Para este capítulo quise hacer algo diferente, por lo que necesito que tengan lista la siguiente canción, ya les diré yo cuando ponerla, es para ambientar el capítulo y así, ya lo verán xD
LA CANCIÓN ES: ¡GANGSTER'S PARADISE! De Coolio, a partir del segundo 0:10. No es importante la letra, así que solo disfruten la melodía mientras leen mi historia.
Sin más que decir. ¡A leer!
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CAP 6: Marzo, con M, de coMienzos.
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7:50 pm
Las manecillas del reloj seguían avanzando, casi burlándose de su agonía.
Una parte de ella le decía que corriera, y que a unos 100 kilómetros por hora alcanzaría a llegar a tiempo a su casa, la pasarían de maravilla y nadie tendría que enterarse de nada. Pero por otro lado, estaba Neji…cuando se había acostado con otros chicos antes, nunca se había cohibido por el hecho de que el castaño se molestara, pero esta vez, había algo personal que unía a estos dos hombres que la estaban volviendo loca, esa historia sacada de un drama coreano no parecía tener un buen final, para nadie.
Se mordió el labio, mientras nuevamente le echaba una mirada al reloj de pared de su habitación.
7:52 pm
Cerró el libro de matemáticas con fuerza y se apartó del escritorio dejando la tarea a medio hacer. Ya se la pediría mañana a alguno de los ñoños que babeaban por ella. Empezó a dar vueltas por su habitación como un león enjaulado.
Se arrojó con fuerza al mullido colchón de su cama y cerró los ojos.
Lo perdería… eso era claro, alguien tan orgulloso como él jamás le perdonaría tal desplante, era un golpe directo a su ego y hombría.
7:58 pm.
Y Neji tampoco…no podía presumir de conocer a Sasuke, pero su novio, su novio era otra historia, lo conocía desde siempre, no había una memoria en la que el de ojos perlas no estuviera, con esa sonrisa minúscula que le daba cuando nadie más veía, y de algo estaba segura…el sí que no la perdonaría jamás…y aunque su pasión desbordada le rogaba que enviara un mensaje a Sasuke explicándole que ya iba en camino, que esperara por ella, su cabeza le decía que era una mala idea, aún estaba a tiempo de detener lo que ocurría entre ellos, y evitar enviar todo al demonio con Neji.
Porque era así…siempre sería así.
8:00 pm.
La verdad era que muchos chicos pasarían por su vida, pero Neji…él era quien estaría allí siempre, habían construido una vida en torno al otro, y eran la envidia de la escuela, no iba arriesgar todo solo por un polvo con el chico malo de Konoha.
Se puso de pie decidida a darse un baño y acostarse a dormir.
La decisión había sido tomada.
Estaba segura.
Pero, entonces… ¿Qué era ese vacío que sentía en el abdomen?
Se sumergió en el agua tibia, con esencia de rosas intentando relajarse, pero no podría jamás negar que estaba yendo en contra de sus deseos.
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Ino silvó – no me lo habría imaginado de la estirada de tu suegra
-Nadie puede saber de esto Ino, nadie-
-Y mira que Fugaku está bien feo – la ojijade puso los ojos en blanco - Te has metido en un buen lío, tal como yo lo predije ¿lo ves? Eso pasa cuando intentas ir en contra de los consejos de los sabios – puso una pose chula mientras echaba el cabello de su coleta hacia atrás.
-oh cállate, no estoy lista para que se acabe- dejó caer la cabeza- Y es por eso que no he quiero entrar al salón, él estará ahí – explicó por fin la razón por la que en cuanto había bajado de su auto y divisado la cabellera dorada de su amiga la había arrastrado debajo de las gradas del gimnasio - ¡Los dos estarán allí!
-así que…-
-no lo sé- se alborota el cabello- tendrías que haber visto a Neji, parece que de verdad le afecta.
Ino se encogió de hombros- es normal ¿no? Imagínate a tu madre follando con mi padre.
Las dos hicieron una mueca de asco
-Diugh Ino, eres una cerda-
-Solo por esta vez estoy de acuerdo – una mueca de repulsión cruzo su rostro – bien, ahora pasemos a mis dilemas, siento que últimamente todo gira en torno a esas bragas que no puedes dejar en su lugar.
-¿Qué dilema?-
-Es Sai- suspiró cansada- ¿tú crees que yo realmente le gusté?...es tan raro…
-Vamos cerda, si sabes que se muere por ti –
-Cada vez que me permito creer eso, hace alguna estupidez- resopló- bien, cambie de opinión, no es una buena idea hablar de esto- se resignó- y por más que detesto las clases de Anko-sensei, creo que deberíamos volver antes de que se pregunten dónde estamos.
Sakura abrió los ojos asustada – No, no, quedémonos unos minutos más.
-Sakura- la ojiceleste le dio una mirada cansada.
-bien, bien, vamos- se puso de pie soltando todo el aire de golpe y arreglando su uniforme, se encaminaron juntas hacía el salón de clases en silencio, la rubia miraba de reojo a Sakura de vez en cuando, y casi sentía que una sonrisita se le escapaba al verla tan nerviosa, eran contadas las ocasiones en las que la rosada no tenía todo bajo control, y hasta cierto punto disfrutaba viéndola finalmente perder los papeles, tal vez la diversión que le daba el pelinegro no era tan mala como ella creía. Se atrevería a decir que tendrían unos hijos preciosos, con la estructura ósea de Sasuke, y los ojos de Sasue, podrían estar hablando del futuro novio de la que sería su preciosa hija, así la frentezota y ella por fin estarían emparentadas y…
-Oye, vamos a entrar o no – la sacó su amiga de la ensoñación en la que estaba, sin notar que ya estaban frente a la puerta.
-oh, pero claro que si – dijo con una sonrisa divertida, mientras abría la puerta.
-¡Haruno, Yamanaka!- gritó la maestra en cuanto las vio en el umbral de la puerta -¿Dónde estaban? ¡Me pidieron 5 minutos para ir al baño y ya ha pasado más de una hora!
-lo-lo lamento Anko-sensei- se disculpaba Ino, con la frente azul, al igual que Sakura.
-No hay excusa- sentenció- las dos, a la pizarra.
La cabeza de ambas calló mientras se acercaban a tomar el marcador que les ofrecía la voluptuosa maestra, con la intención de que resolvieran los ejercicios frente a todos, se giró dispuesta a resolver el problema que estaba sobre la blanca superficie, evitando el contacto con cualquiera de los presentes. No tenía idea alguna de cómo trabajar las ecuaciones que le presentaban, claramente se habían saltado toda la explicación, vio de reojo como Ino se encontraba en la misma situación, sudando frio.
Era lista…muy lista, y podía encontrar la manera de responder, pero no cuando tenía esa mirada pesada sobre su espalda ¿Neji…? No, definitivamente no, cuando Neji la miraba no despertaba ese nerviosismo que sentía en ese momento.
-¡¿Y bien?! Las estamos esperando señoritas – las dos vieron temerosas como la profesora se había sentado en su escritorio, y al igual que los demás. Estaba segura que a un par de ellos estaban disfrutando ver como las reinas del baile eran humilladas por Anko, y se regocijaban en la caída de la realeza de la preparatoria. "Mierda" masculló bajito. Dispuesta a concentrarse, al menos haría algo, empezó a seguir el procedimiento de otros problemas que antes había resuelto, viendo como todo parecía ir bien, y parece que para su amiga también, pues sostenía un pequeño papel, mientras parecía transcribir lo que estaba en él, en la pizarra "Shikamaru" pensó, y siguió con lo suyo, finalizando al mismo tiempo que la rubia y girando con orgullo hacia aquellos que juraban que fracasarían. Vio la decepción en el rostro de aquellos que esperaban verlas caer, la admiración de aquellos que ya las consideraban diosas, la sonrisa cargada de orgullo de Neji…y la mirada gélida de Sasuke.
Se quedó paralizada, anclada a los ojos negros, que la miraban, sin emoción alguna, con frialdad, haciéndola sentir como un pequeño insecto sin importancia, se quedó consternada, viendo como el apartaba la mirada y empezaba a recoger sus cosas, al igual que los demás, pero no reaccionó hasta que su novio se acercó y la besó suave – Esa es mi chica – susurró en oído, mientras la tomaba de la mano y comenzaba a halarla para caminar hacía la salida, al igual que los demás, la campana había sonado y ella ni siquiera lo había notado, se limitó a dejarse hacer hasta que llegaron al comedor.
-¿Y bien? ¿Qué haremos hoy?- preguntó Temari, en cuanto todos habían tomado asiento, en la mesa estratégicamente en el centro de todo el comedor estudiantil, donde solo la realeza estudiantil se sentaba.
-Me siento de ánimo para una buena fiesta – propuso Kiba, a lo que todos respondieron con una sonrisa.
-¡Fantástico!- aplaudió la rubia con emoción- Esperaba que alguno lo dijera, porque ¿Qué creen? Mi primo nos ha invitado a todos a su club.
-Naniii- exclamó exaltada Ten ten- ¿Iremos a Gyoku(1)? – el cual era por mucho el club más grande y famoso de Konoha.
-Pero somos menores de edad—recordó el ojiperla.
-No hay nada de qué preocuparse – dijo calmada la rubia mientras daba un sorbo a su bebida- mi primo dijo que el mismo nos esperaría en la entrada.
Todos chillaban con emoción, claro a excepción de Neji, quien solo tenía una sonrisa de medio lado, y Hinata, quien solo mostraba una pequeña sonrisa mientras la castaña y Temari prometían pedir permiso en su casa por ella. Giró lo suficiente para ver disimuladamente hacía la dirección en la que estaba su sensual tormento, no pudo evitar verlo con deseo, se veía fantástico con su camisa abierta en los primero botones, dando cuenta de sus tatuaje, como desearía poder contarlos y besarlos mientras están en su cama, sobre su cuerpo taladrándole la…
-Tierra llamando a Sakura- la pelirrosa espabiló cuando Temari pasó una mano frente a su cara, parecía que la había estado llamando desde hace un rato - ¿Y bien? ¿Qué hay de ti?
-Yo…-todos tenían la mirada puesta sobre ella- no estoy de ánimo, estoy muy cansada –sentenció, viendo la mirada de circunstancia que le daban todos – lo lamento chicos.
-¿Qué?- se alteró Ino- ¿No has escuchado, Sakura? ¡Es Gyoku! ¡Y es viernes, estará a reventar!- la miro como si fuese una tarada- G-y-o-k-u- siseó despacio, como si no hubiese entendido la primera vez.
-Está bien- Interrumpió Neji acariciando una de sus mejillas- Te llevaré a casa en cuanto acaben las clases- dando a entender a los demás que no estaba a discusión.
Lo miró extrañada, ¿desde cuándo era tan condescendiente?
Lo cierto es que llegar a casa y tomar una siesta no sonada nada mal, estaba suficientemente cansada para aceptar aquello.
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Neji cumplió con su palabra, le dio las llaves del auto de la pelirrosa a Hinata, para que se fuese a casa mientras él llevaba a su novia.
Estacionó frente a su casa - ¿Están tu padres?
La pelirrosa negó, mientras una sonrisa coqueta surcaba su rostro, ya sabía a qué llevaba esa pregunta, de un brinco se acomodó sobre sus piernas, sentada ahorcadas, lanzándose a sus labios, siendo bien recibida por los apasionados besos de su novio, que parecía querer devorarla ahí mismo.
Bien por ella, hace mucho no lo hacía en un auto – Tendrá que ser rápido, alguno de los empleados podría vernos- logró decir en medio de respiraciones entre cortadas debido a los besos húmedos que recorrían su cuello.
-Bien- la deslumbró con esa sonrisa orgullosa, mientras llevaba sus manos a su propio cinturón.
-Y cumplió- pensó la chica mientras salía del auto veinte minutos después con una sonrisa impresa en el rostro, mientras trataba de airearse usando una de sus manos frente a su rostro, mientras con la otra intentaba poner su cabello en orden. Lo despidió agitando una de sus manos una vez estuvo en el umbral de la puerta, escuchó el rechinido de las llantas arrancando justo después de eso.
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Abrió los ojos de forma perezosa, pestañeando un par de veces cuando la luz de la televisión que había dejado encendida en la sala molestó sus ojos, siendo la única luz ¿Tan tarde era? Si sólo había tomado una pequeña siesta cuando terminó su revolcón con Neji. Prestó atención al ruido que la había despertado, la vibración de su celular sobre la mesita al lado del sofá en el que había estado descansando.
Su corazón dio un brinco al imaginarse quien podría ser.
Grande fue su decepción al ver como la pantalla anunciaba la llamada de "Ino-cerda" acompañada de una imagen muy sonriente de las dos con un par de copas en las manos. Antes de que pudiera si quiera moverse la llamada había terminado. Y la tabla de notificaciones mostraba 10 llamadas perdidas de la misma persona. Con preocupación alcanzó el celular, notando que, además, eran las once de las noche.
¿Qué? ¿Había dormido más de seis horas?
Apresuro en deslizar sus dedos para llamar a su amiga, quien no tardó en contestar.
-¡Tienes que venir ahora mismo!- chilló la rubia, haciendo que apartara el celular de su oreja, debido al estruendoso ruido de la música que sonada del otro lado de la línea.
-Ino ya les dije que no estoy de hum…
-Sakura, no estoy jugando ¡Muévete ahora mismo!
-Escucha Ino, no lo entiendes…-
-Eres tú la que no lo entiende- el ruido de la música había disminuido considerablemente, supuso que la rubia se habría movido hacía algún lugar alejado de las ondas sonoras –Hay algo que tienes que ver
Frunció el ceño intrigada -¿Qué? ¿Qué pasa?
-Maldita sea Sakura ¡Ven! ¡Ahora mismo!-
-De acuerdo, de acuerdo- se puso de pie y se comenzó a encaminar hacía su habitación, presa de la incertidumbre.
-Y Sakura…-
-¿Si?-
-Yo…- escuchó como la rubia suspiraba, preocupándola más- Sólo apresúrate –colgó.
Se quedó congelada unos segundos, con el teléfono en la misma posición ¿Qué pasaba? Sacudió la cabeza mientras despabilaba y se apresuraba al baño.
Maniobró para darse una ducha medianamente decente, mientras llamaba un taxi, evitando que el celular se mojara. Maldijo el momento en que aceptó darle su auto a Hinata. No tardó mucho, se puso bragas y eligió un vestido tipo camisón negro de seda, que justamente le ahorraba el tiempo de ponerse sostén, pues le daba un escote precioso sin siquiera necesitarlo, se calzó unas sandalias de tacón negras con varias tiras. Suerte que tenía entrenamiento con ellas.
En su pequeño bolso echó su celular, sus llaves, algo de dinero, y la joyería y el maquillaje que se pondría mientras era conducida al lugar. En ese justo momento escuchó como el conductor pitaba y se apresuró a salir, atándose una coleta, pues no le había dado tiempo de arreglarlo. Suerte que su belleza estaba fuera de este mudo y no necesitaba mucho para verse espectacular, lo comprobó cuando el anciano taxista la devoró con la mirada.
Diugh.
Cuando estuvieran en las puertas del antro, vislumbró a su amiga en la entrada, envuelta en un vestido color nude, con un gran escote, arrojó unos billetes al asiento delantero mientras salía corriendo del vehículo, escuchando como el hombre le gritaba enojada.
-¡Sakura!- gritó cuando la vio, la tomó rápidamente del brazo, arrastrándola al interior mientras le daba una seña al gorila de la entrada, quien les dio paso inmediatamente, ante la protesta de quienes hacían una fila que ocupaba más de una cuadra. La encaminó hacía un segundo piso, de VIP, en cuanto llegó las miradas de sus amigos se clavaron en ella. Distinguió entre ellos a Shikamaru, Kiba, Hinata, Temari, y otros chichos populares de la escuela.
-Lo siento Sakura- se acercó Temari –de verdad no tenía ni idea.
La pelirrosada la miró reticente - ¿Idea de qué?- Las rubias intercambiaron unas miradas, hasta que Ino suspiró y la llevó al borde del piso, que lucía como un balcón de cristal, que les permitía ver la pista de baile del primer piso, su amiga señaló en dirección a la barra, donde dos figuras, una femenina y una masculina se movían presurosas por explorar la anatomía de la otra sobre la ropa. Tensó la mandíbula, y apretó los puños ante la imagen. Los dos cuerpos se pusieron en movimiento hacía la salida. Oh no, eso no. Se apresuró a alcanzarlos, tratando de no perderlos de vista en el tumulto de gente que se formaba en el primer piso, empujó a unos cuantos, sin detener el paso a pesar de que su amiga gritaba su nombre a pocos metros de ella, acompañándola, y seguramente buscando evitar que cometiera una locura.
Cuando logró salir del lugar, el viento frío le golpeó el rostro y los brazos, forzando sus pies a soportar los rápidos pasos que daba con los tacones de infarto que vestía, camino hasta el borde de la carretera, repleta de autos parqueados a los dos lados, donde solo pudo ver como un auto pasaba a toda velocidad…Un auto en el que hace pocas horas había estado teniendo sexo con su dueño, quien estaba a punto de hacer lo mismo, pero con esa zorra castaña.
Sintió como las lágrimas se agolpaban bajo sus pestañas, y la rabia inundaba su ser, unas manos se aferraron a su brazo –No es justo Ino, no es justo – logró decir a pesar de que su mandíbula se apretaba lo suficiente como para que doliera.
-No lo es frentona, pero es tu oportunidad para…-
-Señoritas, ¿Está todo bien?- la voz profunda interrumpió, Ino volteó a ver al hombre inmediatamente mientras Sakura parpadeaba rápidamente para borrar el rastro de humedad en sus ojos.
-Sasori-sempai- murmuró Ino, haciendo que Sakura se girara para conocer al primo de su otra amiga rubia –Todo está bien –
-Oh linda- murmuró suave el pelirrojo, mientras acariciaba la mejilla tersa de la ojijade quien no había logrado el cometido de esconder su tristeza, no pudo evitar correr el rostro, no estaba de humor para coquetear- Las vi corriendo, creí que les había pasado algo, algún acosador, o varios- rio.
-No pasó nada- respondió seca la rosada.
El atractivo hombre río melodioso, haciendo que por un momento olvidara el trago amargo de ver a Neji incumpliendo su promesa, cuando ella había tenido que alejarse de Sasuke solo porque él se lo pidió – En ese caso, permítanme ayudarlas a animarse.
(¡EMPIEZA LA CANCIÓN! NO LO OLVIDEN GANGSTER'S PARADISE DE COOLIO, SEGUNDO 0:10)
-¿Cómo?- miró con sospecha la rubia.
El hombre volvió a reír, mientras pasaba uno de sus brazos sobre los hombros de cada una, en una invitación silenciosa de vuelta al recinto, que ahora se sentía muy caliente. El hombre en la entrada les permitió la entrada al instante, escuchando como las voces de las personas en la fila quienes coreaban el nombre del dueño del lugar, en busca de su atención. Las chicas se miraron entre ella dudosas – Prometo hacerlas pasar un buen rato, señoritas, tomemos un trago.
Las personas en la pista de baile se abrían como las aguas del mar rojo al ver al hombre, inevitablemente sintieron como el pecho se les inundaba de orgullo, ante las miradas de envidia, que definitivamente no sólo era producto de la belleza indudable que destilaban, sino de quien las acompañaba y mantenía cerca en todo momento, eran las reinas del baile. El camino se hizo fácil hasta el reabastecimiento de licores.
Detrás de la barra estaba un atractivo rubio de cabello largo, atado en una coleta, que dejaba libre un mechón de cabello cubriendo uno de sus ojos azules, quien sonrió torcido en cuanto las vio llegar acompañadas de su jefe, quien no tardó en hacerle una señal, que entendió de inmediato, empezando a verter en tres copas, que daban la apariencia de ser minúsculas, una cantidad de licor de diferentes botellas, todas de diferente color, con diferentes etiquetas que la pelirrosa desconocía, sus gemas esmeralda solo estaban inmersas en las diferentes tonalidades que iba adquiriendo el líquido dentro del cristal, que pasaba del dorado más puro al rojo más vivo después de que una leve cantidad de jugo concentrado de cereza fuese incluido en la poderosa. El bar tender miró dudoso al pelirrojo antes de terminar su trabajo.
-¿Y bien chicas, les gustaría un poco de diversión al estilo VIP (2)?
Sakura lo miró embelesada por un segundo, por la belleza casi idílica del tipo, quien a la vista de las diferentes luces estridentes y de diferentes tonalidades no hacía más que verse exquisito a sus ojos. Para después posar su mirada en su amiga rubia, quien parecía que después de meditarlo se decidía, con una sonrisa traviesa plasmada en su rostro de porcelana, buscando su mirada, en medio de la oscuridad parcial del lugar, buscando complicidad…y encontrándola.
Eso le bastó al hombre para asentirle al rubio tras la barra, quien saco de una bolsa colgada al costado de su cadera, tres frascos con un polvo rosado y se dispuso a incluirlos en la mezcla de las copas.
-¿Qué es?- preguntaron las dos consternadas.
-Es mi mezcla explosiva- respondió con una sonrisa pícara.
La sensación de duda se hizo evidente en el rostro de las dos mujeres jóvenes, quienes aún conservaban la inocencia, en ese sentido al menos…bueno, solo en ese sentido, tenían que admitir. El ojimiel decidió intervenir – Vamos chicas, ¿No querían divertirse? No todos tienen la oportunidad de probar la famosa mezcla de Deidara-
Sakura se mordió el labio, tentada, el hombre puso su mano en su espalda baja, en un toque ardientemente cercado al final de la curvatura de su espalda. Usó la fuerte música como excusa para acercarla, y hablarle al oído, poderosamente cerca -¿No quieres olvidarte de tus problemas, linda?-
Sin dudarlo la pelirrosa tomó la copa que estaba sobre el estante, dando un trago. No pudo evitar abrir los ojos de la impresión ante la deliciosa bebida, tenía el toque perfecto de dulzura, acidez y amargor, sus papilas gustativas dieron un salto de gusto –Está delicioso- afirmó, a un halagado rubio, un complacido pelirrojo y una dudosa rubia que aún no daba el primer trago, pero no dudo en hacerlo después de lo dicho por su amiga, e imitó su acción sorprendida. Mirando a los presentes, quienes asintieron. El pelirrojo aprovechó la conversación que entrababan los otros tres, elogiando la bebida, para contemplar a la chica a la que aún sostenía, era una preciosidad, una pena que ella y su amiga fuesen menores de edad…Aunque eso no significaba que no pudiesen divertirse. Sonrió pícaro.
-Deidara, tómate tu descanso- El rubio asintió cómplice de las intenciones - ¡Hidan! – Llamó a otro apuesto hombre de cabello blanco- encárgate de la barra, iremos al salón VIP- los ojos de las chicas brillaron, vaya noche- haz que nos traigan otra ronda de… – dudó un instante – la receta de Deidara – El hombre asintió mientras los veía tomar a las chicas con las que estaban.
La sala VIP consistía en un tercer piso, más pequeño que los anteriores, con paredes de cristal que les permitían ver todo en el primer y segundo piso, pero mantenía a los fisgones sin poder ver lo que ocurría allí. Tenía una iluminación tenue roja, que se mezclaba con los colores de los laser que alcanzaban a llegar hasta allí – Tomen asiento lindas- los hombres se vieron obligados a ayudarlas a ubicarse a cada una, pues la mezcla especial parecía hacer efecto.
Sentía su cuerpo relajado.
No lograba entender las circunstancias cm una secuencia, sino que parecían una secuencia de imágenes, de diferentes colores, y se sentía…tan bien.
No podía evitar reír ante ello, su cuerpo se sentía liviano, si no fuese por las manos de Sasori ayudándola a sentarse, pensaría que estaba levitando. El toque de sus manos cosquilleaba, casi n era consciente de que el cuerpo que estaba tocando era el suyo. Cuando se puso en contacto con el cuero frío del sofá no pudo evitar encogerse, su piel estaba sensible, sentía espasmos de placer con el roce del materias, que contrastaba con las manos calientes del pelirrojo, de fondo creía escuchar la risa de Ino, y así era, estaba desparramada por todo el sofá frente a ella, revolcándose de la risa, mientras el sonriente rubio intentaba ayudarla, no pudo evitar contagiarse, imitando las carcajadas, pegándose poco a poco al cuerpo tibio que estaba a su lado. No era consciente de todo el espacio que realmente invadía al pegarse a su pecho y subir una de sus piernas a la suya.
-Toma un poco más, linda- le acercó la copa a los labios, mirándole a los ojos, viendo como ella lo miraba a los ojos, casi hipnotizada, con las pupilas dilatadas, las mejillas sonrosadas y los labios hinchados. Lo sorprendió al verla negar suavemente con la cabeza, en una especie de trance, sonrió, la chica ya estaba colgada.
-No es lo que quiero- la chica, por su estado, no lograba disimular su mirada clavada a sus labios.
-¿Qué es lo que quieres?- preguntó con sorna.
La pelirrosa no dudó antes de lanzarse a sus labios. Al cerrar los ojos, entró a otro universo. El placer la inundaba. Lo único que podía sentir, era el roce caliente de las manos de Sasori, que invadía cada espacio de su cuerpo, era un toque de ceda, suave, firme, no lo sabía. Sus labios acariciaban los suyos, los succionaba, los mordía, era incapaz de calcular el tiempo y las acciones exactas del hombre. Teniendo los ojos aún cerrados, su visión era negra, pero pequeños círculos de colores, una sensación de vacío la invalidó, como si estuviera cayendo, la obligó a abrir los ojos asustada, se encontró con los ojos miel, oscurecidos por el deseo. Había conseguido recostarla sobre el sofá. La vio por lo que parecieron segundos, para después enderezarse, y sentarse.
-Deidara- llamó autoritario – pásame más- Lo escuchó repetir la orden un par de veces más, con más improperios. Por su parte, ella veía hipnotizada como las luces que alzaban a llegar hacían figuras extrañas. La voz de los hombres la volvió a la "realidad", girando a ver lo que ocurría del otro lado del pequeño salón. Vio cómo su amiga se encontraba con las rodillas clavadas al suelo y con la erección del rubio clavaba en su garganta, quien intentaba buscar lo que le estuviera pidiendo Sasori, mientras apretaba sus dientes, y crispaba los dedos por el placer. Finalmente dio con otro de los frascos de polvo rosa, y se lo arrojó al pelirrojo, para regresar sus manos a la cabeza de la ojiazul, y seguir clavando su miembro en la suave cavidad –Mierda, eres buena – alcanzo a ver un intento de sonrisa por parte de su amiga.
-¿Quieres que nos divirtamos como ellos, pequeña?- la voz de Sasori, la llevó a mirarlo, mientras el destapaba el frasco y vertía la mitad del contenido en su lengua, invitándola.
Sólo asintió antes de lanzarse a darle un beso húmedo, en el que intercambiaban más que fluidos – Baila para mi linda-
Sonrió coqueta antes de ponerse de pie y empezar a balancear las caderas, sentía como todo su pulso se aceleraba, casi tenía la impresión de que se coordinaba con la música, cerró los ojos dejándose llevar por la sensación y la corriente de energía que de pronto la invadía, echó la cabeza para atrás mientras seguía moviéndose, paseando las manos por su cuerpo, sobre su vestido, su piel se crispaba ante cada toque, todo su cuerpo empezaba a sentirse caliente. Abrió los ojos para ver al pelirrojo con un vaso de whisky, con sus ojos prendados de ella. Se sentó ahorcadas del cuerpo caliente. Todas las terminaciones nerviosas que se pusieron en contacto con él parecieron chillar de alegría, intentó seguir el ritmo que sus caderas tenían anteriormente.
Uno de los tirantes de su vestido empezó a deslizarse, hasta quedar colgando de su hombro, sin dudarlo Sasori se encargó de que el otro lo imitara los empujó hasta sacarlos de sus brazos, provocando que todo el vestido cayera sin cuidado a la altura de la cadera, dejándolo contemplar su cintura delgada, su vientre plano y el precioso par de pechos adornados por unos perfectos pezones rosados. La mocosa tenía unas tetas preciosas. Ni siquiera consultó antes de lanzarse sobre ellas, mamó de ellas, casi como si esperara que saliera algo de ellas, Sakura gemía de gusto.
La cadera de la chica comenzó a restregarse contra su erección. Apretó los dientes, intentando contenerse, no podía. No le bastó torturarlo así, no tardó en sacarle la verga de los pantalones y empezar a frotársela con precisión. Detuvo la acción sobre sus pechos. No podía follarse a esa chica. Era menor de edad. Y ya la había drogado. Seguir adelante hasta el final serían problemas, lo máximo que podía hacer era joderle las tetas. Desvió su mirada a su amigo, quien ciertamente, a pesar de pensar lo mismo que él, no se había podido resistir, y estaba como poseso dándole por el culo a la rubiecita. La imagen no hizo más que calentarle más. Sin poder evitarlo llevó una de sus manos a la vagina de la preciosidad que tenía sobre él. Sólo jugaría un poco. Gimió cuando su mano se empapó con solo tocar las bragas, la chica estaba en llamar.
Mierda. Con un par de años más no duraría en cogérsela por todos lados.
Mantenía los ojos cerrados mientras el ojimiel tenía la boca clavada a sus pechos, y la mano acariciaba sus muslos internos.
Pero algo no estaba bien, no era ese toque dudoso por el que su cuerpo gritaba, quería un toque firme, brusco, animal…
La imagen del pelinegro, apareció en su cabeza, abrió los ojos, con la imagen del pelirrojo, un hombre sumamente apuesto, pero no era lo que quería. Detuvo el toque de sus manos sobre su pene. Se quedó estática, el tipo seguía haciendo su labor pero ella ya no sentía, no era consciente de sus manos en su cuerpo. No quería esto. Había alguien con quien quería estar…pero no era ese hombre. Se separó abruptamente, bajo la mirada del consternado pelirrojo. Vio como el rubio del bar se corría en la parte trasera de su amiga y esta gritaba.
-Ino, vámonos –
La rubia jadeante, la miró con una sonrisa en el rostro.
-¿Eh? ¿A dónde? – El peso de tres miradas recayó sobre ella.
-Ino, tenemos que volver a casa ¡Ahora!- chilló histérica.
La rubia se puso de pie desconcertada pero obediente, se acomodó el vestido y sin más salieron de allí con velocidad.
Ninguno de los chicos entendía que pasaba -¿Qué le hiciste?- preguntó el rubio, aun con los pantalones abajo y la verga fuera.
El pelirrojo se encogió de hombros, suspirando aliviado, al menos había esquivado la bala y no se metería en problemas. El único problema que tenía estaba insatisfecho y adolorido entre sus pantalones, se asomó al balcón a encontrar quien lo aliviara. Alguien de una edad apropiada.
(YA PUEDEN QUITAR LA CANCIÓN, SI ES QUE AÚN SUENA)
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-¡Oye! Este no es el camino hacia tu casa- protestó la rubia, mareada.
-No vamos a mi casa- contestó mientras giraba en una intersección.
-¿Quée? ¿A dónde vamos frentona?- se escandalizó.
-Vamos a la casa de Sasuke-
-¿Y yo que voy a hacer allá?- cuestionó- No querrás un trío ¿o sí? – río escandalosamente, producto de los efectos de la droga.
La pelirrosa la imitó, mientras intentaba concentrarse en los estímulos que adquirían formas extrañas en la carretera, las imágenes se movían, y casi sentía la necesidad de esquivarlos, pero intentaba recordarse que eran productos de la droga, que tenía efectos alucinógenos.
Parqueó frente a los muros que impedían la entrada del jardín de la enorme mansión, rieron tontamente de nuevo al comprobar que casi había dejado el auto sobre uno de los muros, de milagro no terminaron con el airbag sobre la nariz. Engancharon sus brazos en busca de equilibrio, pues los tacones y las drogas no eran una buena combinación. Analizando la situación con los cincos sentidos que les faltaban, decidieron que la única forma de ingresar a la casa a las 3:00 am era saltar la pared. Y el único lugar que les daría la altura es el auto.
Como pudieron subieron al capó del auto, y el recuerdo de ese momento solo incluía un par de acrobacias inigualables, raspones, moretones, y una caída olímpica de cuatro metros de altura sobre, afortunadamente, una capa de césped bastante alta, que evitó lo que pudo haber sido para Sakura, la mayor vergüenza de la vida, con Sasuke encontrándolas a la mañana siguiente moribundas en la entrada de su casa.
Una vez dentro se pusieron de pie e intentaron quitarse todas las plantas que quedaban encima, e como pusieron emprendieron su camino, corriendo, hacía la casa, que permanecía oscura. Reían por las mayores estupideces.
Ino se detuvo de repente, aparentemente escuchando algo, pues giraba la cabeza hacía todos lados –Frentona- tartamudeó asustada- ¿Hay perros?- gritaron al unísono mientras corrían.
Cuando estuvieron frente a la puerta de roble una empezó a tocar la puerta de forma desesperada, mientras la otra tocaba el timbre de forma incesante. Las luces dentro de la casa que antes estaban apagadas, empezaron a encenderse. En cuanto una mata de cabello negro se vislumbró en el umbral de la puerta, la pelirrosada se lanzó a sus brazos, rodeándole el cuello con los brazos – Lo siento, lo siento, lamento no haber venido –
-¿Sakura?- Escuchó su voz, detrás del hombre al que abrazaba, se separó de éste, y a pesar de que sus ojos le regresaban una imagen distorsionada. Ese no era Sasuke. No era su cabello desordenado, ni con destellos azules, no eran sus preciosos ojos negros, ni su piel blanca perfecta. Itachi.
Se apartó de él como si quemara, y corrió hacía Sasuke, quien estaba al pie de las escaleras, se lanzó, sobre él, rodeándolo con brazos y piernas, colgándose de su cadera – Lo siento, lo siento, lamento no haber venido – se separó lo suficiente para ver su rostro. Y solo eso bastó para que él se diera cuenta.
-¿Estás drogada?- preguntó bajito, ella negó con la sonrisa de una niña pequeña que acaba de hacer una travesura.
-Ño- dijo como una niña pequeña, haciendo que se revolviera el cabello con pereza.
-Tsk- musitó empezando a subir las escaleras cargando con ella, quien comenzaba a darle besos en el cuello y hombros.
-Oye, ¿Qué hay de mí? Me prometiste un trio frentona – gritó Ino desde la entrada, al lado de Itachi.
Sakura rio estridente echando su cabeza hacia atrás, causando que Sasuke maniobrara poniendo una mano en su espalda para que no cayera, la miró con duda a los ojos jades- Claro que no- se acercó a su oreja- esta noche te quiero para mí- mordió su lóbulo, el menor de los Uchiha gruñó mientras volvía a caminar hacía su habitación, siendo a penas capaz de musitar un –Itachi-
El pelilargo suspiró resignado, volteando a ver a la rubia, inevitablemente su mirada rodó hasta el escote abismal en el vestido de la mujer, que resaltaba las curvas perfectas de la esbelta y alta chica, que más que humana parecía un monumento a la belleza femenina, incluso a pesar de que el maquillaje se había corrido levemente –Hola- saludó cordial – podrías dormir en una de las habitaciones de huéspedes que hay en…- su voz iba muriendo a medida que la escultural ojiazul daba pasos felinos hacia él.
-Hola- le devolvió ella agitando sus pestañas, encantadora y coqueta. El Uchiha tragó pesado al tenerla más cerca.
Estúpido hermano menor.
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En cuanto cerró la puerta de su habitación, la chica se lanzó a devorar sus labios, que tenían un sabor dulzón, pero podía perfectamente distinguir el alcohol de sus labios, en vez de disgustarle bebió de ellos con brusquedad, tal como Sakura buscaba que la tomaran. La chica se bajó de él de un brinco, y ahí vio el estado deplorable de la chica, quien con torpeza se intentaba quitar el vestido, pero este se enredaba en sus brazos y cabeza, quedando atrapada sin poder ver nada, parecía desesperarse y empezó a moverse hasta que se golpeó con el armario y cayó de espaldas al suelo, empezando patalear aún atrapada, se apresuró a acercarse para despojarla del vestido. Como si no hubiese pasado nada la chica se inclinó para besarle nuevamente. Pero Sasuke ya no creía que fuese tan buena idea. Pero la chica no compartía el pensamiento, y su cuerpo empezó a responder, vamos que la chica tenía un cuerpo espectacular y solo usaba unas braguitas de mierda que no le cubrían nada.
La chica se levantó y le bajó los pantalones de pijama que usaba, sin nada de bajo, por lo que su erección saltó a la vista, la rosada lo vio con deseo y lo empujo hasta sentarlo en el borde de la cama, con ella ahorcadas, sus caderas balanceándose sobre su verga, inundado por el placer, destrozó uno de los extremos de las bragas, quitándoselo. No había hecho falta más, con esos besos deliciosos y sus senos en sus manos, ya estaba empapada, y ya sin sus bragas, no lo pensó dos veces antes de clavarse la erección en su interior, gritando sin mesura, comenzando a saltar sobre su falo, sintiendo su interior ardiente, y su piel sensible enviando corriente a todas sus terminaciones nerviosas.
Saltaba como posesa, Sasuke apretaba los dientes para no correrse ahí mismo, lo estaba haciendo con una velocidad vertiginosa…que terminó por marearla.
Se detuvo abruptamente ante los nuevos giros que daban las imágenes, se sujetó de sus hombros fuertes intentando hallar estabilidad, se puso de pie con todo dando vueltas, sentía que el suelo temblaba, y usó las pocas fuerzas que le quedaban para correr hacía el baño y casi tirarse hacía la tasa para después experimentar fuertes arcadas, que terminaron por hacerla devolverlo todo, se tuvo que tirar al piso de rodillas, para seguir expulsando todo lo que tenía en el estómago…puro alcohol.
No supo en que momento el pelinegro llegó a sujetarle el cabello –No, no- otra arcada la interrumpió. Sasuke siguió allí hasta que vacío todo su estómago. En cuanto el pelinegro lo notó la cargó hasta la ducha, y la puso bajo el grifo. Espero que Sasuke se saliera al abrir el agua fría, pero no lo hizo, se quedó detrás de ella, sujetándola por la cintura, forzándola a que no se moviera y recibiera el chorro de agua fría. Junto a ella, con suavidad le paso el jabón por todo el cuerpo, prestándole especial atención a su trasero, que aún se rozaba con el miembro semi-erecto. Hasta consiguió lavarle el cabello y la cara. La sacó de allí, envuelta en una toalla.
El efecto del alcohol ya se había bajado, ahora solo quedaba el vestigio del cansancio, y se dejó hacer, mientras él le secaba el cuerpo, y le frotaba una toalla en el cabello. Se alejó para sacar algo de un cajón bajo el lavamanos del baño, se lo tendió- aquí tienes- comentó ofreciéndole una caja con un cepillo de dientes nuevo. Hizo lo propio con este. Sin mencionar palabra alguna, apenada por la escena que acababa de armar. Nunca. Realmente NUNCA había sentido tanta vergüenza. Normalmente era tan extrovertida y desinhibida que nada le causaba pena, aunque también estaba el hecho de que jamás había vomitado frente a nadie ¡Ni siquiera Neji! Cepilló sus dientes las veces que creyó necesarias para quitar cualquier vestigio del bochornoso incidente. No podía quedarse más en el baño, pero estaba totalmente desnuda. Inhaló aire y se preparó pasa salir.
Sasuke estaba de pie junto a la puerta, sosteniendo una camisa entre sus manos, en cuanto la vio la cubrió con ella y empezó a unir los botones de la prenda blanca, que le quedaba varias tallas más grande – gracias- musitó quedo, viéndolo a los ojos, el solo asintió serio, sin expresión alguna en el rostro.
-¿Sigues mareada?- preguntó mientras la tomaba de la mano y la guiaba a la cama, dejándola acostada. Que se sintió como la gloria.
-Solo estoy cansada ahora-
-Puedes dormir acá- se puso de pie. Alarmada, lo tomó de la mano.
-No te vayas-
Él sonrió arrogante ante el tono de necesidad en que se lo pidió, y ella rodó los ojos, soltándole la mano –Sólo iré a traerte agua- sintió que se derretía- Ni creas que dejaré mi habitación porque se te ocurrió irte de rebelde- se levantó mientras giraba los ojos, con una sonrisa burlona en su rostro, ocasionando el sonrojo en sus mejillas, pero esta vez no tenía nada que ver con las sustancias que había consumido, infló las mejillas mientras se cruzaba de brazos -¡Oye yo no…!- callo su protesta cuando el cierre de la puerta se escuchó.
La había dejado hablando sola.
Suspiró, concentrándose en el avasallante cansancio que empezaba a embargarla. Para cuando el pelinegro regresaba ya se encontraba casi dormida, solo fue consciente de unos brazos que la rodeaban antes de caer profundamente dormida.
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Despertó levemente aún víctima del cansancio y un leve mareo, el reloj sobre la mesita de noche indicaba que apenas habían pasado un par de horas desde que se había quedado dormida. La cama mullida la soportaba suavemente, y los fuertes brazos de Sasuke la mantenían cálida bajo las cobijas. Todas las imágenes del bochornoso evento en el baño la terminaron de despertar. Con pesar se deshizo del agarre en que la tenía el adonis que la sujetaba en brazos, quien solo suspiró ate el movimiento, pero siguió durmiendo.
Buscó su vestido con desesperación, no había forma de que se quedara hasta que el despertara y la viera a los ojos, su imagen de femme fatale se había arruinado, y no creía poder soportar que el la viera después de haberla visto devolver todo su estómago.
Divisó el vestido enrollado en el suelo al lado del armario de la habitación y se acercó de puntitas a él. Consiguió alcanzarlo y empezó a desabotonarse la camisa, cuando esta se deslizó por sus hombros, se dispuso a ponerse su ropa.
-Creí que te había quedado claro- La voz ronca detrás de ella la hizo pegar un brinco, y detener sus acciones – te acuestas conmigo, te levantas conmigo- se giró a verlo, encontrándolo dirigiéndose hacia ella.
-Sasuke…yo- desvió la mirada de sus ojos – limpiaré tu baño. Él se acercó lo suficiente para acariciar su mejilla con su nariz.
-No te he pedido que lo hagas-
-Creí que…-se mojó los labios, cuando su nariz estuvo olisqueando su cuello, produciéndole cosquillas…y no sólo en esa zona- después de anoche…-
Él tomó su mano y la puso sobre la entrepierna cubierta por el pantalón de pijama, sonrió arrogante -¿lo ves?- guío los movimientos de sus manos, haciendo que acariciara su verga, dura como una roca – me la sigues parando – poco a poco la tensión en Sakura iba desapareciendo, al igual que la vergüenza, se aventuró a acariciar su pecho tintado con la mano que tenía libre, haciéndolo sisear- y mientras siga siendo así, te quiero en mi cama-
Sakura sonrió coqueta, lanzándose a sus labios, y atacándolos.
Parecía que si había un nuevo comienzo para ellos.
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Gyoku: El nombre del anillo que llevaba Akasuna No Sasori en el pulgar izquierdo cuando pertenecía a Akatsuki, significa "Joya"
VIP: para quienes no lo tengan muy claro: Very Important People
Chan chaaan, aquí está el nuevo capítulo, espero que hayan podido leerlo mientras escuchaban la canción. Me tarde un poco más de lo que quería, pero es definitivamente un capítulo más largo de lo que acostumbro. Así que espero que lo hayan disfrutado ¿Ha sido lo que esperaban? A que no esperaban que Sakura se drogara sin Sasuke la primera vez xD
La buena noticia es que encontré la forma de seguir con esta historia, ha llegado la inspiración a mi ¡Aleluya! Y para todos aquellos que me piden adelantos sobre lo que va a pasar con nuestra parejita pues lo único que voy a decir es: Como le pasó a cenicienta, ¡a las doce se acaba el encanto!
Como siempre, Gracia a todos por sus reviews, favs y follows! espero que les haya gustado. Cualquier comentario es bien recibido, un abrazo a todos.
Gracias por leer! :)
Ah, y casi lo olvido! Una ronda de cervezas a mi nombre por haber alcanzado los 100 seguidores ¡OH YESSSS! (Por favor vayan a su tienda más cercana)
