Peace could be an option
Capítulo 17
Con Emma nuevamente integrada al grupo de mutantes, Erik dio por finalizada la misión. Sabía que si se quedaban mucho más en la base de la CIA terminaría generándose una batalla más seria y aunque ellos ganarían sin problemas prefirió dejar la incursión sólo como una advertencia de lo que eran capaces. Le dirigió una mirada a Azazel y éste la interpretó rápidamente como la señal de salida. Aparecieron en la sala derruida de la casa en Virginia y fueron recibidos por una gélida sensación.
―¿Nos trajiste al polo norte? ―se quejó Ángel de inmediato frotando sus brazos descubiertos, estaba desabrigada con la ropa que escogió para la misión y se sentía como dentro de un congelador.
―Virginia ―aseguró Azazel sin perder la compostura, él estaba cubierto con suficiente ropa como para al menos disimular su incomodidad.
―Azazel ―llamó Emma dándole una mirada desaprobatoria―. ¿No se te ocurrió un mejor lugar?
―No creí que la CIA supiera de este sitio ―replicó él sin inmutarse.
―Claro que no saben, un basurero como este no se considera una propiedad ―puntualizó Emma con asco al pasar la mirada por el polvoriento y sucio lugar.
―Para eso estás aquí ―intervino Erik extendiendo una de sus manos hacia la pared, sintiendo las tuberías que recorrían la casa llenas de hielo―. Si quieres salir rápido vas a tener que informarme de las posesiones de Shaw y su estado.
―Claro querido ―asintió ella sonriéndole ―. No podría ser de otra forma.
―¿Fue Abby, no? ―intervino Raven, bastante incómoda por la temperatura―. ¿No deberíamos ver si está bien? ―añadió, sin comprender por qué usaría sus poderes así.
―Está bien, sólo solucionó un problema que le dejé antes de irnos ―aseguró Erik seriamente, aunque no esperaba que congelara toda el agua de las tuberías para contener la fuga que le dejó―. Ve por ella ―indicó sin desviar su atención de Frost.
―¿Hay un integrante más? ―preguntó la rubia con interés―. Espero que no estés aceptando a cualquiera, no todos tenemos dones útiles.
―¿Sabes de otros? ―indagó Erik con curiosidad; era ridículo pensar que Shaw no había encontrado otros mutantes aparte de los que se le unieron en los años que lo estuvo buscando.
―Un par ―asintió ella sonriéndole casi de forma melosa―. Pero como comenté no todos merecen una oportunidad y algunos se negaron aunque fuimos muy convincentes ―explicó sin reparos.
En ese momento Frost se quedó en silencio, Raven regresó a la habitación en compañía de Abby. De inmediato la telépata notó la expresión de sorpresa cuando cruzó miradas con la mutante que había permanecido en la casa y no pudo evitar pensar que aunque no se conocían parecía haberla reconocido. Sin decir palabra entró en la mente de ella y también de las otras dos mujeres, era gracioso que sólo necesitara información de las otras féminas. Comprendió con rapidez que Shaw la había cambiado sin mayores inconvenientes por la compañía de la bailarina exótica y había un obstáculo para volver a su lugar como segunda al mando.
―Querida ―llamó Emma dirigiéndose a Abby―. Espero que no creas la mitad de las cosas que esas desagradables mujeres dijeron de mí ―soltó y sonrió con superioridad al notar lo incómoda que la logró poner.
Abby retrocedió un par de pasos, eso era exactamente lo que temía ocurriría al traer una telépata que no tenía la ética de Charles; si él tan sólo se aventuró por sus pensamientos superficiales el día que la conoció obviamente Emma no iba a tener ningún tipo de restricción. No pudo evitar que el miedo comenzara a llenarla, el único con cierto grado de protección era Erik, los demás estaban a la merced de las habilidades mentales de ella.
Sin embargo la mujer no pudo hacer nada más, los restos de una silla vieja crujieron y la envolvieron a la altura del cuello obligándola a caer de espaldas hasta chocar con el suelo. El metal serpenteó aferrando más el agarre, forzándola a tomar su forma de diamante para que no le rasgara la piel o peor aún, rompiera el cuello.
―Esa ha sido la primera y última vez que vas a usar tus poderes con alguno de nosotros, Emma ―sentenció Erik mirándola fijamente mientras controlaba el metal―. No voy a volver a advertírtelo ―añadió impasible ante los intentos por librase de ella y las miradas de espanto que recibió por las otras tres mujeres―. ¿Comprendiste?
―Claro ―susurró ella lo mejor que pudo en un momento en que él dejo de retorcer el metal contra su cuello.
Erik liberó a Emma y notó por el rabillo del ojo que Abby no dejaba de mirarlo, obviamente no estaba satisfecha con la forma en que resolvió la situación, pero lo que ella no comprendía es que esa telépata necesitaba entender desde el comienzo cuál era su lugar y hablando no iba a conseguirlo. No permitió que se notara la atención que le prestó a su reacción, si quería ganarse el respeto o incluso el miedo de los otros no podía mostrase débil, si lo hacía bien era poco probable que tuviera que repetir algo similar en el futuro.
―Entonces, ¿a dónde vamos a ir? ―preguntó Emma poniéndose de pie, como si el hombre al que le dirigía la palabra no la hubiera atacado segundos atrás―. Dime que no planeabas quedarte aquí ―comentó sacudiéndose con asco el polvo que su impecable ropa blanca había capturado en esos segundos sobre el suelo.
―Para eso estás, necesito las propiedades disponibles que no sean sencillas de detectar.
―Hay un hotel en Minnesota, a las orillas del lago Leech ―mencionó ella con tranquilidad ―. Creo que es adecuado, si planeas dirigirnos no puedes tenernos en un lugar tan precario como este.
―¿No nos detectarán ahí? ―intervino Azazel pensativo.
―¿Un hotel? ―repitió Erik dejando ver cierto fastidio―. Si estás tramando algo…
―Claro que no ―aseguró la mujer de inmediato―. No está inscrito como propiedad de Sebastian, ni mía. Hace unos años entablamos amistad con un hombre de negocios, él es el dueño oficialmente y lo utiliza a veces para entretener invitados de su club en verano, pero fue un regalo para nosotros. Ahora debe de encontrarse vacio y puedo hablar con él para mantenerlo así por el tiempo necesario.
―¿Hay algún pueblo o ciudad cercana? ―preguntó Erik, aun no muy convencido, aunque era claro que no podían quedarse en esa casa en ruinas.
―Sí, pero la zona es boscosa y está al otro lado del lago, es lo suficientemente privado si es lo que te preocupa.
Erik lo meditó unos momentos, un hotel no era en absoluto lo que él hubiera escogido, pero si estaba medianamente aislado podía servir y no necesitarían moverse pronto si reclutaban más miembros, porque el lugar seguramente podría albergar a muchos mutantes. A pesar de no estar completamente satisfecho aceptó la idea, Virginia iba a ser un lugar peligroso por unos días mientras los buscaban y si no estaba convencido siempre podían ir a otro lugar.
. .
A diferencia de los lugares anteriores a los que llegaron con los poderes de Azazel, el hotel que Emma mencionó se encontraba en una categoría similar a la mansión de Charles. Si bien tenía una apariencia como la de una casa embrujada no era debido a su estado, sino a que las pesadas cortinas estaban cerradas impidiendo el paso de la luz y las paredes decoradas con diversas obras de arte que en medio de la oscuridad le daban un aspecto lúgubre.
―Por aquí está el estudio ―habló Emma dando unos pasos en una dirección―. Creo que ahí podemos discutir mejor qué haremos, veo que aún no estás muy convencido con el lugar, pero te aseguro que es adecuado.
Erik asintió y comenzó a caminar detrás de ella seguido por el resto de mutantes. Tenía que admitir que el hotel parecía bien equipado para servirles como base temporal, al menos para pasar el invierno que se acercaba más cada día. Parecía amplio y a pesar de que aparentemente nadie lo estaba manteniendo, se veía bastante limpio, quien se encargó del lugar lo selló bastante bien antes de retirarse.
Emma abrió las pesadas puertas dobles del estudio, dejando ver en su interior una amplia colección de libros y de cómodos sillones dispuestos frente a una elegante chimenea. La mujer sonrió satisfecha, ese era un lugar más adecuado para ella, no una casa en ruinas que ni siquiera había sido reclamada como vivienda provisional por alguna persona sin hogar. Se dirigió hacia las ventanas para abrir las cortinas y que el grupo admirara el verdadero esplendor de la habitación, pero la voz de su nuevo jefe la detuvo.
―No abras nada ―ordenó Erik al ver la intención de Emma―. Aún no he decidido si vamos a quedarnos o no.
La telépata asintió con una falsa sonrisa complaciente. Shaw había sido un hombre elegante al que le gustaba rodearse de lujos y que siempre se las arregló para proveerle lo mejor, pero ahora estaba atorada con el que fue su conejillo de indias cuando sirvió como investigador para los Nazi. No sabía casi nada sobre él y aunque pudo ver que Erik también disfrutaba de las comodidades que el dinero podía proveer cuando entró en la mente de los demás, también le quedó claro que ella no sería la primera beneficiaría.
Hablaron sobre propiedades, cuentas bancarias y contactos, ella era quien apoyaba a Sebastian con esos temas. Quedó claro que la mayoría de los bienes estaban perdidos y que la CIA debía de haberlos incautado o estaban listos para seguir la pista de cualquiera que tratara de usarlos. Sin embargo Emma era una mujer inteligente y había tomado medidas en caso un escenario tan desafortunado llegara a ocurrir; el hotel en el que estaban era un ejemplo.
Pudo convencer a Erik de quedarse temporalmente tras explicarle más a fondo la relación que Shaw y ella habían formado con el dueño legal del hotel. Tuvo que revelarle algunas cuentas que estaba segura la CIA no había confiscado, además de la localización de algunas obras de arte bastante valiosas que podían vender en el mercado negro en algún caso extremo. Pero lo que realmente el nuevo líder quería era información sobre otros mutantes y aunque trató de obviar los que ella consideraba inadecuados, se topó con interferencia por parte de Azazel y Riptide que se mostraron mucho más abiertos con Magneto a la hora de hablar.
Erik por su parte no compartió la lista de mutantes que ya poseía abiertamente, Abby tenía conocimiento de esa hoja de papel, al igual que Raven, pero prefería que quedara así, sólo él necesitaba toda la información para dirigirlos. Con una base establecida y un número de mutantes con habilidades útiles a su disposición consideró como prioridad seguir acumulando información sobre los grupos hostiles que sabían de la existencia de ellos y el reclutamiento.
―Emma, tú vas a ir a hablar con tu amigo para que no tengamos ningún inconveniente con este lugar ―ordenó seriamente, no confiaba en ella, pero no tenía otra opción para resolver ese tema―. Ángel y Riptide van a ir a California a buscar un mutante ―indicó, dándole unas coordenadas, era uno de esos puntos lejanos como fue Abby, así que estaba convencido que debía de tratarse de un mutante con mucho potencial―. Azazel vas a ir con Mystique a Las Vegas a tratar de seguir el paso del grupo que ataqué ahí ―prosiguió, ese era un buen punto de partida para tratar de encontrar algo más tangible sobre ellos―. Nosotros vamos a buscar a uno de los que rechazó a Shaw―agregó mirando a Abby para fastidio de Emma.
―Va a ser una pérdida de tiempo ―intervino la mujer―. Los que no querían unirse no van a cambiar de parecer y los que presionamos no creo que acepten sólo por el cambio de líder ―puntualizó con confianza.
―Eso ya lo veremos ―replicó Erik mirándola fijamente, notando como la telépata desviaba la mirada con recelo hacia su casco que aún no se quitaba.
―Vi a Moira ―intervino Raven de improviso, captando de inmediato la atención de Erik―. Decía que no recordaba nada y no creo que haya estado actuando ―explicó con lástima.
―¿Le borró la memoria? ―preguntó Erik tratando de no sonar sorprendido, no esperaba que Charles llegara a esos extremos.
―¿Puede hacer eso? ―cuestionó Emma con mucho interés―. No pensé que fuera tan poderoso.
―¿Tú no puedes? ―se atrevió a preguntar Abby, eso le interesaba.
―Cada uno tiene sus puntos fuertes supongo ―respondió ella disimulando cierto grado de envidia al compararse―. A diferencia de ustedes yo poseo una mutación secundaria también, eso hace que no haya podido enfocarme plenamente en mis poderes mentales.
Erik sólo sonrió con satisfacción, le daba cierto orgullo escuchar que Charles era un telépata más hábil que Emma, aunque eso no quitaba que ella seguía siendo un peligro para las mentes del resto si su lealtad era falsa. Con los objetivos dados indicó que era mejor que no tocaran nada del primer piso, ya cuando regresaran acondicionarían las zonas comunes necesarias.
―Supongo que sólo usaremos las habitaciones por esta noche ―intervino Emma sonriéndole―. Nosotros tres ya sabemos a dónde debemos ir y tú seguramente querrás la habitación de Sebastian ―expresó con falsa amabilidad antes de dirigir la mirada en las otras mujeres―. Puedo mostrarles tres cuartos que estoy segura les gustarán.
―Sólo dos ―intervino Erik mirando fijamente a la mujer―. Me alegro de no tener que cambiarte de habitación, sería muy incómodo hacer una mudanza ahora ―agregó con cierta malicia antes de extender su brazo hasta la espalda de Abby para que lo acompañara.
Emma asintió impasible y le hizo una seña a Riptide para que se encargara de guiar a Raven y Ángel mientras ella dirigía a su nuevo jefe a la habitación principal del hotel. Subieron a la segunda planta y avanzaron por un corredor hacia el extremo de la casa con vista al lago, ahí los acompañó por una escalera hacia el piso superior y abrió un par de puertas para mostrar el que en su momento fue el espacio ocupado por Shaw. Vio como Erik ingresó junto con Abby y no pudo evitar que una sensación de envidia calara en su interior, a pesar del tiempo compartido con Sebastian, él nunca la tuvo tan cerca a nivel personal, ella tenía sus propios aposentos aunque en muchas ocasiones compartía los de él.
Directamente en frente de las puertas había una pared que cortaba la vista hacia el resto de la habitación, hacia el lado izquierdo una puerta conducía a un espacioso baño con vestidor y hacia el lado derecho se podía apreciar unas delicadas cortinas cubriendo el acceso al balcón. Pasando la separación visual que se daba por la pared se podía ver una amplia habitación con forma de torre con múltiples ventanas.
Abby avanzó con curiosidad y Erik la siguió unos momentos hasta que Emma se aclaró la garganta para llamar su atención.
―¿Podemos hablar? ―preguntó ella con seriedad―. En privado, no va a tomar mucho.
―Ve acomodándote ―dijo Erik mirando a Abby que lo observó visiblemente preocupada de que aceptara irse con la telépata.
No fueron muy lejos, sólo descendieron las escaleras y avanzaron unos pasos. Emma observó a Erik y le señaló una puerta.
―Esa es mi habitación.
―No sé qué estés pensando, pero las cosas van a cambiar mucho para ti ―soltó Erik levantando una ceja, ¿de verdad creía que podía tener algo con él?
―Lo sé ―respondió Emma con seriedad―. Esto no va a ser sencillo para mí y sé que para ti tampoco. No confías en mí y no pienso siquiera tratar de cambiar eso, pero quiero que sepas que mi relación con Sebastian distaba mucho de lo que tú tienes con… lo que sea que sea Abby para ti.
―¿A qué quieres llegar? ―interrumpió con cierto fastidio.
―¿Crees que ese casco que tienes se hizo para repeler a tu amigo? ―cuestionó ella sonriendo con pesar―. Sebastian confiaba en mí, pero no plenamente, ese casco era una medida de seguridad contra mí. Lo mandó a hacer hace un par de años con un grupo de científicos soviéticos aunque hace poco me enteré exactamente qué era.
―Lo imaginé ―aceptó Erik, ya tenía sus dudas sobre el motivo que llevó a Shaw a tener un objeto como ese.
―Creo que empezamos mal nuestra relación de trabajo y nuestro reencuentro tampoco ha sido el mejor, así que sólo quiero dejar claro que no estoy planeando traicionarte; además parece que has impresionado a Azazel y Riptide o quizás no se ven siguiendo a una mujer. De una u otra forma considero que vale la pena darte una oportunidad.
―Mientras hagas lo que te pida no habrán más malentendidos entre nosotros ―aseguró Erik antes de retirarse. No podía distinguir que tan honesta estaba siendo con él en realidad, pero no pensaba dejar que lo endulzara exponiéndose como una persona razonable.
. .
Regresó a la habitación tras su charla con Frost y encontró a Abby observando con mucha curiosidad el paisaje desde la puerta de vidrio que daba hacía el balcón. No podía culparla, el terreno en que se encontraba la propiedad estaba rodeado por una extensa área de bosque y un gran lago que lo separaba del pueblo más cercano. Sin embargo aunque sumara la belleza del mismo hotel, no podía imaginarse permaneciendo mucho tiempo en ese lugar, incluso le costaba considerarlo una base temporal. Ella notó su presencia y le dedicó una media sonrisa, dejando que su cuerpo se relajara al verlo intacto luego de que fuera a hablar a solas con Emma.
―Es bueno ver que te preocupas por mí y no por Frost ―comentó, acercándose a la cama tras darle una mirada rápida a la lujosa habitación.
―No es que me preocupe mucho ella, pero…
―Era necesario, a menos que te hubiera gustado tenerla rondando tus pensamientos a diario―intervino él rápidamente y ella sólo dejo escapar un ligero bufido. Avanzó en silencio y se dejó caer en la cama antes de remover el casco―. Hay un mutante al que realmente me gustaría tratar de contactar ―dijo cuando Abby se recostó a su lado.
―¿Uno de los que mencionó Emma?
―Sí, quizás sin Shaw esté más dispuesto a unírsenos ―explicó y notó como Abby hacia una mueca incómoda, en dos días sería Acción de Gracias y ella había dicho a su familia que asistiría―. Es el que se encuentra en Dakota del Norte, podríamos ir luego de que te lleve a tu casa ―añadió y ella le dirigió una mirada alegre―. ¿Dónde se supone que tenemos que ir? ―preguntó, notando que no había averiguado eso, aunque si era demasiado lejos inventaría algo para que Azazel los dejara a una distancia prudencial.
―En las afueras de Great Falls ―respondió, pero de inmediato notó que Erik no tenía idea dónde quedaba esa pequeña ciudad―, Montana.
―¿Montana? ―repitió negando con la cabeza como si le costara creer lo que escuchaba―. Pensé que estabas lejos de casa cuando te conocí ―comentó visiblemente confundido.
―Tenía pasajes de bus para regresar ―replicó ella encogiéndose de hombros―. ¿Pensabas que iba a irme en bus hasta Florida o Texas? Montana es grande, aunque no estaba tan lejos, hubieran sido como unas cuatro horas de viaje.
―Entonces nuestro mutante está de camino ―comentó él tratando de no pensar demasiado en el lugar de origen de ella y las implicancias de haberse encargado de los hombres del grupo que perseguía mutantes―. Podría decirle a Azazel que nos deje cerca y de ahí conseguir un automóvil para ir para tu casa.
―¿Planeas manejar hasta Great Falls desde Dakota? ―cuestionó ella levantando una ceja―. Son como doce horas en bus.
―Los buses viajan lento, podemos hacerlo en diez sin problemas ―concluyó él sonriéndole, en realidad estaba pensando algo más cercano a siete horas, pero no pensaba decírselo.
―Las temperaturas están bajas y seguro que las pistas resbalosas ―mencionó ella preocupada de que Erik no visualizara el espacio por el que pensaba viajar.
―No creo que eso sea un impedimento para nosotros ―declaró con confianza. Él podía controlar un automóvil si se salía de control y si ella no quería nada tan aparatoso podía encargarse de mantener limpia la ruta para las ruedas―. Pero puede que sea buena idea ganar algo de tiempo, no es necesario que seamos nosotros los últimos en partir.
Eran las cuatro de la tarde del 20 de Noviembre y si realmente quería tratar de contactar al mutante que mencionó Frost antes de ir a la casa de Abby necesitada el tiempo que le quedaba ese día. Acción de Gracias se celebraba en 22 y dudaba que ella se alegraría si llegaban exactamente para la cena.
Notas de autora:Por aquí el lunes fue Acción de Gracias en Canadá, lástima que no encajó el capítulo con eso y que creo que tampoco va a encajar con la fecha en Estados Unidos xD Sí, Abby es de Montana, uno de los estados con menos población de USA y sede de una buena cantidad de paisajes maravillosos. En el próximo me enfocaré en la festividad y como se las arreglará Erik con eso. Pensé adentrar un poco en sus dudas de cómo va a ser la experiencia aquí, pero prefiero usarlo para cuando estén en la carretera sin nada que hacer. Un poco de Emma, en un castillo no pueden haber dos reinas y eso eventualmente generará problemas, pese a que en teoría ellas dos no tienen nada personal una con la otra.
Aún no sale el trailer de X-Men: Apocalypse oficialmente, pero leí que el director comentó que iba a contener spoilers (los trailers los hacen compañías diferentes) a mí no me molestan, pero estoy segura que eso va a ser incómodo para algunos.
Como siempre los comentarios son bien recibidos y espero que en el próximo capítulo les pueda decir que tengo imágenes para mostrarlesalgunos lugares que serán importantes en la historia. Aparte de eso, aunque no planeo extenderme mucho aunque lo haga, ¿les gustaría que la cámara siga un poco a Raven? estoy muy enfocada en Erik y Abby, pero quizás quieran ver un poco de qué ocurre con ella en estas fechas especiales directamente y no como un par de líneas de resumen en la narración o de diálogo.
