarcó una ceja antes de volver a su expresión neutral, solo empezaron a hablar cuando las chicas salieron para decidir qué dirían a los líderes de las aldeas.
Pero todos sus planes y excusas fueron inútiles, nada más llegar frente a la torre Hokage fueron interceptados por alguien Kakashi quien levantó su mano jovialmente mientras les dedicaba una de sus sonrisas de un solo ojo. Aunque cierta persona estaba en el límite de su visión periférica, en un oscuro callejón, observando al grupo, este era Zabuza, quién tenía expresión regia y tranquila, lo que contrastaba un poco con el aspecto de ninja cruel y despiadado que habían visto en Kiri, el antiguo shinobi de la aldea escondida en la neblina solo hizo un ligero movimiento de cabeza en reconocimiento de su actual alumno, mismo gesto que fue regresado por el genin rubio.
— ¿Qué hace aquí, Kakashi-sensei? —Cuestionó Sasuke con una mirada que intentaba parecer neutral, aunque ambos shinobis experimentados podía notar la furia hirviendo a fuego lento allí escondida, haciendo una nota mental de averiguar más tarde qué había ocurrido.
— Precisamente interceptarlos a ustedes dos —Admitió sin vergüenza alguna mientras con sus dedos índice apuntaba a sus alumnos— Había cosas importantes que tratar con ambos y le pedí permiso a Hokage-sama para llevármelos, se suponía que esperaría a que ambos pudieran despedirse de sus prometidas, pero veo que ya tuvieron tiempo para ello —Señaló con una sonrisa, sin saber que no hacía más que avivar las llamas en la ira del Uchiha.
— Así que usted es su mentor, Kakashi, el ninja que copia —Mencionó con palpable respeto la chica rubia de Kumogakure— La aldea de Konoha sí que debe querer el resurgimiento de ambos clanes, me encantaría ver lo que ocurrirá en los exámenes chunin —Sentenció con una ligera sonrisa confiada.
— Más o menos —Respondió Kakashi tan rápido como fue felicitado, nada en su cuerpo reflejaba la tensión y molestia sumada ante el recordatorio de que, al final del día, le habían quitado el tutelaje de su alumno rubio— Como sea, ambos Kages están hablando, pero a ustedes, señoritas, no puedo detenerlas, vayan allá arriba y esperen que les dejen pasar, con un poco de suerte nadie se dará cuenta de que llegan con retraso —Ofreció con una sonrisa, podía hacerse una idea detrás de las razones de que llegaran tarde, o quizás era la gran cantidad de libros Icha Icha que había leído últimamente para tranquilizarse.
— Me parece bien, nos vemos en los exámenes chunin —Karui no necesitó de nada más para comenzar a caminar al interior de la torre, Samui solo hizo una inclinación de cabeza antes de despedirse de los shinobis de Konoha para seguir a su compañera pelirroja, a fin de cuentas, les convenía que pareciera que ellas estaban esperando.
— Bien, ya se fueron —Suspiró aliviado antes de agarrar a ambos chicos y desaparecer en un shunshin, apareciendo en el campo de entrenamiento número siete, precisamente frente a los postes de madera en los que había atado al Uzumaki, le traía bastantes recuerdos— Ya estamos todos —Murmuró mientras caminaba para estar frente a ellos.
Enfrente del Uchiha, quien estaba recargado en el pilar central, estaba el jonin de cabellos plateados, a la derecha del chico de cabellos negros estaba Sakura, quién pasaba su mirada de la mujer frente a ella a sus compañeros de manera casi cómica o ridícula, Anko Mitarashi comía uno de sus dangos con expresión aburrida y fastidiada, Naruto estaba a la izquierda del usuario del sharingan, y, frente a él, estaba una persona que ninguno de los genin reconocía, o al menos ninguno en persona, pues frente al Uzumaki había un hombre mayor, de ropas verdes con lo que parecía una especie de abrigo rojo con círculos amarillos a la altura de los pulmones, un protector de metal que tenía el kanji de "Aceite", líneas rojas bajaban de sus ojos, y su cabello blanco largo y puntiagudo.
— Tú eres... —Naruto podía no ser de los que no retenía demasiada información complicada, pero del mismo modo que había podido reconocer a Hiashi tras verlo en aquella foto, incluso en estado de shock, podía reconocer al hombre frente a él. El hombre de blancos cabellos sonrió al ver la reacción del usuario del rinnegan.
— Por lo que veo me reconoces —El sannin de los sapos no podía evitar sentirse genuinamente aliviado al saber que para su ahijado no era un completo desconocido, al menos lo reconocía— Soy Jiraiya, tu padrino y el mentor asignado por la aldea —Decidió no incluir su título oficial, no ahora, al menos en público.
— No perdamos más tiempo —Suspiró Kakashi, una parte de él quería, genuinamente, alegrarse de lo que podría ser un emotivo encuentro, pero quería ahorrarse todo esto por ahora— Dentro de unos meses ocurrirán los exámenes chunin, y aunque como su profesor titular basta para que sean considerados voy a explicar las cosas para que ustedes mismos tomen la decisión —Guardó sus manos dentro de sus bolsillos antes de suspirar, intentando tranquilizarse.
Sabía a lo que los estaba exponiendo, incluso si los exámenes chunin habían ido disminuyendo su dificultad con el paso de los años y los tiempos de paz, no por eso habían dejado de ser peligrosos, en realidad quizás esta larga primavera había suavizado demasiado al sistema de entrenamiento, pero los exámenes no habían disminuido su peligro de manera equivalente. Y sí bien podía había podido creer, tras la misión en el país de las Olas, que habrían podido pasarlos gracias al trabajo en equipo que habían mostrado, habían ocurrido una serie de eventos desafortunados que no hicieron más que mermar su confianza.
Para empezar el equipo se había dividido, y sí bien no dudaba de las habilidades de Zabuza ni de Anko, aunque a ninguno le veía dotes de maestro, pero muchos dirían lo mismo de él, el problema venía de que no sentía la confianza que tendría de haberlos entrenado él mismo. Había aparecido el rinnegan, lo que podía ocurrir si alguien de fuera de la aldea lo descubriera era algo que no podría imaginar, una guerra o un asesinato ya no sonaba tan disparatado. Al menos sabía que Naruto estaba mejorando, la sombra de una musculatura más definida estaba ahí, lo que demostraba la dedicación que había dedicado el chico a los entrenamientos. Sasuke no iba tan mal, había mejorado en su control del sharingan y había sumado jutsus de rayo y de fuego a su repertorio. Su mayor preocupación era Sakura, de quién no había obtenido noticia alguna, ni siquiera veía la sombra de que hiciera entrenamientos físicos, si los hacía claramente no tenía la misma dedicación del rubio.
— Los exámenes chunin se conforman de tres partes, y es con lo que avanzaran al rango chunin, no puedo decir mucho de cómo funcionan, pero si les puedo decir que son peligrosos —Eso era un eufemismo, y le encantaría poder decirles a sus alumnos que tipo de pruebas les podrían esperar, pero sabía que sí lo hacía el Hokage perdería la confianza que tenía en él, sin contar que incluso para ellos gran parte de la preparación era un secreto— Las posibilidades de morir son más bien altas, personalmente confío en que ustedes podrán sobrevivir, pero necesito que ustedes mismos decidan sí están dispuestos a arriesgarse de esta manera.
— Claro que lo haré —Sasuke respondió tan pronto como se formó el silencio, a fin de cuentas, mientras mayor fuera su rango como shinobi, más acceso tendría a nuevas técnicas y jutsus, era un riesgo que podía aceptar.
— Hm —Murmuró el rubio mientras se rascaba la nuca— He entrenado bastante y creo que mi control de chakra ha mejorado —Farfulló el rubio mientras sostenía su mentón— Pero no estoy seguro de que sea suficiente —Admitió con una mueca disgustada antes de encogerse de hombros— Aunque de aquí a que sean los exámenes supongo que podré seguir entrenando, así que estoy dentro.
— Ya no soy la misma chica patética de cuando estuvimos en el país de las olas —Afirmó Sakura con una sonrisa dirigida a su mentor de cabello plateado, aunque sus ojos estaban fijos en su compañero de equipo usuario del sharingan— Así que claro que acepto —Su ceja se crispó cuando Anko soltó un bufido fastidiado.
— Bien —Kakashi suspiró, intentando calmar los nervios que le había provocado ese bufido de parte de Anko— Esto significa que de aquí a que los exámenes empiecen los entrenamientos no harán más que aumentar, sí bien confío en que Sasuke no va a bajar el nivel, no quiero escuchar que bajen el nivel, ahora, los dejo para entrenar —Confesó mientras sacaba su más que conocido libro naranja, logrando sacarle una sonrisa al legendario sannin.
Una serpiente se enroscó en la cintura de Sakura para pegarla a su mentora antes de desaparecer en un shunshin. Jiraiya sonrió divertido antes de acercarse a su alumno para hacer lo mismo que la exalumna de Orochimaru y marcharse.
Naruto observó el campo de entrenamiento, dándose cuenta qué era el mismo que había estado utilizando junto a Haku y Zabuza, incluso ahí ya estaban sus clones haciendo los mismos ejercicios a los que ya se había acostumbrado. Para su sorpresa ambos ninjas originarios de Kiri también estaban allí, aunque su expresión normalmente serena estaba intranquila mientras sus ojos se mantenían fijos en el hombre de cabellos blancos, la mirada de Haku siendo más bien curiosa, pero la de Zabuza mezclaba el respeto y la sorpresa.
— Cuando vi la fotografía, pensé que eran solo ideas mías, pero realmente es usted —El primero en hablar fue Zabuza, su tono respetuoso, pero parecía extrañamente satisfecho con la presencia del hombre mayor.
— Espere, ¿Conocía a mi padrino? —Cuestionó el Uzumaki viendo al que hasta ahora había sido su mentor, el hombre vendado se giró a verlo con desconcierto, la ceja enarcada como si no pudiera entender las palabras del chico.
— Muchacho, tu padrino es Jiraiya —Afirmó con total desconcierto, ante el nombre la expresión curiosa de Haku pasó a la sorpresa y reconocimiento al tiempo que se giraba para ver a su mentor, aunque esas palabras no provocaron mayor reacción en el rubio— ¿Uno de los tres legendarios sannin? ¿Escritor de novelas? ¿Ninja legendario? —Enumero intentando obtener alguna reacción por parte del usuario del rinnegan, pero lo único que lograba era que el hombre mencionado inflara el pecho orgulloso ante los títulos— ¿En serio?
— No me suena de nada —Admitió Naruto con un encogimiento de hombros. La expresión del legendario shinobi se volvió sorprendida mientras miraba la espalda de su ahijado— En realidad ni siquiera recuerdo si me habían dicho su nombre, lo reconocí por la foto —Añadió sin pena alguna sin saber que esas palabras habían logrado que aquel legendario hombre a sus espaldas cayera al suelo.
— Como sea —Gruñó el sannin por lo bajo mientras se levantaba tan rápido que cuando el Uzumaki se giró él ya se encontraba de pie— Fui elegido como el maestro adecuado para tu crecimiento gracias a que, hace tiempo, antes de ser maestro de tu padre, durante la segunda guerra mundial shinobi, conocí a un niño pelirrojo, seguramente un Uzumaki, que tenía tus mismos ojos, el rinnegan —Le explicó al rubio.
Naruto podría considerarlo solo, información miscelánea que daban crédito de las habilidades de tutelaje del hombre frente a él, pero para los de Kiri era algo que iba mucho más allá, la confirmación de que él era el hombre en la foto, que no necesitaba explicación alguna o que pudiera dejar la información correr, era un hombre que llevaba años guardando y escondiendo un secreto del mundo entero durante años y había buscado cualquier amenaza contra su ahijado durante el mismo tiempo sin delatarlo.
— Admito que no aprendí nada importante del rinnegan más allá del dominio de los cinco elementos —El hombre de blanca melena admitió con un pesado suspiro— Pero creen que podré ayudarte a mejorar tan rápido como se pueda —Ofreció con Jiraiya con una sonrisa.
Naruto devolvió la sonrisa con cierta emoción, si bien no le alegraba mucho la falta de información de sus ojos, el saber que no era el único aparte de un sujeto sacado de un cuento, y que había alguien que podía dar fe de ello, lo hacía sentir una calma que no había sentido en mucho tiempo, un alivio puro, quitándose los visores para dejar que cualquiera cerca pudiera ver los legendarios ojos anillados. Sin perder mayor tiempo le explicó tan rápido como pudo lo que habían descubierto del rinnegan, que seguía sin ser mucho, pero era más de lo que Jiraiya sabía.
Jiraiya no pudo evitar sentirse revitalizado en algún aspecto, la emoción con la que el chico le hablaba, la naturalidad con la que lo hacía, como sí lo conociera de toda la vida, reafirmaba cada vez más su arrepentimiento de no haber sobrepuesto sus funciones como padrino del chico y habérselo llevado de la aldea en contra de los deseos del concejo, pero le alegraba que, pese a todo, el chico parecía haber crecido lo suficientemente bien.
Al mismo tiempo, en el campo de entrenamiento 13, el más cercano al bosque prohibido, Sakura estaba en el suelo viendo con verdadera molestia a su mentora, misma que la había dejado caer de una de las ramas de un árbol desde donde la interrogadora la miraba despectivamente.
— Mira, no tengo ningún problema sí quieres matarte, pero al menos ten un poco de consciencia en lo que te metes —Dijo Anko— Los exámenes chunin no son un juego, y como tu maestra puedo decir que no estás al nivel —Gruñó la de cabellos morados, dio un salto para caer a las raíces del árbol, irguiéndose firmemente ante su alumna.
— ¡Claro que estoy al nivel! —Rugió la chica de cabellos rosados mientras se levantaba, viendo a la mujer con furia— ¡Si el idiota de Naruto está seguro de poder pasarlos yo también podré! —La expresión de Sakura era directamente furiosa— Y sí no estoy al nivel es por tú culpa... —Antes de que pudiera terminar aquella frase un corte apareció en su mejilla, la chica de cabellos rosados desvió su mirada para ver a sus espaldas notando que el palillo de madera que Anko había estado utilizando para comer sus dangos estaba incrustado en el árbol tras ella.
— Escúchame bien, mocosa —El tono que usaba Anko activaba todas las alarmas en lo profundo de la chica Haruno, prueba de ello era que las manos de la chica habían comenzado a temblar— He intentado enseñarte cuanto ha estado en mis manos, intenté enseñarte taijutsu y te quejas de lo complicado que es —Le recordó mientras levantaba uno de sus dedos— Lo entendí, tienes poco chakra, pero un gran control, intenté enseñarte genjutsu y lo tachaste de "Tonto e inútil" —Un segundo digito fue levantado— La única otra opción viable era ninjutsu médico, y es lo único que te ha dado por aprender, y eso no te salvará en los exámenes chunin —El tercer dedo fue levantado.
— Tampoco puede ser tan difícil —Bufó por lo bajo cuando pudo controlar los nervios que le provocaba la terrible mirada de la mujer. Anko chistó ante la ignorancia de la chica.
— Casi con seguridad, la mitad de los equipos participantes terminen muertos o reprueben —La interrogadora admitió sin pena, logrando que Sakura tragó en seco ante la noticia. Incluso sí la habían sacado de la planeación de los exámenes chunin recordaba bastante claramente como funcionaban las cosas, tres partes que nunca cambiaban:
La primera parte era de recolección de información, variaba de año en año, podía ser desde un examen escrito, un interrogatorio contra ninjas, deducir la ubicación de la siguiente parte, o cualquier otra que sirviera para demostrar que los shinobis que avanzaban eran capaces de recolectar información en las situaciones más adversas y no dejaban que nada se les escapara, y con la investigación de ayer había comprobado que Sakura podría tener muchos problemas en ese territorio sí la situación no era la adecuada.
La segunda fase era la de supervivencia, era la más fácil de predecir hasta cierto punto; Siempre tenían un límite de tiempo, días enteros para ello, y era enfrentarse a un territorio con situaciones terriblemente adversas, que podrían ser animales salvajes, explosivos, los otros shinobi, trampas, y un largo etcétera. Las condiciones de superación variaban, pero sabía que las posibilidades de su alumna en ese territorio no eran precisamente las más altas.
Y la tercera fase era la que veía sus condiciones menos cambiadas. Un torneo uno contra uno, dónde más allá de las victorias que pudieran tener, lo que realmente podía sumar puntos era la actuación, la muestra de habilidad, técnica, fuerza y estrategia, aunque ciertamente el ganador del torneo tenía muchas más posibilidades de pasar que el resto, y si comparaba a Sakura con el resto de los genin que sabía que habían entrado en este examen, solo había alguien que era un "oponente digno" era la heredera Yamanaka, que tampoco daba luces de estar entrenando como debería.
— He avanzado a grandes pasos con mi ninjutsu médico —Mencionó temblorosa, sabiendo bien que Anko no se tomaba a bien nada de lo que hacía o decía— Eso debe contar para algo ¿No?
— La primera regla del ninja médico es no entrar en combate, solo hay una excepción y no la cumples —Anko le recordó mientras se palmeaba la frente, dejando una marca rojiza— No te servirá de nada si tienes que pelear, y sí confías ciegamente en que el Uchiha o el Uzumaki van a estar ahí constantemente cuidándote entonces vas por mal camino.
Incluso sin contar con su propia mentalidad individualista, el mundo y la vida le habían enseñado, más veces de las que le gustaría, que no podías tener confianza de ese tipo en nadie, uno debía aprender a sobrevivir por sí solo, y para su gusto Sakura estaba muy en contra de todo eso, y, como si quisiera remarcarle que tanto sus mentalidades contrastaban dijo las siguientes palabras;
— No necesito pelear, Naruto está para eso, y Sasuke-kun siempre me cuidará —Muchos otros podrían creer que era una confianza absoluta en sus compañeros, el tono despectivo con el que trataba al rubio, comparable al que usaría para un perro callejero, y el drástico cambio a uno de ensoñación al hablar del Uchiha demostraba cuales eran sus verdaderos pensamientos.
— Voy a enseñarte algo nuevo —La Mitarashi bufó por lo bajo, sentía que estaba por cometer uno de los grandes errores de su vida, pero no quería que mataran a su primera alumna, por muy poco que la aguantara— Es el área del ninjutsu médico que mejor domino, más allá de los usos que le doy en la tortura es considerada por muchos como la verdadera arma del ninja médico, crear venenos —Dio las últimas palabras, sintiendo que acababa de cometer un terrible error.
Era la única opción que se le ocurría que no resultaría en un claro arrepentimiento, sus conocimientos médicos eran esencialmente para provocar dolor físico y torturar, pero no solo no creía que fuera el estilo de la chica, sino que se necesitaba demasiada práctica para poder utilizarlo en combate, y las invocaciones, y tenía el terrible presentimiento de que eso podría ser inclusive peor que enseñarle de venenos.
Kakashi veía al Uchiha repetir los entrenamientos contra los postes de madera, su ceño fruncido escondido tanto por la máscara como por el protector de metal en su frente, él no sabía que había ocurrido el día anterior, pero sabía que algo había reavivado la llama de la rivalidad entre el Uchiha y el Uzumaki, solo podía confiar en que habría sido en un buen sentido. Aunque, a diferencia de Sasuke, sabía que la brecha entre ellos comenzaría a aumentar cada vez más, no tanto por el talento de uno por sobre el otro, sino que ahora Naruto tenía un profesor que había visto lo que Kakashi había fallado en ver, usar los clones para entrenar, y al no tener que preocuparse por el chakra en ningún sentido resultaba que tenía más tiempo para entrenar otras áreas.
— ¿Estás seguro de querer hacer esto? —Cuestionó mientras volvía a centrar su mirada en el Uchiha. Siempre le había parecido que Sasuke era el más disciplinado de sus alumnos, pero lo que estaba pidiéndole era llevarlo al extremo.
— Por supuesto —Gruñó mientras seguía golpeando aquel poste de madera, sus ojos no se despegaban del frente de manera que no podía ver la preocupación reflejada en el ojo de su mentor— Si quiero superarlo a él tengo que esforzarme más —Dicto, y por primera vez desde que lo conocía, Kakashi no estaba seguro de que estuviera hablando de Itachi.
— Espero que entiendas que esto es muy duro, implica un cambio total —Intentó hacerlo recapacitar desesperadamente, porque, muy a su pesar, sí llegaba a negarse a entrenar al Uchiha por no querer cumplir el suicida plan de entrenamiento de su alumno, el concejo se negaría— Si en algún punto quieres retroceder, lo entendería perfectamente, sería muy sano —La única respuesta que recibió del chico de cabellos negros fue un gruñido.
El plan que habían estado llevando a cabo era horas de entrenamiento físico, horas de control de chakra un día, y al siguiente un entrenamiento del sharingan seguido de aprender jutsus, y así iban cambiando entre días, había sido un buen método de entrenamiento. Pero lo que quería ahora era horas de entrenamiento físico, seguidos de horas de entrenamiento de control de chakra, horas de intentar aprender jutsus, y horas de estudio el mismo día, reduciendo los descansos al mínimo y las horas de sueño de una manera que, si bien traerían grandes avances, también sería terriblemente perjudicial para él.
Siempre había sido consciente de que parte de la mentalidad de Sasuke era matar a Itachi a cualquier costo, casi había llegado a la conclusión de que en realidad su plan era morir matando a Itachi. Sabía el tipo de obsesión que tenía el chico, qué destruirse en el proceso de cumplir su ambición era en realidad un precio que había estado en la mesa desde el instante en que se había creado, pero siempre había supuesto que no lo llevaría al punto en que, quizás el próximo Uchiha en la aldea ni siquiera tuviera la oportunidad de conocer a su padre.
— No conseguiré nada sin esforzarme —Gruñó Sasuke mientras le dirigía una mirada que claramente prometía que, sí Kakashi no lo ayudaba a mejorar como él quería, buscaría el modo de obtener ese poder a cualquier costo.
La noche anterior había despertado muchas cosas en la mente de Sasuke, ninguna de ellas positivas, la idea de ser vencido de una forma tan permanente por su compañero, mismo compañero que siempre había visto debajo de él, lo había hecho enloquecer, la idea de saber que cualquier revancha sería solo otra humillación para él, que era una batalla que había perdido antes de empezarla lo enloquecía, pero de eso había nacido otra obsesión, una necesidad, de asegurarse de que Naruto nunca podría superarlo como shinobi, que eso motivara a su obsesión de matar a su hermano era solo una ventaja.
— Quiero aprender el jutsu de invocación —Sasuke avisó con una mirada seria, sus ojos emitiendo un cierto fulgor ante la posibilidad de crecer más y más.
En aquel campo de entrenamiento, alejado y distante, donde cualquiera que pasara podría observar los ojos del mito, Jiraiya miraba con cierto orgullo a su alumno. Este no había parado de hablar, en los cortos minutos que llevaban ahí, explicándole lo que había descubierto, cosas tan impresionantes y dignas de anotar que debería inculcar a su alumno el escribir este tipo de cosas para el futuro, pero eso no es lo que le hacía sentir orgulloso, ver la coordinación entre los clones para entrenar el océano de chakra que debía tener para poder usarlo hasta en las cosas más simples, como los clones que no entrenaban su chakra estudiaban, debía aplaudir a Zabuza por orquestar algo semejante y a Naruto por poder seguirle el paso.
— Te seré honesto, no podré estar aquí constantemente, el trabajo que la aldea me tiene haciendo me obliga a estar fuera y moverme constantemente —Decidió no darle alas al chico— Aunque me aseguraré de que aprendas para poder entrenar cuando no esté presente, ahora, voy a enseñarte algo para mantenernos comunicados, y quizás aprender, el jutsu de invocación —Proclamó mientras tomaba el gran pergamino a sus espaldas para colocarlo en el suelo antes de desenrollarlo.
Zabuza miró con detenimiento los nombres escritos en aquel pergamino, eran solo dos; "Jiraiya" y "Minato Namikaze" una parte de él no pudo evitar sentirse emocionado más allá de lo que había creído, el nombre de su alumno estaría entre los de otras dos leyendas de manera casi ominosa.
— No se preocupe, señor Jiraiya —Empezó Zabuza, logrando que sus dos alumnos lo vieran ligeramente desconcertados por el repentino respeto a un desconocido, incluso si Haku podía entender el respeto a una leyenda como era uno de los sannin seguía sin ser normal el respeto de su maestro— Mientras usted no se encuentre en la aldea Haku y yo seguiremos ayudando al mocoso a entrenar.
— Me alegro —Jiraiya le habría cuestionado demasiadas cosas a su viejo maestro, pero ninguna más que el haber aceptado que un ninja renegado y su aprendiz le enseñaran algo a su ahijado, incluso cuando habían recibido la aprobación de Kakashi y que tuvieran a media docena de Anbus vigilándolo, pero al menos le alegraba ver que no había sido tan mala decisión— El jutsu de invocación te permite invocar a algún animal para pelear junto a ti, animales tan grandes como edificios y de todo tipo, Serpientes, Babosas, Sapos.
— ¿Qué pueden hacer las babosas? —Naruto interrumpió al sannin mientras ladeaba la cabeza interrogante.
Jiraiya agradecía que al menos no preguntara eso sobre los sapos, sería un golpe a su orgullo del que sería muy difícil sobreponerse, y, en segundo lugar, estaba siendo tentado a pedirle a Naruto a volver a cubrirse los ojos, el chico parecía haber adquirido la misma costumbre de Nagato de casi nunca parpadear lo que hacía que sus ojos tuvieran constantemente un efecto más bien perturbador, pero se tragó el pensamiento antes de volver a hablar.
— Ese no es el punto —Decidió cambiar de tema— Al realizar el jutsu sin tener ningún contrato firmado aparecerás en el territorio de la invocación más acorde a ti, en caso de tener uno firmado, casi con seguridad terminarás invocando al líder, en ambos casos tendrás que pasar una prueba para que te acepten como invocador —Explicó rápidamente, notando que si dejaba que el rubio hiciera preguntas serían igual a la anterior— Ahora, quiero que firmes el mismo que tu padre y yo firmamos.
Al abrir los ojos fue recibido por la mirada de completa sorpresa y shock por parte de los tres, sin poder entender que es lo que los había llevado a ese estado parpadeo, al mismo tiempo estaba analizando sus propias palabras para entender sí había sido algo que dijo.
— Minato Namikaze... El cuarto Hokage... ¿Es el padre de Naruto-kun? —La pregunta del millón fue dicha por la última usuaria conocida del kekei genkai de hielo. Jiraiya se giró para verla, la ropa claramente masculina que contrastaba con la apariencia tan femenina lo confundía.
— Si... esperen ¿No lo sabían? —El hombre de cabellos blancos miró desconcertado al trío, pero no tanto por los shinobis de Kiri, pues podía entender que para ellos aquello fuera secreto, era la expresión de total shock y espanto en la cara de su ahijado que le hacía saber que el viejo Hiruzen le había contado muy poco— Un día de estos mataré a ese viejo mono —Musitó antes de llevarse la mano a la cara— Como sea, luego puedes preguntarle al viejo por qué no te lo contó, ahora centrémonos en esto.
Hiruzen tendría que darle demasiadas explicaciones al rubio jinchuriki, aunque ahora entendía porque, pese a que Kumo no sabía del rinnegan en el clan Uzumaki, probablemente con el apellido y la apariencia del chico habían adivinado de quién era hijo, o al menos lo sospecharían, pero Jiraiya no se encargaría de ello, su maestro había decidido aquello y lo dejaría cargar con las consecuencias.
Naruto tragó en seco antes de asentir, arrodillándose para observar con más detenimiento la firma de su padre en aquel pergamino, pese a que el rinnegan hacía que adivinar los pensamientos, o sentimientos, de su usuario fuera más bien complicado pudo notar la emoción de tener algo de su padre de esa forma, la posibilidad de conectar con el hombre que jamás había podido conocer al alcance de la mano. El chico rubio mordió su pulgar para escribir rápidamente un "Naruto Uzumaki" justo al lado del de su padre.
El ahijado del chico no pudo evitar sonreír, gratificado de poder darle ese pequeño regalo al joven, se aclaró la garganta para llamar la atención del chico, con la intención de explicarle los sellos de mano necesarios para realizar el jutsu, cuando, como una cruel broma, vio como aquellas letras escritas en sangre comenzaron a soltar vapor hasta que aquel escrito había desaparecido del pergamino ante la atenta mirada de todos. Jiraiya no necesitó pedirle al chico que volviera a escribir su nombre porque ya lo estaba haciendo, obteniendo el mismo resultado, el nombre evaporándose hasta desaparecer, el proceso fue repetido otras tres veces antes de detenerse.
— ¿Quizás... el rinnegan tiene una invocación particular? —Sugirió Zabuza cuando notó lo desanimado que no lograr firmar aquello estaba poniendo al chico— Y, que por tener el rinnegan, cuente como que ya tiene un contrato firmado —Intento explicar mientras le dirigía una mirada a Haku para que ella pudiera animarlo un poco.
— Puede ser —Aceptó el sabio ermitaño con una sonrisa tensa. Sabía que en la antigüedad había clanes enteros que tenían el mismo contrato de invocación, o que dicho animal de invocación tenía predilección por el clan, como era el caso de los Sarutobi y los Senju, quizás esto era solo un paso más allá de eso— Ahora, presta mucha atención a los sellos de mano para que los imites —Muy lentamente hizo los sellos.
— I-Inu-Tori-Saru-Hitsuji —Naruto hizo los sellos tan lentamente como podía, diciéndolos en voz alta con una expresión de genuina concentración antes de estampar su palma contra el suelo.
Lo siguiente que sintió fue un temblor, como si su cuerpo entero temblara desde los huesos, lo había sentido, había sentido una conexión con algo, algo grande, de algún modo que escapaba de su comprensión entendió que no había usado suficiente chakra, que lo que fuera que podía invocar necesitaba mucho más chakra. Algo debió ser evidente con solo verlo a la cara porque la expresión de Jiraiya parecía sorprendida.
— Tal vez no te estás concentrando lo suficiente —Musitó Haku a sus espaldas, al mismo tiempo que hacía círculos en la espalda del rubio intentando tranquilizarlo.
— Solo necesito más chakra —Bufó el rubio mientras repetía los sellos, esta vez con más chakra, la misma sensación solo que con más fuerza. Una vez más, el mismo resultado— ¿Cuánto chakra requiere esto? —Gruñó por lo bajo. Al mismo tiempo que hacía el quinto intento lo notó, una sensación en su estómago, como sí algo se removiera en su interior, y tenía el terrible presentimiento de que era el zorro.
— Si incluso tú necesitas tanto chakra quizás lo mejor sea parar —Intentó Jiraiya, una parte de él curioso por descubrir que podría ser lo que el rinnegan podía invocar, otra parte de él encontraba aterrador aquello, qué podía ser tan grande o que requiriese tanto chakra como para que un chico que tenía más chakra de lo que muchos hombres no tendrían jamás tuviera tantos problemas para invocarlo— Tampoco es cuestión de agotarte...
— ¡Debo lograrlo! —Rugió el Uzumaki. Para este punto era algo en lo que no podía retroceder, una mezcla de enferma curiosidad sobre qué es lo que estaba invocando, y la sensación de determinación que le hacía incapaz de rendirse ante una tontería así. Tal vez influenciados por las acciones casi obsesivas de parte del original, o porque querían ver sí ellos tenían más suerte que el original, los clones comenzaron a hacer los sellos, uno por uno, con expresiones de absoluta concentración— ¡Vamos, aunque sea un caracol! —Los clones estamparon sus palmas en el suelo.
La verdad sea dicha, ninguno de ellos esperaba realmente algo, Jiraiya estaba entendiendo que fuese lo que fuese que Naruto pudiera invocar era algo terriblemente grande, y probablemente poderoso o antiguo, esa línea de pensamientos lo llevó a una aterradora teoría; El rinnegan le permitiría invocar a los biju, y la idea lo aterraba. Haku dudaba que en el estado casi desesperado del chico tuviera la concentración necesaria para hacer la invocación exitosa. Zabuza, en realdad no creía que ocurriera nada porque nada había ocurrido en los últimos intentos. Por lo que para todos fue una genuina sorpresa cuando una inmensa nube de humo blanco lleno el lugar.
Gracias a la larga espera a la que se habían sometido todos tenían la mirada centrada en lo alto, mientras el humo se disipaba poco a poco, esperando ver aquello que requería tanto chakra, y, cuando el humo se hubo retirado todos pudieron verlo; Un caracol, un caracol tan grande que debería poder ser visto desde cualquier lugar de la aldea, más grande que cualquiera de los edificios, la concha en su espalda era de un tono lila igual al del rinnegan y tenía el mismo patrón, pero, quizás lo más sorprendente la concha en su espalda era de un tono lila igual al del rinnegan y tenía el mismo patrón, pero, quizás lo más sorprendente eran sus ojos, que solo podían ser vistos con claridad gracias al inmenso tamaño de la criatura, el rinnegan.
— ¿Qué cojones...? —Zabuza fue el portavoz del desconcierto general, habían esperado muchas cosas, menos que la elección de un animal tan ridículo como había mencionado el rubio fuera justo el elegido.
— ¡Mierda! —El gritó del Uzumaki fue lo único que cambió la atención del invertebrado gigante, mismo que bajó la cabeza para verlos a ellos, sintiendo un ligero escalofrío ante los inmensos ojos— También veo lo que ve esto ¡Desaparece! —Escupió fastidiado y al instante la criatura desapareció en otra nube de humo.
— ¿Sería cruel de mi parte imaginarme algo mucho más... magnifico? Como un dragón o algo —Admitió Haku, viendo como el rubio se sentaba en el suelo enfurruñado, como si estuviera a punto de hacer una rabieta.
— ¿No les parece demasiada casualidad, que justo pidiera un caracol y apareciera uno? —Jiraiya, por otro lado, no podía evitar encontrar curioso tal evento, un evento que a sus ojos no podía ser una coincidencia— ¿Crees poder pedir otro animal? ¿Quizás, no sé, un sapo?
— No sé por qué, pero no pierdo nada intentándolo —Naruto bufó mientras repetía los sellos antes de estampar su palma contra el suelo, imaginando a un sapo en su cabeza, sintiendo la misma sensación que había sentido antes, como si estuviera intentando tirar de algo terriblemente pesado— Nada ¿Ve...?
Aunque su queja fue interrumpida por el sonido de algo siendo invocado, detrás de él había ahora un sapo tan grande como una casa. De un color azul brillante, protuberancias por la espalda, pero, igual que la vez anterior, lo llamativo era que en sus ojos el rinnegan era visible.
— Puede invocar lo que quiera —La realización golpeó al sannin de los sapos, aquellas invocaciones, que tenían poco que envidiarle a cualquier invocación que Jiraiya hubiera visto, parecían ser una extensión más del rubio por la falta de habla y por los ojos compartidos.
— Hmm —Murmuró el espadachín de la niebla, no podía negar lo que veía, sería simplemente ridículo, pero no podía evitar notar que las invocaciones no estaban dónde deberían estar, por norma general las invocaciones aparecían a los pies de sus invocadores, pero las criaturas estaban muy lejos del Uzumaki, pero sospechosamente cerca de los clones— Los clones, uno por uno, intenten invocar algo, lo que sea, díganlo alto y claro —Ordenó.
Era una idea tonta, nacida de una sospecha igual o más tonta, pero no podía ignorarla, no tan fácil, esta era la oportunidad perfecta para eliminar la sospecha, sí la idea era eliminada entonces todo estaba perfecto, solo tendrían que volver a trabajar para que los seis clones que no salían iguales lo fueran, pero sí la teoría era cierta explicaría no solo las palabras que el líder del clan Hyuga había dicho en su primer encuentro, palabras en las que no había dejado de pensar desde que las había oído. Uno por uno los clones fueron repitiendo el proceso, cada uno diciendo un animal diferente, pero hasta que el tercero, aquél con rasgos bestiales lo hizo anunciando una serpiente, y, cuando dio una palmada en el suelo la nube de humo apareció, y, al disiparse, ahí estaba; Una gran serpiente de color negro con cuernos naranjas y el rinnegan por ojos estaba allí.
— Entonces... ¿Un clon aleatorio invoca lo que sea? —Murmuró Naruto mientras miraba tanto al clon como al animal gigante, al mismo modo que miraba todo desde los ojos del gigantesco reptil.
Tan rápido que sí hubieran parpadeado se lo habrían perdido, una shuriken había golpeado al clon en el cuello obligándolo a desaparecer en una nube de humo como en la que había hecho aparición, una sencilla mirada a Zabuza habría comprobado que fue él quien había lanzado aquel proyectil, una mirada de parte del hombre vendado a su estudiante fue lo único que detuvo las preguntas que vendrían.
— Inténtalo de nuevo, una serpiente igual a esta —Ordenó con firmeza, los sellos fueron repetidos antes de que el rubio original estampara su palma contra el suelo. Para sorpresa del Uzumaki, aunque no para la de los shinobis mayores, una nube de humo se hizo presente y una serpiente idéntica a la que ya se encontraba surgió.
Igual, desde el tono de los colores, la forma, las escamas, los ojos, idénticas como ninguna invocación debería de serlo, hasta el último detalle. Si Jiraiya y Zabuza no hubieran estado esperando esto se habrían impresionado enormemente ante la criatura invocada, o quizás creada. Los dos hombres se miraron antes de asentir.
— ¿Tendríamos que decirle al concejo sobre esto? —Cuestionó Zabuza mientras miraba al dueto de serpientes, aunque sus ojos no pudieran ser vistos con tanto detalle, la cantidad de animales invocados sin lugar a dudas llamarían la atención.
— De los seis caminos del budismo; El camino de las Bestias —Proclamó Jiraiya mientras sacaba un libro en blanco y un pincel para comenzar a hacer anotaciones.
¿Se sentía algo decepcionado porque su ahijado no pudiera firmar el contrato de los sapos? Por supuesto que lo decepcionaba un poco, pero era preferible aprender algo nuevo de aquellos ojos, para ser un primer día de entrenamiento con él habían aprendido algo importante en poco tiempo, dudaba seriamente que el resto de los días fueran tan rápidos en cuanto a aprender algo nuevo, pero ahora tenían una pista real. Aunque tendría que investigar, investigar qué es lo que Naruto podría invocar realmente sin el camino animal, había un algo, sí bien se decantaba por la opción de que fueran los biju, no podía descartar nada, fuese como fuese, prefería que el chico se limitara a invocar animales normales.
— Invocar cualquier cosa —Murmuró por lo bajo el Uzumaki, mirando sus palmas con cierta sorpresa— Creo que hay algo que añadir algo de entrenamiento —Añadió el chico antes de sonreír— Hago más clones, para no cambiar el entrenamiento, y dejo que el clon adecuado entrene esto, no sé qué tanto mejorar, o que más pueda hacer, pero mejor no dejar eso sin entrenar ¿Cierto? —Naruto interrogo a sus mentores, estos cruzaron miradas antes de asentir.
— También, prepara un clon más, te enseñaré mi especialidad, la que fue la especialidad de tu padre y de tu madre, fuinjutsu —Proclamó el legendario sannin— O media docena más, ya veremos sobre la marcha cuántos ocupamos —Añadió con un simple encogimiento de hombros— Cuando logres crear un sello para mantener ciertos escritos seguros, comenzaremos una bitácora, un registro, lo que sea, pero que pueda instruir a tus hijos a usar el rinnegan, y a futuras generaciones —Afirmó.
Incluso sí comenzaba con sus propios escritos sobre el rinnegan, la verdad es que lo mejor es que un registro como ese, los entrenamientos, toda esa información, se volviera a futuro en secreto de clan, porque nunca se sabía cuándo algo podía ocurrir, la masacre Uchiha era un gran ejemplo de ello.
— Hay una posibilidad... —Zabuza musitó mientras llevaba su mano a su barbilla, pensando en algo con detenimiento y profundidad— Podríamos poner a varios clones a entrenar durante el día, un clon para el Camino Animal, seis clones para el control de chakra, como llevábamos haciéndolo hasta ahora —Conforme más hablaba era claro que parecía ganar confianza en sus planes— Dividimos la mitad en el control de chakra normal y los otros en el control de las naturalezas, el que está limpiando tu hogar, el original seguirá entrenando el cuerpo —Una sonrisa más bien divertida se dirigió al sannin.
— Ya veo, entrenamiento en varios frentes —Jiraiya chasqueó los dedos con una sonrisa triunfal— Usamos los que necesitemos para el fuinjutsu, y quizás buscar aprender genjutsu, aunque no es mi fuerte, así intentaremos cubrir todo lo que puedas aprender —El hombre de blancos cabellos repentinamente cambió su expresión a una preocupada— Pero eso podría ser terriblemente peligroso, el cansancio podría ser excesivo.
— Tiene razón, pero vamos probando, conozco a mi alumno, y no es tan débil como para no poder aguantar algo como esto —Zabuza elogió con una de esas sádicas sonrisas, lo que Naruto no podía estar seguro de sí debía tomarlo como un elogio o como un insulto, o ambos.
Decidieron poner a prueba aquel entrenamiento, no tenían clones aprendiendo ninjutsu, no aún, esperarían a dominar las naturalezas antes de aprender jutsus., tampoco estaba desarrollando genjutsu, pero tuvieron a media docena de clones escuchando la presentación del sannin sobre el arte de sellado, y comenzar a practicar, no tanto los sellos en sí, sino su caligrafía y el entendimiento detrás, pero el resultado fue evidente al día siguiente, ya habían pasado horas desde la hora a la que normalmente se levantaba y seguía tumbado en la cama, el cuerpo adolorido, se había quedado dormido porque, incluso tras el entrenamiento había usado su rinnegan activado hasta el límite que podía, intentando aumentar el tiempo, se sentía tan cansado como no lo había estado en mucho tiempo, probablemente se habría quedado en cama todo el día, o hasta que Jiraiya, Zabuza, o Haku, decidieran que había descansado suficiente y lo sacaran a rastras de la cama, pero el sonido de golpes en la puerta le bastaba para evitar que volviera a dormir. Arrastrándose fuera de la cama, y arrastrando los pies hasta llegar a la puerta la abrió, encontrándose con un Anbu con máscara de gato.
— Sí tengo que ir a la torre Hokage a conocer otra prometida, por favor dígale al viejo Hokage que pienso dormir todo el día —Abría cerrado la puerta, sin importarle en lo más mínimo las consecuencias, pero el Anbu de cabello púrpura detuvo la puerta.
— Hokage-sama me mando a informarle que, por fin, el edificio central del futuro complejo Uzumaki está terminado —Sus palabras eran tan planas como las de cualquier otro Anbu, pero a Naruto le sabían enfadadas— Se le pide que vaya a recoger el dinero adecuado para amueblarlo, y al mismo tiempo se le insta a abandonar su vivienda actual, todo será movido a su nueva residencia —Añadió mientras forzaba la puerta para mantenerla abierta en pleno— Su padrino, Jiraiya-sama, ya está allí, está dispuesto a ayudarlo en la elección de muebles y lo guiará a su nueva residencia, a nota personal, no porque Jiraiya-sama sugiera un mueble significa que deba comprarlo, gracias por el tiempo —Y con esas palabras desapareció.
— Esto se está volviendo una rutina poco agradable —Chistó antes de girarse para arreglarse, aunque tendría que hablar algunas cosas con el abuelo Hokage.
Otro capítulo acabado, como había dicho anteriormente, ya había pensado que la mejor manera de que hiciera aparición uno de los caminos, sin meter un riesgo de muerte, era este, Naruto intentando usar el jutsu de invocación. Aunque creo que el próximo camino va a tardar en aparecer, porque ya lo tengo pensado.
