Peace could be an option

Capítulo 23


Aparecieron en el gran salón del hotel, provocando que los dos mutantes que habían dejado al cuidado de las instalaciones se alarmaran ante el inesperado regreso. Erik de inmediato avanzó unos pasos para quedar en frente de los demás y dirigir su atención en las dos nuevas posibles adquisiciones para su grupo. Sin prisa se retiró el casco, ese era un mensaje para los miembros que sabían la utilidad del accesorio; no le temía a Frost y quería dejarlo claro.

―Aquí estarán a salvo ―habló, dirigiéndose mayormente a Leslie que seguía visiblemente asustada, no es que pudiera culparla dado lo que había vivido, pero dudaba que pudiera ser de utilidad si su carácter era tan frágil.

―¿Dónde estamos? ¿Un coto de caza? ―preguntó Fabián luego de inspeccionar con la mirada las paredes y el decorado, pocos lugares tenían esa combinación de elegancia con el toque campestre.

―Un hotel ―respondió Emma―. Pero no estás tan equivocado, una de las actividades más usuales de los huéspedes que solían venir era la cacería ―agregó, para luego dirigir la mirada hacia Leslie ―. Aunque como pueden ver el lugar requiere mucho trabajo para mantenerse.

―Yo puedo limpiar ―dijo en voz baja la muchacha recibiendo una gran sonrisa de satisfacción por parte de Emma.

―No los traje para que trabajen aquí, sino para formar parte de algo más grande ―intervino Magneto lanzándole una mirada desaprobatoria a Frost―. Ustedes poseen dones que los hacen superiores al resto, mejores que la masa de humanos que vive sin saber de nuestra existencia ―Erik comenzó a explicar su visión del mundo, capturando de inmediato la atención de Fabián y aterrorizando más a Leslie ante la expectativa de más peligro.

Abby se mantuvo en silencio, mirándolo intensamente, no era el discurso pro mutante lo que le incomodaba en ese momento, sino el ser incapaz de distinguir en él esa furia reprimida con la que habían partido horas antes. Sabía que la misión no podía considerarse como exitosa en todo sentido, pero algo ahí le había permitido liberarse de la tensión que llevaba y tenía una desagradable idea de cómo lo había conseguido. La mujer que controlaba a las criaturas que los atacaron no estaba con ellos y sabía que Erik no hubiera partido de ahí sin reclutarla o neutralizarla permanentemente. Cerró los ojos un instante tratando de no imaginar demasiado, quizás no era una mutante sino un experimento y no sobrevivió, aunque era consciente que sólo se estaba engañando a sí misma.

―¿Entonces nos podemos quedar? ―intervino Fabián cuando Erik terminó de hablar.

― Eso dependerá de lo que puedan aportar ―respondió Magneto y rápidamente dirigió la mirada a Leslie que estaba dispuesta a hablar―. Tus dones mutantes ―especificó, no era una oferta de empleo para trabajar en el hotel y estaba seguro de que la joven nuevamente diría que podía limpiar y cocinar para ellos.

―Puedo crear una imagen mía ―respondió un tanto temerosa―. Con Fabián puedo hacer imágenes de otros y más de una ―agregó insegura de si debía haber revelado eso.

―¿Tienen el mismo poder? ―cuestionó Magneto con curiosidad, descontando la telepatía de Emma y Charles serían los primeros con dones similares.

―No ―respondió Fabián esbozando una sonrisa de confianza―. Mi habilidad es más sutil ―explicó.

En ese momento Thomas soltó un grito y se cubrió los ojos dejándose caer al suelo de rodillas; a su lado Yumi giró violentamente extendiendo las manos en dirección contraria al grupo al ver como de sus uñas fluía una gran cantidad del veneno generado por su don. Por último, tres imágenes de Leslie aparecieron, pero no sólo podían verse sino que también sentirse y ocupar un espacio real.

―¿Sutil? ―cuestionó Magneto al darse cuenta quién era el que había ocasionado el pequeño incidente―. ¿Qué es exactamente?

―Sutil para mí ―corrigió Fabián sin borrar la sonrisa de su rostro y cesando el uso de su don―. Puedo incrementar el poder de otros mutantes, o al menos eso fue lo que me dieron a entender cuando me capturaron ―explicó con tranquilidad y algo de fascinación―. Me sorprende que no los haya afectado a todos.

―La mayoría de nosotros sabemos utilizar y controlar nuestros dones ―replicó Magneto con mucho interés y algo de satisfacción al ver que sólo los nuevos habían tenido problemas.

El estado debilitado de Emma posiblemente la dejaba vulnerable, pero incluso así la mujer no dio muestras de siquiera sentir una influencia extraña sobre ella. Azazel se mantuvo quieto, sólo girando el rostro cuando Thomas gritó cubriéndose los ojos, sin mostrar mucha preocupación. Riptide por su lado sólo se alejó un poco ya que había estado demasiado cerca de Yumi y la joven salpicaba veneno sin control. De igual manera Abby tampoco mostró el menor descontrol de sus poderes a pesar de que era la menos experimentada a comparación de los otros tres, pero ya la había visto controlarse incluso estando furiosa, no fue realmente una sorpresa.

―Desde que era adolescente ocurrían cosas extrañas alrededor mío, bueno le ocurrían cosas extrañas a otros, siempre era algo distinto ―habló Fabián sin ocultar su entusiasmo―. Hace unos años empecé a investigar un poco, supongo que dejé algún rastro y así me capturaron. Me querían usar para encontrar a otros mutantes, ahí comprendí que yo también era diferente.

―Entonces es bueno que te hayamos liberado ―intervino Emma con cierto recelo―. Seguramente pensaban pasearte por todo el país viendo quienes perdían control sobre sus poderes.

Abby observó a la mujer con preocupación ante la idea. Seguramente las presas más fáciles serían los mutantes cuando comenzaban a desarrollar sus habilidades y no poseían ningún tipo de control. Ella misma, aunque nunca llamó la atención de personas ajenas a su familia, había provocado algunos sucesos extraños relacionados al agua cuando su don se manifestó. La imagen de un grupo cazando personas le aterraba, más porque ya no parecía tratarse de incidentes aislados relacionados a una organización pequeña.

―Si me enfoco en uno solo puedo aumentar mucho sus poderes ―añadió Fabián mirando a Erik que parecía bastante atraído ante la idea.

―Estoy seguro que tendremos suficiente tiempo para experimentar ―intervino Magneto dejando claro que los había aceptado, o al menos a Fabián―. Azazel, creo que Mystique ya debe de estar por acabar ―indicó y el mutante desapareció de inmediato―Abby, ve con Thomas y Yumi para que te indiquen cómo está el abastecimiento y lleva a Leslie para asignarles un lugar para que descansen, trata que todos los dormitorios estén en la misma área ―Emma observó con cierto recelo a Abby, el control de las bases normalmente había sido tarea de ella si es que Sebastian no daba órdenes directamente―. Riptide ve con Emma y revisa las inmediaciones, no quiero sorpresas.

―¿Y yo? ―preguntó Fabián con algo de recelo.

―Nosotros tenemos más cosas de que hablar ―respondió Magneto, quería detalles de los hombres que lo capturaron.

. .

Abby siguió a Thomas y Yumi en compañía de Leslie con dirección a la cocina. Quería quedarse con Erik, pero nuevamente se encontraba en la incómoda situación de saber que no iba a conseguir nada provechoso si se ponía a discutir con él en público. Sentía que era una pésima idea dejarlo con Fabián tras la revelación de su don, era obvio que Erik sacaría provecho de alguna manera, pero algo en el hombre le daba desconfianza, quizás era simplemente lo emocionado que parecía estar o lo rápido que se olvidó de Leslie pese a que habían estado recluidos juntos.

―Encontramos una lista ―explicó Yumi, extendiéndole un cuaderno bastante grande con sumo cuidado de no tocarla con sus uñas, al parecer temía que su poder volviera a descontrolarse.

―Hay tres almacenes, aunque uno está vacío y se veía bastante desgastado ―agregó Thomas dudando un poco antes de hablar.

―¿Dónde están? ―preguntó Abby luego de hojear el cuaderno.

Los jóvenes le señalaron dos puertas al fondo de la gran cocina del hotel. Abby se acercó a inspeccionar, encontrándose primero con un almacén bastante grande y aparentemente bien abastecido con productos no perecibles por lo que decía el cuaderno. La segunda puerta llevaba a una habitación vacía con varios ganchos para carne colgando del techo.

―Debe ser el congelador ―habló, buscando con la mirada dónde podía estar el control de la temperatura, asumió que debía de funcionar similar a un refrigerador―. Creo que no vamos a comer nada fresco ―susurró, al menos por ese día las carnes y vegetales estaban fuera del menú.

Yumi le explicó que el otro almacén se encontraba unos cuantos metros fuera de la cocina y que parecía estar repleto de toallas y sábanas, además de productos de limpieza.

―Hay que buscar cuatro habitaciones y ver cómo están, no tengo idea si hayan dejado todo listo para recibir huéspedes o haya que llevar cosas ―comentó Abby cerrando el congelador―. Y también hay que ver cómo vamos a hacer con la comida.

―Yo me puedo encargar ―intervino Leslie que había estado acompañándolos en silencio.

―No es necesario ―respondió Abby sonriéndole―. Esta cocina es grande, estoy segura que todos podrían cocinar juntos a la vez si quisieran.

―Por favor ―insistió nuevamente casi con los ojos llorosos―. Quiero ser útil.

Abby la observó en silencio, no sabía qué decirle. Leslie estaba visiblemente asustada, pero en ese momento comprendió que no era tanto por lo que había ocurrido sino por la inseguridad de su futuro, seguramente no tenía a donde ir si es que Erik la rechazaba. La observó tratando de ocultar su preocupación porque era consciente que ella no encajaba en el perfil de persona que Erik buscaba reclutar y no sabía si sería capaz de hacerlo cambiar de opinión si tomaba una decisión así.

―Vamos a revisar las habitaciones ―dio como respuesta, buscando una alternativa para no tener que decir nada definitivo―. Luego podemos ver quiénes van a estar, no tengo idea si todos se queden o Erik decida enviarlos a algún lugar.

Abby no estaba completamente segura de quién estaba usando cada habitación, pero al menos tenía una idea de cuáles estaban siendo ocupadas. Normalmente hubiera optado por dejar que ellos mismos escogieran, pero eso no era lo que Erik le pidió, él los quería lo más juntos posible. La idea no era mala, quizás así podían tratar de prender la calefacción en sólo un área, pero seguramente la razón de Erik estaba inclinada a un tema de control y protección.

Sabía que Emma ocupaba la habitación que se encontraba justo debajo de la de ella con Erik, el resto de cuartos estaban dispuestos a ambos lados de un extenso corredor. Si no se equivocaba una de las habitaciones más alejadas era la de Azazel, pero parecía que a Erik no le molestaba, quizás debido a su poder daba igual que estuviera al fondo. Les señaló cuatro habitaciones, dos de ellas rellenando los espacios vacíos que dejaron los demás y les indicó que se acomodaran en ellas como prefirieran.

Thomas y Yumi optaron por ir hacia las puertas más cercanas a ellos, la verdad era que les daba igual mientras tuvieran dónde dormir. Leslie se demoró un poco más en escoger, decidiendo entre las dos habitaciones que sus compañeros no tomaron.

Abby se quedó en el umbral de la puerta de la habitación que terminaría siendo para Fabián, observando con curiosidad ya que no había tenido oportunidad de ver cómo eran. Como esperaba se encontró con un ambiente acogedor y elegante, con una cama amplia flanqueada por dos mesas de noche, un pequeño ropero y un escritorio al lado de la ventana. Se animó a ingresar y revisar si el baño era compartido o individual.

―Esto va a ser un infierno para limpiar ―murmuró al ver que había una única puerta de acceso. Eran diez en ese momento, once si aún contaba a Angel y sabía que mantener todo limpio iba a ser un reto―. Y peor en mi caso ―se lamentó, la habitación que compartía con Erik era sin dudas mucho más grande, al igual que el baño.

. .

Erik se mantuvo en silencio varios minutos luego de quedar a solas con Fabián, analizando qué tan incómodo lo podía poner y era notorio que el hombre se estaba conteniendo para no exigir que le explicara qué era lo que quería de él. Al parecer tenía un carácter explosivo, aunque al menos lo controlaba, si bien estaba muy interesado en el don de Fabián, le preocupaba un poco añadir a alguien que no pudiera seguir órdenes.

―¿Dónde te capturaron? ―se animó a preguntar Magneto, haciéndole una seña para que lo acompañara a sentarse.

―Nueva York ―contestó con fastidio al recordar el evento―. Pero creo que me venían siguiendo desde Boston.

―¿Cómo lo hicieron? ―continuó con su pequeño interrogatorio.

―¿Recuerdas el cadáver que dejamos en el sótano? ―preguntó Fabián y Magneto asintió―. Lo usaron de carnada. El pobre diablo tenía el olfato muy desarrollado o algo similar, una habilidad ridícula comparada a la de los otros seguidores que tienes ―explicó con bastante interés―. No pensé que hubiera gente que pudiera controlar y desarrollar tanto sus habilidades.

―La mayoría de aquí tiene años de experiencia ―aclaró Magneto, al menos ese era el caso con todos excepto los nuevos integrantes―. Por lo que me comentas te tendieron una trampa y te llevaron al hospital.

―Inicialmente me las arreglé para escapar, pero tenían el área bien vigilada.

―¿Escapaste? ―indagó curioso.

―Soy bastante hábil en combate cuerpo a cuerpo, además sé utilizar armas de fuego con mucha precisión ―explicó con una sonrisa carismática―. Podría ser una buena adquisición para el equipo ―agregó con confianza.

―¿Más que Leslie? ―preguntó Magneto con una media sonrisa.

―Sin dudas ―respondió ofendido por la comparación―. Esa muchacha es como un cordero asustado, va a traerte problemas eventualmente si planeas usarla para algo más que mantener limpio este lugar.

Erik frunció el ceño ante el comentario. La verdad era que posiblemente tuviera razón, pero hasta segundo antes hubiera pensado que debía de tenerle algo de aprecio, al final fue por el don de ella que ambos estaban vivos.

―¿Sabes algo más sobre el grupo que te capturó? ―continuó, luego tendría que meditar qué hacer con la actitud de Fabián respecto a los mutantes que no mostraban grandes poderes.

―No mucho, pero puedo decirte que a los médicos del hospital no les gustaba su presencia, aunque no pareció tomarlos por sorpresa cuando llegaron ―explicó con malestar.

Azazel hizo su aparición con Raven interrumpiendo la conversación. La joven mutante traía en sus manos una caja con varios documentos que pensaba podían ser de utilidad.

―No encontramos mucha información ―informó Azazel ante la mirada silenciosa de su jefe―. Nos aseguramos de quemar las zonas donde almacenaban información y el sótano, aunque la guardia costera se estaba acercando cuando nos fuimos, seguramente podrán rescatar los edificios.

―Vayan a ayudar a Emma y Riptide a asegurar que no tengamos invitados inesperados en las cercanías ―indicó Magneto tomando la caja―. Tú también Fabián ―especificó cuando notó que el hombre no se movía.

Al quedarse solo comenzó a revisar los documentos, iba a tener una tarde larga y muchas cosas en las que pensar luego y estaba aliviado por ello, no quería que su mente estuviera inactiva y divagara hacía rumbos dolorosos.

. .

Abby no pudo evitar que Leslie preparara la comida para todos. Cuando decidió regresar a la cocina luego de llevar algunas toallas y varias mantas al segundo piso para que estuvieran al alcance de quien los necesitara, la joven ya tenía una gran olla en el fuego con tallarines mientras abría algunas latas para hacer una salsa. Trató de ayudarla, se sentía mal de que una sola persona estuviera cocinando para diez, pero Leslie insistió tanto que terminó cediendo y no intervino.

―¡Perfecto! ―exclamó Emma con satisfacción ante la escena cuando entró a la cocina ocasionando que Leslie sonriera tímidamente―. Temo que no todos vamos a cenar al mismo tiempo, algunos aún están ocupados y yo tengo asuntos que atender ―expresó la mujer complacida, luego de haberse visto obligada a una labor tan desagradable como inspeccionar los alrededores―. Voy a estar en mi habitación ―agregó antes de retirarse.

―¿El señor Magneto y usted también van a querer que les lleve la comida a la habitación? ―preguntó Leslie dejando en completo silencio a Abby que no se recuperaba de la impresión.

―¿Qué?

―¿Van a cenar con los demás? ―preguntó la joven un tanto preocupada con haber hecho algo mal.

―No lo sé, no lo creo ―respondió luego de dudarlo un poco, Erik seguramente no planeaba siquiera comer―. Pero no tienes que llevar nada ―se apresuró a agregar antes de que sacara conclusiones.

―No me molesta ―intervino de inmediato, casi como si estuviera pidiéndole que le permitiera hacerlo.

―No creo que Erik le guste que entres a la habitación ―agregó, sabía que con eso bastaría.

Abby regresó a la habitación cargando una bandeja con la comida para ella y Erik, sabía que él aún seguía con Fabián, pero eventualmente acabarían y dudaba que se fuera a quejar por no tener la comida caliente. Dejó a Leslie preparando la mesa para el resto sin que nadie más la ayudara, ya que cada vez que trataba de ofrecerse parecía que la joven iba a ponerse a llorar.

Dejó la bandeja sobre una de las mesas de noche pese a que frente a las grandes ventanas había dispuesta una pequeña sala, no tenía interés en acelerar el proceso de enfriamiento de la comida, el hotel seguía sin calefacción. Se acercó a la chimenea que se encontraba en un extremo del cuarto, todo un lujo innecesario a primera vista, pero quizás si la encendía no tendría que dormir sepultada debajo de varias mantas. Sabía que Erik podría quejarse, la chimenea iba a generar humo en el exterior, pero no le importó demasiado.

Decidió esperar un poco antes de cenar, quizás Erik acabaría rápido y la acompañaría. Se acomodó en uno de los sillones frente a la ventada y prendió la radio que descansaba sobre una de las mesitas cercanas. Le sorprendió recibir señal sin mayores problemas considerando que estaban bastante alejados de algún centro urbano grande, pero seguramente había alguna antena cercana pagada por el dueño del hotel para mantener a sus exclusivos huéspedes satisfechos.

. .

Cuando Erik terminó de hablar con Fabián, Azazel y Raven, se dirigió directamente a su habitación. Al ingresar sintió el ambiente más cálido y asumió correctamente que Abby debía haber prendido la chimenea. No le molestó, estaba cansado y no pensaba rechazar una temperatura más acogedora.

La vio durmiendo en un sillón en una posición algo incómoda, probablemente se quedó dormida esperándolo. No era tan tarde, pero había sido un día agitado, más considerando que ella no gustaba en absoluto de lo que estaban haciendo y lo tenía bastante claro aunque hacía lo posible por ignorarlo. Abby seguía ahí y no parecía tener intenciones de irse por el momento, eso le aliviaba, no pensaba abandonar sus ideas para complacerla, pero sabía que no iba a disfrutar el encontrarse solo nuevamente.

Con suavidad la cargó y trató de acomodarla en la cama, pero antes de poder siquiera alejarse ella abrió los ojos un tanto adormecida.

―¿Qué hora es?

―Creo que las ocho ―respondió él, acomodando su casco sobre la mesa de noche que no estaba siendo ocupada―. No debiste esperarme para comer ―opinó al ver los platos.

―Pensaba esperar un poco nada más, pero me quedé dormida ―explicó estirándose y tomando un plato con pasta fría luego de acomodarse sobre la cama―. Lo cocinó Leslie, creo que está empecinada en tomar el papel de empleada.

―Eso es culpa de Emma ―opinó imitándola.

―No creo que sea sólo eso, está muy asustada, no debe tener a donde ir y esto es algo que sabe que puede hacer.

―No necesito que se dedique a cocinar y limpiar sino a entrenar sus dones, ella, Yumi y Thomas necesitan entrenar, Fabián demostró que tienen poco control ―habló él, comiendo con tranquilidad―. ¿Qué opinas de ellos?

―No hablaron mucho; creo que aún estaban preocupados por como reaccionaron al don de Fabián.

―¿Hay suficiente comida?

―Si quieres comer pastas y menestras todo el tiempo ―respondió extendiéndole el cuaderno con el listado del almacén―. No hay nada fresco ―agregó y Erik dejó que una mirada de fastidio se escapara ―. Yo podría ir a comprar.

―No ―respondió de inmediato ante el ofrecimiento―. Raven puede hacerlo, igual necesito que comience a investigar los pueblos cercanos para saber cómo está nuestra situación en caso debamos movernos.

Abby soltó un suspiro, iba a tener que buscar algo que hacer o Erik seguramente iba a comenzar a decirle que lo acompañara a más de sus misiones. Siguieron comiendo en silencio hasta que una canción en la radio captó la atención de Abby.

―¿Sabes francés, no? ―preguntó ella, recordando la cena en Las Vegas.

―¿Quieres que traduzca la canción? ―asumió él con humor.

―¿Puedes? Es extraño que una cantante francesa se haga tanta fama como para que la pongan en la radio.

―¿Quién es? ―preguntó él sin mucha curiosidad, pero siempre era útil conocer algo de la cultura popular del momento.

―Françoise Hardy ―respondió Abby―. La canción se llama Tous les garçons et les filles Agregó en un pésimo francés que hizo reír a Erik―. No te burles ―se quejó, aunque no pudo evitar sonreír al ver el cambio de humor en él.

―Tal vez te enseñe algo de francés luego ―comentó.

―¿Qué dice la canción? ―insistió ella.

―No creo que sea de tu estilo ―respondió tomando una expresión más seria, tampoco es que se sintiera identificado totalmente, pero algunas líneas habían pasado por su mente en diferente contexto―. Mañana necesito que averigües un poco sobre nuestro nuevos integrantes, ya hablé con Fabián, pero aún sé muy poco de los otros tres.

―¿Por qué no les hablas tú?

―Creo que van a ser más abiertos contigo ―explicó encogiéndose de hombros ―. Algo me dice que me tienen miedo.

―¿No era esa tu intención? Podrías empezar dejando el casco ―replicó sonriéndole mientras él se llevaba la bandeja con los platos a una de las mesitas de la sala―. Erik… ―llamó ella un poco más seria y él sólo se giró en silencio al reconocer el tono de su voz―. En la mañana, antes de que partiéramos, Raven te dijo algo.

―Fue a visitar a Charles en Acción de Gracias ―respondió tras unos segundos, regresando a la cama para recostarse.

―¿Qué le dijo? ―indagó con cuidado, Charles era un tema que sabía Erik iba a preferir evadir.

―Nada, no llegaron a hablar ―respondió y se quedó en silencio, observando como Abby parecía no comprender y no la culpaba, él mismo no pudo imaginar lo que había ocurrido cuando Raven se acercó a hablarle―. La herida de Charles fue más profunda de lo que imaginé, ningún doctor le da posibilidades de volver a caminar.

―Erik… ―susurró su nombre sin saber qué decir, la noticia era sumamente inesperada. Cuando se enteró que el resto salió de Cuba se alivió, pensando erradamente que al menos la única víctima de todo el conflicto fue Shaw.

Erik utilizó sus poderes para girar la perilla de la radio y apagarla, no iba a seguir conversando sobre Charles porque sencillamente no sabía nada más. Extendió su brazo derecho para acercar a Abby que seguía mirándolo con preocupación, no había nada que hacer, el daño ya estaba hecho y era mejor mirar hacia adelante.

―Descansa, mañana tenemos muchos temas que atender ―dijo en voz baja con la esperanza de que le hiciera caso.

Abby asintió tratando de no mostrarse intranquila, se sentía culpable al pensar que mientras ella estuvo en Las Vegas con Erik, Charles debía de haber pasado por momentos horribles. Se acurrucó contra el cuerpo de Erik cerrando los ojos, pero incapaz de relajarse lo suficiente como para dormir.


Notas de autora: Tarde como ya se me está haciendo costumbre, pero al menos sigo publicando. Este ha sido un capítulo más enfocado en Fabián y un poco en la organización del hotel, son cosas necesarias que de alguna manera hacen capítulos un poco lentos, pero que si los pusiera con otros eventos quedarían en el olvido (Y agrandarían mucho los capítulos)

Fabián va a ser el más importante de estos nuevos reclutas, en parte por ser canon, en parte por su historia (Pese a que aquí estará adaptada)