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Advertencias del capítulo: (Lenguaje soez)
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UNEXPECTED LOVE
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CHAPTER 5
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Romantic Date
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Con un suspiro, Akane miró de un lado a otro alrededor de parque central, justo frente al restaurante en el que trabajaba.
El invierno había llegado y justo al inicio de este, el clima aunque frío, se percibía aún agradable. Ella forzó sus manos desnudas entre sí y luego, las llevó a sus labios, para darles un poco de calor. Además de su uniforme, solo portaba un suéter y un chaleco para el frío, era suficiente para ella, pero si permanecía mucho tiempo en una sola posición, tampoco seria extraño que el frío empezará a ascender en su cuerpo.
Ranma no tardaría, al menos, eso le había dicho unos minutos atrás. Le avergonzaba pensar que él venía desde el apartamento solo para pasar por ella. El chico había acomodado unos turnos en el restaurante, ya que tenia unos pendientes en la universidad, por lo que no debía asistir al trabajo por algunos días. Aunque Akane intentó decirle que estaba bien con ir hasta casa ella sola, Ranma se había negado rotundamente. Él incluso se había tomado la molestia de acompañarla al restaurante en su entrada y también le pidió que le avisara cuando iba a salir para pasar por ella. Akane intentó rehusarse, porque se le hacia tonto que Ranma caminara hasta ahí solo por ella, pero él insistió. Podía ser un verdadero tozudo algunas veces.
Pensarlo le saco una sonrisa del rostro. Negó con la cabeza y volvió a darse algo de aliento en las manos, para disminuir el frío que empezaba a escalar a través de sus huevos. Se le hacia extraño que Ranma tardará.
—¡Akane! — el llamado, justo en ese momento, la hizo sobresaltar. Cuando levantó el rostro, se dio cuenta de que Ranma se acercaba, a paso de trote.
Llevaba pantalones oscuros, un suéter rojo y una bufanda negra. Akane sintió que se sonrojaba mientras lo veía.
—Lamento llegar tarde, el idiota de Asahi no me soltaba — musitó con una sonrisa. Se acercó a ella y con una expresión risueña, apoyó una mano en su cintura —. Hola.
—Hola — sonrojada, Akane le miró a los ojos.
Ranma deslizó una mano en su mejilla. Tenía la piel fría y ella estaba tan enrojecida de la vergüenza, que el choque de temperatura la hizo estremecer. El moreno no se inmutó y en su lugar, se inclinó y deposito un suave beso en sus labios.
Ella le correspondió al instante, apoyando las manos en su pecho y cerrando los ojos. Su corazón se aceleró y una sensación de burbujeo le inundó el estómago.
Su beso fue corto, apenas un ligero y dulce contacto. La expresión de Ranma brillaba de entusiasmo cuando se separó de ella.
—Debes estar agotada — susurró, quitándole la mochila. Él se la colgó en su hombro y luego le tomó de la mano, entrelazando sus dedos —. Vamos.
—Si…
—¿Cómo fue tu día? — indagó el chico suavemente.
—Muy tranquilo en realidad, comparado con otros días.
—Menos mal.
—¿Y el tuyo? — preguntó ella en esa ocasión.
—Ahh — él rodó los ojos y la observó por sobre el hombro, antes de negar. Volvió la mirada hacia el camino —. No puedo decir que será la mejor presentación de todas, pero creo que irá bien. Deberías verla antes, para darme algunas opiniones. Le dije a Mina que debíamos haber…
Akane dejó de escucharlo, mientras observaba sus manos unidas. Ella flotaba en una sensación tan dulce como extraordinaria. Era incapaz de controlar lo que Ranma le hacía sentir.
Ellos eran novios.
Sintió como el rostro se le enrojecía, tan poco acostumbrada a aquel concepto. Era tan extraño, pero al mismo tiempo, la hacía muy feliz. Ella se sentía en el lugar correcto cada vez que estaba con Ranma. Era como si no pudiera concebir otra cosa, como si fuera natural.
—¿Akane? – sintió como Ranma le daba un apretón gentil.
Saliendo de sus pensamientos, la morena volteó y observó que el chico la observaba fijamente.
—¿Qué sucede? — indagó ella, parpadeando. Ranma frunció ligeramente el ceño, extrañado.
—Parecía que estabas distraída.
—No, no — ella se apresuró a negar, sonrojándose al saber que era cierto —. Solo te estaba escuchando.
—Bien… — el chico asintió, tomando sus palabras como absolutas.
—¿Y qué decías?
—Ahh bueno… — él pareció dudar un segundo, pero después asintió —. Sobre el proyecto ¿Puedes creer que…
Akane procuró en esa ocasión, ponerle atención a cada palabra que salía de su boca y por que no, admirar su perfil muy atractivo. Ranma era un hombre muy guapo, no podía decir que fuera algo que hubiera podido ignorar desde un inicio, era difícil dado lo atractivo que era, pero también podía asegurar con confianza, que era más que una cara bonita.
Ranma era muy inteligente, atractivo y decidido. Poseía una facilidad de palabras envidiable, siempre sonriendo y manteniendo aquel ánimo tan propio de su personalidad que era difícil no interesarse o sumirse en cualquier cosa que dijera.
Akane apenas podía creer que había pasado un mes desde que ellos eran novios. Había sido luego de aquella tarde de lluvia, donde por un segundo, se sintió tan compenetrada con Ranma como ella nunca lo había estado con otra persona.
En ese momento, logró comprenderlo mejor que nunca y también, se dio cuenta de la profundidad de sus sentimientos. Entendió que sin importar nada, ella siempre apoyaría y aceptaría a Ranma. Ella tenia sentimientos reales por él, le amaba tanto que era sorprendente y aterrador, pero estaba decidida a vivirlo, a no dejarse intimidar por la intensidad de su sentir, a simplemente amar con libertad.
Aun debía acostumbrarse a sus muestras de cariño, a su toque y a la manera en la que Ranma la observaba, sin embargo, no podía negar también que era cada una de esas cosas, las que mas la enamoraban.
—¿Y qué te parece? — las palabras de Ranma la sacaron de sus pensamientos.
Avergonzada, Akane se dio cuenta una vez más, que se había perdido en sus pensamientos.
—Esta bien — susurró insegura y con el rostro completamente sonrojado.
Ranma bajó el rostro y la miró a los ojos, antes de sonreír de soslayo.
—No me estabas escuchando ¿verdad? — indagó sin ninguna molestia.
Akane se apresuró a negar con la cabeza, mas por instinto que por otra cosa.
—No, yo…
—¿Qué sucede Akane? ¿Paso algo en el trabajo?
Azorada, la chica negó de nuevo.
—No es eso.
—¿Entonces? – Ranma ladeó el rostro en su dirección —. Puedes ser sincera conmigo.
—Es solo que… no me acostumbro a esto — ella dudó, pero continuó, tras tomar una respiración profunda —. No me acostumbro a nosotros.
Ranma se detuvo al instante, lo que la obligó a detenerse también. La expresión del chico era indescifrable, mientras la soltaba al instante.
—¿Hice algo malo? ¿Te hice sentir mal de alguna manera?
—No, no… — sorprendida, Akane jadeó —. ¿De qué estas hablando?
—¿Sobre lo que dijiste? — el moreno suspiró —. De no acostumbrarte a nosotros.
—Ahh… — la Tendo negó rápidamente —. No lo entendiste bien.
—¿Ah no?
—No — la chica soltó una risita nerviosa —. Cuando digo eso es porque… — bajó el rostro, cada vez más avergonzada —. Me siento diferente cuando estamos juntos… muy feliz.
—Ahhh — sorprendido, Ranma asintió, sintiendo como las mejillas empezaba a arderle. Una sonrisa bobalicona se deslizó en sus labios —. Yo también me siento así algunas veces — tomó las manos de la chica, antes de mirarla a los ojos —. Pero estoy cómodo contigo ¿Tu no?
—Si, siempre — asintió.
—Bien — se inclinó y le robó un beso rápido —. Me has dado un susto de muerte.
—Lo siento… — miró su perfil —. Ranma…
—Mmm.
—Puedes decirme como te fue en tu proyecto… te prometo que esta vez si pondrá atención.
—Muy bien… — suspiró —. Pero no vuelvas a distraerte con mi belleza extraordinaria.
—Bobo.
Estaban por llegar al apartamento, cuando Ranma decidió exponer aquella idea que venía rondándole la cabeza.
—Akane…
—¿Si?
—He estado pensando…
—¿Aja?
—Tu y yo siempre tenemos la misma rutina ¿no?... siempre de la universidad al apartamento y del apartamento al trabajo, ida y vuelta.
—Bueno… si.
—¿Qué te parecería hacer algo diferente?
—¿Algo diferente? — indagó con curiosidad —. ¿Cómo que?
—Salir… tu y yo, una noche.
—¿Una cita? — Akane sintió que las mejillas le ardían. Algunas veces odiaba lo vergonzosa que podía ser.
—Si, una cita.
—Ohhh…
—¿Te gustaría tener una cita conmigo, Akane? – se posicionó frente a ella, para mirarla a los ojos.
La aludida también le observó fijamente y luego asintió, avergonzada, pero feliz.
—Si, me encantaría.
—Muy bien… ¿Cuándo te parecería bien?
—El sábado en la noche — susurró ella sin dudarlo.
—¿Este sábado? — él lo pensó un momento.
—¿Tienes algún pendiente?
—No, no es eso… es solo que seria pasado mañana. Es pronto.
—Podemos hacerlo el otro sábado.
—Claro que no, este sábado esta bien — afirmó Ranma.
Akane sonrió contenta y sonrojada. Estaba ansiosa por su cita juntos.
Frente al espejo, Akane dio media vuelta, admirando su perfil. Aunque habría deseado utilizar un vestido, lamentablemente el clima no cooperaría, por lo que se decidió por una falda marrón y un suéter negro, sus medias, también negras, de invierno, mantendrían el frío afuera y terminando con unas botas cortas, ella se sentía muy bonita.
Se acarició el cabello sobre los hombros y apreció su largo. Apenas le llegaba a la altura de los senos, pero le gustaba como le quedaba. Ranma había empezado a tomar aquella extraña manía de acariciarlo. Parecía gustarle la suavidad de sus hebras y ella estaba considerando dejárselo crecer mucho más.
Escuchó los pasos al otro lado de la habitación. Ranma apenas había llegado del trabajo e inmediatamente tomó una ducha, tras saludarla a través de la puerta. Él había tenido que hacer algunas horas extras en el restaurante, solicitadas sin previo aviso. Cuando se lo comentó, Akane consideró cancelar la cita, pero el chico se negó rotundamente, alegando que no había manera alguna de que lo hicieran. Le había hecho prometer que ella se cambiaría y solo esperaría por su llegada. Ella apenas había terminado de alistarse, tomándose su tiempo para sentirse perfecta.
Pronto escuchó como la puerta del otro lado se abría y posteriormente se cerraba. Akane se encontraba acomodando algunas cosas en su bolso cuando escuchó como Ranma tocaba.
—¿Akane?
—¡Voy! – terminó de meter todo y luego se miró al espejo una vez más, antes de apresurarse a abrir la puerta.
Ranma estaba del otro lado acomodándose una chaqueta sobre los hombros. Llevaba pantalones oscuros, un suéter gris, un abrigo negro largo y zapatos del mismo color. Estaba muy guapo.
Akane sintió como el pulso se le aceleraba, mientras la mirada de él también le recorría. El chico sonrió cuando se encontró con sus ojos y se inclinó, para darle un beso rápido.
—Estas muy bonita — soltó con un asentimiento.
Akane sentía que le ardía el rostro y el fuerte latido de su corazón le hizo preguntarse si Ranma sería capaz de escucharlo. Ella estaba muy nerviosa en ese momento, pero de una buena manera.
—Tu también te ves bien — susurró.
—Ahh, si… menos mal. Es una suerte que hubiera dejado preparado lo que me pondría, sino habría tomado cualquier cosa — la tomó de la mano —. Ven, vamos.
Pronto salieron del apartamento y luego, del edificio. Mientras iban por las calles, Ranma le fue contando lo que había sido de su día de trabajo cuando ella se lo preguntó.
Hasta el momento, el chico no le había dicho hacia donde se dirigían, por lo que Akane se sentía un poco perdida. Decidió preguntárselo directamente.
—¿Ranma?
—¿Si?
—¿A donde vamos a ir? — levantó el rostro y le miró, notando la sonrisa inmediata que se deslizaba por sus labios.
—Estaba pensando en algo como Den o Abysse ¿Qué dices?
—¿Den? Pero Ranma… — ella se detuvo sorprendida, lo que hizo que él también lo hiciera —. Esos son restaurantes muy caros.
—Bueno… — le pareció ver un ligero, pero notorio sonrojo en sus mejillas —. Es nuestra primera cita y creo que debería ser especial.
—Ranma — ella le interrumpió con gentileza, apoyando una mano en su pecho —. Me halaga profundamente que consideres algo así para nosotros, pero creo que algo sencillo también estaría muy bien. Yo me conformo con un restaurante regular… ya sabes, lo que quiero decir es que… — la cara empezó a arderle, mientras consideraba las palabras que diría —. Sólo quiero que estemos tu y yo juntos, no importa el lugar.
Ranma se sintió profundamente conmovido con las palabras de Akane y se dijo que no debía haberle sorprendido. La Tendo siempre había sido así de gentil y sencilla. Apoyó una mano en la mejilla derecha de la chica y se inclinó para darle un beso en los brillantes labios.
—Esta bien… ¿A dónde te gustaría ir? — indagó con un asentimiento. Akane sonrió y juntos retomaron el paso.
—No se… — lo pensó un momento —. Hace mucho no como una hamburguesa.
—Menos mal… hay un lugar que conocí cuando recién llegué a Tokio. Las hamburguesas son deliciosas… jugosas, y venden una limonada que se que te encantara. Siempre quise llevarte ahí — él la miró a los ojos.
—Muy bien ¡Vamos!
Ranma no había mentido, cuando le dijo que aquella comida era deliciosa. En todo caso, se había quedado corto en halagos.
Estaba horriblemente llena. Akane observó como su novio terminaba de comerse la parte de la hamburguesa con la que ella no había podido. Le gustaba que Ranma actuará como él mismo aún cuando ellos estaban juntos. También le gustaba que ellos se hubieran conocido lo suficiente, incluso antes de dar un paso en un sentido romántico, porque eso les permitía ser ellos mismos con el otro, sin necesidad de fingir o guardarse algo.
—¿Qué te pareció? — indagó Ranma, mientras comía las últimas patatas fritas.
—Estuvo delicioso y la limonada es sabrosa.
—Te dije que te iba a gustar — sonrió de soslayo.
—Es que me conoces bien — aceptó ella sonrojada.
Ranma dejó el plato a un lado y tomó de su bebida también.
—Me he esforzado mucho en ello.
Akane sintió que se enrojecía cada vez más y supo que Ranma estaba tomándole el pelo.
—No me molestes.
El moreno lanzó una carcajada y se inclinó, apoyando los codos en la mesa, para mirarla fijamente.
—¿Y… a adonde quieres ir ahora? ¿O ya quieres volver a casa?
—No, no quiero volver a casa aún.
—Entonces…
—¿Que tal… ir a una pista de hielo?
—¿Sabes patinar en hielo? — él la miró con curiosidad.
—Si… ¿Tú no?
—Bueno… — se alborotó el cabello —. En realidad no soy nada bueno patinando en general.
—¿Estoy escuchando de una actividad en la que no eres bueno? — Akane también se inclinó y apoyó las manos en la mesa.
—Yo soy bueno en todo — soltó con una ceja alzada —. Es solo que ese deporte no es bueno para mi.
—Ahh, así es como funciona — Akane sonrió —. Entonces… si hay deportes que no se te dan…
Ranma carraspeó rápidamente y la Tendo soltó una risita.
—Disculpa… no es que algo no se te de — empezó a decir francamente divertida —. Hay deportes que no son suficientemente buenos para ti.
—Así es — asintió con firmeza.
—Eres todo un caso, Ranma.
—Eso es lo que me hace tan especial — Akane no tenía dudas —. Entonces… ¿A que otro lugar podemos ir?
—Bueno… ¿Qué tal los bolos?
Eso logro sorprender al chico.
—¿Tu... Juegas a los bolos?
—Claro que lo hago — aseguró con firmeza—. Soy muy buena en realidad ¿Acaso estoy escuchando de otro deporte que no es suficiente bueno para ti?
—¿De que hablas? — exclamó rápidamente —. Claro que soy bueno en los bolos, de hecho… soy un maestro del "strike" en boliche.
—Hasta no ver, no creer — Akane bajó la mirada y se dio cuenta de que sus manos casi se tocaban. Avanzó unos centímetros más en dirección a Ranma.
—Pues te lo mostrare.
—Creo que voy a volver a ganar de nuevo… ya sabes — encogió un hombro, con falso exceso de confianza. Miró como Ranma entrecerraba la mirada —. La victoria es mi destino — se mofó.
—Eso lo veremos — motivado, Ranma finalmente acortó la distancia y la tomó de la mano, antes de erguirse e inclinarse para robarle un beso —. Acepto el reto.
—¡Strike! — la exclamación de emoción de Akane, rivalizo con su propia sorpresa, cuando Ranma observó como su novia derribada todos los bolos de un solo lanzamiento limpio.
Y era apenas su primer tiro.
¡El primero!
La chica volteó, le miró de aquella manera que le causaba serios problemas. Con los ojos ligeramente entrecerrados, esa sonrisa de soslayo y las cejas alzadas en un gesto de arrogancia que solía tener cuando intentaba pavonearse frente a él, solo para burlarse de su persona.
Talvez no debería de encontrar aquella actitud tan entrañable, pero lo hacia. Consideraba muy divertido cuando Akane intentaba mofarse de él, porque en lugar de causarle molestia, le parecía adorable.
—Eres realmente buena — alabó, aplaudiendo con firmeza. Akane volteó, le miró y se inclinó hacia él.
—Te lo dije.
—Evidentemente practicabas desde mucho antes.
—Así es… — asintió —. Aunque siempre fui buena.
—Pues para que lo sepas… — Ranma se dirigió hacia la pista de bolos, mientras Akane cruzaba hacia el lugar en el que él había estado. Cuando se encontraron, el moreno tocó la mano de la chica solo por molestar y siguió su camino sin problemas —. Esto es para que me de suerte — le comentó tranquilamente, luego observó las bolas en líneas y se decidió por la de su color favorito —. Como decía… para que lo sepas, yo también soy muy bueno — miró a Akane por un segundo sobre el hombro y luego tomó impulso y lanzó la bola.
Esta rodó y rodó, en una línea recta perfecta y finalmente impactó contra los bolos y derribó cada uno de ellos.
Ranma sonrió, volteó hacia su novia y se dio cuenta que ella le dirigía una mirada retadora, por lo que supo que esa noche se iba a divertir como nunca.
Su competencia y habilidad llamó la atención de varias personas a su alrededor y pronto tuvieron compañía. Ambos estaban dando su mejor esfuerzo, negándose a perder contra el otro y eso era evidente en el tablero, el cual marcaba puntajes perfectos, pues ambos habían, anotado solo "strikes".
—Entonces… ¿Dónde aprendiste a jugar? — Ranma intentó indagar, mientras observaba como la chica se preparaba frente a la pista, decidida a tirar su bola numero ocho. A ese paso, pronto conseguirían llegar a los doce y si era así, quedarían empate.
No es que le molestará, pero solo debía haber un ganador y por supuesto, seria él.
—En la secundaria. Tuve que practicar mucho cuando hubo una competencia y mis compañeras me inscribieron… aunque se me dio bien desde el inicio como te conté — la miró por sobre el hombro —. ¿Hay algo más que quieras pregunta u… otra manera con la que intentes distraerme? — se mofó.
—Algo se me ocurrirá — él sonrió divertido.
—Mientras tanto, mira como vuelvo a anotar un "strike" — aseguró la chica con plena confianza, mientras le guiñaba un ojo, antes de posicionarse, dar los cuatros pasos correspondientes y lanzar la bola.
Ranma ni siquiera necesito ver para saber que nuevamente había anotado. A él no le interesaba mucho nada de eso. No, cuando bebía de la imagen de Akane. Y es que, de alguna forma, ella le parecía a cada momento mas bonita.
—Anote — la chica volteó con una sonrisa triunfante y se acercó a él, antes de darle una palmada en el centro del torso y seguir su camino —. Sigues.
Ranma la siguió con la mirada y mientras la observaba, caminó hacia la pista, de espaldas. Ignoró los aplausos que Akane recibía, los comentarios de las personas que les miraban, las apuestas que se hacían, él solo tenía ojos para su novia.
—Esta va por ti — susurró, antes de tomar la bola con los dedos. La levantó, acarició la fría y lisa superficie, y luego sonrió, antes de voltear y lanzarla.
El marcador enloqueció ante otro lanzamiento perfecto y las personas a su alrededor también lo hicieron.
Un juego así, podría haberles parecido una perdida de tiempo a otras personas, pero Ranma y Akane se estaban divirtiendo en serio, mientras se burlaban del otro y soltaban comentarios para distraerse mutuamente y hacerse perder la concentración.
Justo en el decimo lanzamiento, Ranma miró con su novia se inclinaba y meneaba el trasero, buscando una buena posición mientras observaba el tablero. Sabía que no hacía aquello adrede, Akane no era una chica provocadora y aún así, lograba encenderlo como ninguna otra.
Fue entonces que cayó en cuenta de lo vergonzosa que podía ser y recordó que él adoraba tomarle el pelo. Miró como la chica se inclinaba, tomaba impulso y se lanzaba.
—Me encanta como luces hoy, estas muy hermosa— soltó de manera casual.
Comprobó una vez más, que Akane podía ser muy fácil de avergonzar, cuando la chica perdió el paso y la bola, la cual rodó y se desvío del camino, terminando en el carril de bolas.
Varios soltaron un audible "ohhh", otros jadearon y otros más, cambiaron sus apuestas.
Ranma tuvo que hacer todo su esfuerzo para retener una sonrisa, mientras observaba como Akane se erguía, con la mirada en la bola, que en ese momento, se amontonaba por la gravedad, junto a las demás.
Observó como la chica tomaba una respiración profunda, realmente profunda y luego volteaba, con una expresión sorprendentemente pacifica.
Por un segundo había pensado que Akane se mostraría más bien molesta con él, pero la chica se acercó y se posicionó a su lado con mucha tranquilidad.
Ranma miró el tablero de puntajes y notó que aquel movimiento le había valido a Akane un enorme cero. Eso automáticamente le posicionó a la cabeza.
Miró a la chica y luego empezó a acercarse a la pista, mientras finalmente sonreía. Tomó una bola y se posicionó, decidido de una vez a anotar una puntuación perfecta.
Tomó impulso, una respiración profunda y empezó a avanzar.
—Siempre me pareciste muy atractivo, creo que me gustaste desde un inicio — el susurro femenino hizo que Ranma terminara con la mente en blanco.
El moreno perdió el equilibrio y dio un paso indebido al frente, cometiendo una falta inmediata al cruzar la línea. La bola salió disparada, pero tal como la de Akane, terminó en el carril de bolas.
Ranma parpadeó sorprendido y volteó hacia la Tendo rápidamente, notando que la chica le observaba de brazos cruzados y con una sonrisa de prepotencia que le provocó unas inmensas ganas de besarla. Estaba completamente sonrojada, tanto que podía apreciar el tono rojizo en su piel incluso a la distancia, pero lo había hecho, había dicho aquello en voz alta solo para hacerle pagar su broma anterior.
Ranma alzó una ceja y tomó el reto, acercándose a ella con decisión.
—Lo hiciste apropósito — sentenció.
Akane se encogió de hombros sin negarlo, pero tampoco aceptarlo.
—Muy bien… es tu turno — le señaló.
La chica dio un par de pasos a la frente, pero luego vaciló y le miró por sobre el hombro. Ranma solo sonrió, tomando la misma postura que ella tenia cuando cruzó los brazos.
—Vamos, lanza.
Ella no se sentía tan segura cuando tomó la bola. Se posicionó, dirigiéndole una fugaz mirada a Ranma sobre el hombro antes de tomar impulso. Tiro el brazo para atrás, avanzó uno, dos, tres pasos y…
—También me gustaste desde el inicio — la voz de Ranma, una vez mas, la hizo perder el equilibrio y soltar la pelota. Esta rodó y volvió a terminar a un lado del carril.
Con el ceño fruncido, Akane volteó y observó que en esa ocasión, su novio sonreía con la promesa de disfrutar de su desastre y ella decidió que no se quedaría atrás, porque ese juego podían jugarlo dos.
Ninguno de los dos ganó y en todo caso, quedaron empate, pues luego de una racha de siete "Strikes" seguidos por ambas partes, los dos decidieron bromear con el otro, logrando que ninguno consiguiera un buen tiro desde entonces.
La derrota nunca había sido divertida para ambos, pero entre tomarse el pelo, decir verdades a medias y provocar al otro, finalmente los dos decidieron que jugar bolos debía ser más, un momento de ocio, que una rivalidad entre ambos.
Ranma podía admitir que desde ese momento admiraba aún mas las habilidades de su novia. Akane era una chica muy diestra en muchas actividades, también decidida y competitiva. Aquellas eran cualidades que jamás había pensado que consideraría atractivas alguna vez, pero era justo como las veía. Supo con certeza, porque Akane era su tipo de mujer, la chica por la que, día a día, se sentía más cautivado. La única chica por la que tenia sentimientos.
Observó a la morena, mientras salían del establecimiento. Eran un poco después de las ocho de la noche y hasta el momento, había disfrutado cada momento de su cita. Akane también lucia feliz, a juzgar por su sonrisa. Eso hacía calentar su corazón.
—¿Ahora que hacemos? — indagó la chica, levantando el rostro hacia él. Ranma apreció como se sonrojaba cuando se dio cuenta que la miraba fijamente. No le importo y en todo caso, le causó un poco de gracia.
—Lo que tu quieras — susurró.
—Parece que el clima descendió un poco más ¿no crees? — ella levantó el rostro al cielo. Su brusco cambió de tena no le sorprendió. Había aprendido que Akane tendía hacer eso cuando estaba muy nerviosa o avergonzada.
—Si…
—Creo que… ¡Mira! — ella se sobresaltó, con una enorme sonrisa en el rostro. Elevó una mano al cielo y luego le miró, con los ojos tan alegres que brillaban como luciérnagas —. ¡Esta nevando!
—Lo está — Ranma asintió, sin quitarle la mirada de encima, observando como la chica devolvía su atención al cielo y elevaba una mano, para intentar agarrar al menos un copo de nieve.
Era extraño verla actuar de esa manera y supo sin lugar a dudas, que Akane adoraba el invierno. La chica le había dado algunos indicios antes, como cuando le comentó que la navidad era su época favorita o cuando le dijo que amaba el frío.
—Ya se — ella sonrió y volteó hacia él —. ¿Qué te parece un chocolate caliente?
Terminaron en una cafetería a unos cuadras de su apartamento.
Cada uno ya tenía una taza de líquido humeante. Akane se había decidido por un chocolate con malvaviscos flotantes y jarabe de dulce. Ranma prefirió algo más sencillo y mucho menos dulce, por lo que optó por un café negro.
Afuera, la nieve había empezado a caer con libertad y pronto inundó las calles pintando cada espacio de esponjoso blanco. El clima también descendió y una bebida caliente fue la mejor elección justo en ese momento.
Akane tomó con ambos manos su taza, intentando absorber el calor en sus dedos fríos. Miró a Ranma, quien ya había empezado a tomar de su café con tranquilidad.
Ella sintió que enrojecía, mientras buscaba las palabras correctas para soltar lo que tanto había querido decirle. Con el rostro enrojecido, se dijo, que darle vuelta al asunto no terminaría en nada. Lo mejor era dejar fluir sus propias palabras.
—Me divertí mucho hoy.
Ranma no pareció sorprendido, levantó el rostro y la miró fijamente.
—Me alegra que te hayas divertido… yo también me divertí mucho.
Ella sonrió y miró su chocolate humeante.
—Es la primera vez que hago algo como eso.
—¿El qué? — Ranma frunció el ceño y dejo su taza en la mesa.
—Salir en una cita.
Eso logro sorprender a Ranma
—¿Nunca has tenido una cita?
—No, jamás — ella la miró con timidez —. Nunca un chico me ha… ya sabes… antes.
Eso hizo que el moreno sonriera con arrogancia. Se inclinó y extendió su mano hacia ella sin comentar nada. Akane pareció confundida en un inicio, pero aún así, no dudo en apoyar la suya sobre la de él. Sus corazones latían a un ritmo acelerado y sin poder saberlo, también sincronizado. Akane sentía la piel sensible, justo en su palma, al contacto de la de Ranma. Estaba muy nerviosa y feliz.
—También es mi primera cita y la pasé en serio bien — ladeó el rostro, sonriendo de lado —. Todavía tenemos una revancha de bolos pendiente o podemos ir a otro lugar… lo que quiero decir es que, me gustaría hacerlo de nuevo.
Akane asintió emocionada
—Me encantaría.
—Muy bien, aclarado ese punto ¿Qué te parece si probamos los postres? — miró la bandeja entre ellos —. Aunque ya no soy tan fan del dulce, admito que esto luce muy bien.
Observó las cuatro opciones que habían comprado. Era pequeños postres, del tamaño de apenas en cupcakes. Habían elegido sabores diferentes y decidieron que los compartirían juntos.
Akane soltó la mano de Ranma y tomó una cucharita con rapidez. Todo lucía exquisito, desde el bizcocho de chocolate, hasta la tarta de frutos, un flan marmoleado y un pastel de queso.
—Como soy un caballero, te daré la oportunidad de dar la primera cucharada — le ofreció con galantería
—Que bondadoso — Akane rió entre dientes.
—Siempre… muy bien. Escoge el que prefieras.
—Los quiero todos.
—Entonces puedes tomar uno y el otro consecutivamente.
—Es que no se cual elegir — ella levanto la mirada y lo observó a los ojos —. Todo luce bien.
—Tienes que elegir… — espero un momento, pero un minuto se hicieron dos y luego tres —. Akane… — le advirtió.
—Es que… puede que este — estuvo apunto de hundir la cuchara en el postre de chocolate, pero se detuvo en el ultimo instante —. O este… este si — casi tomó un trozo de tartaleta, pero se arrepintió al final
Ranma suspiró y negó divertido, cuando la chica se arrepintió por tercera vez, justo antes de tomar un trozo de flan.
—Cierra los ojos.
—¿Cómo?
—Yo te voy a dar a probar.
Eso hizo que Akane se sonrojara al instante.
—Pero… eso es…
—¿Que? No tiene nada de malo, somos novios — él encogió un hombro —. Vamos, cierra los ojos.
—Bien, si — avergonzada, ella siguió su mandato.
—Abre, eso… — deslizó la cuchara dentro de su boca —. Prueba — ella agarró el bizcocho con los labios y Ranma arrastró la cuchara fuera hasta que ella tuvo el pastel dentro de su boca. Lo mastico con parsimonia, lanzando un gemido cuando sus glándulas gustativas estallaron, cual si se tratara de fuegos artificiales. Definitivamente amaba la textura y cremosidad del pastel de queso.
—¿Qué tal?
—Esta muy bueno — ella aún tenia los ojos cerrados y se apresuró a abrirlos, solo para observar como Ranma llevaba la misma cuchara con la que le había dado a ella pastel, a su propia boca, recogiendo los rastros que había dejado.
—Si, lo está — dijo él con una sonrisa coqueta —. Cierra de nuevo, vamos por el siguiente.
Hizo los mismo cuando le dio los postres restantes. Akane mantuvo los ojos cerrados en esa ocasión, disfrutando únicamente de los sabores y también, de los mimos que Ranma le daba.
Ella sentía que flotaba en ese momento, en un mar de felicidad y dicha.
—¿Te gustó? — indagó él. Akane tenía la boca aún llena, por lo que se limitó a asentir —. Bien, pero aún no abras los ojos, falta uno más.
Eso la hizo fruncir el ceño. Hasta donde recordaba, solo habían pedido cuatros postres y fue exactamente lo que le dijo.
—Pero, ya probé los cuatro.
—Aún queda uno — refutó el chico.
Akane se preguntó si Ranma habría solicitado otro pastel sin que se diera cuenta. No era que le molestará. La vitrina había estado inundada de tantas delicias que incluso la tarea de elegir se le había dificultado y juro que le pediría volver a Ranma hasta ahí, solo para probar todos los postres que ofrecía el lugar.
—¿Estas lista?
—Si…
—Pero no tienes que abrir los ojos ¿okey?
—Si, bien.
—Bueno… a la cuenta de uno… dos… y…
Ella estaba por abrir los labios cuando otros mas finos se posaron sobre los suyos. Ella sintió que se estremecía y sin aliento, tomó el rostro de Ranma a tientas y correspondió su beso, abriendo la boca para permitir que él la acariciara con más profundidad.
Cuando se separaron, ella tenía la respiración acelerada. Abrió los ojos y miró a Ranma, quien se limitó a sonreír satisfecho.
—Ese fue mi postre favorito — él se lamió los labios.
Y Akane enrojeció aun más.
Media hora después, ambos salieron del local y volvieron a su apartamento, de la mano, con la certeza de que el momento compartido, había sido aún más maravilloso de lo que esperaron.
Talvez no había sido la cita más romántica del mundo, pero si la más perfecta para ambos.
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FIN DEL CAPITULO
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NOTAS DEL CAPITULO:
Hola mis bellas. ¿Cómo están?
Pues yo aquí, apenas en el quinto día de este reto que justo termina hoy. Siempre planeo una cosa y me sale otra totalmente distinta, pero en fin.
Apenas reuní tiempo para hacerle una revisión a este capítulo y juro que como siempre, más de algo se me escapó. Es que cuando lo subo y lo reviso, encuentro miles de errores ¡Odio eso!
Por otro lado ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Cómo ven la relación de estos tortolos?
Creo que es la primera vez que los exploro tan jóvenes y alocados. Quiero decir, retándose entre ellos, molestándose y tomándose el pelo. Me gusta mucho, de verdad que he encontrado algo nuevo que agregarles como pareja y solo me queda preguntar ¿Todavía hace clic con sus personalidades canon? Es que juro que ese es mi peor trauma.
Espero que el capítulo les haya gustado. Yo ame escribirlos como pareja en sus inicios y siendo jóvenes.
Roxbonita: Ranma celoso es mi pasión. Lo he dicho y lo volveré a decir. Me alegra haber sido capaz de hacerte sentir la frustración de Ranma y su vergüenza. Ya lo había señalado, pero si, yo también siento que se desaprovechó un poco el concepto de la maldición y aceptación de Akane hacia Ranma como la persona que él es, sin importar su forma; pero no se podía esperar nada en realidad, el anime era más comedia que otra cosa. Por otro lado, me encantó ¡Ame! la última comparte de tu comentario. Akane definitivamente es pansenxual, incluso antes de que existiera el concepto de esa palabra jajaja. Espero que este capítulo te haya gustado, gracias por tu apoyo. Besos.
AnyaShezar: Tus comentarios siempre valen por dos, bella. Amo leerte y es que, siempre logras sacarme una sonrisa. Que enorme felicidad me hace sentir saber que te gusto el capítulo anterior. Quería transmitir tanto, que temí por un momento no haberlo logrado, pero ustedes siempre me hacen sentir que vale la pena. Tu interpretación de las escenas iniciales es tan hermosa ¡Ayyy, en serio amo como percibes cada cosa! Me alegra que compartamos varios puntos de vista sobre el anime en general, como por ejemplo el de Nodoka en la vida de Ranma desde pequeño, que sin duda, haría un cambio monumental en la historia, razón por la que considero que Ranma si sería un caballero. Es algo que ciertamente intento expresar en mis historias cuando ella es nombrada, pienso fervientemente que, dado el concepto que ella tiene sobre un hombre, definitivamente habría encaminado a su hijo de la mejor manera. Akane siempre es un amor, como dices, siempre mostró empatía por Ranma respecto a su maldición, ayudándolo incluso cuando no se llevaban bien. Considero que ella comprende a Ranma y más aún aquí, porque ya tiene sentimientos por él. Estoy satisfecha con que a ti te haya gustado el beso, ya me doy por bien servida, soy fácil de complacerla jaja. Respecto a "Fantasy", admito que me sorprendió la receptividad del fic, creí que seria algo que la mayoría pasarían por alto. Incluso considere hacer algo únicamente lemonoso, pero odio escribir smut sin contexto y así nació la historia. Me alegra que te guste y ¡Ayyy! Que todavía tengo pendiente "Lo que fuimos" admito que una parte de mi no quiere terminarlo, es que si pudiera contarte cosas sabrías por que. Como ya sabes, lo que si, es que cuando termine el epilogo si se viene de una vez. Espero que el nuevo capitulo te guste también, te mando un enorme abrazo y mucho cariño. Nos leemos.
Lucitachan: Hola mi bella, admito que es una enorme y alegre sorpresa verte aquí. Honestamente, no espere que esta historia pudiera llamar mucho la atención, es como el as bajo la manga que sacas a último momento, si te soy sincera jaja. Aun así, muchas gracias por darle una oportunidad y aun más, por esos hermosísimos comentarios ¿Qué te puedo decir? La primera interacción de esta pareja siempre se lleva un premio, es que te juro que no los pienso conociéndose del modo convencional ¡No señor! Mira que solo en el canon tuvieron tremenda escena ¿Por qué sería de otra manera que no puede ser catalogada como sorprendente? Jaja. Pensé mucho en la reacción de Akane, admito que si estuve mi buen rato en ello, pero has hecho con unas pocas palabras que valiera totalmente la pena, gracias. La lucha de ambos por sus sentimientos, la batalla en el dojo y finalmente, la escena bajo la lluvia, todos son momentos tan pequeños que talvez podrían pasar desapercibidos, pero también, son los que conforman su relación en ese fic, te agradezco de corazón por nombrarlos y muchas gracias por leerme. Espero que el nuevo capitulo también sea de tu agrado y te mando un caluroso abrazo. Nos leemos.
A los demás, muchas gracias por leer. Como siempre, les invito a comentar en algún momento y espero que hayan disfrutado del capítulo nuevo.
Nos leemos mañana con: Noche a solas.
Y si me conocen, sabrán que será un capitulo especial, si entienden a lo que me refiero.
Besos y abrazos.
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30/07/2023
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