CAP 9 Cercanía
Sasuke zigzagueaba la motocicleta por la autopista. El viento moviendo su cabello la hizo sentir libre. Se aferró aún más al pelinegro, mientras recargaba su mejilla en la espalda del chico, y disfrutaba de las estridentes luces, desvanecerse mientras los edificios desaparecían, se acercaban a una zona residencial, una zona pudiente de la ciudad, llena de nuevos edificios y casas lujosas.
La motocicleta rugió por última vez mientras el hombre parqueaba detrás de un auto, frente a un edificio de al menos diez pisos, con grandes jardines en frente.
-Al fin llegas, Sasuke, te hemos esperado por horas - una voz masculina llamó su atención mientras los dos se bajaban de la moto. Dejó caer su vestido, que llevaba recogido durante el trayecto, en cuanto se giró a ver de donde provenía, se encontró con tres personas que nunca había visto - Oye Sasuke, ¿te robaste a la novia del ensayo de bodas? - el chico de pelo blanco soltó una carcajada, que Sakura no dudo en acompañar.
No lo culpaba, por su vestido, podría parecer que así fue - algo así - admitió ella mientras se encogía de hombros y sonreía.
-Sakura vendrá con nosotros - fue lo único que dijo el pelinegro - Estos son Suigetsu, Karin Y Juugo - El par de chicos le sonrieron mientras la chica la miraba con desconfianza, pero ya estaba acostumbrada a eso.
-¿Vestida así? - Fue lo primero que salió de los labios de la peliroja. Y por primera vez la pelirrosa se permitió observar la vestimenta de los amigos de Sasuke.
Los chicos estaba en ropas holgadas y casuales, y Karin, que aunque traía poca ropa y ajustada, distaba mucho del vestido de seda que ella vestía en ese momento. Sasuke solo necesito abrir un par de botones de su camisa para verse más casual.
-Karin, prestale ropa - más que una petición sonó a una orden, a la que la pelirroja solo se encogió de hombros y suspiro con desgano.
-Le va a quedar grande - dijo con maldad Suigetsu, con toda la intención de mosquear a la chica de gafas, y funciono.
-Tú que vas a saber maldito tiburón - le dio un sordo coscorrón mientras su rostro se ponía rojo debido a la ira.
-Ouch, pegas como macho - el peliblanco tuvo que esquivar el siguiente puno que se dirigía a su cabeza.
-Vámonos antes de que mate a este imbécil - la pelirroja se dirigió a la de ojos jades que miraba la escena con diversión, busco la mirada del pelinegro antes de seguir a Karin, este solo asintió, dándole a entender que estaba bien, que estaría ahí cuando volviera.
Podría sonar extraño, pero Sasuke y ella no necesitaban de muchas palabras para entender lo que el otro quería decir.
Karin la tomo de la mano, halándola, mientras seguía maldiciendo el día en que conoció a Suigetsu y como lo iba a moler a golpes. La pelirrosa sonreía al ver como la dinámica de esos dos claramente demostraba lo que sentían el uno por el otro.
Entraron a un departamento, blanco y pulcro, con una decoración minimalista pero bastante lujoso.
-Allí está mi habitación - señala Karin mientras pedía que la siguiera por el pasillo - ¿Tienes algo en mente para vestir?
-Ni siquiera sé a donde vamos - admitió la pelirrosa riendo nerviosa.
-¿No sabes? - se sorprendió - Oh, te llevarás una sorpresa, no te ofendas, pero no parece tu ambiente.
-¿A dónde iremos?
-Iremos a ver peleas clandestinas - la pelirroja seguía hurgando dentro de su armario por piezas que le podrían quedar a la pelirrosa. Termino tendiéndole una minifalda negra y ajustada, y un crop top rojo que apenas y cubrirá su busto. No es que Sakura se quejara, ella sabía muy bien lo que tenía para mostrar.
-¿Peleas clandestinas? - La chica no se molestó en ir a cambiarse a otra parte, se empezó a despojar de sus ropas frente a Karin, que pareció no inhibirse. Eso le agradaba a la pelirrosa.
-Hmm - Asintió la de gafas, viendo como la chica se ponía su ropa - No es tan malo como suena - imaginando que Sakura era la princesa a la que vio en un vestido de seda y el plan sonaría perturbador - Son peleas clandestinas para la clase alta.
La ojijade estaba claramente intrigada, Karin se acercó a ayudarle con la cremallera de la falda.
-Maldito Suigetsu, si te queda grande - lloro, cambiando su ánimo radicalmente.
-Oye, pero si es solo un poco, yo no veo nada - Sakura se encogió de hombros - entonces…¿suigetsu y tú? - pregunto picara.
-¿QUEEEEE? Por supuesto que no, jamás estaría con ese pescado mal oliente - otro cambio de ánimo, sus palabras podrían decir una cosa, pero su rostro estaba rojo como un tomate. Sakura rio mientras buscaba un espejo para darle un vistazo a su outfit - Entonces…¿tú y Sasuke?
Fue el turno de Sakura para sonrojarse, no sabía muy bien como explicar lo que Sasuke y ella tenían - es complicado - fue lo único que atino a decir - ¿No tendrás unas botas negras?
Karin decidió ignorar el cambio de tema, ya averiguaría durante la noche que se traían esos dos - Pues claro que si, quien crees que soy -
Sakura rio divertida mientras recibía unas botas negras a la rodilla, se las puso y vio como eran el complemento perfecto para su atuendo.
El crop top rojo era de mangas cortas, ajustado y terminaba por debajo de su busto, dejando a la vista su vientre trabajado y su pequeña cintura. La falda negra, aunque un poco holgada, caía a la altura de su cadera, marcaba sutilmente sus curvas y le llegaba más arriba de medio muslo. Las botas negras de tacón por encima de la rodilla daban el acabado perfecto. Se veía buenísima. Orgullosa del reflejo que le daba el espejo giro a ver a la otra chica - ¿Y bien? ¿Estoy vestida apropiadamente ahora?
La pelirroja traía un conjunto lila, compuesto por una falda corta y ajustada, y un croptop sin mangas que se ajustaba a su busto, unas botas de tacón blancas.
Karin sonrió traviesa - Creo que Sasuke va a tener un infarto - Sakura sonrió cómplice, ella también lo creía así.
Bajaron por el mismo camino que había subido, acercándose a los chicos, que giraron en cuanto escucharon el sonido de los tacos.
-Por Kami-sama creo que me voy a morir - Suigetsu no pudo evitar comerse a la chica con la mirada, recibiendo un coscorrón por parte de la pelirroja.
-Deja de ser tan pervertido, imbécil-
-Cállate zanahoria, no tienes que ponerte celosa, tu también te ves bien sabrosa - le pellizco una nalga antes de correr al asiento de copiloto, escapando de la ira de una muy sonrosada Karin.
La intensa mirada de Sasuke aparto su atención de la escena que montaban sus amigos, Karin maldiciendo y entrando a la parte de atrás del auto y Juugo entrando al asiento del piloto. Sabía lo que su mirada significaba, sabía lo que quería, se mordió el labio sintiendo su cuerpo responder automáticamente a esa mirada. Ella también lo quería.
-Vamos - fue lo único que musito antes de guiarla a la puerta de atrás del auto y seguirla de cerca, aprovechando para dar una mirada debajo de su diminuta falda.
Podía sentir su aroma y el calor que emanaba su cuerpo, aun estando de espaldas a él, y el apropósito se mantenía extremadamente cerca, casi pegando su cadera al trasero de ella, mientras abría la puerta del auto y la dejaba pasar. Si el ojinegro decidía quitarle la ropa allí mismo y devorarla, no lo detendría.
Entro al carro, sentándose en el medio con Sasuke a su derecha y Karin a su izquierda.
El trayecto duro cerca de treinta minutos, era a las afueras de la ciudad. El peliblanco había ofrecido una ronda de cervezas a todos, excepto por Juugo, quien era el conductor designado.
Tomaron una carretera sin pavimento en medio de la oscuridad, hace mucho habían dejado la ciudad atrás, y la única luz provenía de un lugar lejano al final de la carretera. Suigetsu pasaba el rato molestando a Karin y a Sasuke, que solo tomaba su cerveza tranquilamente mientras veía por la ventana. Sakura se incluía en la conversación entre Suigetsu y Karin. Qué grupo más extraño. Juugo y Sasuke eran callados mientras Karin y Suigetsu hablaban sin descanso.
Las ventanas del auto empezaron a vibrar, mientras más se acercaban a la luz destellante al final de la carretera y la música estridente comenzaba a invadir el ambiente, se acercaban a un parqueadero lleno de autos y personas, rodeando un edificio que parecía abandonado. Luces colgaban de las columnas del lugar, y aunque había poca iluminación en el parqueadero, la luz tenue proveniente del edificio, y la luna llena que permitía ver el camino.
En cuanto bajaron del auto no solo la música estremeció sus sentidos, las risas, los gritos de otros grupos reunidos en el parqueadero inundaban el espacio. El olor a alcohol, cigarros y marihuana se hacía más fuerte mientras se acercaban al edificio.
Karin engancho su brazo con el de Sakura para poder hablar sobre el ruido, con los tres chicos un par de pasos detrás de ellas - Un viejo rico construyo esta arena para tener enfrentamientos de samurái privados hace décadas - Sakura escuchaba atenta mientras veía la estructura deteriorada y poco cuidada - Dicen que era un viejo avaro, después de su muerte sus herederos se rifaron las propiedades y esta quedo totalmente abandonada, después los organizadores lo encontraron y decidieron hacer este tipo de eventos para que los niños ricos tengan su diversión - le guiñó el ojo a la otra chica.
¡-Sasuke-kun! Uchiha-san! - Antes de entrar al edificio, el chillido de un grupo de féminas la distrajo de la conversación y obligo a buscar de donde provenían los gritos.
-Oh, aquí vamos de nuevo - bufo el peliblanco, acercándose a las chicas, seguido de Juugo. Sasuke solo caminaba con las manos en los bolsillos - Sasuke y su club de fans.
El grupo de chicas se acercaban a ellos con pasos acelerados - ¿club de fans? - repitió Sakura con voz queda que solo Karin alcanzo a escuchar.
-vamos, ¿qué esperabas? Es Sasuke -
-No olvides que tú solo fuiste promovida del club de fans gracias a mí, zanahoria - El ojivioleta se ganó un pisotón que lo hizo aullar, la chica miro rápidamente a la ojijade que la miraba con sorpresa.
-eso fue hace muchos años - movió su mano restando importancia con una sonrisa nerviosa.
La pelirrosa se encogió de hombros y le aseguro que no le importaba, mientras sus ojos no se podían despegar de la escena del grupo de chicas, al rededor de diez de ellas, que ahora rodeaban a Sasuke diciéndole lo bien que se veía esa noche, algunas tratando de colgarse de sus brazos.
Sasuke solo cerraba los ojos con fastidio, pero no pudo evitar sentir como su estómago quemaba ante la realización del atractivo de Sasuke. No es que no lo supiera, era evidente a la vista, el pelinegro era el hombre más guapo que había visto en su vida. Sin embargo, en su escuela todos parecían intimidados ante él, incluso las féminas, pero ahora lo atribuía a diferentes tipos de riqueza. En su escuela estaban los ricos políticamente correctos. Aquí, estaban los ricos que disfrutaban de hacer apuestas en las peleas, emborracharse, drogarse y acostarse.
Aquí nadie temía a Sasuke, lo adulaban. Y Sasuke a pesar de ser una persona callada, no era por falta de confianza o por timidez, sino por falta de interés en participar en la vida de otros. De repente, su ya de por sí tambaleante puesto en la vida de Sasuke pareció aún más insignificante. Sacudió la cabeza recordándose que lo que tenían era simplemente sexo y placer.
-¿Tienes otra cerveza, Suigetsu? - el peliblanco le tendió otra lata, que abrió para dar un rápido sorbo, tomar a Karin de la mano y emprender su camino hacia el edificio. Camino con toda la sensualidad posible, recordándose quien era. Pasos firmes, caderas contoneándose, su cabello meciéndose con la suave brisa, labios entreabiertos y la mirada de todos puesta en ella.
Sonrió con confianza al saberse deseada por todos los hombres que volteaban a verla, Karin parecía hacer lo mismo, entendiendo que necesitaba un momento de empoderamiento femenino. Karin era una chica de chicas y la pelirrosa le caía particularmente bien.
-Sasuke-kuuuun ¿a dónde vas? - No tuvo que voltear a mirar para saber que el pelinegro le estaba siguiendo los pasos, dejando al grupo de chicas atrás. Podía sentir el peso de su mirada en la espalda. Tal vez no era la única que no disfrutaba de la atención que el otro recibía del sexo opuesto, más eso no la detuvo, siguió su camino por los pasillos que parecían llevar al centro del estadio, sonriendo a cuanto chico guapo la desvestia con la mirada.
Los pasillos eran grandes con tenue iluminación, había personas reunidas allí, esperando que empezara el evento principal, prendiendo sus pipas, tomando alcohol y haciendo fila para poner sus apuestas. Suigetsu pidió que lo esperaran para poner su apuesta. Se coló en la fila sin que nadie lo notara y volvió rápidamente.
Finalmente, llegaron al centro, donde estaban ubicadas las graderías donde podrían sentarse y en el centro el ring, poco a poco las personas se empezaban a aglomerar alrededor de este, alrededor de cincuenta personas, si bien no era un evento exclusivo, no estaba abarrotado de gente. Las luces amarillas allí eran más brillantes que en otros espacios del lugar, pero seguía siendo tenue, dando una apariencia de un tono bronce a todo el lugar. Las estructuras parecían hechas de arena con la luz.
-Podemos sentarnos allí - señalo Juugo un espacio vacío, en el que cabrían los cinco.
-Allí no cabra el club de fans de Sasuke - pico Suigetsu, notando como las chicas de la entrada aún se encontraban detrás de ellos, cuchicheando entre ellas, y reuniendo el valor, o el alcohol suficiente para volver a acercarse al Uchiha.
-Cállate y camina - dijo el pelinegro, dirigiéndose al lugar que el peli naranja había indicado, seguido de los demás. Sakura se sentó al lado del pelinegro, mirando con entretenimiento como terminaban de montar el escenario, había un par de chicos que vestían de negro con nubes rojas pintadas.
-Ellos son Akatsuki, los organizadores - señalo Karin - A que están buenos - se mordió el labio con cara de pervertida, Sakura rio divertida, viendo a Suigetsu bufar mientras cruzaba los brazos y se ponía a conversar con Juugo.
-¿Apostaste?- le pregunto Sasuke
-Hmm - asintió - aposté por él - señala a uno de los chicos que estaba calentando en ese momento - Ha ganado los últimos cinco enfrentamientos - El pelinegro estaba cruzado de brazos, en una pose relajada.
La pelirrosa observo al chico delgaducho que señalaba, no parecía la gran cosa, pero ella realmente no sabía nada de lucha libre como para poder juzgar.
-Degenerados! - el grito por el micrófono retumbo por todo el lugar. Un chico peligris, que pudo identificar como uno de los akatsuki por su vestimenta, llamaba la atención de todos desde el centro del ring - Bienvenidos una vez más al baño de sangre! - la multitud gritó entusiasmada - Soy su anfitrión Hidan, y esta noche agradecemos a Jashin por esta oportunidad de ver una vez más a los mejores luchadores amateur de todo Konoha! - Habían llegado más personas, teniendo el pequeño estadio completamente lleno, incluyendo las sillas alrededores y gente parada rodeando el ring.
Todos gritaban enardecidos y emocionados, incluyendo a Suigetsu y Karin. No pudo evitar llenarse de emoción también.
-Las apuestas cerrarán en 10 minutos - el chico giraba y hablaba enérgico con todo el público - Antes de empezar, y como nuestra tradición dicta, necesitamos a nuestra modelo de hoy - los hombres en particular empezaron a silbar y chiflar.
Sakura estaba increíblemente consumida en la energía del lugar, hasta que por el rabillo del ojo pudo observar cierto movimiento cerca de Sasuke, que la hizo girar a investigar lo que ocurría. Una de las chicas del grupo de fans era empujada por sus demás amigas en dirección a Sasuke. La chica parecía dudar por unos segundos antes de armarse de valor y dirigirse con pasos firmes y veloces al pelinegro, que no parecía despegar su mirada del escenario.
Antes de que el pelinegro tuviese la oportunidad de reaccionar, la chica tenía una mano rodeando su barbilla y tirando hacia abajo, ocasionando que abriese la boca, y rápidamente con un dedo de su otra mano ponía una considerable cantidad de polvo blanco en la lengua del de ojos negros, que solo se veía sorprendido. La sorpresa duró pocos segundos, antes de quitar de un manotazo la mano de la chica que sostenía su rostro y sacar la lengua, impregnada del polvo, pero para entonces, el rostro de la chica se acercaba peligrosamente rápido al del chico.
Su corazón retumbó ante la escena, que parecía ir en cámara lenta, mientras veía como el rostro se acercaba cada vez más, no pudo controlar su reacción, tomando el rostro de Sasuke girándolo en su dirección, apartándolo del trayecto de la chica y guiándolo hacia sí misma, encontrándose con su lengua y permitiéndole a ella tomar parte de la sustancia en esta. Unió su lengua con la de él antes de atraparlo en un beso apasionado, al que Sasuke no opuso resistencia, al contrario, se encargó de que sus lenguas rozaran y el sabor amargo de lo que sea que estaban consumiendo fuese compartido entre los dos.
Aun moviendo sus labios sobre los del chico, no pudo evitar abrir los ojos para buscar a la chica con la mirada, quien se encontraba congelada viendo la escena sin saber qué hacer o a donde moverse, la pelirrosa con toda la intención de que nunca se volviera a repetir, rodeo el cuello del Uchiha con sus brazos, pegándose aún más a él, quien no se opuso y rodeo con su brazo libre la cintura de la chica y la acerco todo lo que la posición en la que estaban sentados le permitía. Cuando la chica finalmente se marchó, avergonzada, la ojijade cerro los ojos para disfrutar del beso por unos cuantos segundos más antes de separarse con una sonrisa triunfante. Él le respondió con una sonrisa cínica, muy consciente de lo que la chica celebraba.
-¿Y bien? - el sonido de los parlantes, la regreso a la realidad, giro a ver a Karin que estaba sonrojada, tal vez el beso había sido más apasionado de lo planeado, Suigetsu la veía levantando el pulgar con una de sus manos y alzaba su cerveza con la otra - Muñecas no sean tímidas - Sakura empino su lata de cerveza vaciando todo el contenido - ¿Quién será nuestra modelo hoy? - grito por el micrófono, tratando de animar a alguien.
¡-Yo lo haré! - grito la pelirrosa poniéndose de pie, movida por la energía del lugar, inmediatamente los gritos del público se escucharon como eco, había silbidos por todo el lugar mientras pasaba frente al asiento de Sasuke y se encaminaba a bajar los escalones que la llevaban al centro de la pista, con todos abriéndole paso, devorándola con la mirada y diciéndole vulgaridades.
¡-Muy bien! La pelirrosa buenota será nuestra modelo esta noche - El peligris la seguía con la mirada - Konan, muéstrale lo que tiene que hacer - la única mujer vestida con el atuendo de akatsuki la recibió con una sonrisa, mientras le explicaba lo que tendría que hacer. Nada complicado, solo se pasearía por el ring con el cartel que numeraba los round, y podría estar en primera fila mientras esperaba la siguiente ronda.
-Kakuzu, ayúdala a subir - ordeno la peli azul a un chico bastante alto y fornido, también con la vestimenta de Akatsuki, quien la tomo de la cintura y subió con gran facilidad a la plataforma, ahí Hidan y otro chico la esperaban, levantando las cuerdas que marcaban los límites del ring.
-¿Nos hemos visto antes? - pregunto el peligris con genuina curiosidad.
-No lo creo - encogió los hombros la pelirrosa, a lo que el chico la imito sin darle importancia.
Tomo el micrófono señalando el suelo - Gracias Jashin-sama por tan gloriosa creación - Sakura sostenía el cartel que decía "Round #1" lista para empezar su pasarela - Con ustedes, la pelirrosa buenota - la multitud grito mientras la chica se paseaba en círculo por el escenario, poniendo en alto el cartel, haciendo que su falda y su top también subieran. Le echo un vistazo a donde había dejado a Sasuke y sus amigos, viendo a Karin Y Suigetsu gritar emocionados, y a Juugo con una sonrisa, se sorprendió a ver el asiento de Sasuke vacío, pero siguió su camino hasta haber hecho lo que le habían pedido.
Regreso al punto desde el que había comenzado, con otros dos chicos abriéndole paso entre las cuerdas, pero ni Konan ni Kakuzu se encontraban alrededor, lo que sí sobraban eran chicos ofreciéndole sus manos y brazos para bajar, a los que ella veía con duda, le encantaba tener toda la atención y saberse deseada, pero no quería que la manosearan chicos que ella no encontraba atractivos. Unos brazos fuertes y pálidos se abrieron paso, empujando a los demás, de inmediato reconoció los tatuajes de su candente Uchiha, que se abría paso para poder ayudarla a bajar, no dudo ni un segundo en lanzarse a él en cuanto él atrapó su cintura entre sus manos.
El hombre la presiono contra su cuerpo, permitiendo que se deslizara hasta que sus pies hicieron contacto con el suelo. La pelirrosa le sonrió viéndolo a los ojos, ¿cómo era posible desear tanto alguien? Más aún viendo como él le devolvía la mirada con el mismo deseo. Los gritos del público los sacaron del trance en el que estaban, viendo como la pelea acababa de empezar. Sasuke la tomo de las caderas, girándola hacia el ring, pero manteniéndola pegada a su cuerpo, deslizando su brazo y rodeando su cintura.
No supo cuantos round ni cuantas peleas pasaron, tal vez habría pasado una hora o dos, solo sabia que el pelinegro la había ayudado a subir y a bajar múltiples veces cuando empezó a sentir como su cuerpo empezó a responder a la droga, que seguían sin saber que era. El público se había dispersado, había menos personas alrededor del ring, quienes estaban aun presentes no parecían tener la consciencia suficiente para siquiera saber como iban las peleas, estaban borrachos, drogados y muchos de ellos estaban disfrutando de los labios de otros.
Su espalda estaba casi totalmente recargada en el cuerpo de Sasuke, pues el calor que emanaba se sentía particularmente placentero en ese momento, le echo un vistazo al espacio al rededor de ellos, viendo como en las paredes, las personas aprovechaban la poca luz y sin ningún tipo de pudor tenían sexo, sin importarles su total o parcial desnudez. Se separó un poco de Sasuke para escanear su alrededor más atentamente, dándose cuenta de que no era solo una pareja, sino múltiples disfrutando del cuerpo del otro. La visión, en vez de perturbarla, erizo todos sus poros y estremeció todo su cuerpo, terminando en un delicioso espasmo en su centro.
Llevo sus caderas hacia atrás, esperando encontrar las del pelinegro, que parecía estar teniendo el mismo antojo que ella, pues su miembro respondió al instante, firme entre sus nalgas. Sabía que el rápido aumento de temperatura y el nivel de excitación que estaba experimentando no se debía únicamente a que Sasuke era un Dios en la cama y que lo deseaba con locura, sino a la droga que habían consumido, y que parecía ser tan popular en la fiesta.
La chica… la chica que quiso darle la droga probablemente se estaba ofreciendo a él. Su ceño se arrugó ante el pensamiento, haciéndola girar rápidamente y reclamar esos labios que odiaría ver besando a otra. A Sasuke el sonrojo de las mejillas de la mujer se le antojó delicioso, y no dudo en devorar los labios que había recorrido infinidad de veces.
No era consciente del tiempo que pasaba o realmente de las acciones, solo tenía la imperiosa necesidad de que la tocara y la hiciera suya, las manos que frotaban su trasero y la presionaban deliciosamente contra su erección no eran suficientes ya. Se separó de él, dispuesta a proponerle que buscaran un lugar para descargar su deseo, pero la visión del ojinegro, que siempre parecía tan sereno, con sus mejillas sonrosadas, le hizo dudar de poder aguantar, lo necesitaba en ese mismo instante dentro de ella. Podía sentir como su humedad comenzaba a empapar sus bragas.
-Sasuke-kun…-susurro contra sus labios, quería decirle que la tomara en ese mismo instante, en aquel lugar, pero el chico parecía tener más cordura que ella. Pues la tomo rápidamente de la mano, empezando a halarla hacia los pasillos que los llevaban fuera del edificio.
-Oye Uchiha! No te lleves a nuestra modelo! - Escucho a Hidan gritar en el micrófono, giro a buscar su voz, pero vio que el hombre no estaba en mejores condiciones, ya no estaba en el ring, tenía una sonrisa burlona y el cabello despeinado mientras estaba sentado disfrutando de la mamada que dos chicas le daban. Sasuke solo alzo el dedo del medio sin mirar atrás.
Se dejaba halar por Sasuke, mientras ojeaba a las parejas que pasaban, quienes follaban sin ninguna inhibición, incluyendo a Karin y Suigetsu, a quienes vio a lo lejos. Los pasillos daban el ambiente perfecto para disfrutar con algo de intimidad pero con la misma excitación de saberse vistos por unos cuantos. Llevo sus ojos jade al cuerpo del hombre que seguía caminando frente a ella, sujetándola solo por la mano.
Quiso morder su espalda y acariciar su trasero, Sasuke sí que tenía un trasero precioso, adoraba apretarlo mientras le pedía que la embistiera más fuerte. Se detuvo abruptamente cuando sintió la humedad, empezar a descender por sus piernas, aun en los pasillos, pero con nadie a la vista, supo que necesitaba que la hiciera suya en ese momento. Sasuke se giró para verla, sin necesidad de preguntar, supo lo que quería - ¿Aquí? - quiso asegurarse.
La pelirrosa apenas tuvo tiempo de asentir antes de encontrarse empotrada contra la pared del pasillo, con Sasuke atacando sus labios con voracidad, no pudo evitar gemir ante el beso tan placentero que le estaba dando. No sabía si era la droga que incrementaba las sensaciones, pero era por mucho el mejor beso que había recibido en su vida.
Sintió como Sasuke llevaba su mano a su entrepierna y quiso reír - Sasuke -kun, estoy más que lista - El pelinegro lo comprobó ante el tacto, ella estaba empapada. Desabrochó sus pantalones como pudo, pues su miembro también estaba a reventar. La visión del miembro hinchado y erguido no hizo más que excitarla aún más. La levantó contra la pared con rapidez, y con habilidad movió sus bragas, insertando su hombría de una sola estocada, con fuerza, sacándole un grito de absoluto placer a ella y un gruñido que no puedo contener a él.
Si los besos se sentían exquisitos, sus penetraciones eran lo más delicioso que alguna vez había experimentado. El Uchiha le estaba dando certeros golpes que no tardaron en hacerla alcanzar su primer orgasmo, sorprendiéndola con la rapidez en que su cuerpo había llegado al clímax. El hombre no dio tregua a sus movimientos, incluso aun cuando sintió su propia excitación explotar en su interior, él también había eyaculado, pero no dejaba de recorrer su entrada sin parar.
Podía sentir los fluidos mezclados deslizarse por entre sus nalgas, pero no podría importarle en lo más mínimo, no quería que se detuviera, y se lo demostró con los gemidos que no lograba callar. Sin detener las embestidas de su cadera, Sasuke le subió el top que apenas la cubría, dejando a la vista sus pechos erectos, que no tardaron en recibir la atención de su boca. Pensó morir de placer cuando lo tuvo devorando sus pechos sin dejar de recorrer su cavidad. Pudo sentir como su cuerpo alcanzaba un segundo orgasmo. Y aun así quería más…
La droga había potenciado su resistencia, esa estaba claro, sus caderas no dejaban de penetrar a la chica que tenía entre sus brazos, podía sentir su semilla saliendo esporádicamente, brindándole inmenso placer, y los fluidos de los dos deslizándose por sus testículos. No creyó que nada pudiese detenerlo de seguir experimentando el placer que el caliente interior de la pelirrosa le estaba proporcionando, hasta que los sonidos de gemidos cercanos lo distrajeron, no eran los de Sakura, pues los conocía bien. Pudo ver por el rabillo del ojo a tres chicos que parecían estar disfrutando de la visión más de lo que deberían. Con sus miembros fuera y dándose placer a sí mismos.
Separo sus labios de los pechos de Sakura, pegando su cuerpo al de ella, para evitar que la siguieran viendo. Detuvo su movimiento en contra de lo que su cuerpo quería, que le costó más de lo imaginado.
-¿Sasuke-kun?- La ojijade cuestiono meneando las caderas en cuanto sintió que él se detenía. Apretó la mandíbula tratando de controlar el placer y las descargas que el movimiento le provocaba - No pares - No hacía su misión más fácil que empezara a repartir besos por sus mejillas, su barbilla y su cuello. Como pudo bajo el top - ¿Qué pasa? - pregunto confundida, aun con las piernas enredadas a su cadera. Él no respondió nada, solo atino a intentar bajar su falda mientras salía de ella, mostrando lo menos que pudiera, y la devolvía al suelo. Volvió a tomar su mano halándola hacia la salida del edificio.
La pelirrosa no entendía muy bien - Vamos al auto - ella había preferido que la siguiera cogiendo allí mismo, pero el auto no estaba mal, solo quería tenerlo dentro de ella. La suave brisa estremeció su piel con el cambio de temperatura, solo en ese momento se dio cuenta de que su piel estaba hirviendo. Siguió a Sasuke hasta que este la presiono frente al carro en el que habían venido, explorando su boca y jugando con su lengua. No tardo en poner su cuerpo a mil. Dejó nuevamente su miembro libre, listo para hacerla suya nuevamente, pero Sakura ahora tenía otro antojo.
Lo empujo hasta que su espalda quedo apoyada contra el auto, y con impaciencia deshizo los botones de su camisa, dejando tramos de sus músculos y su piel expuesta, que se le antojaba deliciosa en ese momento, no dudó en probarla, pasando sus labios y su lengua por su cuello, por sus pectorales, llegando al glorioso six pack que delineo con su boca, satisfecha de como la piel de Sasuke que estremecía ante tu tacto.
Se tomó unos segundos para admirar el tamaño de su miembro, y no pudo evitar tomarlo entre sus manos, para darse cuenta una vez más que era un monumento digno de admirar y de devorar…y así lo hizo, engullo cuanto pudo de él, con la excitación a flor de piel.
Puso sus rodillas en el suelo, no le importo que tan doloroso era, solo quería seguir sacando esos roncos gemidos que él intentaba controlar, estaba segura de que la droga hacía más difícil que el pelinegro reprimiera los sonidos a causa de la excitación que ella le estaba provocando cuando recorría su miembro de arriba abajo, cuando succionaba su glande y cuando masajeaba sus testículos.
Lo conocía bien, sabía lo que su cuerpo quería y necesitaba solo con verlo. Sabía que cuando rozaba su mejilla con un par de dedos, llevándola a la barbilla y animándola a mirar hacia arriba, quería que lo viera a los ojos mientras seguía introduciendo su longitud en lo más profundo de su garganta. Y ella lo complacía, porque mirar sus ojos llenos de placer le motivaba a seguir. Llevo una de sus manos a su propia intimidad que ya clamaba por atención, sacándole un gruñido más al Uchiha. Con su otra mano seguía masajeando su miembro palpitante.
Sabía que cuando llevaba su mano y la enredaba en las hebras de su cabello quería tener el control del ritmo de las penetraciones, ella se aferraba a sus caderas mientras controlaba su respiración para permitirle jugar a su antojo con su cavidad. Ella disfrutaba la brusquedad y el sentirse sometida a sus antojos.
Sabía que cuando él echaba su cabeza hacia atrás sin detener el movimiento de sus caderas, le gustaba que ella gimiera, pues las vibraciones en su garganta aumentaban el placer que las terminaciones nerviosas de su miembro le daban y terminaba por correrse, y ella tragaba su semilla con gusto. Repasando la comisura de los labios con su lengua para limpiar los restos de su corrida, sabiendo muy bien que él la miraba disfrutando de la visión.
Le tendió la mano para ayudarla a poner de pie, presionando su cuerpo al auto, tan pronto sus pies hicieron contacto con el pavimento y agradeciéndole con sus labios el placer proporcionado, ella le correspondía con la misma intensidad. Pudo sentir su miembro aún erguido entre sus piernas, y agradeció a la droga el inmenso placer que estaban sintiendo los dos. Hasta que Sasuke se detuvo abruptamente una vez más.
Lo vio consternada y frustrada ante la falta de estímulo en sus labios -¿Sasuke-kun? -
-Entra al auto -
-¿Eh?-
-Entra al auto - esta vez abrió la puerta de los asientos de atrás para que ella entrara, la chica así lo hizo pensando que iría a orinar. El semblante del rostro del Uchiha cambio drásticamente en cuanto cerro la puerta detrás de ella, pasando de su usual seriedad a un ceno fruncido, su nariz arrugada y una mirada amenazante.
Subió su cremallera más no se molestó en cerrar su camiseta, caminando firme hacia el auto del lado, donde presencio como uno de los chicos que habían evitado anteriormente en los pasillos eyaculaba con la imagen anteriormente presenciada. El chico estaba recuperándose del orgasmo cuando noto la presencia del pelinegro, que ya estaba a pocos pasos de él. Reacciono temblando - U-chiha-sama lo la-lamento - El puño del ojinegro ya había impactado en su rostro, tirándolo al suelo, aun con sus pantalones abajo.
Gimió de dolor, sintiendo la sangre caliente bajar por su nariz, antes de que el ojinegro lo tomara de la camisa y lo volviera a levantar - Si te atrapo viéndola de nuevo y te quedas sin ojos, imbécil - con un puñetazo más lo volvió a mandar al suelo, del que no se volvió a poner de pie.
Camino de regreso al auto donde había dejado a Sakura, encontrándola muy a gusto, dándose placer a sí misma. Abrió la puerta del auto a la deliciosa visión que la chica le entregaba. Estaba recargada en la puerta que estaba cerrada, se había quitado el top y su sostén, dejando sus pechos al aire libre y a la merced de sus propias manos, una de ellas masajeaba sus montículos mientras pellizcaba sus pezones rosa. La falda estaba enrollada en su cintura, y se había deshecho de sus bragas, con la otra mano, dos de sus dedos, se encargaba de bombear en su empapada entrada.
-Sasuke-kun - Lo llamo entre gemidos al verlo de pie fuera del auto. El pelinegro no dudó en atender al llamado, cerrando la puerta después de entrar, tomándola del cuello para estampar sus labios. La chica no detuvo los movimientos de sus manos, ahogando sus gemidos en los labios que la devoraban con pasión y rudeza.
Para él, era realmente excitante verla incapaz de detener el placer que estaba sintiendo, así que decidió ayudarla, acunando la mano que estaba en su intimidad, introduciendo dos de sus propios dedos. Sakura abandono sus labios para dar un grito sonoro, seguido de gemidos, mientras él marcaba ahora el ritmo de las penetraciones de los cuatro dedos que allanaban su cavidad, que parecía estrujarlos cuando se acercó al orgasmo.
Empapo la mano de Sasuke de su humedad cuando alcanzo el clímax. Sus ojos nublados por el placer del reciente orgasmo se deleitaron cuando él llevó sus dedos a la boca y se encargó de limpiarlos, bebiendo de sus jugos. Calentándola nuevamente. Dejándola lista para la siguiente ronda.
Sasuke se acomodó en el asiento, abriendo sus pantalones y dejando libre su erección, que en ese momento palpitaba por atención. La peli rosa no necesitó otra señal para sentarse en su regazo y tomar el falo del hombre, llevándolo a su intimidad y dejándose caer sobre este. Los dos gimieron con deleite. Sakura echo la cabeza hacia atrás ante el placer, y se dio unos segundo para acostumbrarse al tamaño del hombre, que era mucho más grande del común.
Para su suerte, la droga aún parecía tener efecto en su cuerpo, estaba nuevamente lubricada. Tomo impulso con sus rodillas para casi sacar por completo el miembro de su intimidad y volver a sentarse sobre este, deslizándose con facilidad, provocando escalofríos en Sasuke que gozaba de esa pequeña cavidad, apretándolo e invitándolo a correrse.
No supo cuanto tiempo Sasuke estuvo seduciéndola con ese vaivén delirante dentro y fuera de su centro, tampoco supo en qué momento la cambio de posición, dejándola apoyarse en sus rodillas y manos para poder penetrarla con salvajismo. Solo supo que se corrió incontables veces, y recibió gustosa el esperma de sasuke en sus entrañas más veces de las que serían humanamente posible. Jamás había tenido tanto sexo en su vida.
Observo el reloj del carro cuando tuvo que desplomarse sobre el cuerpo sudado del chico -Sasuke-kun ya no puedo más - logro musitar entre respiraciones entrecortadas. La respiración del pelinegro también estaba agitada y sus cuerpos perlados de sudor. Eran pasadas las tres de la mañana. Llevaban horas entregándose al cuerpo del otro.
El ojinegro no admitió tampoco poder más, solo la dejo recargarse en su cuerpo mientras sus respiraciones se acompasaban. Su cuerpo también estaba destruido. Salió de ella dejando un hilo de sus fluidos entremezclados, permitiéndole sentarse y descansar un poco. Él se sentó y cerro los ojos para descansar hasta que unos suaves besos en la mejilla lo hicieron entreabrir los ojos.
-¿Estás dormido? - pregunto la chica en voz baja, sin detener el camino de besos que recorrían sus mejillas, su mandíbula, la comisura de sus labios y sus labios de lleno.
-Hmm- negó con un monosílabo.
-Necesito una cerveza -
Al pelinegro no le pareció una mala idea, los dos seguramente estarían totalmente deshidratados al día siguiente, o más tarde, y no había forma de que la dejara ir sola al saber como se ponían esas fiesta después de cierta hora. Pero la posición en la que estaban, con ella recargada a su costado, repartiendo besos por su rostro, le hacía difícil siquiera pensar en moverse, respiro profundamente antes de articular un ronco - Vamos -
La ojijade sonrió al saber sus caprichos cumplidos y se empezaron a vestir. El efecto de la droga parecía haber bajado, lo que significaba que ahora solo les quedaba alcohol para terminar de animar la noche, y ninguno de los dos tenía ningún problema con ello.
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Se removió inquieta entre los brazos que la apresaban. No quería moverse, Sasuke la rodeaba por la cintura, manteniendo una respiración acompasada, aún dormido. Se separó un poco, observando el rostro del chico, embelesada con lo guapo que se veía dormido. Casi lloro al tener que ponerse de pie, dejando el confort de su cama y la calidez de sus brazos, pero su boca y labios estaban extremadamente secos, y necesitaba agua con urgencia, además de tener un dolor palpitante en la nuca.
Se dirigió al baño de la habitación, tambaleante, usando los objetos en su camino para mantener el balance, el alcohol había hecho de las suyas y su cabeza martilleaba. Pudo ver que el reloj de la habitación de Sasuke indicaba que eran las 2 de la tarde. Vagamente, recordaba como había vuelto, solo recordaba que habría sido al rededor de las 7 de la mañana y solo se había desplomado en la cama del chico, quien debió haberle quitado la ropa y los zapatos, para que durmiera mejor, razón por la que había despertado completamente desnuda.
Llego al lavabo del baño y giro la llave, uso sus manos como cuencas y bebió de ellas, sintiendo un alivio inmediato. Llevo una de sus manos con agua hacia el dolor pulsante que sentía en la parte trasera de su cuello, debajo de la línea de su cabello. Tuvo que quitar la mano inmediatamente, pues el ardor solo aumento al contacto con el agua. Lanzo una maldición, inmediatamente escuchando como Sasuke parecía removerse en la cama y ponerse de pie.
Lo vio llegar detrás de ella a través del reflejo del espejo, se veía somnoliento, y delicioso, solo vistiendo unos bóxer - ¿Qué pasa? - pregunto seco.
-Tengo algo en el cuello - contesto - no sé qué es, pero me duele - levanto su cabello para que el chico pudiera ver - ¿ves algo? - El rostro que vio a través del espejo la asusto aún más, el chico tenía los ojos abiertos con sorpresa - ¿Sasuke-kun? - pareció recobrar la postura y su usual seriedad.
-Es un - se aclaró la garganta - es un tatuaje -
-¿Qué? - casi grito - ¿un tatuaje? - el chico solo asintió - ¿Un tatuaje…de qué? - sintió miedo ante el silencio del hombre.
- Es un - el chico parecía buscar las palabras correctas para describirlo - Es un abanico -
-¿Un abanico? - La pelirrosa lo miraba sin entender.
-Un abanico- afirmo el chico una vez más, esta vez señalando su propio pecho, sus tatuajes, he indicando su propio tatuaje, el abanico Uchiha. Sus orbes jades se abrieron a más no poder ¿NANIIIII?
Observo el tatuaje del chico una vez más, esta vez notando la zona enrojecida e irritada al lado del abanico. Se acercó a tocar la zona, llamando la atención del chico, que también veía con sorpresa su propia piel.
-Una flor de cerezo - acaricio su piel suavemente, mientras se perdía en el dibujo sobre el pecho del chico, aun en shock.
Su mirada se encontró con la de él, que la observaba expectante, seguramente tan sorprendido como ella. Sus rostros solo se acercaron por inercia, antes de unir sus labios y moverlos suavemente, en un baile lento que no esperaban, que no era típico entre ellos y con una suavidad a la que no estaban acostumbrados.
Se dejaron llevar por la suavidad del beso, sin que ninguno quisiera cambiar el ritmo con que recorrían los labios del otro. Sasuke tenía sus manos rodeando su cintura, y ella masajeaba las hebras de su cabello ónix mientras se entregaban completamente al momento.
El corazón de la chica latía con rapidez ante la calidez del momento.
Su corazón no debería estar palpitando así.
Mierda. Mierda. Mierda.
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Confieso que en cuanto subí el capítulo anterior, me di cuenta de que el tiempo no se detiene por nada ni nadie, que muchas de las personas que seguían el fanfic ya no están alrededor, y no las culpo, han pasado muchos años!
Me sentí desanimada de seguir escribiendo, hasta que recibí mensajes y reviews que me motivaron a seguir adelante con la historia, y que aún hay personas por aquí que disfrutan esta historia esperando ansiosas el siguiente capítulo y también personas que lo leen por primera vez. ¡Gracias por la motivación y la inspiración!
Nos leemos pronto :)
