Capítulo 12. En las 3 casas
Las duchas estaban vacías. El sonido de los productos de baño siendo acomodados hacía eco en las paredes. Hermione se preparaba para tomar la ducha de esa noche.
Acomodó su ropa limpia colgándola del barral, como siempre, y dejó la toalla seca colgando de un gancho que había en la pared lateral de la ducha. Luego se metió dentro, vestida, y cerró la cortina.
Se quitó el pantalón de jean, que dejó colgado del barral también. Luego el suéter, y luego la camiseta mangas largas color fucsia. Fue dejando todo allí en el barral colgado a medida que se lo quitaba.
Se llevó las manos a la espalda y desabrochó su sostén. Al quitárselo, sintió sus pechos colgar desnudos. Lo dejó sobre el barral también y se bajó el calzón.
Ya completamente desnuda, Hermione se acomodó el cabello, cerró los ojos y abrió el grifo del agua caliente.
La ducha se abrió, lanzando agua sobre su cuerpo. Empezó a salir vapor por encima de ella y hacia el techo del baño. El agua se sentía muy caliente y deliciosa. Tocaba toda su piel desnuda, desde su cabeza, empapando su cabello castaño, cayendo por sus blancas mejillas, luego por la piel desnuda de sus pechos, resbalando por sus pezones, por su ombligo, bajando por su abdomen hasta su vagina, donde crecían algunos bellos castaños; y finalmente cayendo por sus piernas delgadas, para caer sobre el duro suelo de la ducha con estrépito.
Empezó a pasarse el jabón por la piel, mientras dejaba que su mente fuera invadida por ideas sexuales de todo tipo. Esta vez, sin embargo, no fue Malfoy lo primero que acudió a su mente.
Antes de que se diera cuenta, estaba rememorando la noche del día anterior, con Harry. Cómo habían estado juntos en el baño, desnudos bajo aquella agua, también caliente. Recordó el tacto de sus manos por todo su cuerpo, mientras la penetraba…
Abrió los ojos, sintiéndose ligeramente asustada. El agua caía sobre ella, mojándola por completo. Su mano había bajado a su entrepierna, rozando sus labios vaginales con los dedos… ¿Acaso estaba fantaseando con Harry? ¿Acaso se estaba calentando pensando en él, y no en Malfoy?
Después de todo, no podía negarse a sí misma que Harry la había hecho sentir muy bien. La había tratado perfectamente, había sabido tocarla de forma adecuada, no solo la había acompañado a perder su virginidad juntos, como ella había planeado. Ahora, pensándolo mejor, se daba cuenta de que, para poder hacer eso, Harry primero había logrado calentarla. No se trataba solo de hacerlo, y nada más.
Primero, y quizás inconscientemente, ella había tenido que sentirse estimulada por él. Había sentido verdadero placer estando con él… Y ahora, en la ducha, con sus dedos jugando sobre sus labios vaginales, de pronto la idea de Harry acudía a ella en ese momento de idealización sexual, de fantasías…
Harry, tocándole los glúteos con la mano, apoyando su pene contra ella…
Cerró los ojos y se rozó la vagina con los dedos, pensando en Harry, pensando en sus manos, en su enorme pene…
Oyó un ruido.
Hermione volvió a abrir los ojos. ¿Sería alguna otra chica yendo a bañarse? No, no podía ser… Era muy tarde. Solo ella se bañaba tan tarde en la noche. Nunca había nadie más.
Lo oyó de nuevo. Era un sonido en la ducha de al lado.
¿Otra vez?
Hermione cerró el grifo. Esta vez no perdió el tiempo vistiéndose. Solamente se tapó con la toalla, envolviéndola a la altura de sus axilas, y salió.
Tal como había pensado, no había nadie allí. No había ropa de alguna otra chica, no había señales de que alguien hubiera ido allí a ducharse también. En cambio, la cortina de la ducha junto a la suya estaba cerrada, con la ducha cerrada.
Pero claramente había oído algo dentro.
Otra vez el espía, pensó con su corazón latiéndole a toda velocidad. Pero, esta vez, no te dejaré escapar…
Hermione tiró de la cortina y se encontró cara a cara con su espía.
No pudo reprimir un grito de sorpresa.
-¿Estás segura?
Ginny y Luna acababan de entrar juntas al dormitorio de esta última, en la torre Ravenclaw. No había nadie más allí.
-Sí, estoy segura -dijo Luna, sonriéndole-. Nadie te verá aquí, nadie sabrá que estás en una casa que no es la tuya.
-Pero, ¿y tus otras compañeras de habitación?
-Oh, es que no tengo compañeras de habitación -explicó Luna, a pesar de que había otras cuatro camas allí. Ginny observó que estaban todas hechas y no había señales de vida en ellas: ni baúles, ni libros, ni ropa…
-¿No tienes?
-No, se fueron todas -explicó Luna-. Para no tener que estar conmigo. La prefecta es la hermana de una de ellas, así que no dirá nada a nadie de que ahora duermen en otro lado…
Luna hablaba de aquello con total naturalidad, como si fuera algo cotidiano y normal. Ginny la observaba con una expresión de pena en el rostro.
Y de nuevo, de súbito y sin preaviso, Ginny se lanzó sobre Luna y la besó en los labios, con más y más ganas…
-Increíble fiesta -decía Fred, brindando con un vaso de cartón. El lugar estaba lleno de gente. Había bebidas alcohólicas por todos lados, buena música, comida…
-¡Sí! -dijo Cedric, brindando también-. ¡Gracias por venir, amigos!
-Gracias por invitarnos -dijo George, llevándose su vaso a los labios.
Estaban en la sala común de Hufflepuff, donde los de séptimo habían hecho una fiesta. Todos los de sexto y séptimo de Gryffindor y Ravenclaw estaban invitados. Los prefectos habían hecho la vista gorda y ahuyentado a los más chicos, y había mesas con hidromiel, cervezas de mantecas, vodka y whisky de fuego…
Fred bajó la voz al dirigirse nuevamente a Cedric.
-La invitaste, ¿verdad?
-Sí, claro -dijo él, guiñándole un ojo y bajando la voz-. Melanie llegará en cualquier momento. Oye, solo por curiosidad, ¿por qué de pronto tienen tantas ganas de lustrar la escoba con ella?
Fred bebió un buen trago de ponche antes de responder.
-Oh, no es nada. Una tonta competencia con nuestro hermano.
-Sí, aunque parezca increíble, Ron le echó la varita a Fleur Delacour -dijo George, uniéndose a la charla.
-No me jodas -dijo Cedric, impresionado, antes de llevarse un vaso de whisky a los labios-. ¿Es decir que la francesa es fácil? ¿O solo tuvo suerte, o qué pasó?
Lee Jordan se unió a la charla, junto con otros tres chicos de sexto.
-Wow -decían varios de ellos, impresionados-. Tu hermano es genial, Fred.
-No puedo creer que se cogiera a Fleur Delacour.
-Solo lo logró porque usó poción multijugos para convertirse en Harry Potter, que es su mejor amigo -explicó Lee, que en ese momento se encendía un cigarro de snargaluff-. Era a él al que Fleur quería soplarle la varita en realidad, ¿saben? Pero Harry no podía estar allí esa noche, porque tenía calderos más importantes donde preparar la poción, el suertudo.
-¿Cómo cuáles? -preguntó otro chico que acababa de unirse a la charla también. Ya eran como diez personas.
-Harry acaba de perder la virginidad con su amiga de toda la vida, Hermione Granger -explicó Lee a toda velocidad, soltando la lengua sin omitir detalle alguno-. Por eso no podía ir, y Ron fue para cubrirlo y reemplazarlo con Fleur, disfrazado de él. Y así fue como se la agarró.
-¡Wow! -dijo una chica de Hufflepuff que acababa de unirse al grupo también-. Ese Potter es todo un éxito, ¿verdad?
-Así que Hermione Granger, ¿eh? -dijo su amiga, bebiendo un sorbo de ponche a su lado-. Creo que la conozco -se dirigió a otra amiga suya-. Es esa sabelotodo de Aritmancia, la que cursa con tu hermana. ¿La tienes? ¿La de pelito castaño muy inflado?
-¡Ahh, sííí! Ya sé cuál es.
-Me pregunto qué tendrá de especial para que Potter la eligiera antes que a Fleur -dijo otra chica, que Fred y George no recordaban haber visto antes.
-Qué maldito suertudo es ese Potter -dijo un chico de Ravenclaw que definitivamente jamás habían visto en sus vidas, acercándose también-. Felicidades a su hermano, chicos, por cogerse a esa belleza de Fleur Delacour… Ustedes se llaman Fred y George, ¿verdad? Un placer.
-Oigan, oigan -Fred alzó las manos ante el grupo de más o menos veinte chicos y chicas, pidiendo silencio-. Oigan todos… Es muy importante que no digan nada de esto a nadie, ¿entendido?
-Sí, les prometimos a Harry y Ron que no diríamos nada -añadió George, bebiendo su ponche con tranquilidad.
-No hay problema -dijo el chico desconocido-. Nadie de nosotros dirá nada.
-Yo sí -murmuró un chico a su lado.
-Muy gracioso -dijo Fred, mirándolo mientras bebía su vaso también-. Vamos, confío en que todos ustedes mantendrán la boca cerrada, ¿de acuerdo? Quedará entre nosotros… -hizo un rápido recuento-… nosotros veinte, ¿está bien?
-Tengo que contarle esto a mi amiga de Slytherin -dijo la que había llamado a Hermione "sabelotodo"-. Es muy fan del chico Potter.
-Está bien, pero solo a ella.
-Y ella querrá contarle a sus amigas de Slytherin, claro.
-Está bien, pero que luego ellas tampoco le digan nada a nadie -dijo Fred, pensativo.
-No puedo asegurarles eso -contestó la chica, revoleando su cabello castaño tras ella y alejándose hacia la mesa del ponche.
Fred se dio la vuelta para guiñarle un ojo a su hermano.
-Estoy seguro de que no dirán nada.
-Sí, todo está bajo control -dijo George, sonriendo mientras empezaba a bailar al ritmo de la música-. Hay que prepararse, Fred. Melanie llegará en cualquier momento…
-Tú…
Hermione se quedó mirando esos ojos azules, con su pecho inflándose y desinflándose con la respiración, desnudo bajo la toalla. Su cabello empapado le caía por los hombros, chorreando agua sobre su piel.
Malfoy estaba dentro de la ducha contigua, vestido con una túnica negra, con su cabello rubio peinado hacia atrás de una forma muy atractiva y con una fragancia muy rica encima. Frunció los labios mientras la miraba.
-¿Qué te pasa, sangre sucia? -le espetó él-. ¿Nunca habías visto a un mago de verdad antes?
-Lo sabía -dijo ella, sin dejar de mirarlo fijamente-. ¡Sabía que tú eras el espía!
-¿Espía? -dijo él, dando un paso adelante y saliendo de la ducha-. ¿Crees que estaba espiándote a ti? Por favor, Granger, no me hagas reír.
-¿Y se puede saber qué demonios haces en una ducha contigua a la mía por segunda vez, en un baño de mujeres de Gryffindor donde no hay nadie más, mientras yo me baño?
Malfoy la miró detenidamente unos instantes, mientras caminaba por el baño, al parecer tratando de elaborar una respuesta sin éxito. Hermione entonces vio que bajo los bancos largos de madera que había en la pared de enfrente, había una escoba voladora escondida.
Así es como lo hizo, pensó la chica a toda velocidad, sus ojos yendo directo hacia la zona de los lavamanos, donde había una ventana lo suficientemente grande para que cupiera una persona. Así es como se metió aquí sin ser visto…
-De acuerdo -dijo Malfoy entonces, deteniéndose y mirándola serio-. Me atrapaste, Granger. ¿Qué quieres que te diga? Resulta que sí estaba espiándote.
Y le sonrió de una forma malvada. Era una sonrisa que no alcanzaba sus ojos, pero que aún así era tan atractiva, tan sensual… Hermione estaba prácticamente desnuda ante él, solo tapada con una toalla, y Malfoy la miraba de una forma penetrante que parecía desvestirla con los ojos…
-¿Qué es lo que quieres? -le preguntó Hermione, en un susurro.
Malfoy dio un paso hacia ella, y ella retrocedió, poniendo un pie dentro de su ducha, pisando el charco de agua que había allí aún.
-Te quiero a ti, Granger.
Malfoy dio otro paso hacia ella, y ella otro hacia atrás.
-Me descubriste -dijo Malfoy, mirándola de esa forma tan intensa, bajando los ojos hacia la zona de la toalla bajo la que estaban sus senos, y luego más abajo, hacia sus piernas y sus pies descalzos-. Hace tiempo que te espío mientras te duchas, Granger…
-¿Hace… hace tiempo? -dijo ella, con un hilo de voz.
¿Es decir que la vez anterior no había sido la primera? ¿Hubo alguna otra vez en la que sí lo hubo conseguido? ¿Acaso me vio tocarme alguna vez, mientras yo estaba aquí, pensando precisamente en él?
Malfoy entró a la ducha, pisando el charco de agua con sus zapatos. Ella quedó aprisionada contra la pared del fondo, mirando al chico con los ojos muy abiertos. Entonces, Malfoy empezó a cerrar la cortina tras él…
-Estás loco -susurró Hermione, pero solo un hilo de voz había escapado de su garganta.
-Quizás lo estoy -dijo él, ahora mirando sus labios fijamente, como hipnotizado por ellos.
Y no dijo nada más. En cambio, dio otro paso hacia ella, acercándole el rostro más y más…
Hermione sentía su fragancia, sentía esa presencia masculina tan imponente sobre ella, y no podía decir ni hacer nada. Estaba paralizada con su espalda contra la pared. Empezó a sentir la mano de Malfoy sobre su toalla, acariciándola a través de ella. Y algo dentro suyo, un impulso, le decía que lo alejara de su cuerpo, que lo empujara fuera de allí.
Pero había otra cosa, una especie de instinto salvaje, que quería que Malfoy la tocara más, que se acercara más aún…
Luna y Ginny cayeron sobre la cama, besándose con locura.
Ginny metía su lengua en la boca de la chica y la rozaba contra su interior, sintiendo la saliva de la chica en su boca, sintiendo el gusto de su lengua, de sus labios carnosos…
Le empezó a quitar la ropa. La túnica de Luna cayó al suelo. Ahora la chica de Ravenclaw estaba en sostén y calzón sobre la cama. Rápidamente, la lengua de Ginny empezó a recorrerle los pechos, por encima del sostén, mientras se los apretaba con la mano. Esos pechos perfectos, tan duros, firmes…
Luna inclinó la cabeza hacia atrás, permitiendo que Ginny le chupara el cuello. La abrazaba por la espalda, contra ella. Empezó a quitarle la túnica también, alzándola por encima de su cabeza…
El cabello rojo de Ginny, como fuego, caía sobre ella. Sus ojos se encontraban por momentos. Sus labios se rozaban, igual que sus piernas.
Ambas estaban en ropa interior ahora, una sobre la otra en la cama de Luna, rozándose la piel de todo el cuerpo, acariciándose…
Malfoy apretó a Hermione contra la pared. Su mano se cerró en su pecho, por arriba de la toalla, acariciándoselo, apretándolo…
La toalla de Hermione cayó al suelo, sobre el agua en el fondo de la ducha.
-Pensé que no vendrrrías…
La fiesta aún se oía de fondo. Pero Cedric se había apartado. Había ido él solo hacia aquel dormitorio de Hufflepuff donde habían acordado reunirse.
-Yo también lo pensé, por un momento… -admitió él.
Entonces, Cedric se acercó a Krum, lo rodeó en brazos y empezó a besarlo en los labios.
Los dos chicos se abrazaron y se besaron con pasión, uniendo sus cuerpos, sintiendo el aliento del otro en su boca…
-¡Ohh!
Ginny lanzó un gemidito. Luna le apretaba la vagina con la mano entera, masajeándole sus partes por arriba del calzón, jugando con sus dedos. Y ella sentía que se mojaba mientras tanto, más y más…
Malfoy chupaba los pezones de Hermione. Ella estaba totalmente desnuda, con los ojos cerrados, respirando muy agitada. Y él, encima de ella, completamente vestido, tocaba todo su cuerpo desnudo a su antojo…
Le acarició la vagina, le besó las tetas, le apretó el trasero con una mano…
Entonces, empezó a desvestirse él también. Se quitó los zapatos, se empezó a levantar la túnica, pasándosela por encima de la cabeza…
Krum cayó sobre la cama, boca arriba. Cedric se lanzó sobre él, mientras lo desvestía. Ambos se besaron sobre la cama, acariciando sus musculosos cuerpos, rozando sus penes entre sí por arriba de la ropa…
Luna ahora besaba la vagina de Ginny, por encima del calzón. Su lengua recorría todas sus partes, con locura. Ginny le acariciaba el cabello rubio. Luna corrió el calzón de Ginny y metió su lengua todo adentro de la raja…
El pene erecto de Krum se alzó en alto, y Cedric abrió la boca para metérselo dentro. Empezó a chupársela, con muchísimas ganas, sintiendo el gusto de esa verga de Durmstrang tan dura y firme, tan perfecta…
Malfoy empezó a embestir a Hermione contra la pared. El cuerpo de la chica golpeó el grifo, que se abrió.
El agua hirviendo cayó sobre ellos, mientras el pene de Malfoy se metía dentro suyo, mientras la sostenía del trasero con las dos manos, golpeándola contra la pared como una bestia salvaje, follándola duro.
-¡Ohhh! -dejó escapar Hermione, mordiéndose los labios-. ¡Ohhhhhh!
Malfoy empezó a ahorcarla, apretando su garganta con una mano, mientras la miraba con algo que parecía furia. La follaba más y más y más duro, penetrándola con fuerza contra esa pared, con el agua cayendo sobre ellos…
Krum se puso boca abajo. Cedric dirigió su pene a su ano y lo metió dentro.
Empezó a follarlo contra la cama, penetrándolo de forma anal mientras le acariciaba la musculosa espalda, mientras lo besaba por arriba de la piel, mientras lo abrazaba y lo penetraba con pasión…
Ginny y Luna estaban desnudas, una sobre la otra, sudando sobre la cama. Se besaban en los labios con total descontrol, sus piernas abiertas y sus vaginas juntas, rozándose entre sí. Tocaban las tetas de la otra, metían sus dedos en la vagina de la otra, apretaban el culo de la otra, sus lenguas chorreaban saliva sobre sus labios…
Malfoy le dio una nalgada a Hermione que resonó por todo el baño, haciendo eco. La penetró con más fuerza. Alzó una de sus piernas y la sostuvo en alto mientras su pene entraba y salía tan rápido de su coño como podía. No parecía sentir ningún tipo de cuidado por ella. Le daba duro, con fuerza, mientras su mano seguía apretándole el cuello, ahorcándola, no lo suficiente para que ella quedara sin aire, pero sí para que aquello se sintiera más y más duro; más peligroso…
Entonces acabó. Malfoy eyaculó dentro de ella, penetrándola sin cesar mientras Hermione sentía su semen disparándose dentro de ella.
Krum ahora penetraba a Cedric, que se había puesto en cuatro. Sus bolas golpeaban contra las de él, al ritmo de la penetración.
Ginny metió tres dedos enteros en el coño de Luna y los metió y sacó muy velozmente, de forma que los líquidos de la vagina de Luna chorrearon sobre la cama.
Malfoy se apartó de Hermione, el semen ahora saliendo de ella y chorreando por sus piernas, cayendo a sus pies en la ducha.
Se miraron a los ojos brevemente, ambos respirando con dificultad.
-Te dejaré tranquila -susurró Malfoy, en su oído-… para que termines de bañarte, linda.
Dicho eso, el chico recogió su ropa del suelo, apartó la cortina de un tirón y se marchó de allí.
