Una vez que estuvo en el lugar donde sus amigos lo habían dejado observo el atardecer, esperaba que durante ese tiempo sus amigos regresaran con buenas noticias, él no era bueno esperando, nunca lo había sido.

Mientras su cuerpo descansaba estirado sobre la manta que Kagome le había regalado a sus amigos para acampar se había dado cuenta de algo, estar sin ella lo había hecho navegar en las nubes, mirarlas flotar serena y silenciosamente en el cielo se habían convertido en la forma de relajarlo

Inuyasha

Su cuerpo se irguió instantáneamente como si una descarga eléctrica lo golpeara mirando a todos lados, esa era la voz de Kagome y el mejor que nadie la reconocería en cualquier lugar

-Inuyasha! - exclamaba Shippo corriendo hacia el y la desilusión lo embargo

-¿Que pasa Shippo? - Dijo un enojado Hanyou

-Acaso no me extrañaste... Inuyasha - su nombre fue arrastrado de una forma deliciosa que casi lo hizo desfallecer abriendo sus ojos al reconocer la voz de Kagome y maldiciendo por caer en sus bajos instintos golpeando la cabeza de la mujer - ¡Maldito Shippo! ¿Cómo puedes hacerme esta broma tan pesada?

-Inuyasha henos llegado! - escucho mas cerca al monje junto con Sango y Kirara

-Hemos conseguido ropa para ti Inuyasha - acompaño Sango extendiéndole un extraño traje al hanyou

-¿Por que necesito usar esto? - pregunto curioso tomando la ropa que ella le ofrecía

-Parece que has ayudado a una mujer en la aldea ... -Respondió Sango

-¿fuiste tú quien dejo a esa humana en la entrada de la aldea? - interrogaba un inquieto monje - cuando los aldeanos la vieron cerca de un árbol bañada en sangre, herida y casi sin habla se apuraron en ayudarla y cuando le preguntaron sobre lo que paso ¿Qué crees que dijo?

-Esa miserable mujer me ha culpado...

-No del todo Inuyasha, ella ha dicho que un demonio con hakama rojo y cabello plata la había ayudado y terminaron encerrándola porque creían que era una locura - expresaba el monje - por eso Sango, Shippo y yo hemos decidido que tu entrada como humano a la aldea debe ser con otro hakama, si lo haces con la rata de fuego puede levantar sospechas

-Maldita mujer ... - soltó enojado alejándose del lugar, debía cambiar su ropa.

-¿Crees que esté bien? pienso que es un poco peligroso para el - sango dejaba ver su preocupación a sus amigos mientras Inuyasha cambiaba su traje

-Las mujeres de la casa de citas saben quien soy y para ellas Inuyasha es un cliente estrella que yo voy a llevarles, solo el cliente mas adinerado es el único con el privilegio de ver a la sacerdotisa del pueblo - explico Miroku sentadose sobre la manta donde Inuyasha antes descansaba

-¿Entonces Sango y yo debemos esperar fuera de la aldea? - a pasos cortos Shippo se acerco mirando a Miroku con curiosidad, el también quería ayudar - también extraño a Kagome... - suspiro dejándose caer derrotado junto al monje

-Es lo único que podemos hacer por ahora pequeño - consoló acariciando el cabello al pequeño kitsune a su lado - debemos ser cuidadosos si queremos encontrarla

-Kagome es fundamental en nuestro equipo, todo es aburrido sin ella - dijo una afligida Sango - han sido muchos días sin su compañía, sin sus risas; si para nosotros es extraño no verla en mas de una semana, para Inuyasha debe ser peor

-El no debe estar en el mejor momento, por eso es necesario que este relajado en esta ocasión, nuestra misión de reconocimiento solo dependerá de su habilidad y de la suerte de su luna nueva...

-Keh!, esto no se siente tan mal... - dijo regresando un fastidiado hanyou, el hakama azul con pantalón gris lo hacían ver imponente

-Sango creía que estos colores te sentarían mejor en tu forma humana pero no te ves nada mal, sin embargo, entréganos a Tessaiga... - sentenció el monje

-¿Qué? - lleno de sorpresa cuestionó a Miroku - definitivamente sabes que eso no va a suceder

-Inuyasha, debes hacerlo - contestó Sango, estaremos cerca para entregarte la espada si la necesitas pero debes entrar a la casa de citas sin arma para poder ver a la sacerdotisa del pueblo

-Esto tiene que ser una broma... - afligido entrego la espada y su rata de fuego a Sango y se sentó junto a sus amigos - espero que esto funcione

Durante el atardecer Miroku y Sango estuvieron explicando la situación a Inuyasha, desde lo que había sucedido con la mujer que él había rescatado hasta su misión en su fase humana dentro de la casa de citas.

La situación se volvía cada vez mas incomoda mientras mas se acercaba el ocaso, entrar a una casa de citas en su modo humano era la cosa mas vulnerable que jamás creyó hacer y lo era aún más cuando debía fingir ser algo que no es.

Mientras la noche se hacia mas oscura su cabello también se tornaba de un blanco casi brillante a un negro azulado, sonrió melancólico pensando que una vez Kagome le dijo que su cabello oscuro era hermoso y sedoso y se sorprendió cuando sintió a Sango acariciar su cabello inmutándose ligeramente nervioso.

-¿q-que haces!? - dijo nervioso haciendo reír a Sango

-Calma Inuyasha, solo necesitamos recoger tu cabello para hacerte parecer un lord - Sango tomaba con cuidado pero con mucha firmeza el abundante cabello del hanyou ahora un humano corriente - creo que Kagome me mataría si me viera haciendo esto - Sonrió ajustando una cola de caballo en él pelinegro

Inuyasha sonrió también dejándose peinar por su amiga Sango y luego acompañando a Miroku de camino a la aldea, suspirando y dejando escapar todo su nerviosismo hasta que de reojo vio cuando Shippo y Sango se desviaron a sus posiciones, tal como Miroku había explicado y entendió que debía ser cuidadoso, todo dependía de él ahora.

-Hemos llegado Inuyasha - Dijo Miroku emocionado - recuerda el plan... - susurro a su compañero mientras esperaba a la mujer que los llevaría a la habitación -... y mantente tranquilo, no estaremos solos, recuérdalo.