- escenas en pasado y recuerdos en cursiva -

Luces, cámara y… ¡Acción!

CAP 10 Karma

Siempre asumió que había heredado la malicia y astucia de su abuela.

Una mujer fuerte, que ante el constante engaño al que la sometió su abuelo decidió quedarse callada, mientras poco a poco le quitaba su imperio, tomando provecho de que el se iba de parranda, emborrachándose y disfrutando de la mujer de turno, haciendo crecer su propia fortuna y apoderarse de las acciones y el poder de sus empresas. Hasta que lo dejo sin un centavo.

Cuando el hombre había querido irse con la mujer con la que la engañaba, esta le dejó en claro que solo lo quería por el dinero y los lujos que le podían brindar, y ya no tenía nada que ofrecerle. Solo le quedo la opción de volver con la cabeza gacha a pedirle perdón a su abuela, quien lo recibió solo para recordarle cada día que sin ella, él no era nada, mientras ella gozaba de los lujos y el placer de otros cuerpos.

Décadas después, allí estaba ella, con el celular de Neji en sus manos. Llevando a cabo el plan que ella e Ino habían acordado.

Acababan de terminar la clase de gimnasia, y mientras Ino creaba una distracción que aún desconocía, ella se había encaminado a las duchas de los hombres, sabiendo que Neji era el único allí, pues él dejaba la clase más temprano los miércoles para unirse a las reuniones del consejo estudiantil. Temari cuidaba que ningún chico pasara más allá de la puerta. La rubia no tenía idea del verdadero propósito de su misión, solamente creía que la pelirrosa quería disfrutar de un momento candente a solas con su novio.

"Te veo en las duchas" presionó enviar y eliminó el mensaje en cuanto se cercioró de que se había enviado, antes de volver a poner el móvil dentro del casillero que tenía la ropa y el resto de las pertenencias del ojiperla.

Se asomó una vez más a la puerta, para asegurarse que nadie estaba alrededor y Temari seguía en su posición. Y así era.

Se despojó de su uniforme y ropa interior rápidamente, quedando completamente desnuda. El frío de la baldosa contra sus pies le erizo la piel y los pezones. Siguió el vapor que salía de una de las duchas, divisando únicamente la cabeza de Neji, que se encontraba debajo del chorro de agua, dándole la espalda.

Se acercó sigilosa, con toda la intención de sorprenderlo. El hombre respingó cuando ella se unió a él, abrazándolo por la espalda. Miro por sobre su hombro e identificó la cabellera rosa de la chica.

-¿Sakura? - Si bien no cabía duda que era ella, el chico estaba sorprendido, después de todo lo que había pasado entre ellos en las últimas semanas. Aún más cuando ella empezó a repasar sus hombros con sus labios, repartiendo besos por toda su piel, cálida y húmeda.

-Te he echado de menos - le susurro al oído, acariciando su pecho y abdomen con sus manos, acercándose peligrosamente a su ingle. El chico sintió su miembro despertar, deleitándose con la deliciosa presión de los pechos que masajeaban su espalda.

Sin perder el tiempo, el ojiperla se giró para atrapar el rostro femenino entre sus manos y devorar sus labios con toda la pasión reprimida. Sus labios bailaron en sincronía, mientras sus lenguas danzaban, sacándole un gemido de placer a la de ojos jades, que disfrutaba del agua tibia, recorriendo sus cuerpo y humedeciendo el encuentro de sus bocas.

-Yo también te he echado de menos, Saku - la miró a los ojos, admirando lo sensual que se veía la chica con el agua recorriendo su cuerpo perfecto. Su cabello mojado se pegaba a los costados de su rostro mientras las gotas bajaban por este, enmarcando su cara angelical. Una cara angelical y un cuerpo de diosa era todo lo que necesitaba Neji en su mujer.

Sakura se permitió recordarse lo jodidamente hermoso que Neji era. Había estado tan enfocada en Sasuke que casi había olvidado que Neji estaba como un tren. Su cuerpo alto y atlético, sus músculos cincelados, su rostro masculino con una mandíbula marcada. Su cabello largo se pegaba a su rostro y cuerpo, mientras los ojos de ese precioso tono perla la miraban con la misma devoción de hace años. Sasuke la encendía como ninguno, pero eso no significaba que Neji no tuviera efecto en ella. Su cuerpo respondía a la familiaridad del que había sido su primer hombre.

Pegaron sus cuerpos al del otro, permitiendo sentir cada curva y cada surco de su piel. Mientras sus labios bebían del otro. El chico encontró el camino a sus pechos perfectos, y a los pezones rosados que adornaban sus montículos. Los presionó con los pulgares, mientras acunaba el resto de la piel con sus grandes manos. La pelirrosa gimió entre sus labios ante el placer.

Si bien se podría quedar disfrutando de los labios del chico, se recordó que solo habían acordado en una ventana de diez minutos con el par de rubias. Aceleró el beso, gimió más fuerte para estimularlo y aventuró su mano a la erección del hombre, que para ese entonces estaba más que lista - Te necesito - gimió en su oído, poniéndose en puntitas al ser el más alto. Pasó sus brazos al rededor de su cuello, preparándose para el siguiente movimiento del chico, lo conocía bien.

Como si fueran palabras mágicas, el pelilargo no necesito escucharlo nuevamente, usando el momentum que los brazos colgando de su cuello le daban, la rodeo por la cintura con sus brazos, levantándola y ayudándola a enredar sus esbeltas piernas al rededor de la cintura masculina, la apoyo contra la pared. Conocía el cuerpo de la chica a la perfección, sabía dónde ubicar la cabeza de su miembro sin tener que buscarla. Su glande se posicionó en la entrada, sintiendo la espesa humedad de su excitación, siendo suficiente para lubricar la punta de su miembro y facilitar la penetración, certera y firme. Entrando completamente a su cavidad, con un gemido fuerte como respuesta.

Su cadera retrocedía para después empujar con fuerza en su interior, creando una fricción placentera, de la que la pelirrosa había sido adicta por muchos años. Neji la follaba como si no hubiera mañana, penetrando su cavidad con vehemencia. Casi le hace olvidar su plan.

Si no fuese por la voz que escucho a los lejos, solo logro identificar un -¿Qué?- de una voz que conocía muy bien, la voz de la persona por la que había planeado todo, seguramente hablando con Temari. Espero unos segundos, sabiendo que se acercaba.

-¿Me amas, Neji? - preguntó entre gemidos, mientras masajeaba las hebras del hombre que le daba la espalda a la entrada, mientras seguía clavándose en ella con fiereza. Ella ponía su mejor acto, mientras observaba con ojos entrecerrados la mata de pelo marrón que ahora estaba en su rango de visión.

-Te amo, Saku - la beso sin detener el vaivén de sus caderas.

-¿Solo a mí? - repartía besos a lo largo de su mandíbula

-Si - jadeaba contra su cuello, cerca al clímax. La pelirrosa soltó un par de gemidos más, para darle una película completa a su espectadora, que parecía titubear, con los ojos empañados, a punto de girar hacia la salida.

-¿Y TenTen? - Los pasos de la chica se detuvieron.

-¿Qué? - las embestidas de Neji bajaron de velocidad, mientras buscaba sus ojos.

-No pares Neji - gimió alto, asegurándose de ser escuchada, el ojiperla pareció recuperar el ritmo que había perdido mientras besaba su cuello - ¿la quieres? - repitió, mientras el chico estaba totalmente absorto en el placer.

-No digas tonterías - la beso con pasión mientras aceleraba sus estocadas, sintiendo su propio orgasmo muy cerca.

Estaban envueltos en el vapor de la ducha, con Neji de pie, sus músculos marcados mientras cargaba el peso de la pelirrosa ayudado por la pared. Su trasero envuelto en un delirante mete y saca, sintiendo la cavidad húmeda, recibir su pene con hambre, mientras ahogaban sus gemidos en los labios del otro, entrelazando sus lenguas, recorriendo sus cuerpos con sus manos. La imagen podría ser muy erótica, claro, si no te estuviera rompiendo el corazón.

-Ah, Neji - gimió su nombre mientras escuchaba los pasos acelerados alejarse. Sintió los cálidos latigazos en su interior cuando él terminó su faena. Respirando agitado contra su piel, recuperando la respiración. Se separó de ella con cuidado, saliendo de su interior, permitiendo que su esperma se abriera camino por entre las piernas de la chica y el agua lo lavara, mientras la ayudaba a bajar y ponerse de pie.

La chica había estado tan concentrada en su invitada, que no había alcanzado el orgasmo, pero eso no importaba.

-De verdad te eché de menos - La voz de Neji la saco de sus pensamientos, mientras lo veía sonreírle, le devolvió la sonrisa, mientras se ponía de puntitas para alcanzar sus labios en un beso casto y después abrazarlo, disfrutando de la dureza de su cuerpo - ¿Estamos bien? - preguntó aún sumergido en el abrazo.

-Perfectamente - sonrió victoriosa sin ser vista, su abuela estaría orgullosa.

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La rubia de la coleta alta había puesto en marcha el plan en cuanto vio la hora, habían sincronizado sus relojes para que todo saliera a la perfección.

"Accidentalmente", había olvidado su uniforme de gimnasia en casa, que consistía en unos shorts y una camisa deportiva, solo tenía su uniforme de porrista a la mano. Después de excusarse con Guy sensei con ojos de perrito y presionando su escote, él había permitido que asistiera a la clase así. Había dejado fuera de la conversación el hecho de que no tenía nada más que unas bragas rosas de hilo debajo de su falda, que serían la distracción mientras Sakura estaba en las duchas.

En cuanto el sensei dio por terminada la clase, puso su plan en marcha, sus piernas gloriosas y su trasero harían todo el trabajo, mientras fingía estirar casualmente, la suave brisa chocaba contra su trasero, lo que significaba que ya estaba a la vista del público. Se estiró hacia adelante, para tocar la punta de sus pies, mientras dejaba sus nalgas empinadas, dando una excelente mirada a los que se empezaban a acumularse a su espalda.

Pudo ver por el rabillo del ojo como se detenían a verla, otros codeaban a sus amigos con emoción, los que habían atinado a irse sin haberla visto eran detenidos por sus amigos para que disfrutaran de la gloriosa vista, de lo que jamás podrían tener entre sus manos.

Tenía presente que la peli castaña era su objetivo, y que en cuanto la viera retirarse debía contar los minutos de su teatrito hasta que su mejor amiga estuviera fuera de las duchas.

La peli castaña no pudo evitar sonrojarse cuando recibió el mensaje de parte de Neji, sus encuentros siempre eran fogosos y era la única forma de sentirse cerca de él, dejó su mochila tirada con todas sus cosas personales, sabiendo que terminaría desnuda en un par de minutos y no sabría dónde ponerlas. Camino a través del tumulto de chicos que no parecían querer moverse del campo de entrenamiento. Era perfecto, eso le daba unos minutos de completa libertad con el chico que tanto le gustaba.

Caminó veloz, esperando poder disfrutar del mayor tiempo posible en los labios de Neji. Se sonrojó y sorprendió al ver a Temari en frente del pasillo que llevaba a los vestidores y duchas de los chicos, sabiendo que el de las chicas quedaba del lado opuesto del campo.

-Temari, ¿qué haces aquí? - Intento disimular su nerviosismo al saberse descubierta.

La rubia de coletas se cruzó de brazos, encogió los hombros y suspiro sonoramente - Solo estoy haciendo guardia -

-¿Guardia?

-Sakura y Neji están en las duchas - sonrió socarrona, totalmente inconsciente del plan del que hacía parte.

-¿Qué?-No pudo evitar que su tono se elevara un poco ante la sorpresa. Pasó por el lado de la chica que la miro extrañada.

Caminó veloz, incrédula de que él la hubiese citado para verlo a él y a su novia. Cuando llego lo suficientemente cerca, los gemidos inundaban el lugar, su corazón latía con rapidez, por más que su corazón le pidiera salir de allí, sus pies no respondían. Y su mente le pedía quedarse allí si era lo que necesitaba para por fin separarse de un chico que sabía estaba enamorado de otra.

-¿Me amas, Neji? - -Te amo, Saku - -¿Solo a mí? - -Si - el silencio del lugar le permitió escuchar incluso el último susurro del chico, mientras sus ojos se empañaban.

Sus pies por fin parecían reaccionar, dirigiéndose a la salida, hasta que escucho su nombre - ¿Y TenTen? ¿La quieres? - El silencio solo era interrumpido por el choque de sus caderas, giró su rostro en su dirección esperando que él respondiera, se encontró con los ojos jade, entrecerrados por el placer, con sus mejillas sonrosadas y sus labios entreabiertos, sin dejar de gemir - No digas tonterías - la voz del chico fue como múltiples puñaladas en el pecho. Esta vez sus pies le permitieron salir corriendo de allí, pasando de largo a la rubia de coletas que parecía tener una idea de lo que pasaba.

En el campo, la ojiceleste se quedaba sin ideas de que otras posiciones hacer mientras faltaban unos pocos segundos para completar el tiempo que habían estimado con la pelirrosa. En su defensa los chicos parecían aún entretenidos y ninguno se había ido.

-I-Ino-sama - se detuvo al escuchar a Rock Lee llamarla, se enderezó para ver al chico al rostro, que estaba rojo como un tomate.

-¿Sí?-

-La-lamento interrumpir tu estiramiento - el chico elegía cuidadosamente sus palabras - Cre-cre creo que tengo que decirte algo - esperando no ofenderla - pero t-t-t-t-u-s-s-b-r-a-a-g-a-a-s - tartamudeó intentando proteger el honor de la chica… Después de haberla visto por casi diez minutos.

La rubia rió divertida - Sí que eres lindo, Lee - le besó la mejilla antes de dar por terminado su acto y dirigirse, corriendo a través del campo, a la siguiente parte de su misión. Por suerte ahora toda la atención estaba en Lee, quien se había caído de la impresión, con una hemorragia nasal y todos parecían auxiliarlo. La chica aprovechó la perfecta distracción para dirigirse a la mochila de Tenten al otro lado del campo, antes de tomarla, miro alrededor, asegurándose que nadie la estuviera viendo.

Busco su celular rápidamente, esperando que no lo hubiese llevado consigo. Bingo. Tal como esperaban allí estaba. Lo tomo rápidamente, intentando un par de combinaciones de la clave con el cumpleaños de la chica. Lo consiguió en su segundo intento. Las castañas eran tan predecibles.

Resistió las ganas de husmear el resto de la conversación que la castaña tenía con Neji, pues no tenía tiempo. Solo elimino el mensaje que sabía la pelirrosa había enviado desde el celular del chico, lo guardo de regreso a la mochila y se dirigió a las duchas, como si nada hubiese pasado.

Terminó de poner al tanto a la ojijade una vez entraron al receso de la tarde.

-Salió a la perfección, cerda - chilló emocionada, abrazando a su amiga, que sería su vida sin Ino. Todos merecían una amiga como Ino, que la apoyara ciegamente y la abrazara con el mismo entusiasmo al saberse victoriosa.

Okay, tal vez las dos eran igual de tóxicas.

-Espero que esa traidora se esté arrepintiendo - murmuró la rubia, rencorosa.

-Lo está, te lo aseguro - sonrió, antes de recordar un tema que aún no tocaba con su mejor amiga - Tengo algo que contarte -

La rubia dio un sorbo a su diet coke, mientras Sakura mascullaba algo que para cualquier otra persona habría sido imposible de entender. Pero Sakura supo que Ino había entendido cuando escupió la bebida de la impresión.

-¿Qué tu, quéeee? - Ino era una chismosa experta. Desde hace años se enorgullecía de su habilidad para leer los labios.

-Cállateee - Puso la mano sobre la boca de la boca de su amiga, chequeando la gente a su alrededor. Uno que otro fisgón había girado en su dirección. No fue sino hasta que todos volvieron la mirada a sus asuntos que retomaron la conversación.

-¿Un tatuaje? - Dijo aún en un tono que podía ser audible para las mesas alrededor.

- Shhhh habla bajo burra - Pidió paranoica.

-Lo siento, lo siento - se disculpó bajando su tono de voz - ¿Un tatuaje? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?

-Tsk- La pelirrosa chasqueo la lengua sin saber por donde empezar, la pelirrosa ya le había contado acerca de las peleas clandestinas con Sasuke, la rubia había puesto el grito en el cielo - Fue esa noche, estábamos borrachos y…

-¿Y qué te hiciste? - la rubia se preocupó al ver a su amiga sonrojarse -

-Un… Abanico -

-¿Un abanico? - pregunto extrañada hasta que cayó en cuenta del logo de la famosa banda del padre del Uchiha - ¡Un abanico! Saku…

- Lo se- dijo con la mirada perdida.

-Pero, ¿Por qué un abanico? -

-No lo sé - si lo sabía.

- ¿Y el equipo, Saku?

-Lo sé - por primera vez en mucho tiempo su mirada se permitía tornarse triste, mientras pasaba su mano por la piel del tatuaje. Las porristas representaban a la escuela, y un tatuaje no era bien visto para los jueces de las competencias, era un riesgo muy grande, teniendo en cuenta el dinero que invertía en las porristas y sus viajes. Si Sakura estuviera en el occidente, la percepción de los dibujos de su piel sería totalmente diferente. Pero no en Japón. También estaban prohibidos en la escuela de medicina. Eso sin contar la reacción de Neji.

-O-oye- La rubia estaba sin palabras - Qué tal si probamos con láser?

La pelirrosa negó con la cabeza, sorprendiéndose a sí misma con la rapidez de su decisión. Claro que había pensado en el láser, y no la detenía nada más que el simple hecho de no querer hacerlo. Bastó pensarlo por un segundo, para saber que no sería capaz.

-¿Por qué? - la rubia estaba totalmente extrañada.

-No lo sé - Claro que lo sabía, pero no se atrevería a decirlo en voz alta.

-¿Y entonces? ¿Qué quieres hacer?

-Lo cubriré, y esperaré que nadie se dé cuenta - La rubia asintió ante su decisión.

-Mantendré los ojos en tu espalda - guiñó cómplice, a lo que Sakura la imitó. La alarma para volver a los salones, tomaron sus billeteras y celulares para empezar a caminar hacia el salón de clases, encontrando el tráfico de estudiantes más congestionado de lo normal. Todos parecían detenerse frente a su salón de clases, algo muy interesante debería haber.

Se formaron en la fila que lentamente ingresaba al salón, mientras dos hombres altos de uniforme se detenían al lado de la puerta, observándolos sin decir nada, podían ver en sus placas que se trataba de la Policía de Konoha, ingresaron y fueron directo a sus sillas con todos cuchicheando.

-¿Qué está pasando? - susurro a Hinata, al pasar por su asiento.

-No lo sé - respondió con su dulce voz y expresión consternada.

El maestro Ebisu también tuvo que disimular su intriga al ingresar al salón, observando a los dos sujetos que permanecen fuera de este.

-Bien, empecemos la clase - aclaró su garganta, llamando la atención de los alumnos, que guardaron silencio - Abran su libro en la página… - El profesor fue interrumpido por los golpes en la puerta. Levantó la mirada antes de ver al director y hacer una reverencia en su dirección.

-Lamento la interrupción Ebisu-sensei - se dirigió a los alumnos después - Buenos días - Todos se levantaron mientras hacían una reverencia hacia el mayor, excepto Sasuke. Hizo una señal para que todos se sentaran - Ebiso, necesito a dos de tus alumnos.

-¿Eh? - No pudo disimular la confusión inicial - Por supuesto, director - musitó una vez recobró la compostura.

El hombre mayor asintió - Uchiha Sasuke - llamó, Sakura abrió los ojos a más no poder, girando en la dirección al chico, al igual que todos en su clase. Él parecía impasible, con sus manos entrelazadas frente a su rostro - Tú también - su rostro giró ante el maestro que continuaba hablando - Haruno Sakura.

Si las reacciones habían sido evidentes cuando llamaron al pelinegro, no exageraba al decir que las reacciones de sorpresa y los alientos ahogados hicieron eco por el lugar. El shock era evidente en el rostro de todos los presentes, que ahora la observaban con ojos grandes. Buscó los ojos negros, esperando alguna explicación, pero encontró la misma cara de sorpresa que en todos.

-¿Qué?- Fue lo único que salió de sus labios. Recordaba la expresión consternada de Hinata e Ino, en su rango de visión.

-Acompáñame, Sakura - repitió el director, con paciencia, incluso él estaba en shock de ver a una chica como la pelirrosa en problemas con la policía. Hasta él escuchaba los chismes que corrían por los pasillos acerca de las dos guapas chicas con cabellos y ojos extravagantes. Escuchaba que eran muy populares y cambian siempre de novio, pero nunca se imaginó tener que sacar de clase a alguna de ellas ante la solicitud de la policía. Pero decidió no sacar conclusiones antes de haber escuchado que querían.

La pelirrosa se puso de pie aún confundida - Esperen un momento - el rugido de Neji llamó la atención de todo el salón, mientras se ponía de pie - Sakura es menor de edad, no la pueden interrogar sin sus padres presentes - el director animó a Sakura a seguir caminando fuera del salón con un gentil toque en la espalda.

Neji siguió sus pasos hasta la puerta del salón, que la ojijade acababa de cruzar - No respondas nada, Sakura - la pelirrosa asintió, dándole a entender que lo escuchaba. Uno de los policías detuvo el camino del chico que intentaba llegar a ella.

-Llama a Tsunade, Neji - pidió Sakura, si bien estaba preocupada y confundida, estaba casi segura de que no había un motivo para que la policía la pudiese arrestar. Siguió el camino que el primer policía había tomado, busco la mirada de Sasuke, que en esta oportunidad no supo descifrar.

Eso la asusto más que la presencia de los uniformados.

Entraron a la oficina del director, donde les indicaron que tomara asiento. El director hablaba rápidamente con los policías, pidiéndoles paciencia mientras sus representantes llegaban. Los padres de Sakura estaban de regreso en New York, y el padre de Sasuke estaba en Filipinas, con su nueva novia, 25 años menor.

Sakura aprovechó para hablar con el pelinegro - ¿Sabes qué está pasando?

-Hmp - Sakura no supo si afirmaba o negaba, así que lo miró, esperando más información - Tengo una idea -

-Pues entonces dime- pidió

-No puede hablar entre ustedes - Interrumpió uno de los policías amenazante. Caminando un par de pasos hacia ellos - ¿Saben quien es Morino Idate?

Los dos se observaron por unos segundos, regresando la vista hacia el oficial, sin dar ningún tipo de respuesta, siguiendo lo que los dos sabían debían hacer.

El hombre sacó una fotografía de una carpeta, con la foto de un sujeto, que Sakura desconocía por completo, pero por la mirada de Sasuke intuyo que el sí lo hacía. El policía pareció haber entendido lo mismo, pues se detuvo a observar su reacción.

-No dire nada sin mi abogado presente - sentenció, mirando al oficial con frialdad, mientras este chasqueaba fastidiado, dirigiendo su mirada a ella esta vez. Antes de siquiera abrir la boca, Sasuke ya había puesto su mano en su brazo, en señal de detenerla - Ella tampoco.

Después de eso, el silencio reino en la habitación. No sabía si habían pasado dos minutos o veinte, pero cada vez que miraba el reloj solo habían pasado pocos segundos. Ella golpeaba el suelo con su pie, con ansiedad, mientras el ojinegro la miraba de mala gana, ya lo tenía estresado con el sonido. El silencio se vio interrumpido por un golpe en la puerta que la abrió por completo. Haciendo que todos dentro de la habitación se sobresaltaran.

-Hiruzen, quiero que me expliques en este instante porque mi ahijada está en una habitación siendo interrogada por dos policías sin mi consentimiento- La rubia de coletas entraba con él ceño fruncido. Su fiel acompañante, entraba detrás de ella con una mirada apenada, sosteniendo un maletín en una mano y con la otra un manojo de papeles contra su pecho.

-Lo-lo lamento director - su recepcionista se disculpaba detrás de la puerta - No pude detenerla - hizo una exagerada reverencia - El señor Uchiha Itachi también está aquí - Sus orbes verdes se deleitaron con el hermano de Sasuke, permitiendo repasar su cuerpo enfundado en ese traje que le quedaba para comérselo. Estaba asustada, pero no estaba ciega.

-Permiso - itachi hizo una reverencia a los presentes, antes de que Sarutobi-sensei les indicara donde sentarse.

-No te preocupes, Kaede - le brindó una sonrisa antes de cerrar la puerta - Gracias.

-Vine en cuanto pude, Sasuke - su hermano tomaba asiento a su lado - ¿Has dicho algo? - murmuró por lo bajo. Su hermano no daba señales de siquiera reconocer la llegada de su hermano al recinto, más negó con la cabeza ante su última pregunta. Dándole a entender que si lo escuchaba.

-¿Y bien? Estoy esperando - La mujer del gran busto aún seguía de pie.

-Tsunade-sama, por favor toma asiento - sugirió Sarutobi. La rubia respiró con resignación antes de dejarse caer en la silla y cruzar la pierna con brusquedad.

-Ellos son los oficiales, Kotetsu e Izumo- señala a los hombres, que se inclinaron ante la presentación - Ella es Tsunade Senju, la madrina y tutora legal de Sakura cuando no están sus padres en el país - señala a la rubia, que los miro con molestia - y Uchiha itachi, hermano mayor de Sasuke.

-Esta es Shizune, mi asistente personal y especialista en leyes - añadió la mujer mayor, mientras la pelinegra hacía una reverencia. Sakura quiso reír en voz alta, Shizune no era especialista en leyes, era una promesa de la medicina, alumna de la rubia. Pero sabía que su madrina intentaba intimidar a los presentes.

-Senju-sama, Uchiha-sama - los oficiales se dirigieron a los mayores - hemos recibido el reporte de una agresión física, la víctima es el joven en esta fotografía - mostró la fotografía a todos - la víctima reporta que Uchiha Sasuke lo golpeo hasta dejarlo inconsciente en un parqueadero.

El mayor de los Uchiha supo que era verdad ante la expresión de Sasuke, esta no había cambiado en absoluto, pero él era su hermano mayor, no necesitaba que lo hiciera para saber.

-¿Y Sakura que tiene que ver en esto?

-Senju-sama, su ahijada se encontraba en el lugar de los hechos, de acuerdo con el testimonio de la víctima - Tsunade también conocía muy bien a su ahijada, y por la reacción de desconcierto supo que ella no tenía nada que ver en la situación.

-¿Qué? Pero sí yo no… - Tsunade le hizo una seña a Sakura para que guardara silencio.

-No hablarás hasta que Shizune nos haya dado su recomendación - Sakura asintió, confiaba plenamente en su madrina. Los oficiales maldijeron internamente, los casos que involucraban niños ricos eran un dolor de cabeza. Normalmente, tenían los medios legales para salirse con la suya.

-Solo queremos que los implicados confirmen si conocen a Morino Idate - insistió kotetsu.

-Mi hermano tampoco hablará sin la presencia de nuestro abogado - dijo firme itachi. No sabía cuándo esto pasaría, pues Kakashi tenía su reputación establecida por llegar siempre tarde.

-Nos gustaría un tiempo a solas con los implicados, para poder escuchar la versión de sus hechos - pidió Shizune, fingiendo muy bien su rol.

Los oficiales se miraron entre ellos antes de asentir. Mientras iban saliendo, Kakashi iba entrando. La pelinegra pudo respirar tranquila, conocía a Kakashi y le aliviaba saber que alguien que si supiera de leyes estuviese ahí. Ella algo sabia, pero no lo suficiente para representar a los chicos, solo había seguido a su maestra cuando le había gritado que Sakura estaba en problemas. El peliplata vestía un traje negro y su infaltable mascará. Hiruzen ofreció que se quedaran en su oficina, para tener un poco de privacidad.

-Haruno Sakura - sentencio la mujer mayor con un tono alto - Me puedes explicar que diablos significa esto - La pelirrosa tembló en su asiento, su madrina la defendería en una guerra, pero no la dejaría escapar del sermón que le esperaba.

-T-Tsunade-sama - llamo nerviosa - yo no conozco a ese sujeto.

-¿No lo conoces? - pregunto Shizune, la pelirrosa negó con la cabeza - ¿Lo has visto? - Sakura volvió a negar, mientras las dos mujeres a cargo de ella se miraban extrañadas, parecía estar diciendo la verdad.

-¿Y tú, Sasuke? - interrumpió Kakashi, llamando la atención de las féminas presentes - ¿Lo conoces?

-Aha - musito, dejando a todos en la habitación confundidos, sin saber si afirmaba o negaba.

-Necesito que uses palabras, Sasuke - aseguró Kakashi.

-Sé quien es - afirmo, para la sorpresa de todos, excepto Kakashi, que tenía mucha experiencia y ya sabia leer a las personas.

-¿Lo golpeaste hasta dejarlo inconsciente en el parqueadero? -

-Aha- esta vez todos entendieron lo que sonido significaba. Sakura estaba perpleja, no tenía idea que estaba pasando.

-¿Qué parqueadero?

-El parqueadero en la arena abandonada a 50 km por la vieja vía Suna - Itachi supo de inmediato el lugar al que se refería, como parte de Akatsuki, sabía muy bien que sus amigos organizaban eventos en el lugar.

-Sakura, ¿tú estabas allí? - Pregunto el abogado, la chica vio a su madrina, esperando su aprobación para responder, esta inclino su cabeza, a lo que la chica asintió - pero no viste nada - esta vez la chica negó con la cabeza.

-Sakura estaba en el auto - confirmo Sasuke

-¿Qué estaba haciendo en el auto? - continuo Kakashi interrogando

Camino de regreso al auto donde había dejado a Sakura, encontrándola muy a gusto, dándose placer a sí misma. Abrió la puerta del auto a la deliciosa visión que la chica le entregaba. Estaba recargada en la puerta que estaba cerrada, se había quitado el top y su sostén, dejando sus pechos al aire libre y a la merced de sus propias manos, una de ellas masajeaba sus montículos mientras pellizcaba sus pezones rosa. La falda estaba enrollada en su cintura, y se había deshecho de sus bragas, con la otra mano, dos de sus dedos, se encargaba de bombear en su empapada entrada.

-Sasuke-kun - Lo llamo entre gemidos al verlo de pie fuera del auto. El pelinegro no dudó en atender al llamado, cerrando la puerta después de entrar, tomándola del cuello para estampar sus labios. La chica no detuvo los movimientos de sus manos, ahogando sus gemidos en los labios que la devoraban con pasión y rudeza.

-Esperándome - la voz de Sasuke la saco de sus recuerdos, sus ojos y boca se habían abierto en cuanto los sus memorias empezaban a tener sentido con lo que había pasado. Sus mejillas se tornaban cada vez más rojas.

-¿Esperándote? Así que fueron juntos al lugar - los dos asintieron - Pero tú nunca viste a Morino Idate- afirmó, viendo a la más chica, que volvió a negar - Y tú lo golpeaste, mientras Sakura te esperaba en el auto.

El Uchiha menor le dio una mirada fría al peliplata, harto de su interrogación - Si - respondió simplemente.

-¿Por qué lo golpeaste Sasuke? - Esta vez su hermano preguntó. Su hermano era serio y tosco, pero no se metía en peleas a no ser que fuese necesario.

Sasuke miro a la pelirrosa por un segundo, eligiendo sus palabras - Tsk, se lo merecía - afirmo fastidiado.

Kakashi suspiro cansado, mientras miraba hacia arriba, pidiendo paciencia a quien lo estuviera viendo - ¿Por qué se lo merecía?

El pelinegro permaneció callado unos segundos - Estaba fisgoneando -

-¿Fisgoneando? - Preguntaron todos al unísono.

-Viendo algo que no debía - explicó el pelinegro menor, mientras veía a Sakura a los ojos por un par de segundos y regresaba la mirada a Kakashi, la ojijade parecía tornarse más colorada a medida que la conversación avanzaba.

-¿Viendo algo que no debía? - indago el abogado, esta vez el menor no musito palabra, pero intercambio miradas con la chica.

-Yo-yo - La chica se animó a hablar, casi segura de lo que había pasado - Yo estaba …-sentía el rostro caliente, ante la vergüenza de tener que decirle lo que estaban haciendo a su madrina, más cuando todos los ojos en la habitación estaban puestos sobre ella - dándole… Placer - el silencio, reino en el lugar - con mi… Boca - finalizó con el rostro rojo como un tomate.

Shizune e Itachi estaban sonrojados, Tsunade pasaba una mano por su frente y Kakashi intentaba disimular la sonrisa que se escondía perfectamente bajo su máscara.

-Así que el chico estaba fisgoneando mientras Sakura le hacía una felación a Sasuke - sonrosada y con la cabeza gacha asintió, mientras Sasuke parecía verla con burla, le divertía enormemente ver a la chica así - ¿Y qué paso después? - pregunto dirigiéndose a Sasuke - ¿Detuviste la felación para ir a golpear al sujeto o dejaste que terminara la felación?-

-Oiga, ¿tiene que repetir lo de la felación?- pregunto la pelirrosa con voz chillona, hundiéndose en la silla, avergonzada.

-Oh - rio- Lo siento, me dejé llevar por un libro que recordé - una gota resbaló por la cabeza de los Uchiha, al conocer al abogado por tantos años, sabían perfectamente a qué libro se refería - ¿Así que fuiste a golpear al chico y después regresaste al auto?

El pelinegro asintió.

Las preguntas siguieron por un buen rato, entendiendo la situación, llamando a los policías y al director de regreso, acordaron cooperar y dieron la versión de los hechos de sus clientes. La familia Morino había presentado cargos en contra del pelinegro, así que ellos interpondrían una contrademanda teniendo en cuenta que el chico se estaba masturbando viendo a la pareja interactuar. Seguramente ellos tendrían que pagar una multa, por tener relaciones en público, pero el dinero no era un problema para ninguno de los dos.

Así que, legalmente, parecía que se saldrían con la suya, más Sarutobi parecía considerar que necesitaban un castigo por parte de la escuela, por su inapropiado comportamiento.

-¡¿Suspendidos?! - chillo la pelirrosa - Pero los exámenes finales son el próximo viernes.

-Estarán suspendidos desde hoy, hasta el próximo jueves - sentenció con las manos cruzadas frente a su rostro, apoyándolas en su escritorio - Podrán venir a presentar los exámenes el viernes, después de las dos semanas de vacaciones de invierno se quedarán por otras dos semanas adicionales en castigo después de clases - Sakura estaba en shock, se perdería muchas prácticas, Temari la mataría - Pueden retirarse - Sasuke rodó los ojos mientras se ponía de pie y se encaminaba a la salida, todos dirigiéndose al parqueadero.

-Tsunade-sama lamento que nos hayamos tenido que conocer en estas circunstancias - se excusó Itachi con una sonrisa - Shizune-san - se despidió con una reverencia.

-Te veo luego- le sonrió la ojijade al Uchiha menor, que solo asintió. Hizo un ademán para acercarse y besar su mejilla, antes de que la mujer de coletas la tomara por el cuello de la camisa, evitando que se acercara más al chico.

-¿Te veo luego? ¿Es que no aprendiste la lección? - gruñó la rubia con los dientes apretados - Súbete al auto -regaño entre dientes la mujer, haciendo que la chica respingara y corriera al asiento del copiloto.

-Adiós Kakashi-san, Itachi-san - gritó entusiasmada agitando su mano en la puerta del auto, los dos hombres levantaron su mano para despedirla.

-¡Adentro!- gritó una vez más, haciendo que la chica se metiera dentro del auto, encogida en el asiento, cruzándose de brazos e inflando las mejillas, todo un berrinche. Que el menor de los Uchihas observaba con una sonrisa disimulada. Sí que era molesta. Ante la vista de Itachi, quien no perdía detalle de las expresiones de su hermanito - Por favor, Itachi, hazme llegar la cuenta del abogado una vez se resuelva el caso, dividiremos sus honorarios - Tsunade lo sacó de sus pensamientos.

-No hace falta Tsunade-sama, Kakashi-san es parte de la contabilidad de nuestra empresa, nos encargaremos de que todo este cubierto, después de todo Sasuke parece haber ocasionado esto - El menor bufo audiblemente.

-Bien, gracias - asintió con su cabeza mientras el menor hacía una reverencia y Kakashi la despedida con un asentimiento en la cabeza. Todos se dirigieron a sus vehículos.

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-Sabes en lo que te estás metiendo, ¿no? - Itachi manejaba en camino a dejar a Sasuke en casa, para poder volver a trabajar.

-No sé de que hablas - se cruzaba de brazos mientras veía serio por fuera de la ventana.

-Entiendo que te guste la chica - Sasuke rodó los ojos - pero sabes quien es su novio, ¿por qué querrías meterte en algo así?

-No me estoy metiendo en nada, no te entrometas -

-Mira ototou, si estás enamorado yo lo entiendo pero…- Los ojos de Sasuke se abrieron antes de lanzarse a su hermano, tomando su camisa y sacudiéndolo -

-Cierra la boca, ¿de qué diablos estás hablando? -

-Okay, okay, no hablaremos al respecto - Itachi dejo ir el tema, pero no pudo evitar dejar que una sonrisa surcara en sus labios, viendo cómo su hermano giraba su rostro en otra dirección, sonrojado, por lo que podía ver en el espejo retrovisor. Rara vez veía esa fase infantil y juguetona de Sasuke, especialmente después de la muerte de Mikoto. Le agradaba, y haría lo que fuese para ayudarlo.

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-¡¿Suspendida?!- El grito de su madre resonó por todo el auto, mientras Tsunade la llevaba a casa. La pantalla del Tesla de la médica reflejaba una muy enojada Mebuki, que tenía una mascarilla verde por toda su cara y su cabello levantado y acomodado en diferentes rollos - ¿Sabes la hora que es acá? Tu padre y yo no deberíamos despertarnos con semejante noticia, nuestra hija dando esa clase de espectáculos tan bochornosos - Tsunade había puesto al tanto a su amiga de lo que había pasado - No te da vergüenza, muchachita degenerada - Sakura rodó los ojos, no había sido la gran cosa - No ruedes los ojos, señorita, que te puedo ver, Kizashi dile algo - Su padre estaba entre dormido al lado de su furiosa madre.

-Oh, hola princesa -

-Eres un inútil - su madre le quito el celular de un manotazo - Ni creas que esto se quedara así Sakura Haruno - ahora apuntaba su mano mientras seguía discutiendo - Estarás castigada por tres meses y no saldrás del país hasta nuevo aviso -

-¿Qué?- chillo - Pero, ¿qué hay de mis tiquetes a New York?

-¡No vendrás! Y pasarás las vacaciones de invierno con tu abuela - la chica inflo las mejillas con rabia - Y tienes prohibido volver a ver a ese chico - Sakura hablo la boca para protestar - No quiero escuchar nada más, y no quiero volver a repetirlo, mira que engañar al pobre Neji con ese muchacho descarriado, ¿con qué cara veremos a los Hyuga si se enteran? No te quiero cerca de Sasuke Uchiha ¿lo entiendes?

-Hmp - no respondio, solo bufo.

-¡¿Lo entiendes?!- acerco el teléfono más a su rostro, permitiendo ver claramente la vena que sobresale en su frente.

-¡Ya entendí! - igualando el tono de su mamá, enojada y harta.

-¡Bien! - termino por decir, relajando su ceno -Gracias, Tsuna-chaaaan-su tono cambio radicalmente a uno dulce antes de cortar la llamada. Sakura bufo nuevamente, molesta de ser tratada como una niña chiquita, mientras el auto entraba en la propiedad Haruno.

-Oye mocosa - La ojijade giro en su dirección - ¿Tú no que tienes novio? - Sus mejillas se tintaron de rosa mientras asentía - pues buena suerte - dijo mientras señalaba el auto que estaba aparcado delante de las puertas de la mansión. Sakura trago grueso ante la inminente confrontación que se le venía.

Bajo del auto agradeciendo a su madrina y a Shizune. En cuanto el auto de ella estuvo fuera de su vista, el chico salió de su propio auto. Siguió los pasos de la chica , en silencio, mientras entraba a su casa, y a su habitación.

-¿Me dirás que paso?- Pregunto tras cerrar la puerta.

-Los abogados lo resolverán -

Sakura estaba de espaldas a él, mientras se quitaba los anillos de sus dedos y las pulseras de sus manos frente al espejo y mesa de maquillaje en su habitación.

-¿Por qué estás involucrada en todo este enredo, Sakura?-

-Fue un malentendido- Fue lo único que dijo, aun dándole la espalda.

-Te acostaste con el - No fue una pregunta.

Sopeso su respuesta por unos segundos.

-Si - acepto sin voltearse, esperando su reacción, gritos, improperios, tal vez, pero al no escuchar nada se giró, comprobando que el chico aún seguía ahí. No se veía molesto, se veía dolido. Sakura pocas veces se sentía culpable y Neji pocas veces se mostraba vulnerable, esta era una de esas veces. Quería a Neji, y su mirada cargada de dolor le dio una punzada en el pecho. Se acercó a él para poder verlo de cerca - solo fue una vez - mintió - Antes de que me contaras lo que había pasado entre sus familias.

-¿Solo una vez?-pregunto, confirmando, ella asintió, mientras se acercaba a él - ¿Por qué no me lo dijiste?

-No lo sé, solo quería estar con alguien al enterarme de que habías estado con Tenten y él estaba ahí - Cada vez veía más rasgos de su abuela en ella. Tal vez Tenten no era la villana en esa historia.

-¿Te gusta? -

-Me atraía - bien, esa era una exagerada forma de subestimar que la traía loca, y la gran mentira que se decía a sí misma. Tomó el rostro del hombre, que parecía recomponerse - Pero quiero estar contigo, Neji - Esta vez no mentía, bueno, no del todo. Quería estar con él… y con Sasuke. Repartía castros besos en sus labios, sin ser correspondidos.

El intento apartarse, pero ella insistió en mantener el contacto.

-Aléjate de él Saku, si no es por mí, hazlo por ti - la atrapo por los brazos, mientras le hablaba seriamente. Sakura tembló un poco al pensar que tal vez esta era la primera vez que él no cedería a ella. A sus caricias. A sus falsas disculpas. La idea de perderlo, la aterraba más de lo que le gustaría admitir.

-¿Prometes no volver a acostarte con él? - Se separó un poco de su rostro para preguntar. Brindándole alivio a la chica.

-Solo si tú prometes no volver a acostarte con Tenten- El chico se permitió analizar sus iris verdes.

-Lo prometo - dijo él.

-Entonces yo tambien lo prometo - repitió ella, mientras seguía repartiendo dulces besos en sus labios, que poco a poco eran correspondidos por el chico.

Lo empujo poco a poco hacia la cama, hasta que los dos cayeron en esta.

Le compensaría de la mejor manera que podía.

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-ah, ah, ah - gimió contra la almohada que mordía, intentando acallar los gemidos que desesperados querían dejar sus labios.

Lo sintió arremeter contra su entrada una vez más, con su lengua. Repasando sus pliegues, acariciando su clítoris y volviendo a su entrada, bebiendo de sus jugos mientras metía y sacaba su lengua lo que más podía.

Su espalda se arqueaba ante el placer, sus caderas buscaban aún más contacto, y él la sostenía con fuerza para que dejara de moverse y pudiera comérsela a gusto.

Un grito más se ahogó entre el algodón mientras insertaba dos de sus dedos en su entrada, bombeo un par de veces antes de sacarlos y llevarlos a su clítoris, empapados, moviéndolos en círculos, mientras su lengua volvía a su misión en su intimidad. Siguió repasando su botón con sus dedos, sintiéndolo duro. Por el ritmo de los gemidos femeninos y la humedad que llenaba su boca y escurría por su barbilla sabia que se correría pronto.

Sus ojos se encontraban sin romper el contacto. A él le inflaba el ego verla mientras sus ojos jade estaban entrecerrados y brillantes, debido al placer, con su rostro sonrojado, su piel húmeda con una fina capa de sudor y sus cabellos desordenados contra las mantas de la cama. A ella le excitaba ver la mitad de su bello rostro perderse en su pelvis, entregado a darle placer, sus ojos parecían tener destellos rojos y veía su nariz, subir y bajar, al ritmo de sus lamidas, el sonido de su humedad no hacia más que acelerar el orgasmo.

Sus piernas temblaron cuando el clímax la golpeo por segunda vez esa noche. La corriente desde su centro llego a sus piernas y le dio un fuerte espasmo a todo su cuerpo. Se dejó caer rendida en la cama con su respiración agitada y sus ojos cerrados. Lo sintió recorrer su cuerpo con sus labios, pasando por su abdomen, sus pechos, su cuello, hasta estar encima de ella con sus labios a escasos centímetros.

Se obligó a abrir los ojos para verlo, serio y excitado. Con rudeza abrió sus piernas para introducir su miembro de una sola estocada.

-Ah, Sasuke-kun - echo la cabeza hacia atrás como pudo en el mullido colchón, dándole libertad de alcanzar su cuello y empezar a repasarlo con sus labios mientras penetraba su interior con fuerza - ah ah ah - Estaba demasiado sensible por su reciente orgasmo. Rodeo su cuerpo de adonis, enrollando sus piernas en su cadera y sus brazos en sus hombros para que se acercara y la besara. Devoró sus labios con todo el deseo que le provocaba y él correspondió con la misma intensidad.

La siguió penetrando al mismo ritmo por varios minutos, disfrutando de los espasmos que su pene enviaban al resto de su cuerpo cuando ella lo apretaba apropósito para brindarle más placer.

Se separó para deleitarse con el rostro jadeante del Uchiha, que apretaba la mandíbula mientras llenaba su interior con su esperma. Se dejó caer sobre ella, sin llegar a aplastarla, aun con su miembro en su interior. Lo abrazo jadeante, sintiendo su piel contra la cuya, enredando sus dedos en sus hebras negras, mientras las acariciaba. Besó sus mejillas mientras él regulaba su respiración. Repaso su rostro con sus labios en suaves besos.

Habían encontrado un nuevo lugar para poder seguir entregándose a su necesidad del otro… La casa de Naruto.

Bien, su promesa había durado menos de un día, pero no la podían juzgar. Si, Neji la follaba divinamente, pero Sasuke la follaba como un Dios… tal vez el Dios del inframundo. Sentía la necesidad de ir a confesarse a la iglesia ante los pecados que la hacía cometer.

Sabía que ya tenía un puesto reservado en el infierno, que más daba.

Solo le quedaba esperar pacientemente para pagar su karma.

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¡Okay okay! Aquí estoy nuevamente, muy animada por todo el amor que recibió el último capítulo y esperando que esté nuevo las/los deje intrigadas/os por lo que sigue en esta historia de Sasuke Y Sakura. Siempre me he enfocado mucho en su historia de pareja, pero gracias a sus comentarios, trabajaré en darle más protagonismo a los demás personajes. ¡Ya ven que Naruto aparece en escena y veremos más de el próximamente!

Intentaré actualizar cada semana. ¡Cualquier idea o comentario es siempre bienvenido!

¡Gracias gracias gracias!

Nos leemos pronto:)

Laura