Las 4 mujeres que estaban frente a el en la entrada lo llenaban de nervios, realmente comprendió que quizá debía admirar al monje por mantenerse neutral ante las 4 mujeres frente a el, ellas eran voluptuosas y dejaban ver mas carne de sus pechos de lo que normalmente una aldeana normal haría

-Por aquí por favor ...

Escucho decir y las cuatro mujeres parecían flotar en lugar de caminar, sus pasos eran silenciosos y no se movían en el tradicional vaivén del cuerpo al momento de caminar. Tenían un aroma suave, quizá lavanda y vainilla, su faceta humana le hacia todas las cosas cotidianas más difíciles.

Siguió a las mujeres y a Miroku por un largo y semi oscuro corredor de madera, lleno de sonidos indecentes y gemidos roncos llenando el lugar del aroma mas impuro y placentero de todos "maldición como Miroku puede controlar sus instintos en este lugar" maldijo para sus adentros, casi sentía que un golpe de fiebre lo iba a golpear hasta que escucho el eco seco de una puerta al abrirse y una amplia habitación elegantemente decorada se hallaba frente a ellos.

Una de las mujeres le tomo la mano al ahora pelinegro y lo condujo al lugar mas privilegiado del salón o eso creía el y se sentó junto a el acompañándolo, a su otro costado una segunda mujer lo acompaño sirviendo sake. A un lado de la habitación se encontraba Miroku rodeado de las otras dos mujeres, el muy libidinoso sonreía y tocaba las nalgas cubiertas de las mujeres que se contoneaban al costado de su cuerpo

-Amo Inuyasha, deseas sake - la voz suave de la mujer de cabello violeta lo atrapó por un instante y el asintió sin soltar palabra alguna, solo se limito a seguir el movimiento lleno de gracia de la fémina

-Brindemos por estas bellezas, Inuyasha - dijo Miroku sin ocultar su felicidad, claramente excitado por estar en un lugar como ese y maldijo para sus adentros, debía seguirle el juego al monje.

-El amo Inuyasha es realmente apuesto ¿cierto Yumi? - Su nombre era arrastrado en el mas lascivo deseo, y el pelinegro sonrió con perspicacia atrayendo a la mujer por la cintura hasta que el rostro quedo muy cerca del suyo - ah...- jadeo

-De verdad lo crees? - interrogo con curiosidad dirigiéndole una mirada sensual y fría, dejándose llevar por el momento, el sonrojo furioso en el rostro de la mujer lo hacia sentirse poderoso "creí que solo podría hacer un rubor como ese a Kagome" la deseó en ese momento- ¿Cuál es tu nombre?

-S-soy A-Ayane amo Inuyasha - respondió inquieta la mujer

-Ohh - Dejó escapar un suspiro ronco - ¿cuando llegara la persona que deseo ver?...Ayane - Un jadeo escapo de ella cuando el respiraba contra el cuello de la mujer sonriendo para sus adentros, era pan comido seducir a esas mujeres

-Yo...Yo - La mujer estaba notablemente caliente y dejaba escapar sonoros suspiros con solo respirarle en el cuello, era placentero

-Dime...- Invito ofreciéndole besos en el cuello, ella dejo escapar un suspiro y no pudo evitar que una de sus manos tomara con firmeza el duro miembro de su cliente, Inuyasha maldijo al dejar escapar un ronco gemido ante el atrevimiento de ella

-Yumi...Hay que compensar al amo Inuyasha antes de que llegue su majestad - Gimió Ayane y lo miro ruborizada cuando sintió que la mano que el hombre sostenía en su cintura se había detenido mirando casi como si asechara a su compañera Yumi - Debe ser tratado con los privilegios que merece...

La mujer que lo acompañaba en la sala bajo un visillo que les otorgaba privacidad y su sorpresa fue abruptamente interrumpida cuando Ayane engulló sin pudor su miembro haciéndolo casi desfallecer "maldición, no tenia esto planeado...mierda...eso...perdóname Kagome" maldijo para sus adentros al dejarse disfrutar de lo que ambas le hacían a su sexo, imaginando que solo eran Kagome y el, dejándose llevar por su instinto, reprochándose el caer tan bajo con esas dos mujeres, reprochándose en ser humano y caer ante la carne humana, pero deseaba tanto estar así con Kagome que no pudo suprimir ese deseo hasta que su liberación llegó al verlas a ambas ocuparse de su virilidad de una forma tan depravada y sensual. "Kagome" Pensó reprochándose el desearla para el en todas las formas posibles, deseándola en ese momento, deseando tomarla una y otra vez hasta saciar toda el hambre que tenia por hacerla su hembra.

El tiempo paso y culpaba al sake por hacerlo sentir ligeramente mareado, pero aun así podía ver a Miroku mirándolo de una forma acusadora y burlona. Seguramente le habían hecho lo mismo la primera vez que lo vio en la casa de citas entendiendo que él nunca dejaría de ser un pervertido.

-Yumi, es hora de que llegue su majestad - dijo Ayane levantándose y rosando la mano de él en el proceso regalando una sonrisa cómplice haciéndolo sentir enfermo.

Las tres chicas asintieron y bordearon la puerta de la entrada, Ayane parecía ser la mujer con el rango mas alto puesto que ella poseía un cetro con cascabeles que hizo sonar tres veces antes de abrir la puerta y dejar entrar a la persona que ellos esperaban ver.

-Nuestra Sacerdotisa es el tesoro mas preciado de la aldea, gracias a ella este lugar es pacifico y no hay monstruos atacándonos, por favor cuídenla bien - continuó Ayane haciendo una reverencia dejando entrar a la persona que iba a voltear el mundo de cierto pelinegro, haciéndole derramar el saque al verla

-Ka...

-Ella es Harumi, amo Inuyasha, amo Miroku...La persona mas importante y sagrada de nuestra aldea.