Llevo varios días tratando de armar algo que parezca razonablemente una fuente de energía. Ha sido un proceso algo difícil, pero no me rindo. Quizás estoy pensando demasiado en esa hélice para crear un molino, pero la verdad, necesito una fuente de energía. Claro, puedo crear molinos con madera de árboles, que aquí abundan, pero tengo esta terrible obsesión hace días de buscar esa hélice, aunque esté mohosa por su contacto directo con el agua de mar. No importa. Es algo fijo, pero no puedo detenerme ni contar solo con eso. Detrás de mi caseta hay una cascada no tan alta (¡qué suerte!) que podría ser la fuente principal de energía que necesito para producir la carga que pasaría a través de los conectores hechos con cables y baterías viejas. Aunque se han mojado con agua de mar, quizás pueda darles nueva vida de otro modo. Como el repelente que desarrollé, quizás deba buscar algún otro conductor natural que traspase la energía del molino a esas viejas baterías.
Ayer creé un pequeño plano, corté unos cuantos bambús y comencé a crear los tubos que debo conectar a ese molino de maderas del bosque a falta de la hélice. Tengo que cuidarme, por cierto, de los animales salvajes que se adentran en el bosque y hasta se trepan en los árboles. Hasta ahora, he resultado ileso, aunque ellos muy bien me han visto desde que pisé esta isla. A lo mejor se han acostumbrado a mi presencia, y por eso ni se me acercan. Es más, cuando me ven, salen huyendo o se esconden de mí. De nuevo, no creo que me vean como un manjar demasiado apetitoso por la forma en que me miran y se alejan. Probablemente, tengan suficiente alimento más apetitoso que yo. Yo he visto aquí cerdos salvajes, ciervos y hasta cabras. Yo, por cierto, trato de no cazar esos animales, como quien dice, respetando su territorio. Por lo general, me alimento de frutos, salgo a pescar, y alguna que otra vez, me como algún pichón, huevos de aves y si me trato con alguno de los animales del bosque, lo hago por alguna ocasión especial, pero tratando de no llamar la atención de otros animales.
Cosas deliciosas, sí, me place muchas veces recordar las galletas con chispas de chocolate de Albert. De hecho, el día que fui a despedirme de él después de ir a la estación de trenes para ver a Candy, bebimos té con galletas. Hacía mucho frío en ese departamento porque la calefacción estaba defectuosa. Me imagino que él terminaría arreglándola. Ahora mismo yo quizás avanzaría aún más si él estuviera aquí, dándome ideas. Bueno, pero, de todos modos, nada puedo hacer con esa idea, así que vuelvo a lo de las galletas, que quiero creer que saborearé de nuevo. Eran innegablemente una delicia.
Patty hacía un delicioso pastel de fresas con crema que ansío comer de nuevo. Esas delicaditas manos tenían arte para crear uno de mis postres favoritos. Por lo general, cuando uno viene de casa de rico, como es mi caso, siempre hay gran variedad de todo tipo de alimentos, postres y repostería en la mesa, especialmente los de la tradición escocesa de nuestros antepasados, pero definitivamente nada se compara al amor de trabajar con las manos para el ser que amas, y ahí Patricia no tenía igual. En cuanto a Annie, que también tenía buena mano para los postres, ella hacía un pastel cremoso de avellanas que era otra delicia, un verdadero manjar. Sí, definitivamente, extraño esos deliciosos postres hechos a mano. Claro, tengo frutas dulces a mi disposición en esta isla, pero nada como el toque de hogar, para darle al dulce del alma ese toque especial.
…..
Definitivamente, tengo que superar los recuerdos, pero también tengo que superar el asunto de la hélice, porque no, no hay forma de sacarla del agua. Si el aeroplano estuviera en tierra, sería otra cosa. Aparte de la presión del mar, los tiburones no dejan de pasearse en círculos sobre el aparato, además de que está demasiado lejos como para empujarlo para acá. De hecho, estoy manos a la obra, construyendo con materiales básicos lo que necesito para producir esa fuente de energía que necesito para operar, aunque sea sólo una vez, mi radio. Como dije, tengo cadenas, un asiento que me traje del avión y que uso para sentarme en la caseta, baterías usadas, conductores y cables. Puedo construir una bicicleta básica y colocarla sobre unos cajones, colocar los tubos de bambú conectados al molino y, a su vez, conectar esos cables a la bicicleta y así aprovechar el agua mientras yo muevo el molino con los pedales. Con suerte, tendré la fuente de energía que necesito para cargar las baterías y poder encender el radio.
En ese proceso de conectar unas cosas con otras estoy cuando veo a Sheila asomarse por la vereda que lleva al campamento, a unos pocos metros de distancia. Ella me mira como si estuviera loco. De nuevo, me recuerda a Patricia y a Candy también. Aunque todavía recuerdo cuando Candy me avisó en esas vacaciones de Escocia que Terry tenía aquel viejo aeroplano de su padre guardado en un hangar. Sí, recuerdo la emoción que sentí aquel día, que hasta me le lancé a Terry encima de lo feliz que estaba con esa invitación que supuestamente nos hizo para que yo pudiera ventilar, no lo niego, esa vieja frustración de inventor a medias. Fue el sueño de mi vida. Claro, todos cooperaron, excepto Candy, que hacía diz que de supervisora, y tampoco Terry, que no se le da lo de arreglar nada aún con las buenas manos que tiene. Por lo menos nos ayudó a sacar el aeroplano fuera del hangar.
Qué hizo antes, mientras los demás nos ocupábamos, pues, sino irse a una esquina a leer. Ni siquiera se fue con las chicas, o acompañar a Candy. Por cierto, siempre me estuvo particular que a Terry no se le daba de demostrarle nada a Candy delante de nadie, algo que sabemos, por Anthony, que ella añoraba. Digo, por qué creen que pienso que esa relación no iba para ninguna parte. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que Terry estaba muy enamorado de sí mismo, así que no tenía tiempo de demostrar su amor por nadie más. Candy, sin embargo, fue bien querida conmigo al darme esta oportunidad, pues, aunque el aeroplano era del padre de Terry, fue ella la que propició toda esta actividad, de eso no me queda duda.
En parte, fue una forma de que Terry entrara en nuestro grupo de amigos. Pero a él, la verdad, no le interesaba demasiado nuestra amistad. Más bien, era un chico bastante introvertido y hasta medio egocéntrico; no, no me parece que tuviera realmente amigos, ni siquiera la misma Candy, que era totalmente opuesta, al menos en apariencia, a él. Y a ese tiempo, para Archi era una tortura, pero me parecía que era porque no quería ver a Candy con carantoñas con él, lo que realmente no ocurrió ese día. De nuevo, Terry no mostraba afecto por nadie, así que no creo que mi hermano debía preocuparse demasiado de esa mala impresión.
Candy, por otro lado, estaba en una nube rosa con Terry, lo suficiente para no darse cuenta de que nada de lo que hacía era suficiente para que él se fijara más en ella. Creo que el destino hizo su magia con ellos, porque no pasó tanto tiempo para que se separaran cuando él abandonó el colegio, y de ahí, la tuvo persiguiéndose la cola, hasta ese día en que la fui a despedir a la estación de trenes en Chicago, y después nada…supongo. Y sí, aunque pienso lo que pienso, a veces me da con imaginar que, con lo entusiasmada que estaba ella con ese viaje a NY, quizás encontró algún punto medio para ser feliz con Terry. Digo, para mí, la felicidad de esta pobre chica lo es todo, que lo que ha enfrentado desde que abrió los ojos a la vida es desgracia tras desgracia, pesar y pena. Pero siendo realistas, no me parece que haya logrado mucho con él, y más porque la oportunidad que le ofrece la vida con el amor de un hombre que jamás le haría daño, eso es algo que vale mucho más que todas las tristezas que ella pudo haber enfrentado con un joven inmaduro e inconsistente, que sólo pensaba en lo que lo haría feliz a él. Espero no equivocarme con esto. No quisiera ver a mi amiga con más pesares en su existencia, pero estoy casi seguro de que la ruta que llevaba con él era un tren a punto de descarrilarse.
…
Llevo más días en este esfuerzo cada vez más complejo. Por cierto, entre las cosas que he preparado, hice un pegamento producto de resina de árboles. Ha sido una verdadera labor de amor esto de cortar, deshojar y deshilachar las ramas y el tronco, hervirlo y colocarlo en recipientes que reciclo cada vez que termino con su contenido original. Aunque tengo alguna que otra tuerca o tornillo con mis herramientas, no son suficientes para este invento salvavidas, así que la pega también debe servir para no dejar ningún espacio para que se me desbarate el molino y sus aditamentos, como otros inventos previos. La verdad es que mi vida depende de ello ahora más que nunca. Digo, no es que no pueda pasar el resto de mis días en esta isla, con estas ropas que también he creado de fibras naturales, protegiéndome de los elementos y de los animales, alimentándome de lo que la misma tierra y el mar ofrecen, pero me encantaría ver a mi familia y amigos. Ha pasado demasiado tiempo y quisiera verlos, hasta a la tía Elroy si es que está aún viva, quisiera darle un abrazo, un beso y pedirle perdón por haber sido un chico tan travieso y, con esto de la guerra, tan inconsciente y desconsiderado de los sentimientos de los demás.
Tendría que sentarme con ella, si es factible, y explicarle que la decisión que tomé en ese momento de irme a Francia fue motivada por un deseo bien profundo de ser útil, de no sólo ser un niño rico que lo tiene todo. Tantos jóvenes que tuvieron que enlistarse para defender la libertad de sus compatriotas y sus familias, cómo pensar que por ser rico me iba a escapar de eso. Eso no debiera ser así. Pero ahora que lo pienso, ningún joven debía arriesgar su vida de ese modo. La tía quizás me hubiera entendido, pero también me hubiera hecho "entrar en razón" por esto mismo. Yo, la verdad, me sentía tan mal y lleno de culpa, que consideré mi responsabilidad salir a ayudar. Ahora lo considero tonto, pero si de una cosa no me arrepiento es que aprendí muchas cosas que quizás me sirvan cuando y si es que salgo de aquí.
Esta experiencia me ha hecho un hombre. Ya no soy el jovencito con sueños e ilusiones adolescentes, que inventaba cada cosa sin sentido, buscando algo que no iba a encontrar en medio de la opulencia. Creo que ya lo hice, y con eso, si tengo la oportunidad de aprender otras cosas, creo que seré mucho más eficiente. Con esto digo que, aunque llevo más de 5 años aquí, no reniego. Sí quiero regresar a la civilización, pero también quiero dejar claro que esta experiencia no se ha perdido en mí. Y la oportunidad que Dios me ha dado de sobrevivir tampoco.
…
Una de las cosas que también he preparado es repelente contra insectos y jabones para mi aseo. La realidad es que han sido más las cosas que he preparado que me han ayudado de las que han sido un total y completo fracaso, que las he tenido. Quizás es porque se trata de sobrevivir. Ahí la perspectiva es diferente, aunque no dejo de ser creativo. No puedo negar que he tenido mis fracasos. Hace unos meses, tratando de crear un perfume, no sé ni para qué, porque a Sheila le gusta lo natural y no hay otra fémina en el área, lo que me salió fue algo realmente explosivo. La verdad es que, si no me hubiese movido a tiempo, me hubiera quemado la mitad del pelo de la cabeza y parte de la cara con la explosión. Todavía hay una parte del bosque pelada por la clase de incendio que se armó. Tuve que usar arena para extinguirlo. Está todo allí, como quien dice, peladito. Más o menos, estamos hablando de una distancia de algunos 50 metros a la redonda, así que aunque no fue tanto, no se podría decir que fue poco. Y en términos de distancia de mi campamento, estamos hablando de casi una milla, así que no es tan cerca de donde habito, pero estoy seguro que ese desliz no tiene muy contentas a varias especies de las que aquí habitan, ni modo. Me da algo de vergüenza, pero la verdad es que no hay nadie que me critique el errorcito, si bien podría jurar que Sheila me echa unas miradas de fuego que asustan, como reclamándome por destruir esta bella naturaleza de algún modo. Pero nada, hay que dejar el asunto. Pronto tendremos verdor allí de nuevo, sin embargo, espero sinceramente estar muy lejos de aquí cuando el bosque termine de reverdecer. Digo, esa es mi fe.
Continuará...
Nota: Me perdonan, pero nunca se me ha dado lo de ingeniera, aunque tengo varios alrededor de donde trabajo. También he visto unos cuantos videos sobre el tema, por lo tanto, si mi "invento" les suena muy básico o hasta incorrectamente ensamblado, les pido disculpas. Lo que sigue es ese proceso de ensamblar las partes del invento. Quiero que suene genuino, pero si no les suena, me avisan. Recuerden que esto es ficción, y que la autora también cometió unos cuantos pecadillos de esa índole en su historia.
