El día siguiente fue un poco como el anterior, Liam despertó tranquilo después de una noche de alegría y júbilo, sin ninguna intervención de magos elitistas ni nada de esas cosas. Los vecinos eran muy amables, habían puesto una gran mesa en donde invitaron a 3 casas cercanas, entre ellas, obviamente, la del señor Brown. Liam tuvo el desayuno más satisfactorio que haya tenido antes en su vida, la comida de Hogwarts era una cosa, pero está era algo completamente diferente. Para la comida, los chilenos se ofrecieron a compartir sus dotes culinarios, y nuevamente Liam se maravilló con la comida. Muchas veces, en el pasado, Liam había visto alguno que otro platillo de los mexicanos y los chilenos, en un libro de cocina, con recetas de toda América, pero las imágenes en ese libro diferían un poco con la comida que Liam tenía enfrente, también el método de preparación, que Liam pregunto, recibiendo respuestas confusas en español.

-y le pones sal, luego pones la salsa verde… – le explicaba una madre de familia mexicana, obviamente en español

-eh… p-podría re-repetir? – dijo Liam recordando unas palabras que le había enseñado Sofía

-claro mijo, mira, lavas las hojas y… – seguía explicando la madre de familia

Al final, Liam tuvo que buscar a Sebastián, no fue muy complicado, sabía en donde estaba, pero a su llamado acudió Sofía alegremente.

-sí, dice que pongas la hoya unos… ajá, una hora y después… – traducía Sofía sin dificultad

-oh, y como se llama eso? – dijo Liam apuntando a un plato con tortillas y mole por encima

-Enchiladas – dijo Sofía sonriéndole

-y cómo se hace? – pregunto Liam

-dice que como se hace – le dijo Sofía a la señora

-tienes que hacer el mole, se hace…

Liam obtuvo recetas muy interesantes, consiguió una libreta de un chileno que se la vendió a 2 galeones junto con una pluma muggle, ahí anoto todo lo que le explicaban.

Por la tarde, Liam ayudo a recoger la tienda, fue algo fácil por qué solo tuvo que quitar ataduras, lo demás lo hizo el señor Brown con magia. Así que, ya casi llegando la noche, todos estaban saliendo, algunos se quedaban, pero ese no era el caso de Liam. No tardaron en encontrar un traslador, Liam lo tomo sin ganas, no quería perder todo lo que había comido ese día, no lo quería sacar por donde había entrado. Afortunadamente no lo hizo, aún que estuvo a punto.

El resto de la semana paso tan rápido como un cazador montado en una saeta de fuego, el último día antes de volver a Hogwarts, por la noche, Liam estaba bastante inquieto, tenía muchas ganas de que empezará el día siguiente, pero justo esas últimas horas se hacían cada vez más largas.

-Liam, te toca – dijo Jack, los tres chicos estaban sentados en la alfombra del cuarto de invitados, jugando con cartas de rana de chocolate

-ah, no puedo – dijo Liam impaciente – necesito saltar el tiempo, es Dumbledore?

-no, no, Dumbledore es el de los lentes, ese es Merlín – dijo Emma viendo la carta que Liam puso sobre las demás

-y por qué tanta desesperación por volver a Hogwarts? – dijo Jack viendo sus cartas – miren, Harry Potter jaja

-no, quítalo, Harry no se parece a Merlín – dijo Emma – y es verdad Liam, por qué tanta prisa?

-ay, no lo sé, solo estoy muy emocionado – dijo Liam suspirando – Harry es más famoso que Merlín

-yo creo que son iguales – dijo Jack – bueno, entonces… rayos, hay muchas de Dumbledore

-yo eh oído más de Harry que de Merlín – dijo Emma – bueno, supongo que será un buen año

Liam agradeció la llegada del día, a la mañana siguiente. Toda la noche estuvo soñando cosas variadas de Hogwarts, como el mismo saltando por la torre de Astronomía y siendo atrapado por la cazadora Susana Herrera, quién le decía a Liam lo mucho que le gustaba.

Desayuno tan rápido como pudo, y antes de que el señor Brown les avisará que estaban por salir, Liam ya estaba plantado en la sala con todas sus cosas, aura en su jaula y la varita bien guardada en su camisa.

-bien… aquí está – dijo el señor Brown levantando una cortina de metal

-wow, increíble! ¿Y es de usted? – dijo Liam asombrado

Enfrente de Liam se encontraba un automóvil muggle, un Volkswagen clásico de último modelo, fue ahí cuando Liam se dio cuenta de el por qué el elfo doméstico se llamaba Volks.

-sí, te gusta? – dijo el señor Brown contento

-desde luego, papá ah estado interesado en este modelo, pero el de 2016 – dijo Liam emocionado

-uy, el de 2016, si, muy bueno, una lástima que cambiarán el sistema de sonido, aún que supongo que ponerle cámara trasera ocupaba más espacio – dijo el señor Brown abriendo el coche

Liam nunca pensó que un automóvil pudiera estar en la casa de un mago, y cuando llegó a la casa de Emma lo pensó aún más, pero está era una sorpresa aún más grande. Después de subir todas sus cosas, las de Emma y después las de Jack, los chicos subieron al auto. El auto estaba sospechosamente amplio por dentro, Liam le pregunto al señor Brown por eso, aún que solo le dijo que no sabía de qué estaba hablando.

10:45 AM, Liam y compañía ya estaban en King's Cross. Al estar frente al muro que los llevaría a la plataforma 9¾, Liam encontró a la señora Archer, junto con Tom y Dalia

-ah, hola hijo – dijo la señora Archer contenta

-hola mamá – dijo Jack tranquilamente

Tom estaba con la señora Archer por qué al igual que Liam, fue con Dalia la última semana de vacaciones, aún que él fue el martes. Liam vio a Dalia, estaba casi igual a la primera vez que la vio, aún que había crecido un poco, tenía un copete y su pelo era igualmente de color azabache, como el de Jack, su cabello largo empezaba a ondularse de la parte de abajo.

-entonces, te veo en la sala común? – dijo Liam entrando a un vagón vacío

-sí, aún que estamos en el vagón de alado – dijo Tom afuera, en el pasillo

-ok, oye, mamá te dio el libro de defensa? – dijo Liam

-ah, sí, gracias Liam – sonrió Tom

-jaja, no hay de qué, entonces hasta la sala común – dijo Liam y saco a aura de su jaula, quién le maullaba alegremente

-adiós! – Tom entro al segundo vagón

-muy bien – dijo Jack cerrado la puerta – pues está vez solo somos nosotros tres otra vez

-solo hemos viajado solos desde el primer año – dijo Emma – pueden creerlo?

-ja, pues si – dijo Liam ocupando un lugar cerca de la ventana – ahhh, estoy muy feliz!

-se te cumplió tu deseo – río Jack y ocupo su asiento

-veamos que te depara este año – dijo Emma – hmmmm, tal vez lo descubras en "Adivinación" – rio alegremente

-oye! Suena interesante – dijo Liam

-jaja, claro, como digas, mi papá me dijo que las clases de Adivinación eran auténtica comedia – rio Emma

Los chicos rieron, empezaron a hablar casualmente, hasta que de repente la puerta del vagón se abrió.

-ah, chicos! – dijo una chica rubia, alta y guapa, muy contenta

-Denise – dijo Liam – hola!

Denise Bennett era aquella chica, como ya dije, rubia y alta, tanto que parecía de 14 años, aún que tenía la misma edad que Liam. Ella conoció a Liam un día de esos, en una práctica del club de duelo, desde ese momento Liam y ella se volvieron amigos y compartían una rivalidad amistosa. Ah la fecha, Emma no sabía cómo Liam se las había arreglado para que la chica más guapa de su generación de gryffindor fuera amiga suya, pero lo había hecho. Pero sin importar cuan guapa fuera o que tanto cambiará de estilo de cabello, que lo hacía mucho, al parecer en Liam no hacía un gran efecto, el solo tenía ojos para una chica.

-qué tal? ¿Puedo pasar? – dijo Denise animadamente

-claro – dijo Jack

-gracias, y ah, mira a quien traigo – Denise paso y dejo ver en el pasillo a otra chica

-ah! Erika! – dijo Jack sorprendido

Ahí afuera se encontraba Erika, una chica de pelo castaño y rebelde, generalmente su cabello le llegaba un poco debajo de los hombros, pero Liam noto que se había hecho un corte de cabello y ahora no pasaba del cuello. Cómo fuera, Jack demostraba gran interés en Erika, Emma sospechaba que era por qué se parecía en muchos aspectos a Liam. Erika era sorda, necesitaba de aparatos auditivos para escuchar, sabía leer los labios, sin embargo, algunos sonidos no los escuchaba. Para comunicarse con ella, Liam, Jack y Emma aprendieron lenguaje de señas desde su primer año.

(Nota autor: los diálogos de Erika en lenguaje de señas serán puestos entre [] para diferenciarlos de los hablados)

- [hola chicos] – dijo Erika alegremente

-hola, hola, que tal – dijo Jack levantándose inmediatamente a tomar las maletas de Erika y acomodándolas

- [bien, gracias] – rio Erika

Las chicas se sentaron, el tren todavía no partía, pero seguramente estaba por hacerlo. Liam vio un momento por la ventana, vio a el mismísimo Harry Potter, estaba con sus hijos, Liam no los conocía, y la verdad, se alegraba por ello. El hijo mayor de Harry era un año mayor que él, Liam se alegró de haber nacido después que el, por qué sería una tortura total tener que estudiar junto con alguien a quien todos tienen en tan gran pedestal. Lastimosamente, su hermano Tom sufría de esto, cada que Liam mencionaba el apellido Potter su humor cambiaba, "ese Potter, no hace más que alboroto en clase" rezaba Tom. Pero ese mismo hijo, era de slytherin, y Emma estaba muy en desacuerdo de tenerlo en su casa, "Potter solo ensucia más la imagen de slytherin, todo el día con ese tal Malfoy" rezaba. De todas formas, Liam tenía a un hermano Potter en gryffindor, nada cambiaba con el ahí, afortunadamente.

Finalmente, el tren empezó a moverse, Liam dejo de pensar en los hijos de los demás y volvió su mente al vagón, en donde todos hablaban alegremente.

-… oh, fue genial, tenías que haberlo visto! – decía Emma

-sí, hoy en la mañana conseguí una copia de El profeta, miren – contesto Denise sacando un periódico – ejem "México triunfa sobre Chile, más información página 12"

-… ve a la página 12 – dijo Jack viendo a Denise

-ah… ah si – Denise abrió el periódico y empezó a leer un artículo detallado sobre el partido de Quidditch

La mente de Liam divagaba por ahí, a veces escuchaba a Denise y a veces pensaba en otra cosa, hasta que súbitamente su atención se centró en la conversación cuando mencionaron un nombre.

- "…Susana Herrera, cazadora de México, ha recibido el premio a…" – leía Denise

-Susana que?! – dijo Liam volteando a ver rápidamente el periódico

-Susana Herrera – contesto Denise – mira

Denise extendió el periódico confundida, Liam lo tomo emocionado, en él se podían ver diferentes imágenes, todas en movimiento, pero la que para Liam más destacaba era una gran y apantallante fotografía de Susana Herrera, con su cabello tintado de rubio con las raíces castañas y atado con una coleta.

-hizo una jugada magnífica, escúchame – contaba Emma – en el aire levantó la Quaffle, en el aire! Sin escoba, por qué su escoba estaba volando rápidamente hacia enfrente para atraparla AHHHHHH – gritaba de emoción

-Liam, Ey, Liam! – dijo Denise – terminaste de leer?

-eh? Ah, ah… si, si – dijo Liam alzando un poco la vista – pero… eh… me interesa este… otro artículo… ejem, el de… las raíces de… rana… ¿me lo prestas?

-ah… claro Liam – dijo Denise algo confundida – bueno… ejem, entonces dices que…

Y las chicas empezaron a hablar nuevamente, Erika empezó a conversar con Jack y Liam concentro su vista en el periódico. Se había recorrido las notas de inicio a fin, pero regresaba constantemente a la página 12. Por la tarde, nubes grises aparecían en el cielo, y de repente lluvia apareció.

-qué raro, nunca llueve en este día – dijo Jack viendo a la ventana, que empezaba a llenarse de gotas pequeñas de agua

-El profeta anuncio un día soleado hoy – dijo Liam sin apartar su vista del periódico

-raro – dijo Emma viendo el cielo gris

Pero la lluvia se hizo más fuerte, el cielo quedó completamente gris y rayos se podían escuchar fuera de él tren. Las luces se encendieron temprano, poco antes que la señora de los dulces pasara. Liam compro algunas ranas de chocolate y grajeas de todos los sabores.

-deja de olerlas – dijo Liam mirando a aura, quién tenía la cara metida en la caja de las grajeas de todos los sabores – ¡no vayas a comer ninguna!

-Liam, dale una de vómito – dijo Jack – eso la mantendrá alejada

-no gracias – dijo Liam – a ver, ven aquí – Liam tomo a aura y la volteo a el lado contrario

-oye, Liam, quieres? – dijo Jack extendiendo un racimo de uvas acarameladas

-claro – dijo Liam estirando la mano, pero antes de que pudiera tomar alguna, el tren paro violentamente

-ah! – gruño Emma cayendo sobre Liam, que estaba sentado enfrente de ella, aura le lanzo un maullido de enojo – lo siento

-auch, no te preocupes – dijo Liam sobándose el mentón

-rayos, mis cosas! – dijo Denise viendo una de sus maletas en el suelo

-qué demonios pasos? – dijo Jack y abrió la puerta del vagón

Afuera había un montón de alumnos en el pasillo, confundidos y asustados. Aura se acurrucó más cerca de Liam, y le maullaba con claro tono de preocupación.

-tranquila, tranquila – decía Liam acariciando a aura mientras veía el pasillo, en donde podía oír un montón de voces histéricas

El tren corto la luz, quedaron totalmente a oscuras. Esto hizo que los alumnos se exaltaran aún más, y Liam podía oír el alboroto. No sabía en donde estaban, Liam trataba de ver por la ventana, pero lo único que lograba ver era lluvia y gotas de agua obstruyendo la vista.

-Lumos! – dijo Emma y agitó la varita, de la que salió una luz que iluminó todo el vagón, con otro movimiento de varita, Emma desprendió la luz de la punta de su varita, está empezó a flotar alrededor del vagón

Pero el tren poco a poco retomo su velocidad, nadie sabía que había pasado, y en unos minutos la luz volvió, no paso ni media hora cuando algo nuevamente asustó a los alumnos. El silbato de el tren sonó por todo el lugar, aún que este era más conocido.

-bien… ya casi llegamos – dijo Emma suspirando – nos jugaron una broma o algo?

-no tengo idea – dijo Jack molesto – vaya manera de iniciar el año

-bueno, pues a cambiarnos – dijo Denise, se levantó y saco su maleta

-ah, claro – dijo Emma y también se levantó – entonces, vamos a… oigan, ustedes dos, fuera

-otra vez? – alego Jack – no quiero salir

-pues salen! – gruño Emma – ya!

-ugh, bueno, vamos Liam – Jack se levantó sin ganas de su asiento

-ok… aura, quédate aquí – Liam levantó a aura de su regazo y salió del vagón

Esa era una práctica relativamente nueva, el año pasado Emma hizo lo mismo, aún que aquella vez Liam no podía entender por qué querría que salieran, ahora lo comprendía un poco.

-ah, solo quiero llegar al colegio – suspiro Jack – tengo hambre

-si… yo también – dijo Liam entristecido

-me pregunto por qué habremos parado? – dijo Jack mirando alrededor de el tren

-por la lluvia? – trato de adivinar Liam

-ni idea… oh, oh! Liam, recuerdas hace un año cuando Emma levanto la cortina? – dijo Jack de repente, con un ánimo increíble

-eh… si – dijo Liam haciendo memoria

-pues ahora le toca a ella, jaja, ya verá – Jack saco la varita

-espera! ¿Lo vas a hacer? – dijo Liam preocupado

-sí, el año pasado ella lo hizo, por qué nosotros no? – Jack miraba la cortina cerrada del vagón

-bueno… pero pidió perdón y eso – dijo Liam cabizbajo – y no creo que le guste

-ay, pero no me veas así – dijo Jack viendo a Liam

Liam miraba a Jack con una expresión de tristeza y preocupación, definitivamente no quería ver qué había detrás de esa cortina.

-y si ella lo hace otra vez qué? – alego Jack

-si lo hace de nuevo entonces no tendré de otra – dijo Liam y se apoyó contra la pared – un Flipendo bastará

-jaja, sí, eso seguro ayuda jaja – río Jack – por cierto, que tanto veías en el profeta?

-ah… eh… nada en especial… yo… las… las imágenes, por qué… se mueven y… eso – dijo Liam nervioso

-pero no decías que en el mundo muggle también las imágenes se podían mover? – Jack miro a Liam confundido

-eh… si… si… pero… es que… bueno… un periódico y… están en un periódico… – suspiro Liam

-eh… supongo que es interesante – dijo Jack – bueno, ah, que tanto hacen? – Jack toco la puerta – están listas ya?!

-no! ¡No entren! – grito Emma

-ahhh! – alego Jack y volvió junto a Liam

Adentro, en el vagón, las chicas se vestían normalmente, Emma se alegró de no ser la única en tener cambios en su fisionomía.

-no lo sé… es algo raro – dijo Emma abotonando su camisa

-algo – suspiro Denise – mamá dijo que me cuidara de los chicos, pero nunca se me acercan!

-por qué será – dijo Emma viendo a Denise de reojo

La verdad era que Denise tenía una personalidad que podría llegar a ser ciertamente desesperante, Emma lo había experimentado de primera mano. Esa era una de las razones por las cuales ningún chico rondaba a Denise, por mucho que parezca lo contrario.

-ah… - suspiro Erika viendo a sus amigas – [por qué…]

Emma volteo a ver a Erika, quién seguía sin abotonar su camisa.

-Ay, lo siento Erika… - dijo mirando su pecho – no te preocupes, seguro pronto… sucede

- [gracias… seguro que a Jack le gustaría] – dijo Erika algo sonrojada

-Jack? Ejem – Emma tuvo cuidado de no decir el nombre demasiado alto – [¿te gusta?] – dijo en lenguaje de señas

-[si] – asintió Erika con la cabeza sonrojada – [me corté el pelo, dijo que le gustaba como se veía corto]

-si… es cómodo – dijo Emma pasando sus dedos por un mechón de su pelo – pero, no te preocupes Erika, [seguro le gustas como eres] – le sonrió

- [Ah! ¡¿Tú sabes si le gusto?!] – dijo Erika emocionada, con una sonrisita que ablandaba a Emma

-eh… bueno… no hemos hablado mucho de eso… – dijo Emma, obviamente sabía la respuesta, pero pensó que sería mejor que los dos siguieran su curso

-y que hay de ti Emma, te interesa algún chico? – dijo Denise sacando su pelo de la túnica

-chicos? Eh… no – dijo Emma

Era la verdad, Emma no se había fijado en ningún chico hasta ese momento, tal vez alguno que veía en la sala común de slytherin, pero por muy poco tiempo. Liam parecía un poco lindo, pensaba Emma.

-ejem, y tú? – dijo Emma sacando a Liam de su mente

-yo? ¡Claro! Tu amigo, Sebastián – dijo Denise animadamente – está conmigo en el equipo de Quidditch, ¡pero me da miedo hablar con él!

-ah sí? – río Emma – es agradable jaja, Liam lo conoce mejor, por qué no le dices que te ayude?

-oh, claro – suspiro Denise – Liam tiene novia, seguro sabe cómo conquistar a alguien!

-ugh, ella seguramente le hizo algún hechizo – dijo Emma entre dientes, la imagen de Amanda hizo que su mente se apartará de Liam una vez más

La puerta del vagón volvió a sonar. Esta vez la voz de Liam se escuchó.

-eh… terminaron ya? – dijo Liam tímidamente – tengo que entrar por algo…

-ah… Liam… - Emma volteo a ver a Erika, quién hizo un gesto de aprobación – sí, estamos listas

En poco tiempo, Emma abrió la puerta, vio a Jack y a Liam afuera. Las chicas salieron y dejaron entrar a los chicos. Liam se vistió en tiempo récord, igual que Jack, no hubo mucho conflicto con aquello. Finalmente, las chicas entraron de nuevo, después de que Jack abriera la puerta. Emma entro y se sentó en su lugar anterior, enfrente de Liam, lo observo, tenía ya puestos sus lentes, sus ojos brillaban por la luz y por el reflejo de las gafas, entonces sintió un pequeño cosquilleo en el estomago, pensó que había comido muchos dulces.

Finalmente, el tren se detuvo lentamente, habían llegado a Hogwarts. Pero afuera de el tren la lluvia continuaba, Aura se quedó adentro de su jaula perfectamente cubierta de la parte de arriba, muy contenta. Pero Liam no lo estaba mucho, los chicos tuvieron que correr cubriéndose con sus maletas. Afortunadamente las carrozas que iban hacia el castillo tenían un techo, subieron lo más rápido posible.

-achú! – estornudo Liam – lo siento

-buff, que frío – dijo Jack frotándose los brazos

-Lumos! – dijo Emma, en el carruaje no había ninguna luz cómo en el tren

-caray, por lo menos vamos a llegar al castillo – Jack miraba por la ventana

El camino hacia el castillo fue corto, pero muy incómodo, con el frío y la lluvia atormentado a los alumnos. Rápidamente Liam bajo de el carruaje en cuanto llego al castillo, corrió de nuevo a la entrada, los chicos dejaron las cosas en donde había que dejarlas y subieron junto a todos los demás alumnos. Esta era la segunda vez que Liam regresaba al castillo, ciertamente todo se veía como siempre, aún que el castillo tenía una cierta vibra distinta, como si todo fuera nuevo, como si Liam estuviera en su primer año y estuviera viendo todo eso por primera vez.

El gran comedor era definitivamente más cálido que el exterior. Liam veía como algunas chimeneas estaban encendidas, protegidas para la seguridad del alumnado.

-nos vemos mañana! – dijo Emma despidiéndose de los chicos y yendo a la mesa de slytherin

-adiós! – se despidieron todos

Liam se sentó en la mesa de Gryffindor. Cómo cada año, las disposiciones de las mesas cambiaban un poco, este año la mesa de Ravenclaw se encontraba cerca de la pared, Liam estaba sentado a espaldas de la mesa de Ravenclaw.

-Ey, Liam! – le susurro una voz detrás

-eh? – Liam volteo la mirada, vio a Amanda sonriendo contenta

-este año nos toca cerca! – susurro Amanda emocionada

-jaja, genial! – Liam le sonrió a Amanda – cómo estuvo tu viaje?

-fue interesante, ¿dónde estabas? – susurro Amanda

-en el cuarto vagón – señaló Liam con los dedos

-oh, yo estaba en el quinto – suspiro Amanda

La gente fue entrando, y rápidamente el gran comedor se llenó de alumnos, emocionados por comenzar la cena. Pero primero tenían que ser sorteados los alumnos de primer año. Liam vio cómo se abrieron las puertas, la directora Minerva McGonagall entro, y detrás de ella venían los temerosos alumnos de primer año, completamente empapados. Liam volvió a recordar cuando él estuvo ahí, era un pequeño chico lleno de miedo, acababa de conocer a Jack y Emma, quienes fueron sorteados primero que él.

-… SLYTHERIN! – grito el sombrero seleccionador, el último alumno de primer año se levantó y fue recibido con aplausos por los de slytherin

-Son todos – anuncio McGonagall, el sombrero seleccionador fue retirado rápidamente, McGonagall se posó en el lugar del sombrero seleccionador – ¡Buenas noches! Bienvenidos a todos al ciclo escolar 2018-2019. Antes de comenzar con la cena tengo algunos anuncios que hacer, ejem. Este año la enfermera Pomfrey no nos acompañará, está disfrutando de un breve y merecido descanso, en su lugar, ¡quiero que le den un fuerte aplauso a la señorita Hannah Longbottom!

Los alumnos aplaudieron animadamente, y una mujer se levantó en la mesa de los profesores, era rubia, con una expresión alegre en su rostro que inspiraba confianza. Liam aplaudió contento, aún que la señorita Hannah se veía muy amable, no tenía muchas ganas de verla en la enfermería. El año pasado Liam había pasado demasiado tiempo en la enfermería, y definitivamente estaba dispuesto a no volver ahí por un largo tiempo.

-escuchaste? Se apellida Longbottom – le susurro Jack a Liam – no sabía que el profesor Neville estaba casado

Neville Longbottom era el jefe de la casa Gryffindor, así que naturalmente, toda la mesa empezó a cuchichear sobre la nueva enfermera y su profesor de herbología.

-muy bien, y tras esto no queda más que decir, recordando nuevamente las reglas del colegio, no salir de sus salas comunes a altas horas de la noche, no ir al bosque prohibido… – McGonagall siguió dictando las reglas, que Liam sabía de antemano

Finalmente, la cena comenzó, Liam se dio un buen atasco de comida, que, si bien no eran las delicias extranjeras del mundial, estaba igualmente delicioso. Ahí hablaron animadamente, rieron y contaron resúmenes de su verano. Al final McGonagall dio por finalizada la cena, los prefectos de cada casa llamaron a los alumnos a acompañarlos a sus salas comunes. Liam recorrió el camino junto a todos los demás gryffindor, llegando a el retrato de la dama gorda, el prefecto dio la contraseña y el cuadro se abrió. Para Liam era muy divertido entrar por el hueco que conducía a la sala común, se sentía como un aventurero entrando a una cueva desconocida. Y al otro lado se encontraba, como no, la gran sala común de gryffindor, tan cálida como siempre, adornada con su color rojo y dorado.

-Su grado? – dijo una prefecta a Liam y Jack

-Tercero – respondió Liam

-Tercero… aquí tienen – dijo la prefecta dándoles su horario de clases

-oh, genial, cuidado de criaturas mágicas nos toca mañana temprano! – dijo Jack emocionado

-si! Oh, pero no viene acompañado de alguna casa – dijo Liam viendo el horario, que generalmente decía la materia y la casa adjunta con la cual tomarían la clase

-qué raro – dijo Jack – mmmm, tal vez sea por qué es una optativa

-Si, supongo – suspiro Liam

Bastante cansados, Liam y Jack subieron a sus dormitorios, en donde ya estaban sus cosas, perfectamente ordenadas. Liam se cambió el uniforme por la cómoda pijama y entro a la cama, totalmente emocionado por comenzar el siguiente día.