Cuando llegué al campamento, casi una hora después, me encontré a Sheila recostada sobre la hamaca. Cuando me vio, hizo unos ruidos como molestos, y ella misma se acostó de lado, dándome la espalda, ignorándome como fémina ofendida. No sé, pero el comportamiento de Sheila me hace pensar en las cosas que he visto en las chicas que he conocido, no que tenga tanta experiencia con ellas. Candy era una que hacía pucheros y se comportaba como una niña cuando quería algo. Para suerte, por ser una chica bastante varonil, como decía mi hermano, la realidad es que no nos molestaba tanto, y no se nos hacía un acertijo tan grande. Casi siempre, olvidaba por lo que estaba molesta, y seguía para adelante, descartando algún episodio anterior sin darle demasiadas largas. En cuanto a Patty, tampoco me parecía que fuera tan quisquillosa, ya que ella siempre trataba de mantener la fiesta en paz, de no alborotarse demasiado, ni de crear conflictos. De hecho, era una novia bastante buena y comprensiva. Annie, por otro lado, se controlaba bastante esos arranques de ira que se le veían en los ojos muy seguido, pues fue criada para ser esposa y ama de casa y callarse su molestia. Así que esta probablemente se la guardaba para cuando tuviera de frente a su esposo, pobre Archi si es que se llegó a casar con ella, lo que me temo más que nada.

La otra era Eliza, pero lo único que siempre fue de admirar de ella es que no tenía que disimular su molestia, que siempre expresaba muy abiertamente. El único que toleraba sus aspavientos era el pobre de Neil, que después de todo, es un tipo bastante pusilánime, si lo analizamos bien. Si sigue, quizás esos dos continúen juntos toda la vida, porque no pienso que nadie más los tolere fuera de su círculo. Neil era el único que podía controlarla a ella y ella a él. Es una lástima que sean hermanos, pues serían pareja ideal si no fuera por el parentesco.

Pero volviendo a lo que decía, Sheila me dio la espalda y se acostó de lado, ignorando mis movimientos mientras colocaba todo lo que había traído del avión sobre la arena, además de mi bote. Era como decirme, "bueno, espero que te entretengas sin mí, por ignorarme, no, no te voy a ayudar". La verdad es que me hubiera gustado que alguien como Patty se interesara más en lo que inventaba con mis manos, ahora que lo pienso y compruebo que mi compañera simiesca también me ignora cuando estoy detrás de algún invento innovador. Patty lo que regularmente hacía era irse a cocinar algo. Era como si fuera a olvidar de algún modo mi encomienda con el estómago lleno. Sí, ese era más o menos el libreto que manteníamos cuando nos veíamos. Annie hacía lo mismo por Archi, y Albert por Candy.

Por cierto, a Candy, la pobre, no se le daba lo de la cocina. Diría que Candy tiene lo de cocinera lo que yo de inventor. Somos dos casos perdidos. Albert, por todas sus experiencias de viaje, tenía una habilidad aprendida de cocina que era envidiable. Tampoco parecía molestarle cocinarle a Candy sus platos favoritos. Y Candy, que tiene un apetito voraz, jamás se hubiera quejado. Patty y Annie, sin embargo, nunca vieron bien que fuera él quien cocinara, pero hay que admitir que él es un hombre muy adelantado a su época. A él no parecía importarle demasiado cómo fuera visto por ser prácticamente cocinero de Candy. Y a Candy no le importaba que él fuera el que le cocinara todos los días.

Ahora me pregunto quién le cocina a quién. Sigo insistiendo en que esos dos nunca podrían separarse, ni por Terry ni por nadie. No creo que Candy pueda vivir sin Albert. Es más, si él recobrara la memoria y se alejara de ella, Candy habría hecho lo mismo que hizo con Terry, y lo seguiría a donde fuera. Candy, yo apuesto, no respondería por ese comportamiento con Albert, pero si fuera a apostarlo todo con Archi, diría que Candy también ama a Albert, pero que lo sabe aún, si es que aún no lo sabe.

Sé, por ese empeño de mudarse con él, que había algo más que ser su enfermera. Por lo que sé de Candy, ella quería sentir ese calor de familia que nunca sintió, ni aunque el bisabuelo William la acogió luego de que Archi, Anthony y yo le pedimos que la adoptara como miembro del clan. A Candy, el apellido Ardlay le sirvió casi dos años. Más allá de eso, ella añoraba el tipo de vida que no se ajusta a tener todo un servicio detrás de ella, siguiendo las reglas de etiqueta de la sociedad. No, esa no es ella. Así que ese pequeño departamento que alquiló para vivir con Albert se ajustaba mucho más a lo que ella esperaba de una vida de familia que todos los apellidos de estirpe del mundo.

Quizás por eso se fijó en Terry. Aunque Terry perteneció los primeros años de su vida a la nobleza, en el fondo era un ser que clamaba por su libertad, igual que ella. Pero al final, ese reclamo por la libertad vino en sacrificio de ella. Así que todo lo que Candy le enseñó a Terry, él lo aprendió de buena gana, pero terminó eliminando a la maestra de la ecuación. Y la teoría detrás de esa separación que debió haber ocurrido es que Terry sencillamente entendió que no podía exponer a Candy al tipo de vida que él llevaba en sacrificio a la de ella, que era radicalmente opuesta a la suya. Candy no hubiera tolerado estar a la sombra de Terry, y Terry no hubiera dejado lo que es su vida por Candy. Eventualmente uno de ellos, o los dos, se hubiera percatado del error, y adiós, amor adolescente. Definitivamente, eso es, un amor adolescente.

Ese es el asunto con ese tipo de amor, que casi nunca supera la madurez y el razonamiento después de que uno cruza el umbral de la adultez. Yo lo sé más que nadie. Incluso, sé que, de regresar, quizás encuentre a una Patty muy distinta. Ambos seremos distintos. Quizás Candy esté con Albert, por eso mismo, porque después de una convivencia de mucho tiempo, no sería extraño que, al conocerse más a fondo, ella se diera cuenta de que no hay mejor hogar del que tienes a la mano con un hombre que ya la ama. Y Archi, pues, siendo que él y Annie tenían la relación más estable de todos nosotros, no dudo que estén juntos aún. De nuevo, Annie no es una mala persona, y hay que admitir que quería bien a Archi. No creo que ninguno de los dos encontrara a alguien más, así que no dudo que continúen juntos.

Lo difícil es imaginar al pobre de Archi feliz con ella, primero porque, aunque Archi aceptara las cosas como eran, siempre estuvo enamorado de Candy. Muchas veces se le veía mirándola fijo, pensando que nadie se daba cuenta. Ni siquiera podía entender cómo había pasado, que esa chica varonil, como la llamaba, hubiera dominado toda su sensatez, pero fue ella misma la que lo acercó a su amiga. A todos se nos hizo claro que Candy se hubiera sacrificado por cualquiera de sus amigas con tal de que fueran felices, incluso contra ella misma. Aún hoy, no dudo que Archi continúe con Annie simplemente porque ella lo quiere, aún negando lo que él mismo siente, mi pobre hermano.

Yo, por ser mayor que mi hermano y mi primo, entendí desde el principio que Candy era un ser que también clamaba por su libertad, y que ninguno de nosotros estaba en su radar amoroso. Y lo de Anthony fue, según propias palabras, un acercamiento porque él le recordaba a ella algo de su pasado que ella guardaba en el corazón. No sé que era, pero por ratos Anthony decía que Candy tenía algo que había transformado su vida antes que él, aunque nunca nos dijo lo que era. Quizás ahora, que todos somos adultos, Candy me diría lo que fue eso que sólo Anthony entendía y que, por ratos, le causaba pesar. Me encantaría escucharlo de sus labios. Así podría entender mejor lo que podría hacerla a ella feliz. ¿Será Terry todavía eso que le alegra la vida? No, lo dudo mucho.

….

Tengo, a orillas de la playa, todo lo que rescaté del avión al momento. Hay varios cables, que me pueden servir de conectores, botellas, cadenas y otras cosas que, combinadas con las demás que he rescatado, quizás me sirvan. De nuevo, lamento no poder rescatar la hélice. Esta me haría la vida más fácil. De pronto, pienso que quizás deba considerar usar bambús como posible conexión a la fuente de energía. Unos finos cables, y quizás desarrollar un molino, o una bicicleta para ser yo le fuente que necesito para producir carga que me permita conectar el radio.

No es mucho lo que puedo hacer, pero si algo sé, y con la experiencia de construir autos y también de arreglar aviones, sólo necesito una oportunidad para enviar un mensaje rápido, aunque luego el radio no me vuelva a servir. Pero también es un riesgo si el mensaje se pierde, y no sé si tenga una segunda oportunidad. Todos los artefactos que he inventado sólo funcionaron, si lo hicieron, no más de dos veces, así que el riesgo es grande de que lo que pueda hacer sea inútil. Pero, de nuevo, no lo sabré si no lo intento. Aunque ya no soy el joven inventor de inventos fracasados, por todo lo que he creado para sobrevivir en esta isla, estamos hablando de algo mecánico para lo que, quizás, no tenga tampoco éxito. Pero no debo darme por vencido. De nuevo, pienso que quizás Albert me hubiera ayudado mucho mejor que hasta yo mismo.

Siempre me pregunto, de dónde aprendió Albert todo lo que sabía como handyman. Podría ser de haber sido trotamundos desde muy joven. Por otro lado, Candy me contó que Albert se había ido de voluntario a una clínica mixta cuando estuvo en África. Quizás aprendió tantas cosas allí de medicina, y de cómo curar enfermos. Eso me lleva a pensar que Albert es muy, muy inteligente, mucho más de lo que podría parecer a simple vista. Parecería como si estuviera bien preparado, y eso no me parece que lo califique como vagabundo pobre. Es posible que un golpe de mala suerte en su vida lo hubiera llevado al umbral de la pobreza, y que por eso lo fuera, quiero decir, pobre. Sin embargo, él no parece renegar nunca de su suerte, así que eso lo hace un ser aún más extraordinario. Es que las veces que hablé con él, me pareció que era algo más de lo que parecía ser. Claro, no sé si los demás se percataron de eso, pero era algo que me hacía pensar. Y luego, siendo un joven bien parecido, con unos grandes y expresivos ojos azules, todo él disfrazado, como para que no lo reconocieran. Pero ¿de quién se estaba escondiendo? Esta es la pregunta que aún me hago.

He tenido tiempo para pensar en eso desde que estoy aquí y más. Incluso, desde ese día que lo vi en la habitación 0 del Santa Juana me lo pregunté. Desde que vi esa mirada vacía y lejana por su falta de memoria, esa mirada que me hizo pensar muchas veces en Anthony, y quizás…sólo quizás…pero ¿podría ser que Albert sea un miembro de los Ardlay que por alguna razón no ha sido reconocido? Bueno, qué digo, si son ideas algo tontas. Es tonto y quizás tiene que ver por estar aquí de ocioso, que mi mente crea disparates como este. Es que, de nuevo, si los demás no han comentado nada al respecto, por qué habría de ocurrírseme sólo a mí. O quizás es que nadie más ha tenido tiempo de pensarlo de otro modo, mientras que aquí, sólo, quizás cree esos rompecabezas que sólo están en mi mente. Pero quizás alguien más lo haya notado desde que estoy aquí. Y quizás ese misterio ya esté resuelto. Todo lo que sé de Albert es que está enamorado de Candy. Más allá, quizás sea todo producto de la soledad de esta isla, que me tiene alucinando. La soledad ha sido fuente de análisis algo descabellados, como este. Pero sí, aunque sea un disparate, me ha pasado por la mente un millar de veces. Cómo era posible que estuviera caminando por Lakewood. En fin, eso es algo que, de nuevo, es absurdo y totalmente disparatado.

Continuará...