Aclaraciones: Todo el contenido conocido pertenece a la Saga de Harry Potter.
Advertencia: Contenido +18 Puedes encontrar violencia, pensamientos suicidas y contenido sexual
Dramione de principio a fin.
Estamos ubicados en el séptimo libro.
Se cambiaron hechos y fechas para favorecer a la trama.
Disfruten la lectura.
Capitulo 12
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Hermione dejo a Draco hablando con Zabini por medio de la chimenea, aún había muchas cosas que debía pensar. Se acercó a lo que parecía ser una pequeña biblioteca y no pudo evitar ver en su mente los recuerdos que había presenciado, inconscientemente se llevó la mano a la herida en su brazo recordando lo que había ahí, llevaba la herida descubierta bajo la chaqueta de mezclilla pero ya no dolía, solo quería una cicatriz rosada que no se borraría, la observó "sangre sucia"
Draco había presenciado ese momento, ¿cómo se habría sentido ella en su lugar? Rodeado por su familia y mortifagos, viendo a un ser querido torturado, sintiéndote atado…
¿Cómo sería?
Se estremeció solo de pensarlo sentándose sobre un sofá junto a la mesita de madera, sobre ella una lampara iluminaba los estantes repletos de libros. Había un candelabro en el techo y ventanitas circulares con vitrales que dejaban pasar la luz del exterior.
Se abrazó a si misma. Se preguntaba como estarían Harry y Ron, aún quedaban 3 Horrocruxes, debía ir a ayudarlos, estaba siendo egoísta en ese momento, lo sabía.
–Ya hablé con Blaise, si nos va a ayudar – Escuchó la voz de Draco desde la entrada – ¿Qué tienes pensado? –
– Debemos ir con ellos a donde los llevó Gremia.
– ¿Cuándo?
– Lo más pronto posible – Draco ya había atravesado la estancia mirándola de pie al centro de la biblioteca. Por su expresión parecía tranquilo – Podríamos morir, es una posibilidad – Él ya estaba familiarizado con la sensación de tener un cuchillo en la garganta todo el tiempo, andando por el filo entre la vida y la muerte, enfrentarse a ella ya no le asustaba.
–Todos moriremos, eventualmente… – Se encogió de hombros, soltando un suspiro.
–Malfoy… ¿Por qué Zabini dijo que eres el mandadero favorito de Voldemort? – Se animó a preguntar la castaña, sus ojos avellana se entrecerraron, buscando su mirada pero él encontró más interesantes los estantes de libros.
–Supongo que no vas a parar hasta obtener lo que quieres – Había cierta molestia en su voz pero ella lo ignoró.
–Supones bien –
Joder, no podía huir ahora. No cuando Granger lo había puesto en una situación que no podría rechazar.
Si antes estuvo domado en ese momento ya estaba encadenado. Sin salida.
Apretó los labios y cerró los ojos unos segundos antes de enfrentarla, acercándose hasta ella y para sorpresa de la castaña lo tuvo sentado justo a su costado. Lo sintió extender el brazo sobre el respaldar. Mientras cruzaba sus piernas de forma despreocupada ¿por qué olía tan bien?
– Zabini exagera – Draco pudo ver como fruncía el ceño, no le creía claro está. Porque era Granger y era perfecta, inteligente y no se tragaría un cuento tan fácil.
Y porque no quería mentirle.
–Me otorgaba más… misiones que a los mortifagos de mi rango – Hermione se mordió el labio nerviosa.
–¿Qué tipo de misiones? – Preguntó.
–Tu lo escuchaste, a las personas como Blaise y como yo… Nos toca eso – Hermione se sintió estremecer.
–Pero ¿por qué lo hace? –
–No lo sé, quizá para aplastar la esperanza de la gente. Sino tienen en que creer o porque luchar… Es más fácil para él ganar – Lo miraba como queriendo leer lo que esa calma en su rostro decía, pues la sombra en esos bonitos ojos grises no podía significar calma, había tormenta, soledad.. Culpa.
–¿Tu no.. intentaste escapar?
–Una vez.. – Confesó – Mi madre intentó ayudarme pero lo descubrió mi padre y… – Se detuvo –
–¿Y? – Insistió.
–Mi padre le dio una paliza frente a mí, yo no pude hacer nada – Hermione no pudo contenerse, lo abrazó, se sintió tonta siendo ella quien tenía ganas de llorar cuando quien había pasado por todo eso era él. Que mantuviera esa calma y aparente indiferencia le dolía ¿qué se sentirá guardar todas las emociones? ¿cómo podía?
Sintió su respiración en su cuello y cuando levantó el rostro se encontró con él mirándola, estaba tan cerca que podía sentir la brisita de su nariz rozándola, de pronto sintió el aire denso, y fue consciente del calor de su cuerpo contra ella, su corazón empezó a latir con fuerza. No podía responder a sus actos cuando su cuerpo actuaba como si se desconectara de su cerebro moviéndose por cuenta propia hacía él.
Draco podía leerla, la manera en la que mordió su labio, nerviosa o de repente quería rehuirle a su mirada, como un ligero rubor empezaba a cubrir sus mejillas como en el pasillo un par de horas atrás.
De nuevo se había dejado llevar, lo cual resultó curioso y… encantador.
Sabía lo que venía, se separaría abruptamente para alejarse, pero no se movió, se quedó ahí, mirándolo y para él eso fue una invitación.
Porque era un jodido hombre y ella la mujer más hermosa que había visto jamás.
Y sus labios jugosos lo invitaban a probarlos
Y lo hizo.
Ella ahogó un suspiro cuando sintió sus labios sobre los de ella, aferrando con sus manos la tela fina de su camisa mientras él invadía su boca con posesión mareándola al ritmo de su lengua, de pronto se olvidó de lo que estuvieron hablando, se arqueó hacía él siendo atraída por sus manos en su cintura, estuvo encima de Draco, hincada con sus piernas sus costados sobre el sofá. Se estaba dejando llevar, las manos serpentinas del Sltytherin en su cuerpo, cogiendo su cintura bajando por su trasero, soltó un gemido cuando el rubio decidió descender por su cuello. Sentía como se humedecía y el cosquille en su vientre anticipando, sintiendo sus dedos traspasar la tela de su camiseta para acariciar la piel de su abdomen.
No quería detenerlo…
Porque quizá morirían…
Sintió entonces su erección contra la tela que los separaba, sus caderas se movieron contra él en un roce embriagador de su sexo antes de encontrarse con sus labios con desesperación, de pronto sentía que la ropa le estorbaba, quería arrancársela. Pero él se detuvo abruptamente, respirando entrecortado.
Ella se quejo buscando sus labios y contra todo pronóstico, él huyó echando la cabeza hacía atrás, por lo que Hermione solo alcanzó a besar su barbilla
-¿Malfoy? – Sentía el corazón taladrando su cerebro, intentando recuperar el aire.
Draco estaba haciendo uso de todas sus facultades para no arrancarle esos bonitos baqueros que acentuaban sus bonitas curvas.
No quería aprovecharse de la situación, no quería literalmente arruinarlo con ella ahora que tenía su permiso de intentarlo pese a todo.
-¿Mmmm? – Preguntó respiraba con dificultad, embriagado de su aroma, ella no se alejó, sentía la curvatura de sus senos presionando en su pecho.
Jodida Granger… Siempre tan tentadora.
-¿Por qué te detienes? – Se sintió acalorada al atreverse a preguntar aquello, pero se sentía temeraria si estaba en una misión suicida, podía permitirse un momento de locura ¿no?
Él se quedo sin palabras, mirando el techo de la biblioteca antes de regresar su mirada a ella, estaba sonrojada, preciosa joder.
-¿Te das cuenta de lo que estás haciendo? – Arrastró las palabras, con su mirada parada en ella, el color de sus ojos vibraba pese al rubor en sus mejillas, Hermione se mordió el labios sin alejarse, Draco maldijo a sus ancestros por la presión de su cuerpo contra él. Torturándolo se imagino formas indecentes de clavarse en su interior por largas horas, hasta hacerle gritar su nombre, joder de verdad... Le hacía perder la cabeza.
-Si… - Murmuró Hermione.
Él arqueó las cejas –Deberíamos irnos ya ¿no? – Ella negó con el rostro, jodida Granger.
–¿Tu no quieres…? –Esa mujer descomponía todo en él, lo manejaba a su antojo sin siquiera proponérselo ¿cómo no querría?
–¿Qué? ¿Follarte? Por supuesto que quiero – Ella se estremeció – Pero no quiero que te arrepientas después –
–No va a pasar – Se apresuró a decir
–Granger… -
–¿No vas a dejar que te ruegue o sí Draco..? – Ahí estaba, su mirada avellana chispeante, parecía miel en sus ojos brillantes tentándolo por la manera en la que su nombre se deslizaba por sus labios.
Su pulsó era casi doloroso, sintió un hormigueo, un bálsamo, una cura, la atrajo bruscamente antes de ponerse en pie, la chica lo rodeó con las piernas tras emitir un grito por la sorpresa aferrándose a su cuello con las manos de Malfoy la sujetó fuertemente, parecía poder cargarla con facilidad impresionante -¿Qué haces?- preguntó ella aferrada cual osos perezoso a un árbol.
–No esperarás que te haga el amor sobre un sofá ¿o si? – Preguntó el muy cabrón susurrando en su oído, ella sintió que su sexo reaccionaba humedeciendo sus bragas, aferrándose a él, quería besarlo… "hacer el amor" la sola frase la estremeció ante la anticipación
Quizá era irracional.
Estaba cruzando la línea.
Pero lo deseaba.
Y si, no quería morir… Pero si pasaba no quería hacerlo siendo aún virgen.
¿Lo estaba utilizando? Quizá…
Y lo besó. Con necesidad, enredando sus dedos en sus cabellos platinados, mientras Draco caminaba a tropezones, no supo como llegaron a la cama, ni como es que él había cerrado la puerta, se sintió caer sobre las sabanas sus cabellos se habías desparramado sobre la tela mientras lo observaba, alto, elegante, imponente y asquerosamente guapo, sus cabellos despeinados por su culpa le daban solo un aspecto salvaje e incluso peligroso, se mordió el labio incapaz de contener sus ansias por tocarlo.
Él se recostó sobre ella apoyado de sus brazos para besarla con lentitud, en un roce sensual buscó su lengua con la suya, Hermione temblaba ante el ritmo mortífero de su boca. Draco deslizó los dedos sobre sus senos estimulando sus pezones sobre la tela para bajar por su sexo, la chica temblaba por su tacto, quería más.
Entonces el rubio se hincó, guiándola para quitarle la chaqueta de mezclilla, se estremeció cuando él besó su hombro con suavidad, cariño y devoción. Hermione en ese momento estaba sentada sus miradas se encontraron en silencio y sintió algo en su pecho, algo indescriptible que dolía de una forma agradable.
Con sus manos temblorosas busco deshacerse de los botones de la camisa de Draco, para él cada torpe movimiento de sus manos fue una tortura, uno a uno la dejo deshacerlos pues pese a todo quería alargar ese momento lo más que pudiese. Hermione vio su piel blanca, decorada con cicatrices, y tuvo el impulso de deslizar sus dedos sobre ellas con cuidado, su piel era tersa y suave, pero encontraba los bordes irregulares de las cicatrices, él se sintió un escalofrío por el tacto, dejándola ser la observó… Intentando leerla pero parecía absorta mirándolas una a una hasta que se inclino lo suficiente para dejar un beso sobre su pecho, sobre alguna de las muchas cicatrices que tenía.
La sensación fue indescriptible, no quería decir nada, no quería fracturar el momento. Cogió los bordes de su blusa de tirantes y la subió por su cuerpo, ella levantó los brazos hasta sentirse expuesta por el sostén sencillo que cubría sus senos, se dejó caer sobre la cama, Draco tuvo una visión maravillosa, ella cohibida intento cubrirse pero no se lo permitió.
Draco se terminó de quitar la camisa, Ella pudo confirmar entonces que las cicatrices se centraban en su pecho, admirando su cuerpo bien trabajado, era delgado, atlético con los músculos marcados sin ser toscos, el pecho de la leona subía y bajaba al ritmo de su respiración desenfrenada cuando el soltó el broche de su sostén con facilidad, deslizando las tiras por sus hombro separó la prenda de su cuerpo, dejándola desnuda de la cintura hacia arriba, la mirada de él la llenó de valentía, parecía querer comérsela con los ojos, Draco estaba fascinado, es que era perfecta, quería grabarse cada pequeño espacio de su piel, dándole especial atención, empezó a besar su cuello, bajando con una lentitud delirante por su escote, Hermione sintió su piel erizarse cuando sus labios cálidos, rozaron la piel sensible de sus senos, tuvo que aferrarse a la sábana, sintiendo su lengua saborear su pezón, temblaba, estaba muy excitada pues él estaba muy concentrado, acariciando el otro mientras la enloquecía con el tacto de su lengua abriéndose camino bajando hacia su vientre.
-Draco… - No sabía que estaba pidiendo pero lo necesitaba con urgencia, sentía arder su sexo, sintió sus dientes al borde de sus pantalones, las piernas le temblaron cuando el deshizo el botón.
-Pronto, muy pronto… - Murmuró él bajando el cierre y con firmeza bajó sus pantalones con ambas manos, deshizo sus botas y calcetines, dejándola con las bragas. La observó entonces, sentía la garganta seca, su erección era casi dolorosa. Joder, es que era perfecta.
Ella se cubrió el rostro cuando las manos de Draco fueron bajando las bragas por sus piernas el tacto de sus dedos contra su piel la estaba volviendo loca, lo sintió inclinarse antes de sentir sus dedos estimulando su sexo, estaba mojada y ansiosa, le temblaron las piernas al sentir como era penetrada por uno de sus dedos, lentamente, seguido de otro jadeó una maldición, tapándose la boca para contenerse.
-No te contengas, quiero escucharte… - Le escuchó murmurar. Hermione se sonrojó al sentir su nariz rozar la parte baja de su vientre seguido de un beso suave y sensual, las manos de Draco guiaron sus piernas hasta dejarlas sobre sus propios hombros. Hermione se tapó el rostro antes de sentir su lengua acariciar su sexo soltando una larga sarta de maldiciones y palabras sin sentido mientras era invadida por su hábil lengua ahí, entre sus piernas.
Aferró las sabanas con las fuerza antes de que sus manos pararan en sus cabellos platinados, por el ritmo de su lengua en sus labios inferiores y clítoris, Gimió con fuerza, dejando escapar el placer que sentía y no pudo evitar mirarlo, una imagen tan erótica, se estaba volviendo loca.
Tardó poco tiempo en dejarse ir completamente, en caída libre el estremecimiento en su cuerpo la dejo flácida, sus piernas se relajaron cuando el se incorporó.
Lo observo descalzarse, y quitarse la ropa que sobraba, posicionándose sobre ella, volvió a probar sus labios, que sabían a ella, beso con fuerza pese a la relajación de su cuerpo no tardó demasiado en verse sumida de nuevo en la necesidad de sentirlo dentro de ella, era extraña la sensación pero igualmente placentera, Draco se acomodó entre sus piernas, sintió su erección rozar su clítoris hinchado, mandando oleadas violentas de necesidad a cada remoto rincón de su cerebro.
-¿Estás segura? – Preguntó el rubio sobre sus labios, Hermione asintió – Dímelo…- Insistió
-Si Draco joder, hazlo de una vez... – Soltó con dificultad, antes de que el dolor la invadiese. Su miembro completamente erecto empezó a atravesar sus barreas, se estremeció respirando entrecortado él se detuvo al ver su expresión de dolor – No te detengas…- Exigió ella, y volvió a besarlo. Más suavemente y él en un movimiento atravesó sus adentros penetrándola con fuerza. Hermione gimió en sus labios acostumbrándose a la sensación de dolor, dolor y placer…
Enterró sus uñas en su espalda cuando comenzó a moverse, aliviando de a pocos el dolor, dejando una sensación de placer que le nublaba la razón.
–Joder Hermione eres perfecta… –Draco jamás en su puta vida se había sentido tan jodidamente extasiado, ella estaba caliente, jodidamente estrecha y condenadamente deliciosa, tenía que hacer uso de todo su ser para no correrse precozmente como un puto primerizo y Hermione no se estaba poniendo fácil con sus uñas presionando con fuerza su espalda, seguramente estaría marcado por varios días pero nada de eso importaba, no cuando ella movió sus caderas contra él haciéndole jadear.
–Joder Granger – Soltó él, y empezó a moverse con más fuerza y cierta violencia, ella no parecía incomoda al contrario, arqueaba su cuerpo dispuesta a recibir sus bruscos movimientos rebotando sobre el colchón a su ritmo frenético, incluso la cama empezó a resonar contra la pared.
–Ahhh.. un poco más..… – Gimió ella contra sus labios sintiendo como pronto llegaría al climax, Draco sin poder aguantarlo por mucho tiempo más busco su sexo con su mano estimulando su clítoris hinchado mientras la penetraba con fuerza hasta que la sintió correrse fuertemente, temblando, Draco solo entonces él se dejo ir en su interior, Hermione sintió el calor llenando su centro, bombeando con movimientos que paulatinamente bajaron su intensidad cayendo flácido sobre su tibio cuerpo, exhausto y mortalmente satisfecho, aquel sin lugar a dudas había sido el mejor sexo de su perra existencia.
Respiró entrecortado sabiendo que estaba dejando todo su peso contra su pequeño cuerpo se dispuso a incorporarse con pereza pero sus brazos lo rodearon impidiendo que se alejase.
–Quédate así un rato…– Le escuchó murmurar débilmente, su voz estaba áspera por los gritos y esto infló su ego, claro que si
Porque era Draco Malfoy, un egocéntrico de mierda.
–Te quedaste sin voz Granger…- Se burló él, ella soltó una risa débil.
–Cállate.. – Murmuró, sus miradas se encontraron y estaba preciosa joder, sonrojada, con una pequeña capa de sudor cubriendo su frente, sus ojos brillantes como la miel lo miraban fijamente, entre avergonzada y satisfecha, no pude evitar besarla dulcemente, saliendo de su ser, ella sintió de nuevo esa sensación en su pecho… Dolorosamente agradable.
–Malfoy… – Soltó ella – Hablemos cuando todo esto terminé… – Murmuró sin pensarlo, como un deseo irracional de su propio corazón, él la miró intensamente por unos infantes, intentando leerla, al parecer estaba tan confundida como él mismo.
–Está bien –
–Y… - Dudó – ¿Podríamos hablarnos por nuestros nombres? - Él arqueó las cejas, y una sonrisa apareció en sus labios, una que enterneció a la castaña porque no era sarcástica, era una simple, honesta y sencilla sonrisa.
–Si Hermione – Draco no podía dejar de pensar en que con ella siempre iba todo en reversa. No tenía sentido ni dirección, pero sabía que quería que fuese con ella.
Si existía un futuro..
Si realmente existía una posibilidad para él…
Quería con todo su ser que fuese con ella.
