Aclaraciones: Todo el contenido conocido pertenece a la Saga de Harry Potter.

Advertencia: Contenido +18 Puedes encontrar violencia, pensamientos suicidas y contenido sexual

Dramione de principio a fin.

Estamos ubicados en el séptimo libro.

Se cambiaron hechos y fechas para favorecer a la trama.

Disfruten la lectura.

Capitulo 8

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Recuerdos en la mente de Draco Malfoy

No podía aplazarlo más, ya sabía la respuesta. Efectivamente, el jodido libro estaba mal. Draco Malfoy había acudido a Snape en búsqueda de respuestas, cosa que por supuesto no hubiese hecho antes, de no ser porque cierta castaña lo inspiró a hacerlo. Estaba en negación, aceptaba que le gustaba, pero sus acciones pintaban algo más que un simple gusto y eso lo tenía bastante jodido.

Siquiera había tenido ganas de liarse con alguien más, no desde ese día en la sala de usos multiples Por mucho que intentase engañarse diciendo que no buscaba más que un rato y nada más ahí estaban, sus ganas de ayudarla.

Como un maldito perdedor.

Y es que, se había abierto paso en terrenos desconocidos tomándose libertades con ella, Hermione no oponía resistencia, parecía más bien disfrutar de lo que Malfoy hacía con ella, ahí cuando nadie los veía, claro, era un cabrón pero un cabrón "decente", pese a sus ansias de tomar su cuerpo en su totalidad, no se había atrevido a más que tocarla, besarla hasta puntos "razonables" Quizá más por ella que por él. En otro momento no hubiese tenido consciencia pero algo, una voz en su cabeza le decía.

Ella merece más…

No una simple distracción en rincones perdidos del castillo.

Y sí, ahí iba. Tenían un solo día para terminar el proyecto. Hermione estaba bastante estresada con el tema, al punto de encontrársela en la biblioteca ojeando libros sobre la materia varias veces esa semana.

Era momento de darle un descanso. Llegó a la hora acordada a el aula y ella ya estaba en la misión imposible, llevaba sus cabellos atados en una coleta, el uniforme pulcramente colocado con la capa encima. Draco se aproximo a la mesa, ella lo miró y le notó cansada, pese a la ligera sonrisa que le dedico.

Se veía preciosa, a los ojos de Draco.

El cabrón enamorado

¿Espera qué?

No eso sí que no.

No había nombre para lo que tenían, solo eran dos personas que compartían gusto el uno por el otro, compartían besos, caricias indecorosas y una relación hasta este punto "amigable"

–Granger – Saludó – ¿Aún nada? – Ella respondió con un puchero, adorable

Eres un maldito cursi. Pensó.

–No, estuve preguntando a otros equipos y nadie logra hacerla, creo que tienes razón y el libro está mal–

–¿A penas? Tengo días diciendo que ese libro es una basura – Aquella voz llevaba un tinte burlón y desdeñoso que la hizo fruncir el ceño enseguida.

–Es que no tiene sentido que nos den material erróneo – Se excuso.

–Todos cometen errores Granger, además hacer pociones no es solo seguir las instrucciones, hay que poner un poco de cabeza también – Ella atinó a apretar los labios sin poder refutar el comentario.

Draco ya se había sentado a su lado, cruzando los brazos sobre la mesa despreocupadamente, apoyando a su vez su cabeza en estos para verla a su costado. Se veía increíblemente bien, como siempre.

Hermione le miró, repasando aquellas facciones tan atractivas, la manera en la que el cabello platinado se acomodaba cubriendo parcialmente aquellos bonitos ojos color hielo, mercurio, no sabía definirlo

– ¿Te gusta lo que ves? – La sacó de su reciente trance, la castaña dio un respingo y se giró sonrojada hacia el caldero. Draco conocía partes de ella que no veían el sol pero aún se sentía nerviosa cuando la situación parecía intima y no en un sentido "sexual"

Aún así se sentía protegida, había varios grupos ahí intentando completar la poción por lo que no caería presa de esos bonitos ojos, para permitirle atravesar barreras débiles que ella intentaba levantar entre ellos inútilmente.

–Narcisista, egocéntrico – Le acusó, el sonrió ladeado, el muy cabrón sabía que estaba jodidamente guapo y sí, le gustaba la atención.

–Así te gusto ¿no? –

–¿Podemos por favor concentrarnos en la poción?- Estaba sonrojada aún así le dedicó una mirada de desaprobación, el asintió aunque había algo peligroso en su mirada cuando debajo de la mesa extendió su mano hacia el muslo de la chica, esta airada miró en todas direcciones, nadie les prestaba atención.

Bueno sí, Pansy Parkinson de vez en cuando le tiraba miradas amenazantes mientras trabajaba en su poción con Blaise

–¡Malfoy! – Le reclamó ella bajito – Tenemos que hacer esto por favor – Él no pudo contener la risa.

–¿Si hago la poción que me darás a cambio? – Preguntó poniéndose de pie, Hermione lo miraba con los ojos entrecerrados.

–Nada, es nuestra responsabilidad hacerla –

–Vale, entonces no la entregamos – Se encogió de hombros, como sino le interesase el tema en lo absoluto.

–Ya ¿Qué quieres? – Hermione apretó los puños, vencida.

–Te diré después – Draco rodeó la mesa entonces quedando frente a ella, Hermione le observaba, esa persona la hacia rabiar, la enojaba, le molestaba que fuera tan… él y aún así le gustaba y le hacía sentir deseada, de formas que no creía posibles. Y ahí estaba, trabajando pulcramente, se había remangado la camisa permitiéndole ver los brazos, esas bonitas manos en acción, solo recordar lo que sus dedos podían provocarle le hizo enrojecer pero en ese momento Draco estaba concentrado ajeno a los pensamientos lascivos de la Gryffindor, siguiendo las instrucciones de Snape.

Pasarón quizá dos horas varios grupos se habían rendido abandonando la sala. Ella miraba impaciente, como Draco probaba la poción arrojando una hoja seca contra el liquido negro para comprobar si estaba correcta, esta se deshizo al entrar en contacto con la poción.

–No puede ser… - Murmuró ella inclinada sobre el caldero sorprendida – -¡Malfoy lo lograste! – Sin pensarlo demasiado dio un pequeño brinco abrazándolo con efusividad y alegría, una liberación plena de estrés en aquel acto inocente, inofensivo pero que lo tensó completamente, Draco Malfoy no era de los que abrazaba, siquiera sabía que hacer, su mirada gris paró en la mesa apartada donde una Slytherin lo miraba entre sorprendida y furiosa.

No tuvo tiempo de reaccionar, Hermione se separó enseguida, avergonzada del rechazo y de su propia reacción

–Lo siento – Se disculpó enseguida la Gryffindor – Yo me encargo del reporte – añadió pasando su mano nerviosamente por sus cabellos, Draco estaba cual imbécil, su cerebro se había estropeado.

–Draco ¿podemos hablar? – Escuchó la voz de Pansy desvió su atención hacia ella.

–¿Qué quieres? – Sus conexiones cerebrales se habían restablecido cuando su mirada paró en la Slytherin, en ese momento ella miraba a Hermione con autentico desprecio y esto lo cabreó.

–Tengo que hablar contigo a solas– Le hizo una mueca a Hermione que decía claramente "lárgate" La castaña estaba claramente avergonzada, ignoró a la Slytherin

–Nos vemos – Se despidió entonces de Draco, no sabía porque sentía la necesidad de huir. Sentía que si Malfoy estaba con sus amigos y con ella se volvería esa serpiente venenosa que tanto detestaba y no quería ponerse en esa situación.

–Espera – Quiso detenerla pero ella se negó cogiendo sus cosas, caminó hacía la salida, sintió una incomodidad en el pecho, como si hubiese hecho algo terriblemente mal pero no sabía el qué. Entonces recordó a la pelinegra que tenía junto a él, parada de brazos cruzados, Se giró a ella, había desinterés en su mirada cuando le hizo el gesto de que hablase.

–¿Se puede saber que haces? –

–No entiendo Parkinson ¿Me puedes explicas? - El siseo de su voz aterciopelada llevaba cierto desprecio cosa que la Slytherin ignoró.

–¿Por qué permites que esa sangre sucia asquerosa te toque? – Su voz era chillona, había odio en cada palabra y a Draco le hirvió la sangre, tenía unas ganas increíbles de relájate, es una mujer. A la mierda, quería torturarla. Maldita bruja.

–Vuelve a decir eso Pansy.. – Se acercó peligrosamente a ella, acorralándola contra la silla la chica se vio obligada a sentarse – Y desearás nunca haber entrado a Hogwarts – Su voz era como terciopelo, suave, pero el significado de sus palabras y el brillo tajante en esos ojos color gris solo podían indicar peligro.

–Draco estás defendiendo a una sangre sucia – La chica estaba a punto se llorar encogida en la silla, con la presencia de aquella serpiente imponiéndose ante ella. Acorralándola – Tu padre te mataría si se entera – Añadió lo evidente, como si Draco de pronto hubiese perdido todo sentido de la realidad.

–Mi padre esta en Azkaban y espero se pudra ahí – Sonrió sutil, ladeado, pero había amargura y desprecio en su voz.

–Malfoy – La voz de Blaise lo trajo de regreso. El se separó lentamente de la chica quien a ese punto ya estaba llorando –¿Se puede saber que pasa aquí? –

–No te metas Blase – Le advirtió

–Draco tiene algo con esa sangre sucia – Lo acusó la voz chillona de Pansy, joder le dolía la cabeza y quería ahora si ahorcarla con sus propias manos.

–¿Y a ti que te importa Pansy? –

Vaya, eso si era una sorpresa. Draco miró a Blaise entonces, con el ceño fruncido ¿Qué mierda?

–Ustedes dos perdieron la cabeza, les importará cuando el Señor Tenebroso gané – Malfoy sintió entonces un escalofrío recorrer su espalda ante la sola idea.

–Pensé que tenías criterio propio – Blaise sonaba decepcionado.

Vaya, esto se puso interesante de repente.

–¿Qué? No me dirás ahora que piensas que somos iguales. Son seres inferiores Blaise. Esa sabelotodo de Granger siquiera debería estar aquí ocupando el lugar de una bruja de verdad –

–¿Cómo tú? – Está vez fue Draco quien la interrumpió – Te recuerdo que te supera en todas las clases que comparten – Se encontraba más calmado ante la intromisión inesperada de Blaise.

–Se lo diré a tu madre – Frunció el ceño la Slytherin, se levantó pero el agarre firme y fuerte de Malfoy en su brazo la detuvo en el camino hacia la salida.

–Atrévete Parkinson, solo atrévete – Ella se estremeció adolorida por el firme agarre de la serpiente – No me hagas enojar Pansy, si juegas con fuego, te puedes quemar – Le amenazó él. Ella se estremeció de nuevo antes de soltarse y salir corriendo de la sala.

–Creo que fuiste un poco duro con ella – Soltó Blaise, ya estaba a sus espaldas.

-Es una cobarde, no hará nada – Se quiso convencer.

–Draco ¿te gusta Granger verdad? – La pregunta lo golpeó, se giró hacia el moreno, buscando algo en sus ojos marrones, no sabía si podría confiar en el o en alguna serpiente en general, una casa llena de prejuicios, pero si él mismo podía cambiar que evitaba que otros lo hicieran.

–¿Por qué quieres saber? –

–Eso responde mi pregunta, no te preocupes no tengo prejuicios – Aclaró el moreno – Deberías escribirle a tu madre, Pansy puede ser cobarde pero está enamorada de ti una mujer con el corazón roto puede llegar a hacer locuras – Soltó con simpleza.

Draco lo supuso, no tenía confianza suficiente como para escribirle a su madre sobre temas así, menos si se trataba de una hija de muggles la protagonista pero debía minimizar los daños. Blaise tenía razón.

–Gracias Zabini – El moreno se sorprendió, Draco no era alguien que agradeciese. Eso era nuevo.

Después de levantar las cosas preparar la poción para la clase del día siguiente, estuvo un rato largo paseándose por los pasillos buscando algo, más bien a alguien, aún tenía una sensación en el pecho, una extraña y desconocida, se sentía ¿culpable?

Cuando estuvo a punto de rendirse decidió ir a la biblioteca. Se acercaba la hora de la cena, dudaba mucho que Hermione estuviese ahí, atravesó los pasillos, solitarios hasta que una maraña de cabellos castaños capturó su atención en una mesa al fondo de un pasillo, estaba dormida apoyada en sus brazos contra un libro abierto de runas.

La imagen resultó graciosa, tierna, resultó tan ella…

Ya Malfoy, admitelo estás jodido y enganchado

Arrastró una silla a su lado, sin hacer ruido, se sentó y la observó un rato, respiraba tan calmada y ajena, con sus cabellos largos distribuidos desordenadamente a sus costados, estiró su mano hacia ella apartando un mechón rebelde que le impedía observarla en su totalidad.

Hermione eres hermosa

Pensó, antes de picarle la mejilla para atraerla desde los brazos de Morfeo. Ella abrió lentamente los ojos, encontrándose con el rostro de Malfoy cerca del suyo, casi da un grito pero el se lo impidió atrayéndola y hundiendo sus labios en los de ella, ahogó un gemido cuando fue atacada por su lengua, olvidándose por un segundo de donde estaban, perdió sentido alguno, dejando que sus labios se encontrasen por un momento que le supo a demasiado cortó cuando se separó con la respiración entrecortada

–¿Qué haces aquí? – Preguntó ella acalorada imponiendo distancia con una de sus manos en el pecho del Slytherin. Buscando serenidad.

-¿–Te estaba buscando – Esas palabras retumbaron en el cerebro de la castaña, parpadeó un par de veces, se sentía mal por el rechazo del joven un par de horas atrás, además… Sus amigos. Tenía miedo de que las cosas cambiaran, habían sido unos cuantos días y.. Se sentía tan metida en esa ¿relación? Si prolongaba aquello dolería, lo sabía… Pero no se podía soltar si el de pronto se aparecía en su refugio diciendo "te buscaba a ti"

–¿Para qué? – Preguntó bajito, Draco notaba la duda en su mirada.

-Huiste de la sala de usos múltiples – Le acusó

–Estaban tus amigos ahí – Él arqueó la ceja, curioso… Muy curioso – No se si quieres que vean… que nos llevamos bien… - Dudó. Mierda

–Granger al parecer la que tiene prejuicios aquí eres tu – Su voz suave sonó peligrosamente seria – A mi me importa una mierda si nos ven – Arrastraba las palabras – Pero al parecer a ti no - ¿Qué?

–No.. No es eso – Dudó de nuevo. ¿Ella permitiría que Harry y Ron los vieran? Sin lugar a dudas sería muy incomodo, serían muchas preguntas que no sabría como responder.

–Cobarde – Desdén, aquella expresión pese a permanecer calmada Hermione pudo ver que lo había herido, él se levantó entonces. Hermione lo siguió e intentó detenerlo.

–Malfoy no es lo que piensas… - Quiso decir pero él no la miraba. Sí, nunca dejaría de ser eso, un simple Malfoy, su padre era un mortifago, su tía lo era, su propia madre se había visto obligada a serlo. Y él…

–Ya déjalo Granger, vamos a seguir como siempre – Tomó su mano para hacerle soltarlo.

-Tu.. no quisiste que te abrazara - ¿Qué? La miró entonces, ella estaba sonrojada, Maldita mujer y su forma de hacerle perder la cabeza, la odiaba, sí la odiaba.

–No es por mis amigos si es lo que tu cabecita está pensando – Ella bajo la mirada, se mordió el labio Maldita Granger

–¿Tu que hubieras pensado? – Jaque mate. Se frotó la cara, exasperado.

–Vale, lo siento, no fue por eso - ¿Él? ¿Disculpándose? ¿Dando las gracias? Granger lo estaba destruyendo –¿Me crees? – Hermione miró el suelo, torció sus pequeños labios pensando.

Pareces un puto perro Malfoy

–Vale… Te creo – Soltó en un susurro levantando sus ojos hacia él – Hiciste la poción – Recordó – ¿Qué vas a querer? – Preguntó ella intentando dejar el tema atrás.

Él la observó, sus ojos se entrecerraron, el iris gris se suavizó, el vacío que se había instaurado en su pecho de pronto había desaparecido, esa mujer tenía una facilidad sorprendente por manejarlo a su antojo y lo peor es que no tenía idea de ello. De pronto una idea cruzó su mente.

No lo harás.

Claro que si.

–Sal conmigo – Susurró sobre sus labios él atrayéndola por la cintura.

¿No era solo un rato?

Lo será…

Ella lo miró con los ojos avellanas muy abiertos, sus manos posadas en su pecho ¿acaso estaba soñando? ¿qué significaba eso?

–¿Salir? -Preguntó muy confundida.

–Salir – Draco encontraba sus reacciones muy divertidas, parecía que su cerebro estaba hecho de gelatina.

-¿Cómo tu novia? – Volvió a confirmar.

–Si Granger, como mi novia – Besó sus labios brevemente, estaba estupefacta, tanto que siquiera respondió, solo sintió el suave tacto de sus labios sobre los de ella.

–Está bien.. – Dijo al final, con una torpeza poco propio en ella, estaba segura que al despertar había entrado en una dimensión alternativa, o seguía soñando, eso no podía ser real. No podía.

Presente

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Draco: Todavía estás en la parte aburrida Granger

Hermione: Cállate Malfoy…

Draco: Vale, vale… Perdón por hablar en mi propia mente.

Hermione: No puedo creer todo esto…

Draco: Pues créelo porque es muy real.