Capítulo 16. Confesiones
El sol del domingo salió, alumbrado todo Hogwarts con su brillo dorado. Los pájaros despertaron y empezaron a cantar. El Sauce Boxeador reventó a uno de ellos de un ramazo, lanzando plumas celestes por los aires.
Harry sentía como si a él también le hubieran dado una buena trompada en la cabeza. Un ruido molesto lo despertó, y aunque todavía no había abierto los ojos podía sentir el dolor en todo su cuerpo y una dureza bajo él que indicaba que no había dormido en su cama. Su cabeza estaba que estallaba y sus articulaciones se sentían doloridas. Sentía como si hubiera estado viajando en traslador durante horas sin aterrizar en ninguna parte y finalmente se hubiera dado contra un suelo duro y frío de cabeza. Tenía ganas de vomitar.
Abrió los ojos para descubrir qué era ese maldito ruido tan molesto, pero no lograba entender sus borrosos entornos. Empezó a tantear en el suelo con la mano hasta que encontró sus anteojos y se los puso. Recién entonces se dio cuenta de que había un montón de elfos domésticos a su alrededor correteando por todas partes, encendiendo máquinas y metiendo vajillas sucias en ellas para que se lavaran. Había otros amasando el pan, echando harina sobre las mesas, preparando litros y litros de café…
Alzó un poco la cabeza para comprender mejor ese caos a su alrededor: Estaba en las cocinas de Hogwarts, acostado en el suelo sobre una frazada improvisada que le tapaba el pecho desnudo hasta la mitad. A su lado, Pansy Parkinson se había robado la mayor parte de la misma frazada, subiéndola hasta su cuello, y respiraba lentamente dormida, despeinada y con el maquillaje corrido.
Entornando los ojos en medio de ese fuerte dolor de cabeza, Harry se incorporó un poco y se dio cuenta de que su cuerpo entero estaba desnudo bajo la frazada. A los elfos que correteaban a su alrededor no parecía importarles su presencia allí; simplemente iban y venían por la cocina, haciendo lo suyo, pasando por su lado. Si bien estaban en una parte subterránea del castillo, había unas pequeñas ventanitas cuadradas en lo alto, pegadas al techo, por las que entraba un débil rayo de sol. Era tan débil que Harry supuso que no debían ser más de las siete de la mañana.
Se volvió hacia Pansy y le sacudió el hombro con suavidad. La chica empezó a parpadear lentamente, aun medio dormida, y se llevó una mano a la cabeza. Se incorporó un poco, confundida, y al hacerlo la frazada se corrió, revelando sus pechos desnudos. Ella tardó unos segundos en darse cuenta de esto y entonces se tapó con la frazada otra vez. Se quedó mirando a Harry y se le formó una sonrisa en el rostro.
-¿Qué mierda hacemos durmiendo en el suelo de las cocinas? -dijo, dejando escapar una risita.
-¡Harry Potter! ¡Harry Potter, señor…!
Era Dobby. Se acercó correteando hacia ellos con una altísima pila de platos sucios que triplicaba su propia altura.
-¡Dobby! -dijo Harry-. ¿Cómo estás?
-¡Muy bien, señor Potter, muy bien! ¿Cómo están Harry Potter y su novia, la señorita Parkinson? ¿Cómo han dormido?
Harry quiso responderle, pero Dobby habló encima suyo a toda velocidad:
-¡Dobby los encontró en el suelo del cuarto detrás del Gran Salón anoche, señor, mientras Dobby hacía la limpieza nocturna que Dobby siempre hace de madrugada, señor! ¡Y Dobby pensó que no sería bueno para Harry Potter y su novia dormir desnudos en el suelo, porque podrían agarrar un resfriado…! ¡Así que Dobby los trajo aquí, señor, a las cocinas, donde no hace tanto frío porque algunos hornos quedan encendidos toda la noche…!
Siguió hablando a toda velocidad, sin dejarlo acotar nada:
-¡Dobby reparó la vajilla rota bajo la mesa de los profesores, señor Potter, así que no se preocupe! ¡Dobby ha dejado todo limpio y reluciente, y ha encontrado la ropa de los dos también, que les ha dejado aquí al lado lavada y planchada!
-No era necesario, Dobby…
-¡Dobby ha tardado mucho en encontrar el calzón de la señorita Parkinson, señor Potter, pero finalmente lo ha encontrado bajo la mesa de los profesores!
Pansy se mordió los dientes, incómoda.
-¡Dobby siente mucho no haberles podido ofrecer almohadas, señor Potter, pero es que se suponía que Dobby limpiara el Gran Salón anoche, y por lo tanto Dobby no tenía ropa de cama disponible, pero ha podido encontrar esta frazada…!
-Es mucho más de lo que tenías que hacer, Dobby. Muchísimas gracias, de verdad…
-¡Ni lo mencione, señor Potter! ¡Dobby irá a prepararles el desayuno de inmediato!
Se marchó antes de que pudieran disuadirlo de lo contrario. Harry y Pansy tomaron su ropa de la pila doblada a cada lado de ellos y se vistieron bajo la frazada, mientras Dobby corría por toda la cocina preparándoles el desayuno. Aunque aún no era la hora del desayuno para el resto de los alumnos, Dobby insistió en que tomaran uno allí en la cocina, llevándoles una bandeja enorme repleta de comida, té, café y jugo de naranja.
Harry y Pansy le agradecieron y empezaron a desayunar sentados allí en el piso, ya vestidos. Harry se dio cuenta de que moría de hambre. Esa Navidad tendría que regalarle a Dobby al menos una docena de calcetines.
Dobby se acercó a él y le habló al oído en voz más baja, de forma que solo él y Pansy lo oyeron:
-El señor Potter y la señorita Parkinson no deben preocuparse de que los elfos de las cocinas divulguen que estaban durmiendo juntos, señor. Los elfos no pueden hablar sobre los asuntos de los magos a menos que su amo, el profesor Dumbledore, los obligue, señor. Y el profesor Dumbledore nunca suele preguntarnos nada de nada, señor, porque dice que a él tampoco le interesan esos asuntos.
Harry y Pansy le sonrieron mientras bebían té y comían tocino. Entonces los demás elfos reprendieron a Dobby por no estar preparando el desayuno, y este volvió a su trabajo.
-Veo que ese elfo te adora -dijo Pansy, sonriente-. Qué suerte que lo tuvieras de amigo.
-Sí, Dobby es un gran amigo. Cuando no está encantando bludgers para que me asesinen, al menos.
-Pues esta noche se ha portado excelente con el señor Potter "y su novia" -bromeó Pansy, haciendo énfasis en el final de la frase mientras bebía su té.
Harry trató de que no se notara que se había ruborizado. Se quedó mirando su humeante taza de té, sonriendo.
-Ha sido una gran fiesta, ¿no crees? -comentó, para hacer conversación.
-¡Sí! Fue excelente. Lástima que acabó temprano.
-Es cierto.
-Lo bueno fue que tú no acabaste temprano…
Harry rió, nervioso. Pansy le acababa de guiñar un ojo, y provocó que se ruborizara aún más. Habían estado tanto tiempo haciéndolo la noche anterior que Harry imaginó que no habrían dormido más de dos o tres horas como máximo.
-¿Qué pasa, Harry? ¿Te estoy poniendo incómodo? -siguió bromeando la chica, riendo mientras comía croissants.
-Te aprovechas porque soy un tonto sin mucha experiencia -dijo Harry en voz baja.
-¿De verdad? ¿No tenías mucha experiencia? -dijo ella, mirándolo de lado mientras masticaba-. A mí me pareció que sí.
-No me mientas…
-¡No miento! Estuviste muy bien, de verdad.
-Muchas gracias, supongo. Tú también.
-No es que me importe, claro… -empezó a decir ella, peinándose con los dedos y mirando hacia otro lado-, pero, ¿con cuántas chicas habías estado antes…? Si es que quieres contarme, claro. No hay problema si no quieres.
-¿De verdad no lo sabes, Pansy? Todo el colegio lo sabe. Estuvieron hablando de eso todo el día de ayer.
-Sé que andaban diciendo que perdiste la virginidad con Hermione -dijo ella-. A eso te referías cuando me dijiste que todos se estaban burlando de ti, ¿verdad? Pero qué sé yo. La gente repite cualquier mierda que oye por ahí.
-Pues es cierto… Sí perdí la virginidad con Hermione hace unos días. Así que eso te convierte a ti en la segunda.
-Wow, qué privilegio -dijo ella, sonriendo de nuevo-. Realmente pareció que tenías más experiencia que eso.
Harry no pudo evitar sentir su ego inflado por el comentario de Pansy. Quizás la ayuda de Fred y George hubiera servido después de todo. El comentario no venía de parte de cualquier chica sino justamente de una que parecía tener mucha experiencia ella misma, lo que lo hacía aún mejor. Agradeció que Pansy no preguntó nada sobre Hermione ni hizo ningún comentario al respecto de ella, sino que se limitó a comer en silencio, sin decir más nada. Le gustó eso.
Entonces él aprovechó para preguntarle a ella:
-¿Y tú? Es decir, me contaste sobre tu vida ante de Hogwarts, pero, ¿qué me dices de aquí en el castillo?
Tuvo miedo de decirle que ella también parecía tener mucha experiencia, por si se tomaba mal el comentario.
-Sí, he tenido bastante experiencia aquí también -dijo ella, mirándolo a los ojos. Se quedó pensativa varios segundos antes de responder. -La verdad es que no sé por qué… Supongo que mi infancia ha tenido algo que ver. Desde hace tiempo que he estado buscando hacerlo con chicos, sobre todo mayores, cada vez que puedo. He estado con varios de sexto y de séptimo… He buscado formas más creativas de satisfacerme a mí misma, también, comprando varios objetos sexuales por catálogo de lechuzas.
A Harry le sorprendió la tranquilidad con la que Pansy hablaba de sexo, como si no tuviera nada de vergonzoso ni de incómodo para ella.
-A decir verdad, soy bastante puta -finalizó ella, asintiendo con la cabeza mientras bebía su té.
-¡No digas eso! -dijo él, sorprendido por el comentario. Ella reía, así que él también lo hizo.
-Me da igual -Pansy se encogió de hombros-. Supongo que no soy el tipo de chica con la que se pondría "de novio" el gran Harry Potter, ¿verdad?
-Yo no pienso eso -dijo él de inmediato-. Y no soy ningún "gran" Harry Potter.
-Qué modesto -se burló ella-. Pero sí. Tengo bastante experiencia, no te lo negaré.
Harry quería preguntar más. Mientras continuaba desayunando, se preguntó si ella le permitiría hacerlo. Finalmente decidió intentar:
-¿Has estado con alguien que yo conozca? Solo por curiosidad. Entiendo si no quieres…
-Hace unos días estuve con Draco Malfoy -reveló ella con total tranquilidad, sin inmutarse.
Harry, en cambio, sintió como si le hubieran arrojado un cubo de hielo dentro de la camisa.
-¿De… de verdad? -preguntó, tratando de fingir naturalidad.
-Sí, el idiota pensó que yo estaba loca por él y vino a pedirme perder la virginidad conmigo -dijo ella muy tranquila, untándose una tostada-. Lo que no es cierto, jamás he estado loca por él. Pero sí me parecía lindo. Al principio no iba a aceptar, porque sentí que me estaba tratando de puta. Pero luego decidí aceptar… porque bueno, ya sabes, sí soy puta.
Volvió a reír y Harry le siguió el juego, aunque por dentro tenía muchas sensaciones encontradas.
¿O sea que Malfoy le pidió a Pansy perder la virginidad con ella? ¿Por qué haría eso, solo unos días antes de acudir con Hermione a la fiesta de Hufflepuff como pareja…?
Algo en la mirada de Pansy le indicó que la chica estaba usando esa extraña habilidad que parecía tener para leerle la mente.
-Harry, no he sido honesta contigo… -reveló entonces, respirando hondo y poniéndose seria.
-¿A qué te refieres?
-Lamento no habértelo dicho antes, pero es que esta es la primera vez que hablamos tranquilos, ¿no es así? Si dejamos de lado lo de ayer en el arbusto, donde había cosas más urgentes de qué preocuparse.
Harry la miró de lleno, expectante. Pansy giró sus ojos negros y los fijó en él. Entonces dijo:
-Malfoy está planeando algo contra ti.
-Bueno, pues… No es que me sorprenda -dijo Harry, alzando las cejas-. Malfoy siempre está planeando algo contra mí.
-Sí, pero esto es algo más grande, Harry... No sé qué es, pero yo que tú me preocuparía.
-De acuerdo… -Harry se rascó el mentón pensativo-. ¿Qué sabes al respecto?
Entonces Pansy le contó su historia:
-Hace unos días, como te decía, se apareció para pedirme si podía enseñarle a coger. Ayudarlo a perder la virginidad… Como te dije, yo decidí aceptar. Entonces me hizo ir a su dormitorio, donde se apareció con Montague… un chico de sexto, que al parecer estaba actuando como si fuera su profesor de sexo o algo así. Malfoy parecía muy interesado en aprender a hacerlo. Yo solo sería el objeto de prueba, la chica fácil que se ofreció para que le aplicaran las instrucciones de Montague…
"Al principio jodí un poco con él, para tomarle el pelo. Él cree que soy sangre pura, así que me inventé la historia de que le había cortado los testículos a no sé qué pariente mío con no sé qué daga de mi abuela sangre pura, o alguna estupidez así, y que los tenía guardados en un frasco en mi habitación. Quería intimidarlo, que me tuviera miedo. Solo estaba divirtiéndome con él…
"Entonces ese Montague empezó a decirle dónde tenía que besarme y tocarme. Me pareció malísimo. Era como si yo solo fuera un objeto sexual que habían llamado allí para que Malfoy practicara. De todas formas, él dijo esto, si no recuerdo mal… Dijo: 'Tengo que aprender a tener sexo como parte de un plan. Un plan que hará caer a varios Gryffindor'… Pensándolo luego, se me ocurrió que debían de ser tú y tus amigos, porque él siempre ha estado obsesionado contigo.
"Y luego, mientras ellos seguían hablando, dijeron que Malfoy tenía que aprender a hacerlo de tal forma y tal otra… porque, según dijo Montague: 'con esta otra chica tendrás que hacerlo así'. Eso dijo. Es decir que Malfoy quería aprender conmigo para luego aplicarlo con alguien más. Con otra chica. No dijeron quién. Y eso sería parte de su plan.
Harry oía con atención, pensando detenidamente en la información de Pansy.
-¿Dijeron cuáles eran esas formas en las que tendría que hacerlo con la otra chica? -le preguntó.
-Sí, dijeron que tendría que usar juegos previos con ella, porque yo dije que a mí no me gustan.
Harry seguía pensando al respecto, mientras asentía lentamente.
-¿Se te ocurre de qué podían estar hablando? -preguntó Pansy.
-No, no tengo idea de qué estará tramando -dijo Harry, que no salía de su ensimismamiento-. Pero se me ocurre quién es la chica… Tú también los viste juntos, ayer.
-Hermione -dijo Pansy entonces.
-¿Por qué dices que tiene un plan contra mí?
-No, él no dijo que fuera contra ti, eso fue solo lo que yo supuse. Podría ser contra otros Gryffindor. Pero hay más: El otro día, mi amiga me dijo que Malfoy perdió la cabeza en la sala común. Empezó a romper cosas, furioso, y a gritar que él haría a Slytherin "grande de nuevo". Dijo que se comparó a sí mismo con Voldemort, diciendo que él haría que Slytherin volviera a ser lo que fue en las épocas en que Voldemort estudiaba aquí.
-Mierda… -dijo Harry, frunciendo el ceño.
¿Estaba Malfoy usando a Hermione como parte de algún plan siniestro en ese mismo momento, mientras ellos hablaban? ¿Se habría acostado ya con ella, aplicando lo enseñado por Montague? ¿Y qué estaba planeando? ¿Qué cosa quería lograr acostándose con Hermione que fuera a hacer caer a varios Gryffindor, y que fuera algo que Voldemort hubiera hecho en sus épocas de Hogwarts?
Era demasiado extraño y confuso. Y peligroso… Sobre todo, porque Hermione estaba involucrada. Y ella era la persona con más probabilidades de ser uno de esos Gryffindor que Malfoy quería hacer caer... ¿Acaso por ser hija de muggles? Si tenía algo que ver con Voldemort, era posible que fuera por eso…
Tenía que advertirle. Pero no podía acercarse a ella. No podía hablarle. No podía mirarla a la cara luego de lo ocurrido. No podía olvidar la incomodidad del momento de la noche anterior, cuando ambos se cruzaron en las mazmorras…
Pero Harry estaba preocupado. Sentía una señal de alarma. La noche anterior Malfoy había ido a la fiesta con Hermione como pareja. Y si lo de Pansy había ocurrido unos días antes, ¿cuánto le faltaría para lograr su plan? ¿Y cuál era su plan? ¿Qué estaba pensando hacer? Fuera lo que fuera, no era nada bueno. Y Hermione había ido con él a la fiesta, lo que quería decir que ella estaba cayendo directo en la trampa.
Porque claro, estaba loca por él.
-Te diré algo -agregó Pansy, que parecía leerle la mente otra vez-, como mujer con experiencia que soy: Si Malfoy quiere cogerse a Hermione como parte de un plan, hay dos opciones posibles: Una sería que quisiera hacerlo para cumplir una apuesta, o alguna pendejada así, donde solo importa decirle a alguien más que lo logró y ya. Pero, en ese caso, no le habría importado aprender a follar de tal forma o tal otra. Mucho menos todo eso de los juegos previos. Lo que nos lleva a la segunda opción y la más peligrosa: que quiera enamorarla. Ahí sí que estará jodida.
El miedo de Harry continuó en aumento. Pansy tenía toda la razón…
-Deberías hablar con ella.
-Sí, quizás debería… Pero es complicado.
-Lo entiendo. Primero perdieron la virginidad juntos, pero luego ella fue a esa fiesta con él. Supongo que ella y tú ya no salen juntos, ¿verdad?
-Nunca hemos salido juntos -explicó Harry-. Acordamos hacerlo como amigos. Pero luego ella supo que toda la escuela se enteró del tema y se enojó. Y tuvo razón, claro. Fui un idiota en dejar que se corriera el rumor.
-No lo creo -Pansy negó con la cabeza-. Este castillo es un puterío. No puedes mantener un secreto aquí. Dudo que haya sido tu culpa.
Harry sintió una oleada de calidez hacia Pansy.
-Pero no sé cómo hacerlo. No sé cómo explicarle que Malfoy la está engañando…
-Mmm… Será difícil, Harry. Todo dependerá de qué tan engañada esté, de qué tan loca esté por él y de qué tanta confianza aún te tenga a ti como su mejor amigo. Si él no ha logrado enamorarla aún, entonces aún hay tiempo. Pero si él consigue engañarla por completo y hacer que la pobre acabe loca por él… entonces jamás te escuchará. Se negará a ver la verdad. No podrás hacer nada para que te crea.
Harry empezaba a desesperarse.
-Necesitas hablar con ella rápido y, sobre todo, usando una buena estrategia.
-Una buena estrategia… Debo ser sincero, ¿verdad?
-No, Harry. Precisamente, no debes ser sincero.
-¿Cómo?
-No necesitas ser sincero con ella en este momento. Ya tienes su confianza, porque te la has ganado siendo su mejor amigo por años. Una tonta pelea no la hará olvidar eso. Eso ya lo tienes y debes usarlo, a tu favor. Lo que te falta a ti es el poder de convencimiento. Estás tratando de lograr algo muy difícil, recuérdalo: convencerla de que está equivocada. Y tienes otra cosa en contra: que ella está enojada contigo. Necesitarás usar todas tus mejores cartas. No puedes ir con la verdad y nada más. No será suficiente. No querrá saber nada.
-Es cierto… jamás querrá oírme -se lamentó él.
-Miéntele, Harry. En especial si hay otras cosas malas que ella no sabe. No le digas nada que pueda jugarte en contra. No es el momento para sincerarte con ella sobre nada. Es el momento para decirle cualquier cosa, lo que sea necesario, para que se aleje de Malfoy. Tú sabes, dentro tuyo, que la estarás ayudando. Sabes que estarás haciendo algo bueno por ella al alejarla de él. Así que olvídate de los remordimientos de conciencia. Invéntate la mentira más grande que puedas para lograr que salga de sus garras. Cuando deje de tener la cabeza manipulada por él, ya habrá tiempo para ser un chico bueno y explicárselo todo.
-Pero, ¿qué puedo decirle?
-No lo sé, Harry, cualquier cosa. Dile que lo oíste hablar de ella con sus amigos y decir que solo quería cogérsela por diversión, pero que piensa que es horrible y que besa fatal. O que lo oíste decir que tenía un plan para lastimarla, pero dile que tú mismo lo oíste. Porque, si le dices que yo te dije, jamás lo creerá. Y, si puedes, inventa también los detalles del plan. Será mucho mejor que si solo le dices que Malfoy trama algo, pero que no sabes qué.
Harry sentía que su cabeza explotaría en cualquier momento. No sabía qué hacer. No sabía mentir, pero Pansy tenía razón. Tenía que inventarse algo grande y engañar a Hermione.
Ya había probado la verdad y no había funcionado. Había probado el camino de ser el tonto amigo que la ayudaba a perder la virginidad para que luego estuviera con el chico que la volvía loca de verdad. Y ahora ese chico había resultado ser el hijo de puta que siempre pareció ser pero que ella no había querido ver.
Y ahora ella estaba a su merced, lista para que él hiciera lo que sea que tuviera pensado hacer con ella.
No… Pansy tenía razón. No era el momento de seguir siendo el amigo tonto y honesto. No si quería ayudarla de verdad.
Había llegado el momento de aplicar el plan de Pansy. Había llegado el momento de ir a ver a Hermione. Pero jugando sucio, igual que Malfoy.
…
La estuvo buscando todo el día, pero nunca dio con ella. Llegó la hora de la cena y aun no la encontraba por ningún lado. La buscó en la biblioteca, en la sala común de Gryffindor y por los terrenos exteriores. Temía verla tomando sol con Malfoy a orillas del lago, pero eso no pasó tampoco.
Finalmente, cuando estaba por darse por vencido, la vio. Él venía caminando solo por un pasillo del cuarto piso cuando la vio aparecer ante él, también sola.
Y ella también lo vio.
No había nadie más en ese pasillo. Él venía caminando por uno de los extremos y ella por el otro. Al principio pensó que Hermione cambiaría de rumbo y querría volver por donde había venido, pero sorprendentemente no fue así. La chica siguió caminando hacia él.
Harry se puso más nervioso de lo que hubiera estado en mucho tiempo. Se preparó para detenerla, porque estaba seguro de que ella querría esquivarlo y pasarle de largo, tal como había hecho la noche anterior.
Pero se equivocó una vez más. Hermione se detuvo ante él y se lo quedó mirando, seria.
-Hermione… -dijo Harry, con la voz temblando por los nervios-. Ho… Hola.
-Hola, Harry. Te estaba buscando.
Harry no pudo ocultar su expresión de asombro.
-¿De verdad…?
-Necesito hablar contigo.
La frialdad con la que Hermione dijo aquello hubiera resultado brutal de no ser por la sorpresa de su comentario. ¿Ella lo estaba buscando también? ¿Quería hablar con él?
-Sí… sí, claro -Harry miró alrededor-. ¿Quieres que vayamos a…?
-No, está bien aquí -lo cortó ella-. Seré rápida. Mira, necesito un favor.
Harry no salía de la sorpresa. Pero asintió, sin poder ocultar lo contento que lo ponía que Hermione quisiera hablarle.
-Claro, Hermione. Lo que sea. Solo pídelo. Cualquier cosa, lo que necesites…
-Necesito que me prestes mil galleons.
Se hizo un silencio. Aquello le sonó a Harry como una broma, e incluso tuvo la absurda idea de que Hermione empezaría a reír en cualquier momento, aunque parecía imposible que esa expresión fría y seria pudiera esbozar una sonrisa en aquel momento.
-¿Hablas en serio? -le preguntó finalmente, frunciendo el ceño.
-Sí, es en serio. No conozco a nadie más que tenga esa clase de oro y pensé que tú podrías prestármelo, ya que tienes la pequeña fortuna heredada de tus padres… -Hermione pareció darse cuenta de cómo sonaba aquello, porque aflojó un poco el semblante y agregó: -No te lo pediría si no fuera importante.
-Sí, me imagino… Pero, ¿puedo preguntarte para qué necesitas mil galleons?
Harry estaba desconcertado. Al principio pensó que Hermione quería ayuda porque Malfoy finalmente le habría hecho algo malo, pero ahora solo sentía una gran confusión.
Hermione tenía todo el aspecto de no querer responder a esa pregunta. Pero pareció decidir que no tenía opción, y entonces dijo:
-Para pagar la operación de un elfo doméstico que está muriendo.
Harry arrugó aún más la frente. Hermione revoleó los ojos, con exasperación. Se notaba que no quería estar allí pidiéndole eso, y que moría ganas de librarse de la situación.
-Mira, Harry, sé que no te importan estas cosas tanto como a mí, pero…
-¿Qué no me importan los elfos domésticos? Claro que me importan.
-Entonces, ¿me ayudarás?
-No tengo problemas en ayudar a cualquier elfo doméstico, solo me llama la atención que necesites mil galleons.
-No quieres dármelos. De acuerdo, lo entiendo. No te preocupes. No debí pedirte nada en primer lugar.
Hermione se dio la vuelta y empezó a alejarse, pero Harry la alcanzó de una corrida.
-¡Hermione, espera! Espera un minuto…
Ella se volvió, aun más fría que antes.
-Hermione… Ya deja de mirarme así. ¿Podemos hablar bien, tú y yo…?
-No tengo nada más que hablar contigo, Harry. Solo quería pedirte ese favor…
-¿Malfoy tiene algo que ver con este elfo doméstico?
-¿Por qué lo preguntas?
Recuérdalo, Harry, dijo la voz de Pansy en su cabeza. ¡No seas honesto! ¡Miéntele!
Respiró hondo, la miró a los ojos y dijo:
-Malfoy está planeando algo malo contra ti.
Hermione lo miró con una horrible mezcla de escepticismo y lástima.
-¿Qué estupideces son esas?
¡Miéntele!, decía la voz de Pansy. ¡Dile que lo oíste decir que solo se estaba acostando con ella por una tonta apuesta sobre cogerse chicas hijas de muggles!
Pero la mentira no parecía salir de su garganta.
-Me consta que está tramando algo contra ti -le dijo en su lugar-. Y quizás contra mí, o Ron. No sé… Pero está planeando algo.
-No seas estúpido, Harry. Malfoy no me ha hecho absolutamente nada de malo. ¿De dónde sacaste eso?
Quería mentirle, pero no pudo. No podía mirarla a esos hermosos ojos castaños y mentirle. Tenía que decirle la verdad.
-Pansy Parkinson lo oyó decir que solo quiere acostarse contigo como parte de un plan… Algo que está tramando para hacer "caer a varios Gryffindor". Esas fueron sus palabras.
La expresión de Hermione se transformó y hasta pareció que esta vez sí iba a reír.
-¿Pansy Parkinson?
-Malfoy anduvo diciendo por la sala común de Slytherin que quiere hacer "algo grande como Voldemort en sus épocas de Hogwarts", y que su plan incluye engañarte a ti.
-Y todo eso lo dijo Pansy Parkinson, ¿verdad? Wow… Harry… Pensé que eras más inteligente, de verdad.
-¿Por qué lo dices?
-¡Estamos hablando de Pansy Parkinson! ¿Cómo puedes creerle semejante idiotez? ¿Acaso te dijo cuál era este supuesto plan, Harry?
-No, no lo oyó. Pero me parece más que suficiente para…
-Harry, te vi anoche con ella -Hermione sacudió su pelo castaño con exasperación-. En la fiesta. Y lo entiendo. Están saliendo juntos. Me gustaría decirte que me alegro por ti, pero no es así. No me alegra que estés saliendo con alguien como Pansy Parkinson. No es confiable. ¿Acaso olvidas cuando publicaron ese artículo en Corazón de Bruja y ella andaba riéndose de nosotros en la clase de Snape? ¿Cómo puedes creerle…?
-Te recuerdo, Hermione, que Malfoy era otro de los que se reían de nosotros cuando pasó eso.
-¡Solo porque no era capaz de expresar sus verdaderos sentimientos!
Harry revoleó los ojos, frustrado. Ella estalló contra él:
-¡No pensabas esto al principio, cuando te conté lo que me pasaba por él! ¡Dijiste que me entendías y que me ayudarías! ¿Qué pasó con eso?
Hermione lloraba. Harry sintió como si le clavaran un puñal directo en el corazón. No pudo controlarse. Empezó a gritar él también:
-¡Yo no sabía que Malfoy quería tramar algo oscuro para hacerte daño! -le gritó, sintiendo que su ritmo cardíaco se aceleraba y su rostro se encendía.
-¡¿Te oyes a ti mismo?! -dijo ella, entre lágrimas-. "Algo oscuro para hacerte daño…" ¿Y qué se supone que sea eso? ¡Ni la misma Pansy lo sabe!
-Tú eres la que me acaba de pedir mil galleons, Hermione, ¡y tiene toda la pinta de que Malfoy tiene algo que ver con eso también!
-¿Sabes qué? -dijo ella, enfurecida y temblando de pies a cabeza-. Sí, tienes razón... Sí que tiene algo que ver. Su elfo doméstico está muriendo y él quiere salvarlo. No puede hacerlo porque todo el oro que tiene se lo da su padre, y este se niega a pagar esa costosa operación porque dice que sale mucho más barato comprar un nuevo elfo doméstico. Como si fuera una cosa, no un ser vivo. Porque no tiene corazón. Pero Draco sí que lo tiene. Él no es como su padre. Está destruido. No puede soportar la idea de que dejen morir a ese elfo… ¡Pero tú no lo entenderías, Harry, porque tú tampoco tienes corazón!
-¡Hermione, él te está mintiendo! ¡A Malfoy no le importa la muerte de un elfo doméstico! ¡Ese elfo ni siquiera debe existir! ¡Su elfo doméstico era Dobby y está perfectamente sano, lo he visto esta misma mañana...!
-No se trata de Dobby. Se trata de otro, llamado Ralph, uno mucho mayor que su familia tuvo por años también. Draco era muy unido a él de pequeño…
-...Y entonces necesita que tú le consigas mil galleons para salvarlo, ¿verdad?
-Él no me ha pedido que le consiga el oro. Yo misma he pensado en preguntarte a ti, porque mañana es el último día en que podrían operarlo. Si no le hacen la operación, morirá. Draco no me pidió nada, ni tiene esperanzas tampoco… Está resignado. Piensa que no habrá forma de salvarlo.
Harry negaba con la cabeza.
-Hermione, si confías en mí, si confías en la amistad que hemos tenido durante todos estos años… debes creerme. Pansy estaba convencida de lo que oyó: Malfoy trama algo. Algo malo. Y solo está usándote para conseguirlo.
Hermione se acercó a Harry para mirarlo de cerca a los ojos. Ya no lloraba, pero su rostro estaba enrojecido.
-Si tú crees en mí, Harry, entonces confía en lo que te digo: es Pansy Parkinson la que está mintiendo. ¿Sabes cómo lo sé? Porque Draco me ha contado que está loca por él y que siempre lo estuvo. Déjame adivinar: te habrá dicho que lo único importante aquí es que yo me separe de Draco, ¿verdad? Te habrá dicho que debías convencerme de que Draco es malo para mí y que tengo que dejarlo, cueste lo que cueste…
Harry no dijo nada. Hermione parecía estar repitiéndole exactamente lo que Pansy le había dicho esa mañana.
-Harry, lo entiendo. Nunca fuiste bueno con las chicas. Pero Pansy es la que te está engañando a ti. Lamento decirte esto, pero no le interesas. Es ella la que está usándote a ti, y yo sí que puedo decirte para qué. Yo sí que puedo decirte exactamente cuál es su plan: separarme de Draco, porque lo quiere para ella.
-No, Hermione… De verdad que no…
-Te ha engañado, Harry -dijo Hermione, con una expresión más suave-. Sé que debes estar convencido de que lo que te dijo es cierto... Pero no te preocupes, yo estoy bien. Me preocupa que seas tú el que está cayendo en una trampa. De verdad lamento que, de todas las chicas en Hogwarts, hayas terminado con alguien como Pansy Parkinson.
Harry respiró hondo, sintiéndose derrotado.
-Y yo lamento que hayas terminado con Draco Malfoy, Hermione.
Se quedaron en silencio, mirándose fijamente, hasta que Hermione se limpió la cara con la manga, le sonrió de forma triste y dijo:
-Supongo que no tenemos nada más que decirnos, entonces.
Hermione se dio la vuelta para marcharse. Harry se quedó allí, observándola alejarse, de espaldas a él… y entonces gritó:
-¡Hermione, espera!
Ella se detuvo.
-Hay algo que tengo que saber.
Ella se volvió, en silencio.
-¿Era Malfoy el que te espió…ya sabes, en las duchas?
Ella asintió lentamente.
-¿Y cómo lo sabes?
Ella se encogió de hombros y dijo:
-Porque me lo dijo.
Harry sintió que las piezas encajaban en el rompecabezas de su mente. Desde luego, no sabía cómo Malfoy se había enterado de eso… ¿Había sido invisible él también? ¿Los había oído hablar aquella noche, en el aula del quinto piso?
-Tengo pruebas, Hermione… Pruebas de que te ha mentido.
Ella entrecerró los ojos.
-¿Ah, sí? ¿Y cuáles son esas pruebas, Harry?
Harry se acercó a ella con valentía, la valentía que lo caracterizaba siendo todo un Gryffindor, y se posó serio delante de ella otra vez.
-Tú dijiste: "¿hay alguien ahí?" -empezó a relatar Harry-. Y luego te vestiste. Entonces saliste de la ducha, ya vestida, y te dirigiste a la ducha de al lado, que tenía la cortina abierta. Apareciste allí y dijiste: "supe que había alguien aquí desde que vi esta cortina correrse". Luego dijiste: "¿estabas tratando de espiarme mientras me baño, asqueroso pervertido?". Y apuntaste a la persona invisible con tu varita…
Los ojos de Hermione se abrieron de par en par.
-Y entonces la persona pasó corriendo por tu lado, empujándote para pasar, aun invisible -siguió Harry-. Tú lanzaste muchos maleficios aturdidores, pero ninguno le dio. Y él huyó sin contraatacar, por la sala común de Gryffindor, saltando los sofás, y hasta el retrato de la Dama Gorda… Sé todo esto, Hermione, porque no fue Malfoy el que te espió esa noche. Te ha mentido…
El pecho de Hermione se hinchaba con la respiración acelerada. Se miraron a los ojos intensamente.
-…El que te estaba espiando era yo.
