Peace could be an option
Capítulo 31
Erik esperó estacionado en frente de una oficina de correos de la ciudad de Fargo en Dakota del Norte. Ya había aceptado con pesar que no servía de nada tratar de acelerar el paso para llegar lo antes posible al hotel en las orillas del lago Leech. La tormenta de nieve en año nuevo fue sólo el primer retraso, al salir de Montana nuevamente se vieron obligados a quedarse en un hotel de camino un par de noches a la espera de que las carreteras volvieran a ser transitables. Sumado a esos inconvenientes, se vio en la necesidad de hacer más paradas de las que esperaba debido a que Abby se mostraba incómoda y cansada cuando viajaban demasiadas horas seguidas en la ruta de regreso.
Quería confiar en que Mystique podría manejar a Fabián, pero no era capaz de engañarse a sí mismo, la joven mutante era diferente a Abby, por lo que sólo vislumbraba dos posibles escenarios: El primero y menos favorable implicaba una toma de poder por parte del hombre en donde seguramente ya habría expulsado a Leslie y posiblemente a Yumi junto con Thomas ya que no veía a Azazel o Riptide como buenos samaritanos que apoyarían a los más débiles por iniciativa propia. La segunda posibilidad era la opuesta, Mystique en medio de un arranque emocional se las habría arreglado para expulsar al mutante conflictivo. Cualquiera que fuera el escenario tendría que trabajar con ello.
Vio a Abby salir de la oficina de correos y avanzar rápidamente hacía él. Encendió el automóvil y esperó a que ella se sentara para observarla intensamente por la parada que consideraba totalmente innecesaria.
―Ya mandé la carta ―habló ella notando la mirada que le estaba dando.
―Sigo sin entender para qué lo hiciste.
―Me ayudó ―recalcó Abby soltando un suspiro de cansancio, a Erik no le entraba en la cabeza sus razones―. Si no fuera por ella no habrían publicado mi artículo, merece que al menos le agradezca por escrito.
―Te recomendó que si vuelves a publicar lo hagas sólo con tus iniciales ―Presionó con el tema. Sabía que ya estaba hecho, pero no entendía cómo Abby podía estar agradecida cuando la carta que le mandó la secretaria del editor le dijo en pocas palabras que si quería publicar sin problemas era mejor que no se supiera que era mujer.
―Es la verdad ―soltó Abby sin mucho ánimo. Estaba tratando de ayudarla y aunque no fuera el mejor consejo era uno que probablemente serviría, al menos hasta que se hiciera reconocida y el hecho de ser mujer pudiera pasar a un segundo plano.
―No deberías tener que ocultar qué eres ―opinó él sin poder disimular el malestar en sus palabras a pesar de que llevaba varios días desde que se enteró del contenido de esa carta.
―No, no debería, pero así funciona el mundo ―replicó ella rápidamente, pensando cómo cambiar el tema antes de que terminaran hablando de cómo los mutantes debían ocultarse―. ¿Terminaste de leer mi artículo? ―se apresuró a preguntar para mantener la conversación por un rumbo tranquilo.
―Lo acabé cuando estábamos esperando que las vías se despejaran ―respondió y comenzó a manejar―. Volví a leerlo ayer.
―¿Muy complicado? ―bromeó ella riendo un poco.
―Un estilo de escritura bastante simple ―respondió dibujando una media sonrisa―, no puedo opinar mucho del contenido, aunque algo de sentido le encontré.
. .
Erik no pudo evitar sorprenderse al llegar al hotel y percatarse que sus predicciones habían sido erróneas. De alguna manera Mystique había conseguido mantener el orden, tarea para nada menor viendo lo estresada que terminó Abby al estar a cargo por un tiempo similar. Sin embargo algo que pudo notar de inmediato fue que Azazel parecía haber influenciado mucho en el éxito de Raven al mostrar un apoyo total a tenerla como encargada en la ausencia de Magneto. Trató de que su mente no se distrajera demasiado en la cercanía que ese par había desarrollado, aún recordaba que alguien había estado en la habitación de Azazel la mañana que partieron a la misión en Maryland.
Luego de un informe general, enfocó su atención y fastidio en Angel. La mujer aún no regresaba, se juntó con el grupo que envió a buscarla, pero simplemente les dio información y se entercó con seguir investigando por su cuenta. Azazel le aseguró que si deseaba podía ir a buscarla y traerla por la fuerza, tenía una idea bastante buena de dónde estaba viviendo, pero Erik se negó. Angel les entregó algunas pistas interesantes que pensaba estudiar a profundidad y quizás le serviría que se mantuviera alejada, sobre todo si consideraba que en unos meses tendría que reorganizar al grupo.
Anunció de forma escueta y sin entrar en detalles que cualquier tema concerniente a las acciones del grupo no las discutirían con Abby. Todos excepto Fabián se extrañaron un poco ante la noticia. El hombre fue el único que dibujó una sonrisa de satisfacción en el rostro, que se borró rápidamente cuando Raven no pudo contener la sorpresa al ver los aros decorando el dedo anular de Abby.
La noticia del matrimonio se reveló en instantes y no tomó mucho más para que le siguiera la del embarazo. Erik sabía que no iba a poder mantenerlo en secreto y que tampoco había motivos para hacerlo, pero no se sentía cómodo compartiendo algo que veía como su vida privada.
Cuando logró que Abby dejara de responder preguntas, la llevó hasta la habitación que compartían y cerró las puertas detrás de él.
―Luego les explicaré que en unos meses veremos para dispersarnos ―dijo Erik, sentándose en la cama para quitarse los zapatos.
―No me he quejado.
―Quizás, pero seguro lo pensaste ―opinó mientras continuaba desvistiéndose.
―En realidad no, el rostro de Fabián me distrajo por completo ―confesó Abby sonriendo, sentándose en el otro lado de la cama.
―Creo que pensaba que ibas a irte ―opinó él divertido. Era claro que Fabián la veía como un problema y aunque no le agradara pensarlo, tenía que admitir que desde un punto de vista frío y lógico, lo era.
Abby rió un poco y se recostó al lado de él. Pese a que habían regresado al hotel sentía que el futuro se veía mejor, en unos meses más tendría a su bebé en brazos y además estaría solo con Erik aunque él no pensara abandonar el grupo, sólo dirigirlo a distancia.
. .
A media mañana, cuando estaba encargándose de retirar la nieve acumulada de los techos del hotel durante su ausencia, Abby vio como los otros mutantes se reunieron en el jardín exterior. Sintió bastante curiosidad cuando Fabián comenzó a colocar varios blancos de tiro en diversos lugares y a distancias diferentes. Pese a que fue ella quien aceptó mantenerse al margen, no pudo evitar acercarse cuando Azazel apareció cargando múltiples armas de fuego que supuso habían estado guardadas en el hotel.
―Como mencioné ―habló Fabián acercándose al punto donde el mutante de piel roja depositó las armas―. La mayoría son para la caza, pero igual nos pueden ser útiles ―detalló con soltura al tomar un rifle para cargarlo.
―¿Es necesario? ―preguntó casi en un susurro Leslie, era obvio que no estaba cómoda.
―No todos tienen habilidades ofensivas ―respondió Magneto con seriedad―. Además un arma es una buena forma de atacar o defendernos sin revelar que somos mutantes.
Fabián le extendió una escopeta a la joven y ésta la tomó con cierto temor.
―¿Podrías armar hombres de hielo? ―intervino Riptide al percatarse de la presencia de Abby en las cercanías―. Sería más realista que con blancos de tiro o botellas.
―Los blancos servirán por ahora ―Erik se apresuró a responder, había acordado con Abby mantenerla al margen e iba a hacer todo lo posible por cumplir. Por un momento pensó en sugerirle que regresara al interior del hotel, pero recordó que ella no desconocía del tema totalmente y seguramente el sonido no le molestaría.
Para incomodidad de Abby, Fabián fue quien tomó el rol de instructor. No todos estaban participando activamente, Erik sólo estaba ahí para observar a pesar de que tenía un buen conocimiento de armas y una ventaja injusta si lo combinaba con sus poderes. Azazel y Riptide podían disparar decentemente de ser necesario, pero preferían enfocarse en sus poderes que estaban suficientemente desarrollados como para que Magneto no objetara la decisión de mantenerse al margen.
Las indicaciones de Fabián eran rápidas y muy generales, ante cualquier pregunta se exasperaba y respondía de forma brusca, dejando claro que no tenía material para ser profesor.
Raven fue quien destacó de inmediato, ya que aunque nunca había disparado un arma en su vida, el entorno en el que creció le brindó una idea básica de lo que debía hacer. Con unos cuantos tiros de prueba con un revolver consiguió suficiente confianza como para demostrar una puntería envidiable que sin dudas atrajo la atención de los mutantes más experimentados.
Thomas y Yumi no se quedaron muy por detrás, les tomó tiempo cargar sus armas luego de la escueta explicación de Fabián, pero cuando lo consiguieron demostraron que al menos eran capaces de acertar en los blancos en un buen porcentaje de los disparos que realizaban. Leslie era quien se quedó atrás, aunque no fue una sorpresa para ninguno.
―No pienso ayudarte con eso ―sentenció Fabián exasperado al ver como la joven era incapaz de encontrar la forma para cargar el arma―, pero no vas a irte hasta que empieces a practicar y demuestres que no eres una inútil.
―Trata con esta ―intervino Abby cuando no pudo contenerse más, extendiéndole una escopeta de caza de dos barriles del mismo modelo que tenía en Montana.
―Magneto dijo que no ibas a inmiscuirte más ―le increpó el hombre de inmediato, captando la atención de los tres mutantes que se mantuvieron distanciados del entrenamiento―. Leslie está suficientemente mal como para recibir consejos tuyos.
―Así abres el compartimiento para cargar ―explicó Abby lentamente para que Leslie pudiera ver con claridad, ignorando a Fabián por completo―. Aquí insertas los cartuchos ―continuó colocando la munición en los barriles, no había necesidad de explicarle sobre calibres en ese momento.
Erik colocó toda su atención en la escena, al final Abby no pudo contenerse más de un día a pesar de que era una intervención indirecta por ayudar a la otra mutante. Decidió no intervenir, sabía que podía manejarse sola y que Fabián no se atrevería a permitir que su antipatía por la mujer avanzara a un terreno físico.
Abby cerró la escopeta y retiró el seguro, extendiéndole el arma a Leslie, pero cuando notó la inseguridad en los ojos de la joven, optó por mostrarle cómo disparar con un ejemplo primero.
―Tienes que sostener el arma estable o puedes lastimarte con el retroceso cuando dispares ―explicó, apuntando para luego disparar contra uno de los blancos.
Si bien no tenía una puntería tan prodigiosa como la que Raven reveló esa mañana, había disparado suficientes veces como para hacer un buen papel, eso sumado a que el tipo de munición ayudaba mucho al golpear en área y no en un único punto. Le entregó la escopeta a Leslie para ayudarla, disfrutando inmensamente como Fabián había quedado en silencio.
Erik negó mentalmente, si bien no comulgaba con algunas opiniones del hombre, lo último que necesitaba era que Abby facilitara el que se diera una relación abiertamente hostil con él.
El entrenamiento prosiguió en silencio por cerca de una hora, permitiendo que las habilidades natas de Raven siguieran luciéndose y alejándose cada vez más de sus compañeros. Azazel se acercó a ella cuando Fabián declaró que era suficiente entrenamiento por el día y de inmediato la mutante comenzó a hablar muy animadamente con él.
Abby se acercó a Erik notando de inmediato que no estaba muy contento con que interviniera para ayudar a Leslie, pero simplemente se encogió de hombros, no podía evitarlo, la actitud de Fabián le era imposible de ignorar.
―Más tarde podemos trabajar juntos ―ofreció Fabián dirigiéndose a Magneto, había esperado especialmente a que Abby estuviera presente para hablar.
―Espérame a las cuatro en la entrada del camino que lleva a la carretera ―confirmó Erik, notando la expresión de desconcierto de su esposa y la de satisfacción en Fabián.
―¿No puedes entrenar con alguien más? ―cuestionó ella cuando el hombre se alejó.
―No de la manera que sus poderes me lo permitirían ―detalló de forma neutra―. Es mejor que no antagonices con él, no hay necesidad.
―Trataré ―cedió cruzándose de brazos―, no prometo nada.
La risa de Raven los distrajo. La hermana de Charles se encontraba sonriendo sin control por algo que Azazel le susurraba en el oído mientras la sujetaba por la cintura para mantenerla cerca. La joven asintió varias veces y ambos desaparecieron en una nube roja.
―¿Desde cuándo…? ―susurró Abby bastante sorprendida, no tenía idea qué tan serio fuera, pero era obvio que había algo entre esos dos.
―No lo sé, y no es de nuestra incumbencia ―respondió él, tratando de no imaginar cómo Charles se tomaría una noticia así, seguramente le culparía por permitir que su hermana se relacionara con un hombre como Azazel.
. .
Usar sus poderes aumentados gracias al don de Fabián era una experiencia única para Erik. De forma natural su dominio sobre los metales podía considerarse terrorífico, pero los niveles de control que sentía recorrer su cuerpo le aseguraban sobrepasar cualquier límite que creía posible.
Los humanos temblarían si llegaban a enfrentarse a él de esa manera, todas las armas que podían tratar de usar contra ellos tenían componentes que él sin duda manipularía para el beneficio de los suyos. Era imposible que no hiciera la comparación con el conflicto entre las dos grandes potencias nucleares, la única razón por la que no llevaban una guerra abierta era porque ambas tenían un arsenal demasiado peligroso que obligaba a un enfrentamiento tangencial, utilizando a otras naciones como piezas para enfrentarse.
El frío de la noche marcó el final de su reunión con Fabián. El mutante se mostró más que complacido al saberse tan útil, su don no lo hacía directamente poderoso, pero no por ello dejaba de ser un miembro valioso.
Cuando llegó a la puerta de su habitación, se tomó un momento para meditar si debía o no comentarle a Abby lo fascinante que era poder sentir los metales y el mundo que lo rodeaba a distancias aterradoramente lejanas. Decidió no hacerlo, era mejor no hablar de Fabián con ella a pesar de que no era necesariamente un tema relacionado al grupo mutante.
―¿Qué estás haciendo? ―preguntó él cuando al entrar a la habitación encontró a Abby sentada en la cama rodeada de cuadros de diversos tamaños.
―Buscando el tamaño correcto ―respondió sin mirarlo, bastante concentrada al momento de girar el objeto―. Es ridículo cómo el único en que entra bien la foto es el que menos me gusta.
―¿Esos cuadros no estaban en el estudio? ―indagó curioso―. Pensé que estabas en contra de utilizar las cosas compradas con dinero sucio ―prosiguió divertido al escucharla bufar como respuesta―. ¿Qué foto estás poniendo?
―Una de las que nos tomaron en Las Vegas ―contestó, mostrándole la imagen enmarcada en un cuadro de plata.
―¿Piensas ponerla a la vista?
―Sí, para qué más estaría buscando un cuadro ―replicó rendida, colocando el objeto en la mesa de noche.
―Sería mejor si lo guardaras en la caja fuerte junto con nuestros documentos ―sugirió, en un tono que dejaba claro que realmente preferiría que le hiciera caso. Cuando regresaron le dio la clave de la caja, pero asumió que sólo la utilizaría para guardar el acta de matrimonio.
―Me gusta vernos y nadie más que nosotros entramos a la habitación ―alegó tratando de no ponerse a la defensiva―. Por cierto, Raven insiste en que deberíamos usar el cuarto de Emma para el bebé.
―¿No le dijiste que pensábamos diseminar el grupo luego de que nazca? ―preguntó con curiosidad, recibiendo una negativa con la cabeza.
―No tenía idea cómo decírselo, se le veía demasiado emocionada, además eso es algo que tú deberías anunciar.
―Podrías arreglar la habitación si gustas. Como te lo mencioné, vamos a separarnos, pero no va a ser en el instante que el bebé nazca.
―No lo sé, un bebé no ocupa mucho espacio hasta después de unos meses y esta habitación es bastante grande ―respondió pensativa, no quería ceder con algo que podría terminar extendiendo el periodo en que se mantuvieran en el hotel. Sin embargo era una idea tentadora, su mente se había llenado de posibles decoraciones que le gustaría probar y qué mejor que un espacio que luego abandonaría sin mirar atrás con pena.
―Piénsalo ―ofreció sin insistir más, podía ver que estaba tentada a tomar la oferta.
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Unos cuantos días transcurrieron con relativa tranquilidad con el grupo a espera de que Magneto terminara de analizar la información proporcionada por Angel para indicarles cuál sería el siguiente movimiento. En ese periodo, a causa de una noche en la que Abby volvió a reírse de su casco, Erik optó por cambiarlo nuevamente, dejándolo con bordes suaves y dándole una tonalidad más oscura eliminando el acabado brillante para abrir paso a una apariencia opaca. El resultado no impresionó a su esposa, pero al menos ya no lo hacía acreedor a miradas burlonas por parte de ella.
El cumpleaños de Abby llegó el 15 de enero y lo celebraron juntos de forma discreta dentro de la espaciosa habitación que ocupaban. Erik sabía que no era lo ideal, pero le prometió que el año siguiente sería diferente, estarían juntos como una familia y podrían hacer lo que quisieran para la fecha. A pesar de esto, Abby no se mostró decepcionada por no tener una fiesta, el embarazo provocaba que algunas comidas y olores le cayeran mal, sin contar las constantes visitas al baño, estar solo con él en realidad le era más cómodo.
En la noche, cuando Abby dormía apacible recostada sobre su pecho, Erik llevó la mirada al techo pensativo. Había retrasado sus planes por la fecha, pero con el cumpleaños de ella detrás era el momento de moverse y recuperar el día perdido.
Los informes de Angel eran confusos e incompletos en su mayoría, a pesar de que la mujer tenía acceso a rumores sobre las operaciones de WideAwake. Pedazos que mencionaban una niña llamaron su atención, estaba convencido que se trataba de una joven mutante, sin control de sus poderes, capaz de mover objetos sin tocarlos. Partiría en la mañana llevándose a todos excepto a Leslie y por obvios motivos tampoco a Abby.
Notas de autora: Mil disculpas por la demora, tuve a mi madre de visita por un par de semanas y no hubo forma de que escribiera (No la veía hace más de un año) Tengo la intención de actualizar los capítulos que siguen más rápido para poder terminar este momento de la historia y poder pasar al siguiente que me muero por comenzar a escribirlo y no, no me refiero a que vamos a llegar a un cambio de peli, ya verán… muajaja :D
Lo de escribir sólo poniendo iniciales es una práctica común incluso ahora, los lectores de algunos géneros suelen no ver muy bien a las mujeres por lo que si una escribe suele usar esa táctica. Pero antes era bastante usual, esto justo se lo sugirieron a una geógrafa/cartógrafa de la época de Abby, así que no me contuve y lo coloqué como detalle.
Azazel y Raven es una relación que está ocurriendo fuera de cámara. Por ahí si releen podrán ver que hay algunos detalles, unos más obvios que otros, pero en sí no es algo que haya decidido explicar directamente en el fic… quizás cuando tenga tiempo podría hacer un mini fic con escenas específicas de este par.
El cumpleaños de Abby encaja en la misma categoría que la Navidad, ya habrá tiempo de hacerlo desarrollado, pero en este momento no iban a poder celebrarlo a lo grande aunque quisieran y no es algo importante para la trama.
Recuerden que aún pueden votar en la encuenta de mi perfil respecto a qué será el bebé de Erik y Abby, aún hay tiempo :P Además quería comentarles que si tienen cuenta en Wattpad y creen que este fic merece un voto, pueden pasar a votar a los EFAWARDS2016 de la editorial Friki en la sección de super héroes, (Mi usuario es EIlistriel por ahí)
Por último, en unas horas me voy a ver la peli de Strange, así que ya les comentaré en el próximo capítulo qué me pareció :D
