Era una mañana tranquila, afuera de la mansión hacia un viento algo frío acompañado por un silencio clásico. Adentro, en el cuarto de invitados, Liam y Jack se encontraban cómodamente durmiendo. Liam se movía de un lado a otro, intranquilo, aún que nada de eso era notado por su compañero de cuarto.
-AH! – despertó Liam de repente, se tocó la frente, estaba sudando y su respiración era agitada
-Liam… no gri… mmm – suspiro Jack antes de volver a dormir
-ah, rayos – dijo Liam intranquilo pasando sus dedos por su cabello
Pero antes de que Liam volviera a dormir, o al menos intentarlo, alguien entro a la habitación.
-buenos días! – dijo el señor Brown entrando animadamente a la habitación
-ah, buenos días señor Brown – dijo Liam tallándose los ojos con las palmas de las manos
-oh, ya estás despierto Liam – dijo contento el señor Brown – perfecto, Jack, despierta!
-si… ya voy… ahora mism… mmm – Jack volvió a dormir
-jaja, bueno, Liam, será mejor que empieces a vestirte – dijo el señor Brown y salió de la habitación
-claro… – Liam tomo aire y salió de cama
La habitación era muy grande, tanto que tenía su propio baño, así que no fue tan complicado llegar a él. Liam hizo sus deberes matutinos de higiene como normalmente lo haría, salió y se vistió. Una camiseta negra y una camisa verde a cuadros lo acompañaba, junto con jeans normales. Aparto un momento la cortina de la ventana, un cielo con tonalidades moradas y naranjas empezaba a aparecer.
-JACK! – dijo Emma entrando rápidamente a la habitación – JACK ARCHER DESPIERTA YA!
-si… si… voy… – susurro Jack antes de, nuevamente, darse la vuelta y dormir
-ay, batallas para despertarlo Liam? – dijo Emma molesta
-no – dijo Liam tranquilamente y se acercó a la cama de Jack – Jack, despierta, ya es hora – dijo tranquilamente y lo sacudió muy despacio
-ah… ah! – bostezó Jack – ay, buenos días Liam
-buenos días – sonrió Liam – el señor Brown dijo que nos vistiéramos
-ahhh, claro – dijo Jack estirándose – oh, buenos días Emma
-buenos… días – contesto Emma confundida – eh… cuando terminen bajen a desayunar
-yo ya estoy listo – dijo Liam apartándose de la cama de Jack y ajustándose las gafas, que llevaba por ser de mañana
-bien, acompáñame si quieres – dijo Emma
-ok, nos vemos en un rato Jack – Liam sonrió y salió de la habitación junto con Emma
Emma miro a Liam, no se había dado cuenta ayer, pero era un poco más alto que ella. Pero fuera de su altura, Emma notaba algo intranquilo a Liam.
-estas bien? – dijo preocupada
-eh? – dijo Liam saliendo de sus pensamientos
-que si estás bien – Emma lo observaba atentamente
-ah, sí, supongo que si – suspiro Liam
-supones?
-si… o no, no lo sé la verdad – Liam se apartó el copete con la palma de la mano, pero volvió a su lugar rápidamente – eh estado… teniendo algunos sueños raros
-qué clase de sueños? – dijo Emma, pensando en sus propios sueños, como jugar en el equipo de Quidditch de Inglaterra
-bueno… sueño con un pasillo oscuro, estoy yo solo, y cuando me doy cuenta, hay un basilisco detrás de mí, siempre corro, pero también siempre me alcanza – dijo Liam afligido
-oh… – la verdad era que después del último trimestre de su segundo año, Emma se había arrepentido de revelarle a Liam la existencia de los basiliscos
-tengo miedo, Amanda me ha dicho que a veces los magos pueden ver el futuro por los sueños – dijo Liam preocupado – y si es una visión del futuro? ¿Y si hay un basilisco al final de mi vida?
-ugh, la única pesadilla es Amanda – dijo Emma entre dientes
-eh?
-ah, nada, nada, quiero decir, no te preocupes por eso, de hecho, yo también he estado leyendo – dijo Emma orgullosa – y para tu fortuna, descubrí que no ha habido basiliscos en gran Bretaña en, por lo menos, dos siglos
-enserio?
-si! Además, el ministerio hace redadas toooodo el tiempo – dijo Emma confiada, en realidad solo sabía lo de los siglos, sin embargo, siguió inventando – mi papá me dijo que incluso hay… eh… tejones que… cazan basiliscos bebés… si es que los hay
-oh, wow, enserio? – dijo Liam emocionado, aquellas palabras suponían un gran alivio – ¡el ministerio siempre protege a la comunidad mágica! ¿verdad?
-sí, sí, totalmente – sonrió Emma – además, si un basilisco se te acerca entonces está serpiente te ayudará – dijo apuntándose a sí misma
-eres una serpiente?
-sí, digo, no, o sea, soy slytherin, y la mascota de mi casa es…
-Ah, ya entendí – suspiro Liam y sonrió
-si jaja… y tampoco te preocupes por mí, no muerdo! – rio Emma
-jaja, gracias Emma, y… oye, este pasillo es muy largo, ¿no? – dijo Liam mirando alrededor
-ah… si… oye! ¡El camino no era por aquí! – Emma se dio cuenta en donde estaba y corrigió la dirección
El desayuno fue normal, aún que Liam se sorprendió de ver un huevo cocido ligeramente más grande que los que solía ver. Después de eso, el señor Brown les indico que lo siguieran hacia el campo, detrás de la mansión.
-ah, rayos! – dijo Liam – olvide traer el estuche de mis gafas, ya va a amanecer
-no puedes dejártelas más tiempo? – dijo Jack cargando una mochila que le asignó el señor Brown, aún que ni Emma ni Liam se salvaron de eso
-eh… supongo que sí… - suspiro Liam – si tan solo pudiera hacer magia…
-Puedes hacerlo – dijo Emma – aún que, seguramente te expulsarían de Hogwarts
-que alentador – río Jack – aún que, tu papá es del ministerio, no puede simplemente… hacer la vista gorda?
-jaja, ojalá – suspiro Emma – no saben cuánto se lo eh pedido
Siguieron caminando, el sol eventualmente salió y un poco después de eso, el señor Brown hizo una seña.
-aquí está – suspiro – rápido niños, vengan
-que está aquí? – dijo Emma viendo a todos lados
-esa escultura – dijo el señor Brown viendo una escultura de madera tamaño mediano y con forma de rana
-Oh, otro traslador, ¿no? – dijo Jack viendo la figura con una cara de tristeza pura
-efectivamente Jack, y lo tomaremos en… 3 minutos – respondió el señor Brown animadamente
-pero, y mamá? ¿Y James? – pregunto Emma
-oh, los veremos más tarde, no te preocupes hija – dijo el señor Brown despreocupadamente
-Ah, es algo incómodo ver la luz – dijo Liam bajándose las gafas un poco
-usa Accio – dijo el señor Brown nuevamente despreocupadamente
-pero… bueno, ya sabe – suspiro Liam
-no hay problema, te autorizo usar magia – dijo el señor Brown sin mucho problema – es mi departamento así que está bien
-papá! – dijo Emma molesta
-ah… bueno – Liam saco su varita – y… como hago eso?
-visualiza bien el estuche de las gafas, luego mueve tu varita haciendo una "n" angosta y di "Accio estuche de gafas!" – explico el señor Brown
-eh… – Liam se concentró – Accio estuche de gafas!
No paso mucho, paso un segundo, dos, tres, cuatro…
-pues creo que no… - pero antes de que Liam terminara de hablar, algo le golpeó la cabeza – Auch!
Liam volteo a ver qué era, y ahí se encontraba su estuche de gafas
-oh, genial! – dijo Liam emocionado y se quitó las gafas, Liam tenía que admitir que hacer magia fuera de la escuela le dejaba una sensación muy liberadora y satisfactoria
Pero al instante no solo el estuche de gafas de Liam llegó, si no una carta se apareció.
-Señor Liam Baker, se ha detectado el uso de el hechizo Accio a las 7:05 de la mañana, se le recordara que el uso de la magia está restringido para menores de diez y… – pero en un instante, el vociferador cayó al suelo y ardió brevemente
-nada paso – dijo el señor Brown guardando la varita – no te preocupes Liam, tu historial está vacío
-g... Gracias – dijo Liam temblando
-hmmm, tal vez… – el señor Brown saco la varita nuevamente y la movió suavemente, en unos segundos aparecieron tres pergaminos y una pluma – bien, escribe… y… ya está
El señor Brown movió la varita y la pluma se movía rápidamente entre pergaminos, en unos segundos Liam, Emma y Jack tenían en sus manos un permiso especial para emplear magia fuera de la escuela, firmado por el mismísimo jefe adjunto de la oficina contra el uso indebido de la magia.
-pero… papá, tu no trabajabas haciendo papeleo? – dijo Emma viendo el título de su padre
-sí, bueno, tu madre y yo vamos y venimos del puesto – río el señor Brown – ah, creo que ya es hora, guarden bien el permiso y sostengan fuerte la estatua
Liam guardo rápidamente el pergamino en una bolsa de la mochila, junto con el estuche de sus gafas. Rápidamente Liam junto con Jack y Emma tomaron la estatua.
-3… 2… – contaba el señor Brown
Antes de que Liam escuchará el 1, empezó a flotar de nuevo, otra vez todo daba desagradables vueltas. Un segundo más tarde, Liam se encontró tirado en el césped. Liam levantó la mirada, pero está vez, ni él ni Jack resistieron, y el desayuno volvió por donde había entrado.
-ah… odio los… – Jack termino de sacar lo que tenía que sacar – odio los trasladores
-y que lo digas – Liam se sacudió
Después de que terminarán de hacer lo suyo, Liam se levantó. Vio un páramo casi igual al que se encontraban antes. Varias personas salían de diferentes lados, presumiblemente, magos y brujas.
-bien, llegamos – dijo el señor Brown – seguimos en Inglaterra, no se preocupen jaja
-ah, sí, me alegro – dijo Jack poniéndose de pie ayudado por Liam
-bien, síganme – el señor Brown se puso nuevamente en movimiento
Así pues, Liam, Emma y Jack con dificultad, siguieron al señor Brown. Liam vio hacia el frente, nuevamente un campo verde se hacía notar frente a él, sin embargo, a la distancia podía ver casas de campaña por todas partes. Después de otro rato de caminata, llegaron enfrente de las casas de campaña. Liam vio una reja y una taquilla.
-buenos días – dijo el señor Brown amablemente – un espacio familiar por favor
-claro, 50 libras por favor – dijo un hombre algo mayor
-claro que si – dijo el señor Brown y saco las libras sin mayor problema
-muchas gracias, aquí tiene – dijo el hombre y le entrego un papel – debe de ser un gran día, casi se llena la caja – río satisfactoriamente – no vivía algo así desde el 94
-sí, hoy hace un día excelente para acampar, no cree? – dijo el señor Brown guardando el papel
-por supuesto, creo que yo mismo acamparía si no tuviera que trabajar – río el hombre – bueno, que lo disfruten
-gracias! – el señor Brown se despido y entraron a el campo.
Liam dedujo que ese hombre era un muggle, por qué generalmente los magos pagaban todo en galeones. Miro hacia atrás, vio a lo que evidentemente eran magos, aparentemente tuvieron un conflicto con el hombre, pero dos magos más entraron a la caseta y un poco después los magos visitantes entraron sin problemas.
Ya adentro, Liam vio como las simples tiendas de campaña se convertían en extravagantes tiendas de campaña, con magos jóvenes y adultos yendo y viniendo.
-Y… aquí – dijo el señor Brown, parando cerca de la entrada a una senda – Liam, ¿sabes armar una tienda de campaña?
-eh… una vez acampamos, pero papá hizo casi todo el trabajo junto con mamá – dijo Liam algo apenado
-ah, no te preocupes – sonrió el señor Brown – entonces… bueno, te enseñaré
-enserio?! ¡Genial! – dijo Liam emocionado
-Pero… puede hacerlo con magia, ¿no? – dijo Jack confuso
-claro, podría, pero hacerlo de la manera tradicional me recuerda a mi niñez – suspiro el señor Brown – y… ah, tenía que haber una roca
Aparentemente, el señor Brown pretendería montar la tienda de campaña cerca de una roca, pero en cuanto Liam vio que saco la varita, supo que quería hacerlo en donde estaba la roca.
-espere! – dijo Liam antes de que el señor Brown moviera más su varita
-sí? ¿Qué pasa? – dijo el señor Brown interrumpiendo su muñeca
-bueno… como tenemos permiso de hacer magia… pensé que podríamos aprovechar y… bueno, mover la roca – dijo Liam tímidamente
-oh… claro, por supuesto! – dijo el señor Brown contento – adelante chicos
-bien! Jack, me ayudas? – dijo Liam emocionado
-desde luego amigo – Jack se despojó de la mochila y saco su varita
-ejem, Wingardium Leviosa! – dijeron los dos
Automáticamente, la roca se empezó a levantar, Liam sintió como un peso moderado se ubicaba en la varita. Jack le hizo una seña a Liam, un lugar vacío cerca de un árbol.
-muy bien… ahí va… – dijo Liam alzando la varita y moviéndola hacia el espacio designado, Jack hizo lo mismo
-y… ya está… - dijo Jack apartando la varita
-si… listo – Liam también aparto la varita
Liam y Jack esperaron un poco, vieron el cielo, miraron a los lados… ninguna carta apareció.
-bien, empecemos – aplaudió el señor Brown
Liam nunca se había imaginado que las tiendas de campaña fueran tan difíciles de armar. Tan solo el, Jack y Emma se tardaron 1 hora siguiendo las instrucciones del señor Brown, después paso otra media hora para que corrigieran sus errores cada uno.
Era casi el medio día cuando por fin terminaron, al entrar a la tienda, Liam vio un gran espacio dentro, muy contradictorio con la pequeña tienda que se veía por fuera.
-no lo sé… no me muevo tanto al dormir o sí? – dijo Jack decidiendo con Liam quien iría arriba de la litera
-Bueno… no lo sé, estoy dormido cuando tú lo estás – dijo Liam – pero, yo me muevo muy poco
-hmmmm, si, mejor me quedo abajo, me podría olvidar que estoy arriba y… – Jack se sobo el brazo
-Jaja, bueno, vamos – Liam tomo un bolso de su mochila y la puso encima de la cama de arriba
-ejem, chicos – dijo Emma contenta – quieren salir un rato?
-por supuesto! – dijo Liam estirándose
-cuenta conmigo – rio Jack
Así lo hicieron, tan pronto como Jack y Liam acomodaron sus lugares, los tres chicos salieron al exterior, memorizaron la ubicación y empezaron a caminar.
-y, por cierto, ¿quién va a jugar hoy? – dijo Liam curioso, alzando un poco su voz entre el bullicio
-oh, creo que es… ah, ya! México contra Chile! – dijo Emma animadamente
-si! Liam, eh oido los partidos por la radio, ambos equipos jugaron excelente! – dijo Jack emocionado – chile ganó 560 a 420 contra Francia
-y México ganó 530 a 470 contra Egipto – explico Emma contenta
-wow… 530… – dijo Liam, imaginándose todos esos puntos, generalmente, en Hogwarts solía ver máximo 200 puntos, y solo lo vio una vez
-increíble no? – dijo Jack sonriendo
-si! Espero que Sebastián y Sofía vean el partido – dijo Liam
Sebastián García Serrano y Sofía Hernández López eran dos amigos de Liam, sus padres eran latinos, en específico, de México, pero ambos nacieron en Inglaterra. Los dos eran como hermanos, desde que Liam los conoció le quedó muy en claro que lo eran aún que tuvieran apellidos diferentes. Sebastián era compañero de cuarto de Liam junto con Jack, por lo que su amistad se hizo presente rápidamente. En cuanto a Sofía, bueno, ella tenía un cierto interés en Liam, que estaba totalmente consiente de eso. Ambos juegan como Golpeadores en el equipo de Quidditch de gryffindor.
Rápidamente Liam se dio cuenta de las nacionalidades de la gente. Fuera de algunas palabras en inglés que Liam evidentemente entendía, había más en español. Liam entendía un poco el español, Sebastián y más en concreto Sofía le habían enseñado algunas palabras y su significado, sabía cómo saludar, como pedir perdón, y sabía decir español en… bueno, español.
Para sorpresa de los muchachos, Sebastián y Sofía estaban ahí, los encontraron volando junto a las tiendas que Liam suponía eran de sus padres.
-Liam! – dijo Sofía bajando rápidamente de su escoba
-hola chicos! – saludo Liam contento
-que hay – dijo Sebastián chocando manos con Jack y Liam
-Liam, Liam, ven – decía Sofía emocionada – mírame, acaso no notas algo diferente?
-eh… - Liam miraba a Sofía atentamente
Tanto Sofía como Sebastián eran de tez morena, un color que a Liam le parecía muy interesante, por qué mucha gente que había visto era de tez blanca y tez oscura, no muchas de la tonalidad intermedia. Fuera de eso, Liam no notaba nada raro en Sofía, aparte de su corte de cabello, que ahora era corto arriba de los hombros, castaño. Aún que, viéndola más detenidamente, vio la novedad que las chicas empezaban a experimentar.
-yo… no… no veo nada diferente – dijo Liam sonrojado mirando hacia otro lado
-seguro Liam? Vamos, seguro que lo notas – dijo Sofía sonriéndole
-puaj, este mes se ha vuelto insoportable – dijo Sebastián a Jack – siempre con lo mismo, mamá dice que no es para que esté presumiendo de eso
-sí, no sé si a mí me gustaría presumir eso – dijo Jack – pero… has visto a Emma? – susurro
-No… oh – Sebastián rápidamente se dio cuenta de lo mismo
-lo sé, es muy raro! – susurro Jack
-y que lo digas – agrego Sebastián
Pero, al contrario que sus dos amigos, Liam no mostraba gran interés en las… cualidades femeninas, y trataba de apartar la mirada cada que por accidente su vista se posaba ahí. Y no es que no tuviera curiosidad, de hecho, la tenía, pero le parecía que para ellas podría ser algo incómodo, a Liam tampoco le gustaba que lo mirarán tanto.
-mira, tienes que probar esto! – decía Sofía emocionada presentándole un plato con algo que Liam no reconocía, aparte de la carne
-qué es? – dijo Liam curioso
-es un taco – dijo Sebastián contento – pruébalo
-A ver – Liam lo tomo, bajo sugerencia de Sebastián, y le dio un buen mordisco, inmediatamente sintió el agradable sabor de el taco – ah, ¡que rico! ¿Pueden enseñarle a preparar esto?
-por supuesto! – dijo Sebastián – oh, y hay muchas más cosas que te queremos enseñar
-si! ¿Quieres? – dijo Sofía acercando varios platillos
-ah… bueno, supongo que podemos comer algo, ¿no? – Liam lanzo una mirada a Jack y Emma
Así fue, los chicos se sentaron a una mesa de madera que Sofía y Sebastián tenían fuera de su tienda. Sofía y Emma hablaban animadamente, reían de una forma que para los chicos no podía evitar ser algo desesperante. Pero ellos no se quedaban atrás, Sebastián contaba animado los partidos de Quidditch de México a Liam y Jack, que escuchaban con atención. También conocieron a los padres de Sebastián y Sofía, a los 4, ah Liam le parecieron muy amables.
De vuelta en el campamento, y después de haber recuperado la comida perdida, Liam y compañía decidieron seguir explorando. Por el camino Sebastián les traducía algunas palabras que los chicos no comprendieran. También se encontraron con banderas de Chile, que, según Sebastián, su español era mucho más complicado de entender si no entendías el español desde pequeño. Liam no esperaba encontrarse a la propietaria de sus sentimientos, Amanda Hill, por ahí, sin embargo, lo hizo, o más bien y cuál si fuera una varita, Amanda lo encontró a él.
-Liam que gusto verte! – decía la joven alegremente – pensé en invitarte, pero mi papá dijo que no había más boletos!
-bueno, aquí estoy – rio Liam viendo a la nueva y deslumbrante Amanda
Como todos los demás, Amanda también creció, tenía rasgos más finos, esas cosas. Aún que su cabello seguía siendo castaño, igual que su siempre característica coleta, sin embargo, ahora sus dos mechones cortos habían pasado a ser dos mechones largos, un cambio que a Liam simplemente le fascinaba. A quien no le fascinaba para nada la presencia de Amanda era a Emma y especialmente a Sofía, quienes miraban a la chica con ojos diferentes cada una, el por qué Sofía estaba molesta es algo que se responde fácil.
-Amanda, otra vez estás… – dijo la voz de un hombre, con claro acento americano – ah, con que ese muchacho está aquí
Liam vio a quien se acercaba, era un hombre alto, castaño y con cara de haber pasado 5 años sin sonreír. Liam ya lo había visto antes, era el padre de Amanda, aún que siempre lo veía de lejos, está vez podía apreciar mejor sus características, pero, aun así, el señor seguía manteniendo esa mirada de desaprobación e impaciencia.
-ah, papá, él es Liam – dijo Amanda contenta abrazando a Liam
-claro – dijo el señor Hill con voz sería – cuál era tu nombre completo?
-Liam Baker – dijo sonriendo – un gusto
-Baker? – el señor Hill miro a Liam de arriba abajo – nunca había oído ese apellido… y tú, muchacho, como te llamas? – dijo apuntando a Jack
-ah… eh… Jack Archer – contesto confundido
-ah, Archer, ese si lo eh escuchado, sangre pura – dijo orgulloso el señor Hill
-eh… si, supongo que si – Jack estaba muy confundido, si bien era lo que se podría llamar "sangre pura" nunca alardeaba de ello
-ves Amanda, deberías ir con ese muchacho – dijo el señor Hill tal cual Liam no estuviera enfrente de el
-papá! Liam no necesita ser sangre pura ni nada de eso – dijo Amanda como si de un monólogo se tratara
-ah no? Bueno, ya veo que no te fijas en el por sus habilidades mágicas – dijo nuevamente el señor Hill con su voz sería, que se transformaba sin éxito en sarcástica
-yo hago magia muy bien… creo – dijo Liam, al cual algo dentro del empezaba a hacer ruido
-crees? Bueno, seguramente tu padre dejo la vara bastante baja – el señor Hill poso su mirada en Liam
-mi mamá es bruja – dijo Liam, cuyas alarmas estaban comenzando a sonar poco a poco – y es muy buena bruja
-ah, pues evidentemente no lo fue tanto si se fijó en un… insignificante muggle – dijo el señor Hill esbozando una sonrisita, la cual Liam detesto de inmediato
-mi papá no es un "insignificante muggle"! – dijo Liam, la palabra muggle nunca le había molestado tanto como esa vez
-si tú lo dices, tu madre debió de estar muy desesperada – dijo nuevamente el señor Hill con esa sonrisita. Liam no pudo más
-no diga eso de mi madre! – grito Liam y apunto rápidamente la varita al señor Hill, Liam estaba furioso, su respiración empezó a hacerse más rápida
-ja, quieres hacer magia? Vamos, te reto – dijo el señor Hill cínicamente
-Liam! – dijo Amanda exaltada – guarda eso, no puedes hacer magia!
-oh, estoy seguro de que puedo – dijo Liam furioso
-sí, hazla, el mundo mágico estará agradecido de expulsar a gente como tú – dijo el señor Hill
-FLIPEN…
-Liam! – dijo Jack rápidamente bajando el brazo de Liam, afortunadamente Liam no completo el hechizo – no hagas eso!
-ja, Amanda, vámonos, y deja ya a ese "mago" incompetente – el señor Hill se dio la vuelta y empezó a caminar
-Liam… lo siento – dijo Amanda, y sin ninguna opción empezó a moverse hacia su padre
-Liam, ibas a atacar a un adulto! – dijo Jack preocupado
-mago incompetente… ya vera – Liam no guardo la varita – Wingardium Leviosa!
El padre de Amanda se detuvo, vio a su pie, que no se movía. Liam movió la varita hacia arriba y el señor Hill cayó al suelo, rápidamente Liam vio un costal de carbón abierto, nuevamente hizo un Wingardium Leviosa y el costal vacío todo su contenido encima del señor Hill.
-ahí tiene su mago incompetente – dijo Liam con una sonrisita, nuevamente la sensación de libertad y satisfacción por hacer magia fuera de la escuela lleno a Liam – vámonos ya – dijo y se dio la vuelta
Emma miro a Liam, totalmente asombrada. Normalmente Liam defendía a sus amigos cada que eran ofendidos de una u otra forma. Hablaba con el atacante y si simplemente seguía siendo hostil, Liam hacia un Flipendo, un hechizo que Liam adoraba. Pero nunca había tomado acción contra un adulto, ni siquiera le había elevado la voz a alguno. Ni tampoco Emma había visto a Liam tan seguro de sí mismo y a la vez, tan enojado como lo vio hace un rato.
-Liam, te van a expulsar! – dijo Sofía preocupada
-no – contesto Liam caminando con la frente en alto – tengo permiso especial para hacer magia
-wow, enserio? – dijo Sebastián emocionado
-sí, verdad Jack? – sonrió Liam
-claro jaja – rio Jack, totalmente feliz por su amigo
-increíble, nosotros también podemos hacer magia fuera de la escuela, pero solo en México – dijo Sebastián – ahí son un poco más abiertos con la magia, aún que solo podemos hacer hechizos simples, papá me dio una lista que tiene todos los que puedo hacer
-sí, así es – confirmo Sofía – sabían que en México el mundo mágico es conocido por los muggles?
-enserio?! – dijo Liam sorprendido
-si! Aún que en muy poca área – dijo Sebastián – es más… pociones y eso, lo que pasa es que los dos mundos han estado muy relacionados entre sí, aún después del estatuto del secreto mágico, y sinceramente, es genial
-que envidia – dijo Liam – mmmm, ah! ¡Quiero hacer magia! – dijo contento
-eso fue genial jaja – dijo Sebastián
-no, no lo fue – dijo Sofía – ahora tendrás que tener cuidado con ese señor
-no importa mucho, tengo al ministerio de mi lado – rio Liam y vio a Emma – además, si me pasa algo sabrán quién fue
-caray, Liam, que te paso amigo – río Jack y abrazo a Liam con el brazo
-bueno… si fue un poco genial – susurro Sofía a Emma
-desde luego – respondió Emma en voz baja
