Peace could be an option
Capítulo 04
―¿Es en serio? ―preguntó Abby al divisar la construcción. Erik no había dicho nada sobre la magnitud de la casa de su amigo, por el vecindario sabía que iba a ser bastante grande, lujosa y con extensos jardines para aislarla del resto del mundo, pero lo que tenía en frente era una mansión.
Erik no respondió, aunque comprendió por qué se sorprendía. Avanzó hacia la entrada y notó a un costado lo que parecía ser el marco de una ventana y varias bolsas con restos de vidrio, al parecer Charles ya había comenzado a entrenarlos. Abrió la puerta y la invitó a pasar, dejando la maleta a un costado.
Luego de ingresar dieron un par de pasos más para atravesar un pequeño recibidor que se encontraba con las puertas abiertas. El interior dejó a Abby sin palabras, nunca había estado en una casa así que no estuviese habilitada como un museo e incluso esas no eran ni la mitad de imponentes. En medio de la habitación una gran araña decoraba el techo y en el fondo una bella escalera, que a medio piso se dividía en dos, señalaba el acceso a los niveles superiores.
Un muchacho de cabello claro apareció por un corredor caminando con calma hasta que fijó la mirada en ellos, especialmente sobre ella. Llevaba ropa de deportes, sus brazos estaban expuestos, aunque no parecía que hubiera estado haciendo ejercicio.
―Alex ―llamó Erik, dejando sobre una silla su casaca―. ¿Dónde está Charles?
―Creo que con Hank ―contestó, sin oportunidad de decirle una palabra más.
―Espera aquí ―pidió Erik dirigiéndose a Abby antes de avanzar por un corredor y desaparecer.
―¿Eres la mutante que Erik fue a buscar? ―preguntó el joven, acercándose un poco.
―Sí, mi nombre es Abby ―respondió sonriendo ligeramente con un atisbo de nerviosismo. Nunca había sido especialmente extrovertida, pero tampoco se consideraba una persona tímida; sin embargo, en ese momento se sentía insegura de cómo desenvolverse en la situación.
―Yo soy Alex ―se introdujo antes de chasquear la lengua y dirigir la mirada en dirección por donde se fue Erik―. Charles dijo que estaría afuera con Hank ahora que lo recuerdo, voy a buscarlo.
Abby asintió y se quedó sola, sentada sobre su maleta sin saber qué hacer más que esperar, admirando la araña de cristal que colgaba del techo.
. .
Erik avanzó por la mansión, aún no conocía cada cuarto, pero recordaba bien que Charles había decidido instalar el laboratorio para Hank al fondo de la residencia, lejos de cualquier sonido o interrupción. Pero al llegar no encontró a nadie. Pensó un poco e imaginó que quizás Hank también iba a entrenar, el muchacho ya había demostrado habilidades físicas superiores a las humanas cuando lo conoció.
Pasó frente a una de las habitaciones de la primera planta que tenía un gran ventanal y se detuvo, había alguien en ese cuarto que llamó su atención de inmediato: Raven. Quizás Charles no lo notaba o sencillamente se había acostumbrado, pero a él no lo engañaba, la muchacha no era capaz de aceptar su verdadera forma. Era mucho más palpable cuando veía a Hank, su expresión cambiaba de inmediato, era como si encontrara consuelo en otro mutante con apariencia distinta a la normal.
Sin hacer ningún movimiento, sólo con su mente, tomó control de las pesas que Raven estaba utilizando. La muchacha se sorprendió un poco y se quedó mirándolo.
―Si usas la mitad de tu concentración para verte normal, estás prestando la mitad de atención a lo que estás haciendo. Señalo algo que podría salvarte la vida ―habló seriamente luego de acercarse un poco. Después elevó la mirada hacia las pesas y las dejó caer, viendo como Raven mostraba su forma real para sujetarlas antes que cayeran sobre ella―. Quieres que te acepte la sociedad, pero no puedes aceptarte tú misma.
Ella lo miró intensamente a los ojos, buscando esa expresión de repulsión que estaba segura cualquiera le daría al verla en su forma real, pero no encontró nada, él sencillamente la observó como si no hubiera cambiado y se giró para salir de la habitación.
. .
―Bienvenida ―Irrumpió Charles llegando hasta la entrada de su casa, dirigiéndose a la mujer de mirada aburrida que estaba sentada sobre una maleta―. Mi nombre es Charles Xavier ―se presentó rápidamente, tomando control de la situación y extendiéndole su mano como saludo―. Es fascinante lo rápido que Erik te encontró, Abby.
Ella lo observó sin palabras y extendió la mano como reflejo luego de ponerse de pie. ¿Cómo sabía su nombre? ¿Erik ya había hablado con él? ¿Dónde estaban Erik o Alex?
―Charles ―llamó Erik al regresar―. La estás abrumando.
―Lo siento ―dijo dirigiéndose a ella antes de lanzarle una mirada rápida a su amigo―, pero la verdad parece que eres más eficiente en solitario ―recalcó sonriendo―. Es un gusto tenerte aquí, creo que Erik te ha explicado un poco la situación, pero debes de querer más detalles seguramente.
―¿Cómo sabes mi nombre? ―preguntó ella cuando logró reaccionar, soltando lo primero que vino a su mente.
―¡Ah! Veo que Erik no te comentó sobre mis habilidades.
―Pensé que sería mejor que las viera ―explicó el aludido.
―Voy a llamar a los demás. ¿Puedes llevarla al cuarto que está al lado del tuyo para que deje sus cosas mientras los reúno? ―pidió Charles. Inmediatamente después se adentró por los corredores perdiéndose de vista sin permitirle al otro hombre reclamar.
Erik le hizo una seña con la mano a Abby para que subiera la escalera y nuevamente tomó control de la maleta. Caminaron en silencio mientras ella admiraba el detallado pasamanos de madera y algunos cuadros. Realmente estaba en la casa de una familia con mucho dinero, la construcción debía valer una fortuna y el decorado otra.
―¿Qué es lo que él hace? ―preguntó Abby cuando ya estaban en el segundo piso.
―Es un telépata, puede entrar en tu mente ―explicó Erik antes de observarla con interés, esperando su reacción―. No pensé que usaría sus poderes en el momento que te viera. Charles no entraría al fondo de tu mente sin permiso, sólo debe de haber visto pensamientos superficiales.
―Qué alivio ―replicó ella con sarcasmo, ligeramente incómoda de que alguien pudiera acceder a sus pensamientos como si no fueran algo privado.
―Aquí ―indicó abriendo la habitación y dejando la maleta en el interior a un costado―. Es mejor si conoces al resto ahora ―añadió cerrando la puerta sin permitirle siquiera echar un vistazo.
―Sabes, eres un poco controlador ―comentó mirándolo directamente. Erik sólo sonrió y le hizo una seña para que volvieran por el mismo camino.
. .
Entraron a una habitación bastante amplia con grandes ventanas y acabados de madera oscura en todas la paredes. Una chimenea señalaba el centro de lo que parecía ser un estudio o sala, Abby no podía asegurar cuál era la función del cuarto exactamente. El piso estaba cubierto por una alfombra de intrincado diseño en tonos rojos y en el centro destacaban dos sillones de tres cuerpos, pero cerca a una ventana un antiguo escritorio de madera era la razón de su confusión. Las paredes también mostraban una colección de libros bastante grande así como alguna obra de arte que servía sólo para acentuar más el estatus social de su dueño.
Sin darle oportunidad de observar más a fondo la habitación, una muchacha muy bonita entró y le dirigió una incómoda mirada a Erik. La actitud extrañó a Abby a pesar de que el hombre no reaccionó en absoluto, pero casi inmediatamente después un joven pelirrojo ingresó en compañía de Alex rompiendo por completo el contacto visual entre ambos. Charles no se demoró mucho más y trajo con él a un muchacho más y a una mujer de cabello oscuro.
―Como pueden ver Erik regresó ―comenzó a hablar Charles mientras posó su atención sobre la nueva integrante―. Ella es Abby Stirling ―continuó, presentándola al resto. Ella sonrió, pero se mantuvo al lado de Erik, por el momento se sentía más cómoda con él, más aún al escuchar su apellido que no lo había compartido―, como todos nosotros es una mutante y estoy seguro de que sus habilidades nos serán de mucha ayuda.
Era tercera vez que escuchaba el término "mutante", Erik lo había utilizado cuando le explicó la situación el día anterior, pero aún no se acostumbraba. Charles no le dio tiempo para pensar mucho y comenzó con las presentaciones de forma rápida.
Moira era la única humana, pero eso no impidió que Abby la observara con detenimiento y admiración cuando se enteró que era agente de la CIA. Si en su profesión las mujeres tenían que pelear contra viento y marea, formar parte de una institución de ese calibre era un logro igual o más difícil en su opinión. La otra mujer del grupo era una joven rubia que mostró una actitud amistosa y se presentó como Raven, la hermana de Charles a pesar de que físicamente no tenían suficientes rasgos comunes como para poder adivinar el parentesco.
Charles continuó con Hank, un muchacho de lentes y actitud tímida, según explicó trabajaba también para la CIA a pesar de su corta edad, gracias a su inteligencia. El joven pelirrojo se llamaba Sean, al hablar parecía que arrastraba un poco las palabras, pero a diferencia de su amigo parecía ser un adolecente normal. Por último Alex, el joven que conoció al entrar a la casa.
―Supongo que lo que a muchos les interesa son tus habilidades y seguramente tú tienes la misma curiosidad ―continuó Charles dirigiendo la conversación.
―¿Qué puedes hacer? ―intervino Raven con cierta emoción en su voz.
―Controlar agua ―respondió Abby tras unos breves instantes. Normalmente no se le hubiera pasado por la cabeza materializar esa realidad en palabras frente a personas que no fueran de su familia―. Puedo hacerla cambiar a estado sólido y a la inversa también.
―Muéstranos algo ―pidió el pelirrojo con interés.
―No soy bicho de circo ―se quejó Abby de inmediato. Se sentía cómoda con sus habilidades, pero no las consideraba un acto para entretener personas a pedido, más aún si las conocía menos de diez minutos.
Erik dibujó una sonrisa en el rostro. Tras pensarlo un poco estaba convencido que muchos de sus hermanos mutantes habían acabado como espectáculos para las masas sin saber que ellos no eran aberraciones que debían de dar pena, los mutantes estaban un paso adelante que todos los humanos. Ninguno de ellos era un espectáculo y le gustaba ver que alguien lo tuviera presente.
―Ya habrá oportunidad para eso ―intervino el dueño de casa de inmediato―. Además no creo que este sea el mejor lugar ―agregó, en medio de la protesta de los más jóvenes.
Charles se apresuró en mencionar los poderes del resto, luego tendrían tiempo para una demostración. Raven podía tomar la forma de cualquier persona, Sean utilizar sus cuerdas vocales para generar ondas supersónicas, Alex generaba ondas de energía desde su cuerpo y Hank poseía habilidades físicas superiores a las humanas además de una gran inteligencia. No se gastó en explicar los dones de Erik o los de él, sabía que ella ya tenía esa información.
―Creo que lo mejor es que sigamos entrenando ―recalcó Charles acercándose a Abby mientras el resto se retiraba―. Podremos conocernos más durante la cena, pero ahora creo que sería adecuado ver tus poderes.
―¿Ahora? ―preguntó Abby confundida, no habían pasado cinco minutos desde que él mismo dio a entender que no era necesario en ese momento.
―Erik ya ha visto un poco, pero me serviría mucho poder apreciar tus habilidades en persona para tratar de apoyarte a desarrollarlas más.
―¿Y dónde planeas que haga eso? ―cuestionó con interés, podía mostrarle con un vaso de agua, pero dudaba que se estuviera refiriendo a eso.
Charles sonrió y la invitó a seguirlo fuera de la mansión. Erik los acompañó, interesado en ver un poco más de las habilidades de la mutante que él encontró, sentía que debía de estar presente.
En el terreno que se extendía en la parte posterior de la mansión, Abby pudo notar un espejo de agua en las cercanías, seguramente un pequeño lago. La verdad era que se sentía un poco insignificante al compararse con la propiedad de Charles a pesar de que estaba segura de que buena parte de esos lujos venían gracias a herencias y el trabajo de varias generaciones.
Los tres mutantes se detuvieron a unos pasos del lago y el dueño de casa aseguró que nadie los molestaría ahí. El lugar era parte de la propiedad y además utilizó sus poderes para revisar el área en caso alguna persona estuviera cerca.
―¿Qué quieren que haga? ―preguntó Abby cuando notó que ambos hombres se quedaron mirándola.
―Lo que sea ―intervino de inmediato Charles, sabía que si Erik respondía era posible que pidiera una demostración bastante amplia que quizás incomodaría a su nueva aliada.
Abby dirigió la mirada hacia el lago y con un suave movimiento extendió la mano elevando una cantidad de agua no mayor a la que entraría en una taza. Tomó el líquido con ambas manos y lo congeló dándole la forma de un cisne sumamente detallado.
―¡Fascinante! ―exclamó Charles cuando ella extendió la mano para que lo vieran―. El nivel de detalle es asombroso.
Erik inclinó ligeramente la cabeza, eso no era lo que él esperaba. Sí, era sumamente detallado y eso implicaba un gran control sobre sus habilidades, pero no la trajo para eso.
―¿Por qué no nos muestras algo más interesante? ―intervino Erik, de cierta manera ansioso con ver algo más similar a lo ocurrido con el agua del hidrante.
Abby lo observó un momento en silencio, ligeramente indecisa, y nuevamente se giró hacia el lago, extendiendo ambos brazos y mostrando lo que Erik tenía más en mente: Suficiente agua levitando como para llenar una pequeña habitación. En raras ocasiones se había atrevido a controlar una cantidad tan grande, la verdad era que no conocía cuál era su límite. Con mucho más cuidado que antes dirigió el líquido hacía un lado y concentrándose lo solidificó, creando un gran cubo de hielo.
―No es homogéneo ―comentó ella al ver su trabajo, algunas partes eran completamente transparentes mientras otras tenían una tonalidad blanca―. Creo que es la primera vez que trato de hacer algo así.
―¿Puedes volverlo agua nuevamente? ―preguntó Charles con interés.
Abby asintió y sin pensarlo demasiado elevó el cubo de hielo sobre el lago para descongelarlo. El efecto fue casi inmediato, pero no consideró que al caer tal cantidad de agua de regreso esta salpicaría sobre ella, empapándola de la cintura para abajo.
―Sorprendente, pero creo que será mejor que te cambies, lo último que necesitamos es que te enfermes ―intervino Charlas acercándosele, al haber estado un poco más alejado sólo le cayeron algunas gotas.
―No hay problema ―aseguró ella con tranquilidad. El agua que había caído sobre su ropa flotó en frente tras un ligero movimiento de mano.
Esto captó el interés de Erik.
―Abby, creo que eres un ejemplo perfecto de cómo debería usar sus poderes un mutante ―comentó Charles sonriéndole, sin esconder en lo más mínimo su emoción por la idea―. Es la primera vez que puedo ver aplicaciones para la vida diaria.
―Es un desperdicio de talento ―intervino Erik secamente al notar por donde iba el interés de su amigo―. Todo ese potencial malgastado
―No creo que malgastado ―replicó Charles sin perder el buen humor―. Estoy seguro de que vas a poder ayudarla ―agregó y ambos lo observaron―. Tus poderes son de naturaleza similar, incluso en la forma de utilizarlos, puedo apoyar, pero creo que tú serás mejor maestro que yo en este caso.
Erik la observó en silencio por unos instantes y luego aceptó la idea. Quizás era lo mejor si quería ver los resultados que él esperaba.
. .
Comenzó a oscurecer, pronto cenarían si es que Hank y Raven lograban cocinar algo. No había estado viviendo en la mansión por un tiempo y aunque se aseguró de que se mantuviera en buen estado y vigilada, tuvo que pedirle a su personal que se retiraran para poder entrenar con toda la tranquilidad necesaria. Eso los dejó con el problema de las labores diarias, sobre todo la de cocinar. Por sugerencia de Raven decidieron juntarse por parejas para preparar la comida, así al menos no todos tendrían que preocuparse del tema a diario.
―Erik ―saludó Charles al ver a su amigo ingresar al estudio donde se encontraba sentado, disfrutando un trago―. Estaba pensando que ahora que Abby está con nosotros podremos rotar el tema de la comida cada cuatro días en lugar de tres.
―¿En eso has estado pensando realmente? ―replicó Erik, sentándose en el sillón de un cuerpo del frente.
―Es importante. No es de vida o muerte, pero algo de estabilidad y rutina puede ser de ayuda para los muchachos ―explicó. La muerte de Darwin y deserción de Ángel había golpeado a fuertemente a los más jóvenes, quizás no se conocieron mucho, pero el ser mutantes hizo que se acercaran bastante rápido―. Además puedes aprovechar para admirar los poderes de Abby, estoy casi seguro de que debe de usarlos bastante en el día a día ―agregó con una sonrisa, dejando dicho que Erik estaría con ella y por simple descarte él aprovecharía la compañía de Moira sin un tercero de por medio.
―¿No estás más interesado en saber qué ocurrió con los hombres que llegaron al pueblo? ―cuestionó con tranquilidad.
―No creo que quiera escuchar los detalles ―confesó Charles con incomodidad fijando la mirada en Erik, no había indagado en su mente, pero lo conocía lo suficiente como para saber el destino que debían de haber corrido―. ¿Dijeron algo?
―Nada, pero era obvio que se trataba de un grupo organizado y no se mostraron sorprendidos por ver mutantes, saben de nuestra existencia ―explicó Erik con cierto fastidio―. No creo que hayan estado relacionados al gobierno, o al menos no de forma directa, no eran militares a pesar de las armas y equipo que tenían.
―Ha sido una suerte que encontraras a Abby y la convencieras de venir.
―Ya te lo había dicho, Charles ―habló Erik sin quitarle la mirada de encima―. No nos aceptarán.
Charles no pensaba entrar en esa discusión nuevamente; quería comer algo e irse a descansar. La visión de Erik era altamente negativa, podía comprender de dónde venían esos pensamientos, pero estaba seguro de que las personas los podían aceptar. Quizás un par de desadaptados nunca lo harían, pero confiaba en que la mayoría de personas sí, sólo era necesario que la existencia de mutantes fuera revelada de una manera positiva.
Notas de autora: No voy a colocar muchas escenas de la película, para eso está la película, pero hay algunas que voy a utilizar para adentrar un poco en las motivaciones de los personajes, como la de Erik con Raven aquí. Alex va a avisarle a Charles del regreso de Erik justo cuando Hank logra ganarle en la carrera, mi excusa de porqué Alex justo tuvo que acercarse en ese preciso momento a arruinarle el día a Hank. Como Erik no aparece sumamente activo en el entrenamiento de los demás mutantes me deja espacio para mantenerlo junto a Abby.
¿Cómo sienten a los personajes? ¿Son reconocibles? ¿Qué tal es Abby por el momento como personaje? ¿Se integra bien a la historia? En este capítulo no ha estado muy activa, mayormente ha sido guiada por otros. ¿Alguien ha visto Slow West? ¿Ya se puede ver? Me muero por ver a Michael actuando ahí, se le ve muy bien en las fotos xD
Review de "Guest" en el cap3: Nop, Abby no es la madre de Peter, él tiene al menos 16 años y aunque Abby lo tuviera ahorita no llegaría a tener más de 12 años para DoFP.
