—¿Ir al cine?

Usami asintió de manera violenta.

—¿Para qué? Si tenemos Netflix, prime, Disney… ¿Acaso hay una película en especial que quieras ver?

—Investigación —puntualizó Usami, que se sentó frente al desayuno humeante y sonrió—. Nunca hemos ido al cine, creo que ya es hora.

Misaki puso los ojos en blanco y le dio un sorbo al café con leche.

—Tengo tiempo el sábado por la tarde, ¿te parece bien? —Usami asintió, dispuesto a sacar ya los boletos—. ¿Qué película?

La casa con paredes sangrantes.

—¿Esa no es la que prohibieron en varios países por ser muy explícita?

—¿Acaso te da miedo? —preguntó con burla Usami.

Misaki frunció el cejo y se inclinó sobre la mesa.

—¿Quién dijo algo de miedo? Compra los boletos.

Con eso la discusión terminó, Misaki se fue al trabajo y Usami sonrió victorioso.


El plan era sencillo. En el momento en que Misaki se asustara, él le tomaba la mano como había visto en esa película y podría darle mimos durante esas dos horas.

Como era una película de terror, la única función se daba en la noche. En la entrada había una larga cola de universitarios y parejas que lo único que querían eran entrar a esa sala de cine para demostrar lo grande que eran o, en su defecto, darse el lote con una excusa de por medio. Solo había unas cuantas personas adultas y entre ese grupo se encontraba Usami con Misaki.

Ya era la quinta vez que Usami era interceptado por una universitaria que le preguntaba por el número de asiento que había comprado. Misaki no decía ninguna palabra, aunque notaba el disgusto plasmado en su rostro, mientras ya devoraba las carísimas palomitas que Akihiko compró.

Dentro de la oscura sala de cine. Usami tuvo que quitarse las gafas de sol— que usaba para "encubrir" su identidad— y subió al puesto que compró, justo en el centro. Un grupo de ruidosos amigos se sentaron al frente, los cuales no dejaban de reírse con ruidosas carcajadas de las bromas mediocres que se decían entre ellos.

Una vez la función comenzó, todo guardó silencio por un momento y al presentar el comienzo de la película. Usami comprendió la razón de la clasificación +21 de la cinta.

Al ver cuerpos desmembrados, sangre en increíble resolución y órganos expuestos, se arrepintió de ese experimento. Se volteó a Misaki, que veía la película con una sutil sonrisa y completa tranquilidad. Nadie se volvió a reír en la función, y fueron las dos horas más largas que Usami tuvo que vivir.

De hecho, una vez que todo concluyó, los amigos ruidosos parecían exhaustos y varios grupos de chicas salieron temblorosas. Usami estaba pálido, a diferencia de Misaki que soltó un bostezo y estiró el cuello.

—¡Espera! Puede haber alguna escena post-créditos.

Fueron los últimos en salir, casi siendo echados por el equipo de limpieza.

—No estuvo mal, pero tampoco creo que fue para tanto; la crítica es una exagerada —declaró Misaki, al botar la basura—. Aparte; la cantidad de sangre era poco realista, hacía ver como si el cuerpo humano fuera una regadera.

Usami de regreso a casa se preguntó con qué tipo de psicópata convivía. Un psicópata que le dio varios mimos a su mascota y con una sonrisa se metió al baño para prepararse para dormir.

Una vez Misaki terminó, él también lo imitó. Tenía las manos heladas y el agua caliente parecía no poder abrigarlo ni un poco, ya que en la mente no dejaba de reproducir las violentas escenas que presenció. Al salir con el pijama puesto, se encontró a Misaki de lo más tranquilo, trabajando en unos papeles.

—Voy a dormir.

—Buenas noches —le contestó Misaki, al lado, que disminuyó la intensidad de la luz y continuó en lo suyo.

Lo escuchó trabajar y Usami, por más que lo intentó, no era capaz de conciliar sueño. Las sombras de la habitación lo machacaban constantemente. En cuanto Misaki se dispuso a dormir, se dio media vuelta y lo abrazó.

—Pensaba que ya estabas dormido.

—No puedo dormir…

—Me lo imaginaba —se rio Misaki—, pero yo sí puedo dormir, así que buenas noches.

Usami soltó un gruñido, encendió las luces y se sentó al lado de Misaki, con el cejo fruncido.

—¿Cómo es posible que estés tranquilo?

Misaki se encogió de hombros—. Siempre me ha gustado el gore (2). Es divertido como exageran todo, aparte esto no fue nada comparado a cualquier manga de Junji Ito (3).

Y sin decir nada más, Misaki apagó las luces y se fue a dormir, aunque permitió que Usami lo abrazara hasta que también conciliara el sueño.


El día en que fueron a ver una película BL al cine, Misaki no sabía que era BL y mucho menos que era live action.

La sala estaba llena de chicas amantes del género, que venían con ansias de ver a los dos guapos actores de la portada juntos.

¿Junai Romantica? —leyó Misaki, con los ojos muy abiertos—¡Usagi-san! ¡Me dijiste que veníamos a ver la última de misión imposible!

—Soy el creador, tengo que venir a ver la película ¿no?

Misaki apretó la mandíbula y se dejó caer en la silla del cine.

El actor que interpretaba a Misaki, era un chico con rostro angelical, alto, atlético sin llegar al exceso; en el caso de Akihiko se trataba de un hombre que hacía ver a Misaki—el de la película— de estatura promedio, el cual resaltaba por la madurez de sus facciones y la sonrisa coqueta permanente en los labios.

Misaki se encogió en el asiento con la boca llena de palomitas, pero no le dio el privilegio a Usami de verlo trastornado. Aunque durante la escena explicita, mientras las chicas chillaban de fondo, él cerró los ojos con fuerza.

Salió de la función tan rojo que apenas podía caminar y esperó hasta llegar al auto antes de lanzarle una sarta de palabras a Usami.

—¿¡Pero qué mierda fue eso?! ¡Yo no soy así! "No quiero que… ah… Akihiko-Sensei" ¿Qué mierda? —se imitó Misaki falsamente—. ¡No vuelvo a venir al cine contigo en la vida! ¡Estás enfermo!

—Venganza —fue lo único que dijo Akihiko.

—¿A dónde vamos? —le preguntó Misaki al darse cuenta de que Usami se desvió del camino a casa.

Akihiko, mientras el semáforo se encontraba en rojo, se inclinó hacia Misaki y poso la mano sobre la entrepierna del chico que soltó una exclamación.

—No creo que aguantes hasta casa con eso. Tengo que hacerme cargo de tu "mala experiencia" ¿no, Misaki?

Se rio de la vergüenza de Misaki y avanzó el auto.

Ahora estaban a mano, quizás no compartían el mismo gusto por los géneros cinematográficos; pero algo tenían claro, que el post de la función siempre lo iban a pasar juntos.


Lunes 26 de junio de 2023

19:56 p.m.

1)Juunin Toiro (十人十色): Diez personas, diez colores.

2)Género de cine, que se centra en la violencia gráfica extrema.

3)Artista de manga del género de horror.

Es canon el hecho de que a Misaki le gusta el Gore.

No puedo dejar de pensar en como serían los personajes de JR, si vivieran en la actualidad. ¡Estoy segura de que Misaki sería un chico de estilo grunge, medio otaku y amante del indie-rock de la década del 2010'! Anarbor, Panic at the disco, hippo campus y cigarretes after sex; deben ser algunas de las tantas bandas de las cuales tiene en su playlist.