Capítulo 9. La primera vez

Las tetas de Fleur quedaron expuestas ante Ron, bajo la intensa luz del dormitorio. Este sintió que se le paralizaba el cuerpo. Su respiración falló en abandonar sus pulmones.

La chica le tomó las manos y lo hizo apoyárselas en ellas. Él sintió el tacto de esos enormes pechos en la palma de sus manos y su pene se puso aún más duro, si eso era posible. Ahora Fleur estaba contra el borde de la cama sobre la que él estaba sentado. Apoyó una rodilla encima, pasando su pierna desnuda encima de Ron…

-Quería hablar contigo de otra cosa -dijo Hermione, que lucía muy nerviosa. Harry y ella habían entrado al baño de prefectos, lo que desconcertó un poco a este. ¿Por qué ayer Hermione lo citaba allí para ir a un aula, y hoy le decía de entrar a ese baño? Si estaba claro que no harían nada sexual, solo eran amigos. ¿Para qué meterse juntos a un baño?

-Sí, dime -dijo Harry, mirando alrededor a la enorme bañera similar a una piscina en medio de la sala, al decorado con sirenas en las ventanas y al lujoso mármol del suelo.

-Todo esto de Draco… -Hermione se retorcía los dedos, mirando el suelo-. He estado pensando, y si algo llega a pasar con él…

Nada pasará con él, pensaba Harry, de mal humor. Porque no fue él el que te espió, sino yo.

Sin embargo, siguió sin decirle nada, y ella continuó:

-Creo que no quisiera perder mi virginidad con Draco, ¿sabes?

Harry alzó una ceja, apartó la mirada de la decoración de ese baño y la dirigió a su amiga otra vez, confundido y sin poder ocultar un dejo de molestia. ¿Qué le pasaba ahora a Hermione?

-No entiendo -le dijo-. Pensé que sentías algo por él.

-¡Si! -dijo ella, mirándolo fijamente-. ¡Estoy loca por él!

-¿Y entonces?

-Es que él es un chico malo. Ya sabes, la clase de persona que, bueno… Ya sabes, que te rompe el corazón y cosas así. ¿Entiendes?

Harry se puso a pensar al respecto, pero lo cierto es que no la entendía.

-Para una chica, perder la virginidad es algo importante -siguió Hermione-. Es un momento que recordarás para siempre, y no quiero sentir nada negativo cuando piense en ello dentro de muchos años. No quiero asociarlo a un chico que me hizo sentir mal…

Hermione es demasiado complicada, pensó Harry. Sabe perfectamente que Malfoy es una persona de mierda que le romperá el corazón, ¿y aún así quiere estar con él?

Pero nuevamente, no dijo nada y en cambio asintió, como si la entendiera.

-Quiero que ese momento sea con alguien de confianza -siguió ella-. No necesariamente alguien que me vuelva loca, pero sí alguien con quien tenga la seguridad de que todo estará bien siempre, ahora y en muchos años, para poder recordarlo como un lindo momento; sin asociarlo a ningún romance temporal, que luego me haya lastimado. ¿Entiendes? Quiero perder la virginidad con alguien con quien no tenga nada, ninguna relación ni nada. Alguien como… como un amigo.

Eso hizo sonar algo dentro de la cabeza de Harry, y de pronto los nervios treparon por su espalda y se apoderaron de él. El sudor empezó a caer por su frente…

-Oh, por Merlín -mascullaba Ron, con los ojos abiertos de par en par. Masajeaba las tetas de Fleur mientras ella se acomodaba encima suyo, sentándose sobre él teniendo nada más que la fina tanga semitransparente puesta.

-Chúpalos -le dijo la chica, forzándolo a apretar sus pechos con más fuerza-. ¡Chúpalos, Haggry!

Obediente, Ron llevó su boca a los pezones de Fleur y empezó a chuparlos. Ella reclinó la cabeza hacia atrás, disfrutándolo, con su cabello rubio platinado cayendo sobre su espalda desnuda como una cortina brillante. Su belleza era tan deslumbrante que lo cegaba…

-Pensaba en alguien… como tú, Harry -dijo Hermione, alzando hacia él una mirada que volvía a ser como aquellas que le había lanzado el día anterior. Una mirada seductiva, atrapante…

El corazón de Harry se detuvo en seco, como un reloj que de pronto dejó de funcionar.

-Si tú quieres, claro -agregó ella-. Has leído mi diario, ya sabes todo sobre mí. No tengo secretos de ese tipo contigo. Sabes todo lo que pasa por mi mente, todas mis emociones sexuales más íntimas…

¿Cuánto tiempo pensaba Hermione que Harry había estado leyendo su diario? ¿Tres semanas? Pero no era el momento para aclararle aquello, así que Harry asintió, manteniendo su cara de comprensión.

-Supongo que tú también eres virgen, ¿verdad? Podríamos compartir ese momento… como amigos, por supuesto. Nos quedará un lindo recuerdo. Y no me sentiré nerviosa, porque te conozco desde hace años, sé que puedo confiar en ti. Sería perfecto para una primera vez… Ninguno de los dos se avergonzaría si no sale bien… ¿entiendes?

-Sí, claro -dijo Harry, que no tardó ni un segundo en elaborar su respuesta-. Entiendo perfectamente. Tienes toda la razón. ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Es una idea perfecta.

Se esforzó en dejar bien en claro que estaba de acuerdo con la idea, por si acaso que a Hermione le quedaran dudas.

Ella sonrió.

-De acuerdo -le dijo entonces, tomando aire-. ¿Lo hacemos ahora?

-¿Ah… ahora? -tartamudeó Harry.

-Sí, este es un buen lugar -Hermione miró alrededor-. Ven, ayúdame a encender los grifos.

Sin poder creer que aquello fuera real, Harry fue tras ella hacia la gigantesca bañera del medio de la sala y empezó a abrir los grifos con ella. Salieron chorros de agua caliente de algunos de ellos, y de otros distintas sales y espumas de baño, llenando la bañera más y más.

Ella lo miró y le sonrió. Harry le devolvió la sonrisa, sintiéndose de pronto con una renovación de emociones absoluta: todo el fastidio que había sentido durante todo el día desapareció de súbito, y fue reemplazado por un nuevo arsenal de emociones de nervios, expectación, ansiedad y pánico que superaban ampliamente a los del día anterior. Le habían dado esperanzas, luego se las habían arrancado, y luego, en su momento de mayor decepción y desilusión, le habían ofrecido aquello que tanto había querido. De súbito, sin preaviso alguno, de un segundo para el otro…

Mientras tanto, Ron succionaba esas tetas francesas como si no hubiera un mañana, como si su vida dependiera de ello. Como un niño en una dulcería, él era un adolescente con las hormonas hasta las nubes en un carruaje de Beauxbatons, en el dormitorio de una chica mitad-veela, que estaba semidesnuda sobre él, sentada sobre sus piernas en tanga, con la cabeza hacia atrás pidiéndole que le chupara y succionara los pezones.

La abrazó por la espalda. Ella se terminó de sentar encima suyo y cruzó las piernas tras él, con lo que sintió sus glúteos desnudos justo encima de él y el tacto de su vagina sobre su pene firme como una roca.

Ella lo separó un poco de sus pechos, sonriendo, y empezó a besarlo en los labios.

Wow, pensó Ron de inmediato. Besa perfecto, es toda una experta…

Mientras disfrutaba de ese beso, tratando de seguirle el ritmo al movimiento de la lengua que hacía Fleur, Ron sintió las manos de la chica sobre su espalda. Estaba tirándole de la camiseta, para quitársela…

Hermione cerró el último grifo y examinó la ahora calmada superficie del agua. Aquella pequeña piscina estaba tan repleta de espesa espuma blanca que sería imposible ver ni la más mínima cosa que estuviera bajo el agua. Algunas burbujitas emanaban de allí, junto con el vapor caliente, elevándose hacia el techo de la sala. Las ventanas con dibujos de sirenas se habían empañado por el vapor.

-Perfecto -dijo Hermione, apartando la mirada del agua y dirigiéndola hacia Harry, desde el borde opuesto de la piscina a él. Harry trató de estudiar su mirada. Hermione lucía ansiosa y temerosa, justo igual que él. -Ahora ninguno podrá ver nada bajo el agua. No quiero que me veas… ya sabes, desnuda.

Harry asintió, comprendiendo. Vio que Hermione sacaba su varita y algo más de su bolsillo, que no llegó a distinguir por el vapor, y dejaba ambas cosas al borde de la piscina. Entonces volvió a erguirse y lo miró de nuevo.

-Voy a desvestirme. No puedes verme, voltéate.

-Claro -dijo Harry, que sería incapaz de desobedecer una orden suya en un momento así. Se dio la vuelta de inmediato, mirando hacia la pared donde estaban los cubículos con retretes.

-No espíes -le advirtió ella desde atrás.

-No, claro que no -dijo él, tratando de mantener una respiración lo más normal posible, aunque su corazón bombeaba tan deprisa ahora que dudaba que pudiera lograrlo.

Tranquilo, tranquilo… No dejaba de pensar frenéticamente. Tú solo recuerda lo que te han enseñado Fred y George… Solo recuerda tus enseñanzas… Tú puedes, tú puedes con esto.

Oyó el sonido de Hermione quitándose la ropa. En el silencio de aquel lugar, el roce de sus prendas al ser removidas podía oírse haciendo un poco de eco, junto con el sonido de las burbujas que se desprendían suavemente de la superficie del agua.

Luego oyó el sonido de ella metiéndose al agua. Poco después, le llegó su fina voz:

-Listo, Harry.

Él se volteó.

La cabeza de Hermione sobresalía de la superficie del agua. Su cabello estaba inusualmente alisado por el solo efecto del vapor del agua caliente, y le caía húmedo sobre la frente. El resto de su cuerpo era invisible a los ojos por la espuma, pero en el borde de la bañera descansaban sus zapatillas, pantalones, camiseta, un sostén negro y creyó ver el borde de lo que parecía ser un calzón también negro.

-Métete, vamos -lo llamó ella, con una sonrisa que flaqueó por lo que parecían ser nervios.

-Bien, pero también voltéate -dijo él, igualmente nervioso, devolviéndole la sonrisa.

-De acuerdo -Hermione le dio la espalda, y Harry empezó a desvestirse a toda velocidad. Se quitó la camiseta y la arrojó a un lado, se quitó las zapatillas sin desatar los cordones, luego los jeans, a toda velocidad y tropezando un poco al hacerlo, y los calcetines. Finalmente comprobó que Hermione siguiera de espaldas, se quitó los bóxers y se acercó al borde de la piscina tan rápido como pudo.

Dejó la varita en el borde también, y ya desnudo se introdujo al agua suavemente. Estaba muy caliente, se sentía hermosa. Y las sales le agregaban un toque relajante muy necesario en aquel momento.

-¿Ya puedo ver? -dijo Hermione, sonando muy ansiosa.

-¡Sí! -dijo él, caminando hacia ella bajo el agua, que le llegaba por la mitad del pecho. Hermione era más baja que él: le llegaba apenas un poco por debajo del cuello, lo que le permitía ver los huesos de su clavícula, pero nada más por debajo.

Se dio cuenta, cuando estaba a un paso de distancia, de que Hermione estaba aterrada. Si bien trataba de sonreírle, sus ojos mostraban que por dentro se moría de nervios. Harry pensó que, si bien por fuera se había mostrado resuelta y hasta con iniciativa, siendo ella quien sugiriera no solo hacer aquello sino también cómo hacerlo; por dentro tenía la inseguridad de una chica inocente que jamás había tenido sexo, y que quizás ni siquiera sabía cómo hacerlo.

Yo tampoco lo sé, dijo una voz dentro de Harry. Pero entonces, otra voz distinta le dijo: Sí, sí que sabes. No por nada pasamos toda una tarde estudiando el tema. Sabes todos los puntos del cuerpo femenino de memoria. Sabes qué zonas besar, qué zonas tocar… Y ella luce tan nerviosa e insegura, que ahora mismo necesita que le demuestres todo ese conocimiento.

La nueva voz dentro de Harry, salida de quién sabía dónde pero tan bienvenida, continuó dándole aliento:

¡Vamos, Harry! ¡Demuéstrale que sabes cómo es esto! Elimina sus inseguridades, hazla sentir como quiere sentirse: Tranquila, con alguien en quien confía, con alguien con quien sabe que todo estará bien, que sabe perfectamente lo que hace.

Harry llegó hasta ella y se detuvo a unos pocos centímetros. Hermione lo miraba fijamente a los ojos, respirando muy rápido.

-No te preocupes -le dijo él entonces en un susurro, con una mirada de tranquilidad, y al instante sintió que esas solas palabras le bastaron a Hermione para calmarse. De pronto pareció mucho más relajada, y lo único que tuvo que hacer Harry para lograrlo fue mostrarse seguro, seguro de sí mismo y de aquello. Le mostró seguridad y tranquilidad, y Hermione respondió con otra sonrisa.

Entonces, Harry extendió las manos bajo el agua para buscarla, y encontró las manos de ella, allí bajo la superficie.

-Estoy muy nerviosa -admitió ella, tomándolo de las manos bajo el agua.

-Tú relájate -le dijo él, acercándose un poco más… se había puesto duro, y el hecho de saber que Hermione estaba desnuda, aunque no pudiera verlo, lo encendía superando el calor de esas burbujeantes aguas… -Si estás de acuerdo, empezaré por… por aquí.

Le señaló su cuello, pensando en que debería besarlo, si hacía lo que le habían dicho Fred y George. Era tan extraño aquello. Sabía que había límites. No podía besarla en los labios, porque había dicho que solo eran amigos. Pero casi todas las enseñanzas de Fred y George incluían besar zonas en el cuerpo femenino, así que si no besaba alguna se sentiría perdido.

-No me pidas permiso -dijo Hermione entonces, luciendo más decidida-. Vamos a tener sexo. Ya lo hemos decidido. Mi única regla es que no me veas desnuda, porque me incomoda. Pero, siempre que estemos ocultos por la espuma… -bajó su mirada al pecho de Harry, parcialmente visible, y la subió de nuevo para encontrar sus ojos-. Mi cuerpo es tuyo… Tú haz lo que tengas que hacer.

Aquello lo encendió aun más.

Harry se acercó hasta quedar pegado a ella y empezó a besarle el cuello. Hermione cerró los ojos y llevó una mano a la cabeza de Harry, para acariciarle el cabello húmedo. Harry le soltó la mano que aún le sostenía bajo el agua y la llevó a su espalda. Sintió el tacto de la suave espalda desnuda de Hermione bajó el agua y la recorrió con los dedos, acariciándole la piel, desde debajo de la nuca hasta llegar a su cintura, mientras le besaba el cuello suavemente, con delicadeza…

-Oh, vaya… -exclamó Ron.

Fleur ahora le chupaba a él el pecho desnudo. Se sentía totalmente extraño, porque aquel no era su pecho, sino el de Harry: aquellos bellos negros no tenían nada que ver con los pelirrojos que él tenía. Pero la sensación de los labios de Fleur recorriéndole el pecho era hermosa. Entonces, la chica bajó las manos a su pantalón y lo desabotonó tan rápido que Ron no llegó a comprender lo que pasaba.

Rayos, pensó, al ver que Fleur empezaba a bajarle el pantalón. Esto es increíble…

Fleur no tardó ni dos segundos en quitarle el pantalón, y antes de que Ron supiera lo que pasaba, le estaba bajando también el bóxer.

-Wow… Eggstas bien doggtado, ¿eh? -dejó escapar la chica entonces. Porque el gigantesco pene de Harry acababa de salir fuera del bóxer, durísimo. Hasta Ron se sorprendió al verlo.

Maldito seas, Harry, pensó, sin poder evitar sentir una profunda envidia. Eres el Niño que Sobrevivió, el Campeón de Hogwarts, la estrella de Quidditch… ¿y también tienes un pene como de veintipico de centímetros?

Fleur lucía impresionada por el tamaño del miembro de Harry, y a su vez muy contenta y emocionada.

Harry se acercó más a Hermione y sintió que su pene la rozaba bajo el agua. Ella ahora lo acariciaba también a él. La mano de Hermione fue bajando por su cuerpo, más y más… Hasta que, de pronto, tocó su pene. Casi de inmediato, Hermione se apartó levemente de él y lo miró fijamente.

Harry, que había sentido un rugido salvaje de excitación al sentir la mano de la chica en su pene, se quedó algo contrariado por verla apartarse.

-¿Ocurre algo? -le preguntó, en un susurro agitado.

-Harry, es… es enorme -dijo ella entonces. Parecía preocupada.

-Oh…

-Espera, he estudiado algunos hechizos para esto.

Harry observó cómo la chica se corría hacia el borde de la piscina, avanzando a través de la espuma, y regresaba unos segundos después con su varita y con aquello otro que había dejado junto a la varita, que ahora estaba oculto dentro de su otra mano.

-¿Puedo? He leído sobre un hechizo para reducir el tamaño. Es que… no creo estar lista para tanto.

-Sí, claro -Harry frunció el ceño, un poco preocupado él ahora-. Luego volverá a la normalidad… ¿verdad?

Ella sonrió.

-Si lo hago bien, sí.

Él lanzó una risita nerviosa.

-De acuerdo… Confío en ti.

Ella apuntó su varita hacia el agua, hacia la zona donde debía estar el pene de Harry, y susurró:

-¡Pennis reducto!

Harry sintió un calor extenderse por su pene, y lo notó encogerse.

-¿Funcionó?

Harry se tocó bajo el agua y asintió.

-De acuerdo -Hermione fue a dejar la varita y al regresar le mostró lo otro que había recogido del borde de la bañera: un paquete de condones.

-Sé que los magos no necesitan esto -dijo, con una risita nerviosa-. Pero creo que deberíamos usarlo. Por las dudas.

-Sí, claro -Harry lo tomó, recordando las palabras de Fred y George: "Las chicas de familia muggle son muy paranoicas al respecto, así que mejor aprende a usarlos". Estaba tan feliz de que lo hubieran obligado a aprender a ponérselos. Esos dos sí que sabían de sexo.

Harry abrió el paquete con los dientes en solo un intento. Todo un éxito. Entonces, retomó las cosas dónde las habían dejado: se acercó a ella y la abrazó bajo el agua, mientras le besaba el cuello otra vez. Hermione se corrió el mojado cabello hacia atrás, para permitirle hacerlo. Harry le acarició la espalda de nuevo, bajo el agua, se acercó más a ella y sintió su pene ahora reducido pero aun más erecto de lo que hubiera estado jamás; rozándole el cuerpo y pegándose a ella a la altura de su estómago, irradiando calor…

Fleur abrió la boca y clavó sus ojos azules en Ron mientras sostenía su pene en alto con una mano y lo dirigía dentro de su boca…

Ron sintió que no aguantaría más. Aquello solo, el sentir el aliento de la chica en su pene, era suficiente para que acabara. No resistiría…

Fleur pareció leerle la mente a la perfección. Apartó un poco la cara de él y tomó su varita, que había dejado sobre la cama.

-No te prrreocupes, Haggy -le dijo en un susurro-. Sé exaggtamente qué hacegg.

Entonces apuntó a su pene con la varita y le lanzó un hechizo. Nada pareció cambiar exteriormente: el gigantesco y duro pene de Harry seguía allí, en su mano. Pero algo cambió en la forma en que Ron se sentía: ya no sentía que fuera a acabar en cualquier segundo. Se sentía renovado. Excitado, caliente y renovado.

-Cuando sientas que vas a eggyacular, avísame y usaggué uno de esos -le dijo Fleur-. Para alarggag el momento.

Le guiñó un ojo, sonriente, y entonces abrió la boca nuevamente y se metió el pene de Ron/Harry en la boca.

Harry empujó un poco a Hermione hacia atrás, y ambos llegaron hasta el borde de la piscina. Ella se apoyó contra la pared de espaldas, mientras Harry continuaba besándole el cuello y el torso, siempre por arriba de la espuma, mientras que, bajo el agua, sus manos se movían cada vez más sobre el cuerpo de ella, esforzándose por no perder demasiado el control…

Le acarició las tetas. Se sentían suaves en su mano, con una textura resbaladiza, o quizás fuera por toda la espuma de baño que flotaba sobre la superficie del agua. Con la otra mano le acariciaba la cintura… La bajó un poco más, tocándole por primera vez una nalga. Era redonda y firme. Se sentía muy placentera en su mano…

Hermione le apretó el pene con la mano entera. Empezó a mover su mano sobre él, subiéndole y bajándole la piel…

Harry apoyaba a Hermione contra la pared y se movía un poco contra ella, sin penetración, solo rozándole la pelvis con la cabeza de su pene mientras ella se lo apretaba y lo soltaba con la mano, al tiempo que él le apretaba un glúteo y le acariciaba un pecho, rozándole el pezón con los dedos…

Fleur succionaba el pene de Ron con muchas ganas, moviendo toda su lengua por la cabeza y el tronco como una profesional. Era como si estuviera teniendo un beso de lengua con su pene, un beso francés, y mientras sus labios lo recorrían, subiendo y bajando por el tronco, su lengua se movía por todos lados sin control, mezclando la saliva de la chica con los líquidos que ocasionalmente salían de la punta del glande…

Ron se echó un poco hacia atrás en la cama, disfrutando de la mamada. Le acarició el cabello rubio, despeinándola un poco. Miró hacia abajo y vio que Fleur lo miraba fijamente con esos tremendos ojos azules mientras se la chupaba cada vez más rápido, al mismo tiempo masturbándolo, su cabello agitándose de un lado al otro tras ella, la mano de Ron sosteniéndole la cabeza, su pelvis subiendo y bajando para acompañar el movimiento.

Harry metió el condón bajo el agua. Tanteando, lo llevó hasta su pene y se lo trató de poner, primero por la punta, tratando luego de deslizarlo hacia abajo. Pero no se desenrollaba…

Luego de varios intentos, entendió que debía estar tratando de ponerlo al revés. Finalmente, luego de girarlo, consiguió desenrollarlo y extenderlo, hasta que cubrió todo su pene.

-¿Pudiste? -le susurró Hermione al oído. Harry asintió. Ambos estaban muy agitados, e irradiaban calor corporal. Sus cabellos ya estaban completamente mojados, a pesar de no haber sumergido la cabeza bajo el agua. -De acuerdo… hazlo, Harry…

Harry obedeció. La abrazó contra el borde de la piscina y se apoyó contra ella. Inclinó un poco las rodillas y se llevó la mano al pene, moviéndolo y buscándola a ella, buscando el lugar por el que debía entrar… Recordaba las enseñanzas de Fred y George, pero era muy difícil hacer eso por primera vez sin poder ver absolutamente nada del lugar que se suponía que tenía que encontrar…

Hermione intentó ayudarlo. Le aferró el pene con una mano y lo movió contra ella, buscando ella también el sitio…

-Aquí -le susurró al oído, con la voz agitada, con la cabeza de ella apoyada en su hombro, el cabello de ella cayendo sobre él.

Harry sintió que la mano de Hermione, que sostenía su pene, lo presionaba contra un punto exacto en ella, bastante más debajo de la zona que él pensó que era la correcta. Pero no había caso. El pene de Harry no estaba entrando en ningún lado.

-Quizás deba reducirlo más… -empezó a decir ella. Pero entonces, mientras pronunciaba esas palabras, Harry lo sintió, y supo que ella también, porque le clavó las uñas en la espalda de pronto: el pene de Harry estaba abriéndola, muy poco y muy lentamente. Pero sintió la cabeza de su pene meterse un poco en ella.

Harry presionó un poco más, para meterse más dentro suyo…

-Despacio… -le susurró ella, con un sonido de dolor.

Harry asintió, abrazándola y sosteniéndola con cuidado. Obediente, sacó un poco el pene de ella, pero no lo suficiente para que se saliera por completo y tuvieran que buscar el sitio otra vez. Y entonces lo metió un poco más, muy despacio, sintiendo que la abría, muy lentamente…

Fleur saltó encima de Ron como una hiena en celo. Lo empujó de espaldas en la cama, mientras se quitaba la tanga de un tirón y la lanzaba por los aires hacia la otra punta de la habitación.

Con los ojos desorbitados, Ron vio toda la vagina depilada de la chica ante él, directo bajo la fuerte luz del dormitorio. Fleur se montó encima suyo, puso una pierna a cada lado de él y le sostuvo el pene en alto mientras empezaba a sentarse arriba…

Ron tragó saliva, sus ojos como platos, sudando. Sintió su pene entrar en Fleur, penetrándola. Era mucho más fácil de lo que hubiera pensado. El pene de Harry era enorme, pero no se le dificultó demasiado. La empezó a abrir, y pronto Fleur se había sentado por completo en él, con todo el pene de Ron dentro suyo. La chica parecía estar disfrutándolo muchísimo. Se mordía los labios con deleite y le lanzaba a Ron unas miradas de placer que solo lo ponían más y más caliente. Sus tetas enormes colgaban a la vista, y Ron extendió las manos para acariciarlas una vez más.

Fleur empezó a moverse en la cama de una forma que también parecía profesional, moviendo todas las caderas en un círculo y luego subiendo y bajando el trasero rápidamente sobre él, acompañando la penetración. Arqueaba su espalda y luego la enderezaba. Tenía atrapado al pene de Ron dentro suyo y hacía lo que quería con él, realizando ella todos los movimientos y dejando que Ron se relajara allí boca arriba en la cama, simplemente disfrutando de la sensación placentera y excitante.

-Oh, por Merlín -decía Ron, una y otra vez, luchando por respirar-. Hazlo ahora. El hechizo. Ahora…

Fleur tomó su varita y volvió a lanzarle el hechizo para alargar el momento. Ron, que había estado a punto de acabar, sintió cómo su cuerpo se relajaba un poco, la tensión aflojaba ligeramente y el orgasmo desaparecía, volviendo a estar como unos segundos atrás, caliente y duro y listo para seguir más tiempo.

Harry penetró a Hermione más rápido, contra el borde de la piscina. Ella lo abrazaba con fuerza, y él a ella. Él le sostenía la cabeza con una mano, para evitar que, con el movimiento se golpeara contra la pared tras ella. Y entonces la empujaba suavemente con la pelvis, provocando que el trasero de la chica diera contra la pared y luego rebotara.

Le acarició la espalda y las nalgas con la otra mano, penetrándola más y más rápido. Le sostenía la cabeza contra su hombro, y los labios de Hermione estaban pegados a su oído, por lo que podía oír la respiración de la chica en aumento, al punto en que empezaba a sonar como un gemido.

Harry la penetró más y más, luchando por durar todo lo posible. Sabía que no podía acabar demasiado rápido, o sería decepcionante. Pero la sensación de su pene dentro de ella era demasiado placentera, el tacto de su trasero redondo y perfecto en su mano, bajo el agua, la punta de sus pezones, que se habían puesto duros, rozándole el pecho mientras se apretaba contra ella…

Harry acabó. Sintió el semen salir de su pene mientras continuaba con la penetración. La abrazó con más fuerza, y ella pareció notarlo, por el cambio de ritmo.

-¿Has… has acabado? -le preguntó al oído. Harry se sintió terrible. Había durado muy poco tiempo.

-Sí… -respondió él, convencido de que a ella le habría gustado seguir más tiempo. Justo cuando ya no parecía sentir tanto dolor, y empezaba a disfrutarlo…

-Espera, estudié un hechizo para eso también -dijo ella entonces. Con una mano que temblaba, la chica tanteó el borde de la piscina tras ella hasta que encontró la varita. Mientras lo hacía, Harry pudo ver que se elevaba del agua lo suficiente para que una de sus tetas quedara a la vista.

Si bien ella había dicho que no, no pudo evitar mirarla. Era hermosa, y el pezón rozado tenía espuma blanca encima…

Apartó la vista de inmediato, por las dudas eso le molestara a ella. Ella bajó el brazo y lo apuntó con la varita otra vez, murmurando un hechizo que él nunca había oído. Entonces, sintió cómo su pene cobraba vida otra vez: se ponía duro y firme. Estaba de nuevo en acción.

-Wow… -susurró Harry-. Increíble.

-Debes ponerte otro -dijo ella, buscando ahora los condones. Harry obedeció de nuevo. Se quitó el condón usado, lo dejó en el borde de la piscina y se puso el otro que ella le pasaba. Otra vez estaba duro, caliente y con ganas de más.

Fleur cambió de posición. Ahora se puso en cuatro patas sobre la cama, con el trasero erguido hacia Ron. Fascinado, este lo miró como hipnotizado. Era un trasero enorme, enorme y perfecto, marcándose contra su delgada cintura.

-Hazlo, Haggy -le dijo ella, alzándolo más y arqueando la espalda-. Hazlo…

Ron se puso de rodillas tras ella. Condujo su pene al agujero claramente visible de Fleur ante él y lo metió, deslizándolo dentro, abriéndola por dentro mientras ella se movía en la cama, ansiosa de más…

La penetró por detrás, en cuatro patas, aferrándole los costados del trasero y moviéndose contra ella, hacia atrás y hacia adelante, tomando velocidad rápidamente y hasta llegar a un punto en que se movía tan rápida y frenéticamente contra ella que toda la cama empezó a temblar…

Harry penetraba a Hermione de nuevo. Ahora ella subió las piernas y le rodeó la cintura con ellas. Harry la sostenía del trasero con ambas manos, para sostenerla allí, flotando en el agua, mientras la penetraba más y más. Ella lo abrazaba por los hombros y gemía en su oído, cada vez más fuerte. Parecía más liberada, más suelta. Ahora ella acompañaba el ritmo de la penetración, dejaba escapar sonidos sexuales y no parecía importarle si por algunos segundos sus pechos salían fuera del agua con el movimiento, quedando visibles.

-¡Ohhhhhhhhh! -Ron sintió una parálisis total y muy placentera. Sin poder contenerse más, quitó su pene del interior de Fleur y lo sostuvo afuera con la mano. El semen empezó a saltar a chorros de él, yendo a parar tan lejos que un poco del blanco líquido cayó en la parte de atrás de la cabeza de la chica, sobre su cabello. La mayoría, sin embargo, fue a parar a su espalda, chorreando por esta.

Ron se masturbó un poco, y un último poco de semen salpicó sobre las nalgas de la chica, que seguían erguidas ante él.

-¡Ayyy! -gimió Hermione, con una mezcla de placer y dolor-. ¡No pares!

Harry no paró. La penetró más rápido, y ahora él sintió que era ella la que llegaba a un orgasmo, porque se movía con una rapidez cada vez mayor, gemía cada vez más fuerte, y le aferraba el cuerpo con más y más fuerza…

La sensación de Hermione acabando, llegando al orgasmo, lo invadió y lo llevó a acabar de nuevo él también. Volvió a experimentar la sensación de eyacular dentro de Hermione, mientras la penetraba rápidamente, sintiendo que su pene expulsaba el líquido seminal en el condón, mientras ambos se abrazaban y se movían…

Se fueron moviendo cada vez más lento, ambos. Estaban en sintonía ahora. Ambos se fueron relajando juntos. Supo que ella había quedado satisfecha, porque lo abrazaba con más suavidad ahora, le acariciaba la espalda lentamente y recobraba el ritmo de la respiración, sin levantar la cabeza de su hombro.

Y así, de pronto, todo terminó. Harry se apartó un poco de ella y sintió su pene saliendo. Las sales de baño parecieron tomar un efecto más relajante que nunca en ellos. Harry se sentía revitalizado, renovado, relajado y con una paz tan grande como si nada pudiera perturbarlo. Era una sensación espectacular que jamás había sentido antes.

Se apartaron un poco y se miraron a los ojos. No dijeron nada. Hermione ya respiraba normalmente, y no dejaba de acariciarle el bíceps a Harry bajo el agua.

-Estuvo bien -le dijo finalmente, con la voz aun un poco agitada.

Ambos se miraron y se sonrieron mutuamente, felices.