Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.
Gracias por leer y nos veremos después.
Aunque dice que se llama "Amantes" aun no se insinúa nada, es hasta la continuación de este drabble. Tómenlo en cuenta.
Actualmente estaba en la cúspide de su carrera. Su empresa de seguridad privada estaba creciendo a pasos agigantados, su familia estaba feliz y plena, su esposo era el modelo más codiciado y mejor pagado de todo el archipiélago además que en palabras propias era el hombre más sexy que hubiera visto o conocido antes.
Con solo treinta años era un empresario exitoso, pleno y lleno de aspiraciones y metas que deseaba alcanzar sin importar a quien deba superar, a quien deba eliminar o aplastar para conseguirlo.
Era un hombre egoísta, lleno de confianza de sí mismo. Su ego era tan grande como lo era actualmente su fortuna.
Definitivamente nada podía faltarle en su perfecta vida.
Hasta que lo conoció a él.
"Mi nombre es Sakurai Ryou, Aomine-san. A partir de hoy seré su nuevo secretario y asistente personal" el pequeño y delicado castaño quien vestía únicamente con un amplio suéter blanco, unos jeans azules y un par de botas cafés no hacían otra cosa que acentuar su marcado y menudo cuerpo le veía con sus enormes y brillantes ojos cafés, el bajito hizo una reverencia a su persona y después continuo "cuide de mi Aomine-san"
La mente de Aomine Daiki estaba en blanco. No supo cuánto tiempo se mantuvo callado hasta que su nuevo asistente volvió a hablar.
"¿Aomine-san? ¿Está bien? ¿Quiere un café o algo? ¿Quiere que vaya por Imayoshi-san?" la mención de su vice presidente lo despertó de su trance.
"No, no es necesario... yo" guardo silencio "puedes retirarte, Sakurai. Mañana empezarás con tus nuevas labores" quería al castaño lejos de él. Al menos por ese día.
Su mente era un caos total. Quería al menos aclarar sus recientes ideas.
"Pero Imayoshi-san dijo que..."
"No... no importa lo que haya dicho el cara de zorro, yo... hablare con el después, obedece a tu jefe"
El castaño aunque extrañado asintió en silencio y se retiró de la enorme oficina. Aomine suspiro luego de saberse solo, vaya que eso había sido una horrible primera impresión.
Definitivamente tenía que hablar con el cara de zorro de su vice presidente.
-Yo digo que estas exagerando- opinó Imayoshi sentado frente Aomine quien gruño molesto -vamos Aomine. ¿Qué tiene de malo que un lindo doncel como Sakurai Ryou trabaje para ti como secretario? Además, debes admitir que estas apurado en conseguir alguien que te ayude con la empresa- el moreno chisto molesto.
-El problema, cara de zorro, es que es un estudiante de universidad. Además de menor de edad ¿en que estabas pensando cuando lo contrataste para mí?- se quejó el moreno.
-Mmm- exclamo Shoichi -de lo que estoy seguro es que no estaba pensando con la cabeza de arriba- Aomine palideció.
-Dime por favor que no dijiste eso, Imayoshi-
-Bueno, tengo mis necesidades y Susa aun no regresa de su viaje de negocios y-
-¡Okey, ya cállate maldito pedófilo!- grito Aomine -le diré a Susa de esto y estoy seguro que te pedirá el divorcio-
Shoichi sonrió burlón -¿de quién crees que aprendí esas mañas?- Daiki estaba impresionado.
Ese par era un caso perdido.
Pero en algo tenía razón el cara de zorro, ese niño, ese lindo angelito lograba excitar a quien le viera de manera involuntaria.
Y resulta que él lo quería solo para si mismo.
Vaya problema en la que se metió Aomine Daiki.
