Hola a todos, aquí les traigo otro cap. Espero que les guste el como van a avanzar las cosas. Como ya lo vieron, esta es una ligera AU de Ocarina of Time, por lo que varias cosas tendrán cambios. Todo tiene una razón de ser, así que espero que me sean pacientes y verán que todo tiene sentido más adelante.


Capítulo 27

El Peligro del Volcán

El despertar fue tranquilo. Un día más para ella. Otro donde debe ponerse a pensar en lo que sería su día a día para poder hallar la manera de poder liberar a Hyrule de las garras de Ganondorf.

Zelda abrió los ojos y sentía que la comodidad en la que estaba. Miró el lugar donde se había quedado dormida y se llevó con la sorpresa de que estaba a solo unos centímetros de la cara de Link, quien se veía muy tranquilo en sus sueños.

La Princesa de Hyrule se quedó helada por unos segundos. Pero eso bastó para que ella esté a punto de dar un grito por la sorpresa, solo para…

-¡Sssssssssssssshhhhh! No lo despiertes. – Oyó una voz a su lado, alzó la mirada y notó que era Navi. – Deja que duerma.

-Pero… - Lo tenía tan cerca. Eso no era bueno para ella.

-Ha pasado tiempo desde que no lo veo tan tranquilo al dormir. – El hada voló para estar sobre la cabeza de Link. – Es bueno ver que está relajado. Más con lo de ayer y la revelación de sus padres.

Es verdad. Ayer Link supo de sus padres. Y ella se estaba quejando de su vida, que lo olvidó. Se sintió mal de inmediato.

-No te sientas mal. Apuesto que lo olvidó. – Navi parecía leerle la mente. O estaba siendo muy transparente. –Se te nota menos tensa por alguna razón.

-… Digamos que solté muchas cosas el día de ayer. Y eso me ayudó mucho. – Zelda no iba a comentar que peleó con su madre. Eso estaría muy mal vistió. – Solo eso…

-Mmmm. Ok. Te creo – Navi no iba a indagar más en lo que Zelda desea decirle y lo que no. – Pero a su vez, creo que hablar con Link ayudó.

Es verdad. Lo hizo. Ayudó a ver que eran un desastre. Eran solo pedazos unidos por la culpa que sentían. Piezas de un juego del Destino del que jamás desearon ser parte. Un destino que ella…

-… Dime la verdad Navi. ¿Crees que…?

-Si me preguntas que si creo que podemos ganar. No lo sé. – Navi miró la salida de la casa, se oía ya el bullicio de la gente que despertó. – Sería muy optimista decir que sí, cuando sabemos que Ganondorf tiene mucho poder. Pero hay una oportunidad. Es la única que tenemos y la debemos de tomar.

Zelda asintió. Se giró para estar boca arriba y ver el techo de la pequeña casa. Ayer fue un caos de emociones para ella. Un caos de pensamientos.

No solo había peleado con su madre, soltando el rencor que había estado guardando años, sino que actuó como una desquiciada que nada le importaba. Le gritó a las Diosas…. Agh, sentía que un rayo sobre su persona sería la misericordia máxima.

-Zelda. – Navi la llamó y la princesa la pasó a ver. - ¿Qué es lo que tienes aquí?

Navi estaba sobre los apuntes que la chica había traído. Haciendo que la joven simplemente alce la cabeza. Se ponga de pie con algo de pesar, dado que sintió mucho frío por una razón.

-Es un mapa donde trato de identificar lo que serían los dos Templos que quedan. Sabemos que la Montaña de la Muerte es uno y que el otro yace en el Lago Hylia. Pero a su vez, no sé dónde pueden estar los demás. Puede que tarde un tiempo si es que no tengo más pistas.

-¿Y dónde las hallarías?

-Lo más probable, es que sea en Kakariko. Pero acercarse ahí es peligroso en estos momentos. Dado que el lugar entero está vigilado por hombres de Ganondorf. Y no solo ello, también están esos Bokoblins. También serán un problema.

-Ugh, es verdad. – Navi recordó a esas cosas y lo molestas que eran. – Por el momento, tratemos de hacernos con los Templos que conocemos y eso sería muy útil para nosotros.

Zelda le dio la razón al hada. Tienen que centrarse en eso y…

De la nada, ella y siente que el pueblo entero vivió un temblor que nadie más esperó.

-¿¡Que pasa!? – Link se despertó de golpe, casi cayéndose por la fuerza del Temblor.

Zelda no se aferró bien a lo que tenía cerca y casi se cae, de no ser por Link quien la atrapó y la tuvo en sus brazos hasta que el terremoto se detuvo al fin.

-¿Qué fue eso? – Navi habló desde la cabeza de Link, aferrada a su cabello por el miedo que sintió. – Fue… horrible.

-No lo sé. Pero dudo que sea algo que podamos averiguar, si nos quedamos aquí. – fueron las palabras de Link, al mismo tiempo que… - Zelda, ¿Te puedes poner de pie?

-Oh, si. – Zelda maldijo por lo bajo el no haberse movido. Estas emociones no la van a ayudar.

La princesa se separó de Link con lentitud, haciendo que Navi la viera con duda. Algo había cambiado en la princesa y eso lo iba a averiguar, quieran o no.

-Vístanse. Iré afuera a ver que pasa. – Navi salió volando en dirección del exterior para poder saber si había gente que estaba lista para lo que se venía.

Link y Zelda se pusieron de pie y fueron por sus cosas, a la vez que…

-… Tengo el presentimiento de que ese no fue un terremoto común.

-Igual. Eso jamás había pasado en mis años en este Bosque. Quizás el Brote Deku sepa algo.

Zelda asintió. Era una fuerte posibilidad y deben de moverse. No había tiempo que perder.


Ya una vez lo dos fuera, listos para saber que pasaba, pudieron ver a la gente que estaba en el pueblo, amontonada en un punto. Asustada por lo que acababa de pasar.

-Ah, al fin llegan. – Diana los miró y no hizo ningún comentario del porque habían llegado juntos, dado que estaba muy preocupada por la situación en la que estaban. – La reina está tratando de calmar a la gente. Pero no está segura de lo que pasó.

Zelda se tensó… es verdad, debe de ver a su madre y no será cosa sencilla dado el como se trataron el día de ayer.

La princesa caminó para ir con ella, siendo seguida por Link, que parecía su fiel guardián por alguna razón.

Selene estaba hablando con Beth para saber que pudo haber ocasionado, solo para ver a su hija acercarse con Link.

-Zelda…

-Madre, ¿Ha habido algún herido? – El tono que usó, la lastimó un poco. Muy formal.

-No. Solo fue un susto. Pero el cielo se ha visto cubierto por un extraño humo negro.

Alzaron la vista y pudieron ver que, en efecto, el cielo estaba siendo cubierto por un humo negro.

-… Hollín. – Zelda intuía que era que estaba allá arriba. – Y eso solo se genera cuando un volcán está en proceso de hacer erupción.

-Pero el único volcán cercano es…. – Selene abrió los ojos al entenderlo. – La Montaña de la Muerte.

Zelda asintió. Ganondorf debe de saber lo que pasó aquí. Y sabe muy bien que su acción bien puede ser una clase venganza por lo pasó. O también una manera de demostrar su poder. Ya no estaba segura. Pero lo que si tenía seguridad…

-El Templo del Fuego. Debemos de hacernos con él.

Selene vio como su hija miró a Link y este asintió sin dudar. Parecía listo para lo que estaba por pasar.

-¡Debemos de irnos, este lugar ya no es seguro! – Blason fue donde las dos mujeres, mostrando una clara cara de nervios. – Majestad, le pido que nos dé la orden para retirarnos y volver al pueblo. Antes que la erupción ocurra, quien sabe que daños puede generar.

-Exactamente. Si nos vamos, no solo condenamos a los Gorons que habitan sino también a los Kokiris que pueden sufrir por la erupción… Ni hablemos de Kakariko. – Zelda habló primero, evitando que su madre pueda decir algo. – Su deber como soldado de Hyrule es proteger a su gente, sin exclusión.

-Mi deber es a usted y su madre…

-¡Yo soy nadie, haga su trabajo real y deje las estupideces de su padre de lado General! – el grito de Zelda fue potente, pero trasmitía ese don de mando que antes parecía no tener. - ¡Su deber es con a gente de Hyrule, no hacia mí! ¡Y eso va para todo soldado! ¡El que se quiera ir, hágalo sabiendo que será una renuncia definitiva como soldado de Hyrule! ¡Y les juro que no olvidaré cara o nombre del que se vaya y deje a gente indefensa sin protección!

Selene no sabía que decir. Había algo diferente en su hija. Se le veía más fuerte y firme, ya no mostraba duda… al menos no ante todos.

-Zelda…

-¡General, ¿Entendió o no?! – La chica parecía no estar oyendo a nadie. - ¡Mande a proteger a la gente en caso pase algo, no pierda el tiempo con cuestionarme o le juro que lo destituyo! – Blason abrió los ojos con horror. – No es imprescindible. Que eso se le quede claro… Las palabras de su padre, son nada ante mí. ¿Entendido?

Blason miró a Zelda y abrió la boca para decirle que no estaba de acuerdo. Que su trabajo era solo defenderla a ella y los Hylianos. No a las demás razas, que ellos se podían defender solos. Pero la mirada de Zelda era como una llama que ardía con fuerza por la determinación que tenía. Y no solo ello, también sentía que…

-… Como ordene. – Acató la orden de mala gana.

Se giró y se retiró. Dejando a Zelda atrás… sintiendo que la conocía cada vez menos. Que cada día, ella se alejaba de la persona que él sabía que era. Y eso lo enfurecía.

Zelda por su lado, soltó un suspiro. Era cansado que actuar así, pero si desea que la gente esté en calma, debe imponer orden. Algo que falta y no ha habido en mucho tiempo.

-Malon. – Zelda se dirigió a la granjera, quien estaba con su prima. - ¿Puedes ayudar a los Kokiris con sus cosas? Dado que sabes de estas cosas….

-…. ¿Es una orden?

-Un favor. Por el bien de otros.

Malon alzó una ceja. No sabiendo el porque la chica estaba siendo tan formal de la nada. Pero no le importó. Ella lo iba a hacer por esos pequeños se nota, estaban muy asustados.

-Vamos Marín. Ayúdame con esto. Ellos te tratan bien.

-¡Muy bien!

Marín asintió feliz de poder ayudar. A la vez que Zelda agradecía la ayuda. Los únicos que quedaron eran los sabían la verdad de todo.

-Zelda… hija… ¿Sabes qué pasa? – Selene sabe que no es el momento de que arreglen las cosas. El reino y a seguridad de todos estaba primero.

-… Vamos con el Brote Deku. Debe de saberlo con más certeza.

La chica se giró y fue en dirección del camino donde el Brote se hallaba. No les tomó mucho tiempo llegar ahí. Y el pequeño los recibió con una expresión de preocupación.

-Sé a que vienen amigos. Y he sentido la presencia del Espíritu de la Montaña despertar de su letargo. Y eso no es bueno, se supone que no lo haría hasta dentro de unos miles de años.

-¿A qué se refiere? – Alice hizo la pregunta, obviando la extrañez de que le estaba hablando a un árbol parlanchín.

-Es verdad. Es una historia olvidad por los Hylianos. Pero que tiene relación con los Espíritus guardianes que habitan cada zona importante del reino. – EL Brote miró a todos. – Cuando las Diosas descendieron, trajeron con ellas también la esencia de los que serían los Espíritus Guardianes de las zonas del Reino. La esencia del Bosque, que creó al primer Árbol Deku. La esencia de las aguas, que creó al ancestro de Lord Jabu Jabu. Y la esencia del Fuego, que creó al dragón conocido como Volvagia.

-¿Volvagia? – Zelda pensó y… - ¡El dragón devorador de Gorons! ¡Leí de él cuando investigaba para saber del Templo del Fuego!

-Correcto. En la antigüedad… Volvagia era como Din lo esperó. Un ser poderoso, lleno de poder y energía. La lava era su hábitat. Capaz de hacer sacudir el volcán que habitaba. Pero a su vez, era muy territorial. Así que, cuando los Gorons llegaron a la zona hace miles de años, se vio amenazado. Los atacó y devoró a muchos, hasta que un día fue derrotado por un Goron. Su cuerpo fue entonces usado para ser parte de la decoración de un templo que servía como lugar para la protección de una llama Sagrada.

El relato era interesante, pero Link y Zelda sentían que ya lo habían oído antes.

-Pero hay un secreto, algo que las Leyendas jamás dijeron. Volvagia antes de morir, dejó un huevo. Uno que fue descubierto por el Héroe del Cielo en su visita al Templo y que él guardó con recelo en un lugar escondido hasta el final de su viaje. Uno que le permitió ver la cría del dragón tras el final de su periplo. Un pequeño dragón que cuido junto a la Hylia Mortal, antes de llevarlo a donde debía de ir a cumplir su labor.

-Pero… en las leyendas Gorons se dice que…

-Las Leyendas también son manera de ocultar cosas. Cuando se dice que el dragón maligno fue derrotado, fue porque así podían ocultar al nuevo dragón. Y la verdad de todo, es algo que pocos saben. Espíritus Guardianes como Jabu Jabu y yo… Así como cada líder de la Tribu Goron…

-¡Darunia! ¿¡Dices que Darunia lo sabe!? – Link preguntó muy sorprendido por ese trozo de información.

-Lo hace. Es más. Me parece raro que el Volvagia de ahora esté haciendo esto. Él era el encargado de evitar que el Volcán haga erupción.

-Por eso el volcán jamás lo hizo. – Shawn lo entendió. – Volvagia evitaba ello.

-… Por lo que sé, Volvagia quiso mucho al Héroe y la Diosa Mortal. Los consideró sus padres hasta el final. Y aun cuando ellos dejaron este mundo, siguió su palabra de proteger a Hyrule del volcán que era su hogar. Algo que ha cambiado… y me temo que sea por el poder de Ganondorf.

-¿Por qué cree que…?

-Porque yo debí nacer hace tiempo. Fue el poder de Ganondorf lo que retrasó mi nacimiento. Y me temo que le hizo algo a Volvagia… Temo que lo haya hecho su esbirro.

-Eso es… - Zelda quiso negarse a la posibilidad. No sabía el porque le dolía solo el pensar que algo así le haya pasado al dragón.

-¿Qué es lo que podemos hacer? Tomaría días llegar a la Montaña de la Muerte por la vía comercial. Y esa está infestada de monstruos. Y ni que hablar de la ruta antigua, que es la más peligrosa. Si antes caían bolas de fuego cada cierto tiempo, no quiero imaginar como está ahora. – Diana sabía de ello, por lo que estaba viendo como improbable que puedan lograr una mejora a corto plazo.

-… ¡Link, usemos la entrada por el Bosque Perdido! – Navi pareció tener una idea.

-¿La que…?

-No me digas que los has olvidado. Agh, eres un… - Navi negó con la cabeza. - ¿No recuerdas lo que pasó ese día que Darunia estaba molesto y de casualidad hallamos una entrada que conecta el Bosque Perdido con la Ciudad Goron?

Link abrió los ojos al recordar eso. ¡Era verdad! ¡Llegó aquí en solo unas horas cuando debieron de ser días!

-Ah. El viejo pasaje secreto que está ahí fue usado en la antigüedad para tratados entre las dos razas. Pero debido al peligro que representa el Bosque Perdido, se dejó de usar y se volvió algo que ya nadie usaba. Parece que las Diosas nos sonríen. Con ese túnel, estarán en ciudad Goron en solo unas horas.

-Entonces no hay que perder tiempo. – Alice alzó la mirada. – Hay que ver a los Gorons. Y ayudarlos en lo que se pueda.

-Y no olvidemos el Templo del Fuego. – Zelda sabe que eso es lo que… - Si se logra tomar el control del Templo del Fuego, puede que detengamos la posible erupción.

-Pues será cosa que se den prisa. Ese volcán por como va, hará erupción en solo una semana. – El Brote miró a Link y… - Sabes lo variable que es el tiempo ahí. Así que…

-… Sé que debo de hacer. – Link asintió, algo asustado. Pero sabe que solo él puede hacer frente a la situación actual. – Hay que partir de inmediato.

Los que sabían que irían, asintieron. A la vez que Zelda miró a Link, como diciendo que quería decirle algo. Pero sabe que no pueden hacerlo con gente aquí.

-… Vamos Selene. Hay que tener a la gente en calma. – Beth jaló a la reina, quien trataba de decir algo. – Sé que deseas hablar con Zelda. Pero no es el momento. No ahora que hay riesgo de un desastre.

La reina asintió de mala gana, a la vez que se alejaba. No notando como Zelda la miró… La chica tomó aire y…

-Link, yo iré con ustedes.

-… ¿Qué? No. Eso no…. – Link se negó de inmediato a la idea.

-No lo estoy sugiriendo. Lo estoy ordenando. – Ahora era Zelda la que se puso firme. – Si algo pasa, si necesitan algo ahí, yo soy la más indicada para…

-No Zelda. No voy a dejar que te expongas a…

-¡Link, tengo que ir!

-¡El que debe de ir soy yo, nadie más! ¡Deja de ser terca!

-¡Que fresco viniendo de ti! – Zelda lo miró molesta. - ¡Puedes ser mi amigo y mi Campeón, pero soy tu Princesa y que no se te olvide eso Link! ¡Si digo que iré, es que iré! ¡Y eso es definitivo!

-¡No si tengo algo que decir! ¡Es una locura Zelda! ¡No te voy a poner en peligro! ¡No importa lo mucho que insistas!

Navi vio el intercambio entre los dos, sorprendida de que estén peleando, cuando jamás lo habían hecho. Link pareció perder la paciencia, ya que…

-¡Bien! ¡Haz lo que quieras! ¡Diosas, que mujer tan terca!

-¡Pues al fin lo captas, muy bien! – Zelda se lo dijo con sarcasmo y Link solo se dignó a solamente…

-Sabes… Yo voy por mis cosas. Porque tengo trabajo por hacer. Y no estoy para discusiones sin sentido.

-Me parece bien. – Zelda se cruzó de brazos y se mostró firme. – Al fin estamos en la misma página.

Ambos se vieron desafiantes unos segundos, hasta que Link caminó rápidamente a la salida. Siendo seguido por Navi, dejando a Zelda sola con el Brote Deku.

Tras unos segundos, Zelda se dejó caer de rodillas y soltar un suspiro.

-… ¿Fui muy dura…? No debí tratarlo de ese modo…

Zelda no sabe que la poseyó. Era como si la discusión se hubiera desarrollado por una fuerza externa. No lo entendía.

Era una diferencia de ideas, pero no pasó a más. Al menos no fueron a los insultos, como temió que pasaría.

-Jajajaja. Ustedes son un par único.

El solo oír la risa del Brote la hizo soltar un suspiro y taparse la cara. Ella sabe que la impulsó a discutir, porque no deseaba dejarlo ir si tenía la oportunidad.

-… Estúpidas emociones. – Y ella lo sabía… el verdadero culpable de la discusión.


Por su lado, Link caminaba tan raápido que parecía listo para… No sabe, exhalar fuego. Navi jamás lo había visto tan molesto. Aunque es de esperarse, era la primera vez que él y la Princesa habían discutido.

-Link… Creo que deberías calmarte…

-Esa mujer es terca y lo peor es que no hay nada que la haga cambiar de opinión. – Mira quien habla…

Lo peor, es que Link sentía que sería algo constante. Era como si algo en él le dijera que eso iba a ser siempre y que nada lo que haga lo cambiará.

Soltó un suspiro y se puso a pensar en muchas cosas. En especial, lo que deben de hacer. Tiene que prepararse para ir a la Ciudad de los Gorons.

-Ojalá ellos sepan algo más que ellos. – Link soltó un suspiro.

Caminó hacia su casa, tomó las cosas que había dejado y bajó rápidamente a donde ya deben de estar yendo los demás.

-¡Link, espera! – Diana llegó con él, con Ciela. – Justo te buscaba. Debemos de darte pociones.

-… Ah, verdad. Las usé todas para tratar mis heridas y el veneno estos días. – Link había olvidado ese detalle.

-Ten. – Ella le dio las 4 botellas con dos pociones rojas y dos verdes. – Dudo que necesites solo las rojas, así que mi madre se dio el lujo de preparar verdes también.

-… ¿Tu madre sabe preparar estas cosas?

-Si. – Respondió mientras que Link tomaba las botellas. – Aprendió de una mujer que trabajaba en Kakariko. Le pregunté de que estaban hechas las pociones, pero dijo que era mejor que no lo sepa. No puede ser algo tan malo, debe de estar exagerando.

Para él eso solo significa que el secreto es muy importante. Hmmm. ¿Qué será? Ya está con la curiosidad.

-En fin, las pociones verdes trabajan de manera diferente. En vez de aumentar la regeneración del cuerpo, hace que produzcas más adrenalina. Así como disminuir el ácido láctico que genera la fatiga muscular.

-… ¿El ácido que…? – Link tenía una cara que denotaba que no había caído en cuenta de lo que ella le estaba diciendo y que no entendió nada.

-Olvídalo. Es conocimiento médico que aprendí de mi madre. – Diana movió la mano en señal de que no es importante. – Escucha Link, esto puede ser muy peligroso, así que lo mejor será que vayamos con cuidado.

-Dile eso a Zelda. – Diana alzó una ceja al no entender. – La muy terca dice que va a venir.

-¿De verdad? – Diana se sorprendió, aunque… - Bueno, quizás desea estar ahí para hacer un trato con los Gorons.

Link rodó los ojos, duda que sea eso solamente. Ella quiere hacer algo más, no estaba seguro que… aún.

Diana por su lado, supo que debería de hablar con Zelda. Estaba algo diferente desde que la vio hoy. Si esa voz de mando que usó es un indicativo…

Negó con la cabeza y le dijo a Link que lo estarían esperando en la entrada al Bosque Perdido. Que el tiempo era un lujo que no podían perder.

El muchacho vio a la chica irse y él solo soltó un suspiro. Esto se pone cada vez mejor.

Miró la botella con el líquido verde y se imaginó ya su sabor, así para lo que debe de usarse. Esperaba no tener que usarlo.

-Oí que desean ir a la Montaña de la Muerte. – Link se giró para ver a Fado caminar hacia él. La Kokiri no borraba su sonrisa. – Vaya que son valientes.

-Es más un deber que valentía. – Eso era lo que sentía.

-Jajaja. Puede ser, pero cumplir un debes es un acto valiente. – la niña lanzaba al aire una nuez Deku, que atrapaba con sus dedos con mucha habilidad. – Sabes, aún no sé porque no dices la verdad. Es obvio quien eres para mí, pero para el resto… no son los más listos en serio.

Link la miró y se quedó en silencio, sospechaba que ella…

-Lamento no decirles la verdad Fado.

-No lo hagas Link. – ella le sonrió con sinceridad. – No es que nos debas algo, mucho menos que tengas que explicarlo. Soy consciente de que no te tratamos de la mejor manera hace años. Aunque siempre sospeche que no eras Kokiri. Jamás pensé que serías Hyliano.

Fado miró al frente, como un grupo de Kokiris estaba trabajando en conjunto con unos Hylianos para poder algunas cosas en buen recaudo de una casa.

-… Las cosas han cambiado. – Fado miró lo que sería la entrada al Bosque Perdido. – Y al final, es lo que hace que uno avance. Saria siempre lo dijo.

-Ella debió de ser la líder de este pueblo…

-Verdad. Pero ella misma sentía que estaba para algo más. Por eso le dejó a Mido el trabajo. Y ya viste que en estos años no ha hecho mal trabajo. Aunque de vez en cuando me pide ayuda. Soy la segunda al mando y… - Fado le lanzó a Link la nuez que estaba en sus manos. – y eso hace que entienda que estamos en peligro. Y que tú estás aquí para salvarnos.

Link bajó la mano con la que atrapó la nuez y miró a la niña. Su expresión juguetona de siempre había sido reemplazada por una de seriedad.

Una que Link jamás había visto. Lo que le hizo recordar que aún tras la apariencia de niños, los Kokiris aparentan más.

-Mientras yo esté aquí, no dejaré que algo malo pase. – Link guardó la nuez en un bolsillo. – Eso te lo aseguro.

Fado le dio una sonrisa. Una que era de agradecimiento por sus palabras. Primera vez que la ve con esa expresión. Era extraño de ver en la cara de la niña.

-Entonces te lo dejo a ti Link. – Ella avanzó para irse a otro lado. – Buena suerte en lo que estás por hacer.

Fueron sus palabras, a la vez que Link sonreía agradecido por lo dicho.

Y sin más que decir, se dirigió al camino donde estaba la entrada al Bosque Perdido. Ya todos deben de estar ahí.


El camino por el que debían de avanzar no era sencillo. El Bosque de verdad era un laberinto para los que jamás de habían adentrado tanto a este.

-Es una fortuna que estemos aquí. – Ciela habló con seriedad. – Y que Link se sabe el camino. Cualquier otro ya se habría perdido.

Y eso no lo niegan. El lugar era muy engañoso. Los árboles era tan parecidos que casi parece que has pasado por el mismo lugar.

-Yo aún no puedo creer que exista un lugar de esta clase. – Shawn trataba de no perder el ritmo, mientras hablaba. - ¿Qué es lo que hace que el Bosque sea así?

-Hay muchas teorías, pero la que más se cree es la verdad, es que el Bosque mismo lo hace para proteger algo importante. Cómo el Templo del Bosque. – Navi habló desde la cabeza de Link. – Pero nadie puede negar la posibilidad de que hayan más tesoros aquí.

-En el pasado, según lo que Saria me dijo, era normal que muchos ladrones o saqueadores entraran al Bosque Perdido en busca de esos tesoros. Pero debido al poder del lugar y demás, sólo acababan perdidos. Y por ende, siendo Stalfos. – Las palabras de Link puso de los nervios a los presentes.

Él se detuvo y se giró para verlos con una sonrisa que no les gustó nada.

-También se rumorea que si abres bien los oídos, al escuchar la brisa del corazón del bosque… puedes oír sus lamentos. Así como su deseo de encontrar el tesoro por el que perdieron la vida.

Ver cómo Zelda, Diana y Navi se pusieron azules, era divertido. Shawn tragó saliva. Pero Alice era la que estaba pálida. Parece que es la que no le gusta esa clase de cuentos.

-Vamos Link. No hablas en serio… - Fue lo que la arquera dijo con un claro semblante de miedo. – Es imposible que…

-Mi tesoro… - ella se detuvo, así como el resto al oír… - Donde está mi tesoro… ¡Dame mi tesoro!

El grito que Alice dio, digno de una chica asustada, sumado a que corrió hacia Shawn y se lanzó a él, a la vez que el resto de chicas daban un grito y se abrazaban entre ellas hizo que todo sea digno de una escena de horror.

Aunque el oír como Link se reía, sino hizo que todos lo vean como si estuviera loco.

-¡Jajajaja! ¡Debieron de ver sus caras! ¡Muy bien Ciela, no hemos perdido el toque!

A sus palabras, todos vieron como el hada salió detrás de un tronco con un orificio que parecía un altavoz. Ella reía mientras volaba hacia él.

-… ¿¡Era broma!? – Diana gritó escandalizada. ¡casi la matan del susto!

-Si. Era algo que Saria dejaba que Ciela y yo hiciéramos para asustar a los Kokiris que se acercaban mucho. Nunca era aburrido. ¿no?

El hada rio, a la vez que los presentes miraban al Héroe de Hyrule con deseos de matarlo. ¿¡Qué clase broma es esa!?

-¡Eres un desgraciado Link! ¡Casi haces que me dé algo! – Zelda le gritó al muchacho, quien se encogió de hombros. – Agh, eres peor que un niño.

-Quizás. Pero al menos ya no están tan tensos. ¿No? – Link sonrió divertido. Él aún era un niño de verdad y esto le resultó divertido.

-… Lo haces por nuestra discusión de antes, ¿No?

-No tengo idea de que hablas. – Link puso una expresión confusa. – Vamos, no estamos lejos de nuestro destino.

Link sonrió con burla al decir ello, a la vez que la princesa tenía un tic en el ojo.

-… Odio que verlo sonreír le quede.

-… Algo pasó, ¿No?

Zelda miró a Diana, para luego soltar un suspiro. Ya luego hablan de eso.

-Vamos. Y carga a Navi. La pobre se desmayó del susto por la broma de ese idiota.

Diana asintió, en sus manos la pobre Navi estaba fuera de combate por lo que pasó. Ya intuye que le dará su escarmiento a Link.

-Shawn… - Alice por su lado…. – Ayúdame a caminar por favor…

-Aun sigues con tu miedo a esas cosas, ¿no? – el sonido de miedo que Alice dio, era respuesta más que suficiente. – Vamos.

Parece que hay cosas que no cambian. No importa el momento.


Ya tras unos minutos, Navi quien había despertado y le había dicho a Link de todo, hasta de lo que se iba a morir por esa broma suya de mal gusto, el hada fue la primera que vio la entrada al pasaje secreto.

-Aquí está. No es la gran cosa. Pero…

-Se ve que es una construcción que tiene su antigüedad. – Zelda se acercó al marco que era la entrada y lo tocó. – esto debió de ser construido unos años después de la creación de Hyrule.

No negaban que era fascinante. Pero tenían trabajo que hacer. Diana jaló a Zelda al interior del túnel, ante la obvia queja de ella que deseaba seguir investigando.

Y en menos de unos segundos, ya todos estaban recorriendo el camino secreto hacia la Ciudad Goron. Lo que era una de esas fortunas que uno no puede obviar en agradecer a la intervención divina por tan buena fortuna.

Link sobre todo. Él sabía lo que era el camino real a la Montaña de la Muerte y era un infierno en condiciones normales. Con la situación actual, no duda que sería imposible el acercarse a ese lugar.

El camino siguió así por un tiempo, nadie diciendo nada. Parecía que no querían perder la concentración. Más al empezar a sentir un ligero incremento en la temperatura.

-Está haciendo más calor. – Diana se limpió el sudor que recorrió por su mentón. – Es como un horno. Y eso que no sé qué es eso.

-El calor que sienten es lo normal. – Link respondió, él también limpiándose el sudor. – La ciudad Goron está cerca a la Montaña de la Muerte que es el volcán. La última vez no estaba así, pero debe de tener que ver con lo que pasa que la temperatura está así.

-Es verdad. – Navi se daba aire con su pequeña mano. – Antes el calor era más soportable.

Zelda estaba sudando en demasía. En su vida pensó tener que soportar tal calor. Era impensable que alguien en su sano juicio tenga que estar aquí.

Ella se quitó algo de la pagué superior de su ropa para quedarse solo con la blusa. Era un infierno esto en verdad.

-Pues alégrense. Veo la salida. – Link vio luz. Al fin.

Eso les alegraba el día. Haber estado tanto rato en la oscuridad no era su definición de diversión o de la manera en que deseaban pasar un día.

Una vez cruzaron el umbral de luz, que para sorpresa de Link estaba algo diferente… dado que la última vez habían Flores Bombas en la zona.

Ahora no estaban, es más… veía lo que parecían ser signos de una pelea. Cómo si…

-… Link, hay algo raro. – Ciela voló a su lado. – Siento una mala vibra en la zona.

Él también lo sentía. Sacó la Espada Maestra en caso tenga que pelear y los demás sacaron sus armas también. Zelda se relegó un poco, pero tocó con su mano el cuchillo que lleva con ella en secreto.

El muchacho salió del umbral, sólo para oír a…

-¿Dónde puede estar ese mocoso? – la voz de una mujer.

Se aproximó y vio que era una Gerudo. Ella parecía estar buscando con la otra algo.

-Parece que se escondió con los demás niños Gorons en la parte alta de la ciudad. Tras un montón de rocas. – No hay que preocuparse. Ya las demás están llevando esas bombas que los Gorons usan para volar las rocas que están ahí.

-Bien. Ya estoy harta de estar aquí. Quiero ya atraparlos y llevarlos a la entrada del Templo del Fuego, para que sean la comida de Volvagia.

Zelda llevó su mano a la boca para contener el jadeo que quería salir. A la vez que los demás estaban molestos por lo que oyeron.

-Jajaja. Si. Siempre es divertido. Más al ver como ese dragón de vez en cuando trata de liberarse de la Magia del Gran Ganondorf. – dijo la otra mujer Gerudo.

-Es de esperarse. Fue una bestia difícil de domar. Pero lo logró. Ahora lo usa para tener bajo su yugo a los Gorons. Dado que cada año hace que este se coma a unos Gorons para que no olviden su lugar.

-¡Jajaja, sí! ¡Y el líder de los Gorons ha ido para poder salvar a los que secuestramos antes, dejando el pueblo indefenso y a su hijo! ¡que imbécil!

Link apretó los dientes. Malditas mujeres. No dejará que se sigan burlando de Darunia. Ya han oído lo que necesitaban. Sacó el Arco de las Hadas y una flecha, listo para atacar.

Alice lo imitó. Ella esperó su orden para el ataque. El ver a Link tensar más el arco, ella hizo lo mismo. Y cuando él asintió…

Ambos soltaron las flechas, ambas fechas volando hacia sus objetivos. Las cabezas de las Gerudos, las cuales no supieron jamás que las mató dado que las dos flechas dieron en el blanco.

Alice bajó su arma, a la vez que Link afiló la mirada. Un intento de alejar la culpa y el malestar de haber matado.

-Vamos, sé a qué lugar se refieren.

-¿En serio? – Diana siguió a Link así como el resto.

-Estuve en el Pueblo Goron unas horas. Sé que hay una parte donde solo hay rocas que las bombas pueden romper solamente. Ese es el único lugar que se me ocurre.

Link era consciente de que pueden estar contra el tiempo. Esas mujeres les llevan ventaja. Y quien sabe si hay Gerudos en el camino que deberán de silenciar.

-Navi y yo iremos a ver el camino. Ustedes avancen.

A las palabras de Ciela, ambas andas volaron en dirección a la parte superior de la Ciudad. A la vez que…

-Vamos. Y tengan armas listas. – Link apretó el mango de la Espada Maestra. – Por si…

-Estamos listos Link. – Shawn preparó su arma. – No te sientas mal.

Y era así. Ellos estaban listos para esto. Matar era parte de su labor para poder defender a la gente. Era lo que habían decidido.

Zelda por su lado, sólo maldijo que no podía hacer más para ayudar. Debía mantener su identidad y habilidades en secreto. Por ahora…


En la parte superior, Navi y Ciela notaban el como el lugar no estaba infestado de Gerudos. Pero su había un número importante.

-Agh. Maldita sea. ¿Qué es lo que podemos hacer para que esta cosa se venga abajo? – Fue lo que una Gerudo dijo.

-Usemos estás bombas. No me voy a ir sin ese mocoso y sus amigos. No me importa lo que la líder dijo.

Parecían muy enfrascada en querer hacerse con quien sea que estaba tras ese cúmulo de rocas.

-Vamos. – Navi instigo a Ciela a que la siga.

Ambas volando en dirección de las rocas con sumo cuidado para no alertar a nadie. Lograron ver un orificio por el que podían ir al otro lado y…

Ciela fue la que pasó primero, Navi siguiéndole el paso.

Y cuando lo hicieron, vieron a un montón de Gorons muy pequeños ahí. Pero uno parecía ser el mayor, no por mucho, y el que los estaba protegiendo. En su inocencia lo hacía.

Las dos hadas volaron hacia ellos y…

-Hey.

-¡Ah, no nos lastimen goro! – Fue el grito del niño, quien se giró para ver que… - No son esas mujeres goro.

-Somos hadas. – Ciela sonrió al ver la expresión del niño y los demás. – Hemos venido para poder ayudarlos y decirles que la ayuda viene en camino.

-¿De verdad goro? – se veía la alegría en los ojos del pequeño Goron. Así como también el alivio.

Los demás pequeños estaban igual. Pareciera que han estado aquí días.

-Por cierto… - Navi tomó la palabra. - ¿cómo te llamas? Dado que sería raro no saber cómo dirigirnos a ti, esto…

-Oh. Me llamo igual que el increíble Asesino de Dodongos que mi padre hizo hermano de todos los Gorons. Me llamo Link.

Navi y Ciela se vieron las caras, no creyendo lo que había oído. A la vez que…

-Espera… ¿¡Eres hijo de Darunia!? – Fue la sorpresa de Navi al entender que estos 7 años, si que han pasado varias cosas.


Por su lado, Link vio caer a otra Gerudo por su espada. Ella estaba saqueando lo que era la sala de tesoros de los Gorons.

Vio lo que era un par de aretes rojos que eran como rubíes. Los tomó y cuando estuvo por ponerlos en su lugar. Es que oyó el como Diana y Shawn de acercaban.

Ambos con sangre en sus cuerpos, dado que ya habían matado a unas cuantas. Alice a la distancia con su arco y flecha matando a las que se acercaban mucho a sus amigos. Zelda con ella, dado que no la desean exponer al peligro.

Link hizo un gesto a los dos que lo sigan, ninguno prestando atención a los cuerpos que habían dejado en el suelo.

Subieron sin perder tiempo por las escaleras que los llevan a la zona más alta de la Ciudad. Y ahí, es que se vieron con una entrada a lo que era la zona de rocas que habían oído antes.

Link fue el primer en ingresar, con sumo cuidado y pudo escuchar la explosión de una bomba. Miró el origen de esta y pudo ver a dos mujeres Gerudos ver el daño que había hecho la bomba.

-Bueno, sólo unas cuantas más y los tendremos.

-Iré por las demás. – Fueron las palabras de la mujer, a la vez que…

Link miró a Shawn y Diana. Ambos asintieron. El muchacho lo hizo también. Su mirada se volvió seria y afilada, determinado a hacer esto.

La mujer Gerudo que había ido por el restos de las bombas oyó algo. Se giró y pudo ver a dos figuras ir a ella. Un hombre y una mujer, ambos con lanzas.

Ella sacó su espada, logrando bloquear el ataque de tipo, pero nada pudo hacer contra la estocada de la chica. La punta de la lanza estaba completamente clavada en su pecho y ella cayó muerta al suelo.

-¿¡Quién anda ahí!? – la otra Gerudo fue a ver porque su compañera tardaba tanto, logrando ver a Diana y Shawn. - ¡ustedes…!

Pero antes que ella pueda hacer o decir algo, Link corrió hacia ella y le dio una estocada precisa en el pecho con la Espada Maestra.

-Tú eres… - La Gerudo vio el rostro de Link y solo pudo caer al suelo, muerta.

El muchacho sintió sus manos temblar. No era la primera vez que mata. Eso fue hace tiempo, por lo que la sensación de muerte no era tan fuerte aún.

Pero estaba ahí. El peso de la vida que quitó…

Pasó a ver cómo Shawn y Diana estaban. La chica era la que se veía más mortificada. Pueden haber entrenado para pelear y matar, pero hacerlo era diferente. Y ahora lo saben.

Alice y Zelda llegaron a los pocos segundos, la arquera mostrándose algo mal y Zelda, ella se veía triste. Se notaba que nadie aquí había sentido de verdad lo que era la guerra.

Pero ahora mismo, deben de…

-¡Navi, ¿Todo bien ahí?! – Link corrió al cúmulo de rocas y…

-¡Link, todo bien! ¡los pequeños Gorons están bien, sólo un poco asustados! – Eso era bueno de saber. - ¡y a que no te imaginas a quien tengo aquí!

No sabia de qué hablaba, sólo pensaba que mejor era que los saquen de ahí.

Link cogió unas bombas que estaban ahí, que las Gerudos habían tomado para sus acciones, para usarlas él.

-¡Aléjense de las rocas!

Tras decir esas palabras, prendió la mecha y se alejó para que la explosión no lo alcance.

A los segundos, está ocurrió y se pudo ver cómo el cúmulo de rocas había caído. Mostrando con suma claridad lo que sería el pequeño grupo de Gorons niños y a las hadas.

Los pequeños parecían felices de verlos, a su vez que…

-¡Oh, tú debes de ser el Asesino de Dodongos que mi padre me contaba! – uno de los niños se le acercó y Link alzó una ceja. ¿Cómo lo llamó? - ¡por favor, dame tu autógrafo! ¡Para Link el Goron!

El muchacho parpadeó, miró a Navi quien…

-Link... Te presento a Link el Goron. El hijo de Darunia…

No sabe que lo impacta más. Saber que llamaron a alguien en su honor… o que…

-¿¡Es hijo de Darunia!?


Tras varios minutos, donde llevaron a los pequeños Gorons a una de las recámaras de la Ciudad, a la vez que Alice y Shawn se deshacían de los cuerpos de las Gerudos…

-Es bueno saber que están bien. – Zelda estaba feliz de ver al hijo del líder de los Gorons.

El pequeño sonrió y asintió feliz de ver gente buena, gente que su padre le había dicho, los ayudaría. Los demás Gorons estaba igual, aunque igualmente estaban tristes.

-Dinos pequeño, ¿Qué ha pasado aquí? ¿Por qué no hay más Gorons? ¿Qué hacían aquí esas Gerudos? – Diana hizo la pregunta, a mi que Link Goron sólo pudo decir…

-Ellas vinieron una noche sin aviso. Atacaron a todo Goron que vieron y los encerraron en jaulas.

-Si, decían que eran el sacrificio para el dragón Volvagia.

-Que el Rey del Mal ya se había hartado de la rebeldía del Jefe Darunia.

Fueron las palabras de otros de los presentes. Niños que parecían apenas entender que era lo que estaba pasando. Pero estaban muy asustados.

Link y Navi se vieron las caras. Con que Ganondorf mandó a hacer este ataque. De esperarse, más al ver que habían signos de lucha.

-Mi padre logró escondernos a mí y los niños, antes de ir al Templo del Fuego para poder salvar a los demás y hacer frente al Dragón Volvagia, dado que él desciende del Héroe Goron que se dice venció a Volvagia antes.

Con que Darunia desciende de ese Goron. Parece que hay cosas que aún no conocen.

Link Goron fue con el Héroe del Tiempo y lo miró con súplica.

-¡Por favor Héroe Link, ve a ayudar a mi papá! ¡Él siempre me habló de tu valentía cuando derrotaste a esos Dodongos! ¡Cada vez que hablaba de ti, lo hacía con alta estima! ¡Él tenía fe de que si venías un día, podrías ayudarnos!

Link se sorprendió al oír ello. Darunia… ¿tanta fe tienes en él a pesar de que solo se vieron pocas veces?

Pareciera que la acción que hizo, es lo que marcó todo. A lo que…

Arrodillándose para estar a la altura del pequeño Goron, Link le sonrió y asintió. A lo que el niño sonrió con alegría.

-¿Dónde está la entrada al Templo del Fuego? – Navi hizo la pregunta.

-Hay una entrada en el salón del líder de la tribu. – Link Goron lo dijo con energía. – Oh, pero eres un Hyliano goro. No soportarías el calor. El Templo del Fuego está en el corazón del volcán.

-Ni que lo digas, con solo estar aquí muero de calor. – Diana se había quitado todas las piezas de Armadura. - ¿no hay manera en que Link soporte ese calor?

-Pues… - El niño Goron pensó, hasta que…

-¿No habían unos aretes que dan la capacidad de soportar el calor? – Fue la pregunta de otro niño Goron.

-¡Oh sí! ¡Los Aretes Anti Fuego! – Link Goron asintió. – Son un tesoro de los Gorons, según leyendas fue otorgado a nosotros por el Héroe del Cielo mismo. Están en la zona de los tesoros…

Link sacó de sus bolsillos los aretes que había hallado y Link Goron parpadeó. Eran estos…

-Las Gerudos estaban robando los tesoros Gorons. Que bueno que las detuvimos. – Diana estaba ya viendo un beneficio. – Bueno Link, ya sabes que hacer. Ponte los aretes.

-… Pero no sé cómo hacerlo.

Era verdad, él no tenía las orejas perforadas para portar aretes. A lo que Diana sólo rodó los ojos y…

-Deja que te ayude.

-¿Segura…?

-¿Quién crees que le hizo la perforación de orejas a la marimacho de Zelda?

-¡Hey! – la princesa si se mostró ofendida a esas palabras. – Ya no soy así. No tanto…

Diana rodó los ojos, para luego pedirle a Link que se acerque y se siente en el suelo. Ella tomó los aretes y…

-Vale. Voy a hacer presión en el lóbulo de las orejas para que se adormezcan. Dado que no hay algo más que pueda usar. Y abre una poción roja, necesitaré un par de gotas para echarlas en la de perforación del Arete. No querrás una infección, ¿No?

Link asintió con algo de miedo. ¿Tanto por solo perforarse las orejas?

Sacó la botella con poción roja, la destapó y Diana remojo los aretes con un poco del líquido. Cuando ya había estado varios minutos haciendo presión en sus lóbulos, que ya los sentía adormecidos.

Sin previo aviso, Link sintió el hincón en la oreja derecha. Fue rápido, pero a la vez dolió.

Y a los segundos, sintió el hincón en la oreja izquierda. Eso sí le dolió mucho.

De todos modos, Link sintió como Diana le daba palmadas en los hombros, como diciendo que se ponga de pie mientras ella cierra la botella.

-¡Y listo! Debo de decirlo, los aretes te quedan por una razón. – Diana miró a Link y él alzó una ceja. - ¿No crees lo mismo Zelda? Digo, a algunos chicos los aretes los hacen ver sexys.

La princesa se sonrojo al ver que era verdad. Link se veía apuesto sin los aretes, pero con estos… maldecía las hormonas y la adolescencia. Desvió la mirada al no poder verlo sin que su mente le juegue una mala pasada.

Link alzó una ceja y se encogió de hombros. Se giró y agradeció a Diana su ayuda.

-Muy bien, vamos Navi. – Link estaba listo para esta aventura, a la vez que era consciente de que puede ser de seguro de las más difíciles que puede tener.

-Link. – la voz de Zelda lo detuvo.

La pasó a ver y pudo notar que, a pesar de la discusión de antes y que debe de estar molesta aún, ella se preocupa por él. Y es algo obvio por la expresión que la chica portaba en su rostro.

-… Ten cuidado.

Él asintió con una pequeña sonrisa y corrió en dirección donde debe estaba la recámara de Darunia.

Tras irse, Zelda sintió la mano de Diana en su hombro.

-… Estará bien.

-Eso deseo…

-… ¿Qué ha pasado entre ustedes para el cambio? – Diana miró a su amiga con seriedad.

-Luego. Sabes que tengo que hacer ahora. – Diana asintió.

-Ve. No tardes. Te cubro con esos dos.

Zelda agradeció a su amiga por sus palabras y salió en dirección a la salida, dejando a los pequeños Gorons confundidos.

-¿A dónde va la Princesa goro?

-A hacer algo importante. Ya regresa, no hay que preocuparse.

Diana sabe que esto es importante, por lo que dejó todo en unas palabras bien simples.

Pero no quitaba el hecho de que tiene que estar alerta a cualquier cosa.


En la recámara de Darunia, Link estaba buscando la dichosa entrada que lo llevaría a la entrada del Templo del Fuego.

Pero había buscado por todos lados y nada.

-¿Dónde está esa dichosa entrada? – el chico ya se estaba desesperando un poco.

Navi estaba también buscando para ver si encuentra algo, lo único que parecía que estaba fuera de lugar era…

-¿Qué hay de esta estructura? Sé que es raro, pero… ¿No te parece que no va con el lugar?

Era verdad, esa estatua que estaba ahí le parecía algo rara. A la vez que…

Link fue a ella, tomó una parte de la estructura con sus manos y empezó a jalar. Y para su sorpresa, vio como la estatua se movió. Y en unos segundos, mostraba un pasaje. Uno secreto…

-Bueno…. – Navi miró el interior del pasaje. - ¿Vamos?

Link asintió, para adentrarse al interior del pasaje sin perder el tiempo. Al hacerlo, la ola de calor vino a él de inmediato. Pero los aretes soltaron un brillo, uno que so soltó una ligera aura que rodeó a Link.

Cuando está desapareció, Link sentía que no había tanto calor. Lo había, pero era soportable. Por ahora.

Navi se adentró dentro del Gorro de Link para tener la misma Protección que tenía él.

El joven siguió su camino, a la vez que pensaba en lo que tendría que afrontar en ese maldito templo. Temía que fuera algo difícil, pero debe de hacerlo.

Lo prometió.

Su miedo apareció, pero su valor lo suprimió para que no lo afecte.

Una vez logró ver el final del túnel, Link se vio con lo que era el corazón del Volcán que era la Montaña de la Muerte.

En medio del cráter, habían rocas que soportaban la intensidad de la lava. Habían elevaciones que parecían llegar a la parte más alta del orificio que dejaba ver el cielo nocturno o nublado.

-Por las Diosas. Que calor tan infernal. – Navi salió un poco del sombrero. – Sin estos aretes habrías entrado en combustión a los segundos.

No lo dudaba.

Se acercó al que parecía ser un puente colgante roto que lo llevaba al lugar donde parecía estar la entrada. Dado que ve el altar que vio en la entrada al Templo del Bosque.

Viendo que era imposible saltar esa distancia, Link vio el otro extremo del puente. Una parte de este parecía ser una grueso trozo de madera. Uno que…

Sacó el gancho y lo disparó a ese lugar, la punta clavándose en la madera, con Link siendo jalado al otro lado por la cadena.

El muchacho piso el suelo y soltó un suspiro.

-Bien pensado Link. – Navi felicitó a su amigo, quien sonrió.

-Admito que fue una idea ingeniosa, Héroe.

Link alzó al mirada y vio como Sheik caminaba hacia él.

-Sheik. – Link caminó un poco para estar más cerca de la Sheikah. - ¿cómo has…?

-Mis investigaciones no son en vano héroe. Estaba por la zona, dado que este lugar era el próximo lugar que la princesa pensó que sería ideal para liberar otro Templo. Los planes fueron adelantados.

Link asintió. La Sheikah se veía bien aún con todo este calor… no, si la veía bien, notaba la ligera capa de sudor en su cara.

-¿Estás…?

-Lo estaré. Uso magia Sheikah para soportar el calor. Pero no es tan eficaz como lo es eso que llevas en las orejas. Un artilugio de un héroe del pasado. – Sheik señaló los aretes. – pero en estos momentos, eso no importa. Vine lo más rápido posible para decirte lo que sé.

-¿Qué sabes Sheik? – Link no tenía razones para desconfiar de la chica, aún.

-Ganondorf se hizo del control de Volvagia. Y está siendo usado por este para hacer que los Gorons paguen por no haberse postrado ante él hace años. – Sheik miró de reojo la entrada que estaba no tan lejos. – No sé con exactitud qué es lo que planea, pero temo que sea porque sabe de ti Link.

-Puede ser. Pero eso no importa, ahora mismo debo de ir a salvar a Darunia.

-Ah, el líder de los Gorons. El que fue hermano de pacto del Rey anterior. – Sheik bajó la mirada. - ¿Sabías que por eso es que no le jura lealtad a Ganondorf? Que para él, sólo la familia Real tiene el derecho de Gobernar Hyrule. Y que no se postraría jamás ante alguien como él. – Link sentía un ligero sentimiento de aprecio en la voz de Sheik.

-En lo poco que conocí a Darunia, él siempre mostró ser leal a los que él considera sus amigos. – Link sonrió. – Aún con solo habernos visto una vez, llamó a su hijo en honor a mí. No sé qué decir a ello.

Sheik río ligeramente al oír ello. A lo que Link sintió que conocía esa risa. Pero… ¿De donde?

-Link, debes de aprender la canción que te ayudará a despertar el poder del Sabio del Bosque. – Sheik se puso seria. - Es algo que crece con el tiempo... una verdadera amistad. Un sentimiento en el corazón que se fortalece aún más con el tiempo... La pasión de la amistad pronto se convertirá en un poder justo y, a través de él, sabrás qué camino tomar... Esta canción está dedicada al poder del corazón. Escucha el Bolero de Fuego.

Sheik sacó su lira y tocó una tonada intensa, como el fuego. Pero a la vez, que mostraba alegría y calor, como las llamas de una fogata. Link tomó la Ocarina del Templo y empezó a tocar la melodía. Una que empezó a hacer que la lava debajo de ellos baile, a la vez que la Ocarina brillaba en rojo.

Navi vio ello y se movió a la tonada que los dos daban, solo pata que la canción termine con una tonada fuerte.

Link miró la Ocarina, sintiendo el poder de la magia de esa canción.

-Link. Suerte… El destino de la raza Goron está en tus manos. – Sheik se mostró cansada, parece que el lugar no estaba siendo bueno para ella.

-Así será Sheik. Gracias por la ayuda de nuevo.

La chica asintió y despareció tras lanzar una Nuez Deku al suelo. Link guardó la Ocarina y caminó hacia lo que sería el Templo del Fuego. Y al ver la entrada, se adentró. Para luego ver en el suelo unas escaleras….

Tomó aire y supo que al bajar, no habría vuelta atrás. Y…

No lo dudó, Descendió al Templo del Fuego… A salvar a los Gorons….