A la mañana siguiente, Liam despertó muy contento, vio a su escritorio, en donde estaban algunos de los regalos que sus amigos le habían dado. Se levantó de la cama y empezó de nuevo su rutina. Las cosas en la casa de Liam empezaban de nuevo, Liam escucho como sus padres salían del cuarto y bajaban a la cocina, escucho a Tom entrar al baño y un rato después lo escucho salir. Se supone que Liam iría a comprar ese día sus nuevos útiles escolares, así que tomo su carta de Hogwarts, aún que la sintió algo más pesada de lo normal, la abrió. Usualmente, Liam encontró su lista de materiales, otra carta que le recordaba que las clases iniciarían el 1 de septiembre, él ya lo sabía, había recibido la misma carta el año anterior, pero la leyó de todas formas, quizá para recordar o para hacer un chiste para sí mismo fingiendo no saber absolutamente nada.

"Estimado señor Baker:

Le rogamos que no olvide que el próximo curso dará comienzo el 1 de septiembre. El expreso de Hogwarts partirá a las once en punto de la mañana de la estación de King's Cross, anden nueve y tres cuartos."

Leyó hasta ahí, todo se le hizo normal, hasta que vio un texto debajo que obviamente había ignorado el día anterior.

"A los alumnos de tercer curso se les permite visitar determinados fines de semana el pueblo de Hogsmeade. Le rogamos que entregue a sus padres o tutores el documento de autorización adjunto para que lo firmen.

También se adjunta la lista de libros del próximo curso.

Atentamente, Profesora M. McGonagall, directora"

Hogsmeade? ¿Qué era eso?, Se pregunto Liam. Él ya había oído escuchar de él, lo había oído de una chica mayor que el en Hogwarts el año pasado, pero nunca le habían dicho que era exactamente. Atrás de aquella hoja y de la lista de útiles se encontraba una tercera hoja. Liam la leyó, era el permiso para ir a Hogsmeade, vio el pie de la página, ahí estaba la línea para que alguno de sus padres lo firmara.

-eh…mamá! – grito Liam bajando las escaleras con la hoja en la mano

-que pasa hijo? – dijo su madre en la cocina

-em… que es hogsmeade? – pregunto Liam entrando a la cocina

-hogsmeade? Oh, es verdad, es tu tercer año jaja, casi lo olvido – río la madre de Liam – ¿es esa la carta de autorización?

-eh… si – dijo Liam viendo la hoja

-bien, permíteme un momento – la madre de Liam apartó las manos del desayuno, se lavó las manos y saco la varita, hizo un movimiento suave y en un segundo una pluma llegó a sus manos – déjame verlo

-ok… - dijo Liam sorprendido, le dio la hoja y su madre la tomo, la leyó rápidamente y luego se apoyó en la barrita de la cocina, firmo sin dificultad

-listo, aquí tienes – dijo sonriendo satisfactoriamente – ya verás que te gusta mucho

-ah… gracias, pero… sigo sin saber que es hogsmeade – suspiro Liam

-oh, bueno, es un pueblo mágico, está cerca de Hogwarts, recuerdas la estación de tren al que llegas a Hogwarts?

-sí, la recuerdo – dijo Liam con la imagen mental de la estación con vista a el castillo

-pues está en hogsmeade cariño – río la madre de Liam – muchos dicen que es el único pueblo mágico de gran Bretaña, pero no es cierto, hay algunos más pero no son turísticos

Liam conocía un pueblo mágico, el pueblo en el que Jack viva. Él lo había visitado, era un pueblo pequeño, no había muchas tiendas aparte de las de comida, fuera de eso el resto del pueblo eran casas normales.

Después de desayunar, Liam subió a su habitación a tomar la lista de útiles, la guardo en su bolsillo y salió nuevamente. En poco tiempo la familia ya estaba camino a Londres, un viaje no muy largo que Liam aprovechaba para jugar con Tom en sus teléfonos. Finalmente llegaron a el caldero chorreante, su padre estacionó el auto cerca y la familia entro. El caldero chorreante era un bar viejo que por fuera parecía aburrido para un simple muggle, por dentro probablemente lo era también, pero había un detalle, estaba lleno de magos. Liam no se acostumbraba todavía a estar ahí, el vestía ropa muggle normal, pero los magos y brujas que ahí se encontraban vestían túnicas y sombreros negros puntiagudos. Sin embargo, tenía que soportar todo eso, por qué era la única entrada que Liam conocía a el callejón Diagon, que era un lugar genial para hacer todas tus compras escolares.

-Hola! – dijo la madre de Liam animadamente frente a los padres de Emma y Jack, aún que esta vez solo estaba la madre de Jack y el padre de Emma, Emma y Jack también estaban, claro.

-buenos días! – respondieron ambos padres

-hola Liam! – dijo Jack animadamente

-hola jaja – contesto Liam – están listos para comprar?

-por supuesto! – dijo Emma feliz

-ah, Emma, preguntaste aquello? – dijo Liam curioso

-si… jaja, bueno, dijeron que si – Emma empezó a susurrar – ayer le pregunté a mamá, pero se puso como loca y dijo que no, papá la persuadió y al final acepto, pero solo la última semana antes de ir a Hogwarts

-tu mamá también se enoja fácilmente? – susurro Jack – por qué la mía lo hace

-bueno… no… es solo que… tiene el carácter algo fuerte – dijo Emma apenada

-pues… al menos podremos ir, ¿no? – dijo Liam algo sorprendido

-si jaja – río Emma

Después de una breve conversación de bienvenida, el grupo se puso en camino hacia diferentes tiendas, pasaron a librerías, tiendas de calderos, etc. Ya por el medio día, el grupo llegó a la sastrería, en donde Liam había comprado su uniforme de estos dos últimos años.

-sí, el de tercero año – dijeron los padres a la costurera

-bien, un momento – respondió y rápidamente dos brujas más salieron – ok, pasen por favor

Liam y compañía acompañaron a la costurera, quién los coloco en un taburete y empezó a tomar medidas.

-entonces… vieron lo de hogsmeade? – dijo Liam cuando las costureras salieron de la habitación un momento

-lo del permiso? – respondió Jack – sí, mi mamá lo firmo está mañana

-mi papá también – dijo Emma – estoy muy emocionada por ver cómo es!

-crees que sea como tú pueblo, Jack? – dijo Liam

-cómo mi pueblo? No jaja – río Jack – mamá dice que hogsmeade es mucho mejor que en donde vivimos

-papá me contó que hay un montón de tiendas geniales! – dijo Emma entusiasmada

-veamos, pónganse la túnica – dijo la costurera entrando con tres túnicas

Liam tomo la que le dieron, paso sus brazos y se la acomodo bien, le quedaba perfectamente. Jack también usaba los colores de su túnica, está vez el color rojo se hacía más visible en el uniforme, haciendo aún más evidente que eran de gryffindor. Sin embargo, la de Emma era algo diferente a la de ellos dos, su túnica tenía el color verde en vez de el rojo de los muchachos, el verde de slytherin.

Después de que les entregaran el resto del uniforme, que nuevamente cambio, el grupo salió de la tienda. Pasearon un poco por el callejón Diagon.

-sortilegios Weasley – río la madre de Liam frente a la tienda – recuerdo cuando se fundo

-yo también jaja – río la madre de Jack – ahí compré unos caramelos explosivos jaja

-a mí me hicieron esa broma también – dijo contento el padre de Emma

Liam no tenía idea de lo que hablaban, claro, él no estaba cuando su madre era una jovencita de su edad. Vio a el interior de la tienda, por las ventanas se podían ver jóvenes y varios artículos que Liam tenía curiosidad por saber que eran. Un grupo de personas salió de la tienda, Liam no les prestó mucha atención, hasta que alguien grito su nombre de entre el grupo. Una chica se acercó rápidamente a Liam.

-Liam! – dijo la chica animadamente y se lanzó a el muchacho

-Ah! – soltó Liam y trato de no caerse

-Liam! Liam! – decía la muchacha abrazándolo

-eh… Ah… Amanda? – dijo viendo a la chica detenidamente

-si! – contesto Amanda feliz

Amanda Hill era una chica muy inteligente, su cabello era castaño y como siempre, tenía una coleta y dos mechones de cabello pequeños enfrente. Ella era la novia de Liam, este último se enamoró de ella después de un interesante partido de Quidditch, algo de tiempo después Liam le confeso sus sentimientos y para su fortuna, Amanda correspondió.

-Te eh extrañado mucho! – dijo Amanda todavía abrazando a Liam

-si… yo también jaja – dijo Liam algo sonrojado y nervioso por qué sus padres estaban ahí

-ahh! ¡No esperaba verte aquí! – dijo Amanda y le dio un beso a Liam

Tanto Liam como Amanda solían ser tímidos en cuanto a demostrar su afecto de esa forma, por eso no solían darse besos, solamente se daban pequeños besos en las mejillas, pero está vez Amanda le dio un muy buen beso inesperado justo en el lugar en donde van los besos.

-AH! ¡OYE! – dijo Emma sobresaltada

Finalmente, Amanda apartó sus labios de los de Liam, fueron unos segundos tal vez, pero para Liam y Amanda había sido eterno.

-Amanda! – dijo Liam muy sonrojado después de que se separaran

-sí, yo también te quiero Liam – suspiro Amanda y apoyo su cabeza en el hombro de Liam

-tus padres están aquí! ¡Y los míos también! – susurro Liam nervioso

-lo sé, lo sé – suspiro Amanda

Y efectivamente, sus padres los estaban viendo, el padre de Liam veía sorprendido a los dos, y la madre de Liam… bueno, ella estaba muy emocionada, los padres de Amanda veían a la distancia.

-Ah, ok, ya, basta compañera – dijo Emma y separó a Amanda de Liam

-oye! – recriminó Amanda – que haces tú aquí, por cierto?

-bueno, estoy aquí por la misma razón que Liam y Jack, para comprar mis cosas, tú también, no es así? ¿Dónde están tus bolsas? – dijo Emma poniendo enfrente de Amanda una bolsa con libros

-ay, yo todavía no los compro – dijo Amanda molesta

-sí, eso pensé, bueno, tienes mucho que hacer entonces, ¿no? – Emma tomo a Amanda – vamos, ve, corre

-déjame! Y si, bueno, voy a comprar, nos vemos – dijo Amanda molesta y vio a sus padres, qué transmitían prisa por irse en los ojos – ¡te veo después Liam, adiós!

-ugh, es increíble que ni siquiera en vacaciones pueda descansar de ella – dijo Emma viendo como Amanda se marchaba

Emma y Amanda tenían una amistad algo… rara. Ellas dos eran buenas amigas cuando se conocieron, pero conforme paso el tiempo empezaron a pelear por cualquier cosa, generalmente todas tenían que ver con su casa. Emma tampoco odiaba a Amanda, le caía de hecho bastante bien, pero las dos decidieron tener ese tipo de trato la una con la otra, sin embargo y al final del día siguen siendo amigas.

-y por qué no me habías dicho hijo? – decía su madre emocionada. Las compras habían acabado y la familia iba de regreso

-bueno, es que…

- ¿Ay, es una chica muy linda no crees amor? – dijo la madre de Liam sin dejar terminar de hablar a Liam

-desde luego – respondió el padre de Liam

El padre de Liam tomo una ruta distinta a la usual, está vez se desvío hacia una plaza comercial. La familia bajo al llegar, Liam estaba algo confundido, pero siguió a sus padres. Tom fue llevado por su madre a ver restaurantes que había en la plaza, y Liam se quedó con su padre.

-ven hijo – dijo su padre sonriendo

-ah, claro papá – Liam fue al lado de su padre

-hay una tienda que me gustaría mostrarte – dijo su padre y los dos empezaron a caminar

¿Qué tienda sería? Se pregunto Liam, ¿tal vez alguna de ropa? ¿De deportes? No lo sabía, pero pronto su duda fue resuelta. El padre de Liam paro frente a una tienda de música, los dos entraron, había discos y todo tipo de cosas musicales ahí, por supuesto.

-aquí – dijo el padre de Liam – mira esto

-qué es? – dijo Liam mirando hacia donde apuntaba la mano de su padre

-estos – dijo su padre – son casetes, los conoces, ¿no?

-claro – dijo Liam – me regalaste uno en navidad

-si jaja, pero estos de aquí – dijo tomando un paquete de unos 5 casetes – están en blanco

-oh, entiendo, no sabía que seguían haciéndolos – dijo Liam sorprendido

-jaja, sí, yo también me sorprendí, y bueno, pensé que te gustaría tener algunos para ti – dijo su padre expectante

-oh, oh! ¡¿Enserio?! – dijo Liam emocionado – puedo tenerlos?!

-jaja, claro Liam, este será mi regalo de cumpleaños, que te parece? – dijo su padre contento

-genial! ¡Te quiero papá! – dijo Liam abrazando a su padre

-jaja, yo también hijo – dijo su padre correspondiendo – llevemos un par, oh, y aquí hay algunos discos, veamos… oh, te gusta este grupo no? – dijo y tomo el disco de una banda

-si! ¡Hacen música muy buena! – dijo Liam contento

-Bien, llevémoslo también – dijo su padre y los dos caminaron hacia la caja registradora

Liam era un gran fanático de la música, un gusto heredado de su padre. La navidad del año anterior, Liam había recibido un Walkman que era de su padre, disfrutaba mucho de usarlo, escuchaba música que su padre escuchaba cuando era joven. Ahora, él podría grabar su propia música, con un poco de ayuda de su padre, claro.

La familia se reunió de nuevo, Tom recibió un regalo de cumpleaños adelantado, o más bien, Tom y Liam, ya que era un nuevo videojuego para su consola de videojuegos. Los 4 fueron a un restaurante, bastante bueno, comieron bien, se divirtieron, y, sobre todo, hablaron y hablaron. La madre de Liam no dejaba de pregúntale a Liam sobre Amanda, este respondía tímidamente, aún que no podía negar que le encantaba hablar de ella.